Chapter 1
La brisa fría chocaba suavemente en su piel y desordenaba un poco sus cabellos oscuros, miraba el paisaje a través por la ventanilla, el sol se estaba preparando para ocultarse, el cielo estaba teñido de lindos colores, todo está listo para que la noche llegue, eran las seis de la tarde aún y Jungkook se sentía agotado, han pasado tres días en que ayudaba a empacar para la mudanza, sus padres ni siquiera les dirigían la palabra a los hombres que contrataron y él fue el único que ayudó sin importar lo que diría Sua. Él y su familia, es la "familia perfecta", envidiable para algunas personas pero son muy queridos, aunque aquello es toda una farsa. La familia Jeon a pesar de ser millonaria, tratan mal a las personas que no son de su clase, el mayor de la familia las reglas de su empresa son injustas al igual que el pago, y de la señora Jeon, aquella mujer hacía lo mismo como su esposo pero es peor. Jungkook es el único que no es como sus padres y sus dos hermanos, aunque siempre tiene que soportar muchas cosas estando con ellos, no tiene tanta libertad como quiere.
El egoísmo, la crueldad y la hipocresía es lo que está hecha esta familia.
Jungkook quiere huir de ellos, pronto pasará eso.
Al llegar a la casa que compraron, Jungkook sabía que es más grande que su antiguo hogar, no quiere imaginarse los millones que gastaría su padre. Cuando el auto se estacionó, unos hombres se acercaron para abrirles la puerta del vehículo, hicieron una pequeña reverencia y dando bienvenida a su nuevo hogar, la señora Jeon sonrió después de ser la primera en salir, después han sido Sua y Hyunjin. Jungkook como siempre es el último, soltó un suspiro mientras los seguía hasta llegar al interior del hogar, varios empleados se encontraban formados en una línea, Jungkook sabía que su madre revisará el uniforme de cada una, detestaba que ella sea especial con algunas cosas ya que suele exagerar demasiado.
—Bebés. — Habló la mujer. — Pueden ir a sus habitaciones a desempacar, su padre y yo nos vamos a quedar a dar indicaciones a los nuevos empleados.
Los tres asintieron y se dirigieron a los escalones.
Jungkook no podía hacer nada ya que sabía lo que sus padres podrían decir, las "reglas" para aquellos empleados no son nada buenos y más si ellos los tratan mal como los de su antiguo hogar ¿Por qué no pueden tener empatía por un momento?
Se adentró a su nueva habitación, al parecer es lo mejor que pudo escoger, se acercó a las cajas para empezar a desempacar, era extraño que sus padres hayan dejado libre a sus antiguos empleados para que los actuales sean sus nuevos esclavos, aquellas personas han estado trabajando en este lugar por años, quería saber como era la antigua familia que vivía ya que siempre ha conocido gente de su clase siendo nada agradable con sus empleados.
Le desagrada la idea de que sus padres piensen que los pobres y los mediocres siempre van a servir a la gente de su clase, siempre ha sido así, hasta sus abuelos pensaban lo mismo. Se podía decir que Jungkook es la oveja negra de la familia, él suele ayudar mucho a quienes cuidan la casa, las mucamas, los jardineros, los cocineros y las sirvientas. Aprende un poco de ellos y sus historias, siempre se ha soñado ser un buen hombre para el futuro, su meta es estar lejos de esta familia y tener una vida tranquila, sin críticas, sin órdenes injustas, sin castigos. Solo él.
Su vida no es perfecta a pesar que él lo tiene todo y puede conseguir lo que quiere, él es el menor de los Jeon y a sus veintiún años lidiar todo esto todos los días, y más tratar de huir en querer seguir los pasos de su padre que el cual se le está obligando.
El sonido de algo caerse fue que lo alarmó, de inmediato salió de la habitación y encontró a una de las sirvientas en el suelo mientras a su lado había una charola con un plato roto y comida esparcida, fue directo donde está la chica para ayudarle a limpiar el desorden.
—Fui muy torpe, no debe ayudar. — Pidió la joven un poco temblorosa, Jungkook negó con la cabeza y con cuidado recogió los pedazos de porcelana.
—No te preocupes, no creas que soy como ellos.
—Los señores se van enojar si ven un plato roto. Tengo que volver a la cocina y a servirle de nuevo para la señorita Sua.
—Lo del plato eso me lo encargo. — Sonrió. — No tienes que...
—¡Oh lo único que faltaba! — La queja de su hermana mayor sonó a sus espaldas, espantando a la vez a la muchacha. — ¡No entiendo como mamá no puso a prueba todos, pero al parecer jamás pensó que son una bola de inútiles!
—Sua no tienes que decirles así. — Defendió Jungkook. La mayor ríe amargada.
—¿Otra vez, Jungkook? ¿Juegas a ser el héroe de nuevo? — Su voz sonó burlona. — No seas ridículo, agradece que no eres como ellos.
—No me importa, ellos también son humanos como nosotros, no merecen esta clase de tratos.
—Deja de decir esas semejanzas palabras y ahórratelas, si mamá te escucha hablar así puede echarte a la calle y termines en la miseria. — Ríe bajo girando sobre talones. — Yeji espero que me traigas mi cena, no hagas que pierda la paciencia.
—Si, señorita. — Asintió chica, y sin mirar a Jungkook se retiró.
El pelinegro soltó un bufido y caminó de vuelta a su habitación, pero al escuchar la voz de su hermano lo detuvo.
—Jungkook, mamá te quiere en su cuarto. — El mencionado volteó a ver a Hyunjin que se encontraba recargado en el marco de la puerta en su propia habitación de al lado.
Extrañado decidió ir para allá, le sorprende que su madre le hable ya que siempre ella trataba de evitarlo, rara la vez se dirigen una palabra pero todo termina en discusión.
Tocó la puerta con sus nudillos, al escuchar un "adelante" tocó la cerradura para abrir la puerta y entrar, su madre se encontraba sentada enfrente de su espejo mientras cepillaba sus cabellos oscuros, Jungkook notó su mirada en él.
—No bajaste a cenar con nosotros, ¿Hani no te avisó? — Jungkook supo que eso era mentira, así que no se limitó a contestar esa pregunta.
—¿Qué me necesitabas?
—Mañana en la noche vendrán unos invitados, habrá una fiesta por el cumpleaños de tu abuelo. — Jungkook rodó los ojos angustiado. — Así que quiero que estés con nosotros y no quiero que nos avergüences enfrente de los invitados.
—Si no quieres que los avergüence, ¿Por qué no me quedo en mi habitación y listo? No es nada difícil. — En realidad Jungkook no quería ver para nada su abuelo paterno, no soporta escuchar su voz e incluso estar invadido de preguntas.
—No lo voy a repetir, vas a estar con nosotros y pobre de ti si abres la boca para defender a esos bastardos. — El menor apretó los puños. — No sé de quien sacaste esa mentalidad que no merecen ser tratados así, en verdad son unas ratas.
—Mamá, ¿Al menos no sientes por lo menos empatía? Ellos también tienen familias que mantener, no siempre gente como nosotros tenemos que ser así de crueles, y más papá que tiene reglas injustas a sus empleados.
—¡Jungkook! — La mayor alzó la voz. — ¡No quiero oír nada de eso, mañana vas a asistir en la fiesta quieras o no, es una orden!
El pelinegro soltó un bufido y salió de la habitación de sus progenitores antes que arme un escándalo, no puede evitar no defender aquellas personas que no tienen culpa de nada, no entiende porque tienen tanto odio a la gente que no son de su clase para que sean tratados así, siempre ha sido con las personas que conoció, gente como su familia son iguales con una mentalidad de mierda.
Él no sacó aquel pensamiento de nadie, solo no le parecía justo. Y dolorosamente su realidad es que hable con quien hable lo considerarán como loco o... simplemente sería la burla.
Soltó un suspiro triste, las cosas para él le desesperan demasiado ya no tiene sentido pelear con ellos que jamás van a entender.
Ojalá que eso cambie.
Arreglaba perfectamente sus prendas, escuchaba las voces de los invitados desde el primer piso y no quería saber cuanta gente han invitado, eso ya no importa, solo debe cumplir el capricho de su madre si es que quiere estar en paz aunque no tiene nada de sentido, siempre ha sido un fantasma para todos, ya es costumbre.
Al bajar, encontró a su abuelo sentado en su sillón de cuero mientras saludaba a sus invitados, Jungkook hizo lo posible para que este no lo viera pero no fue así.
—¡Jungkook! — Escuchó su voz, felicidad fingida para él. — ¡Ven acá, muchacho! Saluda a tu viejo.
Se dirigió donde está el y se sentó enfrente suyo, en verdad desea que el tiempo pase rápido para que todo esto acabe.
—¿Cómo te ha ido? — Fingió amabilidad. — ¿La abuela no quiso venir? — El hombre negó.
—Ella ha ido a España con tu tía Wheein. — Recargó su espalda en el respaldo del sillón. — Recuerda que dentro de una semana es el cumple de ella y lo quiere pasar para allá.
—¿Irás allá?
—Claro, ¿Qué clase de esposo sería? — Jungkook suelta una pequeña risa nasal. — ¿Y tú? ¿Haz conseguido una novia?
Lo que faltaba.
—Aún no.
—Como quieres que tenga novia si Jungkook defiende a la gente pobre y mediocre. — Dijo Hyunjin con burla después de beber algo de su jugo. — Abuelo no tienes que confiar en él, nadie lo va querer así.
—¿En verdad sigues defendiendo a esas personas? — Jungkook agachó la cabeza. — Ya vas para la mayoría de edad y sigues pensando en eso, creí que durante tu adolescencia eso es pasajero, al parecer me equivoqué. — Hyunjin ríe burlón y amargo.
—¿Ves abuelo? Jungkook merece ser igual tratado como esas escorias.
Aquello había sido lo más doloroso que pudo escuchar, siempre tiene que pasar por esa clase de comentarios y ser fuerte estando frente de ellos, se levantó de su asiento y le dio un "Feliz cumpleaños" a su abuelo para después ir a buscar algo de comer. Se sentía totalmente mal por ello ¿Y si Hyunjin tenía razón? ¿Habrá alguien que lo quiera sin importar su forma de ser? Aquello le rompe demasiado, nadie sabe medir sus palabras y siempre terminan dañándolo.
Ha pasado el resto de la fiesta sentado, veía la gente hablar temas que ni siquiera le interesa, nadie percata su existencia hasta ni sus propios padres, ya no volvió a cruzar palabras con su abuelo después de que Hyunjin lo humillara, así que prefirió ir a su habitación, al fin al cabo su madre se encontraba charlando con sus amigas, no corre riesgo.
Vería películas o leer algún cómic pero no tenía ánimos de nada, así que en vez de ir a su habitación prefirió ir al ático, descubrió ese lugar cuando ha venido por primera vez, no se atrevió a ver lo que hay pero este era el momento.
Abrió una puerta de madera y encendió las luces de los escalones, empezó a subir, aunque cada escalón rechinaba al momento que pisaba, se preguntaba cuántos años tendría esta casa así que la idea de preguntar a los empleados para saber su historia, ya que todo tiene una historia.
Encendió las luces al subir, encontró una gran variedad de reliquias, al parecer él ha sido el único en saber que este lugar existe, no hay nada perteneciente de su familia ahí.
Figuras de porcelana polvorientas, casetes de los 80's, fotografías viejas de antiguos dueños, muchas cosas viejas.
Ni había nada interesante hasta que encontró una tela tapar algo, se aproximó acercarse donde está el objeto y sin pensarlo dos veces retiró la tela, dejando visualizar un espejo, el marco era de oro y se veía muy bien cuidado, era extraño porque es el único objeto bien cuidado.
Se preguntó que haría un espejo ahí, sin pensarlo lo tomó con cuidado para sacarlo y llevarlo a su habitación, en realidad necesitaba uno, el que tenía Sua se lo ha quedado. Así que no importaría lo cuán viejo se viera este espejo, se ve bien así.
Con mucho cuidado llevaba el espejo, no se preocupaba en que lo descubran, todos están en su propio mundo para que lo vean llevando un espejo que encontró a su habitación, es mejor porque Hyunjin no se lo puede arrebatar. Lo mejor es que nadie de su familia entra a su habitación, solo lo hacen cuando necesitan y eso es en vez en cuando.
Al llegar a la habitación, acomodó perfectamente el espejo recargándolo en la pared con el cuidado de que no se pueda caer, permaneció diez minutos parado enfrente de aquel, veía su reflejo y notó sus ojos rojizos, recordó que estuvo llorando silenciosamente sin que nadie lo viese, limpió las lágrimas con el dorso de su mano e intentó soltar una sonrisa, Jungkook es un chico fuerte tiene que ser así, pero aquella sonrisa se desvaneció.
Desvió la mirada en el reloj de pared y marcaban las siete de la noche, así que prefirió tomarse un baño para después irse a dormir, se dirigió al clóset recorriendo la puerta de madera para sacar sus prendas y una toalla.
Dormir es mejor para olvidarse de su mundo real para permanecer en su fantasía, desea jamás despertar para seguir viviendo lo que siempre ha querido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro