El omega cubrió su rostro con sus manos. La situación para él era preocupante. Estuvo perdido en sus pensamientos, hasta que sintió algo frío tocar su rostro.

–¡Esta frio!

–¿Qué te tiene tan perdido? –preguntó NamJoon extendiendole un americano.–¿Cometiste algun crimen?

Jimin negó con la cabeza gacha. Accion que preocupo más al Beta.

–Jimin, ¿es algo grave? Vamos dime. –insistió. –Llamaré a Jin, quizás necesitemos su ayuda.

Namjoon tomó su teléfono dispuesto a llamar a su pareja. Pero Jimin lo detuvo.

–No es necesario. El está muy ocupado con el caso de la niña.

–¿Entonces? ¿Qué sucede?

El omega carraspeo y apretó su taza de café.

–Mmm, NamJoon. Estoy en cinta.

NamJoon lo observo perplejo.

–¡¿Qué?! Es posible. ¿No que era recesivo.

–Sí lo soy.

–Escuche que en esos omegas hay pocas posibilidades de embarazo si no estas en celo, ¿lo estabas?

–Por alguna extraña razón creo que el celo me llego esa noche.

–No llevabas las pastillas. –El omega nego– Fue mi culpa, no debi dejarte solo. Lo siento Jimin.

Jimin le sonrió tratando de tranquilizarlo y negó.

–No es tu culpa. Jinie te necesitaba.

NamJoon apretó los labios.

–¿Recuerdas algo?

–Estaba borracho. No sabía nada. Ni siquiera recuerdo con claridad.

–¿Qué tienes pensado hacer?

–Aún no lo sé. –dijo soltando un suspiro.–es una nueva vida y aún no puedo procesarlo.

NamJoon observo el rostro afligido del menor.

–¿No es eso una buena noticia? –preguntó llamando la atencion del Omega– Dijiste que te diste por vencido sobre casarte. Hay algo que estuviste diciendo desde hace mucho tiempo. ¿Recuerdas?

Jimin frunció el ceño, tratando de recordar lo mencionado por el mayor.

Incluso si no me caso, definitivamente tendré hijos, buscare la forma.

–¡Es cierto!.

El beta dio respingo por el grito del omega.

–Es muy lindo y adorable.

NamJoon fruncio el ceño.

–¿Quién?

–Tu viste a ese profesor que tuvo su hijo muy joven, ¿Cierto? Todo el mundo brillo, cuando vi a ese niño. ¡Es un sueño para mi, ver crecer a los niños y llenarme de hermosos recuerdo de ellos! ¡De verdad quiero hacerlo felices! Será un poco difícil, pero ¡enserió! Estoy confiado y seguro de que lo criare bien. –dijo seguro.

NamJoon sonrió rodeando sus hombros en un abrazo.

–Haremos lo que quieras –concedió– Sabes que Jin y yo estaremos para lo que necesites.

Jimin sonrió con dulzura y dejó un beso en su mejilla.

–Lo sé. ¡Ganaré mucho dinero para criar a un niño bueno! Trabajaré en una gran empresa.

–Ya lo Recuerdas–dijo NamJoon sacándolo de sus pensamientos. – Ahora eso se convirtió en realidad. –Jimin no cambió su expresion– ¿No te gusto él?

El omega se sonrojó.

El Alfa tenia un buen cuerpo, era atractivo y era fantástico en el sexo. Es como su tipo ideal de hombre. Deseaba tener alguna foto de ese hombre y encuadrarlo para colgarlo en su habitación.

¿En que rayos me haces pensar omega maloliente? –reto.

–Mmm, nuestro alfa es delicioso.

Jimin negó y se dio palmadas en el rostro.

–El es guapo –admitió.– Ese no es el problema. Solo no se que hacer.

El beta asintió y tomó la mano del omega.

–Sí vas a tener un bebé piénsalo con cuidado. Se que es un sueño, pero no es necesario que lo hagas solo. Sabes que cuentas nosotros, pero no es lo mismo que una pareja. Si, el padre está bien, ¿No sería lo mejor ir a buscarlo?. Puedes arrepentirte pensando en no casarte, lo harás cuando conozcas a una buena persona. Queda en ti tomar esta decisión. Nadie puede vivir por tí.

Ya había pensado en eso. Pero, suena como una relación, que siempre va a fallar, igual que todas las que tuvo. Quizás esta relación sea la mejor en esta vida. El matrimonio, no. Eso imposible.

Pero lo sabe, mientras esperaba por un día que no sabía que día llegaría. No quería vivir así. Incluso si se casa, no puede garantizar que el amor durará para siempre. Y si no es el momento, un hijo es para siempre, no debo hacerlo.

Quizás esto es una oportunidad del cielo, de la Diosa Luna. Paseo sus manos por su vientre y un anhelo inexplicable azotó su cuerpo. Estaba preocupado. No debía arrepentirse de esa decisión. Daría lo mejor de sí.

Presentó su carta de renuncia y empaco sus cosas, dispuesto a empezar de nuevo.  Trago grueso, empezaba una nueva etapa en su vida.

Yoongi dejo la copa de vino en el escritorio, entrelazo sus dedos y los puso bajo su mentón mirando al vacío.

Hoseok parloteaba sobre un viaje de negocios a quien sabe donde.

–¡Yoongi! No estarás pensando de nuevo en ese feo omega, ¿No es así?

El alfa lo observo en silencio. Hoseok rodo los ojos.

–Sí quieres un omega, ¿por qué no intentas conseguir uno? Hay una larga lista de omegas que quieren estar contigo. –saco fotos de una de sus carpetas– ¡Mira esto! Un montón de gente vino hoy. Hay Alfas y betas. ¿Por qué no intentas tener algo con un Alfa?

El alfa rubio solto un gruñido.

–Se nota que te estás esforzando por que lo deje.

–Piensa objetivamente. –dijo Hoseok.

El Alfa hizo una seña para que lo dejara solo.

El destino es una paradoja que no está comprobada. No creía en él y tampoco empezaría a creer. Era un cliché de palabras llenas de fantasía. Al menos hasta hace poco, pensaba así. Se sentía incapaz de olvidar a ese omega y su lobo estaba igual. Quien solo quería salir a buscarlo. No hay nada excepcional en él, pero era un omega entusiasta que lo engatusó con su inocencia y dulzura.

¿Cómo podría definir ese sentimiento?

Necesito volver a encontrarme contigo.

Hoseok volvió a entrar.

–¿Has preguntado en el bar del Hotel?

–¡¿En serio quieres encontrar a ese imbecil?!

–Quiero verlo. Creo que ya se lo que es esto. –sintió su corazón acelerarse.

Era el destino o las feromonas. No sabía, pero lo tendría con él.