Chapter 4
Miró a sus alrededores si no había pistas de su familia antes de bajar por los últimos escalones que faltaban, había despertado una hora después del desayuno para evitar contacto con ellos, empezó a caminar en búsqueda en algún empleado para saber algo sobre su investigación, después de haber dormido había soñado con el mismo hombre, pero jamás le ha visto el rostro, siempre parecía dándole de espalda y recuerda muy poco su voz ya que eran murmuros, tal como los que había escuchado mientras hablaba con sus amigos. Pensaba en buscar aquella mujer de la última vez, pero terminó topándose con una de las mucamas, es una mujer pelirroja que aparenta de veinticinco años, dio un sobresalto al verlo y dejó de hacer lo que hacía para esperar una orden de Jeon.
Jungkook entendía porque ese comportamiento, podía ver las piernas de la pelirroja temblar un poco y una marca en su antebrazo, supuso que la causante es Sua ya que ella suele hacer esas marcas a las empleadas.
—¿P-Pide algo, joven Jeon? — Habló aquella con voz temblorosa, trató de ocultarlo pero fue imposible, a lo que el mencionado negó con la cabeza.
—No tengas miedo de mi. — Habló tranquilo con la intención de que la mucama tuviera confianza. — No soy como mis padres y hermanos.
—Oh... — Eso le sorprendió a la chica. — ¿Y-Y qué busca?
—Respuestas. — Se dirigió al porta platos para tomar un vaso limpio de ahí. — Es sobre el espejo del ático.
La pelirroja gimoteó sorprendida, abrió más los ojos y observó a Jungkook, nunca había oído del espejo hace años. Este comportamiento fue extraño para Jungkook, siempre que menciona el espejo todos actúan asustados o algo por el estilo, como si les aterrara demasiado un objeto.
—H-Hace mucho que no he oído a alguien mencionar del espejo, desde que era pequeña obvio.
—¿Sabes un poco sobre eso? — La pelirroja encogió de hombros.
—Mi madre no me dejaba entrar a la habitación del señor Seo, tenía cinco años y bueno jamás comprendí el porque. — Dejó el cesto de sábanas dobladas en el suelo. — Solo oía a las sirvientas hablar de que se sentían observadas cada vez que entraban a la habitación, pero no pasaba nada anormal.
—¿Y a tú madre le pasó algo? — La chica negó.
—Ella siempre se encargaba de limpiar el despacho del señor. Pero era una noche que él había gritado, mi mamá creyó que era un intruso y me dijo que me quedara en la habitación donde dormimos. No pasó nada, más que en la mañana siguiente, el señor Seo mandó ese espejo al ático, de nuevo mi madre me prohibió ir allí pero no le hice caso.
—¿Habías visto un hombre? — La mucama asintió.
—No recuerdo su cara, solo su voz. Era grave y siempre pedía ayuda, no entiendo porque eso sigue aquí, la familia Min siempre negó que lo saquemos y jamás nos dieron una razón. Aquellos han trabajado aquí desde que el verdadero del dueño vivía, y sus descendientes les seguían los pasos. — Jungkook entre abrió la boca, la familia Min son la respuesta ante todo, los hijos del jardinero.
—¿Puedo saber cómo se llaman?
—El jardinero se llama Min Chulmoo, su esposa murió hace tres años debido una enfermedad, así que trabaja con sus hijos Min Yoongi y Min Hoseok. Ese par son los que se encargan en mantener lindas las flores, puedes buscarlos en el otro lado del jardín.
—En verdad muchas gracias, señorita...
—Handong. — Soltó una pequeña sonrisa.
—Muchas gracias, Handong. — Hizo un ademán de agradecimiento.
—¿Y por qué le interesa el espejo? — Ella cuestionó curiosa, sorprendiendo un poco a Jungkook. A lo que no supo en que decir.
En verdad, Jungkook no comprende porque hace esto, es curiosidad o simplemente busca algo más, es difícil descifrar el porque, siempre va ver miles de preguntas pero jamás una respuesta, y aquello debe ser encontrado por el tiempo.
—Por curiosidad, supongo. — Handong asintió para sí misma.
—Ten suerte en tu investigación. — Dijo ella antes de retirarse, tomando el cesto y caminar a pasos rápidos para ir directo a los escalones. Jungkook quedó parado en el mismo lugar mientras examinaba las palabras de la pelirroja, ella era una niña cuando no comprendía el miedo hacia el espejo, al parecer su madre jamás le explicó la verdadera razón.
La familia Min, a pesar de ser los empleados del lugar evitaron que se desasieran del espejo, uno de ellos pudieron convencer al señor Seo para que lo guardaran en el ático, inventando cualquier cosa para que no esté fuera de esta casa. Desvío la mirada en la gran puerta de cristal, que se podía ver en el área donde su madre había dicho que sería sus reuniones con sus amigas, el gran jardín que se asomaba por allí. Podría hablar con el jardinero o ir directo con los hijos, así que sin pensarlo dos veces fue directo allí.
Al cruzar las puertas, lo que pudo ver es el gran jardín, su hogar no es una casa porque parece palacio, además nunca se imaginó que el primer dueño de esta casa mandara hacer un jardín así de hermoso, buscaba con la mirada entre los jardineros alguien de la familia Min, empezó a caminar por el césped sin importar que se ensuciaran de tierra, veía la cantidad de flores de diferentes tipos pero sobre todo tulipanes, amapolas, margaritas y rosas.
Recordaba que estas flores aparecían en sus sueños, a lo que no sabe es el porque estás flores siempre aparecen, ¿Es otra clase de señal?
—Joven Jeon. — Escuchó una voz masculina a sus espaldas. A lo que el pelinegro volteó, ese tendría que ser Min Chulmoo. El hombre se veía un poco sorprendido al ver al menor de los Jeon, no lo había visto desde que se vinieron a mudar, pero sintió una ola de tranquilidad al saber que no sería tratado como los trabajadores de aquí.
—¿Eres Min Chulmoo? — El hombre asintió, Jungkook se sintió un poco emocionado pero tendría que pensar lo que va preguntar.
—¿Te contaron de mí? — Asintió el menor. — Debió ser una sorpresa que mi familia ha trabajado aquí por años.
—Ustedes habían estado desde que el primer dueño empezó a vivir por aquí.
—En realidad esta casa iba ser solo para él. — Respondió mientras tomó una pala y empezó a cavar. — Compró este terreno y mandó hacer este hogar, gastó millones de wons por esto. Solo quería vivir tranquilamente mientras trabajaba o planeaba viajar.
—¿Y él era bueno con ustedes? — Min negó.
—Era como todos los dueños que venían a vivir. Pero a pesar que tenía veinticuatro años, era una pesadilla para nosotros. — Jungkook se sentó en una banca que estaba por ahí. — Quería que todo sea perfecto, un error de nuestra parte nos daba bofetadas o nos obligaba a volver hacer las cosas pero de una forma humillante.
—Sus antepasados la pasaron mal. — Dijo un poco decepcionado, jamás creyó que el verdadero dueño haya sido una persona igual como los que conoce hoy en día, lo imaginó alguien diferente pero no es así. — ¿Puedo saber lo que le pasó?
—¿Por qué le interesa eso, muchacho? — Alzó una ceja cuando volteó a verlo.
—Es porque... — Quedó pensativo lo que va decir, si quiere saber todo para desmentir la leyenda, sabía que eso podría ser falso y no solo es un asesinato, el hombre pudo haber terminado de otra forma y el espejo nada que ver con él. — Mire, desde el primer día. He ido al ático, ahí encontré un espejo y lo llevé a mi habitación.
—¿Espejo? — Jeon asintió.
—Tuve sueños con un hombre de cabellos ondulados y largos, vestía de ropa extraña y su piel es pálida. — Describió tal como lo recordaba. — Y han pasado sucesos estas dos noches, solo quiero saber que le sucedió.
—Todos creyeron que lo secuestraron porque había desaparecido por días, la familia Kim estaba preocupada por su único hijo, nos culparon a todos porque uno de nosotros era el supuesto asesino. — Fue a una carretilla para tomar una de las flores de las macetas. — Pero la pregunta de aquí es ¿Cómo estaban seguros que eso pudo haber sido un asesinato? Lo supe después cuando mi padre me lo contó, todos los dueños que vivieron aquí hasta el señor Seo, tenían sueños extraños y en las noches pasaban cosas raras. Todos lo toleraron, pero el señor Seo quería que nos deshiciéramos de ese objeto. Mis padres lo convencieron en que no lo hicieran, ellos mantienen las cosas del ático, hasta nosotros lo hacemos. — Jungkook comprendió porque todo esos objetos se encontraban en buen estado, las ropas, algunos muebles, etc. — Hay dos cosas, es porque realmente está muerto, o sigue bajo de la maldición.
—¿Maldición?
—Si, como lo escuchas. — Cuidó en que la flor estuviera en el agujero que hizo para volverle a ponerle tierra. — Yo no tenía tanto tiempo, mis padres contaron la verdad a mis hijos, solo sé algunas cosas. Por cierto, ¿Dónde están estos dos? — Se levantó un poco para mirar a dicha dirección en búsqueda de sus hijos. — Yoongi ya debió haberme traído más tulipanes.
—Señor Min. — Llamó al hombre. — ¿Puedo saber el nombre del hijo de los Kim?
—¡Jungkook ¿Qué haces aquí hablando con el jardinero?! — Escuchó la voz de su madre a sus espaldas, interrumpiendo la charla importante que tenía, soltó un bufido al saber el drama que haría su progenitora.
La señora Jeon miró al jardinero con una expresión seria, haciéndolo saber que vuelva a su trabajo. Desvío la mirada en el menor y lo tomó del antebrazo para llevarlo dentro de la casa.
—¡Te dije que no me gusta verte hablando con esa gente, además ensuciaste tus tenis nuevos! — Jungkook se dejaba guiar por ella. — ¡Tienes que comportarte como un hombre, ya no eres un niño!
—Si quieren que me comporte, dejen de tratarme como un niño. — Respondió. Ambos entraron a la casa y la mujer cerró las puertas de cristal, soltó a Jungkook de inmediato y se alejó un poco de él.
—Vete a tomarte una ducha, de seguro apestas por culpa de ese hombre. A la otra que te vea hablando con un empleado de aquí, te vas a quedar encerrado en tu habitación ¿Entendiste? — El pelinegro asintió.
Su madre no dijo nada, solo se retiró para ir alguna parte del hogar. Jungkook soltó un suspiro cansado, tuvo que quitarse los tenis para no tener otro problema con su padre después, no debería hablar con los empleados muy seguido sino sospecharían en él, tuvo algo de información por lo menos excepto el nombre, se imaginó los tratos de todos los empleados que soportaron por estos años, incluyendo la familia Min.
Jungkook a pesar de tener pocos días de vivir aquí, se dio cuenta que todos son amables, entendía el miedo que presentan cada vez que les dirigía una palabra, se siente culpable por no hacer mucho por ellos.
Pero la palabra maldición llegó a su mente.
Ya era hora de averiguar lo que hay en el espejo, y está dispuesto perder horas de sueño para eso.
La noche llegó y permaneció encerrado en su habitación, había platicado lo que sucedió a Jimin, no entendió como no podía aburrirse estar todo el día en su habitación, no tenía otra cosa más que hacer dibujos o ver vídeos en YouTube. Se colocó su pijama y al ver la hora, tuvo que aprovechar ir a buscar algo de comer, así que salió de su habitación.
Era extraño no ver a nadie de su familia, solo ve los empleados limpiar la travesura de mal gusto que hizo su hermano, soltó un bufido al imaginarse la víctima que cayó en sus bromas, pasó por ahí con el cuidado de no tirar una cubeta para después bajar por los escalones. En realidad si es extraño no oír las voces de sus padres, al parecer siente paz justo ahora. Cuando entró al comedor se encontraba vacío, han pasado cinco minutos cuando era la hora de la cena, aquí ya hubiera gente levantando platos.
—Joven Jeon. — Reconoció la voz, volteó a ver la mujer mayor de la última vez. — Si busca a sus padres, ellos salieron a cenar con tus hermanos, vuelven tarde. — Asintió entendiendo eso, lo que le sorprendió a la mujer es que el pelinegro lo haya tomado como si no fuera nada importante. — ¿Quiere que le prepare de cenar?
—No. — Negó con su cabeza, sonriendo un poco. — Puedo hacerlo, sé cocinar, no es nada difícil.
Se retiró dejando a la mujer aún más sorprendida, tal vez creyó que se iba sentir mal por no estar con su familia a pasar el tiempo juntos pero tener unas horas lejos de ellos es lo mejor, ¿Por qué sentirse triste si es más tranquilizante estar solo? Jungkook es un chico amable con todos, jamás ha humillado a otra persona que no sea de su alcance, aunque lo obliguen no lo haría, siente empatía y comprende muchas cosas, tiene el sueño de tener su propio hogar y tratar a sus empleados como debe de ser, no como esclavos. Ser una persona rica no significa que tienes que tratar mal a los demás, algo que nadie quiere entenderlo y tratar a los mediocres o los pobres como animales. La gente a su alrededor pueden considerarlo como héroe o un fenómeno, lo mismo pasa con sus dos mejores amigos (agradece que ellos le hayan hablado desde que se conocieron) sus padres siempre los han visto que están mal y ellos están bien, a Jungkook comprendió lo que es bien y lo que es mal a temprana edad, es raro madurar desde los nueve años.
Después de dos horas, volvió a su habitación, sentía sus párpados pesados y su cuerpo cansado. Solo fue al baño para cepillar sus dientes para ir directo a la cama, faltaba tres semanas para que regrese a sus clases, está algo ansioso que los días pasen de rápido.
El reloj marcaba la media noche, la luz de la luna podía iluminar un poco el espejo, dejando ver una silueta en él, aquel se limitaba observar al chico que dormía profundamente, se sentía muy desesperado en que se dé cuenta de su presencia, no quería asustar como las últimas veces creyendo que estar aquí encerrado va ser para siempre.
Jungkook despertó alterado después de oír algo caer, desviando la mirada de donde vino el ruido, pero no ha caído nada. Otro ruido se escuchó en su habitación, lo mismo está pasando como la aquella vez que había escuchado si alguien golpeara la puerta, no tuvo de otra más que ver directo al espejo. De inmediato salió de la cama sin importar que las sábanas tocaran el piso, caminó a pasos lentos tomando atención los ruidos que solo él escuchaba, al estar enfrente del espejo podía ver una silueta, lo extraño es que no era su reflejo.
Dio un sobresalto al ver el "espíritu" que está en el espejo, gritando un poco al ver ese chico en el espejo, sintiendo escalofríos al mirarlo directamente en sus ojos.
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