12
Situación incómoda en tres, dos... Uno.
—¡Shini-kun también esta aquí!—exclamó Usagi que estaba atrás del chico. Dejó su mochila en la entrada para correr y saltar a brazos del mencionado—Los extrañe mucho.
La situación incómoda se disolvió a medias.
—¡Espera Usagi, no los toques!—le grito él muchacho entrando más a lugar donde estaban los otros dos.
Para él chico ver un intruso en el departamento le era desagradable y más imaginando lo que pudo haber pasado horas antes de que llegaran.
—Estamos limpios Tochi—aclaro la castaña sabiendo lo que pensaba su mellizo—Calma tu fobia por los gérmenes.
—¿Ya desayunaron?—les pregunto amablemente Shinichiro, igual de incómodo que los dos hermanos.
—Desayunemos juntos—dijo la menor tomando asiento rápidamente junto a su conejo.
A regañadientes el mellizo término sentado junto a sus hermanas y a Shinichiro (que no conocía), comiendo en silencio. Los mayores eran los únicos que sentían esa tensión menos Usagi que estaba en su mundo alimentando a su peluche.
—Tochi, por favor deja de perforar con la mirada a mi invitado en este momento—ordenó la muchacha dejando a un lado sus palillos para ver a su hermano. No obtuvo reacción alguna.
—Me llamó Shinichiro Sano, un gusto—se presentó. Quería que lo dejara de ver buscando respuesta de que hacía tan temprano en la casa.
Al escuchar el nombre se sorprendió y se relajo un poco.
—Y desde cuando sucede esto.
Su comentario era claro y directo, quiso dar a entender lo obvio, tampoco era tan difícil de saberlo por las señales: ambos con el cabello húmedo por el baño, las marcas de chupetones en el cuello de su hermana... Debía ser un completo tonto si no hubiera notado esos detalles.
—Estamos saliendo, no es necesario que te metas—respondió tomando el cuchillo para untarlo en la mantequilla y ponérselo a su rebanada de pan; le estaba dando una indirecta como amenaza.
—¿Desde cuando?—insistió. Parece que la indirecta no fue suficiente para seguir preguntando.
Los mellizos tenian sus guerra de miradas sin retroceder.
—No te interesa.
—Dime algo Sano-san, ¿cómo fue que se reencontraron luego de tantos años?
Shinichiro se atraganto con la comida golpeando su pecho mientras la castaña se extraño por lo que menciono, estaba confundida.
—¿Reencontrar?—resalto sin entender.
—Si, eso dije. Era nuestro amigo cuando teníamos como ocho años—contestó mirando su comida—Ustedes me daban diabetes, pero ahora ya son adultos y están como conejos.
—Bueno... —tartamudeo el chico avergonzado.
—Esperen, ¿Shinichiro es el niño con el que escaparon de casa?—se metió a la conversación Usagi.
—Yo no me acuerdo de nada—bramo Umi, dejando de lado que su hermano les haya dicho conejos—¿Y tu como sabes?—le pregunto a la menor.
—Tochi me contó una vez la historia. Son unos tontos, ¿como pueden irse de sus casas sin dinero?
—No me sorprende que lo olvidarás—dijo haciendo a un lado la comida.
Los hermanos Sakurai hablaban y hablaban del tema, Shinichiro en cambio los veía, los tres se parecían demaciado que daba gracia por como podían chocar pero a la vez encajar tan bien, nada que ver con sus hermanos que ya estarían peleando y lanzando cosas en medio de la discusión.
—Entonces conocemos a Shinichiro desde hace mucho... Mis gustos de niña no cambiaron mucho que digamos—susurro tomado su barbilla—Oh Santo cielo, ya me estoy acordando de varias cosas.
—¿Te estas acordando de todas las cursilería que le decías?—se burló riendo—Recuerdo que me dijiste que te ibas a casar con él y tener dos hij-
Antes de que terminara de hablar Umi le metió en la boca un pedazo de pan.
—Come con la boca cerrada, mal educado—regaño enojada.
—¡La historia de amor perfecta!—exclamó Usagi levantándose de su silla—¡Luego de separarse de niños y tener caminos diferentes de grandes se vuelven a encontrar y boom, se aman!
—¡Usagi!—grito la chica sonrojada, teniendo aún a su hermano.
—¡Shini-kun, mi hermana te ama! ¡Es tu momento de decirle!
Más que apenada cubrió su rostro con sus manos, ocultándose de sus hermanos y del chico que quería. El peli negro se encontraba igual que ella, pero soltó el aire para acariciar la espalda de la fémina.
—A mi también me gustas Umi—confeso besando la mejilla roja de la contraria.
La menor de todos chillo de felicidad por la parejita y Tochi saco la lengua con asco.
—Si, mucho amor—exagero un escalofrío. Su actitud pronto cambio radicalmente por una seria, como si hubiera recordado algo importante—En fin, tenemos otro problema en nuestra lista de preocupaciones.
—¿No puedes esperar? Dejame decirle algo a Shinichiro.
—La bruja esta buscando a ya sabes quién—desvío sus ojos a Usagi que le estaba robando a su hermana el plato de comida—Pero esta vez con el donante de esperma...
El ambiente divertido se volvió sombrío para los mellizos, cosa que distinguió shinichiro
—Hey, Usagi-chan, ¿que pasó con el traje del señor conejo?—habló fingiendo sorpresa—No puede estar en pijama, vamos a cambiarlo—menciono tomando al peluche y la mano de la niña para llevarla a su habitación, distrayendo a la menor para que no escuchará.
—¿Estas seguro de que ellos dos juntos la están buscando?—tenía el ceño fruncido y apretaba los puños—Por que lo hacen después de casi dos años.
—No lo se. Unos amigos de la universidad me dijieron que fueron hasta las clases preguntando por mi pero como consiguieron nada se fueron, pero ayer en Roppongi no los topamos por casualidad, nos vieron pero cargue a Usagi y nos fuimos rápido... Por eso vinimos aquí antes de lo esperado.
El problema con sus padres era complicado; vivieron con ellos soportando el maltrato durante años pero no les importaba, más tarde nació Usagi y las cosas empeoraron, queriendo salvar a su hermana menor se fueron de casa y más tarde consiguieron llevarse a la menor con ellos.
Su madre no estaba bien de la cabeza y su padre desaparecía a cada rato. Quien más les preocupaba era la mujer que los pario, ella decía "corregirlos" a base de golpes cada vez peores hasta el punto de mandarlos al hospital. No querían que Usagi se acercara a esa mujer nunca más en la vida.
—¿Qué haremos Umi?
—Lo de siempre. Tú estas de vacaciones así que ve por Usagi a la escuela y yo iré a mi trabajo.
Claro que le preocupaba, pero no podían descuidar sus actividades diarias, tener a Tochi junto a Usagi era lo mejor mientras ella se ocupaba en la cafetería.
—Pero y si-
—Estaremos bien—sonrió levantándose para recoger su plato—Deja que yo me encargue de todo.
El chico suspiro intranquilo, esa respuesta no le gustaba, siempre la decía para no darle el peso a su mellizo y él lo sabía.
En la otra habitación estaban Usagi y Shinichiro vistiendo al conejo.
—Shini-kun... ¿Esta bien que le tenga miedo a mi mamá?—pregunto sosteniendo su brazo—Ellos aparecen en mis pesadillas, ¿es normal?
—Tus hermanos estarán siempre para protegerte, no tienes que tener miedo—dijo sacudiendo el cabello de la infante—Mira que elegante se ve el señor conejo.
—Yo también quiero proteger a mis hermanos... —infló sus mejillas—Deseo ser muy fuerte.
—Irás al Dōjō del abuelo de Shinichiro, si es que quieres ser fuerte ahí te pueden enseñar—aclaro Umi entrando a el cuarto.
—Mi abuelo no es blando, ¿estas segura que quieres ir Usagi-chan?
—¡Si! ¡Le diré a Tochi que le cuando aprenda le voy a patear el trasero por comerse mi helado!—salió corriendo llamando al mellizo.
Vió a la jóven que parecía nerviosa, tomó su mano para hacerle saber que estaba con ella y tranquilizarla.
—Cualquier cosa dime, te ayudaré.
«En el amor existen problemas dentro y externos, pero ya depende de los dos que no se rompa ese lazo. Recuerda que las espinas de las rosas se pueden quitar para no cortar»
@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎⛓️
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