[Capitulo 34]
"No temas más, mamá ya esta llegando..."
"..."
Se pueden escuchar muy claramente esas pisadas, corriendo apresuradas por la arena de la playa. Pasando junto a un montón de personas que se quedaron confundidas al ver a esa chica con piel azul cargando a una chica pelirroja con la piel más pálida que jamás habían visto.
Un escenario muy extraño para cualquiera que lo vea. Y es que claro, ellos no tienen idea de lo que hay detrás de este acontecimiento.
Ruby cada vez se desespera más, no entiende como es que todavía no ha llegado a su casa después de tanta caminata. Piensa que el tiempo esta roto o que está atrapada en una pesadilla y por eso las cosas no tienen sentido.
Pero sus pensamientos se ven abruptamente interrumpidos cuando obtiene lo que quiere. Ruby frena rápidamente, haciendo un tipo de derrape en la arena con sus zapatillas. Alza su mirada y sus ojos dislumbran su hogar, su casa cerca del muelle.
"Por fin... llegamos, Chelsea" Fija su mirada en la sirenita que lleva en brazos, no obstante, lo único que logra con esto es preocuparse aún más por el estado tan caótico en el que Chelsea se encuentra. Ya ni siquiera pueda verla sin pensar que su rostro esta lleno de talco por lo pálida que esta "Por favor... resiste..." Susurro con su voz débil, demostrando preocupación por su pareja.
Saca las llaves para abrir la puerta de su bolsillo, una vez que tiene sus llaves en mano, busca entre las seis diferentes que hay la correcta para abrir la puerta principal que da con su hogar.
Abre las puertas finalmente, arroja sus llaves hacia la derecha y con sus tentaculos traseros cierra la puerta de un portazo. Va directo hacia las escaleras, las sube con rapidez cuidando de no soltar a Chelsea en ningún momento.
Llega hasta su cuarto, ve que la puerta esta abierta asi que entra con rapidez. Al entrar, casi se tropieza con su mascota pero con suerte la logra esquivar y deja recostado el cuerpo de Chelsea en su cama.
Ruby se quita la mochila que venia llevando en la espalda, también se quita la blusa y la arroja hacia un lado. No le importa ser ordenada, menos en un momento como este.
Lleva su mano hasta la frente de la pelirroja, pensando que podría deducir la temperatura de la sirenita. Sin embargo, no puede hacerlo. Solo siente que está un poco caliente, pero tampoco es la gran cosa y mucho menos puede ser la razón de que el rostro de Chelsea se esté poniendo más pálido por cada segundo que pasaba.
Preocupada y asustada por el futuro que le pueda esperar a Chelsea, Ruby toma su mano. La entrelaza con la suya mientras la aprieta con fuerza, como negándose a que se vaya de su lado.
"Ruby..." Susurra Chelsea, logrando captar la atención de la inocente y bella peliazul "Perdón..."
Ruby reacciono con sorpresa, abriendo sus ojos un poco más de lo normal.
"¿Que...?, no... no te disculpes, yo... te aseguro que no eres una molestia si eso es lo que piensas..." Aclaro Ruby, con una voz determinada y que comenzaba a tomar fuerza.
"No es por eso que pido perdón..." Respondió Chelsea, generando más duda e incertidumbre en la kraken.
"¿Y por que-?" Fue muy tarde para ella, ni siquiera había terminado de formular la pregunta cuando vio un movimiento fugaz de las finas y suaves manos de Chelssa pasar por su rostro. Era como si esas manos bailaran, al compás del peculiar silbido que Ruby continuaba escuchando. Ese silbido horrible y espeluznante, que por alguna razón le hacía recordar la cosa más inevitable de todas, la misma muerte.
Cuando las manos terminaron su curioso "baile", Ruby comenzó a sentir los primeros efectos del hechizo express que Chelsea lanzó en ella para hacerla dormir.
Ojos cansados, mirada perdida, mente nublada, pequeños mareos, un vacío por dentro, energía bajando de manera exponencial como si se le estuviera siendo arrebatada. Todos esos síntomas iban llegandole, sumando a la lista uno último que ya daba por sentado lo que le iba a ocurrir.
Ruby sintio que su entorno se comenzaba a distorsionar, mientras perdia las fuerzas en sus músculos, terminando con la cruda noticia de que no podía hacer nada más que dejarse caer contra el piso, cayendo profundamente dormida.
Chelsea solto un pequeño suspiro aliviado, pero sin bajar en ningún momento la guardia.
Su rostro pálido volvió a tomar su color original, Chelsea estiró sus brazos al aire, sintiéndose cansada por todo el show que había armado.
"Lo lamento, Ruby, pero no creo que sea buena idea contarte lo que ocurre con mi madre..." Declaró Chelsea, mostrándose segura al hablar "Primero debo hablar yo con ella y descubrir que es lo que quiere..." Concluyó con una sonrisa, que más parecía estar muy nerviosa y forzada.
Chelsea tomo el cuerpo inconsciente de Ruby, cargandola entre sus brazos por un instante antes de dejarla recostada en la cama, donde se encargo de taparla con las sabanas y antes de irse amenazó a la pequeña mascota de Ruby de que no la delate.
Hacer eso último no fue muy complicado, al menos eso pensaba ella. Su actitud malvada y salvaje había sido suficiente para dejar a esa mascota temblando de miedo.
"También debo distraerte de todo esto... Ruby..." Dijo Chelsea en sus pensamientos, deteniéndose en la puerta de la habitación, antes de salir de ella "Necesito encontrar una distracción sana... una distracción sana..."
Se lo pensó por unos momentos, no mucho en realidad, solo unos cuantos segundos que parecieron duras más de lo normal.
"Ya se que hacer..." Susurro Chelsea, saliendo del cuarto y cerrando la puerta "Me asegúrare de que hoy tengas el mejor cumpleaños de tu vida, te divertirás tanto que no tendrás tiempo para pensar en nada más..."
Chelsea estaba emocionada y determinada, ya que pensaba que está era una buena idea, quizás de las mejores que se le han ocurrido a lo largo de su vida (obviamente no era asi).
No obstante, una duda la detuvo y no sólo sus pensamientos, también cuando estaba por bajar por las escaleras.
"Pero... no puedo hacerlo sola... necesito ayuda..." Le costaba admitir eso, pero era verdad, le resultaría muy complicado realizar una fiesta de cumpleaños inolvidable por su cuenta "¿A quien debería llamar?"
Chelsea saco su celular y seleccionó uno de los tantos chats que tenía abiertos.
"Necesito ayuda, ¿crees que podamos encontrarnos en el arrecife de coral en unos minutos?"
No tuvo que esperar mucho tiempo para recibir una respuesta.
"Bien, ahí estare, más te vale que sea importante"
Chelsea guarda su celular, aún dudando su había tomado la decisión correcta al haberle pedido ayuda a su hermana Chelby.
Pero realmente no tenía a nadie más para acudir, Chelby era la única que quizás podría comprenderla y ofrecerle ayuda desinteresada, después de todo, era por un bien mayor, hacer feliz a Ruby en su cumpleaños.
Y claro, si Chelby llegaba a causar problemas, siempre estaba la segunda opción, la peligrosa y salvaje opción "N" que usaría solo si no tenía más alternativa.
Pero, igualmente, Chelsea esperaba no tener que acudir a ese plan de emergencia, por el riesgo que implicaba no sólo para ella, también para Ruby.
Y ella lo que menos quería era que Ruby sufra, no queria que se involucre en todo este caos que es su vida. A partir de ahora, se comprometía a esforzarse más al momento de controlar sus emociones, no queria que una escena como la que ocurrio esta mañana en la cafetería se vuelva a repetir.
"..."
Pasaron los minutos de los que Chelsea había hablado, ella ya había llegado con tiempo de sobra al lugar donde había citado a su hermana. No obstante, parecía que Chelby se había perdido o algo porque ya habían pasado 15 minutos y aún no llegaba.
Chelsea no tiene mucha paciencia en nada, de hecho, ser paciente es de sus cualidades menos fuertes, casi inexistentes. Básicamente porque odia tener que esperar mucho por algo, más cuando lo único que puede hacer mientras espera es sentir el tiempo pasar segundo por segundo.
Al menos su mente se distrae un poco viendo a los peces pasar a su lado, nadando sin tomarle importancia a su presencia. Ella sonríe un poco al ver la tranquilidad con la que los animales del mar siguen con sus vidas, nadando sin preocupaciones tan fuertes.
Logra ver entre todos los peces, a una peculiar pareja de peces que nadan juntos como en un tipo de danza
Uno es de color morado con manchas azules y el otro es de color rojo con manchas verdes que resaltan sus aletas. Ellos solo siguen nadando, continuando con su danza que Chelsea se imaginaba que era de apareamiento.
Ella espera que su vida sea asi algún día, tranquila, divertida, libre, pero sobretodo, junto al amor de su vida. Jamás había pensado que su mentalidad llegará a cambiar tanto solo porque llego a conocer mejor a Ruby.
Cuando ella llego a la superficie, lo único que tenía en mente era conseguir el tridente para concretar su venganza.
Pero claro, pasaron cosas y... ahora su mentalidad había cambiado. Era muy irreal, más porque ella misma hace un tiempo se venía cuestionando si valía la pena cambiar tu forma de ser solo por amor. En su caso, si valía la pena, ya que su anterior forma de ser no era tan buena que digamos.
Aunque parecía que una pequeña parte de su anterior personalidad seguía en ella, siendo más específicamente, el afán de querer ocultar las cosas y hacer todo por su cuenta. Chelsea se aferraba a la idea de que lo que estaba haciendo estaba mal, pero era por una buena causa, diferente a todo lo malo que habia hecho antes. Si bien, lo que estaba haciendo era ocultarle cosas importantes a Ruby, esto era por su propia seguridad, nada más que eso.
Aunque quizás si se pasó un poco con lo que hizo en un principio, cuando perdió la cabeza en la cafetería. Realmente, ella no había mentido del todo, si sintio como si alguien estuviera tomando decisiones por ella. Pero tampoco fue como si hubiera estado siendo controlada al 100%, ella solo fingió esto para que Ruby baje la guardia y ella pueda ponerla a dormir.
Y con esto, se sumaba otra mentira más a la lista. Las mentiras son peligrosas, al igual que ella. Cuando las mentiras salen a la luz, pueden ser mortales dependiendo del peso de las mismas, aunque casi siempre son dolorosas.
Chelsea ansiaba que cuando llegue el día en el que todas sus mentiras sean descubiertas, Ruby se apiade de ella tal y como lo hizo cuando descubrio el hechizo que puso en ella.
Aún recordaba ese momento, cuando hechizo a la kraken. Se metió a su casa por la noche, subiendo hasta su cuarto con ayuda de una escalera. Tuvo mucha suerte de que no había nadie cerca para verla, por lo mismo pudo entrar al cuarto de Ruby sin levantar sospechas.
Cuando entro a la habitación de la kraken, la vio durmiendo de costado en la cama, abrazando a su pequeña mascota y con sus audifonos puestos y aún sonando canciones de kpop depresivas.
Eso ayudo a que Chelsea mezcle su voz con la melodía que Ruby ya venía escuchando, así logro que la Kraken en ningún momento se despierte y la descubra en su travesia. Lo único que hizo fue bajar el volumen de los audifonos, levantarlos con cuidado y preparar su voz para comenzar con su hipnotizante canto.
Con la diferencia de que, este canto no era como la mayoría conoce. Las sirenas tienen la mala fama de usar sus cantos angelicales para atraer a los marineros y hundirlos en la perdición. Pero esto no es asi, las sirenas no necesitan sus cantos de sirena para que los simples y básicos marineros caigan rendidos ante ella, ya que la belleza que ellas tienen es más que suficiente para mentes tan débiles como las de los humanos.
Por lo tanto, no requerían de usar sus cánticos para casi nada, salvo que existan almas que logren tener la suficiente fuerza de voluntad para resistirse a sus encantos por defecto. Y claro, también en casos como los de Chelsea, para dejar al que escuche la melodía con un hechizo de efecto lento pero más efectivo.
Lo que hace este hechizo, es corromper la mente y el corazón del receptor para que reaccione a los estímulos que la emisora (como lo es Chelsea) mande a sus cuerpos. Gracias a esto, están debiles y expuestos, sin tener oportunidad de negarse. Además de esto, la emisora puede controlar los pensamientos y recuerdos que la receptora tenga, pero esto solo se puede hacer si el hechizo es muy poderoso (como el que su madre lanzó en Agatha).
Si Chelsea hubiera sido lo suficientemente poderosa como para lanzar un hechizo de ese calibre, se habría ahorrado muchos problemas. Pero por desgracia, solo puede alcanzar ese poder al llegar a más edad y tener más experiencia consigo misma.
Por estar tan metida pensando en las cosas que hizo en el pasado, tardo un poco en darse cuenta que Chelby estaba delante de ella, viendola confundida.
"¡Oh, llegaste!" Exclamó Chelsea, intentando que no se vea su expresion avergonzada "¿Por que tardaste tanto?"
"Bueno, sabía que lo que sea que me fueras a pedir tendría que ver con Ruby, así que me detuve a mitad de camino para traer a alguien conmigo..." Declaró Chelby con una sonrisa que parecía ser burlona.
"¿Y a quien trajiste?" Pregunto Chelsea, viendo que junto a Chelby no había nadie "No veo a nadie"
"Esta detrás de mi" Al decir eso, Chelby se hizo a un lado para que la chica que había traído sea visible.
"¡¿Eh?!, ¡¿la trajiste a ella?!" Pregunto Chelsea desconcertada, comenzando a irritarse por la presencia de Lazuli.
"Hola cuñadita, un gusto verte de nuevo" Saludo Lazuli con tranquilidad, moviendo su mano de lado a lado "Dime una cosa, ¿hubo sexo cuando me fui?" Pregunto en un surruro que todos escucharon.
"¡No preguntes esas cosas!" Un rubor apareció en las mejillas de Chelsea, haciendo que su vergüenza sea aún mayor "¡¿Por que la trajiste aqui, Chel?!" Pregunto Chelsea, dirigiéndose a su hermana mayor.
"Oye, oye, primero lo primero, no me digas Chel. No me malentiendas, es un lindo apodo, pero se supone que ese apodo es para ti" Respondió Chelby, haciendo que Chelsea se quede pensando.
"¿Entonces como se supone que deba decirte para no llamarte por tu nombre completo?" Pregunto Chelsea.
"Hmm... quizas... ¿by?, digo, tiene sentido porque soy bisexual" Respondió Chelby con simpleza, ganándose una pequeña risa de Lazuli.
"¡Esa es información irrelevante!" Chelsea trato de calmarse, respiro profundo y reorganizó las ideas de su cabeza "Bien... te llamaré Flor, por tu segundo nombre"
"Oh, ok, esta lindo" Dijo Chelby, aprobando su nuevo apodo "Ahora, respondiendo a tu pregunta, la traje aqui porque hace poco descubrí una información muy importante respecto a ella y a nuestra familia"
"¿Información importante sobre mi?" Pregunto Lazuli, mostrándose confundida "¿De que se trata?"
"Es complicado... yo... no soy buena para decir estas cosas" Comenzó a decir Chelby, mostrándose insegura "¿Por que no se lo dices tú, Chelsea?"
"¡¿Y como se supone que voy a hacerlo si no tengo idea de lo que se trata?!" Pregunto Chelsea, sorprendiendose de que su hermana este actuando de esa forma tan curiosa y sospechosa.
"¡Ugh, bien!, ¡lo diré yo!" Exclamó Chelby, llevando sus tentaculos a su rostro y frotándose la cien "Pero no me culpen si les da un infarto cuando lo sepan"
"Si, si, ya dilo" Insistió Chelsea, mostrándose desinteresada "Tenemos que tratar un asunto más importante, así que apresurate"
"No creo que sea tan malo" Declaró Lazuli, mostrándose positiva "Lo peor que hice en mi vida fue enseñarle a Ruby como se hacen los bebés, sobretodo la parte de..." Lazuli sintio la mirada amenzante de Chelssa puesta en ella, por lo que decidió mejor quedarse callada.
"De acuerdo, lo diré directo, rápido y sin vaselina, espero que soporten" Chelby aclaro su garganta, se limpio un poco el rostro al sentir un pedazo de alga en su frente "Lazuli..." La mencionada le presto atención "¿Tú sabes... quienes son tus padres?"
"¿Que?, ¿y eso que tiene que ver con-?"
"Tú solo respondeme" Insistió Chelby, interrumpiendo a la pequeña kraken.
"Bueno..." Dijo Lazuli, mostrándose confundida pero sin más opción que obedecer "Nunca conocí a mis padres, no recuerdo que me criaran, o que me enseñarán las cosas básicas que hoy se. Simplemente, un día... tuve conciencia y... estaba sola, no tenía a nadie a mi lado..." Lazuli aprovecho su sentimentalismo para tomar valentía e ir más profundo "Estuve vagando por el océano hasta que llegue al reino de los krakens, la reina kraken dejo que me quede el tiempo que quiera siempre y cuando cuide a su nieta, y justo por eso es que me hice amiga de Ruby"
El ambiente era duro, incomodo y extraño. Nadie decia nada, todo quedo en un profundo silencio después de que Lazuli termine con su relato.
Cada una tenía diferentes perspectivas ante lo que habían escuchado, por parte de Chelsea, su visión de Lazuli comenzó a cambiar, se mostró empatica y comprensiva, con un extraño sentimiento en su pecho que la hacia sentir adolorida.
Por parte de Chelby, ella estaba sonriendo internamente al haber confirmado que lo que ya conocía si era cierto.
"Gracias por tu honestidad, Lazuli" Dijo Chelby, con una sonrisa en su rostro "Me sorprende que no recuerdes nada de tu pasado ni de quienes son tus padres... mejor dicho, tus madres"
"¿Que?, ¿madres?" Pregunto Lazuli, mostrándose curiosa "¿Tengo dos mamás?"
"Si, exactamente..." Confirmo Chelby, acercándose a Lazuli para poner una mano en su hombro "Somos familia, Lazuli. Acabo de descubrir que eres hija de Agatha y Nerissa... ¡eres nuestra hermana!"
"¿Como... cuando... que...?" Su rostro de completo desconcierto era espeluznante, parecía ser el rostro de alguien que al darse cuenta de los lazos sanguíneos que tenía se arrepentia de muchas cosas que hizo en el pasado.
"¡¿Por que mierda todas tenemos que ser hermanas?!" Pregunto Chelsea, mostrándose arta y desesperada de este suceso "¡Dejate de joder, Flor!, ¡ya basta de bromas!"
"¡Jamás bromearia con algo como esto!" Exclamó Chelby defendiendo lo que decia "La última vez que nos vimos, pase de constumbre por los antiguos aposentos donde Agatha y Nerissa vivieron en su juventud, pero algo diferente ocurrio esa vez. Encontré entre los escombros algo que me confirmó la información que estoy diciendo ahora..."
"Dejame adivinar, ¿una foto, un cuadro, un peluche, una grabación?, ¡¿puedes ser más cliché?!" Chelsea estaba en negación, sin intenciones de creer nada de lo que Chelby decia.
"¡Ugh, cierra la boca!" Exclamó Chelby con molestia, dirigiéndole una mirada irritada a la pelirroja "No me importa si no quieres aceptarlo, lo único que me importa es ver que opina Lazuli al respecto..."
Cuando se dio vuelta para ver a Lazuli, la encontro lejos de ella, cavando un agujero en la arena con desesperación.
"¡Oye, Lazuli!" Chelby llego hasta ella, seguida de Chelsea "¿Que estas haciendo?"
"Yo... no puedo ser hermana de Ruby... no... ¡no puedo serlo!, ¡no después de lo que hice!" Lazuli continuó cavando en la arena, desconsolada y lanzando maldiciones a diestra y siniestra "¡¿Por que me tiene que pasar esto a mi?!"
"¡Tranquila, Lazuli!, sea lo que sea que hayas hecho con Ruby, no es incesto como tal, porque Ruby es hija de su padre Arthur y de nuestra madre Agatha" Declaro Chelby, mostrandose tranquila y relajada "Lo máximo que podrían ser seria hermanastras o algo asi... ¿eso ayuda?"
"¡No, no ayuda!" Respondió Lazuli con furia, gritando y demostrando toda su molestia "¡¿Como puede ser posible lo que dices?!, ¡¿no tendría que ser una híbrida como tú entonces?!"
"Bueno, si, pero no ocurrio porque tú naciste directamente de Agatha, no como yo que naci de Nerissa" Chelby seguía dando más información que atormentaba la mente de Lazuli cada vez más "Estuviste creciendo en su vientre, las krakens no tienen suficiente energía como para que híbridas nazcan de ellas. Por eso tú naciste como una kraken por completo, pero eso no significa que no tengas sangre de Nerissa, seguro si la tienes pero en ti es más sutil. Por ejemplo, una prueba de esto podría ser tu actitud tan similar a la de ella..."
Lazuli se quedaba cada vez más sorprendida y cerca del colapso, simplemente era mucha información que procesar, no podía estar tranquila. Solo continuó con lo que hacia, continuó cavando un agujero en la arena.
"¿Por que estas cavando?" Pregunto Chelsea, tomando palabra finalmente.
"Oh, es mi tumba, ¿quieres una para ti?" Pregunto Lazuli, sin dirigirle la mirada a ninguna de las dos chicas que estaban detrás suyo.
"Esto es... deprimente..." Confesó Chelsea, en un surruro que por desgracia todos escucharon.
"Opino igual, pero no importa, ya dije lo que quería decir" Dejando de lado su actitud tranquila, puso una expresión más sería y se dirigió directamente a Chelsea "¿Por que me pediste venir?, ¿que está sucediendo?"
"Bueno... ya sabes, me dijiste que hoy es el cumpleaños de Ruby-" Comenzó a decir Chelsea, siendo interrumpida cuando un poco de arena entro a su boca.
"¡¿Que?!, ¡¿hoy es cumpleaños de Ruby?!" Pregunto Lazuli, mostrándose muy confundida y desconcertada "¡¿Que no era el 27 de diciembre?!"
"Ruby estuvo ocultando su fecha verdadera de cumpleaños porque justo en ese día fue cuando su madre adoptiva falleció..." Respondió Chelby con tranquilidad, mientras ayudaba a Chelsea con la tarea de expulsar la arena que había en su boca.
"¿Como es que tu sabes tantas cosas?" Se cuestionó Lazuli, viendo a la híbrida con sospecha "Es decir, ni Chelsea que es su novia sabía eso, ¿como es que tú lo sabes?"
Chelby solto su agarre de Chelsea, haciendo que la pelirroja casi se caiga de rodillas al piso. Con un semblante que parecía querer ocultar muchas cosas, observo a su hermana menor con una pequeña sonrisa.
"No es bueno ser tan quisquillosa, Lazuli" Le respondió de forma simple, poniendo una mano en su hombro "Algunos no soportan la verdad, tú por ejemplo, ya estabas cavando tu tumba solo por lo que te dije, ¿crees que puedes soportar algo peor que eso?"
"Solo responde mi pregunta..." Insistió con una expresión rigida, mostrándose segura y determinada "¿Ruby te lo dijo?, ¿tanta confianza te tiene como para contarte cosas como esa?"
"Eso no es de tu incumbencia" Declaró la híbrida, haciendo más fuerte el agarre que tenía en el hombro de la pequeña kraken "Que seamos hermanas no significa que no te vaya a hacer nada si te pasas de curiosa. Si no me crees, solo preguntale a Chelsea..." Acerco sus labios hasta su oido, para que solo ellas dos puedan escuchar "Yo la abandone cuando ella tenía dos años, porque siempre supe que mi madre seguía con vida. Pero claro, no podia lidiar con eso y con una mocosa al mismo tiempo, por eso mismo es que la deje sola, para que se crié por su cuenta. Gracias a eso es lo que es ahora, una chica fuerte, decidida, salvaje y determinada. No creo que tu quieras sufrir lo mismo que sufrió ella... ¿o si, hermanita?"
Lazuli guardo silencio, sintiéndose amenazada y en peligro. Cuando vio los ojos de Chelby, pudo ver como sus pupilas adquirían un inusual color rojizo brillante, que por alguna razón comenzó a hacerla sentir un poco mareada.
Se sentía muy indefensa, tenía miedo de su propia amiga que también se encargo de criarla. Siempre vio a Chelby como una hermana mayor, pero nunca pensó que de verdad así sea. Ahora que sabía que esto era asi, no sabía como sentirse.
"¡Ya basta!" Exclamó Chelsea, llegando con ambas y separandolas "¡Tenemos que concentrarnos en lo importante!, ¡podemos hablar de todo esto más tarde!"
"Esta bien, señorita perfecta" Respondió Chelby, cruzandose de brazos y con una mirada expectante clavada en la pelirroja "¿Que es lo que sucede?"
"Necesito tu ayuda para organizar el cumpleaños de Ruby" Comenzó a decir Chelsea, tomando impulso al ver que Chelby estaba por decir algo "Y si, se que Ruby odia sus cumpleaños, pero quiero ayudarla a que deje eso atrás, de verdad necesita relajarse, hemos pasado por mucho"
"¿No querrás decir que tu la hiciste pasar por mucho?" Pregunto Chelby, mostrándose molesta con la sirena "No me malentiendas, me agrada el hecho de que por tu cuenta hayas decidido contarle la verdad a Ruby, pero te recuerdo que si Ruby esta sufriendo es solo por tu culpa, tu eres la única culpable de que ya no tenga esa sonrisa tan radiante que tenía la primera vez que la viste"
"Yo... se lo que hice pero... quiero enmendarlo..." Respondió Chelsea, esforzándose por demostrar valentía.
"Tú te encargaste de hacer desaparecer esa sonrisa inocente y llena de vida en su rostro. Por más que digas que te arrepientes y quieres arreglar todo, me temo que ya no hay nada que puedas hacer" Al decir esto, se acerco a Chelsea con rapidez, tomando su cuerpo con sus tentaculos, dando la impresión de que la iba a aplastar "¡Ruby jamás será la misma!, ¡y todo es por tu culpa!, ¡la has hecho sufrir demasiado!, ¡jamás tendrá la misma sonrisa con la que la conociste!" Concluyó Chelby, asegurándose de darle donde más le duele a la sirena.
"¡SE MUY BIEN ESO!" Respondió Chelsea desesperada, sintiéndose abrumada y agotada "¡PERO QUIERO INTENTARLO!, ¡QUIERO AYUDARLA!"
"¿No querias... que desaparezca?" Pregunto Chelby, haciendo que tanto Chelsea como Lazuli se queden en shock "Ten cuidado con lo que deseas, puede hacerse realidad cuando menos te lo esperes"
La advertencia de Chelby resonó en su cabeza, como un constante recordatorio de las palabras horribles que le había dicho a Ruby. Junto a esto, venían recuerdos de todas las otras cosas horribles que ha hecho, finalizando con la última de ellas, engañarla para dejarla dormida y encerrada en su cuarto.
Todos estos recuerdos eran como una daga que se clavaba directo en su corazón, una y otra vez, sin descanso.
"Te ayudaré..." Surruro Chelby, soltando a Chelsea y viendo como su cuerpo caía a la arena "Pero sólo porque también quiero que Ruby sea feliz, al menos antes de que..." Se detuvo por un momento, sin poder terminar la oración con las palabras que tenía en mente "¿Tú que dices, Lazuli?" Pregunto de lo más norma, dirigiéndose a la kraken que estaba detrás de ella.
"Ah... si, claro, también ayudaré" No se lo pensó mucho, ya que se sentía muy indefensa en ese momento como para cuestionarse las cosas.
"Bueno, ya nos tienes a las dos para ayudarte" Comenzó a decir con una sonrisa arrogante, dirigiéndose su mirada a la pelirroja que permanecía de rodillas en la arena "¿Cual es el plan, pequeña~?"
Chelsea alzo su mirada, encontrándose con unos ojos color carmesi viendola con intensidas, brillantes y amenzantes, demasiado familiares, muy peligrosos. Junto a esto, la expresión en el rostro de su hermana mayor no era la más agradable que digamos. Es más, parecía como si esa expresion fuera ajena a ella misma, como si fuera la expresión de alguien más tomando control del cuerpo de esa híbrida.
¿Pero quien podría ser?
De cualquier modo, no había tiempo para pensar en eso. Tenia que poner manos a la obra, ahora que contaba con sus dos hermanas para esta tarea, las cosas serían más sencillas.
Hora de darle a Ruby el mejor cumpleaños de su vida que disfrutará como nunca, quiera o no.
"..."
Desperté confundida, sintiendo como algo lamia mi rostro. Por suerte, solo se trataba de mi mascota, dándome cariño a su manera.
Con cuidado la aparte, ya que parecía estar durmiendo, sus ronquidos no eran molestos, pero si un poco irritantes. La deje cerca de la ventana, donde más le gustaba estar para que tenga un buen sueño.
Estire mis brazos hacia arriba después de bostezar. Estoy muy cansada, siento como mi cuerpo está débil y sin energías por alguna razón.
No recuerdo que está ocurriendo, ni como llegue a mi cuarto, ¿donde esta Chelsea?, comence a buscarla con mi mirada, viendo por la habitación, pero parecía no estar aqui.
Incluso la llame por su nombre, y nada. Solo habían dos opciones, no esta o si esta pero quería hacerme una broma saliendo de la nada para asustarme.
Aunque dudo mucho que esa última opción sea la correcta, ya que, Chelsea no es mucho de hacer bromas de ese estilo.
Por un breve instante pude identificar su olor, el aroma tan característico que siempre solía emanar. Lo sentí en mi cama, seguro por lo que hicimos en ella la noche anterior.
Mi rostro se sonrojo un poco al recordar eso, voy a esforzarme por ya no sonrojarme tanto. De verdad, estoy comenzando a pensar que soy demasiado inocente y fácil de seducir.
Y tal vez sea cierto...
En fin, supongo que Chelsea esta en su casa o algo asi, realmente quiero averiguar como es que llegue aqui, pero estoy demasiado cansada como para levantarme de la cama, creo que mejor solo seguiré durmiendo un poco más.
...
...
...
Al parecer no podré hacerlo.
Mi celular sono de repente, el sonido que hacía cuando me mandaban un mensaje. Con pereza estire uno de mis tentaculos hasta el celular, lo agarre y lo traje conmigo.
Antes de pasar mi dedo por la pantalla, me tome un tiempo para ver el fondo de bloqueo tan bonito que tenia.
Todo lo que tiene que ver con Chelsea es bonito.
Ahora si, después de apreciarlo como es debido, desbloquee la pantalla. Solo para encontrarme con mi fondo de pantalla que también era una imagen de Chelsea y yo.
Es gracioso, todas estas imágenes las saque de internet, al parecer hay un montón de personas que hacen dibujos de nosotras.
Es muy lindo, me hace sentir querida.
Pero también me parece un poco raro y obsesivo...
Meh.
Continue con lo que venía a hacer, revise la notificación y efectivamente, era un mensaje.
Era Chelsea la que me mando el mensaje, que bien, espero que me diga que ocurrio hoy para que yo termine aquí en la cama con manchas de café en mi ropa.
El mensaje decia: "Te tengo preparada una sorpresa que de seguro amarás. Te espero en la playa, por favor ven rápido, antes de que me arrepienta"
Realmente me quede confundida con ese mensaje, por un lado, parecía algo bonito, pero por el otro se veía realmente sospechoso y raro, más por esa última parte.
¿Cual será esa sorpresa de la que esta hablando?
Supongo que debo ir a donde me dice para averiguarlo.
"De acuerdo, voy en un momento"
Aunque no me dijo para que era, pensé que mejor debía ponerme una ropa más adecuada.
Solo espero que sea acorde a la ocasión.
...
...
...
Cuando salí de casa recién note que ya había oscurecido. Que raro, de lo poco que recuerdo es que antes de dormir era de mañana, ¿tan rápido se hizo de noche?, algo anda mal o yo estoy muy paranoica como de constumbre, una de esas dos.
En fin, lo mejor es que ya me apresure, veo la playa desde aqui, solo tengo que cruzar la calle.
Mientras lo hacía vi al capitán Gordon pasar en su carruaje, pero no había nadie con el además de su mascota cangrejo, creo que ya se está regresando para su casa si es que tiene.
Se le veía triste, deprimido, como si fuera a comprar una cuerda y no precisamente para atar algo.
Mis ganas de saber lo que ocurria me ganaron, básicamente porque soy una chismosa de primeras.
"Buenas noches... señor Gordon" Lo detuve cuando se estaba yendo, haciendo que su carruaje se detenga.
"¿Que quieres niña?, no estoy de humor" Me respondió de forma grosera, con esa típica expresión de molestia en su rostro.
"Es que solo pasaba por aqui y... pues lo vi tan triste que..." Me tarde un momento en pensar que decirle, no queria quedar como una chismosa "Pensé en preguntarle si podía ayudarlo en algo"
Pensé que me iba a gritar, decirme: "¡Largate!" o algo asi, pero para mi sorpresa, eso no ocurrio. Vi como su expresion molesta se fue, siendo reemplazada por la misma expresion triste que antes vi en el.
"¿Tú eres... Roby Gullman, cierto?" Me pregunto sin vergüenza, me hizo sentir un poco mal que no recordar bien mi nombre pero tampoco era para tanto.
"Soy Ruby Gillman, tipica adolescente" No iba a desaprovechar la oportunidad de decir mi típica presentación.
"Eres amiga de mi nieto Connor, ¿lo recuerdas?" Me pregunto, haciendo que le preste más atención.
"Si, soy su amiga... ¿pasa algo con el?" Le pregunté, mostrandome preocupada.
"No" Dijo de primeras, para acomodarse su sombreo y continuar "Y ese es el problema, no he sabido nada de el desde hace días"
Ok, eso fue raro, me da pena el abuelo, de seguro los padres de Connor no le dijeron nada porque no lo quieren o porque piensan que está loco. Aunque no los culpo por pensar eso último.
"No se preocupe señor, Connor me dijo que se fue de viaje con sus padres a España" Espero que haya estado bien que yo haya sido la que le diga eso.
"¿De que estas hablando?, ¿el en España?" Me cuestiono, junto a su cangrejo que también me miraba raro.
"Si, el me lo dijo justo hoy" Saque mi celular y busque la conversación que tuve con Connor esta mañana, era de las pocas cosas que recordaba que pasaron hoy. Entre al chat y se lo mostré a Gordon, su mirada incredula me comenzó a preocupar "¿Pasa algo?"
"Eso... es imposible, sus padres están aqui... el... lleva desaparecido desde hace días..."
Cada palabra que me comenzaba a decir me erizo la piel, no podía entender lo que ocurria, estaba en un shock demasiado fuerte.
"¿Que?" Pregunte, sin poder creer lo que Gordon me decía "¿Entonces... quien me estuvo escribiendo?" Vi de nuevo la conversación que tuve con Connor, mi cuerpo se puso helado y mi corazón comenzó a latir mientras me ponía cada vez más ansiosa.
"Me temo que no tengo idea, pero haré todo lo posible por encontrarlo. Justo hoy vengo de buscarlo en el océano" Me informo de forma rápida, simple y directa.
"¿Pero por que lo buscaría en el océano?" Le pregunté confundida, mientras comenzaba a pensar que tal vez lo que Gordon me decía solo era otra de sus locuras.
"El día que desaparecio, no lo hizo sin llevarse uno de mis trajes de buceo más avanzados, lo compre con el dinero que me sobró al hipotecar mi casa"
Bueno, eso fue información de más.
"Sabes niña, tengo la teoría de que uno de esos malvados krakens lo ha capturado, ¡y si es asi no descansare hasta encontrar al kraken responsable para hacerlo pagar!"
Ok... el viejo ya está comenzando a delirar, típico de el.
"¡No se preocupe, yo le diré si descubro cualquier cosa!" Le dije con rapidez, para después darme vuelta y despedirme "¡Nos vemos!"
No se si me dijo algo más, si se despidió de mi o no, pero tampoco es como si me importara. Ya habia perdido el interés en lo que me decía gracias a que se trataba de Gordon, ese viejo esta medio mal de la cabeza.
Pero bueno, supongo que para librarme de dudas puedo ir a hablar con los padres de Connor mañana o hoy si es que tengo tiempo, si es que lo que sea que me quiera decir Chelsea no me ocupe por el resto del día.
...
...
...
Llegue a la playa, mis zapatos tocaron la arena y yo tuve que caminar con cuidado para que mi vestido no se ensucie.
Ahí estaba Chelsea, dándome la espalda, viendo directamente hacia delante, en dirección a la brillante luna llena que acontecía en esta noche.
"¡Chelsea!" Exclame con felicidad, llegando hasta ella "¡Lamento si me tarde!, ¡tuve una complicación en el camino!"
Hubo un largo y profundo silencio por unos segundos, este podría ser el silencio más incomodo que he tenido con alguien en mi vida.
"No importa, lo bueno es que ya estas aqui" Me respondió con simpleza, sin voltear a verme.
"¿Por que querias verme aqui?, ¿que sucede?" Le pregunte, tomando mis preocupaciones en caso de que algo malo ocurra.
Ella se dio vuelta, parecía que me iba a decir algo, pero por algún motivo se quedo muda y congelada en su sitio. Solo me continuaba viendo, impactada y con un pequeño rubor que se comenzó a extender por todo su rostro hasta que dejó ser pequeño.
"¿Pasa algo?" Pregunte, sin entender el motivo de su actitud.
"Tu... ropa..." Me respondió con su voz entrecortada, intentando no verme directo a los ojos.
Y pues, cuando me dijo eso entendí la razón de su nerviosismo. Y es que había venido con un vestido que seguramente era demasiado elegante para una noche en la playa o lo que sea que Chelsea tenga planeado hacer conmigo.
"Perdón, no queria ponerme la misma ropa y tampoco supe que ponerme en su lugar, así que lo deje a la suerte" Le dije, recordando que había lanzando una moneda al aire para elegir con que iría vestida "Casi parece que voy a casarme... ¿no es cierto?"
Se que me falta eso que usan las novias en el rostro, pero no quería desperdiciar la oportunidad de hacer esa comparación.
"Ahora que lo dices, si, eso parece" Me respondió mientras su sonrojo se desvanecia "Es perfecto para lo que tengo preparado..."
"¿Como dices?" No pude escucharla bien, lo último que dijo quedo distorsionado por el sonido de las olas detrás de ella.
"No importa, ya lo descubrirás" De forma abrupta ,e tomo de las manos, me acaricio los dedos y en especial mi dedo índice. Viendome a los ojos abrio sus labios para dirigirse a mi "Vaya que has crecido, Ruby. No eres la misma chica que conocí hace tiempo"
"Tú tampoco eres la misma que yo conocí" Le dije con una sonrisa, haciendo que ella me sonría de vuelta "Pero eso está bien, ¿cierto?, ¿o soy la única de las dos a la que le gusta la nueva versión que tiene?"
Ella solo se rio, amo su risa, es tan relajante y contagiosa. Yo no pude evitar reír junto a ella, aunque no entendiera el motivo detrás de sus carcajadas.
"No, no eres la única" Me respondió finalmente, limpiando un poco de sudor que tenía en la frente "No me malentiendas, Ruby. De verdad amo en lo que te has convertido, me hace pensar que todo es gracias a mi... y... eso me hace pensar también que gracias a ti soy lo que soy ahora"
Ella tomo mis manos de nuevo, para entrelazarlas con las suyas. Su piel se sentía cálida como de constumbre, su aroma intoxicante, su tacto peligroso, mi corazón latiendo ansioso por recibir más de su amor.
"No quiero ni imaginar lo que sería si no te hubiera conocido..." Me confesó, cambiando su expresion sonriente a una mas deprimida.
Esta vez fue mi turno para actuar, junte mis labios con los de ella en un pequeño beso que le di para que no se desmotivara. Vi como cerró sus ojos, así que yo hice lo mismo, ambas disfrutamos el beso lo poco que duro, pero ese poco fue suficiente para despertar una llama de pasión en nuestros corazones.
"No pienses en eso, lo importante es el ahora, lo que haya pasado antes da igual" Le dije, sujetando su mejilla con mi mano, su piel si que era muy cálida "¿No piensas que es mejor concentrarnos en nuestro presente en lugar de seguir atormentandonos por el pasado?"
"Tienes razón, Ruby" Me dio la razón, junto a esto, copio lo que yo había hecho con ella y junto sus labios con los mios, en un beso que duró un poco más que el anterior y que se sintió más salvaje y ardiente.
Nuestros labios se separaron, ella se limpio la comisura con su lengua, haciendo que algo dentro de mi sienta unas ganas incontrolables de volver a probar esos labios rosados y carnosos.
"Ya no pensare en el pasado" Comenzó a decirme, tomándome de la mano y llevandome hasta el límite del muelle "Solo pensare en el presente y en el futuro que tendremos juntas, porque no puedo pensar en nadie más para que este conmigo por toda la eternidad"
Eso último hubiera sido raro si no hubiera recordado que las sirenas no envejecen, así que, si, tristemente algún día yo tendre que morir y Chelsea se quedara. sola.
Pero no importa, todo está bien.
Aún falta mucho para eso...
Me perdí en su mirada, en sus hermosos ojos brillantes, su sonrisa tierna y cálida, podía sentir como me enamoraba más de esta chica conforme más me detenía a apreciar su belleza. Simplemente era mucho, un manjar demasiado exquisito para una adolescente hormonal como yo.
Ella es bella, frágil como una rosa.
Yo soy una bestia, esclava de mis impulsos.
¿O es al revés?
Bueno, da igual.
Solo estoy feliz de la vida que tengo ahora, de verdad, no podría pedir nada más. Justo ahora, nada más me importa, solo puedo concentrarme en ella y en los sentimientos que siente mi corazón cada vez que estamos juntas.
Podría estar horas asi, días enteros, semanas, meses, hasta años, y estoy segura de que jamás me cansaria.
Ojalá pueda vivir tanto como Chelsea, al menos lo suficiente como para hacerla feliz y que siempre me tenga en sus pensamientos como un dulce y cálido recuerdo.
Quiero pasar el resto de mi vida a su lado, lo que me quede por vivir, quiero dedicárselo a ella. Porque ella es lo más importante en mi vida.
Tal vez sea muy rápido para decirlo, recién tengo diecisiete años.
¿Que puedo decir?
Solo soy una adolescente enamorada dejándose llevar un poco.
"¿Tú vestido también puede usarse en en el agua?" Me pregunto, sacandome de mis pensamientos.
"Si, ¿por que?"
Ella se tomó un tiempo para responderme, parecía estar susurrando cosas para si misma, cosas que lastimosamente no pude oir. Puso más fuerza en el agarre que tenía con mi mano pero sin llegar a lastimarme, luego, me volteó a ver con una sonrisa tan encantadora que me hizo sonrojar de solo verla.
"Porque en el fondo del océano esta la sorpresa de la que te hable..." Con eso aclarado, ella no me dio tiempo de poder decirle algo más, me solto y se lanzó al agua.
Yo la vi caer, sonrei y me prépare para saltar y acompañarla.
No tenía idea de la sorpresa que me esperaba allá abajo, si era una buena o una mala, pero no me importaba mucho.
Yo la seguiría hasta el fin del mundo de ser necesario, amo tanto a esta chica... que... hasta podria... dar mi vida por ella, si eso me garantiza que ella será feliz y estará segura.
Lo único que me importa es que Chelsea sea feliz, ya sea conmigo a su lado o sin mi. Si ella sigue con su vida, yo podré seguir con la mia.
Claro, si es que hay vida después de la muerte.
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