
[Capitulo 33]
"El dolor que pueda generar con su presencia, no será más que un simple aperitivo"
"..."
El lugar parece iluminado, recostada en medio de un estanque que no parece tener límites. Hay unos cubos flotando, esferas girando, estrellas brillando, la habitación infinita es extrañamente comoda.
Los ojos de Ruby comienzan a despertar, lo primero que llama su atención, es una brillante luz de color naranja en el techo.
Confundida, no le queda más que ponerse de pie, viendo hacia sus piernas al sentir el agua contra sus pies. No tiene zapatos, no tiene ropa, solo su forma de kraken que se encarga de "cubrir" aquello que no debería ser visto.
Siente sus pies helados, por la temperatura del agua. Aunque esto sea molesto, poco puede hacer, no hay lugar donde no haya agua.
Nuevamente le presta atención a esa luz de color naranja, su brillo poco a poco se comienza a hacer visible. De un momento a otro, ve lo que parece ser una figura familiar en aquella estela anaranjada.
Susurros que le indican que avance, susurros que la hacen temblar.
"Quédate..."
"Continua..."
"Tramposa..."
"Gillman..."
"Deseos..."
"Desaparece..."
Susurros que no parecen tener sentido, pero que no dejan de ser aterradores. Ruby trata de ignorarlo, pero a donde sea que se mueve continua escuchando esos susurros cada vez más cerca de sus orejas.
Continúa prestandole atención a la figura de color naranja que se mueve por el techo, en dirección opuesta a la suya. Ella la sigue, curiosa y ansiosa, caminando por el agua, sintiendo que está nadando aunque no sea asi.
Es una sensación parecida a la de poder caminar en el agua, como si no hubiera límites para lo que puedes hacer en este lugar, en este reino místico donde los más grandes descansan o deciden irse.
La figura que Ruby seguía se detuvo de repente, fue ahi cuando sintió un agarre en su espalda y en sus tobillos. Al ver en la dirección donde sintio el agarre, vio que eran de unas dos manos de piel clara que desprendían un putrefacto olor.
Ese olor tan desagradable llego hasta Ruby, haciendola sentir mareada. Retrocedio unos pasos mientras intentaba quitarse esas manos de sus piernas, pero termino perdiendo el equilibrio y cayó contra el agua, flotando como un cuerpo muerto e inerte.
"Tonta..."
"Ilusa..."
"Matala..."
"Salvaje..."
"Linda..."
"Madre..."
"Libre..."
"Ausente..."
Nuevamente escuchaba esos susurros tan molestos que no le ayudaban en nada a poder recomponerse. Lo unico que esos susurros hacían era ponerla más nerviosa y distraida.
Sintio más brazos tomar su cuerpo, pasando por sus piernas hasta su cintura y abdomen. Esos brazos venían desde abajo del agua, lugar donde Ruby parecia no poder acceder por más que este en ella.
Más brazos llegaron, tomando con sus manos sus hombros y codos, su cuerpo estaba comenzando a ser llenado de brazos y más brazos de la misma persona de piel clara.
Ya se había quedado inmovilizada, no podía moverse, su cabeza se sentía pesada y su cuerpo ardiendo en calor. Sus ojos se abrieron con miedo al ver como la figura destellante de color naranja comenzó a descender en dirección a ella.
"Hechizada..."
"Casada..."
"Viuda..."
"Desaparecida..."
"Controlada..."
"Manipulada..."
Más susurros sin sentido, mientras la figura se acercaba a ella. Ruby sintio algo golpear su boca y de repente, su cuerpo se sintio más ligero, lo que le dio la capacidad necesaria como para caer en el agua justo antes de ser tomada por esa figura de aspecto borroso.
Descendía y descendia, viendo mientras tanto todo su entorno desaparecer lentamente. El ambiente continua sintiendo pesado y aterrador. A pesar de que ella no pueda ver nada, sabia que algo andaba mal, que algo seguía mal.
Que había algo que le estaban ocultando.
Algo... terrible...
Que de seguro pronto descubrira.
"..."
Sus ojos se abren, indicando que desperto de la pesadilla. Su mirada esta clavada en el techo, donde no hay nada interesante que ver más que el ventilador dando vueltas y vueltas.
Su atención se va dirigida a su boca, donde siente una molestia dolorosa. Toca sus labios y los siente irritados, mira más a su costado y ve el pie de Chelsea casi a nada de volver a golpearla.
Con cuidado, se encarga de separarla, escucha un quejido cansando venir de Chelsea cuando la mueve lejos. Pero por suerte no se despierta, solo se mueve un poco y continúa durmiendo.
Ruby sigue conmocionada, lo que acaba de experimentar en aquel sueño fue tan raro y surrealista, que no puede dejarlo ir tan fácilmente por más que quiera.
No sabe que pueda significar eso que vio en su sueño, quiere pensar que fue solo una pesadilla sin sentido, algo sin importancia que de seguro soño por la terrible comida que su madre le preparo como cena y que ella comió para no quedar como una irrespetuosa.
Tal vez eso la habrá hecho tener un sueño tan pesado.
Algo aterrada, Ruby decide acercarse a la única compañía que tiene en este momento. Se pone en la misma posición que Chelsea para abrazarla por la espalda, rodeando sus brazos alrededor de su cuello.
Sus piernas llegan hasta las de ella, juntando sus pies para que entren en calor.
Ruby recién se da cuenta de que ninguna de las dos tiene ropa cuando, sin querer, al acercarse más siente la piel clara y cálida de Chelsea contra la suya.
Es ahí cuando los recuerdos de la noche anterior llegan a ella, por un momento había olvidado todo lo que hizo con Chelsea el día anterior. Se comenzó a sentir mal, una sensancion de culpa mezclada con vergüenza, se sentía una degenerada, una salvaje y vulgar adolescente que no pudo controlar sus hormonas y termino por casi partir en dos a su pareja.
Que terrible sensancion la que está experimentando, pero hasta ella misma sabe que de nada le sirve ponerse a pensar en eso, mucho menos arrepentirse. Ya que, al fin y al cabo, eso ya paso y Chelsea no pareció estar muy molesta con lo sucedido.
Sin embargo, una nueva idea llega a su mente, la posibilidad de que Chelsea no haya reaccionado mal debido a el calor del momento. Pero ahora que despierte y este en una situación más calmada y no dominada por la pasión, pueda llegar a conclusiones más sensatas y coherentes que quizás terminen derivando su molestia.
El estar pensando en esto solo la hace ponerse más ansiosa y temerosa. Por suerte, ya no tiene tiempo de continuar pensando en eso, ya que escucha un pequeño y adorable bostezo venir de Chelsea, y junto a eso ve como la pelirroja extiende sus brazos hacia arriba.
La vio sostener su bostezo con su mano, abrir sus ojos lentamente y tallarlos con sus puños.
"Buenos dias... Ruby..." Saludo Chelsea con cansancio, terminando de bostezar y colocando una expresión neutra en su rostro.
"Buenos días, Chelsea" Respondió Ruby, tomando asiento a un costado de la pelirroja "¿Dormiste bien?"
"Si... porque tú estuviste conmigo..." Aquella respuesta hizo que las mejillas de Ruby entren en calor y adquieran un tono rojizo, junto a una torpe y nerviosa sonrisa que apareció en sus labios "Me encanta dormir contigo"
"Eso... es muy lindo, yo tambien amo dormir junto a ti" Respondió Ruby, sintiendo su corazón enternecido y cálido, aprovechando el momento llevo su mano derecha con la de Chelsea, con la intención de tomarla y entrelazarla con la suya.
Lo que no se esperaba, era que Chelsea tome acción antes que ella y haga justo lo que ella tenia en mente. Ruby la miro buscando respuestas, pero sólo se encontró un rostro tranquilo que seguía pareciendo estar somnoliento.
"Sabes... conozco algo que amas más que dormir conmigo~" Comenzó a decir Chelsea, ganándose una mirada confundida de la peliazul "Hacerme tuya~"
Aquellas palabras susurradas fueron como un fuerte y eficaz golpe a su valentía. La timidez y la vergüenza se apoderó de ella mientras en su mente se reproducían los recuerdos de la noche anterior.
"Aún me sigue doliendo la... bueno, ya sabes..." Confesó Chelsea, soltando una pequeña risa coqueta al terminar.
"¿En serio... te duele?" Pregunto Ruby preocupada, tomándose demasiado en serio aquel comentario que Chelsea dijo en broma "Lo siento mucho... yo... no se que me paso, no quise hacerte daño ni forzarte a-"
"Shhh..." Sus labios habladores fueron callados por el dedo índice de la pelirroja puestos en ellos. Con una mirada más dulce, Chelsea continuó hablando "Tú no me forzaste a nada, querías follar y yo te deje hacerlo. Además, en parte es mi culpa por la vez en la que te dije que la mejor forma de quitarse el estrés es con sexo..."
Ruby recordó ese detalle, ese momento tan iconico. No pudo evitar que una pequeña sonrisa nostálgica aparezca en sus labios.
"Bueno... aún asi..." Comenzó a decir Ruby, mientras formulaba las palabras en su cabeza "Es mi culpa por haber sido tan agresiva contigo, normalmente cuando lo haciamos llevábamos un ritmo lento y tranquilo, mientras tu me guiabas y decias que hacer..."
"¡Eso no importa!, ¡estoy feliz con este cambio!" Exclamó Chelsea con una gran sonrisa genuina en sus labios "Que ahora seas más activa es realmente intoxicante, por más que sepa que me puedes hacer daño, quiero que sigas haciéndolo porque realmente me encanta~"
La sonrisa de Ruby creció un poco más, al sentirse alagada y querida. De forma fugaz y dándole sentido a su nuevo rol como la activa, se acerco a la pelirroja y junto sus labios con los de ella, en un pequeño y électrisante beso de buenos días.
Chelsea correspondió el beso, tomando fuerza y sujetando a Ruby de su cuello para que el beso se intensifique.
Un bienestar muy agradable las rodeo a ambas, una sensancion reconfortante y una pizca de incertidumbre por ir más profundo y descubrir que otras emociones y sentimientos podrían venir después. Podían sentir el aroma de la otra, el olor, el sabor, el tacto de sus labios carnosos al entrar en contacto con la saliva de sus bocas y el disfrute de su paladares ante la apasionante experiencia que ambas vivían en este momento.
No hacia falta ser la primera vez para que sea especial, cada beso que se daban tenía mucho que contar por su cuenta sin necesidad de llevar un contador.
Uno podía decir: "te amo".
Otro podía decir: "te quiero".
Alguno que otro quizás dira: "te extraño".
Muchos dirán: "te deseo".
Unos pocos dirán "te comprendo".
Pero todos y cada uno de ellos tienen algo en común, un sentimiento en común que siempre debe estar presente para que el beso sea significativo y especial.
Todos, siempre deben decir:
"Confío en ti"
Porque lo confianza es lo más importante de una relación. Cuando la confianza se rompe, la relación también está destinada a hacerlo.
Es inevitable, por más que uno quiera hacer algo. Si se ha perdido la confianza en la otra persona, por más que intentes aferrarte a que todo está bien, nada nunca será igual.
Aunque la confianza pueda recuperarse, jamás será tan genuina como la primera vez.
Por eso ea importante valorar esa confianza que la otra persona tiene en ti en el primer momento.
Porque, bueno, alguien puedes herir a alguien y aún así hacer que vuelva a confiar en ti con el tiempo.
Pero... dime tu, ¿crees que esa persona pueda perdonar lo mismo dos veces?
Tendría que ser muy estúpida o muy...
Inocente.
Pero hasta los más inocentes tiene un límite, donde se dan cuenta de las cosas. Que sean inocentes no significa que sean tontos.
Y si algo se sobre los inocentes, es que odian a muerte que se burlen de ellos dos veces.
Quien sabe, tal vez Ruby es la excepción a esta regla y termina perdonando a Chelsea por segunda vez.
Solo el tiempo lo dira...
Cuando menos te des cuenta, llegará el momento.
La hora de la verdad.
El instante para finalmente, quebrarte.
Para romperte en miles de pedazos.
Y quedar fríamente fragmentada.
El beso de ambas chicas finalmente se detuvo. Chelsea fue el que lo dio por finalizado al separar sus labios de los de Ruby. Su rostro paso de estar extasiado y emocionado a estar confundido y algo preocupado, esto debido a la inquietante y tétrica expresión decaida que Ruby tenía en su rostro.
"¿Ruby?, ¿estas bien?" Pregunto Chelsea, llevando su mano al rostro de la kraken.
"Estoy bien" Respondió Ruby con rapidez, su tono de voz parecía ser cortante "Solo me perdí en mis pensamientos"
"Oh... bueno..."
Chelsea no supo que más decir, la intensa mirada de Ruby penetraba sus barreras de una forma que ella no podía soportar. El ambiente era tan pesado, tan crudo, tan incomodo, que su cuerpo rápidamente comenzó a sudar y ponerse caluroso por sus nervios que poco a poco llegaban a la cúspide.
"Bajemos de una vez" Dijo Ruby, bajando de la cama y poniéndose sus pantuflas "¿Vas a usar tu ropa o quieres que te preste de la mia?"
La pregunta fue tan repentina, tan simple, tan curiosa, que Chelsea no supo si seguir a su corazón era una buena idea en este caso.
Aún asi, pese a estar insegura, decidió volver a confiar.
Aunque no le disgustara la idea de pasearse semidesnuda por la casa junto a Ruby, si quería usar su ropa. Era como un tipo de fetiche o algo asi, que ella desarrollo al sentirse sola tanto tiempo.
Tener puesta la ropa de la chica que más ama, de algún modo la hacia sentir segura y protegida. El olor de Ruby se quedaria en su cuerpo, un aroma tan reconfortante que negarlo era como cometer un delito.
Simplemente, Ruby es demasiado irresistible.
Las chicas tiernas e inocentes como ella eran su debilidad sin duda alguna.
Y también eran la debilidad de su madre. Quizás eso venga de familia, quien sabe.
"..."
Friendo un huevo con cuidado de no incendiar la casa, eso era lo que se encontraba haciendo Ruby Gillman justo ahora. Ella estaba tomando la tarea de preparar el desayuno tanto para ella como para Chelsea.
No había nadie en casa, su madre no había vuelto ni se había comunicado con ella, su padre seguía con su abuela en el océano al parecer, junto a su tio Brill y su hermano menor Sam.
Su única compañía era aquella sirena de larga cabellera, con ojos hipnotizantes y sonrisa encantadora. Una chica peligrosa, dulce y salvaje, que ella amaba con locura pero temía que ese amor la termine llevando a un destino peor que la muerte.
Aunque seguramente solo sea su paranoia tomando control de sus pensamientos. Desde hace varios días que está muy paranoica, seguro debiéndose a todo lo que ha pasado desde que descubrio que tenía una media hermana mayor, hasta la gran mentira de Chelsea.
"¿Como estará... ella?" Pregunto Ruby en sus pensamientos, visualizando la imagen de Chelby en su cabeza.
No había conocido del todo a esa chica, pero ahora sabía que si era de confiar, gracias a que desde un inicio siempre le dijo lo que ella se negaba a creer, que Chelsea la había hechizado y que estaba siendo manipulada.
Pero desde ese momento no la ha vuelto a ver, tampoco es que haya pasado tanto tiempo, solo han sido como... unos... 2 o 3 días. La verdad es que no parece que hayan sido solo 2 o 3 días, osea pasan tantas cosas en tan poco tiempo que parece un tormento más largo y pesado de lo que realmente es.
Ruby termino de freir el segundo huevo, apago la cocina y tomo la sarten para llevar el huevo frito hasta un plato de vidrio, donde había un huevo más.
Después de soltar un pequeño suspiro, Ruby tomo el plato de huevos y los llevo a la mesa, donde Chelsea la estaba esperando.
"Oh, ya terminaste" Dijo Chelsea al notar su presencia, pero sin despegar la mirada de su celular.
"Una disculpa, solo tengo huevos para el desayuno. Mi mamá se terminó toda la leche que había en el refrigerador..." Aclaro Ruby con disgusto, tomando asiento a un costado de Chelsea y estirando su brazo hasta un envase donde guardaba tostadas "Pero puedes comerlos con pan si quieres..."
"Uh, claro" Chelsea dejó su teléfono a un costado, se puso más firme en su asiento y solto otro bostezo que demostraba que seguía cansada "¿Por que quisiste hacer el desayuno sola?, pude haberte ayudado"
"Chelsea, estas embarazada" Dijo Ruby, como si fuera necesario recordarlo "No quiero que te excedas más de la cuenta, lo mejor es que descanses y dejes que yo cuide de ti hasta que nazca nuestro bebé"
Aquel comentario de Ruby fue muy dulce, y claro, demostraba el enorme amor y cariño que le tenía a la joven sirena pelirroja.
Las mejillas de Chelsea entraron un poco en calor, adquiriendo un rubor carmesi. Junto a esto, formó una pequeña sonrisa que intentaba mantenerse relajada y firme.
"Eso no te importo anoche, ¿o si?" Pregunto Chelsea, sonriendo aún más al ver que su pregunta había hecho que Ruby se ponga nerviosa y avergonzada "Además, solo tengo 2 semanas de embarazo, para que nuestro hija o hijo nazca aún falta tiempo"
Un pequeño y cómodo silencio las inundó a las dos, debido a que Chelsea se encontraba comiendo un pedazo del pan con huevo que se había preparado.
"Como unos... dos meses aproximadamente" Aclaro la pelirroja con tranquilidad, sorprendiendose al ver como Ruby casi se atraganta con lo que estaba comiendo.
"¡¿QUE?!, ¡¿COMO QUE DOS MESES?!" Ruby no podía creerselo, simplemente era irreal, era aterrador pensar que lo que Chelsea decia era cierto.
"Los embarazos en las sirenas no suelen durar más de dos meses..." Comenzó a decir Chelsea, mostrándose intimidada por la inminente actitud desconcertada de Ruby "Pero... tal vez como nuestra cria será un híbrido puede ser que el embarazo dure más al necesitarse más energía de la madre..."
Ruby no entendía nada, su aterrado y confundido rostro la delataba. Chelsea noto esto y decidió tomarse un tiempo para explicarle lo necesario a Ruby sobre su embarazo.
"Verás... Ruby..." Chelsea dejo el pedazo de pan en la mesa, ordenando las palabras en su cabeza para comenzar a hablar "Cuando una sirena termina embarazada, se necesita mucha energía de la misma para que el feto pueda formarse en su vientre. Esto se puede traducir como lo que los humanos conocen como los antojos que la madre suele tener en el embarazo" Chelsea parecía mostrarse más tranquila conforme continuaba hablando "Aunque, en el caso de las sirenas, los antojos que estas suelen tener son única y exclusivamente para alimentar con lo mejor al feto y asegurar una formación más adecuada y eficaz"
"Entonces... ¿eso quiere decir que... dependiendo de cuanta comida comas el bebé nacerá mas rápido...?" Pregunto Ruby, sin saber que esperar de su pregunta.
"Precisamente" Contesto Chelsea, de forma tranquila y relajada "El bebé crecerá más sano y fuerte conforme más comida coma"
"Eso explica tu comportamiento todas esas veces que salimos juntas..." Dijo Ruby, con una pequeña sonrisa al recordar todos esos momentos "Pero... eso significa que debes alimentarte bien... ¿cierto?"
"Si, claro que-" Ruby le dio un golpe a lo que quedaba del pan con huevo que Chelsea estaba por comerse, haciendo que caiga al piso desparramandose "¡Oye, mi desayuno!"
"¡No puedes comer eso!, ¡tú tienes que comer cosas mejores!" Exclamó Ruby, mostrándose fuertemente preocupada y ansiosa "¡¿Por que no me dijiste que necesitabas buena comida?!"
"No es tanto asi... solo la necesito cuando el bebé lo requiera..." Justamente, un sonido vino de su estómago, una vibración que Ruby asoció como la petición del bebé por querer comer algo "Eso no fue el bebe, solo soy yo, tengo hambre"
"¡No te preocupes!" Exclamó Ruby, tomando de la mano a Chelsea y levantándose de la mesa "¡Vamos a comer algo mejor afuera!"
"¡¿Que?!, ¡no es necesario!, ¡solo quiero mi pan con huevo!" Chelsea tenia su mirada fija en el pan con huevo que yacía destrozado en el piso, pensando que tan malo sería comerselo.
"¡Olvida eso!, ¡yo te llevaré a comer algo mejor!, ¡no dejaré que nuestro hijo ni tú pasen hambre!" Ruby comenzó a caminar en dirección a la puerta de su casa, haciendo fuerza para que Chelsea no se escape de su agarre.
"¡Pero no tengo dinero!" Dijo Chelsea como excusa, esperando que eso sea suficiente.
"¡No importa!, ¡yo te voy a invitar!"
El rostro de Chelsea paso de mostrarse desconcertado a verse muy feliz y travieso. Dejo de intentar quedarse en casa y solo se dejó llevar por Ruby.
"Hubieras dicho eso desde un principio, Rubybuby~"
Ruby solo rodó los ojos, no le molestaba gastar dinero en algo tan vital como alimentar a su novia y su cria, pero apreciaria mucho que Chelsea no actúe de esa forma tan interesada y tacaña.
Aunque, justo en ese momento recordó que ella hizo algo parecido con ella, esa vez que fingió tenerle miedo a la montaña rusa para que Chelsea pague las entradas.
La culpa la invadió, haciendo que su molestia por Chelsea se vaya. Solo tomo las llaves de la casa y salió por la puerta, sin soltar en ningún momento la mano de su linda sirenita.
"..."
Estaba pensando en muchas cosas, cientos y cientos de cosas pasaban por su cabeza. Había sido realmente difícil para ella fingir que nada pasaba, agradecia que ahora justamente Ruby se haya ido al baño, así tenía tiempo para soltarse un poco y dejarse llevar por sus pensamientos.
Estando sentada en la mesa número 6 de esa cafetería tan peculiar, Chelsea dejó caer su cuerpo contra el asiento, mientras daba un vistazo a su celular.
"Veamos..." Chelsea fue hasta la aplicación de mensajes, ya que, le llego una notificación de un nuevo mensaje de un número desconocido.
//¿Tienes algo planeado para hoy o solo seguirás mintiendole?//
Era un mensaje bastante confuso, había sido enviado hace poco, hace sólo unos 10 minutos.
Chelsea se apresuró a responder.
//¿Uh?, ¿quien eres?, ¿como conseguiste mi número?//
Rápidamente, su mensaje fue visto, haciendo que Chelsea se sorprenda aún más. La persona detrás del número comenzó a escribir un nuevo mensaje.
//Soy Chelby, conseguí tu número del celular de Ruby//
¿Cuando había ocurrido eso?, ni idea, no podía saberlo. Chelsea llevo sus manos hasta su frente, molesta e irritada. Pero a pesar de esto, decidió añadir a Chelby a su lista de contactos.
Luego de esto, se apuro a escribir otro mensaje.
//¿Que es lo que quieres?, ¿y a que te refieres con si no haré nada hoy?//
Tardo un poco, pero recibió una respuesta de parte de su contraria.
//¿No lo sabes?, hoy es el cumpleaños de Ruby//
Chelsea casi escupe el café que se encontraba tomando, pero como era un café caro de Starbucks no lo hizo y se lo tomo todo de una.
//¡¿Que?!, ¡¿como...?!, ¡estas mintiendo!//
Chelsea no recordaba que hoy fuera el cumpleaños de Ruby, ella tenia mucha información sobre la kraken, si hoy fuera su cumpleaños, de seguro lo sabria.
Recuerda que la misma Ruby dijo cuando se presentó en clase, que su cumpleaños era el 27 de diciembre.
No hoy, un 14 de agosto cualquiera.
Chelsea volvió a recibir una respuesta de su media hermana.
//No pensé que tu cinismo llegaría hasta este punto. De verdad me repugnas, ¿como es posible que tu siendo su novia no lo sepas?//
//¡Jodete!, ¡solo estas diciéndome esto para molestarme!//
//¿Que ganaría yo con decirte esto?, si no me crees, preguntale a ella. Me muero por ver tu rostro de culpa y pánico//
//¿Que?, ¿nos estas espiando?//
//Respondeme//
//Acosadora//
No volvió a recibir ningún mensaje, Chelby se desconecto dejando a Chelsea en la incertidumbre y con muchas dudas en su cabeza.
"Esto... no puede ser cierto... hoy... no es su cumpleaños..." Pensó Chelsea, sosteniendo su celular y teniendo sus ojos cerrados.
"¡Ya regrese!" Exclamó Ruby, tomando asiento delante de Chelsea "Perdón si me tarde mucho, estuve hablando con alguien y perdí la noción del tiempo"
"¿Con quien estuviste hablando, cariño?" Pregunto Chelsea, tratando de que no se noten mucho sus celos.
"Con Connor, me estaba diciendo que se ha ido de viaje con su familia a España y no sabe cuando regresará..." Comenzó a decir Ruby, con una expresión un poco decaida "Pero... esta bien porque, dice que es feliz y le encanta su nueva vida, solo se estaba despidiendo de mi"
El rostro de Chelsea era de completo shock e impresión. No podía creerlo, ¿acaso los muertos pueden usar Whatsapp?, claro que, Connor no estaba muerto técnicamente, pero su alma seguía atrapada en ese frasco, era imposible que pueda salir de ahí sin su permiso.
"Oh... q-que bien por el..." Respondió Chelsea, forzando una sonrisa y disimulando sus nervios "Espero que sea feliz"
"No te hagas, Chelsea. Te conozco, se que lo odias a muerte" Afirmó Ruby con una sonrisa, mientras jugaba con las servilletas de la mesa.
"Si, me conoces muy bien" Confirmo Chelsea, dejando atrás las dudas que la estaban atormentando "Pasando a otro tema, hay algo que quiero preguntarte..."
"¿Que pasa?" Pregunto Ruby, dando un sorbo a su vaso de café.
Chelsea respiro profundo, sintió su cuerpo temblar un poco, pero eso no la detuvo. La atención de Ruby estaba puesta en ella, haciendo que sus nervios aumenten, el rostro tal tierno e inocente que Ruby tenía por defecto no ayudaba para nada en esta situación. Pero claro, siempre era bueno para apreciar.
"¿Hoy... es tu cumpleaños...?" Pregunto la pelirroja, en un débil susurro que fue lo suficientemente fuerte como para que solo Ruby lo escuche.
Los ojos de Ruby se abrieron un poco, demostrando que esa pregunta la tomo por sorpresa. Una mueca divertida y confusa se comenzó a formar en la comisura de sus labios, mientras Chelsea sentía como las piernas de la chica se juntaban con las suyas.
"¿Como lo descubriste?" Comenzó a decir Ruby, haciendo una pregunta inicial que solo género más dudas en Chelsea "Pensé que había sido muy convincente... supongo que debía esperarlo de ti, tú eres tan atenta... tarde o temprano me ibas a descubrir..."
Chelsea no sabía que hacer, quería hacer más preguntas, pero sabía que si las hacia podría delatarse. No quería quedar como una chica desinteresada que no sabía ni la fecha de cumpleaños de su pareja, aunque eso que comenzó a decir Ruby llamo su atención se sobremanera, haciendo que se cuestione quien estaba peor, si Ruby o ella.
"¿Por que lo ocultaste?" Pregunto Chelsea, arriesgándose a terminar mal.
"Bueno..." Ruby dejo su vaso de café en la mesa, su rostro paso de mostrarse tranquilo a uno más serio y firme "No hablo... de esto porque... es algo que pasó hace mucho tiempo... y ya no es un problema..." Los ojos de Ruby conectaron con los ojos expectantes y atentos de Chelsea, haciendo que sus nervios aumenten "Pero... supongo que sigue siendo un poco molesto..."
¿Cual podria ser la razón para que alguien decida no celebrar su cumpleaños?, habían muchas opciones, como un trauma, una perdida, una mala experiencia, un mal recuerdo, etc. Muchas opciones, pero ninguna de ellas eran buenas, todas apuntaban a ser desastrosas y tristes.
Esto se confirmó aún más para Chelsea, cuando vio como los ojos de Ruby comenzaron a cristalizarse, formando pequeñas lágrimas que lentamente comenzaron a bajar por sus mejillas hasta caer en la mesa.
Chelsea vio el rostro de Ruby, logrando identificar melancolía, tristeza, ironia y dureza. Una extraña combinación de emociones y sentimientos que no indicaba nada bueno.
"No tienes que decirmelo si no quieres..." Dijo Chelsea, apurandose para detener a la kraken.
"No, si tengo que" Respondió Ruby de inmediato, limpiando sus lágrimas con una de las servilletas de la mesa "Tú te has esforzado para descubrir mi secreto, lo menos que puedo hacer por ti es aclarar tus dudas"
Chelsea se mantuvo en silencio, conocia lo determinada que podía llegar a ser Ruby. Sabía perfectamente que intentar llevarle la contraria en una situación así no serviría de nada.
Solo decidió quedarse en silencio, esperando que Ruby abra sus labios y formule las palabras que sean necesarias para que sus dudas sean aclaradas.
Parecía que ese momento tardaría un poco más, pero por suerte no fue asi. Ruby respiro profundo, limpiando por completo su rostro que hace unos momentos estaba por llenarse de lágrimas.
Sus labios se abrieron un poco, pero no dijeron nada. Al parecer seguía dudosa, sin tener la suficiente valentía como para finalmente expresar eso que venía ocultando en lo más profundo de su ser.
Pero sabía que lo tenía que hacer, no había otra alternativa, tenía que ocurrir si o si. Porque si había algo que Ruby odiaba más que nada, eran las mentiras.
Y si no fuera porque Chelsea le hablo sobre esto ahora, ella quizás y ni se habría acordado y ese crudo recuerdo hubiera quedado sepultado en lo más profundo de su mente.
Ruby ni siquiera se había acordado de que hoy era su cumpleaños, tenía muchas cosas en las que pensar que simplemente no pudo acordarse. Aunque, esto no era algo negativo, Ruby hubiera preferido que esto se quede asi, pero lamentablemente, Chelsea tuvo la gran idea de abrir su boca y recordarle el día en el que se sintió tan miserable que llegó a desear la muerte.
"Recuerdo... que tuve dos madres..." Comenzó a decir Ruby, entrelazando sus propias manos como una forma de sentirse protegida "Antes de mi padre Arthur, había alguien más. Nunca la conoci, pero mi madre... Agatha... hablaba muy bien de ella..." Sus manos se comenzaron a sentir pesadas, como si fueran a romperse con el más mínimo toque "Mi mamá me decía que la extrañaba... que yo... fui la hija que ella nunca espero pero que era lo único que tenía para recordarla, y que por eso me amaba más de lo normal, porque yo era un recuerdo de su primer amor, el producto de una relación que no funciono porque esa mujer termino en el infierno..."
El ambiente se comenzó a sentir cada vez más y más pesado. El corazón de Ruby iba a mil por hora, pareciendo que estaba por llegar a su límite de emociones que podía experimentar en tan poco tiempo.
Podría ser que esto si exista, un límite en los krakens de cuantas emociones pueden sentir. Sus corazones son puros y valerosos, pero también... muy inestables.
Los krakens, tanto los machos como las hembras, tienden a dejarse llevar por sus emociones.
Mientras más fuerte sea la emoción, más fuerte es el kraken.
Quizás esta información pueda ser útil en un futuro...
Pero ahora, justo en este momento, era de lo menos importante. Ruby no había llegado ni a la mitad de su relato y ya parecía que estaba por quebrarse, por simplemente romper en llanto y ceder ante los crudos recuerdos borrosos que tenía de su infancia.
Pero no podía darse el lujo de ceder, de rendirse y caer derrotada. Le seguía debiendo una explicación a Chelsea, y ella no queria deberle nada a nadie.
"Mi mamá me contó que... Arthur es mi padre biológico, pero que cuando yo nací el no estuvo presente porque estaba desaparecido. Así que Agatha cuido de mi junto a esa mujer... ella la describía como una hermosa pero peligrosa sirena, que tenía la cualidad de ser linda y salvaje al mismo tiempo. Pero que sin dudas valía la pena esforzarse por intentar dominarla... a pesar del gran riesgo que esto implicaba..." Concluyó Ruby, terminando de alzar su voz y volviendo a su asiento, ya que estaba llamando la atención de las demás personas de la cafeteria.
Chelsea se tomó un tiempo para comenzar con sus preguntas, estaba esperando que Ruby este lo suficientemente calmada como para soportar un bombardeo de preguntas fuertes y emocionales.
Aunque tuvo que simplemente preguntar sin saber si Ruby estaba calmada o no, ya que, el rostro de la kraken no parecía querer cambiar.
"¿Entonces... esa sirena... es mi madre?" Pregunto Chelsea, sin darse cuenta que tenía toda la razón.
"No había pensando en eso... pero supongo que si, tiene sentido..." Respondió Ruby, sin tomarle mucha importancia a ese detalle.
"Mi madre tuvo una relación con la tuya, yo sabía eso, pero... nunca imagine que... ella te estuvo cuidando..." Aunque comenzó diciendo eso con curiosidad y algo de tranquilidad, rápidamente eso se distorsiono y se transformó en incredulidad pura y dura "Espera un momento... se supone que mi madre murió cuando tenía dos años... ¿cuando fue que ella te contó eso?"
"A mis ocho años, pero me dijo que me estuvo cuidando desde los tres años hasta que tuve cinco..." Ruby tambien comenzó a hacer cuentas en su cabeza, pero le costaba mucho aunque fuera buena en las matematicas. La situación en la que se encontraba junto al tema tan privado del que estaba hablando era lo que la hacia sentirse perdida y sin poder llegar a una rápida y acertada conclusión.
"No puedo creerlo..." Confesó Chelsea, mostrando su expresion llena de molestia "¿Acaso mi madre fingió su muerte solo para cuidarte...?"
Tristemente, la conclusion a la que Chelsea había llegado era acertada. Pero seguía siendo estúpido el pensar que esto era cierto.
¿Que tanto odio te debe tener una madre para abandonarte e irse a cuidar a un hijo ajeno?
Y eso que Chelsea toda su vida estuvo creyendo que su madre la amaba más que a nada en el mundo. Pero cada vez conocia más cosas de su madre, cosas que si hubiera sabido antes, nunca hubiera llegado a esa primera conclusión tan positiva.
Su madre parecía tener muchas facetas, distintas caras que mostraba a diferentes personas.
Pero esto... ya era el colmo...
Una completa absurdez, un insulto a su orgullo y su integridad.
No podía, no queria creerlo,
Se negaba a hacerlo con todas sus fuerzas, porque sabía que de hacerlo, el tormento que vendría sería desastrozo. Ella no quería seguir sufriendo, ya no más, solo quería descansar por un día por lo menos.
¿Era mucho pedir?
"Chelsea..." Comenzó a decir la suave y débil voz de Ruby, mostrándose preocupada por la actitud de la pelirroja "No creo que sea eso... ella... de seguro tuvo una buena razón..."
"¡¿Una buena razón?!, ¡¿que maldita razón debe tener como para decidir abandonar a su propia hija para ir a cuidar a la de otra?!" Pregunto Chelsea, arremetiendo toda su furia contenida en contra de Ruby.
Con fuerza aplastó el vaso de café que estaba sosteniendo, el líquido dentro mancho sus manos, pero a Chelsea no pareció importarle. Solo lo continuó apretando, para destrozarlo lo máximo posible.
"Aún no sabemos si fue Nerissa la que me cuido... yo... supongo que podría preguntarle a mi madre..." Dijo Ruby, haciendo un esfuerzo por mostrarse fuerte y no ceder ante la presión que Chelsea ponía sobre ella.
"¡Suerte con eso!" El tono en su voz demostraba burla, y eso era porque Chelsea sabía muy bien que la madre de Ruby se encontraba muerta o por lo menos demasiado ocupada como para hablar con ella "¡Mientras tu tienes recuerdos hermosos con tu madre y con la mia!, ¡yo tuve que valerme por mi cuenta desde que tuve dos años!, ¡¿como quieres que no me moleste?!"
"Entiendo tu enojo... pero no solucionas nada con-" Algo inesperado ocurrio, Chelsea arrojó lo que quedaba de su vaso de café contra el rostro azul de Ruby. Un poco de ese líquido le cayó directo a los ojos, haciendo que sienta un ardor inusual y medianamente doloroso "¡¿Que te pasa?!"
"¡Callate!, ¡solo callate!" Chelsea se puso de pie, arrojando el vaso vacío de café hacia delante "¡ESTOY ARTA DE QUE TODA TU VIDA SEA PERFECTA Y QUE LA MIA SE ESTE DESMORONANDO CADA VEZ MÁS!"
"¡Pero no es mi culpa!, ¡¿oyes lo que dices?!, ¡¿por que te desquitas conmigo?!"
"¡PORQUE TÚ NACIMIENTO ME HIZO QUEDAR HUÉRFANA!" En un arrebato de furia más grande, Chelsea tomo con su mano un cubierto afilado de la mesa, con el cual comenzó a apuntar en contra de la kraken "¡TÚ ERES LA CULPABLE DE TODO ESTO!, ¡DE QUE MI MADRE ESTE MUERTA Y VIVIENDO COMO UN FANTASMA EN LA MENTE DE LA TUYA!"
Cada palabra dolía mucho, dolía como el infierno. Sin embargo, no había llegado a ese punto sin retorno donde sólo habría sufrimiento y más sufrimiento, aún no había llegado hasta ese punto.
Aunque esto fuera asi, seguía siendo tan brutal, tan horrible, tan desgarrador que Ruby podía jurar que sentía su corazón quebrarse junto a los pocos sentimientos que este tenia.
"¡OJALÁ NUNCA HUBIERAS NACIDO!" Exclamó Chelsea, dando la última estocada para finalmente destruir a Ruby por completo "¡MI VIDA SERÍA PERFECTA SI TÚ NO EXISTIERAS!, ¡¿POR QUE NO SÓLO DESAPARECES Y ME DEJAS EN PAZ?!"
Ruby escucho esas últimas palabras, a duras penas, pero las escucho. Luego de procesarlas, aparte de sentirse más dolida y miserable, recordó que justamente ella uso esas mismas palabras en contra de Chelsea hace un tiempo.
"¿Por que no sólo desapareces?"
Ruby dudaba mucho que esto mismo sea lo que Chelsea sintió cuando le dijo esas palabras hace tiempo. No obstante, se aferraba a la idea de pensar que esto era el karma atacandola donde más dolor podía causarle, en su constante pensamiento de si ella merecia el milagro de estar viva.
Había pasado un tiempo desde la última vez que se cuestionó eso. Esto fue gracias a los constantes cuidados de su madre sobre ella. Siempre que iban con la psicologa, recordaba comer helado de camino, pasear por el parque, ver el atardecer, para después llegar a casa para cenar.
Recuerdos hermosos, brillantes y fugaces. Parecían desvanecerse en su cabeza, como si todo este tiempo hubieran sido una simple ilusión.
En definitiva, Ruby estaba hecha un desastre. Ya no sabía que era real y que no, no sabía si era demasiado ingenua por confiar o demasiado paranoica por ser desconfiada.
Era realmente complicado, realmente infernal, un tormento del que ya se había cansado, simplemente ya no quería seguir atrapada, viviendo en esta maldita realidad que más bien parecía ser un jodido infierno.
Tal vez seguir el consejo de Chelsea no sea tan malo.
Desaparecer sin dejar rastro... dejar este mundo...
Puede ser una buena idea.
Ignorando los murmullos de los demás clientes, Ruby llevo su brazo hasta su rostro, limpiando las manchas de café caliente que había en el.
Chelsea continuó con su respiración agitada, bajando lentamente el cubierto con el cual decidió apuntar a Ruby.
"¿Que me pasa...?" Pregunto Chelsea al aire, sintiendo su cuerpo temblar y entrar en calor. Fue en ese preciso momento cuando el peculiar brillo rojizo que había en sus ojos desaparecio, como si alguien la hubiera estado controlando para que diga todas esas cosas "¿Ruby?, ¿por que estas asi?"
Ruby reacciono con recelo, pensando que Chelsea solo buscaba burlarse de ella. Ni siquiera le dirigió la mirada, solo se mantuvo expectante, limpiando el resto de su cuerpo con indiferencia.
"¿Quién te hizo esto?" Pregunto Chelsea, insistiendo para recibir una respuesta. Se acerco a Ruby para tocar su rostro, pero sintio el agarre de la kraken en su muñeca "¿Que pasa?, ¿que tienes?" Pregunto atemorizada.
"Me canse de tus estupideces, Van Der Zee" Declaró Ruby en un fuerte y seguro susurro, su mirada fija en el rostro de Chelsea y en sus ojos sin brillo "Toda tu familia es igual, todos son basura. No dejaré que la historia se vuelva a repetir, no soy tan estúpida"
Aunque Ruby hacia un esfuerzo por mantenerse firme y decidida, la verdad era que esto no era asi. Lo que estaba haciendo ahora era simplemente lo que mejor saben hacer los krakens, dejarse llevar por sus emociones fuertes.
Y la emoción que predominaba en Ruby justo ahora, era nada más que fría y cruel ira, con unos toques de tristeza y dolor, que le daban más sabor a ese crudo sentimiento que dominaba en su corazón.
"¿De que estas hablando?" Pregunto Chelsea desconcertada, para después sentir un shock en su cabeza y ver de forma fugaz todo lo que acababa de hacer. Como si esos recuerdos hubieran estado bloqueados y de algún motivo hayan sido liberados justo ahora.
Ruby se mostró confundida al ver el repentino cambio de actitud en el rostro de Chelsea, pero lo que más llamo su atención, fue ver como la cicatriz que tenía en su ceja comenzaba a emanar un peculiar brillo de color anaranjado.
"¿Y ahora que tienes?" Pregunto Ruby, disimulando su preocupación. Pero eso no duro mucho, ya que poco tiempo después Chelsea se desplomó y cayó contra el piso, como si fuera una simple muñeca de trapo.
Ruby aún seguía sosteniendo su brazo, pero lo solto por inercia cuando vio su cuerpo caer.
"¡¿Que te pasa?!" Pregunto la peliazul, haciendo un esfuerzo por dejar que su irá se vaya al menos por el momento. Sin importarle que los demás la vieran, Ruby uso sus tentaculos para cargar a Chelsea y ver su rostro más de cerca "¿Es... el bebé?" Pregunto preocupada.
"No... solo... soy yo..." Respondió Chelsea en un débil susurro que le costaba mucho decir "No tengo idea de lo que ocurrio Ruby... por favor... tienes que creerme... yo jamás me atrevería a hacerte daño... no otra vez..."
"¡Olvida eso!, ¡solo dime que debo hacer para ayudarte!" Exclamó Ruby, teniendo muy en claro sus prioridades.
"¡No lo se!, ¡solo me duele mucho la cabeza!" Con su mano en el menton, Chelsea jadeo un poco y una idea llego a ella "No queria decirte esto... pero... creo que es... Nerissa..."
Ruby sintio el aliento frío y pesado de Chelsea directo en su cara. Olía a café más que nada, pero más que eso, se podía sentir la pesadez profunda y un olor parecido al de jamón y pan de molde.
Su rostro se mostró paniqueado con el simple hecho de nombrar el nombre de esa mujer. Si bien, aún no la conocía del todo, lo poco que había llegado a conocer de ella había sido bastante brusco y cuestionable. Pero claro, eso entraba en conflicto con la versión tan dulce y amorosa que su madre le contaba de ella cuando era niña y más inocente.
¿Cuantas caras puede tener esa mujer?
Es aterrador lo fácil que cambia de actitud dependiendo de la persona.
"¿A que te refieres con que no me querías contar eso?" Pregunto Ruby, demostrando sospecha en su tono de voz.
"Mejor vamos a tú casa... ahí te contaré todo..." Le respondió Chelsea, finalmente dándose por vencida y arriesgándose a contarle eso que había estado ocultando para que Ruby no salga lastimada.
Aunque no quisiera, tendria que involucrarla en todo este tormento. Solo esperaba que Ruby sea lo suficientemente fuerte como para afrontarlo y salir en una pieza.
"¡Entiendo!" Contesto Ruby "¡Vamonos!"
Ruby fue corriendo hasta la salida del lugar, teniendo a Chelsea en sus brazos y sujetandola con sus tentaculos, dejándolos al descubierto.
"¡Oye, niña!, ¡no has pagado la cuenta!" Le reclamo una mesera del lugar, haciendo que Ruby se detenga justo antes de salir.
Ruby no tenía tiempo que perder, algo dentro de ella le decia que el estado de Chelsea estaba empeorando cada vez más. Eso sumado a que la piel clara y hermosa de la sirenita comenzó a ponerse pálida, claramente no eran buenas señales.
"¿Usted... cree en Dios?" Pregunto Ruby, manteniéndose firme y decidida.
"Si, si creo" Respondió la joven de cabellera rubia con una pequeña sonrisa en su rostro "¿Pero eso que tiene que ver con-?"
"¡Pues que Dios te lo pague!"
Al terminar de decir eso, Ruby llevo sus tentaculos a las piernas de la chica, haciendo que la misma se caiga tropezada y adolorida contra la alfombra del restaurante.
Algo que sorprendió a Ruby más que el hecho de que le estaba dando igual que todos vean sus tentaculos, fue escuchar que Chelsea de repente se comenzó a reír con fuerza, como si le hubieran contado el chiste más gracioso del mundo.
Mientras se alejaba con Chelsea en brazos, pudo escuchar como la mesera le gritaba y maldecia en todos los idiomas posibles. Se sintio mal por lo que hizo, pero no había nada que hacer, ya estaba hecho.
Su atención volvió a dirigirse a la chica que llevaba en brazos, la cual no paraba de reir.
"¿Tú de que te ries?, ¿no estabas enferma o algo?" Pregunto Ruby.
"¡Si lo estoy!, ¡es solo que... eso fue tan gracioso!, ¡debiste ver la expresión en su cara!" Exclamó Chelsea en respuesta, continuando con sus risas "Oh... siento que nos acabamos de ganar una enemiga muy peligrosa..."
"No exageres, a lo mucho nos molestará cuando pasemos por el restaurante. No creo que se vaya a obsesionar con nosotras a tal grado de querer cometer una muy bien planificada venganza en nuestra contra" Declaró Ruby, sin darse cuenta de la mala suerte que había traído con lo que dijo.
"Bueno, ve más rápido por favor... siento que me estoy muriendo..." Confesó Chelsea, aferrándose más al cuerpo de Ruby.
"De acuerdo, pero cuando lleguemos a casa me vas a explicar que está sucediendo..."
Ruby aceleró su paso, corriendo con más rapidez en la suave arena de la playa.
Mientras que Chelsea seguía dudando, no sabía que tan buena idea era contarle toda la verdad a Ruby.
Seguía buscando una alternativa que no la involucre a ella en todo esto.
Algo dentro de ella le decia que si Ruby se involucraba, correría mucho peligro. Y eso era algo que Chelsea claramente no queria.
Pero estando en esta situación tan extrema... parece que no hay más alternativa.
Después de todo... ella prometió que no habrían más secretos entre las dos.
"Sin mentiras, ni secretos"
Eso fue lo que prometieron ambas con su vida.
¿Pero cuanto tiempo más va a durar esta promesa?
Claramente, como la promesa fue con su vida, se supone que cuando la vida de una de las dos termine, la promesa quedará deshecha.
Pero... aún queda la duda...
¿Quién de las dos sentirá más dolor cuando esto ocurra?
¿La que se quedara sola y abandonada, con un sentimiento amargo que jamás saldrá de su corazón, extrañando los cálidos besos y abrazos de su chica?
¿O la que morirá sacrificandose por la vida de su amada?
Esa es la cuestión.
El tiempo lo dira.
Quien de la dos morirá primero.
No queda mucho tiempo para que todos descubran a la desafortunada ganadora.
Porque, justo ahora, mientras ellas están ocupadas, Nerissa esta en camino al reino de los krakens.
Con el único objetivo de reencontrarse con una viaje amiga. Y después de esto, partir de regreso a casa para llevarse el alma de una de esas dos adolescentes.
La dulce, poderosa e ingenua kraken o la arrogante, linda y salvaje sirena.
¿Quién de las dos debe desaparecer de este mundo?
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