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[Capitulo 35]

"Llego la hora, es momento de salir a la superficie"

"..."

"Ya estamos cerca..." Declaró la pelirroja, sin tomarse la molestia de ver directamente a la chica a la que se dirigia "Solo un poco más y llegaremos"

"¿Me puedes decir a donde vamos?" Pregunto la kraken de piel violeta, moviendose con cuidado entre la fauna marina.

"Ya te lo había dicho, es una sorpresa" Actuando coqueta, misteriosa y dominante, ella volteó por un instante y sus ojos se encontraron con los de la kraken. Una sonrisa se formó en sus labios antes de volver su vista al frente.

"¿Es una sorpresa buena... o una mala?" Pregunto Ruby, sintiendo su piel erizada al imaginarse las peores situaciones.

"Me sorprende que pienses que yo podría estar planeando una sorpresa mala para ti" Al poco tiempo de decir eso, Chelsea sintió remordimiento por las acciones que cometió en el pasado, lo que la llevo a morderse el labio con timidez y un poco de nostalgia "No te preocupes, Ruby, es una sorpresa buena. Tal vez la idea no te agrade del todo en un principio, pero si le das una oportunidad, te aseguro que terminarás divirtiendote"

Las palabras de Chelsea hacían que Ruby solo se sienta más confundida, nerviosa y ansiosa. Las sorpresas le encantaban, claro, pero siempre y cuando eran sorpresas buenas y no tenía conocimiento de las mismas.

En palabras más simples, para ella, cuando sabía que alguien tenía una sorpresa para ella, dejaba de ser tan sorprendente.

Por suerte, recordó lo que Chelsea le dijo en un principio, que la sorpresa era buena y que no faltaba mucho para que llegue. La espera la esta matando, de verdad quiere descubrir lo que ocurre de una vez por todas.

"Por cierto, cariño" La voz dulce y serena de Chelsea la hizo salir abruptamente de sus pensamientos "¿Que bebida te gusta más?, ¿jugo de uva o vino?"

"¿Eh?, ¿a que viene eso?" Le respondió Ruby, con otra pregunta.

"Tú solo respondeme" Insistió Chelsea, mostrándose apresurada de recibir una respuesta.

"Pues... no creo tener la edad para tomar vino de forma responsable, apenas hoy cumplo diescisiete" Ruby se tomó un tiempo entre sus palabras para tomar una decisión "El jugo de uva estaría bien, supongo"

"¿Que tipo de comida te gusta más en una fiesta?" Arremetió Chelsea, haciendo confundir aún más a la kraken.

"No lo sé... hace tiempo que no voy a una" Comenzó a decir Ruby, haciendo que Chelsea le preste más atención "Como sabes, no celebró mis cumpleaños, y en mi familia las fiestas son muy limitadas y aburridas, por lo mismo la comida disponible no es la gran cosa"

"¿Te gusta el ceviche?" Pregunto la sirena, con una pequeña sonrisa en su rostro.

"¿Uh?, ¿que es eso?" Pregunto Ruby, mucho más confundida.

"Es un platillo de la tierra de los incas, jaja. Esta hecho de peces y... uh... ¿más peces?" Chelsea estaba comenzando a preocuparse de que su actitud nerviosa este siendo demasiado sospechosa.

"Bueno, supongo que si esta hecho de peces, debe ser delicioso" Declaró Ruby, con una sonrisa en su rostro.

Chelsea suspiro aliviada, sonriendo de igual manera.

"Grandioso, gracias" Al tener todo claro, de forma rápida y disimulada Chelsea tomo su celular para mensajearle a su hermana Chelby y compartir con ella lo que Ruby le había informado.

Todo se calmo, ambas continuaron nadando, sincronizadas entre si. Pasaban alrededor de muchos animales marinos, algas verdes, arrecifes de coral, etc.

Ruby noto algo raro en esto, vio que los animales que pasaban por su lado la miraban de forma extraña, pero no sólo eso, también parecían estar siguiendola.

Estaba apunto de decir algo al respecto, cuando vio como Chelsea se detuvo abruptamente, forzandola a que se tenga que detener si no queria aplastarla.

"Ya llegamos" Anunció Chelsea en un surruro, dándose vuelta para mirar a Ruby con un rostro emocionado.

"¿De verdad?" Ruby miro hacia el frente, encontrándose solo con una pared de algas oscuras "¿La sorpresa esta después de cruzar estas algas?"

"Precisamente" Una vez dichas estas palabras, Chelsea llevo sus manos hasta las algas y las hizo a un lado, dejando un pequeño espacio para poder entrar.

"Oye, pero yo no voy a caber ahi" Dijo Ruby con una sonrisa nerviosa.

"Primera regla de la naturaleza y de la vida misma, Ruby. Si tu cabeza entra, tú cuerpo también lo hara" Al terminar estas palabras, Chelsea sin mucho problema entro por el agujero y se adentro en el.

"Yo no creo que esa regla aplique conmigo..." Ruby suspiro derrotada, al darse cuenta que no tenía más opción que intentar entrar por ese agujero "Veamos.. ah..."

Paso un largo rato intentando entrar, intentando muchas cosas, meter primero su cabeza, uno de sus tentaculos, sus brazos, etc, pero nada daba resultado.

"¡Oh, vamos!, ¡no es tan dificil!, ¡tu puedes!" Escucho la voz de Chelsea animándola del otro lado, haciendo que su determinación aumente.

"¡No perderé más tiempo...!" Exclamó Ruby con furia, sin darse cuenta de que sus ojos adquirieron una tonalidad rojiza brillante. Ruby alzo sus brazos y arremetio sus puños contra la cueva, una y otra vez, generando un fuerte retumbar.

Sus ataques dieron fruto, haciendo que la cueva se agriete hasta destruirse por completo. Después de que el polvo y el humo se disiparan, Ruby se encontraba observando sus puños cerrados mientras tenía su respiración agitada.

"Yo... lo hice... ¡por fin lo hice!" Susurro Ruby para si misma, con una sonrisa complacida y orgullosa, sintiendo como el brillo en sus ojos desaparecía "¡Logre pasar...!" La fuerza de su voz comenzó a disminuir cuando su atención se dirigió a lo que tenía en frente, siendo nada más ni nada menos que un montón de criaturas marinas que no conocia.

Sentía las miradas de todos fijas en ella, no le gustaba ser el centro de atención, menos si no conocia las razones. Todos eran extraños para ella, todos y cada uno, un montón de caras nuevas.

"¿Quienes... son... ustedes...?" Pregunto Ruby con timidez, retrocediendo con vergüenza "¿Por que me ven asi?"

De repente, sintió como la tomaban de la espalda, unos brazos cálidos y claros que ella conocia muy bien. Era Chelsea, la que llegó abrazandola por detrás.

"¿Esta era la sorpresa de la que me hablaste?" Pregunto Ruby, mostrándose desconcertada "¿Una reunión con un montón de desconocidos que no dejan de mirarme raro?"

"Claro que no, Ruby, nunca haría eso" Ruby se relajo un poco, pero sólo por unas milésimas de segundo "No es una reunión, es una fiesta, ¡una fiesta para ti!"

Justo en ese momento, confeti salió de los alrededores, quedándose pegado a su vestido blanco y a su rostro. Se escucho los gritos animados de la multitud, coreando el nombre de Ruby. Junto a eso, podia escucharse una agradable pero ruidosa melodía que hacía eco en el lugar.

"¿Una fiesta...?, ¿por que...?" Ruby seguía incredula, viendo como Chelsea comenzó a llevarla hacia delante.

"¿Como que por que?, ¡pues por tu cumpleaños, Ruby!" Le dijo Chelsea con una sonrisa en sus labios.

"¡Pero te dije que no me gusta celebrar mis cumpleaños!" Reclamo Ruby, mostrándose irritada "¡Por Dios, te lo dije en la mañana!"

"Si, lo se perfectamente, y quiero ayudarte con eso" Chelsea tomo del brazo a Ruby, poniendo fuerza en la kraken "No es justo que tu dejes de celebrar un día tan especial en tu vida solo porque te recuerda algo horrible que sucedió en el pasado, debes superarlo"

Ruby estaba apunto de negarse, de simplemente darse media vuelta y volver por donde vino, pero al ver a tanta gente reunida, y sobretodo, pensar en el esfuerzo que Chelsea había puesto en esto la hacia enternecer y sentirse querida, lo que a su vez le hacía pensar que darle una oportunidad a todo esto no podía ser tan malo.

"Ugh... bien..."Respondió Ruby, cediendo ante los encantos de Chelssa "Lo intentaré..."

"¡No te arrepentiras!" Exclamó la pelirroja, acercándose a la kraken y besando su mejilla "Primero dejame darte un tour por todo el lugar" Volvió a tomar del brazo a Ruby, para seguir llevándola a donde ella queria.

Pasaban entre un montón de murmullos y miradas atentas, cosas que a Chelsea no le afectaban pero que Ruby odiaba, porque la hacían sentir más insegura de lo que ya es.

"Aquí es la sección de comidas" Ambas llegaron hasta un montón de comida frita encapsulada en burbujas resistentes "Esta guardada de ese modo para que conserve su... humedad original"

"De acuerdo..." Respondió Ruby, sin darle mucha importancia al tema "¿Puedo comer un poco?"

"¡Claro que si!, todo esto es para ti y para los invitados que traigan regalo" Dijo Chelsea, manteniendo su rostro emocionado.

Ruby acerco su mano hasta una de esas burbujas, sintiendo la superficie de la esfera aspera y extraña, no parecía ser la que una burbuja tendría normalmente.

Pero como ya era constumbre, no le dio importancia.

Introdujo por completo su mano en la burbuja, tomando los bocadillos de la mismas y sacándolos de ahí tan rápido que Chelsea apenas y pudo verlo.

Sus ojos se mostraron aún más sorprendidos después de pestañear, ya que, se dio cuenta de que toda la comida de la mesa ya no se podía ver almacenada en esas burbujas especiales. Sabía muy bien que Ruby se había comido todo, pero le sorprendia, tanto por su aparente hambre como la rapidez en la que se devoró todos los bocadillos.

"Wow... si que tienes apetito... ¿eh?" Pregunto Chelsea con una pequeña sonrisa, que intentaba disimular su asombro.

"Perdón... tenia mucha hambre, no he comido nada en el almuerzo" Justo cuando recordó ese detalle, recordó algo más que había estado planeando "¡Casi lo olvido!, ¿tú sabes que pasó después de que salimos de la cafetería?"

"¿Que...?, ¿no lo recuerdas?" Chelsea intentaba mostrarse convincente, fingiendo preocupación por la kraken.

"Lo último que recuerdo, es que ambas salimos de la cafetería y... estábamos caminando en la playa camino a casa. Luego de eso, todo está muy borroso" Afirmó Ruby, mientras seguía masticando la comida que tenía en su boca "Solo desperté en mi cama, pero no recuerdo haberme acostado, o que tu me hayas llevado hasta ahi"

"Ah... eso, de seguro debe ser por el estrés" Comenzó a decir Chelsea, mostrándose nerviosa "Después de la cafetería, me dijiste que te sentías un poco mareada, así que te lleve a tu casa para cuidarte, pero cuando llegamos a tu habitación tu solo te tiraste a la cama y te quedaste dormida al instante" Continuó diciendo Chelsea, con su típica sonrisa nerviosa "Intente despertarte antes de irme, pero no querias, estabas profundamente dormida, no tuve más opción que irme porque tenía que planear esta sorpresa para ti" Concluyó la pelirroja, estando más tranquila al terminar de decir esa excusa que se sacó de la manga.

"Oh... bueno, eso tiene sentido" Respondió Ruby, sin estar del todo convencida.

"¡Olvida eso!, ¡tenemos que seguir con el tour!" Chelsea volvió a tomar el brazo de Ruby, y la comenzó a llevar hacia otro lado, hacia una mesa tapizada de blanco "Por aquí tenemos la sección más importante, donde espera tu delicioso y muy bien preparado pastel de..." Cuando Chelsea se fijo bien, se dio cuenta de que no había nada donde señalaba "Cumpleaños..."

"Uh... ¿acaso... inventaron los pasteles invisibles aquí abajo?" Pregunto Ruby con inocencia.

"¡Tú no te preocupes por eso!, ¡lo solucionare en este instante!" Sin darle tiempo a Ruby de hacer algo más, Chelsea se alejo de ella, teniendo suerte de que su figura se haya perdido entre la multitud.

"¡Espera, Chelsea!, ¡no me dejes con estos raros!" Ruby seguía nerviosa y asustada por todas esas criaturas que no conocia y que seguian viendola de esa forma tan inquietante.

"Vamos... contesta... contesta..." Repetía Chelsea una una y otra vez, sin mostrarse muy paciente.

"¿Hola?, ¿que necesitas ahora, hermanita?" Le pregunto su hermana mayor al otro lado del teléfono.

"¡Flora!, ¡pense que habiamos acordado que tu traerias el pastel sobre todas las cosas!, ¡lo prometiste!" Reclamo Chelsea con molestia, apretando con fuerza su teléfono.

"¡¿Que?!, ¡pero si deje el pastel!" Le respondió la híbrida.

"Ay si tu, dejaste el pastel, ¡¿entonces donde está?!, ¡¿acaso es invisible?!" Chelsea arrugó su rostro, mientras llevaba dos dedos a su frente "Ya no hay tiempo, solo... conseguí otro pastel y que sea rápido"

"Pero te estoy diciendo que si mande el pa- pas- pa-" La llamada se escuchaba entrecortada, como distorsionada y lenta.

"¡Ugh, la señal esta mal!, ¡solo haz lo que te dije!, ¡y no te olvides del detalle final con Lazuli!" Sin dejar que su hermana le diga algo más, Chelsea decidió terminar la llamada, siendo después de esto más conciente de que estaba confiando ciegamente en una de las criaturas más traicioneras y malvadas del océano.

El rostro de Chelsea se mostraba aterrado y shockeado, sus ojos veían hacia arriba, mientras su mente comenzaba a divagar. La pelirroja sintio un fuerte destello en su cabeza, junto a los empujones y roces de algunos cuerpos pasando junto al suyo.

Una sensancion nauseabunda y confusa, que la hacia sentir más mareada que otra cosa. 

Estaba quieta en su sitio, observando una figura peculiar que solo ella podía ver reflejada. Esa figura se parecia a ella misma, como si fuera su propio reflejo. Pero algo no estaba bien con esa figura, se veía más amenazante de lo normal, la sola presencia de esa figura la hacia sentir pequeña y temerosa, ¿pero como podía sentir miedo de ella misma?, era inexplicable.

Veía la figura hacerse más grande, más y más gigantesca, cada vez más salvaje y espeluznante, junto a esto, el ambiente se comenzó a oscurecer, lo poco que podía ver que no sea esa figura comenzó a hacerse opaco, hasta que fue totalmente invisible para sus ojos. Su entorno ya no existia, al menos no el que ella conocia, el entorno que tenía ahora era uno completamente diferente, donde todo era oscuro, un enorme vacío oscuro e infinito.

No había nadie más con ella, solo esa figura, que seguía viendose gigante pero a la vez tan lejana. Brillaba con una luz naranja rojiza que le hacía recordar a su madre y su fina cabellera. Chelsea intento acercarse, sintiendo sus pies tocar el agua y dándose cuenta de que ya no estaba más con su transformación de sirena.

Miro hacia abajo, dándose con la sorpresa de que estaba caminando por el agua, como en un estanque con pequeños nenúfares y rocas flotando sin un rumbo fijo. Al alzar su vista, vio pequeñas y resplandecientes luces aparecer, que luego de mostrar su luz hacían ver su verdadera forma, cubos oscuros y marrones que parecian estar flotando en direcciones homogéneas.

Busco por todos lados la figura que vio en un inicio, algo dentro de ella le decia que tenía que encontrar a esa cosa, pero no la podía ver por ningún lado. Lo único que podía ver, eran cubos, más de esos cubos oscuros que tenían un pequeño brillo en el centro.

Ahora algo le decia que debía tomar uno de esos cubos con sus manos, pero no sólo era su yo interior, también unas voces extrañas que comenzó a escuchar en los alrededores.

"Huyes..."

"Mientes..."

"Corrompes..."

"Mueres..."

Más de esos susurros comenzaron a oirse, haciendo que su cabeza se sienta mareada y no tenga más opción que llevar sus manos a sus oidos, en un intento de no escuchar más.

"Sonrie..."

"Rie..."

"Llora..."

"Enloquece..."

"Muere..."

Todos esos susurros comenzaban a ser muy desesperantes, más ahora que se daba cuenta de que tapar sus oidos no servía de nada, aunque lo haga, podia seguir escuchándolos, muy claramente.

"Mueres..."

"Mueres..."

"Mueres..."

"Mueres..."

"Mueres..."

Solo eso se repetía en el lugar, como si fuera un presagio de lo que en el futuro le iba a ocurrir. Y eso era justo lo que ella odiaba, lo que más le aterraba, la idea de pensar que eso que estaba escuchando terminaría cumpliéndose.

"¡Ya basta!, ¡basta!" Exclamó entre gritos, caminando con rapidez en el agua hasta llegar con uno de esos cubos "¡¿Como puedo salir de aqui?!"

Fue una pregunta que hizo al aire, a nadie en especifico, solo lanzó esa pregunta por su propia desesperación. Después de sostener el cubo con sus manos, sintió una conexión con el mismo y vio el ambiente iluminarse de color anaranjado, una gigantesca luz brillante neón que dejó todo el ambiente brillando por unos breves segundos, hasta que nuevamente, todo volvió a ponerse oscuro.

Todo, excepto, aquel peculiar cubo, que ahora estaba más iluminado que nunca, pero no por el color café que solía tener, sino por un rostro azulado que poco a poco comenzó a tomar forma, hasta tomar semejanza con el rostro de una kraken que ella conocia perfectamente.

Un escalofrio recorrió su espalda, extendiéndose por todo su cuerpo, ver el rostro de su amada en aquel cubo era lo menos que esperaba ver en el.

"¿Ruby...?" Se podía notar el miedo en su voz, en el modo en el que su voz se entrecortaba lentamente "¿Que esta pasando?"

Chelsea continuó viendo la figura de Ruby en el cubo, esperando que algo ocurra, y por suerte, así fue, comenzó a ver que algo más pasaba en ese cubo donde hace unos momentos solo se podia ver el rostro de aquella muchacha.

"Arrodillate" Sentenció el desconocido con voz firme, viendo sin piedad a los ojos de la indefensa adolescente.

"Por... favor... hice todo lo que me pediste... pero... no... no quiero hacer eso..." Los escalofríos en todo su cuerpo la impedían hablar con claridad, siendo demasiado afortunado que haya podido expresarse de este modo tan claro.

"¡Me importa una mierda lo que tu quieras!" Acertando un fuerte golpe en su rostro, la resistencia de Ruby ceso, siendo reemplazada por un grito agudo y una respiración agitada "Chelsea dijo que tú harías lo que yo quiera, y lo que yo quiero, es que te... arrodilles"

Ruby sabía que significa eso, esa palabra "arrodillarse" no era más que una forma más sutil de referirse a... cosas que su madre no le enseño con la intención de que su inocencia quede intacta por más tiempo.

Quien hubiera imaginado que esa misma inocencia terminaría quebrada por un simple y vulgar humano adolescente.

Del otro lado del cubo, Chelsea no podía creer lo que sus ojos veian, mucho menos lo que estaba por ocurrir.

"No... ¿que... esta pasando...?" Cuestionandose todo lo que sabia, Chelsea apretó con mucha más fuera el cubo, haciendo que una pequeña pero notable grieta aparezca en su centro "¡¿Quién mierda es ese chico?!, ¡¿por que tiene así a Ruby?!"

Se escucho un goteo, una gota y otra gota, como si hubiera comenzado a llover, aunque realmente no era eso.

Solo eran las lágrimas de Chelsea, cayendo contra el estanque y haciendo que el color del mismo se oscurezca aún más, como su corazón al ver lo que Ruby comenzó a hacer con alguien que no era ella.

"¡Basta!, ¡no quiero seguir viendo esto!" No era tan fácil dejar de verlo, no tan fácil como cerrar sus ojos, porque aunque lo haga podía seguir escuchando todo lo que ocurria tras el cubo "¡¿Por que Ruby esta haciendo eso?!"

Chelsea llevo una de sus manos hasta su rostro, para limpiar las lágrimas de sus ojos. En ese momento, otro escalofrio recorrió su cuerpo, al sentir algo tocar su hombro.

"¿No lo recuerdas~?"

Cuando se dio vuelta para encarar a lo que sea que la haya tocado, fue demasiado tarde, no había nada. Solo sintio una brisa pasar por su costado y escucho el sonido tintineante de sus lágrimas cayendo contra el agua, como si sus lágrimas tuvieran más peso de lo normal.

"Tú causaste esto..."

Continuó escuchando la misma voz, la misma odiosa y burlona voz que seguia sin conocer de donde venia.

Su tristeza se transformó en ira, lo que le dio la valentía suficiente para lanzar lejos el cubo que la estaba atormentando con cosas que ella creía falsas.

"¡¿Quién carajos eres?!, ¡muéstrate!" Reclamo Chelsea, viendo hacia todos lados en busca de una respuesta.

"No es necesario, así estoy bien" Le respondió la misma voz, con simpleza y gracia.

Antes de tener tiempo para reaccionar, sintió como algo la tomaba de sus brazos, piernas y abdomen. Eran brazos que comenzaron a salir del estanque, de la nada y sin una explicación razonable.

"¡¿Pero que-?!" Su voz fue cortada gracias a que una de esas manos tapó su boca, haciéndo que también le sea más difícil respirar adecuadamente.

"Vamos a seguir viendo lo que hiciste... tal vez así puedes recordar... que tú eres la única culpable"

El mismo cubo que Chelsea había lanzado volvió hacia ella, elevándose hasta su rostro. Por más que Chelsea intento cerrar sus ojos para no ver nada, aquellas manos que venían del agua no dejaban que sus párpados se cierren por nada del mundo, tambien tenían el resto de su cuerpo inmovilizado.

"No... ¡por favor!, ¡detenlo!" Exclamó Chelsea con terror, viendo como el cubo se acercaba aún más a ella "¡No quiero seguir viendo!"

La escena que ocurria en el cubo se hizo más visible, más cruda y horrible. Los ojos de Chelsea volvieron a ponerse llororos, al ver como Ruby continuaba haciendo un buen trabajo con su boca para satisfacer el pene de ese adolescente humano.

Pero Chelsea ya no lloraba por el dolor se estar viendo esto, ya no era por eso. Ahora estaba llorando por algo mucho peor, ya que, después de tanta insistencia, por fin le había encontrado sentido a lo que estaba viendo.

Y aunque fuera horrible, ella sabia que había una gran posibilidad de que lo que este viendo sea cierto, y no sea solo una pesadilla o una ilusión, sino algo que si ocurrio pero que por algún motivo su mente decidió hacer como que nunca sucedió.

Fue hace unos meses, en los días en los que Chelsea ya estaba llegando a límites exagerados con respecto a molestar a la joven kraken. En una de sus tantas bromas, las cosas se salieron de control y por coraje le ordeno a ese chico que lastime a Ruby como quiera, y que una vez que termine, podia hacer cualquier cosa con ella, pero siempre y cuando la misma sufra.

Al parecer eso fue lo que ocurrio ese dia.

Ante esta revelación, su cuerpo dejo de sentirse inmovilizado, las manos que la tenían sostenida la soltaron y volvieron a hundirse en el agua, dejándola libre para irse, pero no lo hizo, no tenía la fuerza suficiente para ponerse de pie ni para despegar la mirada del cubo.

Su respiración parecía tranquila, pero era ardiente, le quemaba la garganta, como si fuera ácido lo que pasaba en lugar de saliva. Sus lágrimas caian en el cubo mientras ella lo sostenia con sus manos, haciendo un esfuerzo por no caer al sentir su cuerpo pesado y cansado.

Los ruidos obscenos no paraban de sonar, ruidos de succion, sudor, placer y desesperación. Llantos mezclados con algo entrando en la boca de la chica, una y otra vez, sin piedad alguna, sin un poco de misericordia ni compasión, sin intenciones de aunque sea ser amable.

El corazón de Chelsea, junto a su mente y cuerpo se sintieron más miserables y quebrados, al ver con tristeza y dolor como las lágrimas de Ruby bajaban por su rostro hasta llegar hasta el pene del chico, quien parecía estar disfrutandolo mucho más.

Chelsea arrugó sus puños, ya que una idea paso por su mente, romper de un golpe el cubo y que esos ruidos se detengan. Pero no lo hizo, porque sabía que aunque rompa el cubo, el dolor no se iria, aunque ya no pueda escuchar nada, su corazón seguiría sintiéndose así de miserable.

De nada servía simplemente querer vivir en la indiferencia, cuando ya conocía la verdad.

"Supongo que si merezco sufrir todo este dolor... porque... si esto es mi culpa, significa que sigo siendo la misma horrible persona de siempre..." Exclamó Chelsea en un susurro, sintiendo el agua en todo su cuerpo, pero sin llegar a hundirse.

"No pudiste haber llegado a una conclusión mejor"

Chelsea estaba recostada boca abajo, por lo que no podía ver a la figura que había aparecido detrás suyo. Solo podía escucharla, sentir su presencia dominante y poderosa, pero nada más que eso.

"Me sorprende lo mucho que resististe, pensé que te ibas a quebrar más rápido. Eres muy fuerte"

Chelsea no sintio nada con ese elogio, ni furia ni felicidad, solo le dio completamente igual.

"¿Ya vas... a decirme quien eres?" Pregunto Chelsea, eso era lo único que le interesaba saber.

"¿Te gustan los juegos?" Dijo aquella voz, como su pregunta inicial "Tú eres mi jugadora, jugando mi juego favorito por mi"

Ahora si que Chelsea comenzó a fastidiarse, a cansarse de que esa voz siga molestandola de esa forma.

"¿Por que hiciste esto?, ¿quien eres?" Continuó preguntando Chelsea.

"Te ayudará pensar que fue solo un sueño, aunque no fue uno malo para ti"

Sin que Chelsea lo supiera, eso sería lo último que escucharía de aquella voz, ya que justo comenzó a sentir como su cuerpo comenzaba a hundirse en el agua.

"Dime... ¿quien... eres...?" Aunque su cuerpo se hundia, ella continuaba haciendo la misma pregunta "¿Quien... eres...?, ¿quien... eres...?, quien... quien... ¿quien soy...?"

Su cuerpo se hundio con más fuerza, con más velocidad y potencia, hasta llegar a un punto en el que ya no pudo hundirse más, porque ya estaba despertando.

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"¡Chelsea!, ¡Chelsea!" Exclamó una voz, recibiendola cuando sus ojos comenzaron a abrirse "Oh no... de seguro tu embarazo te esta-" Justo noto que Chelsea ya había despertado "Oh, ¡ya despertaste!" Ruby le extendio su brazo para ayudarla a levantarse.

"Mi cabeza me arde..." Se quejo Chelsea, aceptando la ayuda de Ruby "¿Que sucedió?"

"Eso te lo debería preguntar yo a ti" Dijo Ruby, mostrándose preocupada "De repente te desmayaste"

"¿Como?, ¿así de la nada?"

"Bueno, no de la nada, fue después de que comiste un poco de ese pastel" Chelsea volteó al lugar donde Ruby había señalado, encontrándose con la sorpresa de que si había un pastel, un gran pastel de vainilla con nueve capas decorado con algas y con una figura en cima que se asemejaba a la de Ruby.

"Oh... entiendo..." Dijo Chelsea, pensando que justo como le dijo aquella voz, pensar que todo fue un sueño sería lo mejor "¿Cuanto tiempo estuve desmayada?"

"Como por unos dos minutos" Respondió Ruby con tranquilidad, tomando a Chelsea del brazo "Pero bueno, ahora que despertaste, es hora de continuar con el tour, ¿cierto?"

"Claro, pero debido a este contratiempo... creo que sería justo que pasemos a lo más interesante"

"¿Lo más interesante?" Pregunto Ruby, mientras comenzaba a ecomionarse "¡No me digas!, ¡¿tienes una piñata?!"

"¿Que?, no, no es eso"

"Oh..." Los ánimos de Ruby bajaron un poco, mientras que comenzó a sentirse avergonzada de tener ideas tan infantiles "¿Y que es entonces?"

"Para la cumpleañera, la mejor parte de su fiesta debe ser el momento de abrir los regalos" Declaró Chelsea con total seguridad.

"¿Que no la mejor parte es cuando todos te están cantando feliz cumpleaños?" Pregunto la peliazul con una sonrisa inocente.

"Se nota que no sabes nada de celebrar cumpleaños, Ruby" Comenzó a decir Chelsea, con una pequeña sonrisa en su rostro "¡Es horrible que te canten!, ¡¿que cara se supone que debes poner cuando hacen eso?!, ¡es muy incómodo!"

"Bueno, supongo que si lo dices asi, tienes razón..." Dijo Ruby, un poco insegura, pero prefiriendo decir esto para cambiar de tema "Entonces... dejando eso de lado, supongo que es gracias a tu fascinación por los regalos que invitaste a tanta gente desconocida, ¿cierto?"

"Precisamente, querida Ruby. No importa que no conozcas a ninguno, siempre y cuando traigan regalo pueden entrar y disfrutar de la fiesta"

Ruby solto una risa, encontrando divertido lo que Chelsea decia.

"Amo tu forma de ser, Chelsea. Jamás me cansaré de decirtelo" Le dijo Ruby a la sirenita, haciendola sonrojar un poco.

"Gracias, yo también amo como soy" Dicho esto, Chelsea se soltó del agarre y avanzó un poco más rápido "¡Apresurate!, ¡todos te están esperando!"

"Nunca cambiaras... ¿cierto?" Se pregunto Ruby para si misma, riendo nuevamente, mientras tomaba impulso para alcanzar a Chelsea y pasar junto a ella por el túnel donde aparentemente estarían todos sus invitados reunidos.

"..."

"¡Todos formen una fila!" Sentenció Chelsea con voz firme, hablando a través de un megáfono. Espero a que todos los invitados se formen para continuar hablando "Muy bien, como saben estamos aquí reunidos para celebrar el cumpleaños número diescisiete de la princesa Ruby"

"Hola..." Saludo la cumpleañera con nervios, sacudiendo un poco su mano y acomodándose mejor en el trono donde estaba sentada "¿Es necesario que me siente aqui, Chelsea?"

"Una princesa como tú no merece nada menos" Le respondió la pelirroja de forma rápida, volviendo su atención a los invitados "Antes de que la princesa Ruby pueda recibir sus regalos, primero recibirá los regalos de sus seres queridos más importantes" Chelsea ajustó el megáfono y dirigió el sonido hacia la derecha "¡Lazuli!, ¡es tu turno!"

"Si, si, no tienes que gritarme, estoy a tú costado" Respondió la menor con molestia, soltando la cuerda que sostenia con sus manos y haciendo que detrás de ella una explosión de confeti aparezca junto a él ingreso de esos seres queridos de los que Chelsea hablaba.

"No sabía que Lazuli estaba a mi costado... si que soy despistada..." Los pensamientos de Ruby fueron interrumpidos al sentir los suaves y fuertes brazos de su padre abrazandola.

"¡Feliz cumpleaños, hija!, ¡me da mucho gusto que Chelsea te haya convencido de celebrar tu cumpleaños!, solo por eso se ha ganado mi bendición" Declaró Arthur con una sonrisa, abrazando a su hija con más fuerza.

"Gracias... papá... ¿puedes... hacerlo más despacio?, no... puedo... respirar..." Al decir esto, Arthur le dio un poco de espacio, logrando que Ruby pueda tomar una gran bocanada de agua para sus branquias.

"Te traje un regalo" Arthur extendio a Ruby una caja azul con un listón rojo en la punta "Espero que te guste"

"Sea lo que sea, lo importante es que estas aqui" Le dijo Ruby con dulzura, para después llevar una de sus manos hasta la pequeña caja, para romper el listón y abrirlo desde arriba "Parece ser..." Hizo a un lado los últimos detalles, encontrándose con algo que la dejo un poco en shock, lo que estaba viendo era una foto de la que un dia fue su segunda madre, enmarcada en un cuadro. Ruby miro a su padre, esperando recibir una respuesta por este regalo tan curioso.

"Pensé que... tener una foto de ella te ayudaría a recordarla" Le confesó el señor Gillman, con una mirada afligida y poniendo una mano en el hombro de la kraken "Se que yo soy tu padre biológico, pero ella fue la que te cuido junto con Agatha esos años en los que yo no sabía de tu existencia. Que ella ya no esté con nosotros no es motivo para que tú estés triste, al contrario, deberías estar feliz de que al menos tienes la dicha de poder recordarla"

Ruby duro unos momentos con esa expresión analítica y confusa, viendo el cuadro sin pestañear, hasta que pasó su mano por su rostro y su típica sonrisa volvió a ella.

"Gracias, papá" La peliazul se esforzó por que su sonrisa se vea más genuina, que refleje lo bien que se sentía por el apoyo que su padre le demostraba "Muchas gracias..." Pero al no querer decir mucho, simplemente le dio un último abrazo a su padre y se despidió de el para recibir al próximo en la fila.

No sin antes guardar el regalo en un gran saco que Chelsea le dio para guardar todos los regalos.

El próximo en venir fue su hermano menor Sam, aquel chico con el que nunca se llevó bien, pero que a pesar de todo le tenía un gran aprecio por el lazo sanguíneo que compartían.

"Feliz cumpleaños hermanita, estoy seguro de que amarás mi regalo" Dijo el pequeño con una sonrisa, teniendo sus manos detrás de su espalda.

"Dejame adivinar, es uno de esos cupones tuyos que siempre me das para no pagarme nada" Dijo Ruby con serenidad, pero también un poco irritada.

"¡¿Que?!, ¡no, claro que no...!" Con cuidado, rompio en pedazos los cupones que tenía en sus manos, al verse descubierto por su hermana "Es... algo... mucho mejor..."

"Estoy esperando" Dijo Ruby, tomando una postura más cómoda en su asiento.

"Te... va a encantar jaja... si..." Sam busco desesperado en sus bolsillos, pensando que encontraría algo ahí para darle a su hermana como regalo.

"Si no tienes regalo te vas" Dijo Chelsea con recelo, mirando con sospecha al pequeño kraken "Que seas hermano de Ruby no te da derecho de no darle nada y peor aún, hacer fila cuando sabes claramente que no tienes nada que regalarle"

"No seas dura con el, Chelsea" Dijo Ruby, saliendo en defensa de su hermano "No me molestare si no me das nada, Sam. Que estés aquí conmigo es suficiente"

Sam se vio tentado a rendirse y aceptar que no tenía nada, pero justo en una de sus tantas revisadas al bolsillo sintio un pequeño objeto redondo y suave.

Sin pensárselo mucho, Sam tomo el objeto con alusión dedos y lo saco del bolsillo de su pantalón, manteniéndolo cerrado en su puño hasta extenderlo hasta Ruby.

"Una perla..." Dijo Ruby con una pequeña sonrisa, viendo el brillante objeto rosado con sorpresa "Es muy bonita, Sam" Ruby tomo la perla con sus manos, sintiendo el toque suave con sus dedos.

"Ruby se merece un collar de perlas, no una sola perla" Al terminar de quejarse, Chelsea sintió un golpe en su cintura que vino de Ruby, indicándole que no sea tan grosera "Pero... supongo que es aceptable..."

"No me alcanzó para comprar un collar" Confesó Sam con timidez, con sus manos en sus bolsillos nuevamente "Aún así espero que te haya gustado, Ruby"

"Claro que si, me ha encantado" Ruby sonrio felizmente, tomando de sorpresa a su hermano y abrazandolo contra su rostro "Muchas gracias"

"Claro... no hay de que..." Le dijo Sam un poco avergonzado, pero estando feliz de que su regalo haya sido aceptado. El pequeño movió sus brazos simulando que se encontraba abrazando el rostro de Ruby.

"Si, si, si, muy lindo y todo pero fuera, fuera" Chelsea a punta de golpes con su cola hizo que Sam se aleje "¡El siguiente!"

Un fuerte caminar y ya estaba ahi, la reina kraken hizo que muchos gritos y aclamaciones se escuchen venir de los invitados.

"¡Abuela!" Exclamó Ruby con sorpresa, mientras guardaba la perla que su hermano le dio en el saco "Que bueno que hayas venido"

Ruby recibió a su abuela con un abrazo, haciendo que la misma reina se sienta sorprendida y algo molesta de no haber sido la que tome la iniciativa.

"Oye, yo debería decir eso" Bromeando y jugando, correspondió el abrazo para después separarse "Me enteré gracias a cierta sirena odiosa que ya no odias tu cumpleaños, cosa que me parece muy madura de tu parte"

"¿Sabes que estoy escuchando todo, no?" Pregunto Chelsea con una expresion vacia en su rostro, sintiendose ofendida y a la vez cansada.

"Oh, perdón pequeña, es que eres tan insignificante comparada conmigo que no pude verte" Una risa burlona acompañó su expresion final, haciendo que Chelsea se enfurezca aún más "Continuando con lo que te decia, Ruby, estuve esperando por mucho tiempo a que te animes a celebrar tu cumpleaños para darte un regalo muy especial"

Ruby no queria parecer interesada, pero eso sí había llamado su atención. Sus ojos brillaron emocionados mientras la sonrisa en su rostro creció notablemente.

La reina extendio una bolsa de color naranja contra su nieta, una bolsa con temática floral desde afuera y que tenía bordes dorados.

Ruby tomo el regalo en brazos, abriendolo desde arriba como era de esperarse. Al ver dentro de la bolsa, encontró un suéter de lana de color negro, que tenía bordado en el centro la figura de una kraken que se asemejaba a ella, pero con una corona en la cabeza.

Ruby no sabía como sentirse con este regalo, el suéter estaba lindo, pero no era lo que se esperaba, se había hecho muchas expectativas demasiado rápido.

"Wow..." Comenzó con una sonrisa, que de lejos se notaba que no era tan genuina "Que... lindo..."

"Que horrible" Dijo Chelsea sin ninguna vergüenza, ganándose otro codazo por parte de Ruby.

"Me alegra que te guste, es un suéter especial que siempre que lo tengas puesto te protegerá de cualquier mal. Tengo el suéter desde hace años, pero nunca encontré el momento perfecto para dartelo..." Confesó la reina, con una pequeña sonrisa en su rostro.

"Oh, claro. Muchas gracias abuela" Ruby comenzó a sentirse mal consigo misma, por haber hecho de menos el regalo de su abuela antes de tiempo "Trataré de usarlo cada que pueda"

"Ruby, ya que estamos, también quería decirte que-"

"Bueno, bueno, bueno, el que sigue" Chelsea volvió a tomar autoridad, sacando a la abuela a punta de golpes con su cola. La única razón por la que la abuela no hacia nada, era porque no queria arruinar el cumpleaños de su nieta.

Ruby quiso detener a Chelsea, pero sabía que de todos modos eso tenía que suceder, pues aún quedaban muchos más invitados que recibir y si perdían mucho tiempo con uno no habría tiempo para todos. Su corazón se comenzó a poner nervioso y ansioso, ya que como ya habían pasado todos sus familiares, pensó que la que seguía vendría a ser su madre. Pero esa sonrisa tan entusiasta se borro al no encontrar a su madre por ningún lado.

"Chelsea... ¿quien sigue en la lista?" Pregunto desanimada, esperando una respuesta lo más pronto posible.

"De nuestra otra hermana, la torpe de Lazuli" La sirena no tuvo reparo en revelarle a Ruby algo tan importante así nada más, porque simplemente sabía que se tendría que enterar tarde o temprano.

"Cuando dices hermana... lo dices como de cariño... ¿cierto?" Pregunto Ruby, esperando estar en lo cierto.

"No, Ruby. Lo dice de forma literal" Confirmo Lazuli, quien ahora estaba delante de la princesa kraken "Yo también me acabo de enterar hace unas horas, después de la fiesta te lo explicaré"

"Si, creo que sería lo mejor" Ruby seguía pensando que todo se trataba de una broma o algún juego, por lo mismo, no le daba mucha importancia al tema.

"Bien, debo ser honesta, no tuve mucho tiempo para conseguirte un buen regalo, pero aún asi espero que lo que te haya traído te guste..."

"El regalo no importa, que estés conmigo es suficiente" La peliazul sabía que ya había dicho mucho esas palabras últimamente, pero no quería dejar de remarcarlo. Más que nada porque parecía seguir habiendo invitados con esas dudas en su cabeza.

Lazuli se avergonzo aún más al escuchar las palabras de Ruby, ya que, no tenía ningún regalo, había estado demasiado ocupada ayudando a Chelsea y Chelby con la fiesta como para conseguir algo. Simplemente no tenía nada, absolutamente nada, ni en los bolsillos de su vestido ni en los pliegues de su ropa interior.

Nada de nada, nada para ofrecer, nada que dar.

¿Que podía hacer en esta situación tan vergonzosa?

Solo había mentido diciendo que tenía un regalo para ganar tiempo, ya que vio que al pequeño Sam le funciono esa jugada, pero al parecer ella no tiene la misma suerte que ese chiquillo.

Resignada, bajo su cabeza con más vergüenza, sintiendo como su rostro se acalorada y de seguro se ponía de un color rojizo en la parte de sus mejillas. Una idea llego a ella, pero lejos de alegrarse, solo se sintio aún peor, pensando que lo que haría sería una tontería sin proporciones.

Pero al no tener más opciones y estar siendo observada por tantas personas, dejo que esa idea que para ella parecía una estupidez, sea la que llevaría a cabo y que con suerte la sacaría de esta situación tan vergonzosa.

Respiro profundo, llenándose de valentía para comenzar. Se acerco un poco más a Ruby, viendola directo a los ojos, alzo sus brazos y simplemente se dejó caer contra ella, para abrazarla con rapidez y miedo de ser rechazada.

Escucho un pequeño respingo venir de la cumpleañera, al igual que un silencio incomodo por parte de los demás espectadores. Su vergüenza no hizo más que aumentar gracias a que el silencio continuó por mucho tiempo, pero ya era demasiado tarde para retroceder, ya estaba hecho, solo podía seguir adelante.

"No tengo nada, Ruby" Le confesó desde lo más profundo de su corazón, sintiéndose de verdad muy dolida por no darle nada a su mejor amiga y hermana en este día tan especial "No pude conseguir nada, ni unas flores, ni un poco de coral envuelto con algas, nada de nada..."

"Pero ella ayudo a organizar la fiesta" Dijo Chelsea de repente, defendiendo a Lazuli, siendo algo bueno para variar después de tantos comentarios negativos.

"Es cierto... estuve ocupada con eso, Chelby no me dejo descansar en ningún momento jaja..." Su risa fingida y cansada dio a notar su abatida actitud, al igual que las lágrimas que se comenzaron a formar en sus ojos.

"No me importa eso" Dijo Ruby, con una voz que parecía ser cortante "Ya hiciste suficiente..." La idea de su mala actitud quedo de lado cuando después de decir esas palabras, se impulso hacia adelante para corresponder el abrazo de Lazuli "Muchas gracias por estar aqui y ser honesta conmigo, muchos no pueden hacer eso"

Aunque eso último no fue dirigido directamente a Chelsea, ella así lo sintio, como si fuera un golpe bajo directo a su corazón.

"Oh... Ruby..." Lazuli estaba apunto de romperse, el hecho de estar agotada por todo el trabajo duro y que después de tanto tiempo este sintiendo cariño de verdad por parte de la chica que alguna vez miro con otros ojos pero ahora ya no, era demasiado para su pequeño corazón agitado. Aún asi, se las arreglo para evitar seguir derramando más lágrimas, forzando una sonrisa luego de limpiar su rostro "Te prometo que te conseguiré un mejor regalo, te lo prometo de hermana a hermana"

"Deja eso, Ruby recién se ha enterado" Comento Chelsea con sencillez, viendo enternecida la escena que protagonizaban las dos chicas kraken "Ni yo me aconstumbro a verte como mi hermana, aún te sigo odiando"

"Voy a cambiar eso" Respondió la pequeña con una sonrisa, haciendo que la sirena igual sonria, contagiada por su buen humor "Bueno, feliz cumpleaños, Ruby. Espero que todo salga bien hoy..." Dichas estas palabras, Lazuli se marcho, yendo hacia donde estaban los demás invitados que ya habían entregado sus regalos.

"Bueno, continuemos con esto" Dijo Chelsea, recuperando la actitud concentrada de antes, viendo una lista que tenía sujetada en sus manos.

"Supongo que ahora si viene mi madre..." Pensó Ruby, emocionada de que eso suceda.

"¡Hola, sobrinita!" Exclamó una voz juguetona, llegando con torpeza y destrucción a su paso hasta estar al frente de la princesa que hoy cumplía años.

"Hola tío Brill..." Saludo Ruby con una sonrisa que se esforzó por poner "Me alegra verte..."

"A mi también, siempre estoy feliz de ver a mi sobrina favorita" Sonriendo felizmente, Brill estiró una caja de regalos hasta Ruby "Feliz cumpleaños, aqui tienes tu regalito"

"Gracias tío, me muero de ganas por saber que es... de seguro es algo increíble" Dijo Ruby con entusiasmo, decidiendo que era mejor mantenerse optimista.

"Si, claro, algo increíble que saco de la basura o que le robo al señor que vende salchichas" Dijo Chelsea con su típico tono de voz burlon, viendo a Brill con mala cara.

"¡Oye, no es cierto!, lo que saco de la basura lo guardo como mi colección preciada de recuerdos" Respondió Brill, mostrándose ligeramente ofendido.

"Bueno, veamos..." Con algo de nervios, Ruby llevo sus manos al regalo, retirando el listón y abriendo la caja, encontrándose con un pequeño peluche de un tridente de color verdoso, que parecía asemejarse al tridente de Oceanus "Wow... esta genial..."

"Lo encontré a mitad de precio, pero como no había nadie atendiendo en la tienda solo lo tome y deje el dinero en la mesa" Aclaro Brill de lo más tranquilo, sin darle importancia a las miradas confundidas que tanto Chelsea como Ruby le dirigian.

"No me esperaba que tu regalo sea tan aceptable, es impresionante" Admitió Chelsea, relajándose un poco.

"Gracias tío Brill" Ruby se acerco al kraken invertebrado, abrazandolo con sus tentaculos al ser tan pequeño en comparación suya.

"Me alegra que te haya gustado" Le respondió Brill, con la misma actitud tranquila y correspondiendo el abrazo "Bueno, ya me voy, no quiero que la madre de tus hijos me bote a punta de colazos"

Chelsea estaba apunto de hacer eso mismo, pero por suerte Brill fue más astuto y se adelanto a la jugada de la sirenita.

"Ahora si, terminamos con la lista de familiares" Declaró Chelsea con rapidez, temiendo verse sospechosa.

"Pero falta mi madre y... Chelby, ella falta también" Aclaro Ruby, más preocupada por la ausencia de su madre.

"Podemos dejarlas a las dos para el final, ya que siguen tardando y si las esperamos todos los lectores se irán a hacer otra cosa y no terminarán de leer el capítulo" Respondió Chelsea con miedo, al pensar en esa posibilidad.

"Tienes razón, creo que... podemos continuar con los demás..." Dándole el beneficio de la duda, Ruby volvió a ponerse comoda en su asiento, viendo desde ahí como sus demás invitados se alegraban.

"El primero en pasar es un tal... Arazielmask" Mencionó Chelsea, leyendo el nombre en su lista y pensando que era un nombre bastante raro.

"¡Ya era hora!, ¡he estado esperando aquí por horas!" Exclamó el mencionado con molestia, llegando hasta donde estaban las dos chicas "Mi nombre es Arask, soy uno de los tantos krakens guerreros que se retiraron"

"Tú piel verde limón es bonita, diferente a lo habitual" Señaló Ruby con una sonrisa, haciendo que Chelsea se sentía un poco celosa.

"Ya, ya, dale tu regalo y lárgate" Exigió la sirena pelirroja, mostrándose amenazante.

"Bueno, toma esto Ruby" Arask le entregó a la princesa una bolsa transparente con un fajo grande de billetes dentro "No sabía que regalarte, así que pensé que darte dinero era lo mejor"

"Oh, gracias..." Ruby tomo el dinero con dudas, pero agradeciendo de que no haya sido un regalo extraño "Muchas gracias, Arask"

"Antes de irme, quiero decirte que-" Como ya era constumbre, el pobre kraken fue sacado a la fuerza por Chelsea y su habilidosa cola de sirena.

"Bueno, la que sigue es... xXSAREZXx, ¿por que se ponen nombres asi?" Pregunto Chelsea con extrañesa, viendo en la fila a una chica acercarse.

"¡Hola!" Saludo felizmente la chica, siendo una kraken de dos hermosos colores, azul y azul oscuro "Mi nombre es Nahomy, ¡es todo un honor por fin conocerlas!" La emoción en su rostro era evidente, también porque tenía sus tentaculos enredados entre si misma.

"Hola Nahomy, también me da gusto verte, gracias por venir a mi cumpleaños" Dijo Ruby con una sonrisa, notando la belleza en la kraken delante suya "Eres muy bonita, ¿como fue que no te vi antes por aqui?"

"¡Soy nueva, vengo de muy lejos y...!" Su voz se detuvo de repente, ya que comenzó a derramar lágrimas de sus ojos "¡Perdón pero no puedo con la emoción!, ¡jamás pensé que las conocería!"

Rápidamente, la kraken invitada saco dos hojas de papel de sus espaldas, extendiendolas hacia las dos chicas.

"¿Podrían darme sus autógrafos?" Pregunto con nerviosismo, intentando no desmayarse por la emoción del momento.

"Uh, claro niña, pero que sea rápido" Respondió Chelsea, tomando la hoja con sus manos.

"Claro, con mucho gusto" Respondió Ruby, viendo la hoja con detenimiento "¿Donde debo firmar?"

"Abajo, justo aqui" Le señaló Nahomy, rápida y contundente, intentando que su actitud no sea tan sospechosa.

"De acuerdo, ¿tienes algo para escribir, Chelsea?" Pregunto Ruby.

"Claro, toma" Chelsea le entregó una pluma que ya tenía tinta en ella "Yo ya firme, tu apresurate y hazlo para que esta loca se vaya"

"¿Por que le dices loca?, ella no es asi, solo esta emocionada de conocernos" Dijo Ruby en defensa de su fanática.

"Yo diría obsesionada pero bueno, si tu lo dices" Declaró Ruby, llevando su pluma hasta la hoja para firmar.

"Vamos Ruby... firma esos papeles de adopción..." Susurro Nahomy para si misma, sin poder contener las ansias de que su plan tenga éxito.

"Y... listo..." Ruby termino de firmar, agregando un pequeño corazón al final. Le devolvió la pluma a Chelsea y extendio las dos hojas ya firmadas hacia su invitada "Toma Nahomy, muchas gracias por venir a mi fiesta"

"No, gracias a ti Ruby" Respondió Nahomy con una sonrisa deslumbrante, mientras tomaba las hojas y las guardaba en una mochila que traía consigo "Para mi es todo un placer estar aqui"

"Bueno, si ya terminaste ve con los demás para que pase el-" Antes de poder terminar, Chelsea fue interrumpida por la voz exaltada de Nahomy.

"¡Casi lo olvido!, ¡tengo un regalo para ti, Ruby!" Llevo sus manos a su mochila, buscándo en ella el último regalo que tenía para la princesa.

Ruby esperaba tranquila, emocionada y alegre, el saber que había tante gente que la queria, le daba fuerzas y ánimos para dejar atrás los malos pensamientos que había estado teniendo últimamente. De verdad se estaba divirtiendo mucho, y sin saberlo su noche mejoraría mucho más al ver el regalo que Nahomy tenía para ella.

"Este es..." Nahomy saco un pequeño recipiente de cristal, el cual al abrirlo, se vio como había un anillo de Rubi muy precioso, con pequeños pedazos de lapislázuli a su alrededor que hacían recordar al color dominante de los krakens y las sirenas "Tú regalo, Ruby"

"Wow, es hermoso..." Tomo el regalo con sus manos, observando la hermosa piedra brillando con fuerza "Es... demasiado, yo... no puedo aceptarlo..."

"¿Que dices, Ruby?, es el primer regalo que te han dado hasta ahora que de verdad vale la pena" Comento Chelsea a su lado, viendo con fascinación aquel anillo "No puedes rechazarlo"

"Además... Ruby... necesitas el anillo para... algo más que usarlo de adorno" Declaró Nahomy con serenidad, viendo como tanto Ruby como Chelsea parecían no haberle entendido.

"¿A que te refieres?" Pregunto Ruby, soltando por un momento el anillo y dejando que Chelsea lo tome por completo.

"Pues..." Con sutileza, se acerco hasta el oído de la kraken, para asegurarse de que sólo ella escuche lo que tenía que decir "Podrias usarlo para pedir la mano de Chelsea... ¿no crees?"

"Creo... que es muy pronto para eso..." Respondió Ruby con un rostro notablemente avergonzado, forzando una sonrisa para disimular el rubor de sus mejillas.

"Solo es una sugerencia" Nahomy volvió a su lugar, dando una ultima mirada a las dos chicas "Bueno, espero que la pases bien hoy, no te vendría mal que te relajes un poco"

"Si, tienes razón. Gracias por haber venido" Ruby se despidió de su invitada, viendola irse hasta donde estaban los demás "Ella fue muy agradable, ¿quien sigue Chel...?" Al darse vuelta, vio a la pelirroja observando fijamente el anillo y el color rojo brillante del Rubi "¿Chelsea?"

"Oh, si, si" De forma rápida y nerviosa, devolvió el anillo a las manos de Ruby, viendo como la kraken lo guardaba junto a los demás regalos "Seguimos con... Fantasya4, ¿esta por aqui?"

Alguien se alzo entre la multitud, una chica de aspecto misterioso y oscuro, que parecía tener un aura de color azulado rodeandola en todo momento. Aquella chica llego sin mucho problema hasta delante de la princesa, dejando ver su verdadero aspecto humano. Su cabello de color azul, con un lindo para de ojos morados, venía vistiendo un vestido negro con medias del mismo color, junto a un par de botas de color café. Pese a su elegancia y buena apariencia, parecía medir no más de 1.60, y eso sí que le quitaba algo de autoridad.

Tanto Chelssa como Ruby se sintieron un poco intimidadas por la presencia de esa chica, pero Chelsea al saber que era la encargada de la seguridad sabía que no podía quedarse en silencio a esperar que la extraña se presente o que Ruby tome acción en su lugar, por lo que dejó atrás sus nervios, tomo una mejor postura y miro a la chica con ojos amenazantes.

"¿Tú eres Fantasya4?" La pregunta era graciosa, más que nada por el nombre tan extraño y la necesidad de ponerle un número aparentemente aleatorio al final.

"Ese es mi nombre de usuario, mi verdadero nombre es Arya" Comenzó a decir la chica, viendo con una sonrisa a la sirenita delante suyo "Tengo diescisiete añps, en mi anterior vida fui la diosa Circe, gracias a un hechizo para respirar bajo el agua es que puedo estar con ustedes esta noche"

"De acuerdo..." Respondió la pelirroja, reteniendo las ganas de decir que toda esa información no era necesaria "¿Que has traído para mi princesa?"

Aunque Ruby ya se había aconstumbrado a los apodos dulces que su novia le ponia, este último fue demasiado inesperado y fuerte, lo suficiente para que su nerviosismo se vaya y sus mejillas se tiñen de rojo carmesi.

"Tengo dos regalos para la princesa Ruby" Comenzó a decir Arya, buscándo en su bolso los regalos de los aún hablaba "Acepta por favor este peluche inusual que encontré por internet"

Los ojos de Ruby brillaron emocionados, al ver que delante de ella tenia un peluche de un unicornio con cola de sirena, algo bastante bizarro pero también adorable, al menos para sus gustos.

"¡Es tan bonito!" Ruby acepto con gusto el regalo, tomando el peluche y reteniendo las ganas que tenía de sacarlo de su empaque.

"Y también esto, un collar para ti" Arya entrego algo más simple pero que se veia fino, un collar de conchas coloridas y finamente pulidas, que como peculiaridad, de ellas resaltaba los colores rosado, morado y azul.

"Gracias, el detalle de los colores es muy lindo" Dijo Ruby con una sonrisa, tomando el collar y viéndolo con detenimiento "Me dan ganas de ponermelo ahora, ¿puedo?" Tuvo la necesidad de preguntar.

"Claro que si, sería todo un honor" Respondió Arya tranquilamente, viendo con una sonrisa como Ruby se ponía el collar "Me gustaría quedarme más tiempo, pero debo irme, mi planeta me necesita"

Ignorando eso último, Ruby la miro directamente, acercándose a ella de forma sorpresiva para abrazarla fuertemente.

"Gracias..." Le dijo con su voz dulce, haciendo estremecer todo su cuerpo.

"No fue nada..." Respondió Arya con nervios, sintiendo su cuerpo caluroso aunque este bajo el agua. Con algo de dudas correspondió el abrazo, dando ligeras palmadas en la espalda de la kraken.

"Bueno, el que sigue, no hay tiempo que perder" Declaró Chelsea de repente, mientras de una forma más amable que con los demás se encargaba de llevar a Arya con los demás invitados.

"No creo que sea necesario apurarnos tanto..." Comento Ruby, viendo con desagrado la actitud que Chelsea tenia con sus invitados.

"Si es necesario, aún hay muchos en la fila, si seguimos dedicándole tanto tiempo a todos esto se extenderá demasiado" Aclaro con pesadez, sintiendo su cola cansada de tanto golpear "Debemos terminar pronto con todo esto" Reviso su lista, buscándo quien seguía "Bien... ahora es turno de... Liceo18..."

"Buenas noches, mi princesa" Comento la kraken, llegando con felicidad y luciendo su hermoso color anaranjado "Feliz cumpleaños" Sin perder más tiempo, le entregó a Ruby un peluche de una sirenita.

"Oww... es adorable, se parece mucho a mi Chelsea" Dijo Ruby con dulzura, viendo el peluche y luego viendo a su novia, notando aún más la similitud que ambas compartian "Muchas gracias"

Antes de irse, Liceo se despidió con un abrazo. Ella se marcho rápido ya que había visto claramente como Chelsea se encargaba de sacar a todos, no queria recibir golpes de esa sirena, aunque seguramente ni siquiera sean dolorosos.

"El que sigue es... SpecialP" Inicialmente, busco entre la multitud, pero luego reviso bien su lista "Que raro... aquí dice que no podrá presentarse pero vendrá en forma de carta... ¿que quiere decir eso?"

Como si su respuesta fuera épicamente respondida, una carta comenzó a descender desde arriba, hasta caer en el rostro de Chelsea. Evitando molestarse, la pelirroja tomo la carta impermeable y la abrio, leyendo lo que decia en voz alta.

"Querida Ruby. Saludos desde las tierras del Inca, ¡feliz cumpleaños!, espero que la estes pasando bien y que estés al lado de Chelsea (mandale un saludo de mi parte), lamentablemente no pude ir a tu cumpleaños, pero creeme cuando te digo que deseo lo mejor para ti. Eres grande, nunca lo olvides. Quizas, si es que quieres claro, puedas venir a comer ceviche (eso se considera canivalismo?? meh) yo invito ;) Ojala que te encante mi regalo, con amor, tu pez gato favorito"

Antes de que Chelsea pregunte por el regalo, una caja le cayó encima, que tenía una nota estampada.

"Es un peluche de una llama, no lo abran o se moja"

Chelsea rodó los ojos, entregándole el regalo a Ruby, la cual no dijo nada, no tenía a nadie para agradecerle, solo anotó en su mente encontrar a ese tal SpecialP y agradecerle personalmente, algún dia.

"Continuamos con UltraLuigiSimp0-0" Busco entre los invitados, viendo un peculiar cangrejo de color rojo acercándose a ambas, con la curiosidad de que no lucia muy contento.

"Toma, feliz cumpleaños" De forma rápida, aquel cangrejo llamado Luigi le entregó un peluche desgastado, maltratado y viejo a Ruby "Es de mi infancia, es especial para mi" Estaba mintiendo.

"Oh..." Ruby estaba por demostrar su descontento, pero al escuchar eso último decidió descartar esa idea "Gracias Luigi... es... lindo..." Concluyó mientras agitaba el peluche de pelpa, viendo como se le salía el algodón.

"Tal vez lo necesitarás para una futura bendición" Declaró el cangrejo, sin dar más detalles al respecto "Bueno, yo me voy, adiós" Tenía en mente decirle unas cuantas palabras de aliento a Ruby, pero al ver como Chelsea estaba por golpearle decidió mejor irse.

"Sigue... CrismarValdez1" Sentenció Chelsea con una voz más irritada, viendo a un kraken de color rojizo acercarse.

"¡Yo soy!" Exclamó con alegria, llegando con las dos chicas "¡Feliz cumpleaños princesa Ruby!, ¡te traje esto!" Entrego un kit de estudio con libretas junto a un paquete de té "Espero que te guste"

"Esto es... muy útil de hecho, gracias" Ruby tomo los regalos, guardandolos junto a los demás en el saco que ahora era bastante grande.

"La vida es corta y muchas veces nos da sorpresas inesperadas" Dijo Crismar de repente, dejando confundidas tanto a Ruby como a Chelsea, por esas palabras tan repentinas "Bueno... ¡disfruta tu velada!" Crismar se alejo antes de sentir la ira de Chelsea.

"Siguiente, Zafirorubi23morado..." Al leer ese nombre, pensó que cada vez los nombres eran más raros y no lo podía entender.

"¡Aquí estoy!" Exclamó una voz, llegando rápidamente y tomando una postura más firme "¡Feliz cumpleaños, Ruby!, ¡aqui tengo tu regalo!"

"Oh... que lindo, gracias..." Ruby estaba de verdad feliz, le encantaba escuchar música y esto le venía perfecto para hacerlo bajo el agua sin sufrir un cortocircuito.

"No, gracias a ti por darme alegrías durante tiempos de crisis. Yo... te quiero y aprecio mucho, Ruby" Confesó con melancolía, mostrando un poco vulnerable y emocionado.

Aunque a Ruby le parecía raro recibir estas palabras de alguien al que no conocia, igual las acepto, y como agradecimiento con uno de sus tentaculos abrazo a su contrario.

"Bueno, sigamos" Dijo Chelsea, sacando al último invitado como venia haciendo sin fallas "Sigue... MimeLaSayayin" De verdad se sorprendía de los nombres tan raros que todos tenían.

Una orca se acerco a las dos, trayendo consigo muchas cosas, entre ellas un dibujo y un peluche de una ballena, una caja de regalo que dentro tenía llaveros y figuras tiernas y adorables de ballenas, cangrejos, krakens y sirenas y que venían en tamaño miniatura, como último detalle, había una pequeña dedicatoria.

"Feliz cumpleaños Ruby, disfruta no solo este día, sino todos los que están por venir. Cuando tengas tus momentos de tristeza piensa en los momentos cuando fuiste feliz y en las personas que más amas y que son parte de ti, eso de seguro te ayudará. Cuidate mucho niña, no bajes la guardia. PD: En el interior de la carta hay un llavero de ballena especial para ti y en el regalo envuelto más llaveros sorpresa"

"Muchas gracias, Mime" Abrazo a la chica, como muestra de gratitud y felicidad. Luego de despedirse, guardo los regalos en el saco y continuó su vista al frente.

"El siguiente... zab_diho" Chelsea ya no quería ni ponerse a pensar en los nombres, ya había aceptado lo raro que eran.

Un kraken de color blanco se acerco, llevando en manos un dichoso regalo, unos audífonos inalambricos acuáticos de última tecnología con diseños de ajolote resistentes a la presión del mar, junto a una nota encima que dice: "Feliz cumpleaños princesa Gillman, se nota que la sirena pelirroja te quiere mucho y también la otra sirena/kraken Chelby?, creo que así se llama, oh y Lazuli también, pero más la sirena. Y por último, se lo que hicieron ustedes dos... jajaja, no es cierto ustedes estuvieron en la superficie, un lugar al que normalmente no puedo ir" terminada la nota, Zab entregó un regalo extra, un pequeño pero hermoso ajolote de agua salada y dulce, de color azuk claro con puntos rojizos en su cabeza.

"¡Es tan bonito!" Ruby había quedado encantada con lo que podría ser su nueva mascota, recibiendola en brazos y dándole mimos "Aunque... yo ya tengo una, tal vez tú deberías cuidarla Chel"

"¿Que?, ¿en serio?" Chelsea no podía mentir, aquel ajolote si era muy bonito, pero pensaba que no tendría tiempo para cuidarlo adecuadamente "Mejor discutamos eso después..."

Como no podia guardarlo en el saco con los demás regalos, Ruby dejo al ajolote libre, sonriendo al ver co,o este se ponía a un costado suyo, sentado cómodamente.

"Gracias Zab" Desde lo más profundo de su corazón enternecido, la princesa kraken abrazo al kraken invertebrado, estando muy feliz "Fue un grandioso regalo, prometo compensartelo"

"No es necesario princesa, es su fiesta y se supone que-" Lastimosamente, Zab no pudo terminar de hablar ya que una sirena extremadamente celosa y posesiva se encargo de hecharlo a "patadas" sin tiempo para reaccionar.

"Seguimos con... Seioto76hinu" Busco entre la fila, viendo llegar a un peculiar pez que no parecía tener nada de especial, siendo uno más del montón.

"Feliz cumpleaños, princesa Ruby" De sus espaldas trajo una mochila que venia sosteniendo con su aleta derecha "Espero que te guste tu regalo"

"¿Donde encontraste eso?" Pregunto Chelsea, asqueada por el olor que venía de la mochila.

"Lo encontré abandonado en una sala, cuando fui a ver Blue Bleetle hace unos días" Comento el pez, sin cambiar la expresión en su rostro "Podria ser cualquier cosa"

"Uh... son... galletas..." Dijo Ruby levantando un paquete de galletas olorosas, que prefirió mejor guardar en la mochila nuevamente "Gracias Seioto..."

"Un placer, adiós" El pez hizo glu glu y se fue antes de ser cocinado vivo, escapando de las garras de la sirenita.

"Bueno... sigamos..." Chelsea se prometió a si misma darle cacería a ese pez más tarde "OlgagamerGT" Pronunció el nombre del siguiente en la lista, viendo a la fila en busca del invitado antes dicho.

Una kraken muy bella de color dorado llego al escenario, llevando consigo un pergamino que tenía pinta todas las especias del océano, junto a esto, venían trayendo comida típica y variada de los siete mares.

"Feliz cumpleaños princesa Ruby, en la vida hay que que levantarse cada vez que caigas sin importar que, también enfrentarse a tus miedos y darles un buen golpe en la cara" Concluyó Olga con una sonrisa.

"De acuerdo..." Respondió la kraken, luciendo ligeramente extrañada "Gracias por los regalos y por la comida y... por estar aqui" Se las arreglo para recuperar su alegría y mirar agradecida a su contraria.

"Fue un placer, mi princesa, que disfrute la fiesta" Dicho esto, Olga paso a retirarse.

"El siguiente es tomas... estaba por decir que por fin era un nombre normal pero no leí el nombre completo..." Leyo con más detenimiento, y con sus ojos notablemente cansados "tomas123221"

Un caracol volcánico llego lo más rápido que pudo, apareciendo delante de Ruby.

"Tome esto, princesa mia" Tomás entregó como regalos, cincuenta dólares y una spp-1, como si no fuera suficiente con haber entregado los cincuenta dólares "Gracias por hacer de mis tardes las mejores"

"Gracias Tomas" Declaró Ruby con una sonrisa, estando un poco cansada de tanto sonreir "Creo que el arma fue un poco exagerado pero quizás pueda servirme, gracias"

Tomás se retiro, tan rápido como llego, dejando libre el lugar para recibir al próximo invitado.

"Sigue DWorks_thesandwraith" Al momento de que Chelsea pronuncio esas palabras, un kraken de color ocre llego hasta ella, llevando muchas cosas consigo que escondía en sus espaldas.

"¡Feliz cumpleaños, Ruby!" Exclamó con alegria, mostrando los regalos que escondia, siendo un peluche de un ajolote, uno de una sirena, uno de un dragón con los colores rosado, morado y azul y como toque final un pajarito de lana artesanal con tonos azules.

Junto a esto, venía una carta que decia: "Gracias por siempre estar a mi lado, por apoyarme en las buenas y en las malas, realmente me animaste y me hiciste olvidar por un momento mis problemas y conflictos familiares. Espero que la pases muy bien Ruby, te deseo lo mejor del mundo, con cariño, Kamy

Ruby estaba con cara de tipo: "wtf, ¿y esta quien poronga es?" pero al ver lo lindos que eran los regalos y la situación en la que estaba, se esforzó por seguir la corriente.

"Muchas gracias Kamy" Abrazo con fuerza y cariño a su invitada, viendola un momento a los ojos antes de soltarla "Yo también te agradezco, por estar apoyándome siempre"

Chelsea ardía en celos, algo que ella ya comenzaba a odiar, sus horribles celos. Lamentablemente, no era algo que podía controlar, al menos no del todo, lo que llevo a que nuevamente se encargue de sacar a la invitada de forma descortés.

"Pasamos con tocinito234u" Sentenció con una voz firme, que disimulada su cansancio. Pero esa negatividad se esfumó al ver acercándose a lo que posiblemente era la segunda cosa más linda que había visto en el mundo, el primer puesto seguía siendo ocupado por Ruby.

Una ballena bebé, pequeña y adorable, llegando con emocion y torpeza hasta las dos muchachas que permanecían enternecidas ante tanta lindura.

"Feliz cumpleaños prin-"

"¡Ay eres tan lindo!" Ruby no perdió tiempo y abrazo con fuerza a la pequeña ballena, sabiendo que pocas eran las veces en las que podía abrazar algo tan lindo, sin contar a Chelsea claro "¡Tan adorable!"

"Debo admitirlo, es realmente lindo" Confesó Chelsea con una gran sonrisa que intento disimular.

"Gracias por los alagos..." Respondió la ballena con nerviosismo, haciendo ver los regalos que había traído "Toma Ruby, feliz cumpleaños, te quiero mucho, espero que la pases bien"

Ruby tomo el regalo, abriendo la bolsa y viendo un peluche de una de sus películas y franquicias favoritas, un peluche del gato con botas.

"¡Genial!, ¡voy a poder recrear la escena del gato tocando el piano con esto!" Ruby corrió emocionada para abrazar nuevamente a la ballena "¡Muchas gracias, ¡yo también te quiero!"

"De los mejores regalos hasta ahora sin duda" Comento Chelsea, alejando con más cuidado a la ballena y llevándola con los demás "Bueno... eh..."

Ruby se mostró confundida, al ver como Chelsea se quedo viendo su lista sin decir nada.

"¿Pasa algo, Chel?" Pregunto la princesa.

"No... queda nadie más en la lista..." Confesó con temor, sintiendo sus manos temblar mientras sostenían la libreta "Aún no podemos terminar... no ha llegado la sorpresa..." Susurro para si misma.

"¿Sorpresa?, ¿cual sorpresa?" Pregunto Ruby intrigada.

"Eh..." Buscando una salida, llevo su vista hacia delante, viendo como alguien más se acercaba "¡Parece que aún queda alguien que tiene un regalo para ti!"

Una kraken agitada y desesperada se acerco a Ruby, sosteniendo un sobre en sus manos.

"Feliz CUMpleaños Ruby, he venido de muy lejos y... soy Raven..." Respiraba con dificultad, suspirando y deteniéndose de rato en rato "Yo... quise venir para darte algo especial"

"Saludos Raven" Comenzó a decir Chelsea, viendo detenidamente a la chica "No estas en la lista pero lo dejaré pasar por esta vez, ¿cual es tu regalo?"

"Mi regalo es una idea, y este listón" Raven mostró un listón de color rojo, se acerco a Chelsea para poder decirle algo al oido "Podrias darle un buen regalo a Ruby con esto, piénsalo~ amarrada en una oscura habitación que solo es iluminada por velas aromáticas que solo te hacen entrar más en calor, ella entrando y viéndote usando nada más que lencería, siendo tu lo que ella se comerá en la cena y-"

"¡Fue suficiente!" Exclamó Chelsea con vergüenza, alejando a Raven de ella "¡Entrega tus regalos y vete!"

"Bueno, bueno" Respondió Raven, entregándole el listón rojo y una carta a Ruby "Ya me voy"

"Espera" Chelsea la detuvo, tomándola del brazo y viendola con firmeza "Gracias por la idea..." Le dijo entre sonrojos.

"De nada~" Respondió Raven, para ahora si irse del lugar.

"Ahora si, parece que no hay nadie más" Declaró Chelsea, suspirando con pesadez y recostandose junto a Ruby en su trono "Esto fue agotador..."

"Opinio igual, y eso que técnicamente no hicimos nada" Comento Ruby, aprovechando la cercanía para acariciar y mimar un poco a su sirenita.

"Al menos saliste ganando" Chelsea tomo el gran saco de regalos, el cual estaba demasiado grande y pesado "¡Solo mira cuantos regalos!"

"Si, los regalos están bonitos... la mayoría" Declaró al recordar que algunos de los regalos eran de todo menos bonitos "Pero estoy preocupada... mi madre no ha venido aún, ¿le avisaste sobre la fiesta, cierto?"

"Eh... si, claro que lo hice..." Chelsea ocultaba el detalle de que no lo había hecho, porque sabía que sería una mala idea "De seguro ya está en camino, debes darle más tiempo"

Al ver como la emoción de Ruby se iba, Chelsea pensó en algo para hacerla sentir mejor.

"Oye... ¿que tal si te doy tu regalo sorpresa ahora?" Pregunto la sirena, nadando hasta estar frente a la kraken.

"Claro, si quieres" Respondió Ruby, no muy interesada, el estar pensando en su madre y en la falta que le hacía no la dejaba tranquila para pensar en otras cosas.

"En cualquier momento debería llegar" Declaró con seguridad, llevando a Ruby hasta el centro de la pista "En cualquier momento llegará"

"¿Llegará?, ¿mi sorpresa es alguien?" Pregunto Ruby, notablemente confundida.

"Precisamente" Respondió Chelsea, esforzándose por mantenerse misteriosa "Es alguien que vendrá para darte un desafío, alguien que te pondrá contra la pared, alguien que-"

Ese alguien del que Chelsea tanto hablaba finalmente aparecio, llegando por el mismo sitio que todos, por el túnel de algas. Solo que, a diferencia de los demás, este destruyó el túnel y se presentó entre todo el humo y el desastre de la explosión.

Una figura oscura, que cubría su cuerpo y su rostro gracias a una capucha, se veía bastante grande, como del mismo tamaño que una kraken puede tener en su estado base. Su presencia parecía decir algo más, no inspiraba confianza, ni siquiera un poco, solo era intimidante, alertando a todos de que debían huir o de lo contrario sus vidas serían arrebatadas en un instante.

"¿Quién es ese?" Pregunto Ruby, viendo como la figura encapuchada se acercaba a ella.

"Ha venido por ti, Ruby" Comenzó a decir Chelsea, observando con emocion como esa misteriosa figura se acercaba "¿Que mejor regalo que una pelea a muerte?"

"¡¿Estás loca?!, ¡¿de donde sacaste a este tipo?!" Ruby se mostraba temerosa, viendo con terror como Chelsea no paraba de sonreir y la figura no paraba de acercarse "¡¿Por que creíste que me gustaria?!"

"Verás Ruby, necesitas relajarte un poco, así que pensé que una pelea con alguien de tu mismo nivel te ayudaría" Respondió Chelsea, mientras su sonrisa se borraba al ver la expresión aterrada que Ruby tenía en su rostro "Encontré esa informacion en internet... y yo... pense que sería buena idea..."

"No lo puedo creer..." Después de suspirar, Ruby puso una forme más firme, preparándose para lo que sea que vaya a ocurrir "Esto es una locura..."

"Tranquila, es solo Chelby disfrazada, no tenía dinero para contratar a un verdadero luchador así que tuve que conformarme con ella" Aclaro Chelsea, haciendo que Ruby se relaje un poco.

"Hubieras dicho eso desde un principio" Ruby sonrio desafiante, viendo con emocion a la figura acercándose "Bueno, terminemos con est-"

Sin tiempo para reaccionar, recibio un fuerte golpe en su rostro, que la mando impulsada hasta estrellarse contra una pared cercana.

Justo al impactar, sintió su cuerpo adherirse a la pared, lo que hizo que sea más difícil para ella el salir de ahi.

"Eso dolió..." Dijo para si misma, haciendo un mayor esfuerzo para finalmente salir de donde estaba atrapada "Veo que iras en serio, Chelby"

Cuando salió de las rocas y avanzó un poco, recién se percató de que estaba en lo que parecía ser un estadio, y arriba de ella estaban todos sus invitados observando lo que sucedia.

"No trabajo muy bien bajo presión..." Confesó Ruby, saludando a uno que otro admirador suyo.

"¡Vamos Ruby!, ¡hazlo carnada!" Exclamó una voz entre el público, una voz que Ruby conocia muy bien.

"¡Ahora no abuela!, ¡esto es solo un juego!" Al terminar de dirigirse a la reina, volvió su vista al frente, viendo a su contrincante y de reojo a Chelsea en una esquina "Ahora... es mi turno"

Reunio fuerzas para avanzar, corriendo hasta su oponente y elevando sus tentaculos en el aire, teniendo en cada uno de ellos grandes rocas que encontró en el camino. Cuando estaba a una cercanía razonable, estrelló todas esas rocas contra su rival, haciendo que las rocas se fragmenten hasta destruirse y convertirse en escombros.

No se detuvo con sólo esto, nuevamente dio uso de sus tentaculos para impulsarse y tomar de las piernas a este enemigo, para lanzarlo hacia arriba y atacarlo con sus ojos de láser. Pero cuando estaba por hacerlo, vio como su rival se impulso como un rayo hasta ella, siendo más rápido que sus reflejos y evitando que active sus ojos de láser.

Un golpe bajo, golpe al centro, golpe a los tentaculos que no dejaban de intentar atrapar a esa tipa escurridiza. Ruby comenzó a desesperarse al sentir tantos golpes llegar a ella de direcciones diferentes, dando la ilusión de que se estaba enfrentando a más de una persona cuando no era asi.

Cerrando sus ojos, logró hacer eso que estuvo practicando y perfeccionando por mucho tiempo, logró hacerse invisible. Al ver que su rival estaba distraído llego hasta un punto estratégico, donde, al llegar la hora, lo sorprendió con un golpe en el abdomen y activando su armadura corporal para hacer más daño con sus golpes normales consecutivos.

Sin embargo, ella no era la única que era resistente. Ruby se mostró bastante sorprendida de ver como su enemiga no parecía inmutarse ante sus ataques, recibiendolos sin demostrar nada de molestia.

"¡No te burles de mi!" Exclamó con furia, retrocediendo y sintiendo su corazón latir con más rapidez "¡Iré con todo entonces!"

Su energía acumulada la hizo crecer un poco más, lo suficiente para hacer que partes del escenario se destruyan solo con impactar contra su cuerpo. Intento golpear una y otra vez a su contrincante, pero este no se le dejaba de escapar, con una rapidez tan absurda que era imposible de creer.

"¡No eres la única que puede ser rápida!" Dando por perdido su plan de quedarse gigante, Ruby volvió a su forma regular, solo para tener más velocidad e intentar algo que había estado desarrollando inconscientemente.

Desplazarse a velocidades incalculables.

Unas de las habilidades más antiguas de las krakens y que se creía pérdida.

Ruby intentaba dar uso de esta habilidad, de tal forma como muchas veces lo hizo en el pasado, en situaciones cotidianas y normales.

Después de reunir energía y fuerzas, se arriesgo a intentarlo. La buena noticia es que lo consiguió, logró tomar con sus tentaculos a su rival, la mala noticia es que se desplazo tan rápido que destruyó la arena de combate y por poco Chelsea se ve lastimada.

"Se acabo... he ganado..." Dijo Ruby triunfante, sosteniendo a su contraria y haciendo cada vez más fuerte su agarre "Perdón por ser arrogante, es mi cumpleaños"

"Lo sé..." Le respondió aquella voz, siendo una voz que no concordaba con la información que ella tenia. La encapuchada hizo a un lado su capucha, dejando ver su rostro "También es mi cumpleaños"

El agarre de Ruby sobre la chica se aflojo, mientras el impacto y la sorpresa en su rostro podía verse por todos en el lugar.

"¿Mamá...?, ¿eres tú?" Pregunto Ruby, con miedo a tener la razón. Rápidamente solto el agarre que tenía en su madre, haciendo que la kraken se posicione delante de ella "Oh... mamá... lo sien-"

Una explosión de destellos llego para ambas, Chelsea estaba usando una de las tantas armas que habían en el saco de regalo de Ruby en contra de su suegra, o de la que fingia serlo.

"¡¿Que te sucede?!" Pregunto Ruby conmocionada, poniéndose delante de su madre para protegerla "¡¿Por que le disparaste?!"

"¡Ella no es quien piensas, Ruby!" Sentenció Chelsea con desesperación, teniendo su voz aguda y entrecortada "¡Aléjate de ella!"

"¡¿De que estas hablando?!, ¡no dejaré que le dispares a mi madre!" Ruby se mantuvo firme en su decisión por defender a su progenitora, decidida a no moverse de su sitio.

"Hay algo que no te he contado..." Comenzó a decir Chelsea, viendo como los demás en las gradas se comenzaban a acercar "Me parece el momento perfecto para decirlo, aprovechando que todos están aqui..."

Chelsea sabía lo que significaba contar esto, pero aún asi, quería tomar el riesgo. En un principio, ella no queria involucrar a Ruby, pero el ver las acciones de su madre y su extraña actitud le hizo dar cuenta de que haga lo que haga no podrá evitar que Ruby se vea involucrada, porque Agatha es y siempre será su madre, lo que hace imposible mantenerla lejos del peligro.

"¡Nerissa esta viva dentro de la mente de tu madre!" Exclamó Chelsea con seguridad, haciendo que todos en el lugar guarden silencio "¡Ella ha estado controlando a tu madre desde la última vez que estuvimos dentro!"

Ruby volteó a ver a su madre, y como si fuera un chiste, como si diera gracia, comenzó a ver como la misma se comenzó a reír de forma seca y arrogante, haciendo que su rabia se intensifique pero también su miedo.

"¿Es... eso... cierto...?" Pregunto Ruby, sin estar segura de a quien se lo preguntaba. Tenia a Chelsea detrás suyo, a su abuela llegando por la derecha, su familia observando por la izquierda, y delante tenía a la que ella pensaba que era su madre de sangre "¿Por que...?"

Las risas de Nerissa se detuvieron, cuando alzo su rostro Ruby vio algo que la dejo helada. No vio el rostro de su madre, tampoco el de su segunda madre, no era Agatha, no era Nerissa, a lo que más se acercaba era a una brutal y bizarra combinación de ambos rostros, algo demasiado espeluznante y tétrico para ella.

Se tomó un tiempo, permaneciendo shockeada, viendo como todo a su alrededor comenzó a ir más lento. Su mirada en Nerissa se intensificó, cuando la escucho susurrar unas palabras.

"Arrodillate..."

Sin tener otra opción, ella obedecio, cayo cansada contra el piso, quedando de rodillas, viendo de reojo como Chelsea caí a su lado.

Su entorno había desaparecido, no podía verse nada, todo era oscuridad pura y cruda. Lo que más resaltaba, claramente, era la presencia de Nerissa, dominando como nunca y acercándose a ella.

"Estás sola, niña"

Ruby intento buscar ayuda en alguien, porque se sentía demasiado debilitada como para salvarse por su cuenta. Ya era un milagro que pueda estar conciente y tenga la fuerza para ponerse de pie, quizás esto se debía a su gran determinación, tal vez.

Busco con su débil mirada, sintiendo su cabeza arder, vio a lo lejos a Chelsea, aparentemente desmayada en el piso. Intento acercarse, para auxiliarla o simplemente estar a su lado, pero las fuerzas se le fueron cuando dio un paso haciendo que caiga contra el suelo al igual que su alma gemela.

Escucho las pisadas de Nerissa llegar a ella, hasta e tenerlas prácticamente a un centímetro de su cabeza.

"Te espera un mundo de oscuridad, y a tu especie la muerte" Sentenció Nerissa con su voz de ultratumba, que parecía emitir un eco no muy agradable "Entre todos los errores que cometi en el pasado, el más grande sin duda fue haberte dejado con vida esa noche de tu cumpleaños número cinco"

Esas palabras dolían, pero no tanto como le dolía todo su cuerpo por la potencia del ambiente, del entorno en el que ahora estaba, pareciendo como si estuviera viviendo una pesadilla en carne propia, en un lugar donde no podía despertar y solo le tocaba sufrir.

Seguía haciendo un esfuerzo por levantarse, pero la pocas fuerzas que le quedaban se fueron muy reducidas cuando sintió un fuerte y duro peso en su cabeza. Era Nerissa, en el cuerpo de su madre, pisando su cabeza contra el piso.

"Esta tortura es solo el principio, me encargaré de salir de este cuerpo por mi misma, y después te haré sufrir aún después de que mueras" Poniendo más fuerza en su ataque, se escucho un grito ahogado venir de Ruby, la cual ya no tenía fuerzas ni para pedir ayuda "Será tan fácil como destrozar tu cabeza invertebrada y hacerla sangrar, eso le dará un lindo color a este lugar tan oscuro donde me encerró tu madre"

Ruby apenas y podía mantener sus ojos abiertos, sentía que si los tenía cerrados demasiado tiempo, sería el fin para ella, y no quería llegar a eso.

Pero no sabía que más hacer, simplemente no veía forma de librarse de esta, estaba contra la pared, sin salida y sin esperanza, completamente a merced de alguien que no parecía ser piadosa.

"Eres valiente niña, pero es inútil desafiarme" Dispuesta a terminar con esto, Nerissa alzo su brazo hacia arriba, sosteniendo un tridente brillante y resplandecientes, que inundó el lugar de un color verde horripilante "He venido aquí a terminar lo que deje pendiente"

Nerissa sabía perfectamente que no había marcha atrás, que tenía que hacerlo, que después de cumplir su cometido tendría que apurarse para no ser atrapada, pero una pequeña parte dentro de ella le impedía dar la estocada final.

Tristemente, esa pequeña pizca de bondad no era suficiente para combatir un montón de resentimiento y odio que se fueron acumulando por quince años en su corazón.

"He venido por ti... Ruby..." Al momento de sentenciar esas palabras, alzo su tridente por última vez, dando una fuerte estocada contra la cabeza que tenía controlada gracias a la fuerza de su pie.

Un suspiro, un descanso, un sonido aliviado que parecía reflejar paz, pero también miedo, miedo por lo que había ocurrido, miedo por lo que sus propias manos habían hecho, miedo por lo que le acaba de hacer a su propia hija.

Pero ya es tarde, no se puede hacer nada.

El último golpe se ha dado.

Nerissa se ha llevado a su primera víctima.

Ante los ojos impactados de Chelsea Van Der Zee.

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