13
Salieron los dos de la casa para despedirse.
—¿Estarán bien?—le preguntó el chico tomando de la mano a la castaña—Se veían rígidos por la mención de su madre.
—La bruja tiene problemas mentales... Sólo no quiero que trate de llevarse a Usagi—respondió para luego sonreír—Cambiando de tema, después de mi horario de trabajo tengo pensado ir a ver tu tienda de motocicletas.
Shinichiro palideció al oír lo que dijo; le gustaba la idea que lo fuera a ver por su cuenta, pero tenía un desastre en la tienda, nunca le había dado tanta importancia pero estaba vez limpiaria hasta el techo hasta que todo quedará brillando.
—Me parece bien, te estaré esperando—contestó sudando frío.
—Pero dime donde es, por que yo no se—le daba un poco de risa ver su adorable torpeza.
—Ah si—exclamó sacando su celular para escribir la dirección y mandarla—Listo—asintió varias veces con la cabeza.
Por la mente de Shinichiro pasaban muchas cosas a la vez, como por ejemplo: si lo de anoche podía considerarse como inicio de una relación o debía preguntarle directamente que eran, si tenía el permiso de poder besarla como despedida, talvez pagarle los preservativos, pedirle perdón por haber dejado marcas en su piel aunque él también las tenía en su espalda, y otras cosas más que las mantenía en la punta de su lengua encerradas.
¡No quería que ella lo viera como si fuera una cosa de solo una noche y desapareciera!
—Estas pensando demaciado—mencionó la fémina pegando su pecho contra el del más alto—¿Qué te perturba?
Le iba a preguntar si formalizaban una relación como pareja, pero pensaba que no era el momento indicado, quería hacerlo bien y preparar algo especial, le pediría ayuda a un amigo.
—El shampoo.. ¿Qué marca es?—fue lo primero que se le ocurrió.
—Pues lo compre en el área de bebés, realmente es el de mi hermana por que se acabó el que usaba—respiro el olor impregnado en el cuello del peli negro que tenso—Tenemos aroma de bebé.
Oh, su sonrisa.
Le fascinaba esas sonrisa.
De hecho a los dos les gustaba sus sonrisas, que curioso.
Con delicadeza tomó su cara en sus manos y beso sus labios sin pensarlo, siendo correspondido por la chica de inmediato, algo lento para que fuera duradero o se sintiera eterno, se separó acomodando los mechones de su cabello castaño detrás de su oreja.
—Que buena despedida—murmuro la contraria gustosa—¿Me das otro besito?
Y como negarse, Shinichiro le dio otro beso pero un poco más corto.
—También hueles a perfume de bebé—le comentó pegando sus frentes.
—Los bebés huelen bien.
Fue torturoso pero se separaron, cada uno tenía cosas que hacer y no podían esperar a volverse a ver en la tarde, una vez dejó de ver a Shinichiro abrió la puerta del departamento topandose con su mellizo que se tomaba un cartón de jugó que le daba a Usagi cuando la mandaba a la escuela.
—¿Usaron protección al menos?
Su buen humor se había ido.
—No, lo hicimos toda la noche y lo olvidamos por la emoción—bramo pasando a un lado de su hermano para ir a su habitación.
—Es sarcasmo, ¿verdad?—cuestiono, pero al no tener respuesta se asustó—¡Verdad!
La joven ya había cerrado la puerta.
Había pasado unas horas y Shinichiro estaba apurado recogiendo como loco toda la tienda, atendía uno que otro cliente rápido para seguir en lo suyo, barrio y limpio hasta el más mínimo rastro de polvo, ni tiempo de tocar un cigarro le dejó, se sentó derrotado tratando de echarse aire con su mano, escuchando la música de rock que había puesto.
Por último necesitaba un baño para quitar el sudor y refrescarse, pero como siempre la suerte que tenía no estaba de su lado, el timbre sonó mostrando la figura de la chica con una botella.
—Siempre creí que estaría con piezas o herramientas regadas por el suelo—aclaró mirando a su alrededor—Tienes buenas motocicletas.
Su suerte era tan buena que ya era la segunda vez que ella lo miraba en ese estado sucio y desaliñado, grito mentalmente.
En cambio Umi si se había arreglado, vestían un bonito vestido con diseños de margaritas y un delgado suéter que cubría sus hombros.
—Llegaste antes de lo esperado—dijo limpiando sus manos con un trapo. Apenas se había dado cuenta que ya estaba oscureciendo por lo que agregó otra cosa—¿Cómo estubo tu trabajo?
Soltó un sonoro suspiro tomando asiento a su lado en un banquito—Hay un pequeño niño súper tierno que me pidió ser su esposa para que le prepare los postres que le gustan. Es la segunda vez que me lo pide—rió dándole la botella para que el la abriera.
Por alguna razón se sintió amenazado por lo que dijo la chica, un escalofrío paso por su espalda.
—Los niños de hoy en día tienen mucha energía.
—Tampoco estamos viejos Shinichiro-kun—le dio un empujón—No traje copas...
—Deja ver si tengo vasos—se levantó dejándole la botella para al cuarto donde dormía. Nuevamente la campanilla sonó por lo que regreso—La tienda esta por... Cerrar.
Dos de sus amigos miraban extrañados a la chica y ella los veía a ellos incómoda.
—¿Y tu quien eres linda? ¿Estas pérdida?
Corrió para ocultar a Umi detrás de él.
—Hola chicos, ¿que los trae por aquí?—les pregunto nervioso.
—Ya la vimos, no la ocultes—hablo no de ellos, tenía su cabello pintado de dos colores y una coleta alta—¿Quien eres?—trato de asomarse pero él peli negro se interponía.
Sin saber que pasaba la fémina agarro él brazo de Shinichiro, esos tipos se veían malos y daban un poco de miedo. Mientras ellos dos peleaban para que no vieran a la castaña él otro los rodeó para hablar con la de menor estatura.
—Lamento si la asustamos señorita, estamos un poco confundidos por ver a una mujer aquí... Es algo inusual y más con nuestro amigo—explicó. La gran cicatriz de su cara intimidaba pero al oírlo hablar era diferente, sonaba agradable y amigable—Soy Takeomi Akashi y ese de haya es Wakasa Imaushi, un gusto.
—Yo soy-
—¡Atrás Waka!—le grito Shinichiro aún impidiéndole en camino para que no hablará con el mencionado—¡Tienes prohibido acercarte a ella!
—¿Pero yo que hice?
—Ignoralos, son cosas de Shinichiro—comentó riendo—Dice que Waka siempre le roba las chicas o algo así dijo una vez.
Estaba conociendo a los amigos del chico, eso es una avance.
—Umi Sakurai, igual es gusto.
—Venimos por Shinichiro para ir a un bar, te nos puedes unir si quieres—invitó.
—¿Tú también Takeomi?—inquirió el peli negro como si hubiera vista la mayor traición, se encontraba abrazado de la cintura de Wakasa sin poder detenerlo a que siguiera caminando donde se encontraban.
—¿Se nos unen o no? Benkei nos está esperando afuera en el carro—apresuró el chico tratando que quitarse a Shinichiro.
—Eso sería genial, nunca e salido con personas de mi edad a beber—emocionada miro al peli negro como pidiendo permiso para ir con ellos.
—Bien—aceptó lanzándole una mirada amenazante a Wakasa, como adviertondole que no acercara mucho a la chica o lo mataría. Le daba miedo que todos sus esfuerzos se fueran a la basura por sus amigos.
«Cuidar esa hermosa flor es importante, no quería que nadie se la robara luego de todo el trabajo que hizo para verla florecer y crecer junto a ella»
¡Perdón si hay faltas de ortografía! No e corregido nada!!
@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎🥀
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