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Dejo el vaso de soju con brusquedad sobre la mesa mientras maldecía a esa imbecil.
Esa mañana había recibido un mensaje donde su novia le preguntaba si iría a verla, incluso lo llamo "bebé", un mote lindo que hace tiempo ya no usaba con él.
Pensó que era una propuesta para por fin estar juntos de forma carnal.
Al salir de la oficina, se dirigió al edificio donde se hospedaba. Tocó el timbre y vio a su novia abrir la puerta, vestía una bata y pudo observar chupones a lo largo de su cuello.
–Sana –susurró.
Ella soltó rodó los ojos.
–¿Quién es? –escucho una voz tras ella– ¿Bebé?
Apretó los puños cuando vislumbro a una omega muy conocida para él. Kim Dahyun, hermanastra de su mejor amigo. No podía creerlo.
–¡Bastarda! ¿Me estas engañando? Descarada. –imposible de contener a su lobo, se arrojo hacia la Alfa– ¡Eres una arpía! ¡Moriremos juntos imbecil!
Pidió otro trago.
–¡Las odio! –grito– Dijeron que el mensaje de texto fue un error. ¿Así que dejamos de vernos? ¿Sabes que más me dijo? –bebió su vaso de soju– Déjame en paz omega solo me pones de mal humor. Ni siquiera pareces omega. Eres muy infantil, mira ese horrible color rosado en el cabello y no me dabas lo que necesitaba, ni siquiera eres capaz de darme unos cachorros. ¿Acaso tiene sentido?
El omega se recostó en el hombro de su amigo, las lágrimas corrían por sus mejillas.
–Te destesto. ¡Dijiste que me propondrias matrimonio! Y después solo me engañas. ¡Matrimonio! ¡No haría cosa igual! ¡Ni mucho menos contigo! –dio un golpe en la mesa.
No era la primera vez que le decían ese tipo de cosas, menospreciando su apariencia y condición.
"Lo siento vamos a romper"
"No eres atractivo. Dejemos de vernos."
"¿Estás seguro de que eres un omega?"
¿Por qué el era el único que era infeliz? En realidad no existe el destino. Eso era un montón de mierda.
–¿Qué es lo que he hecho tan mal? –lloriqueo– ¿Puedes decirme Namjoon? ¿Qué me falta? ¿Por qué todos me engañan? ¿Es que existen puros infieles?.
NamJoon apretó los labios y bebió del soju para no reír.
–Bien...–fue interrumpido.
–¿No soy atractivo? ¿Es por que soy recesivo?
NamJoon rodó los ojos. Jimin borracho era lo peor.
–Yo soy Beta, no percibo las feromonas en general. Solo las de Jin. –bebió.–Déjala ir. Te traje a un lugar caro a propósito para cambiarte de animo. Fue difícil para mí venir hasta aquí.
–Kim NamJoon, sólo me queda tú –dijo mientras lo abrazaba.
El Beta rodó los ojos. Dio leves palmadas en la espalda de su amigo. Hasta que su teléfono empezó a sonar.
"Bebé"
Pudo vislumbrar Jimin.
–¿Estoy recibiendo una llamada de mi bebé? –alejó a Jimin.–Ah, Ya voy. Estoy cerca. Estaré ahí en 5 minutos.
NamJoon volteo a mirarlo cuando termino la llamada.
–Jinie entró en celo. Debo ir con mi Alfa.
Lo vio sacar unos billetes de su billetera y se los entrego al barman. Le pidió llamar a un taxi para su amigo y este lo acepto gustoso.
–Jiminie, voy a ayudar a mi Alfa. –se despidió NamJoon con un beso en su frente– Cuídate ¿sí? Ya pedí que llamaran un taxi.
Jimin asintió perdido en sus pensamientos, donde maldecía a los alfas.
–¡Todos comen bien y viven bien! Excepto yo –susurró lo último. –¡Escuchaste mundo sucio! ¡Por qué no puedo ser feliz! ¡Solo beberé es lo que me hace feliz ahora mismo!
Me olvidaré de todo.
Sin darse cuenta empezó a emanar sus feromonas, llamando la atención de los Alfas que se encontraban en el lugar. Todos voltearon a verlo.
–Cierto–hablo un Beta, sin quitar la vista del omega. –¿Pero no te vas a casar Jefe? –preguntó volteando hacia él.
–No es asunto tuyo. –respondió, sin quitar la vista de los papeles que tenia en sus manos.
Un aroma leve a cerezas y Jazmines llamo su atención.
¿Feromonas de Omega?.
Busco con la vista de donde provenía, hasta que vio a un chico sentado en barra.
Son débiles, es recesivo...
Frunció su nariz.
¿No puede controlarlo?
–He terminado con el trabajo–anunció– puedes volver a casa, Hoseok.
El mencionado asintio.
–Iré por el auto. Espera aquí.
Asintió y se saco los lentes de lectura, restrego sus ojos y su volvió su vista al omega. Agudizó su sentido de la audición, cuando observo a un Alfa acercase al pelirosa.
–¿Oye, eres un omega? –toco su hombro. –Yo soy Alfa. –el omega volteo a verlo– Creo que estas ebrio, yo te llevare a casa.
El omega negó.
–Ya llame a un Taxi
Jimin apretó los puños. Sintiéndose extraño.
–No me toques.
–Vamos juntos. Te llevaré a un buen lugar– insistió.
–¡Quitale las manos de encima! ¿Qué estás haciendo? Vete. –ambos voltearon hacia la voz y se encontraron con un Alfa rubio.
El Alfa rubio fruncio el ceño.
–Tsk. ¿No eras tu el que se iba de aquí?
¿Es el taxista?
Jimin vio al Alfa extender su mano hacia él.
–Ven. Te acompañaré hasta el estacionamiento.
Iré, él es muy guapo...
Tomó las manos del Alfa.
–E-entonces...
Todo parecía darle vueltas y cerró los ojos al sentir sus piernas fallar, pero unos brazos lo rodearon.
–Sr. Taxista, lo siento –se alejó para hacer una reverencia, pero volvió a tambalearse.
¿Taxista? –pensó el Alfa.
–Mi cuerpo.. yo no me siento bien... así qué... ¿Podríamos conseguir una habitación en este lugar?
¿Entro el celo?
El Alfa lo observo con detalle. Pelirosa, ojos azules que rozaban al violeta, labios gruesos y mejillas pomposas que estaban pintados de un fuerte color rojizo.
No es consciente de que esta en celo? Es un descuidado. No puede estar afuera en esta condición.
–¡Suéltalo!–escucharon a alguien gritar. –¿Qué estás pensando, Yoongi? Las habitaciones aquí son muy caras.
Yoongi rodó los ojos.
–No es como si me costará una vida pagarla, Hoseok.
El mencionado apretó los puños, de seguro se trataba de uno de esos omegas casa fortunas, el no iba a permitir que se aprovecharán de su Jefe y amigo.
–¡No puedo permitir esto! –se acercó con la intención de alejarlo de él.
–Detente–ordenó– el no se encuentra bien. Voy a hacerme cargo. –anunció rodeándolo con sus brazos.
–¡Yoongi!
El mencionado ignoró a su amigo, tomó su teléfono y reservo una habitación.
–¿Estas llamando tú mismo? –pregunto– ¡Puedes dejarlo en cualquier hotel! Me encargaré de este chico. Eres libre de irte. –Jalo la mano del omega.
En un movimiento brusco se deshizo del agarre del agarre del Beta.
–¡Te odio! –grito.
Hoseok observo impresionado y Yoongi solo tapo su boca ocultando su sonrisa.
–¡Vete tú! Mi amigo, el taxista, ya esta aquí ¡Váyase!
Hoseok frunció el ceño.
–¿Qué disparate acabas de decir? ¿Sabes quién es él? ¡Es no es ningún taxista!
–Basta –ordenó el Alfa.
Tomó al omega entre sus brazos, cargandolo de modo nupcial.
–Yo lo llevaré, ve a casa.
El beta quedó perplejo. ¿Por qué era tan duro con él? Lo vio dirigirse al ascensor.
El Alfa entró a la habitación y dejó al pelirosa en la cama. Soltaba leves quejidos debido al dolor.
Incluso si era un recesivo, si permanecía demasiado tiempo aquí, podría dejarse influenciar por sus feromonas. Necesitaba salir de ahí.
Se alejó de la cama, dispuesto a irse del lugar, pero él agarre del omega lo detuvo.
–Hey, ¿Puedes quedarte a dormir conmigo hoy? –pidio el omega– Yo.. no te pediré que te quedes conmigo para siempre y no seré muy empalagoso.
El alfa solo lo observo en silencio. Y por primera vez en la noche noto a su lobo mover la cola con interés.
–Eso no será posible.
Jimin apretó sus labios y las lágrimas corrieron por sus mejillas.
–Cómo lo esperaba, no soy apuesto. Un omega poco atractivo, infantil y desagradable. –sollozo.– Todos me dicen los mismo, hasta llegué a odiar el color de mi cabello. Mi novia de 3 años, me engaño sin remordimiento alguno. Tú también, piensas que no soy atractivo ¿por eso no quieres tener sexo conmigo? ¿Yo.. no te gusto?
–No es eso –anunció el Alfa, antes de pensarlo. Se acercó a la cama. –Tú y yo ni siquiera sabemos nuestros nombres, además nos acabamos de conocer. Estas ebrio, no creo que sea una buena idea.
Jimin se acercó a él, con las lágrimas aún corriendo por sus mejillas.
–¿En verdad es eso?
Yoongi asintió y se tomó el atrevimiento de limpiar las lágrimas que corrían sobre sus mejillas.
–Ya no estés triste por culpa de gente que no sabe que hacer con su vida. No dejes que nadie te desanime.
Jimin asintió.
–Entonces –susurro– hazlo.
Jalo de su corbata y lo beso. Yoongi sintió a su lobo enloquecer. Jimin se alejó al no ser correspondido.
–Pruébame que no es que sea malo... –pidio y Yoongi no pudo decirle que no a esos hermosos ojos de color azul.
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