Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[Capitulo 39]

"De regreso... a donde nunca me fui..."

"..."

Todo a su alrededor era completamente oscuro, vacío y sin vida. No había ni una sola pizca de vida, todo parecía estar muerto.

No había dicha, no había desgracia, simplemente no había nada.

En este lugar tan extraño, lo único que ella puede pensar, es que esta soñando. Pero para Ruby, esto ya dejo de ser un simple sueño, pues no es la primera vez que termina en este lugar.

Sabe que hay algo detrás de este entorno, algo que tiene que descubrir, pero por más que busca con la mirada, se aventura hacia delante, hacia atrás, hacia la izquierda y hacia la derecha, no consigue encontrar nada relevante.

Hasta que de repente, justo cuando se dejó caer de rodillas por el cansancio, vio una luz a su delante. Al observar bien, logró notar que la luz era producida por un pequeño y singular cubo que, de igual manera, recordaba haber visto antes.

Ruby se puso de pie, un fugaz escalofrio recorrió su cuerpo antes de que comenzará a aproximarse hacia la única luz del lugar. El viento atroz golpeó su rostro e hizo que su cabello se eleve al igual que su blusa, dejándola solo con una camisa blanca que no era muy cómoda, menos en estas inexplicables temperaturas.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca del cubo, logró escuchar algo curioso, algo que la trajo de nuevo a la realidad. Lo que escucho fue los gritos desesperados de dos personas, de dos sirenas, de dos chicas que, por más que no podía ver, si podía reconocerlas por la voz.

Chelsea y Nerissa seguian intentando hacer que Ruby vuelva del trance, mientras que la misma, recién entraba en conciencia de lo que estaba ocurriendo fuera de su subconsciente. Y como si quisiera ser más específico, el cubo dejo de iluminarse para ahora mostrar la imagen que ocurria en tiempo real fuera de él reino de la nada.

Ruby comprendió todo al instante, vio desde su propia perspectiva como tenía sujetadas con sus tentaculos anto a Nerissa como Chelsea. Inmediatamente se sobresalto y trato de hacer algo, tomo el cubo e intento de alguna forma romperlo, pero al sacudirlo sintio un fuerte mareo que la hizo retroceder, haciendo que pierda el equilibrio y caiga de espaldas al suelo.

Cuando cayo hacia atrás, noto otra cosa curiosa que antes hizo como si no existiera, el piso no era piso, era un estanque, como estar en un río infinito de agua azulada, oscura y apenas visible. Podía ver unas cuantas cosas flotando en el agua donde ahora mismo ella se sumergia, cosas como nenúfares, algas cortadas y pequeñas rocas, pero nada de eso parecía ser de utilidad para salir de este misterioso lugar.

Mientras más analizaba su situación, más rápido se sumergia. Ella no se percató, pero estar distrayendo su mente pensando en las formas de poder "despertar" hacia que, irónicamente, se aproxime cada vez más hasta lo que esta por debajo del estanque.

¿Que puede haber debajo de este profundo mar?

¿Una salida?

Cualquier cosa sería mejor que quedarse atrapada por la eternidad.

Al menos, eso pensaba Ruby, quien de un momento a otro, traspaso la barra que dividía ambos mundos y vio por sus ojos entreabiertos, como alguien se asomaba desde arriba

Nuevamente, pensó reconocer esa figura, pero el tener su visión limitada no la dejo observar con la mayor claridad posible. Al final, Ruby se fue de ese lugar sin tener idea de como había llegado ni de que o quien era esa cosa que siempre estaba ahí, observandola y haciendo acto de aparición cuando ella estaba por desvanecerse.

"..."

Chelsea y Nerissa suspiraron aliviadas, al ver y sentir como Ruby las soltaba y las dejaba caer contra el piso. Si bien, la caída fue dura, más duro hubiera sido ser penetrada por los tentaculos de Ruby, por lo mismo, agradecian ya por fin ser libres.

Los ojos de Ruby dejaron de emanar ese color blanco y, como si estuviera dejando de ser poseida, un profundo suspiro salió de ella cuando volvió en si.

Lentamente, regreso su cuerpo a la normalidad, dejo todo en su lugar y ahora de lo que más debía preocuparse era de que haría con las dos chicas delante suyo que la observaban con miradas confusas y molestas.

"Chelsea... Nerissa..." Comenzó a decir Ruby con nervios, mientras una forzada sonrisa se hacía presente en la comisura de sus labios.

"Ya era hora de que te tranquilices, pequeña golosa" Expresó Nerissa, haciendo que su ira se disipe "Hoy en día ya no puedes jugar un poco con ningún adolescente porque ya se toman todo en serio" Concluyó con algo de pesadez.

"¡¿Entonces todo fue por tu culpa?!" Pregunto Chelsea, quien se mostraba con el rostro totalmente sonrojado, al haber estado imaginandose muchos escenarios eroticos y claramente ficticios en su cabeza.

"¡Fue tu ex la que no pudo controlar sus hormonas!, ¡no tengo la culpa de ser tan irresistible!" Exclamó Nerissa con rapidez, tomando fuerza para defenderse.

"¡¿Por que tienes esa ropa para empezar?" Pregunto Chelsea, recién había notado las prendas provocativas que su madre estaba usando.

"Es mi uniforme de trabajo" Respondió Nerissa con tranquilidad.

"No sabía que trabajabas como prostituta" Solto Ruby con odio, haciendo que Nerissa se ponga roja de la furia.

"¡Fue suficiente!, ¡he sido muy piadosa con ustedes pero ya estoy cansada!" Expresó Nerissa con frialdad, haciendo que Chelsea y Ruby se pongan alerta "¡Van a ayudarme quieran o no!"

Nerissa alzo sus brazos, como si estuviera sosteniendo algo en sus palmas. Un brazo se extendio hacia Ruby, Nerissa estaba tratando de hechizarla.

Ruby sintio una pesadez molesta tanto en su cuerpo como en su mente, pero con la fuerza de voluntad que había adquirido y también gracias a la experiencia con hechizos, logró resistirse y hacer las cosas más difíciles para la mayor de las presentes.

"¡Maldita sea!, ¡no esperaba que fueras tan resistente!, ¡hace unos minutos eras toda mia!" Se quejo Nerissa entre suspiros de cansancio, mientras se esforzaba por poner más fuerza y poder en su hechizo.

"Chelsea me preparo para momentos como este" Explico Ruby, haciendo que momentáneamente, Chelsea la mire con tristeza "Estoy muy agradecida por eso, ya que, por lo que puedo ver, tu eres mucho peor que ella"

Ruby dio uso nuevamente de sus tentaculos, empujó a Nerissa haciendo que la misma quede recostada en la cama de forma brusca y repentina. Mientras Nerissa se reincorporaba, Ruby ya se encontraba en su delante, preparada para continuar haciendo lo que tenía en mente.

"Chelsea..." Menciono Ruby, llamando a la pequeña pelirroja "Olvida eso de que estamos peleadas, ayúdame a terminar con tu madre y olvidaré todo lo que hiciste"

Chelsea reacciono sorprendida, no podía creérselo, frente a ella estaba una forma de solucionar todos sus errores y empezar de nuevo con su amada. Pero, algo no le cuadraba, la Ruby que ella conocia no ofrecería cosas tan delicadas, casi parecía como si la estuviera chantajeando emocionalmente. Todo eso le parecia bastante extraño, por más que, desde hace un tiempo, dejo de creer que conocía perfectamente a la chica de la que se enamoró.

"¿Lo dices en serio...?" Pregunto Chelsea con timidez, intentando disimular lo emocionada que estaba por la idea.

"Digamos que... te daré otra oportunidad..." Detallo Ruby con una sonrisa, haciendo que Chelsea deje ir todas sus dudas y confíe ciegamente en las palabras de la kraken.

"Bueno..." Sin embargo, Chelsea seguía con sus dudas, la forma en la que dijo eso último la delató "De todas formas no creo que pueda hacer mucho... las sirenas no somos tan buenas para pelear, resaltamos más en la magia que tenemos"

"Que desafortunado para ti..." La voz de Nerissa retumbo en la habitación, en un momento se puso de pie, observo a sus contrarias con seriedad y firmeza "Porque... yo en lo particular..." Alzo un brazo y llego hasta Ruby, sosteniendo el tentáculo que la había empujado momentos antes "¡SE MOVERME MUY BIEN!"

"Por Neptuno... sabía que eras una puta, pero no creí que tanto como para decir eso..." Confesó la de piel celeste con una sonrisa burlona.

Nerissa se ahorro el decir algo más, pero no se quedo sin hacer nada, claro que no, comenzó con su ataque de forma fugaz, interceptando a Ruby con un golpe en el abdomen que la tomo por sorpresa y la hizo retroceder hasta terminar contra la pared.

"¡Ruby!" Exclamó Chelsea con preocupación, viendo a la antes mencionada y luego volviendo a ver a su madre, solo para notar que la misma estaba dirigiendo un golpe de puño directo hacia ella. Por suerte, sus reflejos fueron más rápidos y logró esquivar el ataque al moverse hacia la derecha.

Nerissa volvió a intentarlo, un segundo ataque se hizo presente esta vez dirigió hacia su cintura, pero nuevamente fue esquivado casi como por inercia. Un tercer ataque acontecio, dirigió al abdomen, Chelsea logro retenerlo con sus manos y redirigirlo hacia un lado.

"Por lo que veo... sabes defenderte, es admirable... pero..." Admitio Nerissa, mientras aprovechaba la distracción de su hija para sostenerla del rostro y conectar un fuerte golpe en el vientre de la misma, que la dejo sin aliento y con una sensación de vacío en su interior, como si algo dentro de ella se hubiera roto "Sigue sin ser suficiente..."

Ruby recién se reincorporo del golpe que recibió, lo primero que vio, fue la escena anterior. Algo se activo dentro de ella, un instinto agresivo que la dominó y por suerte, fue para bien, ya que, gracias al mismo, tomo la suficiente velocidad como para evitar un segundo golpe. En lugar de que eso ocurra, Ruby se encargo de someter a Nerissa tomándola de la cintura y apretando su cuerpo con sus tentaculos, como si fuera una simple y vulgar muñeca antiestrés.

Chelsea permanecia de rodillas, pero sonriente, ya que, pudo ver como Ruby de inmediato salió en su defensa. Esto la hacia sentir querida, deseada y amada. Para ella, no había mejor sensación que la de ser defendida por alguien que amas y que, en el mejor de los casos, también te ama.

"¡Estás llegando muy lejos, prostituta barata!" Expresó Ruby, estallando en furia, mientras pasaba a sostener a Nerissa del cuello "¡Esa chica que acabas de golpear carga con mi bebé!, ¡si le llega a pasar algo te juro que te usare como recipiente de un modo que te hará enloquecer!"

Por más que era una amenaza, Nerissa no pudo evitar sonrojarse un poco.

"¿Como sabe esta pequeña que me gustan las chicas rudas?" Se pregunto Nerissa mentalmente, para después, ser lanzada hacia una esquina de la cama, impactando contra las cortinas de la ventana, rompiendo lo que la sostenian y haciendo que su cuerpo termine tapado por las mismas.

"¡Chelsea!" Ruby volvió con la pelirroja, se agachó hasta estar a su altura y la ayudo a ponerse de pie "¿Como te sientes?, ¿te hizo mucho daño?"

Chelsea pensó por un segundo en fingir mayor dolor al que verdaderamente sentia, pero lo descarto rápidamente, por más que fuera una cosa mínima, ya no queria seguir mintiendo en absolutamente nada más a partir de ahora.

"No mucho... he recibido peores golpes..." Aclaro Chelsea con una pequeña sonrisa nerviosa, mientras recordaba esa vez en la que Ruby fue la que la golpeó en el mismo lugar pero haciéndole un daño aún mayor.

"Con tantos golpes que le han dado a esa cosa, sería todo un milagro que esa pequeña salga completa y no desarmada como piezas de lego" Comento Nerissa con total normalidad, lo que solo hizo hervir la sangre de las dos adolescentes que la escuchaban.

"Vuelve a burlarte de mi hija y..." Chelsea se detuvo, al notar la forma en la que su madre se refirió a su bebé "Un momento... ¿dijiste pequeña...?"

"Si, lo dije, ¿por que?" Pregunto Nerissa, fingiendo confusión.

"¿Por que le dijiste asi?" Pregunto Chelsea, mostrándose confundida.

"Porque ya se que será una niña, obviamente. Lo supe desde hace tiempo" Respondió la mayor con serenidad, para después, continuar con un comentario atroz "Aunque... yo que tu no me emocionaria mucho, dudo mucho que esa chiquilla consiga nacer, y si lo hace, ten por seguro que será una abominación de la naturaleza"

Ruby cerró sus puños con fuerza, tomo a Chelsea de la mano y solo con su intensa mirada, hizo que Nerissa pierda algo del valor que venía demostrando.

"Lo que te dije sigue en pie... Chelsea..." Comenzó a decir Ruby, con una sonrisa triunfante y encantadora "Ayúdame a terminar con esto y volveremos a estar juntas..."

"De acuerdo..." La sirenita no se lo pensó ni un segundo, eso que Ruby le ofreció a cambio era justo lo que quería. No le importaba luchar contra su propia madre para conseguirlo.

"¡Grandioso, ahora eres tú la que manipula a mi hija!, ¡no esperaba eso de ti, Gillman!" Nerissa llevo sus dedos saber su frente, paso su mano por su rostro y suspiro renovada con ideas más frescas "No es necesario llegar a todo esto, ustedes simplemente no me entienden, pero si lo hicieran, me ayudarían sin dudarlo"

"¿Crees que lo que haces puede ser justificable?" Pregunto Ruby con furia, mientras su expresion molesta se hacia más firme "Podrás tener tus razones... pero eso no te quita la culpa... solo son tus motivos, carentes de sentido e importancia"

"Si tan solo pudieran..." Una idea comenzó a formularse en su cabeza "Verlo..." La idea termino de formarse, una sonrisa se formó en la comisura de sus labios mientras que las dos chicas permanecían expectantes "Me entenderían..."

"Ya basta de juegos" Ruby alzo su brazo, activo su armadura corporal en su puño y de este modo, lo impulso hacia delante con el objetivo de golpear a Nerissa en el rostro.

Sin embargo, Nerissa fue más rápida y como si nada sostuvo el puño de Ruby, demostrando de paso, la enorme fuerza que poseía.

"Esperen un momento, ya se que puedo hacer" Nerissa llevo su mano libre a su bolsillo, cuando la saco, venía sosteniendo algo en su puño cerrado "No queria llegar a esto, pero no me dejan opción, si por las malas no funciono, tendrá que ser por las buenas"

Tanto Chelsea como Ruby arquearon una ceja, mientras que esta última seguía intentando dominar por encima de la sirena que soportaba su ataque.

"¿Que tienes ahi?" Pregunto Chelsea, curiosa y extrañada.

"Oh, es un regalo" Nerissa acerco su puño cerrado hacia las dos chicas, lo abrio y revelo un polvo blanco esparcido en la palma de su mano "Para que duerman bien..."

Sin dar tiempo para reaccionar, Nerissa soplo con fuerza y el polvo fue directo al rostro de ambas chicas, terminando por entrar por sus fosas nasales o boca en el caso de Ruby.

En un principio, esto parecía una mala broma, un chiste si gracia, pero en breves instantes, ambas chicas comenzaron a sentirse mareadas y perdieron el equilibrio, cayendo juntas al piso.

Con la vista nublada, la percepción pérdida y con un sentimiento amargo en el pecho, ambas comenzaron a cerrar sus ojos.

Mientras esto pasaba, mientras el desmayo se desarollaba, ellas nunca deshicieron su contacto. Chelsea y Ruby continuaban sosteniendo la mano de la otra.

A pesar de todo, por más que a veces pasen cosas entre ella, el tomarse de las manos siempre será por excelencia, aquello que sin importar la situación, logra traerles calma y seguridad en los momentos donde esta misma hace tanta falta. Y que, sin importar que ocurra, siempre estarán dispuestas a hacer, sean pareja o no.

"..."

Un deja vu las invadio apenas abrieron sus ojos, quizás era adecuado, ninguna lo sabia con exactitud.

Con un pequeño dolor de cabeza que se iba desvaneciendo, ambas chicas analizaron lo que podian, sus primeras impresiones no fueron tan agradables.

Chelsea bufo molesta, al notar un cuadro en un extremo izquierdo, no muy lejos de ella.

"¿Otra vez estamos en la mente de alguien?" Pregunto la sirena, ya cansada de pasar situaciones como esa.

"Podria ser un sueño colectivo..." Expresó Ruby con seriedad, mientras observaba fijamente el mismo cuadro en blanco que Chelsea estaba mirando "Una pesadilla, una visión, un presagio..."

"Cualquier cosa sería mejor que estar dentro de una mente de nuevo" Declaró Chelsea con molestia, mientras avanzaba hacia una esquina, donde se encontraba un objeto que llamo su atención "¿Desde cuando hay floreros en las mentes?"

Tomo el objeto con sus manos, al instante, sintió sus pisadas en la superficie más pesadas. El pasillo en el que se encontraban crecio exponencialmente, ya no se alcanzaba a ver por ningún lado que se pueda girar a la izquierda ni a la derecha, ahora parecía ser solo un camino recto sin un límite conocido.

"¿Que has hecho?" Pregunto Ruby, llegando hasta la pelirroja.

"¡Solo tome esto!" Exclamó, mientras mostraba el florero que de un momento a otro, dejo de ser un florero y paso a ser solo un jarrón sin flores "¡¿Que demonios?!"

Nuevamente, un deja vu se hizo presente, Chelsea y Ruby quedaron heladas al sentir la presencia de algo acercandose, junto a una sombra oscura que se venía contemplando desde la parte lateral del pasillo.

Sin decir nada, ambas sabían que tenían que hacer, se tomaron de las manos y eligieron uno de los cuatro caminos disponibles. Se fueron al más cercano, corrieron en linea recta esperando no ser encontradas.

La situación era más difícil que la última vez que algo las persiguió, precisamente porque, esta vez, los pasillos eran en linea recta, no había ningún punto para poder dar vuelta y esconderse. En palabras simples, una vez que fueran vistas, serían perseguidas hasta que ya no puedan correr más y la bestia los alcanze.

"¡¿No habías destruido a esa cosa?!" Pregunto Chelsea con temor, mientras continuaba corriendo y viendo de reojo más cuadros que aparecían sin cesar.

"¡Si lo hice, pero no puede ser la misma!" Exclamó la kraken en respuesta, mientras se detenía abruptamente "¡Tiene que ser otra cosa, esta no puede ser la mente de mi madre!"

"Cierto... porque solo estábamos con Nerissa antes de desmayarnos..." Dijo Chelsea con más calma, mientras soltaba la mano de Ruby "Aún asi, que no sea la misma bestia no significa que no sea peligrosa"

"¡Tienes que sacarnos de aqui!" Exclamó Ruby, mientras tomaba a Chelsea de los hombros y la sacudía con fuerza.

"¡¿Por que asumes que se como hacerlo?!" Pregunto Chelsea, mientras intentaba librarse del agarre.

"¡Es la mente de tu madre, deberías saberlo!" Expresó Ruby, incomodando a Chelsea por lo que insinuaba.

"¡Ni siquiera estamos seguras si estamos la mente de ella!" Exclamó Chelsea, mientras se libraba e intentaba controlar algo en su entorno, pero no consiguió nada "Ya lo intente... no estamos en mi mente, si lo estuvieramos, tendría la fuerza para sacarnos de aqui"

Ruby intento lo mismo, pese a ser una principiante en eso. Se concentró, pensó en actuar como si estuviera en un sueño lucido, por más que imagino y formuló cosas en su cabeza, en la realidad nada cambio, todo seguía igual.

"Un momento... ¡eso es!" Ruby sonrio bendecida, mientras hacia sus puños más grandes y su piel cambiaba a un color morado. No perdió más tiempo, impacto un potente golpe con sus dos puños a la superficie, generando una pequeña grieta.

"¡¿Que estas haciendo?!" Pregunto Chelsea desconcertada, mientras sentía la potencia de cada golpe lanzado por Ruby.

"¡La última vez conseguimos salir de la mente de mi madre rompiendo el piso!" Exclamó Ruby mientras continuaba conectando más golpes "¡Quizás funcione aquí también!"

"Es cierto, no lo recordaba..." Admitio Chelsea con una sonrisa nerviosa "Tal vez eso hubiera servido para escapar cuando quedamos atrapadas el día de ayer"

"¡Ya no hay tiempo para lamentos!" Exclamó determinada, haciendo crecer sus puños y golpeando con mucha más fuerza el piso.

Con cada golpe que daba, hacia temblar todo el lugar, muchos otros jarrones caian de sus estantes, muchos cuadros se descolgaban, las luces del techo se apagaban, todo se estaba desmoronando.

Chelsea continuaba sosteniendo el jarrón que tomo en un inicio, no queria soltarlo, le había parecido una bonita decoración y quería llevársela hasta donde pueda.

En eso, vio una sombra acercarse desde la oscuridad, una figura gigante se pronunció mientras una sensancion nauseabunda inundaba su corazón y mente.

"¡Tienes que darte prisa!" Exclamó Chelsea, desesperada y con miedo, sintiéndose inútil en esta situación.

"¡Ya casi... lo logro...!" Le parecia una molestia que el piso sea tan resistente, pero por suerte, su enfado llego a un punto máximo, lo que la ayudo a usar todo su poder en un último golpe que no sólo rompio esa zona, sino que también quebró todo el piso a su alrededor.

Pasaron unos breves instantes en cámara lenta, viendo como cada grieta termina por conseguir un resultado en común, un colapso total que las llevo a caer hacia el vacio, hacia la misma nada aparentemente.

Mientras descendían, Ruby se las arreglo para sostener a Chelsea y protegerla, escondiendola en sus brazos. La misma se hubiera avergonzado si no estuviera más concentrada en gritar aterrada por la sensación de una caída libre y profunda.

Ruby tambien tenía miedo y mucho terror, ella misma recordaba que la última vez las cosas fueron más rápidas. No obstante, no iba a dejar que el miedo la domine, solo cerró los ojos y llevo toda su concentración a convencerse de que todo era un sueño, de que nada de lo que ocurria era real.

De repente, ya no sintio que se encontraba cayendo, todo lo contrario, se sentía estática en un mismo sitio. Abrio sus ojos, aún temerosa, y solo observo un prado verde extenso y oscuro, con el pasto mal cortado, flores marchitas y un árbol de cerezo en un extremo que de momento, parecía ser lo único con vida y color en todo el lugar.

Miro hacia abajo, noto que se encontraba recostada en un zona libre, donde no había vegetación. Más precisamente, en un camino que iniciaba con un círculo, lugar donde ellas estaban ahora.

Se levanto de su sitio, abrio sus brazos para dejar salir a Chelsea, pero la misma se encontraba sujeta a su cuerpo, abrazandola como si su vida dependiera de ello.

"Chelsea... despierta..." Dijo Ruby, pensando que la sirena se encontraba dormida.

"¿Estamos en el infierno?" Pregunto Chelsea con miedo, mientras abría uno de sus ojos.

"No sabría decirte, pero no creo que hayamos muerto" Expresó Ruby con un poco más de calma.

"¿Que te hace pensar eso?" Pregunto Chelsea con seriedad "Si estás pensando que no puede pasarte nada malo cuando estas en la mente de alguien, dejame recordarte que yo tengo esta cicatriz en la ceja" Dijo mientras señalaba la zona antes mencionada "Y que según lo que me contaste hace poco, termine muriendo a manos de la bestia que nos perseguía la primera vez"

"No lo digo por eso" Declaro, aunque ella misma sabía que Chelsea no mentia, si se había olvidado de todos esos momentos y detalles "Lo digo porque no sentí ninguna caída abrupta contra algo ni nada por el estilo, solo aparecimos aqui de repente"

Un breve silencio se pronunció entre, solo se oía la brisa del viento y las respiraciones tenues de ambas chicas.

"Por cierto, ya puedes soltarme" Expresó la kraken, con cierta vergüenza.

"Lo siento..." Dijo Chelsea con timidez, mientras dejaba el cuerpo de su contraria y aterrizaba en el suelo "Este lugar... se me hace conocido... siento como si ya hubiera estado aqui antes..."

"Bueno, es como un parque en muy mal estado, no es muy difícil pensar que en algún momento de tu vida has estado en un parque similar" Opino Ruby con simpleza, mientras volvia a su tamaño convencional.

Chelsea noto el camino marcado que pisaban, vio que el mismo se extendia hasta no muy lejos de donde ambas se encontraban. El camino llevaba precisamente, a una fuente que se podía ver a lo lejos.

"Quizás debamos investigar, como la última vez" Sugirio la sirena, mientras mostraba curiosidad por su entorno.

"Bueno... empecemos siguiendo este camino, quizás haya algo más interesante al final" Declaro, mientras se sentía confundida de que su técnica para salir de la mente de Nerissa no haya funcionado.

Chelsea guardo silencio, se limitó a obedecer, comenzó a caminar en linea recta, siendo seguida por Ruby. Ambas chicas observaban a su alrededor mientras seguian el camino de tierra, veían que toda la vegetación estaba prácticamente destrozada, en las ultimas, completamente desvastada, parecía que las mismas áreas verdes llevaban años sin ser cuidadas como es debido.

El miedo, la incertidumbre pero sobretodo, la curiosidad llenaba sus mentes, no comprendían nada y cada una por su cuenta se encontraban sacando sus propias conclusiones de lo que podía estar ocurriendo.

No fue hasta que, después de un largo rato caminando sin decirse nada, vieron a una figura familiar cerca de la fuente, aquella figura se encontraba de espaldas, pero con sólo ver eso era suficiente para que tanto Ruby como Chelsea identifiquen de quien se trataba.

Llegaron hasta ella, pero no dieron ningún paso más, se sentían nerviosas, asustadas por algún motivo. Y es que, ellas pensaban que la figura era Nerissa, pero lo que se les hacia raro, era toda esta aura de misterio que la misma venía generando.

"Tardaron menos de lo que pensé... sigo cometiendo el error de susbestimarlas..." Expresó aquella figura, confirmando quien era realmente.

"¿A que estas jugando, Nerissa?" Pregunto Ruby, siendo la primera en acercarse.

No tuvo ninguna respuesta, Nerissa no le dijo nada, solo continuó observando las fuente delante suyo, viendo el agua salir y caer,

"¿Por que nos trajiste a tu mente?" Pregunto, siendo Chelsea esta vez la que tomaría ventaja y se acercaría mucho más, pero manteniendo seguridad y precaución ante cualquier posible ataque "¿Que mierda estas planeando?"

Se escucho un pequeño quejido venir de Nerissa, su respiración parecía estar agitada, como si hubiera tenido una crisis nerviosa recientemente o como si hubiera pasado por algo complicado a nivel sentimental.

La agresividad de Chelsea disminuyó, no pudo evitarlo, pero nunca bajo la guardia. Se acerco a su madre por completo, llegando hasta sus espaldas, mostrandose más calmada y pacífica.

"¿Que quieres ganar con todo esto?" Pregunto la pequeña sirena, dirigiéndose a su madre con empatia y preocupación, cosas que pocas veces se veían en ella.

"Solo quiero que me entiendan... las quiero engañar, pero también quiero vivir felizmente con ustedes como si nada hubiera pasado..." Expresó con frialdad, mientras su voz se entrecortaba "Quiero usarlas... pero una vez no es suficiente, quiero ser libre, pero no quiero quedarme sola para conseguirlo..." Se mostró al darse vuelta, revelo sus ojos llorosos y aspecto demacrado, junto a unas ojeras potentes y un cabello desalineado "Quiero... vengarme... pero temo que hacerlo no me traiga la satisfacción que estoy buscando... y lo único que consiga sea quedarme más sola que antes..."

Chelsea oia, prestando suma atención, pocas veces algo le interesaba tanto como para mostrarse en total seriedad. Más pronto que tarde, Ruby llego hasta ella, quedando a su costado y preparándose para entender la situación.

"No pensé que harían que me encariñe con ustedes de nuevo, siempre fueron mis hijas pero... si soy honesta, el cariño que les tenía se esfumó una vez que termine aqui..." Expresó Nerissa, dejando más confundidas a ambas chicas que la escuchaban.

"¿Donde es aqui?" Preguntaron ambas al mismo tiempo, completamente sincronizadas.

"Donde nunca me fui..." Respondió, con un semblante deprimente, dándose vuelta nuevamente para avanzar en silencio "Cada uno tiene su versión propia del paraíso, para mi, mi paraíso ideal era este lugar, donde conoci a Agatha y sellamos nuestro amor... pero..." Se detuvo un momento, para suspirar y continuar "Con el pasar del tiempo, los años deterioraron todo hasta hacerlo ver como un cruel y tormentoso infierno. He pasado... tanto tiempo sin ver la luz del día que... estoy comenzando a dudar si la luz tan siquiera existe en este mundo lleno de oscuridad..."

Una fuerte brisa se hizo presente cuando Nerissa termino de hablar, Chelsea y Ruby se mantenían calladas, tenían curiosidad sobre lo que Nerissa relataba, pero simplemente no sabían como presentar sus dudas en este momento sin que se sienta fuera de lugar.

Se escucho un pequeño quejido venir de Nerissa, la misma se encontraba delante de la fuente del lugar. Llevo su mano al bolsillo, saco una moneda que sostuvo con sus dedos, extendio su mano hasta la fuente.

"Pedí muchos deseos aqui, pero nunca ocurrio nada, porque cada vez que lanzaba una moneda..." Abrio su puño cerrado, dejo caer la moneda hacia el agua de la fuente, la misma impacto y se escucho el sonido esperado, pero al momento de observarla, parecía haber desaparecido. Nerissa volteó a ver a las dos chicas, volvió a meter su mano a uno de sus bolsillos, sacando la misma moneda que acaba de lanzar "La misma solo volvia a mi..."

La sorpresa fue notable, pero no muy exagerada, l adolescentes pensaban que quizás todo esto era un truco. Sin embargo, la seriedad con la que Nerissa se mostraba junto al sentimiento con el que cargaban sus palabras hacia que todo parezca verídico.

"¿Que deseos pedías aqui?" Pregunto Ruby, con una expresión serena y expectante.

"Escapar" Respondió Nerissa al instante, no se lo pensó ni un segundo, tenía la respuesta bien clara desde antes que Ruby la formulará "Solo deseo escapar de aqui y hacer arder el mundo que me dio la espalda" Concluyó, con una expresión tétrica.

"¿Y piensas que te ayudaremos con eso?" Se cuestionó Ruby, mirando a la mayor con algo de molestia.

"Lo que piense da igual, lo único que importa, es lo que tu decidas hacer" De forma sorpresiva, Nerissa llevo su mano derecha al pecho de Ruby, colocándolo justo donde su corazón palpitaba "Ya sea para mi o para ti, lo único seguro es que jamás debes actuar en base a lo que tu corazón desee..."

Ruby se avergonzo, se confundió y termino extrañada. Se aparto con rapidez, preparándose para comenzar a cuestionar.

"¿Que quieres decir con eso?" Pregunto, viendo de reojo como Chelsea de igual forma parecía estar comenzando a molestarse.

"Yo segui a mi corazón, el me decia... que confíe en Agatha... y así lo hice..." Expresó con una radiante sonrisa, que terminó por perder su brillo tan pronto como llego "Esto es lo que me gane, por hacer caso a mis sentimientos en lugar de mi razón. Esto es lo que pasa cuando te dejas llevar por sentimientos tan dañinos como el amor y dejas que tu lado enamorado tome todas las decisiones" Concluyó con seriedad, manteniendo su expresion firme.

Ruby trago saliva, en el transcurso del último tiempo, recordó la "sabiduría" que ella seguia, siendo precisamente, la de seguir a su corazón.

Junto a esto, recordó la vez en la que ella misma tomo la mayor decisión de su vida siguiendo lo que decia su corazón.

¿Que paso?, terminó traicionada, engañada, usada y casi desechada.

Por más que suene exagerado, para Ruby, si ella no llegaba a darse cuenta de todo a tiempo, las cosas solo hubieran empeorado. No quiere ni imaginarse lo que hubiera pasado si Chelsea continuará ejerciendo poder sobre ella gracias al hechizo que lo comenzó todo, se siente afortunada de que las cosas no hayan terminado asi.

No obstante, el simple hecho de recordar estos sucesos, hace que ahora tenga que empatizar con Nerissa, algo que ella misma pensaba que jamás sucederia.

Pero no tenía forma de no hacerlo, porque la situación de ambas eran tan similares, con la diferencia de que, para Ruby el tormento acabo y para Nerissa el tormento sigue fatal y esta lejos de terminarse.

"Por eso, jamás confíes en lo que tu corazón diga, menos si se trata de una tontería como el amor" Declaró Nerissa, con un tono de voz que demostraba su tristeza y seriedad.

"No puedes dar consejos basandote únicamente en tu experiencia" Expresó Chelsea de forma repentina, llamando la atención de sus contrarias "Que tú no hayas tenido suerte en el amor no significa que Ruby tampoco la tendrá"

"¿Pero que dices?" Pregunto Nerissa con sorpresa, mientras una ira reprimida salía a flote lentamente "No pudo creerlo... no pensé que fueras tan sinica como para decir eso después de todo el daño que le has hecho..."

"Yo misma se... que cometí errores..." Se detuvo un momento, mientras apretaba sus puños con fuerza "Muchos errores que me costaron un final feliz al lado del amor de mi vida, pero... a diferencia tuya... yo no me la paso pensando que soy una pobre víctima, ¡yo se que estoy obteniendo lo que merezco!" Exclamó, con determinación y fuerza "¡Esto no es lo que quería pero fue lo que me busque!, ¡en lugar de concentrar todo tu odio en sentir pena por ti misma y planear una venganza estúpida, deberías enmendar tus errores y dejar de atormentarte por lo que fuiste en el pasado!" Expresó finalmente, concluyendo con lo que quería decir ante la situación.

Ruby observo a Chelsea con un brillo en sus ojos que indicaba sorpresa, las palabras de la sirena fueron muy acertadas para conseguir su perdón, algo sorprendente considerando que esas palabras no iban dirigidas a ella directamente.

Nerissa se quedo con el mismo semblante serio y firme, pero poco a poco, esa expresión se deformaba, siendo dominada por una fuerte ira que venía haciendo su aparición desde lo más profundo de su alma.

"¿Acaso... estas minimizando todo lo que pase?" Pregunto Nerissa, incredula e ironica "¿Tienes idea de lo horrible que es pasar más de quince años en completa soledad, atrapada en el lugar de tus sueños, viendo como todo comienza a hacerse añicos lentamente y sin poder hacer nada al respecto?" Se cuestionó, mientras tomaba su proximidad hacia su hija, la cual, seguía firme en su misma posición "Ni siquiera fueron quince años, fueron siglos, tres dígitos numerales que se formaron gracias al paso de los años... ¡¿eso te parece poco?!"

Nerissa se mostraba agresiva, parecía estar por atacar a su propia hija y dejar salir toda su ira usando su cuerpo como saco de boxeo. Ruby noto la hostilidad de Nerissa y quiso intervenir, pero Chelsea la detuvo extendiendo una mano delante de ella.

Chelsea quería hacerse cargo de sus errores por su cuenta, ya no queria involucrar a nadie más. Había llegado a la conclusión de que, lo mejor para comenzar con su reformacion, sería comenzar a enfrentar todo lo que ella misma ocasionó, ya sea de forma directa o indirecta.

Solucionar el asunto con su madre solo era una cosa más en la lista de cosas horribles que cometió en los últimos meses. No podía ser tan difícil, al menos, eso pensaba ella, quien continuaba viendo como su madre se encontraba sosteniendo su brazo desde su muñeca.

"No intentes comparar lo que tú le hiciste a Ruby con lo que Agatha me hizo a mi, hacerlo es una tontería, tú te quedas muy corta, al lado de ella no pareces más que un pececito miedoso escapando de los peligros del mar" Declaró Nerissa con recelo, mientras hacia más suave el agarre que mantenia en el brazo de su hija.

"Al final, lo que ambas obtuvimos fue lo que nos ganamos por nuestras acciones" Comenzó a decir Chelsea, dejando salir una pequeña sonrisa despreocupada "No sirve de nada lamentarse, mucho menos si por lo que tanto lloramos es lo que vinimos pidiendo a gritos por tanto tiempo"

Nerissa perdió la paciencia, por suerte, seguía estando lo suficientemente conciente de su situación como para no golpear a su hija. Aún asi, eso no la detuvo de sujetar con mucha más fuerza el brazo que venía sosteniendo con anterioridad, faltaba muy poco para que sus garras quedarán incrustadas en la piel clara y suave de su menor hija.

"¡YO NO SOY IGUAL QUE TÚ!, ¡YO NO HICE NADA PARA MERECER ESTO!" Exclamó Nerissa con desesperación, si cuerpo temblaba mientras su voz se entrecortaba, parecía estar con un enorme remordimiento atorado en la garganta que no la dejaba expresarse adecuadamente.

"¡Tú misma me dijiste que hechizaste a Agatha para que se enamorará de ti!" Respondió Chelsea, mostrándose fuerte y decidida al resistir el agarre de su madre "¡Yo misma hice eso y no sabes cuanto me arrepiento!, ¡no sabes cuanto ha sufrido Ruby por mi culpa!, ¡estoy segura que Agatha sufrió igual o incluso peor cuando tú le hiciste lo mismo!"

"Tú... no lo entiendes..." Nerissa gruñia, mientras sus ojos desprendían un brillo rojizo "Fue algo que tenía que hacer... no podía dejar que esa pendeja saliera impune..."

"¿De que pendeja hablas?, ¿de Agatha?" Pregunto Chelsea con confusión.

"¡De su madre!, ¡la reina kraken!" Exclamó en un fuerte grito que retumbo el lugar con una fuerte corriente de aire "¡Esa desgraciada... acabo con mi vida entera!, ¡mi mamá... mi papá... toda mi familia desaparecio por su culpa!"

Chelsea solto un pequeño quejido al sentir finalmente, como Nerissa introducía sus uñas en la piel de su brazo. El dolor era fuerte, pero no tan grave, lo peor de todo era el movimiento inquieto que hacían los dedos de Nerissa, generando mucho más dolor y un cosquilleo para nada agradable.

"¡Uso nuestra magia, uso a nuestra familia para cambiar el orden natural de las cosas!" Chelsea y Ruby escuchaban atentamente, cada una teniendo sus propias dificultades pero esforzándose al máximo "¡Se lleno con el poder necesario para hacerse gigante!, ¡dejo a los machos como inútiles que solo sirven para reproducirse!"

"¿De que estas hablando?" Pregunto Chelsea, con su voz entrecortada por estar soportando el dolor de su brazo.

"Nunca les conte... antiguamente, los krakens podían hacerse gigantes, y eran las hembras las que no servían para casi nada" Comenzó a narrar, mostrándose más calmada de repente "La reina de ese entonces... se excusó diciendo que los machos no podían controlarse, que sus emociones eran oscuras y solo desencadenaban caos y destrucción. No fue difícil que todas las hembras le crean, después de todo, por culpa de los machos de ese entonces es que los humanos tienen idealizado a un kraken gigante como un ser que atormenta a los marinos y destruye los barcos" Se detuvo, su mirada se tenso y su ataque hacia su hija aumento en potencia "Siendo la pendeja que es, era claro que no conseguiría nada por su cuenta. Por eso, nos pidió ayuda, concentró la magia de las sirenas para cambiar el curso que la naturaleza misma había dictado, logrando asi, que a partir de ese dia, los machos pierdan su cualidad más distintiva y ahora las hembras sean las que tengan todo el poder que siempre quisieron..." Concluyó, aparentemente, ya que se detuvo y se quedó en silencio.

"¿Como nuestra magia podría llegar tan lejos?" Pregunto Chelsea, mostrándose ampliamente sorprendida.

"Eso fue hace siglos, nos hemos debilitado desde entonces... todo por culpa de ella y su traición..." Dirigió su mirada hacia Ruby, quien se sorprendió al sentirse observada "Tú querida abuela uso todo el poder que le dimos para declararnos la guerra y destruir a casi toda nuestra especie. Las pocas que hemos sobrevivido nos hemos perdido tanto que es mejor pensar que no quedan más como nosotras, porque no somos iguales a como lo eramos en el pasado, perdimos mucho poder y ahora nos vemos obligadas a usar tridentes mágicos para poder demostrar toda la fuerza que guardamos dentro..." Su voz se afilo, se volvió sombria, volvió hacia Chelsea y su agarre se hizo desgarrador. Sin remordimiento, comenzó a dejar una continua y potente herida que bajaba como un camino singular, que dejaba un líquido viscoso manchando la zona "Por suerte... soy de las pocas que aún sin tridente puede valerse por su cuenta... ¡pero ahora que saben esto, deben entender que si use a Agatha en un inicio fue porque quería vengar a toda mi raza y sobretodo a mi madre que murió a sangre fría y con el corazón roto!"

Chelsea no pudo soportarlo más, el dolor se había hecho insoportable, prácticamente su piel se estaba desgarrando, como si estuviera siendo retirada como rollos de papel. Sus gritos de dolor eran horrorosos, ruidos y lúgubres. Lo peor de todo, es que Nerissa parecía disfrutar de lo que hacia, teniendo una mirada perdida envuelta en un color rojizo que recordaba a la misma sangre que en este momento, salía disparada por chorros desde la superficie delicada de una muñeca indefensa.

Afortunadamente, la tortura termino cuando Ruby, habiendose hecho mas grande con anterioridad, acertó un fuerte golpe a Nerissa en su rostro, lo que hizo que la mayor pierda el equilibrio y caiga de espaldas hacia un costado. Junto a esto, Chelsea quedo libre y termino cayendo de rodillas, mientras agonizaba por el dolor de su sangrado.

Ruby fue de inmediato hacia Chelsea, como su auxiliar, se espanto al ver lo profunda que era la herida de la pelirroja, y también por la rapidez en la que la misma perdia sangre.

Asustada, trato de mantenerse en calma para tratar la situación lo mejor posible, no queria que ocurra una tragedia, no de nuevo.

La imagen de Chelsea muriendo frente a sus ojos vino a ella, pero no desde su imaginación, sino desde su baúl de recuerdos, como algo que ella prefería olvidar pero que en este momento tan crítico, era imposible no recordar al encontrar tantas similitudes.

Ruby tomo a Chelsea con un brazo, y con el otro, trato de usarlo como un vendaje, que se enredo por toda la herida de Chelsea, para así tratar de detener el sangrado.

Sin embargo, al ver que esto no daba un buen resultado y que, inclusive, hacia que Chelsea sufra más, decidió intentar otra cosa. Volvio a su tamaño normal, recuperando su ropa, se quito su blusa, la lanzo hacia un lado y arrancó un pedazo de la camisa que venía luciendo, dejando al descubierto parte de su abdomen azulado. Con la prenda rasgada que sostenia, cubrió la herida del brazo de la sirena, quien se encontraba gimiendo de dolor y tratando de expresarse, aunque de ella solo salían pequeños balbuceos cortantes y finos.

"Resiste... Chelsea..." Susurro Ruby, mientras lagrimeaba. Su voz sonaba rota, como si estuviera esforzándose por mantener la calma y no mostrarse vulnerable.

"Ruby..." Llamo una débil sirena, con una voz aún más débil. Ruby de inmediato le presto atención "Quiero... irme a casa... contigo..." Fue lo único que pudo decir Chelsea, lo único que pudo formular entre todos sus balbuceos y quejidos.

La joven kraken no tenía palabras, era conciente de que, prácticamente, Chelsea estaba muriendo en sus brazos.

Tenia la fuerte responsabilidad de cuidarla, de protegerla, de salvarla en este estado tan crítico. No obstante, lentamente perdia las esperanzas, pues no tenía más que hacer que solo mirar como todos sus intentos por ayudar eran inútiles.

No fue hasta que por el rabillo de su ojo identifico las figura de Nerissa acercándose que una llama ardiente nació de su interior, un poderoso sentimiento de ira mezclado con dolor.

Tomo a Chelsea, en brazos, se alejo sin decir nada. Nerissa llego hasta ella, Ruby la encaro, con una mirada fija puesta en la mayor mientras la menor de las sirenas agonizaba con dolor.

"Sacanos de aqui..." Ordeno Ruby con una expresión profunda, mostrando de forma inconciente, unos colmillos que ocultaba en su dentadura.

Nerissa no se mostró intimidada, en realidad, no mostraba ninguna emoción, simplemente estaba ahi, parada delante de Ruby, viendo con cero empatia como su hija fallecía lentamente en los brazos de la joven kraken que ahora la desafiaba.

"¿No me escuchaste?" Pregunto, mostrándose agresiva, mientras una brisa de viento golpeaba su rostro y hacia que su cabello se mueva siguiendo un ritmo sin preparación "Sacanos de aqui, ahora" Sentenció la peliazul con su voz firme y segura, mientras de forma decidida y feroz, se aproximaba hacia su contraria.

"No puedo hacerlo, aún tengo que hablar con ustedes" Respondió Nerissa con simpleza, mientras llevaba sus manos a sus bolsillos.

"Si no lo haces ahora..." Llevo su puño cerrado hacia el rostro de la sirena, quien se mostró neutral ante la amenaza inminente "Borraré esa expresión de tú cara..."

"¿Crees tener la fuerza como para hacer eso?" Se cuestionó Nerissa, con un tono burlon.

"Claro que si, un golpe de mi puño es todo lo que necesito..." Mientras que con un brazo sostenia a Chelsea, con el otro amenazaba a Nerissa, mientras que sus tentaculos comenzaban a aparecer desde sus espaldas.

Nerissa sonrio, saco la mano de su bolsillo y revelo la misma moneda que intento lanzar a la fuente hace unos momentos.

"Ya que yo no puedo pedir deseos, ¿por que no pides uno?" Pregunto a la menor, mientras le ofrecía la moneda y formaba una sonrisa en sus labios que lucia demasiado amigable.

Ruby se mostró confundida, extrañada e intrigada. No dejo de sostener a Chelsea y tampoco dejo de mostrarse amenazante, pero, ciertamente, su agresividad bajo al sentirse curiosa por la situación.

"Solo tomala..." Nerissa no se mostró cuidadosa, no tomo ninguna precaución y simplemente llego hasta Ruby con total normalidad "Y pide un deseo..."

Ruby sabía que tenía la oportunidad perfecta para atacar a Nerissa, aprovechando que tenía la guardia baja. Sin embargo, no realizó ningún movimiento ofensivo, no se atrevía, este pequeño momento de confusión le sirvió para pensar mejor en lo que tenía planeado hacer, llegando a la conclusión de que no valía la pena cobrar la vida de alguien más por una vida que ya no volverá.

Más que nada, era ver que Chelsea continuaba respirando lo que la mantenia cuerda y con la esperanza de que se pondrá bien y todo volverá a la normalidad.

Aferró a Chelsea a su cuerpo, la sirena al sentir el calor del cuerpo de Ruby, recuperó un poco sus fuerzas, lo suficiente como para abrazarla con fuerza, quedando con el pensamiento de que, por lo menos, si tenía que morir lo haría en los brazos de la dueña de su corazón.

"Pero debo advertirte, ya te explique a detalle que tomar decisiones en base a lo que el corazón quiere es un error fatal... igualmente, no puedo tener control de lo que vayas a pedir, al final... es tu décision" Expresó Nerissa con seriedad, mientras observaba con recelo como Ruby sostenia a Chelsea.

"¿En verdad... funcionan esos deseos?" Pregunto Ruby, curiosa e ilusionada, ni siquiera sabía por que estaba confiando en Nerissa y siguiéndole el juego.

"No lo sé, nunca he podido pedirlos. Pero quizás... para ti si funcionen..." Respondió, para finalmente entregarle a Ruby la moneda de bajo valor que venía presumiendo "Nunca lo sabrás si no lo intentas"

Ruby observo la moneda, fascinada por el diseño y el inusual brillo que la misma emanaba. Aún sosteniendo a Chelsea, camino hasta la fuente con moneda en mano, una vez que estuvo lo suficientemente cerca, extendio su puño cerrado donde la moneda se escondia, y se preparo para soltarla y pedir su deseo.

Estaba claro, lo que quería pedir era salvar a Chelsea. Pero, había algo que no le cuadraba, sentia que estaba perdiendo el tiempo, que estaba atrapada en medio de una trampa orquestada por Nerissa que tenía oscuros propósitos detrás.

Pero no le dio importancia y continuó con lo suyo.

¿Que deseo pedir?, era lo que se preguntaba, sentia la mirada de Nerissa clavada en su nuca, con una fuerza que traspasaba un plano incomprensible para la mente de cualquier ser vivo. Todo esto solo la hacia sentir más nerviosa, más indecisa, más insegura de la futura decisión que tomaría.

¿Era una estupidez?, seguramente si, ¿que sentido tenía hacerlo entonces?, ninguno, simplemente era como una forma de avanzar con lo que sea que Nerissa este planeando.

"Deseo..." Comenzó a decir Ruby en voz alta, con su rostro agotado y ojos esperanzados "Que Chelsea y yo podamos salir vivas de este lugar..." Concluyó, con una pequeña sonrisa, para posteriormente, dejar caer la moneda a la fuente.

Como era de esperarse, la moneda cayo y no fue devuelta, solo se quedo hundida.

Pasaron unos breves instantes, donde no ocurrio nada, el silencio reinaba y la incertidumbre de saber que pasaría también estaba presente.

De repente, así de la nada, una puerta de madera rojiza apareció en una esquina no tan lejana, venía con un bordado arriba que decia "Salida".

Ruby se sorprendió ante lo ocurrio, de verdad no tenía casi nada de fe, pero se sentía feliz de que al menos algo haya pasado.

"¡No, se suponía que ibas a pedir que Chelsea se recupere!" Exclamó Nerissa con rapidez y una molestia notable.

"Pero... ¿que no era eso lo que no querías que pidiera?" Pregunto Ruby con confusión.

"¡Estaba usando psicología inversa!" Confesó la mayor con desesperación, para después, acercarse de forma fugaz "¡Jamás volveré a usar esa psicología estúpida!"

Ruby noto que Nerissa se acercaba, actuando rápido sujeto más fuerte a Chelsea y corrió hasta la puerta, abrio la perilla y la cerró detrás suyo.

Por poco y no lo conseguia, ya que, noto un ligero rasgón en su camisa, producido por Nerissa, quien había encajado sus garras en la espalda de Ruby, justo en el último momento.

Respirando con agotamiento, Ruby trataba de calmarse. Paso unos segundos asi, sentada en el piso sin decir nada. Cuando estuvo lo suficientemente calmada, se puso de pie y abrio la puerta por la que antes había entrado, ahí se dio cuenta que la puerta ya no te llevaba a ningún lado, solo a un sitio vacío y oscuro que parecía no tener fin.

Ruby cerro la puerta y dirigió su atención hacia Chelsea, la misma se encontraba bostezando, como si estuviera despertando de un sueño tranquilo y calmado.

"¿Estás bien?" Pregunto la kraken, con una profunda preocupación por el estado de su contraria.

"Si... de repente me siento mejor... aunque aún me duele..." Respondió con una débil sonrisa, mientras hacia un movimiento para mostrar el brazo donde estaba su herida. Al retirar el pedazo de prenda que Ruby coloco para detener el sangrado, se dio con la sorpresa de ver como su herida ya habia sicatrizado por completo "No pensé... que tuviera una regeneración tan fugaz..."

"Debe ser por mi deseo" Comenzó a teorizar la peliazul, llamando la atención de la pelirroja "Muy posiblemente ibas a morir por la pérdida de sangre, así que, como mi deseo fue que ambas salgamos de aqui vivas, sin importar que pase no podrás morir hasta que salgamos" Concluyó, con una expresión más calmada.

"¿De que deseo hablas?, estuve desmayada, necesito contexto" Solicito Chelsea con una expresión curiosa e inocente.

"Quizás más tarde te lo cuente, ahora..." Se puso de pie, invito a su acompañante a que también haga lo mismo, extendiendo su mano hacia ella. Chelsea obedecio y tomo la mano de la kraken, asi siendo ayudada para ponerse de pie "Tenemos que salir de aqui y detener a Nerissa de una vez por todas"

"¿Como... saldremos de aqui?" Pregunto Chelsea, quien estaba ocultando la comenzó intensa que comenzó a sentir por todo su cuerpo "Para empezar... ¿donde estamos?, parece un almacén" Declaró mientras veía muchas cajas marrones en estantes, cuadros borrosos y papelería desordenada.

"Una oficina, un sitio de trabajo, da igual, solo vámonos..." Ruby no tenía problemas en mostrar lo cansada que estaba de estar en ese sitio, solo quería irse y terminar con todo el tormento que venía soportando. De forma rápida, tomo a Chelsea de la mano y comenzó a caminar, teniendo sumo cuidado de no ser muy brusca con ella por su brazo adolorido.

"Quizás podamos hacer algo para razonar con mi mamá..." Sugirio Chelsea con una voz timida y nerviosa.

"¿Que se te ocurre?, ¿cederle el control total de nuestras mentes para convertirnos en sus esclavas?" Pregunto Ruby con ironía y un tono serio, mientras continuaba caminando por el pasillo.

"No necesariamente... pero ya la oiste, algo esta ocultando y sospecho que ese algo es el motivo por el cual hace todo esto..." Expresó con tristeza, mientras veía como Ruby se detenía abruptamente.

"Chelsea, te recuerdo que ella literalmente acaba de intentar matarte" Comenzó a decir la joven kraken, con una expresión incredula y furiosa "Mientras yo estuve a punto de colapsar porque pensé que te perdería otra vez... ¿tú estás pensando en intentar razonar con ella?, ¿es en serio?"

"Ella... yo se que esta muy lastimada... lo pude sentir cuando... me ataco..." Chelsea recordó el momento, la sensancion horrible que sintio en su cabeza cuando Nerissa clavo sus uñas en la piel de la sirena más joven "Se que quiso matarme... pero... es porque no está pensando las cosas, esta actuando en base a los sentimientos negativos que tiene acumulados, necesita ayuda"

"Que la ayude su abuela, yo no tengo intenciones de volver a verla sino es para mínimamente, darle un buen golpe en la cara" Expresó Ruby con frialdad, mientras volvia su mirada hacia Chelsea "Ahora tú eres la que es demasiado sensible y noble, ¿que pasó contigo?, antes no eras asi"

"Antes no era feliz, solo vivía siguiendo un solo sentimiento... la venganza..." Comenzó a explicar, mientras débilmente, soltaba la mano de la peliazul "Ella... esta sufriendo como yo... y se está resguardando en su agresividad para no ser dañada de nuevo, justo como yo lo hice... cuando intente no enamorarme de ti para no terminar vulnerable, pero al final... termine cayendo ante tús encantos..." Continuó diciendo, con una sonrisa nostálgica que torpemente, contagio a Ruby, haciendo que sonria y sus mejillas se pinten de rojo "Nuestra historia podria tener un final feliz, pero eso depende de nosotras mismas, podemos apoyarnos y decidir que camino tomar después de tantos errores" Tomando la mano de la joven, sus ojos brillantes hicieron que Ruby sienta cosas en su interior, una combinación de sentimientos que reflejaban amor y esperanza. Rápidamente, Chelsea cambio su rostro energético y feliz a uno preocupado "En cambio, Nerissa no tiene a nadie que pueda ayudarla a encaminarse en el buen camino, quizás haya hecho cosas malas, pero pienso que... aún no es tarde para que haga bien las cosas..."

El rostro de Ruby se mostró afligido, estaba pensativa, dudosa y sobretodo confundida de ver esta faceta de Chelsea. Solto un suspiro, sujeto con más fuerza la mano de Chelsea y decidió ceder, todo por culpa del amor que sentía por la sirena, ese amor la estaba impulsando a cometer locuras que en otras circunstancias jamás haría ni estando borracha.

"De acuerdo... intentemos algo..." Declaro, con una pequeña sonrisa. Chelsea rápidamente la abrazo y sonrio bendecida "Pero... si no funciona, no me digas que no te lo adverti..."

"Claro, lo entiendo, muchas gracias..." Chelsea continuó con su abrazo, siendo posiblemente, el más genuino hasta la fecha "Hago esto porque... después de todo... ella es mi madre y... quisiera salvarla, he estado tanto tiempo extrañandola que... deshacerme de ella cuando la tengo a mi delante me parece una locura"

"Te entiendo... realmente lo hago" Recuerdos borrosos de su niñez llegaron a su mente, Ruby reflexionó por unos breves instantes y continuo hablando "Nerissa es como una madre para mi, aunque no la recordaba, se que fue ella la que estuvo ahí para mi y para mi mamá cuando... no tenía a nadie más..." Concluyó, con una expresión nostálgica y pensativa.

"Podemos arreglarlo, aún tenemos tiempo de solucionarlo" Expresó con optimismo, intentando que sea contagioso "Te aseguro que todo saldrá bien, Ruby"

"¿En serio...?" Pregunto Ruby.

"Lo juro con mi vida" Declaró Chelsea con seguridad.

"No es necesario que lo jures de esa forma..." Aclaro Ruby con temor, mientras tomaba una actitud más relajada "Bueno, ¿que tienes en mente?"

"Primero tenemos que salir de aqui, seguramente Nerissa esta fuera de control, de momento, será inútil intentar razonar con ella. Una vez que estemos fuera, debemos encontrar a Agatha para que nos ayude" Sentenció con firmeza y una sonrisa decidida.

"No suena mal, es parecido a lo que yo tenía en mente" Declaro, no muy segura de sus propias palabras.

Habiendo llegado a ese acuerdo, ambas continuaron caminando, hasta que se toparon con otra puerta, una idéntica a la anterior por donde habían entrado.

Ninguna dijo nada, se dieron una mirada rápida y Ruby fue la que abrió la puerta. Detrás de ella había otro pasillo, que de forma curiosa, era exactamente igual al anterior.

Sin tener más opción que seguir, ambas lo hicieron, atravesaron la puerta y la cerraron una vez que estuvieron en el otro extremo. Caminaron con más rapidez, sosteniendo la mano de la otra, analizando lo que veían en el camino y deteniéndose de rato en rato para observar más detenidamente cosas que llamen la atención.

Entre esas cosas, se encontraban cuadros con fotos de Nerissa, cajas de cartón con flores de cerezo dentro, jarrones con plantas en un estado deplorable, etc. Ninguna de estas cosas parecían ser importantes, pero resultaban llamativas al ser cosas que se salían de lo que uno puede encontrar habitualmente en todo el recorrido.

"Jamás pensé que terminaría atrapada en los back-" Chelsea fue callada por Ruby, al ponerle su mano en la boca, tapandola por completo "¿Que pasa?" Pregunto, pero no se le entendía muy bien.

"Vi algo... una sombra..." Ruby observaba hacia delante con mucha atención, lucia bastante precisa y concentrada.

"¿No habrá sido la sombra de alguna de las dos?" Pregunto Chelsea, mientras daba un rápido vistazo a las sombras de cada una.

"Era diferente... parecía ser... una masa negra que se movía..." Declaro, mientras permanecia en silencio para escuchar atentamente cada sonido del lugar.

Chelsea entendio lo que Ruby hacia y se quedó callada, para no distraer a Ruby de su investigación. El tiempo paso, unos pocos minutos que parecieron una eternidad, minutos en los que todo se mantuvo en silencio y solo se podia escuchar las respiraciones tenues de cada una y una gotera que caía desde el techo.

Ruby había pasado todos esos minutos estática, sin moverse para no generar ni el más mínimo ruido. Casi podrías decir que pasó de ser una kraken a una estatua, o a ser una figura de colección de tamaño real.

"Rub-" Intento decir Chelsea, pero fue callada con un 'Shhh' casi instantáneo. Su rostro se enfureció un poco, ya se encontraba cansada y aburrida del silencio.

Antes de que pudiera pensar en algo que hacer, lo que Ruby tanto temía apareció de repente. Detrás de ellas, la puerta por donde entraron se destruyó y se revelo aquella masa negra que Ruby menciono, pero con unas cuantas diferencias, esta cosa oscura no sólo parecía ser un ser de humo, también tenía similitudes con Nerissa, como en la parte de la cara y los brazos. Parecía como si fuera una versión deforme, trastornada y corrupta de la misma Nerissa.

"Chelsea... Ruby... ¿donde están?" Pregunto Nerissa con una voz tétrica, mientras buscaba entre los estantes y dejaba un camino de caos por donde pasaba.

Ruby tomo a Chelsea del brazo y corrió con ella hacia delante, estaba aprovechando el hecho de que Nerissa no las haya visto aún para poder escapar sin ser detectadas.

Sin embargo, por lo abrupto que fue todo, Chelsea no pudo seguirle el ritmo a Ruby, lo que llevo a que se golpee la cabeza con uno de los estantes de metal, generando un dolor no tan grave pero si un ruido intenso.

"¡Mierda!, ¡metal del carajo!" Maldijo Chelsea con furia, mientras pasaba su mano por la zona del golpe.

La bestia las localizo, se acerco a ellas, pero Ruby fue más rápida y aumento su tamaño un poco, lo suficiente como para tomar a Chelsea con su mano y correr con ella hacia la siguiente salida que tenían delante.

Cruzaron la tercera puerta, pero esta vez, no tuvieron oportunidad de cerrarla. Continuaron corriendo, por sus vidas quizás, lo hacían más por miedo a lo desconocido que otra cosa.

Ruby intento usar su entorno a su favor, hizo caer los estantes, los cuadros, todo para que la bestia se tropiece y ella tenga más tiempo de escapar. Sin embargo, se llevó una gran sorpresa al ver que cualquier cosa que la masa negra tocaba desaparecia por completo.

Básicamente, no la podían tocar. Y aunque si pudieran, al menos Ruby no queria hacerlo, pues le tenía un miedo enorme a las masas negras, pues estas mismas le recordaban a la vez en la que Chelsea murió delante suyo justamente, por una de esas mismas.

Sintio el roce de la criatura en su espalda, sintió su ropa hacerse polvo en la zona donde la criatura logró rozar. Quedo aterrorizada y temiendo por el contacto inminente con su piel, lo que la llevo a desesperarse en avanzar con más velocidad.

"No pasará de nuevo... no pasará de nuevo..." Se decía Ruby para si misma, como una forma de mantenerse valiente. En un movimiento rápido, llego hasta la siguiente puerta, no se tomó la molestia de abrirla, solo la pulverizó con sus ojos láser y la atravesó.

Viendo que usar la estrategia de aprovechar sus poderes de kraken funciono, decidió usar las demás. Hasta el momento, había usado los ojos láser y justamente, al correr, se encontraba usando su supuesta super velocidad que parecía no tener un efecto tan marcado.

Utilizo su armadura corporal en todo su cuerpo, solo como una forma de protección. Comenzó a usar su mano libre para impulsarse hacia delante con los extremos del pasillo. Seguidamente, utilizo su invisibilidad, pensando que podría evadir a la bestia, pero al haber un solo camino en línea recta, esto no sirvió de prácticamente nada.

Paso de pasillo, próxima puerta, el letrero arriba de ella que decia "Salida" comenzaba a parecerle una broma de mal gusto.

Esta vez, atravesó la puerta con su cuerpo, se adentro y se desespero al ver que era un pasillo exactamente igual al anterior y que la bestia continuaba detrás de ella. Cada vez estaba más cerca de alcanzarla, tanto asi, que incluso comenzó a sentir un ardor detrás, como si algo la estuviera quemando a fuego lento.

Cansada de todo, uso su última opción, algo que recién acaba de pensar y que quizás podría funcionar.

Intento algo distinto cuando vio la puerta delante, en lugar de continuar jugando a los pasillos infinitos, decidió usar su cuerpo para estrellarse hacia la pared derecha y derrumbarla, pensando que podría haber algo del otro lado.

Sin embargo, cuando logró pasar la pared y se encontraba abriendo los ojos, se encontró con algo que le dio una intensa pesadez en todo su ser.

Un simple y aterrador vacío de colores brillantes, donde el color blanco dominaba y la tensión se sentía. Podía escuchar un pitido insistente a su alrededor, lo que poco a poco comenzaba a hacer destrozos con sus timpanos.

Desesperada, tuvo algo de esperanza al notar que la bestia que las perseguía desaparecio. Aún asi, la calma seguía sin llegar a ella. Lo siguiente que vio, fue una luz intensa y reluciente a lo lejos, una luz que la llamaba, la bendecia, la hipnotizada con su brillo tan feroz y único.

Sus ojos parecían derretirse como helado al sol, como cubos de hielo en un vaso caliente o como un pez sobrepuesto a una iluminación constante y perjudicial.

"¡Ruby!, ¡¿que paso?!" Pregunto Chelsea, quien seguia en la mano de Ruby, no podía salir de la misma.

Escuchar la voz de Chelsea hizo que Ruby vuelva en si, pero no del todo, ya que, mientras su mente se encontraba en otro lado, su mirada seguía estática y fija en la luz que parecía hacerse cada vez más próxima.

"Chelsea..." Llamo en un susurro débil, mientras perdia fuerzas "No... te... preocupes... puedo... hacerlo..."

Un cansancio inusual rodeo a Ruby, como si de repente unas ganas de dormir intensas la hubieran dominado.

Solto su último jadeo, mientras más pronto que tarde, terminaba por ceder ante lo que su cuerpo ordenaba con urgencia.

Por fortuna, Chelsea logro liberarse del agarre al dejar de sentirlo fuerte. Lo primero que hizo al estar libre, fue tratar de hacer que Ruby entre en razón. Tristemente, ella también se topo con la luz brillante, terminando del mismo modo, hipnotiza por una belleza tan simple pero al mismo tiempo tan encantadora.

Chelsea se dejó caer hacia delante, no podía pronunciar palabra alguna, solo dejarse llevar. Flotaba en ese espacio infinito, como un pez en el agua. Jamás se había sentido tan libre y contenta como ahora que viajaba por la nada misma, sin dejar de ver la luz del sol, su sol, el sol de su vida.

Todo parecía tan lejano, el tiempo, el sentido, la lógica, todo parecía perderse en este plano existencial, donde lo único que importaba, era seguir la luz.

Antes de que Chelsea y Ruby terminen por caer desmayadas, algo apareció delante de ambas, algo que las tomo a cada una del hombro y las desaparecio de ese sitio tan extraño.

Para aparecer ahora en un sitio diferente, en lo que parecía ser una cueva oscuro donde el color rojo sobresalía por sobretodos los demás colores presentes.

Chelsea fue la primera en reaccionar, se sentía mareada pero no tan perdida. Pestañeo un par de veces antes de entrar en razón por completo, lo primero que vio al estar conciente, fue la figura de su madre delante de ella, observandola con una notable preocupación.

"Cielo... por favor... despierta..." Suplicaba Nerissa entre lagrimas, mientras pasaba su mano por el rostro de su hija "Espere tanto por verte de nuevo... por favor... no extiendas mi sufrimiento..."

"¿Mamá...?" Pregunto Chelsea, como una niña pérdida que siempre espero el momento de reencontrarse con la mujer que le dio la bendición de poder vivir.

"¡Hija!" Exclamó, para finalmente romperse. Abrazo a su hija con fuerza y lloro todo lo que tuvo que llorar, todo o que estuvo reteniendo por tantos años.

Chelsea sintió el abrazo de su madre y se extraño, primero por la situación, segundo porque, para su sorpresa, este abrazo se sentía diferente, como si fuera el abrazo de otra persona y no de su madre. Por lo menos, ella recordaba que los abrazos de su madre no eran tan únicos, tan especiales y acogedores como este que venía sintiendo.

"Por Dios... mi cabeza..." Se quejo Ruby de su dolor intenso, mientras volvia a su forma normal y recuperaba sus ropas habituales. Lo primero que vieron sus ojos al entrar en razón, fue la imagen tan confusa de una madre amorosa abrazando a su hija mientras lloraba a mares, cosa que, bajo el contexto que ella conocia, le parecia muy extraño "¿Como es posible este suceso?" Se pregunto Ruby para si misma, sin darse cuenta que hablo en voz alta y llamo la atención de ambas chicas "Eh... perdón, ¿las interrumpo?"

Nerissa solto a Chelsea, disolvió el abrazo solo para comenzar uno nuevo, pero esta vez, uno que iba dirigido especialmente a Ruby.

Como es de esperarse, Ruby se lo tomo a mal, era tanta su sorpresa que no podía librarse, aunque esto era más que nada por la fuerza de Nerissa.

"¡Espere tanto por verte a ti también, Ruby!" Exclamó Nerissa mientras continuaba con su cariñoso abrazo.

"¡Sueltame!, ¡¿que esperas lograr con esto?!" Pregunto Ruby con vergüenza, mientras era privada de su libertad de una forma amigable y demasiado íntima para su gusto.

Justo cuando Ruby estaba por mandar al carajo todo y simplemente ceder a su espíritu de pelea, Chelsea se interpuso entre ella, poniéndose delante de Nerissa.

Ruby se detuvo a tiempo, antes de golpear a Chelsea por accidente. Aunque sabía que la tenía en frente, su enojo no se disipo.

"Muevete... por favor..." Solicito Ruby, incluso tomándose la molestia de pedirlo amablemente.

"¡Dijiste que intentariamos algo!, ¡¿no habíamos quedado en eso?!" Pregunto Chelsea, tratando de calmar la situación.

Ruby gruño por lo bajo, tuvo que volver a su forma normal e hizo un esfuerzo por calmarse.

"De acuerdo... pero solo porque no quiero ser como tú, yo si cumplo lo que digo" Termino por decir, sonriendo con una arrogancia que ni ella misma sabía de donde salio.

"Lo lamento, fue un error mio, la emoción me dominó y olvide presentarme..." Declaró Nerissa, tomando la palabra y ganándose la atención "Esto... sonará raro, pero la Nerissa que han estado viendo no soy yo realmente. Bueno... técnicamente si soy yo, pero no yo en realidad, sino la yo que terminó atrapada en el tridente, mientras que yo, la yo que miran ahora, soy la que se quedo con Agatha en su mente, yo no tuve que pasar por mucho mientras que mi otra yo si, aunque como ambas somos yo y ambas yo sentimos las mismas cosas, mi otro yo dominó gran parte de mi yo central y yo no pude hacer nada para evitar que yo misma me deje controlar por mi otra yo que sigue buscando controlar el resto de mi yo interno"

Un breve pero incomodo silencio inundó el lugar, nadie decia nada, Nerissa se moría de vergüenza y hasta ella misma sabía que lo que dijo no tuvo mucho sentido ni coherencia.

"¿El para que cosa de quien?" Pregunto Ruby con un rostro incrédulo y extrañado, era tanta su confusión que una gran parte de su enojo se había ido.

"Para resumir... yo soy la Nerissa que guardo su conciencia en la mente de Agatha, mientras que la que han estado viendo es la que sigue atrapada en el tridente. Ambas compartimos los mismos recuerdos pero nuestras experiencias son distintas, por eso ella es más agresiva que yo, ya que ella ha sufrido mucho más" Termino por decir, con una expresión sincera.

"Oh, ok, creo que lo entiendo..." Expresó Chelsea, aunque ciertamente no entendía nada.

"¿Como podemos confiar en que dices la verdad?" Pregunto Ruby, mostrándose desconfiada.

"Les mostraré lo que pasó ese día..." Nerissa extendio su mano hacia delante y dio un chasquido, de inmediato, las tres aparecieron en el mismo lugar donde empezaron, en el mismo prado con una fuente y el gran árbol de cerezo.

"Aún no me aconstumbro a estos viajes..." Confesó Chelsea, mientras sentía un ligero malestar en su estómago.

"¿Otra vez aqui?" Pregunto Ruby, quien estaba intentando mantenerse desinteresada y fria.

"Fue aqui... en este... hermoso árbol..." Comenzó a decir Nerissa, llegando hasta el árbol y tocandolo con sus manos "Donde conoci a Agatha... ella estaba llorando... lucia indefensa, tan vulnerable que yo... simplemente... no podía desaprovechar la oportunidad..." Termino por decir, causando una molestia en Ruby por su último comentario.

"..."

El ambiente se oscurecio, Nerissa dio paso para que el recuerdo se reproduzca. Una figura se diviso, la de una Agatha joven, quien lloraba desconsolada en un extremo del árbol de cerezo.

Se podía escuchar música cerca del lugar, como también se podían ver unas luces en el cielo, todo esto parecía indicar que había una fiesta cerca de aqui. Junto a esto, la ropa que se encontraba usando Agatha era un vestido elegante de color celeste brillante, con unos retoques a los lados que formaban la figura de un delfín.

Agatha continuaba con sus lamentos, hasta que alguien se acerco detrás de ella, una figura familiar para todos.

"Oye, no es por molestar pero aquí vengo para..." Comenzó diciendo Nerissa, pero se quedo sin aliento al darse cuenta de con quien estaba hablando.

"Perdón... ya me iré..." Respondió Agatha con rapidez, pero al ver lo impactada que lucia la chica delante suyo se mostró confundida "¿Estás bien?"

"Eso... debería preguntartelo yo a ti..." Aclaro Nerissa, dominando sus nervios.

"¿Lo dices por mis lagrimas?" Pregunto la joven kraken, pensando que era algo obvio.

"No necesariamente, lo digo más que nada... por el dolor que has de haber sentido cuando caiste del cielo~" Señalo con una sonrisa seductora, aunque, cuando no vio reaccion en Agatha, los nervios terminaron por dominarla finalmente "Digo... porque tú eres como un ángel y pues ellos... creo que caen del cielo... aunque si tienen alas supongo que podrían volar pero..." Nerissa fue conciente de su exceso con las palabras, lo que la llevo a sentirse apenada y avergonzada "Perdón... hablo demasiado..."

Agatha sonrio, limpio sus lágrimas rápidamente y solto una pequeña risa.

"No te disculpes, eso fue lindo" Declaró mientras tenía sus mejillas levemente ruborizadas.

"Bueno... me alegro de que haya salido bien..." Confesó con una pequeña sonrisa, los nervios seguian dominando en ella "Por cierto... no recuerdo haberte visto por aquí antes... ¿como te llamas?"

"Soy Agatha Gillman" Respondió la kraken con mas ánimos.

"Con que Agatha... es un lindo nombre..." Resaltó, haciendo sonreir aún más a su contraria "Yo me llamo Nerissa, soy una Van Der Zee"

"Que raro, por lo general las sirenas de la familia Van Der Zee son unas patanes" Expresó Agatha con confianza y tranquilidad.

"Lo somos, pero sólo con la gente normal" Aclaro Nerissa con simpleza, mientras volvia a su modo coqueto "Pero tú eres especial... Gillman~"

"¿En... serio...?" Pregunto Agatha, mostrándose afligida.

Nerissa noto esto y le pareció extraño, porque esa era la reacción que menos esperaba.

"Si... ¿es algo malo?" Pregunto la sirena, notablemente confundida y un poco preocupada.

"No... es solo que..." Agatha recordó lo que le sucedió con anterioridad, no estaba segura de contarselo a esta chica que acaba de conocer. Aunque, viendo que nadie más parecía querer darle apoyo, decidió hacerlo finalmente "Yo... acabo de sufrir una crisis por culpa de mi madre, ella... esta obsesionada con que yo pueda sobresalir y no sea como las demás krakens"

Nerissa analizó la situación, con lo poco que sabia, le fue difícil llegar a una conclusión, pero lo consiguió finalmente.

"¿Te digo que pienso?" Pregunto la pelirroja, mientras tomaba asiento a un costado de Agatha. La kraken asintio con su cabeza, lo que le dio pase libre a Nerissa para expresarse "Tú madre es una pendeja"

Agatha se río con fuerza, ese comentario de su madre la tomo por sorpresa.

"¿En serio?, ¿por qué lo dices?" Pregunto Agatha entre risas.

"Porque debería quererte por como eres, no esperar que seas sobresaliente para recién comenzar a darte el amor que tanto una hija necesita" Declaró Nerissa con empatia, sintiéndose identificada en cierto modo "Además, alguien tan linda como tú no necesita de la aprobación de nadie, mientras tú te sientas bien por como eres lo demás no importa"

Agatha sonrio, más calmada y relajada. Respiro profundo y su sonrisa se extendio aún más. Nerissa la observo, sentia que cada segundo se enamoraba más de ella, y eso le encantaba.

"Gracias... necesitaba oír eso..." Comenzó a decir, con un semblante amigable y recortando su cabeza en el hombro de la sirena, cosa que tomo por sorpresa a Nerissa "Es algo tan básico pero... pocas personas te lo dicen de esa forma..."

"Si... es cierto..." Respondió la pelirroja, aún procesando la repentina cercania que tenía con su contraria "Tengo una idea, ¿que te parece si vamos a la fiesta juntas?, quizás pueda animarte un poco"

"No juegues conmigo... de seguro tú ya tienes una pareja" Expresó Agatha con libertad, mientras continuaba sonriendo.

"Eso mismo podría decir de ti, un pedazo de bombón como tú tiene que tener miles de pretendientes detrás" Respondió con jugueteo, mientras se ponía de pie delante de la joven de cabello celeste "Para tu información, sigo disponible y dispuesta a todo, así que no desperdicies la oportunidad que te estoy dando, muchos morirían por tenerme de acompañante"

"Perdón, recorde que tengo cosas que hacer" Agatha se puso de pie, sonrio con dulzura hacia la sirena y alzo una mano "Nos vemos después" Comenzó a irse, dándole la espalda a la de cabello largo.

Nerissa observaba incredula, sintiéndose humillada y muy avergonzada. Estaba apunto de ir detrás de Agatha para prácticamente rogarle cuando la misma volteó y comenzó a reírse.

"¡¿Que es tan gracioso?!" Pregunto Nerissa, ofendida y molesta.

"Perdón... es que... no pensé que mi broma sería tan creíble..." Agatha continuaba riéndose, cosa que hacia enfadar a Nerissa y al mismo tiempo, hacia que se sienta más encantada por la actitud que su Julieta demostraba.

"Eso me pasa por querer hacer la de Romea..." Declaró Nerissa con una sonrisa, aceptando que perdió por el momento "Bueno, lograste burlarte de mi, siéntete afortunada"

"No quise burlarme de ti, solo quería jugar un poco contigo" Confesó, terminando sus risas finalmente.

"Ya olvida eso, vamos a la fiesta para que te diviertas" Nerissa paso de largo de Agatha, viendo de reojo como la misma la seguía "Yo te mostraré lo que es jugar pequeña calamarcita-"

"¿Que dijiste?" Pregunto Agatha, sin haber entendido lo que Nerissa murmuró para si misma.

"¡Nada!, ¡no dije nada!" Exclamó con vergüenza, mientras detrás suyo se podía ver y escuchar la detonación de un par de fuegos artificiales "¡Vamos antes de que lo bueno termine!"

Nerissa nado con rapidez hacia el punto de reunión, siendo seguida por Agatha, quien para alcanzarla decidió tomarla del brazo. Esto claramente avergonzo a Nerissa, pero también le gusto demasiado y decidió no interferir.

"..."

Tanto Chelsea como Ruby habían estado prestando mucha atención al recuerdo, una vez que este término, tenían opiniones divididas, pero ambas concordadan en que la historia fue muy tierna y conmovedora.

Nerissa se acerco a las dos chicas, poniendo una mano en el hombro de cada una. Se detuvo un momento, luego comenzó a hablar.

"Este lugar solía ser hermoso..." Con la nostalgia invadiendola, Nerissa tomo unas flores del piso, que se marchitaron al entrar en contacto con sus manos "Había más color, más vida, más alma... pero ahora, se ve peor que un cementerio..." Concluyó mientras cerraba sus puños con fuerza, sintiendo la tristeza combinada con la ira en todo su ser.

El repentino cambio en el ambiente fue duro y muy crudo. Ninguna dijo nada, se ahorraron las preguntas, lo único que hicieron ambas jóvenes fue esperar que Nerissa continúe hablando por su cuenta.

"Cuando el hechizo con el tridente fallo y no pude salir más de aqui... ella vino a visitarme. Me prometió venir todos los días, traerme comida, hacerme compañía y que jamás me dejaría sola..." Sus recuerdos venían sin cesar, viejos memorias que solo la ponían más melancólica "Yo creí en sus palabras... acepte quedarme en el tridente hasta que ella encontrará una forma de liberarme, dijo que no tardaría mucho, que serían unos pocos dias, que incluso con la peor de las suertes no me quedaría aquí más de una semana..." Con ironía en su ser, terminó por dejar caer las lágrimas que brotaron de sus ojos, como gotas de lluvias miserables y llenas de dolor "Espere tranquila, vi el tiempo pasar, los minutos se convirtieron en horas, las horas en días, los días en semanas, las semanas en meses, luego pasaron los años... decadas... siglos... porque el tiempo aqui es diferente, para todos solo fueron 15 años, pero para mi... fueron 150 años de soledad intensa y constante sufrimiento" Concluyó, con una sonrisa que era de todo menos verdadera.

Tener un número exacto de cuanto tiempo había pasado Nerissa en el tridente realmente, fue lo peor que pudieron oir ambas adolescentes. Gracias a esto, comprendían mucho más a Nerissa y estaban a sólo unos pocos intentos más de finalmente empatizar con ella.

Aunque eso era más en Ruby que en Chelsea, pues esta última hace rato que había cedido, solo faltaba que Ruby cambie de parecer.

"¿Sabes que es lo peor de todo?, que sigo aqui..." Comenzó a decir en respuesta, dando una mirada rápida a la peliazul, mientras una sonrisa ironica invadía sus labios "Solo es mi conciencia la que se ha dividido en dos, pero físicamente... sigo en el mismo lugar. Mi miseria no ha terminado... sigo atrapada en el mismo sitio... en el mismo infierno... completamente sola..."

Ruby aflojo su expresion seria, mostrándose ahora, afligida por lo que Nerissa acaba de compartir. Se intenta acercar a una Nerissa que, para este punto, se encuentra demacrada y de rodillas en el piso, pero cuando intenta dar un paso, la culpa la detiene, la carcome tanto que no le permite hacer mucho más que observar como Nerissa continua llorando y susurrando suplicas para que su tormento termine.

Chelsea ve a su madre en ese estado tan deplorable, ella siente la misma culpa que Ruby, pero, hay algo diferente, ella parece ser más fuerte que la culpa misma. No quiere quedarse de brazos cruzados, su empatia ha llegado a niveles colosales, lo que nunca pensó que llegaría a hacer esta por ocurrir, todo por la circunstancias en las que se encuentra.

Avanza sin problemas hasta llegar donde su madre, se agacha hasta su altura, desde su posición, mira las lágrimas de su madre bajar por sus mejillas, hasta que caen como gotas de lluvia, mojando de forma muy mínima la superficie donde se encuentran.

Pone una mano en su espalda, puede sentir su piel, esta completamente helada. Pasa su mano como una caricia, como una forma de reconfortarla, pero no parece tener mucho efecto, pues Nerissa no muestra ninguna reacción positiva.

Chelsea intenta otra cosa, pone la misma mano en otro lugar, en la cabeza de su madre, más específicamente, en su cabellera larga y rojiza. Una vez ahí, comienza su movimiento, suave, calmado, tranquilo y relajante.

Se prepara para hablar, ante la mirada expectante de Ruby, quien se muestra sorprendida de la actitud que la joven sirena esta demostrando.

"Mamá..." El volver a nombrarla de esta forma ya es mucho para ella, aún asi, continúa en su trayecto tan rápido como recuerda que ya la había llamado así recientemente "Nunca pensé que lo que siempre me ocultaste seria el detonante perfecto para que pueda comprenderte" Declaro Chelsea, con una voz profunda que lograba hacer un eco en la mente de su madre "Si hay algo... lo que sea... en lo que pueda ayudarte, ten por seguro... que lo haré" Afirmó finalmente, con una sonrisa más determinada.

"Yo también ayudaré" Ruby volvió a pronunciarse, llegando a un lado de Nerissa, el lado donde no había nadie "Lo que te hizo mi madre no te quita la culpa de todo lo que hiciste, pero, si te da una razón lo suficientemente buena como para que pueda considerar darte una segunda oportunidad" Expresó, mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro.

Nerissa se ahorro comentarios, estaba feliz, muy enternecida y dichosa de que finalmente tenga el apoyo de estas dos chicas. Sin embargo, no queria demostrarlo, no queria mostrar lo feliz que estaba por miedo a dañar su imagen y actitud sería que vino manteniendo desde que comenzó a narrar sus desgracias.

No obstante, terminó rompiéndose cuando Chelsea, su querida hija de toda la vida la abrazo y Ruby puso una mano en su hombro, en ese momento ya no pudo soportar tantas muestras de afecto y termino derramando más lágrimas y dejándose llevar por las emociones que sentía en ese momento, dejando a su vez, una escena muy bonita de una madre y sus hijas.

"No saben... como lo agradezco..." Nerissa derramaba muchas lagrimas, casi podías decir que eran lágrimas de cocodrilo "Esto fue... lo que siempre quise... encontrar una forma de volver a vivir. Y ahora... finalmente... tengo la esperanza de hacer mi sueño realidad..."

"Bueno, bueno, ya no te pongas tan dramática" Bromeó Ruby con una sonrisa, mientras tomaba distancia de Nerissa "A todo esto... ¿que pasará cuando salgamos?, ¿no tendremos problemas con la Nerissa de afuera?" Se cuestionó la kraken, haciendo que Chelsea tenga la misma duda.

"No te preocupes por eso, seguiré haciendo lo que siempre hago, voy a mantenerme en calma" Declaró, con una sonrisa nerviosa "Además gracias a ustedes pude retener a mi versión oscura en el vacio" Nerissa alzo su mano, mostrando un holograma donde se podía ver una masa negra estática en el mismo sitio luminoso donde Chelsea y Ruby habían estado antes "Por cierto, el deseo que pediste no funciono Ruby, solo fui yo quien te estaba ayudando"

"Lo sospeche desde un principio" Respondió Ruby sin darle mucha importancia al asunto, pero repentinamente, una nueva duda llego a ella "¿Entonces por que pusiste esa puerta de salida infinita?"

"Oh, solo era una trampa, como tú estabas con mi doble quise hacer todo eso para que te siga y se quede atrapada. También no era necesario que rompas la pared, solo tenías que continuar avanzando y llegarías al vacío de todas formas" Explico la mayor con simpleza.

"Entiendo..." Respondió la kraken de inmediato, ahorrándose el preguntar más cosas por preferir irse rápido "Bueno, si no tienes nada más que mostrarnos, lo mejor sería que-"

"Ahora que lo dices, tengo algunas cosas más" Comenzó a decir Nerissa, mientras sus ojos se iluminaban "Podria mostrarles cuando Agatha y yo tuvimos nuestra primera cita, cuando viajamos por los siete mares en siete horas, cuando tuvimos nuestra primera cacería de humanos, cuando-"

"No creo que tengamos mucho tiempo..." Interrumpio Chelsea, quien se ponía a un costado de Ruby "A decir verdad, esas historias suenan muy interesantes, pero yo quiero darme un descanso de todo por ahora" Detallo, mientras tomaba la mano de Ruby.

"Igualmente, solo quiero regresar al mundo real, mi cabeza no ha dejado de dolerme desde que estoy aqui..." Se quejo Ruby con molestia, mientras se dirigia hacia Nerissa "Si fueras tan amable de... guardarte esas historias para otro día y sacarnos de aqui, lo agradecería mucho" Expresó con una pequeña sonrisa.

Con una sonrisa inquietante, Nerissa suspiro para calmarse. Volvio a tomar una actitud más sencilla y calmada, con la que se dirigió nuevamente a las dos adolescentes.

"De acuerdo, hablaremos después" Declaró, para luego hacer un movimiento de su mano hacia arriba que desaparecio a sus contrarias, dejando solo una estela de luz brillante en su lugar, que lentamente se fue desvaneciendo.

"..."

Al momento de abrir sus ojos, se encontraban de vuelta donde todo inicio, en la habitación de Agatha.

Chelsea fue la primera en ponerse en pie, noto que Ruby permanecia recostada y que su madre también, ambas parecían seguir inertes.

Decidió ir primero por Ruby, la sacudió y logró hacer que despierte. Lo primero que hizo la joven kraken al despertar, fue mostrar una sonrisa relajada y tranquila, junto a un rápido suspiro que salió de su boca.

"Logramos salir..." Declaró Ruby en un susurro, viendo a una sonriente Chelsea.

"Si, todo está bien ahora" Respondió la pelirroja, para después, abrazar a Ruby con fuerza. La peliazul no mostró molestia, permitió el abrazo y no sólo eso, también lo correspondió.

Ambas se sentían tranquilas y seguras, tener esta sensancion después de tanto sufrimiento era realmente satisfactorio.

Cuando el abrazo concluyó, dirigieron su atención hacia Nerissa, quien continuaba inerte en el suelo, con la cabeza baja y roncanco débilmente.

Notaron que la cabeza de Nerissa reposaba de tal manera que al despertar, sin duda sentiria muchos dolores en su cuerpo, debido a la posición tan incomoda y extraña.

Antes de que pudieran tan siquiera pensar en si ayudar a Nerissa o no, la puerta de la habitación se abrió de golpe, ambas quedaron heladas del miedo, pues esto las tomo de sorpresa.

Un escalofrio recorrió por el cuerpo de ambas, comenzó desde su espalda y termino en los límites de su cuello.

"¡Perdón, había mucha gente en el mercado nocturno pero conseguí lo que...!" Agatha se detuvo al observar como delante suyo estaba su hija, la novia de su hija y lo que vendría siendo la madrastra de su hija desmayada en un rincón y con unas prendas bastantes sugerentes. De la impresión, casi termina por dejar caer la bolsa donde traía todo lo que había comprado con anterioridad, pero por suerte logró sostenerla "¿Que esta pasando...?" Pregunto temerosa, sobretodo porque vio a Nerissa en una posición muy comprometedora y peor aún, estando aparentemente inconciente.

"¡Mamá!" Exclamó Ruby, dejando atrás su miedo y mostrando una gran sonrisa "¡No sabes todo lo que ha pasado!" Expresó mientras llegaba con ella para sorprenderla con un cariñoso abrazo.

"Si... y no me lo quiero ni imaginar..." Confesó la mayor con vergüenza.

"No es lo que piensa, señora Gillman" Dijo Chelsea tomando la palabra, mientras intentaba mantenerse firme y sería "No ha ocurrido nada pecaminoso ni sexual aquí... al menos no del todo..." Termino por decir al recordar como en un principio Ruby estuvo a nada de profanarla con sus tentaculos.

"¿Que sucedió aqui?, mejor dicho, ¿por que están aqui?" Pregunto Agatha para ambas chicas, quienes no sabían que responder exactamente "Pensé que te quedarías buscando a Chelsea toda la noche" Confesó con confusión.

"¿Que?, ¿tú sabias que la estaba buscando?" Pregunto Ruby con sorpresa.

"Por favor, Ruby, soy tu madre, no hay nada que puedas ocultarme... a menos que sepas disimular muy bien, cosa que lamentablemente no sabes" Declaró con una sonrisa sencilla y calmada.

"Bueno... si estuve buscando a Chelsea... no la encontré y decidí regresar, pero cuando volvi me encontré a Chelsea en casa, luego te busque y me encontré con Nerissa en tu cuarto, tuvimos un pequeño... intercambio de palabras y luego... Chelsea se unió a esa discusión comprometedora y..." Ruby se quedo sin más que decir, no queria ser tan específica con todo lo que había pasado, más que nada por la vergüenza que sentia.

"¡Y todo termino bien!" Exclamó Chelsea con una sonrisa nerviosa, mientras tomaba a Ruby del brazo y la llevaba hasta afuera de la habitación "¡Nosotras iremos a comer algo!, ¡diviertanse con su... noche a solas!" Termino por decir, dejando la puerta cerrada antes de irse junto a Ruby.

Normalmente, Agatha seguiría a su hija para descubrir lo que había pasado, pero cuando noto que Nerissa se encontraba despertando decidió dejarlo para después y simplemente se quedo en la habitación, esperando que Nerissa tenga las respuestas a todas sus preguntas.

...

...

...

Ya estando ambas en el primer piso, recién Chelsea se ánimo a decirle a Ruby que de hecho, la razón principal por la cual regreso a la casa es porque le dio hambre. Cuando Ruby supo esto, fue a buscar los panqueques que guardo en su mochila para dárselos a Chelsea, pero al ver que se encontraban en mal estado decidió desecharlos y mejor preparar algo rápido pero nutritivo para u novia embarazada.

Esto nos lleva a esta situación, donde Chelsea espera que Ruby termine de cocinar, como una niña pequeña esperando la alimentación de su madre.

"Esas dos están actuando muy extraño, ¿no crees?" Pregunto Chelsea desde el comedor.

"Si, ni que lo digas, mi madre parece estar ocultando algo también..." Declaró con serenidad "Luego de saber lo que le hizo a Nerissa, tengo miedo de preguntarle directamente y que la verdad sea otra... no quiero sentirme engañada nuevamente..." Confesó con timidez.

"Descuida, dudo mucho que mi madre este mintiendo respecto a eso" Comenzó a decir Chelsea con sencillez "Todo concuerda y algo que no te dije, es que la marca que tengo en la ceja no es sólo una cicatriz, también es un tipo de conexión que tengo con ella. Básicamente, esto me ayuda a saber que esta sintiendo cuando estoy cerca de ella, cuando nos contó lo que ocurrio, no pude identificar ningún sentimiento negativo ni falso, esta diciendo la verdad" Concluyó con seguridad.

"Hablando de cicatrices, ¿no te molesta esa que se te quedo en el brazo?" Pregunto Ruby, sin poder verla pero ya teniendo la imagen mental de como se veía la marca.

Chelsea dio un vistazo rápido a la gran cicatriz que tenía en su brazo derecho a la altura de su hombro, no le parecia tan malo y ya ni le dolia, por lo mismo, terminó sin darle mucha importancia.

"No me molesta, y aunque así fuera no hay nada que pueda hacer" Declaró, mientras frotaba su vientre con su mano "¿No hay algo que pueda comer mientras espero?" Pregunto con una voz inocente y cansada.

"Dejame ver..." Ruby dejo un momento la cocina para abrir el refrigerador y buscar algo rápido que Chelsea pueda comer "¡Oh, cierto!" Exclamó al ver el pedazo de pastel que Nerissa había guardado específicamente para Chelsea. Tomo el pastel con todo y el platillo que lo sostenia, uso uno de sus tentaculos más largos para llevarlo hasta donde Chelsea estaba, dejándole al poco tiempo unos cubiertos y unas servilletas "Solo hay esto de momento, es el pastel que mi mamá y Nerissa hicieron para mi ayer... lamento que no hayas estado presente..."

"No te preocupes, fue por mi culpa, solo a mi se me ocurre pedirte matrimonio después de habernos peleado" Declaró con ironia, soltando una risa nerviosa después de lo antes mencionado.

"Yo... de verdad no quise dejarte ahi... no pensé bien las cosas y actúe siguiendo la furia que sentia... yo-" Quiso terminar de hablar, pero fue interrumpida por Chelsea.

"Si, los krakens suelen ser asi, bastante impulsivos, solo actúan en base a lo que sienten, nunca se detienen a pensar en lo que pueda sentir la otra persona..." Declaró Chelsea con una molestia que intento disimular, al igual que trato de ocultar lo personal que había sido su comentario.

"No es tan diferente a como eres tú..." Respondió Ruby con seriedad, no pudo evitar decir lo primero que vino a su mente. Cuando fue conciente de lo que dijo, se arrepintió de inmediato, pero no trato de disculparse ni nada, solo se quedo en silencio y continuó cocinando.

Chelsea mentiría si dijera que ese comentario no le dolió, pero también sabía que se lo tenía bien merecido, por eso no se mostró molesta ni nada, solo un poco incomoda, lo suficiente como para decidir levantarse de su asiento mientras sostenia su platillo con pastel, sus cubiertos y servilletas.

"Disculpame... estoy sintiendo unos dolores extraños en mi vientre, pense que era por el hambre pero ya no estoy tan segura, ¿puedo comer en tú cuarto?" Pregunto Chelsea con algo de vergüenza.

"Claro, no hay problema. Yo te llevaré la comida cuando termine..." Respondió Ruby con una sonrisa que por desgracia, Chelsea no podía ver.

"Gracias..." Fue la respuesta que Chelsea dio antes de subir las escaleras hasta llegar al cuarto de la kraken, donde se encerró sin poner llave.

Ruby mostró una expresión agotada y nerviosa mientras continuaba con su labor de cocinar, la situación anterior casi se pone demasiado intensa. De cierto modo, agradecia que Chelsea haya tomado la decisión de irse, ahora podía cocinar tranquila y sin inconvenientes.

...

...

...

Pasaron unos treinta minutos, que para Ruby, fue tiempo que se fue volando.

La misma se encontraba cansada, realmente cansada, por más que todo paso muy rápido, ella también tenía hambre pero sólo se había concentrado en cocinar comida para Chelsea. Junto a esto, la fiebre que venía sintiendo apareció en ella nuevamente, esta vez, más fuerte que antes y mucho más molesta.

Se reconfortaba con saber que solo tendría que llegar con Chelsea y darle su comida para luego irse a dormir, de verdad quería descansar y soñar con la esperanza de que mañana sería un día lleno de sorpresas agradables.

Termino de subir las escaleras, paso por la habitación de su madre y se sorprendió al no escuchar nada, absolutamente nada.

"Pensé que estarían haciendo... cosas..." No era necesario pensar detalladamente en que tipo de cosas eran. Tenia curiosidad por entrar y hablar con ellas, pero decidió mejor dejar todo para mañana, tenía mucho sueño y según lo que recordaba cuando vio la hora, eran ya más de las doce y media de la noche.

Llego finalmente, hasta la puerta de su cuarto, giro la perilla y abrio la puerta. Por estar tan concentrada con sostener la comida, no se molesto en tocar la puerta antes de abrirla.

"Termine la comida, Chel" Llamo en un inicio, mientras ingresaba en su totalidad "Es mi primera vez preparando un guiso como este así que espero que no sea tan malo-" Su atención quedo desviada al ser conciente de lo que veían sus ojos, casi deja caer la comida de la impresión pero por suerte, sus reflejos lograron mantener la comida a salvo.

Chelsea estaba delante suyo, recién se había percatado de la presencia de la kraken. La pelirroja estaba justo cambiándose y probando ropa de Ruby que encontró en el armario de la misma, cuando fue descubierta, fue tanta su sorpresa que ni su mente había logrado procesar lo que estaba pasando.

Tardo mucho para darse cuenta de la situación, cuando finalmente lo hizo, su expresión cambio a una de total vergüenza, no tanto por estar semidesnuda, más bien por haber sido atrapada usando ropa que no le pertenece.

"¡R-Ruby!, ¡esto... no es lo que piensas!" Exclamó con nervios, mientras un potente rubor inundaba sus mejillas "Y-Yo solo..." Intento torpemente quitarse la ropa, pero por usar mucha fuerza al intentar quitarse todo termino por romper una parte de la camisa "Ay... no..."

Ruby permanecia perpleja, la escena que había visto quedo plasmada en su mente, no se la podía quitar de la cabeza. No fue hasta que vio la profunda y repentina desesperación en el rostro de Chelsea que pudo volver del trance en el que se encontraba.

"¡Perdón!, ¡yo no quise...!" Se disculpo Chelsea, mostrándose vulnerable, una de las cosas que más odiaba.

"Tranquila, esta bien... no te preocupes..." Dijo Ruby, igualmente avergonzada pero haciendo lo posible por ignorar el hecho de que, primero, Chelsea había crecido de repente y segundo, que ahora se parecia mucho más a su madre y a la figura que ella misma tenía.

"¡También es tu culpa por entrar sin tocar!" Exclamó Chelsea, usando la vieja confiable, hacerse la víctima.

"¡Pero es mi cuarto!, ¡¿yo como iba a saber que estarías haciendo... esto?!" Pregunto con confusión, seguía procesando todo lo ocurrido.

"Maldición..." Dijo la de ojos claros en un susurro, mientras terminaba por finalmente, quitarse la ropa que tomo 'prestada' de Ruby "Solo quería ver como me veía con estoy termine arruinandolo, siempre es lo mismo conmigo..." Concluyó con una profunda tristeza, mostrándose decaida y apenada.

"No importa, esa camisa nunca me gustó de todos modos..." Aclaro Ruby con empatia, mientras dejaba la comida en un estante "Pero... siendo honesta... tú te veías realmente bien con ella..." Confesó con un rubor carmesi en sus mejillas.

"Gracias..." Respondió Chelsea, recuperando algo de sus ánimos "Pero aún asi, prometo no volver a hacer eso sin tu permiso..."

Ruby se vio tentada a decir algo más, pero en lugar de eso, decidió simplemente dejar ese tema de lado. Fue a tomar asiento en la orilla de la cama, viendo desde ahí como Chelsea se terminaba de cambiar.

Para ambas estaba más claro que el agua que el problema fue la ropa que Chelsea usaba más que el hecho de que se encontrará semidesnuda. Es decir, Ruby la había visto tantas veces así que ya era normal para ella.

Pero, aún asi, Ruby seguía disfrutandolo tanto como la primera vez. Junto a eso, ver que Chelsea había obtenido un desarrollo en su cuerpo hacia que sus ganas de caldear aumenten y que su necesidad de atención intima se eleve hasta las nubes.

"Veo que terminaste el pastel..." Menciono Ruby al ver un plato vacío en una repisa distinta y que se encontraba cerca de la puerta.

"Si... así fue..." Respondió Chelsea una vez que terminó de cambiarse y estar vestida con su ropa habitual "¿Por que?, ¿querías que te guarde un poco?"

"No, solo lo dije por decir..." Respondió rápidamente la joven kraken, con una sonrisa más calmada "Espero que sigas con hambre, porque no puedo esperar a que me des tú opinión de este-"

"Ya no tengo hambre" Respondió Chelsea de inmediato, con la actitud más sería y sincera posible.

"¿Eh?, ¿que?" Pregunto Ruby, sin poder creérselo.

"Ese pedazo de pastel fue suficiente para calmar mi apetito, ahora... lo único que quiero es-" Antes de que Chelsea pudiera terminar de hablar, sintió un movimiento inusual en su vientre, lo que la hizo soltar un pequeño quejido y que se siente en la cama.

"¿Estás bien?" Pregunto Ruby, adquiriendo una preocupación repentina.

"Si... solo... cosas de embarazadas..." Menciono con una sonrisa, mientras ponía su mano en su vientre.

"¿Pasa algo con el bebé?" Pregunto Ruby.

"Solo pateo, es todo" Aclaro Chelsea con timidez.

"¡¿Que?!, ¡¿en serio?!" Pregunto Ruby, mostrándose muy emocionada. Rápidamente se acerco más a Chelsea y puso una mano en el vientre de la misma "Espera un momento... ¿eso no debe pasar cuando ya esta casi desarrollado?" Pregunto Ruby, recibiendo un asentimiento por parte de Chelsea "Entonces... eso... significa..."

"Estás más cerca que nunca de ser madre por fin" Declaró Chelsea con una sonrisa dulce y serena, mientras continuaba dando caricias a su vientre.

Ruby sonrio, se sentía totalmente bendecida, feliz y sumamente contenta. Todas sus preocupaciones desaparecieron, ahora lo único en lo que podía pensar, era en la nueva etapa que estaba atravesando. No queria ni imaginarse como la estaba pasando Chelsea siendo ella la que tiene al pequeño en su vientre.

"¿Como... se siente...?" Pregunto Ruby, confiando en que Chelsea entienda su pregunta.

"Te sientes con una responsabilidad enorme, desde antes que nazca, sabes que está pequeña criatura depende de ti y eso es muy duro para la mayoria. Sin embargo, si logras tomarlo con buena cara, te llevarás una sorpresa al experimentar tantos momentos únicos, hermosos e inexplicables..." Apenas era el comienzo, pero Ruby ya estaba más que conmovida "Jamás había sentido algo asi... el amor que una madre siente por su hijo es algo tan hermoso, no puedo creer que existan madres que no quieran a sus hijos..." Lo que terminó por decir puso un poco tenso el ambiente, pero Chelsea supo alegrarlo rápidamente "Bueno... siendo honesta, no estoy segura si el bebé pateo, quizás fue otro movimiento... soy nueva en estas cosas"

"No te dejaré sola" Dijo Ruby de repente, haciendo que Chelsea le preste toda su atención "Esto que me has dicho... fue tan hermoso... como complicado, me asegúrare de que todo salga bien para ti y nuestro hijo" Estaba por concluir, pero recordó un detalle anterior "Bueno... hija, Nerissa ya nos tiro el spoiler de que será una niña"

Ambas rieron en voz baja, ninguna quería hacer mucho ruido para no alertar a nadie. En realidad, era más que nada porque disfrutaban de la calidez del silencio y la paz que el mismo traia.

Solo eran ellas dos, disfrutando un momento único e idóneo para cada pareja que espera la llegada de un nuevo integrante a la familia.

Ruby continuaba con sus movimiento circulares y cariñosos, Chelsea disfrutaba más. Aunque su vientre no parecía haber crecido, se podía sentir algo formándose dentro de ella.

A Ruby esto le pareció curioso, que el vientre de Chelsea apenas y haya crecido, pero decidió dejar ese tema para discutirlo en otro momento.

"Es una lástima que no puedas embarazarme, me gustaría experimentar esto también" Expresó Ruby con picardia, mientras sonreía triunfante.

"¿Quién dijo que no puedo?, te recuerdo que mi madre embarazo a la tuya y de esa unión nació Lazuli" Comento Chelsea con simpleza.

"Ah... es cierto" Respondió, para después ponerse pálida del miedo "Entonces... ¿c-como hizo para dejar a mi madre embarazada?"

"Las sirenas estamos llenas de sorpresas~" Declaró la pelirroja, aprovechando los nervios de Ruby para colocar una mano en la parte baja que llegaba hasta su short "¿Cuantos azotes crees poder soportar...?, con esta parte tan blanda que tienes... estoy segura que enloquecerias en un instante~"

Ruby se sonrojo con fuerza, mientras que se odiaba a si misma por tener curiosidad de conocer esas sorpresas que pueden darte las sirenas a la hora de intimar. No tuvo la fuerza suficiente como para hacer que Chelsea retire su mano de sus glúteos, simplemente dejo que ella siga con lo suyo, siendo un buen momento ahora que estaban a solas.

"No te preocupes cariño... primero debo de cumplir mis 18 años de vida para poder darte esa sorpresita" Aclaro Chelsea, sin dejar de tocar esa zona sensible de la kraken.

"¿Cariño?, ¿quien te dio permiso de llamarme asi?" Pregunto, con un tono de voz que se esforzaba por mantenerse firme "Te recuerdo que seguimos separadas"

"Yo te veo muy necesitada... Rubyta~" Con un movimiento más profundo, llevo su mano hasta el centro de la zona, donde se encargo de dar una caricia más íntima y estimulante para su contraria "Si tu dices que seguimos distanciadas... ¿entonces por que dejas que haga esto?"

"Porque quiero ver hasta donde puedes llegar..." Comenzó a decir, con un sonrojo que se extendia por su rostro "Y... bueno... sabes que no me gusta mentir, me gusta cuando me tocas de esa forma..."

Esta vez, fue el turno de Chelsea para avergonzarse, aunque, en el caso de ella, el sonrojo que apareció fue más un pequeño rubor que solo la hizo ver más adorable y linda ante los ojos de Ruby.

"Oh... ya veo... me alegra que seas honesta con lo que sientes~" Chelsea continuaba expresándose con la misma voz coqueta, mientras que, con su mano libre, se encargaba de tomar el rostro de Ruby desde su barbilla "Yo tampoco te mentire, me encanta tocarte... ver que te gusta... es muy placentero para mi..."

Ruby sonrio, intentando mostrarse dominante, pero fallaba terriblemente por su rostro todo rojo y el sudor que bajaba por los lados.

"Si tu no quieres volver conmigo... lo entiendo... pero..." Su mano llego hasta los labios de la chica, un dedo quedo en la punta de los mismos "¿Que te parece si... nos mantenemos juntas... de esta forma...?" Sugirio, mientras los nervios finalmente la dominaban.

Ruby sintio un respingo recorrer su espalda, se estremeció con fuerza mientras sentía que Chelsea cada vez estaba más cerca de ella. Sus cuerpos se tocaban por debajo de las sabanas, sus piernas casi entrelazadas, sus respiraciones que chocaban la una con la otra, sus ojos que no podían dejar de mirarse con un inmenso amor y un incontrolable deseo.

"Yo... te quiero sentir... otra vez..." Confesó Ruby, mientras sentia como Chelsea detenía los toques que le estaba dando en su parte baja "Pero... me cuesta mucho... porque no puedo estar con alguien en el que no puedo confiar... se muy bien que me harás sufrir, por eso tengo miedo... temo terminar cayendo ante tus encantos y que el ciclo se repita..."

Teniendo eso claro, la situación cambio radicalmente, Chelsea dejo de mostrarse juguetona para ahora verse preocupada, atenta y culpable. Lograba identificar las facciones de Ruby, relacionandolas al instante con una tristeza profunda y un trauma que la kraken había desarollado, todo por culpa de aquella sirena que jugó con su corazón.

Lo mal que Chelsea se sentía no puede describirse con palabras, tendrían que estar en su lugar para mínimamente, darse una idea de lo terriblemente culpable que se siente por las cosas que hizo en el pasado.

"Se que mi palabra ya perdió todo su valor... pero..." Con un suave y tranquilo toque en una de las mejillas de la peliazul, hizo un movimiento que fue hasta su oreja, generando una sensación cálida que por poco la hace reír "Dejame mostrarte con mis acciones... que puedo cambiar... lo haré por ti, tal y como siempre quisiste... ¿recuerdas?"

Un vago recuerdo llego a la mente de Ruby, lo que la hizo sonreir con nostalgia, pero también, sentir como su miedo más grande volvia.

"¿Me engañaras igual que esa vez?" Pregunto Ruby, sin tener la fuerza de voluntad necesaria como para apartarse de la sirena y detener sus caricias.

"No... nunca más lo haré..." Expresó con sinceridad, llevando una mano hasta su pecho al sentir un dolor fuerte, como la sensancion de que sus esfuerzos son en vano "Solo... dame una oportunidad, no te pido que sea ahora, puedes ver como con mis acciones me ganaré tu corazón de nuevo, y está vez, no habrá ningún encanto de sirena involucrado"

Ruby río para si misma, una tierna y relajante risa que calmo el ambiente tenso que pasaban. Ruby se mantuvo en calma, mientras sonreía con esperanza, pensando que Chelsea de verdad estaba siendo genuinamente honesta con ella y con sus objetivos.

Pero antes de que pueda dar una respuesta afirmativa a la petición de la sirenita, la misma la interrumpio expresándo una ultima cosa que ella creyó necesaria para terminar de conseguir su más ansiado objetivo.

"Yo se que a veces peleamos... pero... que rico cuando chingamos~" Le dijo en un susurro, que se sintio muy fuera de lugar hasta para ella misma. Mostraba una expresión seductora, coqueta y estimulante.

"¡Tú solo piensas en eso!" Exclamó Ruby con furia, mientras que, aún teniendo su rostro ruborizado, empujó a Chelsea hacia delante, terminando por hacer que la misma se caiga de la cama "¡Chelsea!" Llamo preocupada al ver lo que había hecho.

"Me lo merecia..." Declaró la pelirroja con dolor, mientras se ponía de pie y limpiaba su cuerpo y prendas "Perdón por lo que dije, era mi último recurso para-"

"¡Si te daré una oportunidad!" Aclaro Ruby, apresurandose en hablar para que Chelsea no diga algo peor que lo anterior dicho "Pero tendrás que dar todo de ti si quieres que te llegue a perdonar del todo..."

"¡Te aseguro que terminarás enamorandote mucho más que antes!" Aseguro Chelsea con determinación.

"Ese no es el problema, yo ya estoy profundamente enamorada de ti. Si no lo estuviera, no estaría hablando contigo para empezar" Recalcó con serenidad, mientras veía como Chelsea volvia a la cama "Lo que tienes que hacer, es que pueda volver a confiar en ti, ¿te crees capaz de hacer eso después de tantas mentiras?"

"Se que... será difícil... ¡pero no me importa!, ¡me esforzare al máximo!" Exclamó Chelsea con una sonrisa, mientras experimentaba una sobrecarga de emociones fuertes que subían su ánimo "Haré lo que sea para que vuelvas a mi lado, porque no puedo pensar en nadie más para que este conmigo por el resto de mi vida"

Un pequeño rubor apareció en las mejillas de Ruby, ella solo sonrio, disfrutaba esta sensación reconfortante y cálida.

"Te voy a pedir que te des prisa... porque yo también muero de ganas de tenerte a mi lado otra vez" Aclaro con desdén, mientras observaba con dicha a su contraria.

"Bueno, técnicamente me tienes a tu lado, pero es como lo que les pasa a los ginecólogos, pueden verla pero no se la pueden comer" Declaró Chelsea, soltando una pequeña risa al final, que terminó contajiando a Ruby, haciendo que ambas rían juntas.

"Supongo que tienes razón" Afirmó Ruby, una vez que terminó de reír.

"Aunque claro... tú si quieres puedes hacer algo más que mirar~" Desafío Chelsea, mientras hacia a un lado la parte derecha de la camisa que se encontraba usando, revelando los bordes negros de su sujetador.

"Maldita sea... Chelsea..." Ruby suspiro agotada, haciendo un esfuerzo por controlar sus deseos carnales "Conoces mi debilidad y te aprovechas de ella... eres diabólica"

"Si, lo soy, es parte de mi encanto único~" Su mano librea paso por el pecho de Ruby, llegando hasta su cuello y haciendo un torpe intento por quitar los tirantes que sostenían la ropa de su contraria "¿Que dices?, ¿quieres hacerlo?" Pregunto con normalidad.

"Pero... sabes que... si lo hacemos... no significará nada... porque aún debo ver tu cambio y-" Fue interrumpida bruscamente.

"Justamente estaba por decirte eso, lo que sea que estemos por hacer, será solo para pasar el rato, para divertirnos y darnos calor en esta fria noche de invierno" Recalcó Chelsea, mientras conseguia su objetivo de revelar la ropa interior que Ruby usaba para su zona superior "¿No te agrada esa idea~?"

Ruby prefirió no decir nada, sabía que, de negarse, Chelsea estaría insistiendole toda la noche. La única opción que le quedo, fue ceder ante lo que ella le sugería.

Se acerco a ella, la tomo del rostro, aprovecho su guardia baja y la sorprendió con un profundo beso en los labios, que rápidamente fue correspondido y la intensidad del mismo aumento drásticamente.

Mientras Chelsea se preparaba para dejarse llevar, Ruby demostraba tener otros planes, puesto que, justo cuando Chelsea planeaba dar el siguiente paso, Ruby la sorprendió deshaciendo el beso y tomando una cierta distancia.

La confusión en el rostro de la sirena era bastante notable, y no es para menos, acaba de ver como Ruby aceptaba tener un encuentro placentero solo para que se aleje estando a pocos segundos de que la verdadera acción comience.

Timida y nerviosa, se pronunció al respecto.

"¿Que sucede?, ¿por que te alejas?" Un pequeño rubor que la acompañaba, junto a sus labios humedos y no precisamente los de la cara.

"Podemos limitarnos a esto... por ahora..." Resaltó Ruby, con una sonrisa juguetona y tranquila formada en su rostro.

"¿Que?, ¿solo besos?" Pregunto Chelsea, consternada y aterrada ante lo que lograba comprender.

"Si, solo eso, no haré nada más intimo contigo hasta que vea que de verdad has cambiado" Detallo Ruby, con desdén y seriedad.

"Te estás poniendo muy exigente..." Susurro Chelsea para si misma, pero cuando noto que Ruby la escucho, se arrepintió inmediatamente "Pero eso está bien, estas en todo tu derecho..." Recalcó, entre tartamudeos cortos e infrecuentes.

"Claro que lo estoy, pero no creas que me gusta la idea, yo también quisiera... que esto suceda..." Confesó la peliazul con una sonrisa, mientras dejaba caer su cuerpo contra la cama, poniendo su cabeza en su almohada "Pero es muy pronto para retomarlo, espero que lo entiendas"

"Claro, lo entiendo perfectamente" Aclaro Chelsea, mostrándose tranquila, pero en realidad, solo ocultaba lo mal que se sentía de no poder sentir a Ruby esa misma noche, de verdad lo necesitaba "Me asegúrare de que notes mi cambio lo más pronto posible, así podremos volver a estar juntas y haremos todo lo que solíamos hacer antes"

Ruby extendio su sonrisa y no se detuvo con eso, también extendio su mano hacia Chelsea, invitando a la pelirroja a que la tome.

Chelsea no lo dudo ni un segundo, tomo la mano de su contraria y en poco tiempo, ya se encontraba siendo abrazada por la misma. Ambas estaban acurrucadas en la cama, cada una usando su propia almohada, pero usando el cuerpo de la otra para calentarse y sentirse en compañia.

"¿Esto no te molesta, cierto?" Pregunto Ruby con inocencia.

"¿Como me va a molestar?" Respondió Chelsea, formulando una pregunta propia "Ser tomada por tus brazos, es como sentir el suave tacto de una nube" Chelsea extendio su sonrisa, observo enternecida, como una loca enamorada "Eres tan cálida... tan reconfortante... podría ser esta mi última noche con vida y no me importaría, porque no creo que exista mejor forma de morir que hacerlo en tus brazos..." Finalizo, observando a la menor con ojos llenos de amor, dicha y pasión.

Paso un largo tiempo desde que Ruby escucho palabras tan hermosas, mucho menos si esas palabras fueran dirigidas hacia ella. De forma inevitable, un potente rubor se apoderó de las mejillas de la kraken, quien no puso esfuerzo alguno en intentar ocultar su vergüenza, pues, la misma estaba muy pérdida en lo bonito que se había sentido que Chelsea le haya dedicado palabras tan preciosas.

Hasta la misma Chelsea estaba sorprendida de lo que había dicho con anterioridad, fue algo que dijo en el momento, que vino a su mente en el instante adecuado. Sin embargo, no tardo mucho en hacer desaparecer su sorpresa, pues, ya había comprendido que las palabras que uso anteriormente siempre estuvieron dentro de ella, es lo que siente su cuerpo, su alma y su corazón.

Es lo que ella siente cuando está junto a Ruby, cuando piensa en ella, cuando la mira, cuando la besa, cuando la toca, cuando la desea.

En todo momento, siempre y cuando Ruby este involucrada, ese sentimiento prevalecerá, por sobretodas las cosas.

Ruby decidió mostrar su gratitud, y que mejor forma de hacerlo que besando los labios de su sirena favorita, aquella que por más cosas terribles que haga, siempre encuentra la forma de hacerla sonreir, hasta en los momentos más oscuros y terribles.

Chelsea correspondió al beso, disfrutando cada segundo del mismo, hasta que todo concluyó y terminaron viendose a los ojos, compartiendo una sonrisa que reflejaba lo bien que la estaban pasando en ese momento.

"¿Estás segura de que solo habrán besos?" Pregunto Chelsea con picardia, intentando persuadir a Ruby.

"Muy segura, no me harás caer" Expresó Ruby, determinada y dispuesta. Llevo su mano hasta el cachete derecho de su contraria, acariciando su piel con tranquilidad "Ahora... intentemos dormir, ¿si?" Al final, el cansancio fue suficiente como para hacerle olvidar el hambre que sentia.

"Claro... no tengo problema con eso..." Respondió Chelsea, dejando salir un pequeño bostezo "Realmente si tengo sueño, pero si puedo evitar dormir por estar más tiempo contigo, claro que lo haré"

"Eso es dulce, Chelsea" Recalcó la joven Gillman, sonrojandose con más fuerza "Pero dormir también es importante, lo necesitas para poder estar más tiempo conmigo el resto del día sin tener la cabeza en otro lado por el sueño"

"Si, lo entiendo, no quiero terminar quedandome dormida de la nada en los momentos cruciales como tú" Confesó, recordando lo que había sucedido el día de ayer.

Ruby solto una pequeña risa, mientras cada vez se sentía en más confianza y en una comodidad mayor.

"Muy bien, dulces sueños, princesa" Expresó Chelsea, pasando su mano por la frente de su contraria y depositando un beso en el mismo sitio.

"Dulces sueños, señorita Batman~" Se despidió Ruby con diversión, mientras una sonrisa traviesa y juguetona se formaba en sus labios.

Chelsea sonrio, sintiéndose querida al ver como Ruby continuaba recordando aquel momento en el que ella misma se apodo de esa forma. Continuó abrazandola, disfrutando la calidez de su cuerpo, el contacto de tenerla cerca era algo de lo que jamás se cansaria, algo que podría disfrutar por siempre, hasta el último de sus días.

Ruby continuó con lo suyo, estando dispuesta a quedarse dormida abrazando a la misma chica que horas antes decia que jamás volvería a tenerla cerca de esta forma, pero al final, su mente débil no pudo resistir mucho ante los encantos de una sirena tan maravillosa como Chelsea Van Der Zee.

Sin embargo, el recordar la promesa que la misma le hizo, llenaba de dicha y esperanza su corazón. Creía plenamente que, esta vez, quizás con algo de fe, Chelsea iba a cambiar para bien.

Solo le quedaba esperar, el tiempo dirá si hizo bien en confiar en Chelsea o si hizo mal.

Ella esperaba que sea la primera opción, porque, de no ser asi, no sabría como lidiar con el sentimiento de ser engañada no una, no dos, sino tres veces por la misma persona.

Por suerte, antes de que sus ojos se cierren por última vez, pudo contemplar el rostro de Chelsea, durmiendo con total tranquilidad y calma. Eso la tranquilizó un poco, le hizo tener más esperanza. Continuaba con la incertidumbre, pero ya no estaba tan preocupada.

Paso a cerrar sus ojos, suspiro en silencio, relajo sus extremidades y todo su cuerpo para finalmente, quedarse dormida mientras sus brazos y piernas abrazaban a una chica por la cual vale la pena luchar una y otra vez.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro