11
Chocaron con los muebles mientras seguían besándose y avanzando a la vez. No querían separarse por lo que no veían por donde iban.
A pasos la chica le quito su chaqueta de mezclilla.
La espalda de Umi se pego contra una pared, sin perder más salto rodando sus piernas en la cintura del chico que pasó sus manos por sus piernas para sostenerla.
Se fundían en ese desesperado beso.
Ya que Shinichiro sostenía a la fémina la llevó al sillón, quedando él arriba con la muchacha sentada en su regazo, moviendo su cadera para sentir esa ficción algo forzada por sus molestos pantalones que les impedían sentirse más de cerca sus intimidades.
Las escurridizas manos de la castaña bajaron hasta llegar a la orilla de la playera del contrario, pasando sus manos por debajo de la tela para tocar con las yemas de sus dedos su abdomen plano. Subiendo más esa playera para admirar mejor con sus ojos al apuesto chico debajo suyo que soltó un pequeño gruñido desde su garganta en modo de excitación por la imagen.
Sus labios tocaron la piel caliente de Shinichiro, besando más arriba de su pantalón para ir subiendo despacio, retirando esa playera en el proceso hasta llegar a su cuello y repartir candentes besos humedos, sin dejarle todo el trabajo a la chica agarro su rostro con sus grandes manos para unir sus labios. Se separaron un poco para verse, ni siquiera habían prendido la luz pero la de afuera era suficiente, pegaron sus frentes para regular sus respiraciones.
Él más alto tenía una pequeña sonrisa. Este beso varias veces él rostro de la chica encima suya, comenzando a bajar sus manos hasta las caderas de la contraria para acariciarlas, desabotonando botón por botón más tranquilo como habían llegado en su principio.
Al retirar la camisa blanca pudo ver sus pechos cubiertos por el sostén de un color rosa pálido.
—Estoy un poco nervioso—confeso sincero manteniendo esa sonrisa.
Su confesión sorprendió a la castaña—No lo parecía minutos atrás... Aunque ahora que lo dices, yo también lo estoy—se rió. Abrazo su propio su cuerpo tratando de cubrir su estómago, algo intimidada al ver el torso levemente marco del chico y el de ella más suave por lo que significaba que no estaba completamente plano o marcado.
No quería apagar esa llama en sus interiores por su comentario por lo que trato de revivirlo, tomando valentía en si mismo para seguir.
La miro a los ojos acariciando su mejilla con cuidado... Uniendo sus labios en beso más tierno, trasmitiendo su seguridad en ella para continuar más a un ritmo no tan desespero como al inicio.
—Vayamos a la cama—murmuro contra la oreja de Shinichiro, dejando salir un leve gemido de excitación.
Acatando su orden la cargo fácilmente llevándola a su habitación que supuso que era el único que no era de Usagi y el baño, abrió la puerta con un poco de dificultad y la acostó en la cama.
Tocó sus muslos sobre la tela logrando que Umi se estremeciera a medida que se acercaba a su intimidad, bajo los pantalones hasta quitarlos por completos y soltó una risita. Sus bragas tenían el símbolo de batman en pequeño.
—Oye, no te rías—se avergonzó de inmediato.
—No es eso... Es que a mi también me gustan los cómics.
Esas palabras atravesaron más el corazón de la chica.
Había encontrado a la persona indicada.
No sólo se trataba de sexo, es algo que querían compartir mutuamente y disfrutar juntos.
Con rubor en sus mejillas prosiguieron.
La chica sacó de su pantalón una caja de condones, al verlo Shinichiro alzó una ceja al notarlo. Umi no sabía cómo terminarían, por lo que cuando fue a comprar el ramen a la tienda de paso compró los condones por si acaso; el chico los agarró abriendo la cajita para sacar una tira completa, los dejó a un lado. Sigilosamente paso sus manos a su espalda para desabrochar el sostén, sin impedimento acarició su pecho deseoso, ya no existía la timidez entre ellos.
Era imposible para el jóven no querer masajear sus senos con curiosidad por los leves gemidos que soltaba la contraria, pedía permiso a gritos intensamente, como si fuera escuchado la chica intento desabrochar su cinturón para lanzarlo y bajar el pantalón dejando ver su boxer ajustado que remarcaba su erección creciente. Se miraron unos segundos.
Rápidamente Shinichiro tomó uno de los condones y lo abrió, ante la mirada de Umi que vió como bajo su boxer y se colocó correctamente la protección notando cada detalle de su cuerpo completamente desnudo—¿Estas bien?—le preguntó al sentirse tan observado, ella sólo pudo asentir por su pregunta. Llevó una de sus manos hasta su intimidad y acarició sobre la tela de sus bragas empapadas.
—Voy a quitarlas—aclaró bajando su ropa interior hasta dejarlas en quien sabe dónde—Dime si te sientes incómoda... —comentó con un tono de voz más suave; dirigio su miembro a la entrada para penetrarla. Un jadeo salió de ambos por la sensación, sin que el condón fuera impedimento del calor y sentir.
Podían sentir cada ligero movimiento a libertad. El chico escondió su rostro en el cuello de la muchacha, y ella pasó sus brazos a la espalda del contrario pra atraerlo más a cuerpo.
—Sigue... Shinichiro—expresó ansiosa.
Este guió sus manos para sujetar sus caderas con fuerza e iniciar a moverse mientras besaba el cuello de Umi, dejando marcas en su piel esperando verla más tarde. Se introducía como un intruso en su cavidad, golpeando donde más lograban obtener placer, sintiendo el bello estrecho con cada vaivén.
Sumergidos en el placer pero sin hacer movimientos bruscos que arruinaron su acto, las cosas surgieron, los sonidos armónicos de sus gemidos y jadeos que combinaban con el choque de sus pieles era tan candente para ellos que no podían pensar en más. Disfrutando el exquisito encuentro carnal que tenían.
Las uñas de la castaña arañaron los omóplatos del chico que le provocaba tanto placer, sacándole un gruñido al contrario por el mínimo pero punzante dolor y excitación.
Aunque querían que durará por siempre el sentimiento las cosas no funcionaban así, Shinichiro pudo sentir como su intimidad palpita por el cercano orgasmo que quería conseguir, agregando que la chica no paraba de gemir contra su oreja.
—¡Mierda!—exclamo él por como lo apretaba y era más fácil moverse dentro de ella. El hecho de saber que el clímax estaba cada vez más cerca les emocionaba.
Pronto la fémina pego su cabeza hacia atrás y se arqueo soltando como gemido el nombre de Shinichiro, haciendo saber que tenía un orgasmo intenso y al momento el chico le siguio liberándose en el condón. Quedaron en esa pose unos minutos aún sintiendo el cielo que tocaron, con sus respiraciones agitadas se miraron para besarse y pegar sus frentes, con sus corazones acelerados volvieron a besarse.
Shinichiro salió retirando el condón para tirarlo y acostarse junto a la jóven que se había logrado dormir tranquilamente luego de todo.
La sonrisa del peli negro demostraba todo lo que pensaba.
Abrazo a la chica para dormir junto a ella y pronto se quedó completamente dormido...
Para cuando Shinichiro despertó sólo pudo notar que Umi no estaba en la cama.
—¿Me buscas?—cuestionó la mujer atrás de él, sentada en una silla con ropa interior puesta y una copa de lo que parecía ser algún vino—Que tierno, Shinichiro Sano—se rió burlona mostrando sus dientes.
Más calmado se sentó cubriendo su miembros con las sabanas.
—Buenos días—habló ronco masajeando su hombro despacio.
En sus piernas cayó una cajetilla de cigarros cosa que lo tensó de sobre manera por ser descubierto.
—Los tenías en tú chaqueta—bramo dándole ligeros giros a su copa con el contenido—No te voy a regañar, es tú vida y eso... Pero te recuerdo que me pediste que te ayudará a dejarlos.
—Si, yo dije eso—bajo la cabeza mirando esa cajetilla que había comprado un día antes apesar de que recordaba lo que le dijo a la chica.
—Por hoy puedes fumar, pero creeme que luego cada vez que te encuentre cigarros los voy a tirar—advirtió bebiendo de una todo el vino que restaba—Yo no tengo ninguna adicción, pero me gusta mucho probar distintos vinos, sin embargo no lo hago cuando mi hermanita esta en casa y escondo las botellas.
En un cómodo silencio se quedaron, Shinichiro fumando y Umi bebiendo del vino que tenía.
Cabe decir que el chico ya tenía puesta su ropa interior y estaba sentado cerca de la ventana para expulsar el humo afuera y no dejarlo encerrado en la habitación.
—¿Nos bañamos juntos?—le preguntó sin temor.
—Sólo si me dejar tomar de tú botella—aceptó dedicándole una sonrisa.
Terminaron ambos en la tina con dos copas de lo que quedaba de vino, sentados y rodeados de espuma y pétalos, la chica con su espalda pegada al del contrario. En vueltos en un ambiente agradable y satisfactorio para ellos.
—Umi-chan... ¿Quieres conocer a mi familia?—dijo apegando a la muchacha a su cuerpo, dejando descansar su cabeza en su hombro—A mi abuelo y hermanos.
No era lo que imagino que diría pero lo encantaba la idea.
—Sería un placer ir a tú hogar y conocer a tú familia Shinichiro-kun—respondió gustosa, mirando las mejillas coloradas que siempre tenía el jóven.
Como amaba al chico....
Al salir del baño se cambiaron, tenían que regresar a sus trabajos y deberes, pero antes se dignaron a cocinar para desayunar juntos en armonía.
Todo iba bien hasta que se escucho la puerta abrirse.
—Adivina quien está en casa—vocifero una voz masculina cruzando la puerta.
Un chico alto y azabache que traía una maleta consigo se hizo ver; su cara de felicidad se fue al ver a Shinichiro comiendo junto a la mujer.
—Oh cielos—exclamó la castaña al verlo.
«Las confusiones estan presentes, pero no siempre son tan fuertes como para romper los lazos de los destinados»
¿Les gusto? No soy experta escribiendo esto pero lo intento.
@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎⛓️
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