Nada cambiaba, todo ya era rutinario, sus salidas por las noches al club, regresar de madrugada a su casa, por las mañanas salir a su oficina y llegar hasta la noche, no había descansado y no había nada fuera de lo ordinario, el ya sabía que pasaría cada día, entraba y salía de sus trabajos, ya no sabía que hacer, aparentaba bien ser el hombre más codiciado de todo el país, siendo unos de los multimillonarios más jóvenes en el, y siendo el alfa que se da el privilegio de rechazar a cualquier Omega, beta o alfa que le sea presentado.

Por el día era el hombre de negocios más odiado, pues su éxito crece y crece, quienes han intentado derrumbarlo terminan peor, por la noche es la bestia que todos temen, el líder de la cabeza de la mafia de Seúl, el primero en la lista de la interpol, la bestia que se a escapado de sus destinos en la cárcel, aquel que con solo decir su apodo hace todos correr y esconderse del miedo.

YoonGi

Eran las tres de la mañana cuando el maldito alfa estupido salio de mi club, el bastardo casi viola a una de las chicas de aquí, el maldito casi muere si no fuera por los guardias que lo sacaron, pero lo peculiar era un aroma a gomitas que tenía, tal vez de alguna de las chicas de aquí, pero ellas tienen prohibido dejar su aroma, deben tener siempre un neutralizador, o si no podrían ocurrir muchas cosas malas, dejando eso, el aroma era leve, con algo de vainilla también super leve, por un momento quise a traerlo para oler un poco más pero vamos, un alfa oliendo a otro, sería estupido.

Dando las cuatro, salí del club escoltado por mis camionetas y mis hombres, fuimos a una bodega cerca del centro de Seúl, había llegado un cargamento de armas y lanza granadas, un pedido algo grande que ocupaba mi aprobación, cuando íbamos entrando a la calle donde están la bodega una ambulancia paso a nuestro costado, ocasionando que casi choquemos con un poste, unos de mis chicos dijo que la ambulancia estaba en servicio y que no daban paso.

—diles a los hombres que ayuden a la ambulancia a llegar, hablen con los contactos en cualquier base de taxi o autobús, o cualquier servicio, que dejen pasar.

Llegando con solo la mitad de la gente, baje de la camioneta y fui a los contenedores.

— doce cajas de docena cada una con ak 47, y doce cajas de ocho lanza granadas cada una.

— entregen el dinero, dile a tu jefe que próximamente me llegue un encargo después de un día de retraso estará muerto, recuérdale si se esconde, yo lo buscaré.

—entendido señor, me retiro.

En cuanto se fue el beta pedí que hicieran lo rutinario, descargar y esparcir por las bodegas y bases, llevar algunas a la casa de seguridad y las demás enviarlas a su compradores. Cuando puse un pie fuera, vi pasar de nuevo la ambulancia, solo verla, me causo algo de estremecimiento.

— que demonios, y los demás, localizate con ellos.

— están ayudando a la ambulancia, al parecer un Omega con daño severo, dicen que están abriendo las calles ya que puede morir si ni llega a tiempo.

— bien, te encargas de que nadie sepa quién ayudo, y las placas que llevan cambiarlas en cuanto pisen el edificio, no quiero nada de evidencia.

Mi familia tiene reglas:

Jamás lastimes a inocentes .

La mafia es tu familia.

Honra y alaba a tu pareja .

Primero es ella y después tu.

Después de que lo encuentres no debe haber nadie más importante.

Hasta ahora llevo todo bien, siempre ayudaré a quien lo necesite, y se que mi mafia el imperio que estoy construyendo es mi única familia, y hasta no encontrar a mi pareja, no hay nadie más importante que ella.

Eran las cinco y fui a mi edificio, subí a mi sótano e hice mi rutina, me dormí y espere a que diera la hora de despertar.

A las nueve de la mañana ya estaba despierto, tuve que hacer todo de nuevo, bañarme, mi traje, mi teléfono, e ir a la oficina.

Cuando llegue, todo mundo me reverencia, se quitaban de mi paso y continuaban con su trabajo, no he sido del tipo de jefe que intimida a sus empleados, pero el aura que desprendo y por ser reservado con todos me gane la fama de ser muy hostil y malhumorado.

En cuanto llegue a mi piso, cheque el asiento de mi asistente, era raro, jamás faltaba al trabajo y si lo hacía me avisaba una noche con anticipación, cuando entre a mi oficina levanté la extensión a recepción y me comunique con la recepcionista.

— donde está mi asistente, no aviso que no vendrá.

— buenos días señora Min, no hemos sabido nada, pensé que había avisado sobre que faltaría, pero ahora mismo le mando a alguien que cubra su puesto.

— de inmediato, y buenos días, pídele a quien venga que traiga un cafe negro, y los papeles del día de hoy, junto a los contratos que debí firmar ayer y los planos sobre el nuevo edificio.

—enseguida señor.

Esto es raro jamás ha pasado esto, en los 6 años aquí trabajando jamas faltó sin avisar, ahora desaparece, solo espero y este asistente sea igual o se acerque a la excelencia de mi asistente o si no, me atrasare.

Los minutos pasan, y revise todo lo que deje ayer, cuando escuché tocar la puerta, di entrada y vi a una secretaria de contabilidad, de inmediato me enoje, otra vez una sensación de disgusto me atravesó y mi humor cambio.

— buenos días señor Min, soy jang Minso, seré su asistente este día.

— llegas tarde, no traes mi café ni los papeles, desayunaré fuera, pide que preparen la sala de juntas, prepara los portafolios del día de hoy, y los papeles, al igual que los contratos para firmar, tienes- revise mi computadora- hora y media para hacerlo, de mi hacerlo, dime para yo empezar y que te regresen a tu área, gracias retirate.

Asintió y salió de mi oficina, dejo su aroma aquí, desagradable, tapo el poco aroma que había aquí, prendí el aire y el aromatizante que compre, del único olor que me gusta.

Jimin

Cuando desperté olía fuerte a alcohol, medicina, una luz brillante me lastimó los ojos, reconocí el lugar estoy en un ¿Hospital? Que hago aquí, busque a alguien pero no había nadie, mi cuerpo me dolia, encontré el botón de asistencia y presiones varias veces, una enfermera llego y llamo al doctor.

Mi garganta está seca, me duele todo, la cabeza, el cuerpo todo, y recordé, recordé todo dios mío, mi bebé mi cachorro dios no, por favor madre luna, en cuanto entró el médico me vio alterado.

— escuche, joven park, necesito que esté tranquilo, tomé- extendió un vaso con agua y un popote.

— llegué embarazado, que paso con mi cachorro, doctor, mi bebé está bien.

Yo sabía la respuesta, solo quería saber si están en lo correcto.

— llegó muy lastimado, tiene las costillas rotas, la muñeca igual, la pelvis facturada, y recibió múltiples golpes en el útero y vientre bajo, lo lamento pero, perdió al cachorro.

Al fin mi mundo cayó en pedazos, mi bebé se fue, sentí un profundo hueco en mi pecho, mi respiración me faltaba, algo me agitaba, mi cabeza dolía, sudaba frío.

— mi bebé, mi pobre cachorro, yo lo lamento tanto bebé, lo lamento.

Sentí que todo se venia a bajo todo lo que pude creer que era perfecto se fue, creí tener un matrimonio perfecto, el fue quien me causo este dolor, creí poder ser otra vez feliz, el me arrebato el único pedazo que me ayudaría.

Mi lobo chillaba por dentro, sentí mi corazón oprimir se, antes de dejarme caer y perderme, recordé que estoy en el hospital.

— necesito hacer una llamada.

— debemos saber quién le hizo todo eso joven, las autoridades están esperando.

— no quiero preguntas por el momento, necesito hacer una llamada, y quiero estar solo, si no les importa, y respetan el luto, déjenme solo.

Asintieron, la enfermera me alcanzó mi celular, supongo yo, me desmaye con el en mano, marque a mi trabajo.

—hola señorita Kim, pediré unas vacaciones, las acumuladas, son las de dos meses, si, esque me fracture y estaré en reposo, para que le comenté al jefe, gracias y no se preocupe estoy bien.

En cuanto colgué, me quedé sentado y de nuevo, esa sensación de vacío se apoderó, llore en silencio, llore tanto que me dormí, desperté y sentí ganas de vomitar, grité e hice que la enfermera se asustara, necesitaba sacarlo, me quemaba por dentro, ya no se que hacer mi mundo se hizo pedazos, y yo soy el culpable de que este así.

Ojalá y encuentren al maldito que le hizo eso al pobre de jimin.