៚015
–Te están llamando. –hablo Yoongi.
–Lo siento. Voy...
–Contesta. –ordenó el Alfa al ver el rostro pálido del omega.
Jimin salió de la oficina y con las manos temblorosas contestó, pidiéndole a la Diosa Luna que no sea algo grave.
–¿Es el padre de Giyoon?
–Sí, ¿Qué ocurrió?
–Tuvimos una fiesta de cumpleaños con los niños y hubo una pelea porque Giyoon apagó todas las velas.
–¿Qué? ¿Una pelea? ¿Giyoon, esta herido?
–No tiene nada grave solo se lastimo un poco. Sin embargo, Giyoon solo lloraba sin decir porque lo hizo. ¿Puede venir ahora?
–Sí, voy ahora mismo. Pero estoy en el trabajo, me tomará un tiempo llegar ahí. Iré lo más rápido posible.
Jimin apretó los labios, ¿como haría para salir temprano? No creía que lo dejaran salir. Pero, Yoongi quién había estado escuchando un poco abrió la puerta de su oficina.
–No se que es, pero suena urgente, así que ve.
Jimin se impresionó.
–¿Qué?
–Le diré al departamento que te vas temprano.
El omega sonrio aliviado y se lo agradeció antes de irse.
Yoongi vio al omega salir corriendo con in rostro pensativo.
Jimin llegó a media hora en la guardería. Donde encontró a su pequeño retoño con lágrimas en los ojos, siendo consolado por Jungkook.
–Giyoon, ya no llores ¿SI?. No debemos dejar que tus hermosos ojos estén hinchados. –escucho.
–¡Giyoonie! –llamó y su hijo fue corriendo hacia el.–Tranquilo, papá está aquí. Ya nos iremos a casa. –abrazo a su hijo.
–Giyoon se lastimo un poco. –dijo Jungkook. –Ya le puse una bandita.
–Gracias Kook.
–Giyoon no me dijo por qué lo hizo. Creo que aún no se consolar a los niños. Lo siento.
Jimin asintió comprendiendo la situación.
–Hablaré con él.
Se despidió del Alfa y fueron a casa. Apenas llegaron el omega lo llevo a su habitación y lo sentó sobre la cama.
–Giyoonie ¿Por qué hiciste eso? –El niño evito su mirada.– Papi sabe que su bebé no haría eso sin razón alguna. –dijo dejando besos por todo su rostro–Mi pequeño gatito ¿no vas a decirle a papi? Es extraño soplaste las velas también ayer. ¿Por qué soplaste las velas del pastel de tu amigo? –su niño según sin responder– Tienes que decirle a papi. Papá no te culpaba, sabe que eres bueno. ¿No me contarás?
Su niño hizo un puchero.
–Un niño –lo escucho susurrar. –Se burlo de mí porque solo tengo un papá.
Jimin abrió sus ojos impresionado y apretó los puños.
–¿Eso dijo? ¿Es por eso que estas molesto?
Giyoon asintió.
–El tío Min y papá me dijeron que si pedía un deseo cuando soplará la velas. El deseo se cumpliría. Tu dijiste que el no podía venir. Sople todas las velas y pedí el deseo de que papá volviera rápido del cielo. Pero aún no llega –comenzó a sollozar– Mi papá ¿por qué no vuelve del cielo aún?
Jimin abrazo a su hijo y apretó los labios. Siempre creyó que el solo podría criar y cuidar apropiadamente a su hijo. El ni siquiera tenía idea de cómo su hijo se estaba sintiendo. Se maldijo una y mil veces. Era tan patético.
–Perdóname Giyoonie.
Papá lo siente.
Cuando su hijo Durmió salió de la habitación donde se encontró con Jungkook quien había llegado hace varios minutos.
–Yo.. lo siento por lo de hoy.
–¿Que? No es tu culpa. –Tranquilizo. –Giyoon fue el que salió lastimado, no tienes porque disculparte. Soy yo el culpable, que no pudo controlar esta situación.
–¿Podrías hacer otra fiesta para celebrar el cumpleaños? Yo me haré cargo de todos los gastos. Dime la cantidad de pasteles y golosinas, te los enviaré.
–No. Hyung no es...
–Sin embargo –interrumpio– debo advertir que si mi hijo vuelve a salir lastimado, no me quedaré callado. Solo asegúrate de que no vuelva a suceder.
El Alfa observó impresionado a su Hyung y sonrió.
–Esta bien. ¿Cómo está Giyoon?
–Bien, se quedo dormido.
–Jimin Hyung. –llamó– Eres un buen padre. Así que espero que no te lo tomes a mal.
–Jungkook...
–Le gustas Jimin. Eres valiente y cariñoso. De todas las personas que conozco, tu eres la mejor.
Jimin sonrió.
–Muchas gracias.
–Bueno, solo dije la verdad.
–Eso me dio ánimos.
–Me alegra Jimin –le sonrió –debo irme.
–Ten cuidado–dijo acompañándo al alfa hacia al puerta.
Se sentía avergonzado por que fue descubierto.
–¡Papá soy el príncipe de la espuma!
Jimin sonrió con ternura. Su hijo se encontraba en la tina completamente cubierto por la espuma.
–Lo siento Giyoonie. Estaba pensando en comprar un pastel, de los que te gustan. Mañana ire a comprarlo especialmente para tí, y soplaras las velas, pedirás tu deseo. Solo necesito que me prometas alto, ¿bien? –el niño asintió– que ya no soplarás las velas de los demás. Cada vez que quieras soplarlas solo debes pedírselo a papá.
–¡Si!
–Las personas también están pidiendo sus deseos, así que son muchas. Por eso es probable que aún no sea tu turno. Mi Giyoonie debe ser paciente. ¿Puedes esperar un poco más?
–¡Sí papi!
Puede que sea algo difícil de entender para él ahora mismo. Pero, todo mejorara más adelante.
–Los clientes del extranjero han cambiado la fecha de la reunión. Preparemos todo rápidamente.
De todos los días donde debía pasar esto tendría que se hoy. Ojalá le alcance el tiempo para ir por el pastel que le prometió a su hijo. Ni siquiera tuvieron tiempo de almorzar, así que trajeron un poco de gimbap. El iba a aprovechar esa hora libre para ir por el pastel. Pero no perdía la fé de salir temprano.
–Taehyung, ¿Crees que puedas ir a comprar pastel hoy? Se suponía que yo iría, pero estoy ocupado. Bien entiendo. Nos vemos. –Jimin solto un suspiro.
Yoongi quién pasaba por ahí, lo escucho e hizo una llamada.
El omega siguió con el trabajo el resto del día, lamentando no poder cumplir la promesa que le hizo a su cachorro.
Maldijo cuando el gerente Choi le dejo más trabajo, ya casi daban las 9 y el aún no terminaba de corregir el correo, para el ejecutivo. Todo siempre dependía de él. Él debería hacer su propio trabajo y el cumpleaños de su esposa no era una escusa.
–¡Ya son las diez! ¡Debo darme prisa e irme!
Tomo sus cosas y salio corriendo hacia la salida.
–¿Ya se va a casa, señor Park? –Jimin se detuvo al escuchar la voz.
–Oh, ¡Vicepresidente! –volteo a verlo– ¡Sí! ¿Usted también?
Yoongi asintio.
–Sí ¿Quiere que lo lleve?
–¿Qué? –Jimin apretó los labios pensativo.
No le gustaba montar autos de otros. Pero sería más rápido que un taxi. Tal vez podría comprar el pastel. Así que solo por esta vez.
–¡Sí! ¡Lleveme por favor! ¡Estoy de nuevo en deuda con usted! ¡Así que la próxima vez, haremos lo que tu quieras! Te lo debo.
Yoongi sonrió con dulzura.
–¿Dónde vamos?
–¡En la pastelería Rose en Seoimdong! –el alfa puso en marcha el auto.
–Veo que ya te paso la hinchazón. – comentó.
Jimin llevo sus manos a sus ojos. No sé puso los Malditos lentes.
Quiero terminar esta historia lo antes posible.
Me alegra que les esté gustando.
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