
[Capitulo 31]
"Somos demasiado lindas y salvajes, nadie puede manejarnos"
"..."
Un suave susurro comenzó a decirme que debía despertar.
"Despierta, despierta" me decía aquel susurro.
"Mirame, mirame" me decía aquella voz tan familiar y cálida.
Pero mi cuerpo seguía inerte, seguía estático, seguía sin reacionar. Porque estoy demasiado cansada como para abrir mis ojos.
Tengo sueño, mucho sueño.
Estoy cansada de seguir luchando.
Solo quiero dormir, seguir durmiendo, solo un poco más.
Necesito recuperar energías...
Antes de que la locura me termine controlando.
...
...
...
"Despierta, despierta" continuó diciéndome aquella voz.
Pero esta vez, ocurrio algo diferente.
Sentí como alguien me tomo de mi cintura, elevandome sobre su hombro. Estaba siendo cargada, siendo llevada, como un simple paquete.
Antes me hubiera indignado, y de seguro hubiera abierto mis ojos para gritarle a quien sea que me este sujetando. Pero ahora, después de tantas cosas, creo que he cambiado. Simplemente soy diferente, pero sigo siendo la misma en el interior, pero con una mejora notable.
Aunque no podría decir que tan buena es esa mejora.
Me siento más débil que de costumbre, más indefensa, más tonta. Sigo siendo bonita, eso es lo que pienso, y lo que veo cada vez que miro mi reflejo en el vidrio de cualquier espejo.
Pero dentro de mi, una parte, una pequeña parte es muy diferente.
"Salvaje..." Dijo esa voz, haciendo erizar mi piel.
"Bonita y salvaje" Un agarre en mi hombro y me pusieron de pie, mis piernas tiemblan como gelatina, desconozco la razón.
"Tan bonita y salvaje..." Sentí un pequeño y fugaz agarre en mi mentón, junto a esto, un pequeño y électrisante toque en mi pecho, mi vientre comenzó a brillar. La luz que emanaba mi vientre era tan brillante que podía verla aunque tuviera mis ojos cerrados.
"¿Puedes despertar, pequeña?" Me pregunto esa voz, deshaciendo el toque suave y pasando a un toque y contacto agresivo en mi rostro. La piel de sus dedos paso por mis mejillas hasta llegar a mis parpados, senti como quería abrirlos, como los forzaba a abrirse.
No sentía dolor, no me dolía para nada. No entiendo como no me dolia, pero asi era, no me dolía ni un poco.
Era como un agresivo y salvaje masaje, mis ojos continuaban negándose a ver lo que ocurria. Para este punto, yo si quería ver, pero al parecer mi cuerpo seguía negandose y no podía hacer nada al respecto.
"¡Despierta!" Me grito esa voz, y sentí un fuerte empujon que me hizo caer hacia atrás. Aunque no pude ver quien hizo eso, estoy segura de que fue la misma mujer que me ha estado pidiendo que despierte.
Para mi sorpresa, cuando caí contra el suelo, sentí un estallido en mi cabeza, y sin previo aviso mis ojos contemplaron aquella luz brillante que mi vientre continuaba emanando.
Ya estando despierta, vi como el agarre que esa mujer tenía en mi se relajo. De forma sinica me ayudo a ponerme de pie, y espero a que mis ojos terminen de abrirse.
Apenas me reincorporaba de lo que ocurrio cuando vi como la luz brillante y encantadora que salía de mi vientre se comenzó a desvanecer. Cuando termino de hacerlo, escucho un leve quejido que por algún motivo me hizo sentir miedo y dolor en lo más profundo de mi corazón.
Ignorando ese suceso, mis ojos se fueron dirigidos a los de la mujer que estaba delante mio, era una sombra, era una kraken, era una sirena, era todo y nada al mismo tiempo.
¿Quién diablos es?
"Por fin despertaste... querida..."
Un humo de color negro me rodeo por completo, para cuando el humo se disipo, me encontré cara a cara con la persona que menos esperaba ver.
"¿Madre...?" Pregunte como una estúpida, era obvio que era ella "¿Donde... estamos?"
Esa última pregunta fue menos estúpida, la sonrisa en el rostro de mi madre no se hizo esperar mientras juntaba sus manos con las mías.
"Adivina~" Me dijo de forma coqueta, como si estuviera jugando conmigo.
Mi mente se puso nerviosa y comence a ver a mi alrededor, parecía ser un salón oscuro, que sólo era iluminado por una pequeña luz en cada pasillo. Una luz azulada y espectral que era acompañada por susurros que no lograba entender.
Habían cuadros pegados a las paredes, pero estos cuadros no tenían imágenes en ellos, eran como simples lienzos en blanco, sin nada interesante que mostrar.
"¿Estamos... en la mente de Agatha otra vez?" Pregunte insegura, esperando una respuesta.
"No, no en su mente" Ella solto mis manos, se dio vuelta y avanzó un poco, tomo una pequeña antorcha que se iluminaba gracias a un fuego de color rojizo y volvió a verme "Si quieres descubrirlo, ven conmigo y te mostraré"
Volvió a tomar mi mano, esta vez solo una de ellas, mi mano derecha y libre. Yo me quede estática, pérdida en el ambiente y en mis pensamientos.
No pude negarme, solo la obedeci, comence a caminar junto a ella por el pasillo melancólico e infernal.
Sin querer queriendo, una aterradora sonrisa se formó en mi rostro. Sentir la piel y calidez de mi madre siempre me hace sonreir, no puedo evitarlo.
Yo soy asi...
"..."
Estaba tan sumergida en mis pensamientos y en lo que podría estar pasándole a Chelsea, que no vi por donde iba y termine chocando con mi abuela.
"¡Ruby!, ¡ten más cuidado!" Exclamó la kraken reina, viendo como la galleta que sostenia casi se le va de las manos "¿Te sientes bien?, te veo más distraida"
"Solo estoy preocupada..." Dijo Ruby excusandose, ganándose una mirada más confusa de la abuela.
"¿Preocupada?, ¿por que?"
"Por mi futuro..." Comenzó a decir Ruby, llevando una de esas galletas a su boca "Tengo que ser una reina kraken, una guerrera poderosa, una adolescente normal y debo lidiar con una relación complicada... ¡es demasiado para mi!"
"Oh... Ruby... entiendo que pueda ser dificil, pero ya sabes lo que siempre digo, un kraken-"
"Siempre responde al llamado... si, lo tengo claro" Respondió Ruby, mostrando disgusto y cansancio "¿Pero que pasa si no estoy lista para responder?, ¿aún así debo hacerlo...?"
Ruby se sorprendió al ver el rostro pensativo de su abuela, al parecer la había hecho cuestionarse su propio lema.
"Pero... Ruby... no tienes que seguir fingiendo que eres una adolescente. Ya te lo había dicho, no eres una humana que se esconde como una kraken, eres una kraken que se esconde como humana..." La abuela en un acto compasivo y comprensible llevo su mano hasta la mejilla de su nieta, dando una suave caricia y haciendo que Ruby la vea directamente "Tienes un poder más allá del que te imaginas, pero si sigues sin aceptar tu verdadero ser no podrás alcanzar todo tu potencial..."
"Pero... tengo miedo..." Comenzó a decir Ruby, mientras una expresión decaida se comenzaba a hacer presente en su rostro "Tengo miedo de no ser suficiente... de no ser lo que todos esperan que sea... de no ser lo que tu crees que soy..."
"Ruby... solo tú sabes quien eres en realidad" Con una sonrisa, la abuela tomo a Ruby de los hombros "No importa en lo que te vayas a convertir en el futuro, porque siempre será grandioso, ya que será lo que tu elegiste..."
Ruby sintio sus ojos humedecer, vaya que era una chica sensible y justo ahora parecía querer romper en llanto.
"Yo solo... quiero ayudarte mostrándote un camino de gloria y superación..." La abuela dejo el agarre que tenía en Ruby, mientras una sonrisa un poco forzada aparecía en sus labios "Pero tú eres la única con el derecho de elegir..."
"Gracias... abuela..." Respondió Ruby, con una pequeña sonrisa que reflejaba tranquilidad "Respecto a eso... no me siento lista para asumir el cargo de reina tan pronto... ¿podrias cancelar todo eso de la coronación?"
"Oh, claro que si Ruby. De todos modos nunca estuvo planeandose ninguna coronación" Confesó la reina, ganándose una mirada confundida de su nieta.
"¿Que?, ¿nunca estuvo planeado?" Pregunto Ruby mientras se acercaba a su abuela.
"Para nada, jamás haría eso sin tu permiso" Comenzó a decir la reina, con una sonrisa juguetona y divertida "Solo lo dije para que tuvieras motivos más fuertes para visitarme..."
"Oh... así que era por eso... jaja..." Dijo Ruby, riendo para no llorar.
"Ha pasado un tiempo desde que viniste por última vez..."
Ruby comenzó a sentirse culpable, pues era cierto, había estado tan ocupada con su vida en tierra que había dejado de lado la vida que tenía en el océano.
"Perdón abuela... es que... ya sabes... Chel-"
"Si, si, esa tal Chelsea te tiene loca..." Interrumpio la abuela con una expresión amarga, dándose vuelta y ordenandole a uno de sus sirvientes que le traiga más bocadillos "Jamás pensé que mi nieta se interesaría en una sirena. Se que son hermosas y todo pero ya te dije como son realmente..."
"Vanidosas, egoistas y narcisistas. Lo recuerdo, abuela" Ruby llego con su abuela, viendo de reojo a los demás habitantes krakens que pasaban "Chelsea era asi antes, pero ha cambiado... estoy muy segura de eso..."
"Bueno, según lo que me contaste, ella te hechizo desde un inicio para enamorarte, luego se arrepintio y ese sentimiento falso se transformó en uno real, ¿cierto?"
"Eh... si, algo así" Contesto Ruby con una sonrisa nerviosa, acomodando su cabello detrás de sus orejas.
"Lo siento pero es muy difícil para mi creer que esa sirenita haya podido cambiar por algo tan básico como el amor..." Justamente llego el sirviente de antes, con más galletas, la abuela tomo una y continuó hablando "Sobretodo si se trata de la hija de Nerissa, ella nos hizo mucho daño tanto a tu madre como a mi"
"Si... se algo sobre eso..." Respondió Ruby de forma rapida, evitando a toda costa que su abuela se ponga a hablar más sobre eso. Simplemente no quería saber, solo quería concertrarse en el presente y dejar el pasado atrás "Pero que Chelsea sea su hija no significa que vaya a ser igual..."
Ruby se detuvo al ver que el sirviente kraken le estaba ofreciendo una galleta.
"Oh... gracias..." Respondió con una sonrisa, tomando la galleta y llevándola a su boca "Como decia..." Dijo con dificultad, terminando de masticar la galleta "Chelsea puede ser un poco... salvaje, pero es una buena chica, solo es linda y muy incomprendida"
"Si, claro, la pobrecita incomprendida..." Repitió la reina con ironia, tomando asiento en su trono y dejando posada sus brazos sobre sus piernas "Solo quiero que tengas cuidado, Ruby. Se que puedes creer que la conoces, pero nunca es bueno confiar a ciegas en una sirena..."
Ruby le presto una peculiar atención a estas palabras, algo dentro de ella la hizo sentir insegura cuando termino de escuchar la advertencia planteada por su abuela. Pero como siempre, decidió ocultar ese detalle y fingir una sonrisa.
"Tú madre... amaba a Nerissa" Comenzó a decir la abuela, haciendo que la sonrisa forzada en el rostro de Ruby sea reemplazada por una expresión expectante y atenta "Pero ella solo la utilizo para conseguir el tridente de Oceanus. Por suerte pude convencer a Agatha de que acabe con ella y todo termino bien, pero no se que tan bien vaya a terminar tu relación con Chelsea..."
Ruby se tomó su tiempo para responder, respiro profundo y abrio sus labios para formular las palabras que creyó correctas.
"Te aseguro que la historia no se volverá a repetir" Declaró Ruby, con una sonrisa llena de determinación.
"¿Por que estas tan segura...?" Cuestionó la abuela, viendo a su nieta con una expresión expectante.
"Porque ambas lo juramos con nuestra vida" Respondió Ruby, con su sonrisa decayendo poco a poco "No existen más mentiras entre nosotras, todo saldrá bien"
La abuela noto la expresión y la mirada ansiosa de Ruby, fue como si aquel rostro tan feliz radiante estuviera guardando cosas muy feas por dentro.
"¿Hay algo que no me has dicho... Ruby?" Pregunto la reina, mostrándose preocupada por la situacion de su nieta.
"No abuela, te he dicho todo. Ya lo sabes todo" Exclamó Ruby tomando una actitud serena, pensando que con esto sería suficiente para evadir a su abuela.
Por desgracia, así fue. Su abuela se mostró conforme con esta respuesta, tomando una actitud más tranquila y despreocupada.
"Uh, bien. Solo cuidate mucho, hija. Eso es todo lo que puedo decir-" La abuela detuvo su hablar al sentir los brazos de Ruby rodeando su cuerpo, en un abrazo muy tierno y cariñoso.
"Gracias abuela... por apoyarme..." Dijo Ruby sintiéndose querida, algo que ella amaba con locura, una sensancion tan reconfortante que siempre la volvia loca.
"Claro hija... si tu confías en esa sirena... supongo que yo puedo hacer un intento y... confiar en ella también..."
Ella intento disimular lo máximo posible la duda que aún tenía dentro, dando vueltas por su cabeza. Lo unico que quería era que su nieta sea feliz, y según lo que Ruby le había relatado, esa sirena llamada Chelsea era la única que la hacia sonreir aún en sus momentos más miserables.
Sin embargo, habían cosas que Ruby no le había contado. Cosas que ella prefirió omitir, cosas muy importantes y que, de haber sido dichas, la postura que tenía su abuela sobre Chelsea sería una completamente diferente.
"No es necesario que lo sepa... con esto que le he dicho esta bien... después de todo, eso... quedo en el pasado... no es importante..."
Esas palabras fueron como un débil susurro que fue dicho en la mente de Ruby, convirtiéndose en simples pensamientos que estaban haciendo lo mejor posible por mantenerla serena en esta situación tan riesgosa y complicada.
"Vaya que es complicado amarte... Chelsea... ¿que estarás haciendo ahora?" Pregunto Ruby en sus pensamientos, mostrándose curiosa y ansiosa.
Sin saber lo que estaba ocurriendo con su querida y amada sirenita. Y más importante aún, sin saber lo que le pasara al bebé que está creciendo en el vientre de Chelsea.
"..."
Caminando curiosa, pensativa y nerviosa, viendo como su madre era muy diferente a ella, puesto que, ella caminaba con elegancia, con determinación, sin mostrarse débil, siempre con una sonrisa en su rostro.
El pasillo parecía interminable, además de eso, era bastante aburrido, habían muchos cuadros como los de antes, sin nada que mostrar, completamente vacios.
Pero algo interesante ocurrio cuando llegaron hasta una puerta de color rojizo con matices azules en el centro. Nerissa se detuvo de repente y tomo a Chelsea de su brazo, como si la estuviera protegiendo de algo.
"¿Ya... llegamos?" Pregunto Chelsea, mostrándose confundida ante el repentino toque de su madre en su brazo.
"Me temo que si, llegamos" Respondió Nerissa, dejando que la llama que yacía en su antorcha se apague con un rápido soplido "Puede que lo que veas sea demasiado raro... solo te pido que mantengas la calma"
"¡Esta sirena esta lista para el trauma!" Exclamó Chelsea, mostrándose emocionada por algún motivo, rápidamente paso de su madre y coloco su mano en la perilla de la puerta, después de dar un giro a la manija, la puerta se abrio ante ella.
Su rostro cambio de uno tranquilo y alegre a uno de completo horror, de repente sintió un mareo en su estomago y como su madre la obligó a entrar en ese lugar, llevándola tomada de la mano.
"¡Ya no soy una niña!" Reclamo Chelsea, soltandose del agarre de Nerissa "Puedo caminar sola-"
Al no estar viendo por donde iba, Chelsea termino tropezandose con algo, haciendo que caiga directo al piso y golpeandose la nariz contra una roca.
"¿Que decias, niña grande?" Pregunto Nerissa, riéndose con burla y satisfacción "Mejor vuelve a tomar mi mano, no quiero que te pierdas"
Chelsea alzo su rostro de la tierra, viendo como su madre estaba extendiendo su mano hacia ella, no pudo evitar sentirse apenada por esto, pero aún asi acepto la ayuda de su madre y se puso de pie.
"¿Que es... este lugar...?" Pregunto Chelsea, tratando de desviar el tema.
"¿No lo recuerdas?" Le respondió su madre, haciendo otra pregunta. Chelsea se mostró callada y confundida, parecía no tener una respuesta clara que darle a su madre "Aqui solía venir contigo y con tu hermana para nuestras tardes de picnic..."
Los ojos de Chelsea se abrieron con sorpresa, procesando la información dicha por su madre.
Rápidamente comenzó su análisis, el lugar no se veía como ella lo recordaba, si bien tenía arboles, un cesped verdoso radiante y húmedo, arbustos de diferentes colores y un cielo despejado, parecía ser un ambiente diferente.
Pero se sentía familiar, demasiado familiar. Tenia que ser el mismo sitio, no podía ser nada más.
"No lo... reconoci..." Confesó Chelsea, dirigiendo su atención a una pequeña pareja de conejos que pasó saltando delante de ella "Entonces... ¿estamos en mi mente?" Pregunto la pelirroja, creyendo que era obvia la respuesta.
"Muy cerca, pero no" Respondió Nerissa con una pequeña sonrisa en su rostro.
Aquella respuesta dada por su madre solo la hizo confundir más, pero no pudo evitar sentirse mucho más curiosa también. Quería averiguarlo, quería saber donde estaban, y mucho más importante, queria saber si podía confiar en su madre de nuevo.
"Habla de una vez... Nerissa..." Susurro Chelsea, teniendo la suficiente fuerza en su voz como para lograr que la expresión divertida en el rostro de su madre cambie al escucharla "¿Por que me trajiste aqui?, recuerdo que Agatha me durmió con un pañuelo... ¿acaso ustedes están trabajando juntas?"
Nerissa dejo su rostro sorprendido, pasando a ser una expresión retadora y contenta, estaba feliz de que su pequeña finalmente este teniendo el valor suficiente como para cuestionarle cosas a su propia madre.
"Otra vez muy cerca, pero no" Comenzó a decir Nerissa, tomando de nuevo las manos de Chelsea "Gracias a que tu y Ruby entraron en la mente de Agatha y que tu Ruby destruyó al guardián, logre hacerme con el control total de la mente de Agathita~ ¡gracias a ustedes soy libre!"
Chelsea reacciono aterrada, asustada y con remordimiento. Recordó ese momento, cuando Ruby destruyó al mounstro que intento atacarlas.
Ya se imaginaba como se pondría Ruby cuando se entere de lo que realmente hizo.
"Junto a esto, te debo una disculpa, hija" La sorpresa en la mirada de Chelsea no se hizo esperar, ella de inmediato dirigió su atención a las palabras de su madre "Si estaba media... loca cuando nos vimos esa vez, fue porque estaba pasando por muchas cosas... estar 15 años atrapada en el mismisimo infierno te cambia completamente" Concluyó con una sonrisa, esperando que Chelsea se crea esa mentira.
"¿Por que me cuentas todo esto?" Pregunto Chelsea, alejandose un poco y tomando sus precauciones "¿Que estas esperando?, ¿que te ayude con tu venganza?"
La sonrisa extasiada y arrogante en el rostro de Nerissa no se hizo esperar, era inevitable que ocurra, ella amaba cuando intentaban llevarle la contraria, porque siempre que eso ocurria, ella resultaba siendo la vez vencedora y la única con derecho a reír.
"No debemos precipitarnos, hija" Le dijo Nerissa, dejando su mano en el hombro de su hija "Aún tenemos mucho que ver" Nuevamente extendio su mano hacia Chelsea "¿Vamos?"
Chelsea estaba sorprendida de la simpleza con la que su madre podía cambiar de tema y la forma tan segura y fácil en la que mantenia esa linda mascara que cubría sus verdaderos pesares.
Miro un momento hacia atrás, viendo como la puerta que los trajo ya no estaba más. Con esto supo que no tenía más opción que confiar ciegamente en su madre.
No podía ser tan malo.
"..."
En el océano, alguien se encontraba demasiado pérdida en sus pensamientos, ya había chocado como cinco veces con algunas ballenas y delfines, pero aún con eso seguía más concentrada en lo que pasaba por su cabeza que en el camino que estaba tomando para llegar a casa.
"No puedo creerlo..." Comenzó a decir Ruby, esquivando como podía a los peces que pasaban por su lado "Eso fue sorprendentemente fácil... ahora tengo una preocupación menos... pero... Chelsea sigue siendo un problema..." La rapidez de su nado comenzó a disminuir poco a poco, mientras más pensamientos y recuerdos llegaban a ella "Ella es... ¿como decirlo?, complicada... pero... aún así... quiero hacer un esfuerzo y que nuestra relación funcione..."
Ruby tenía muy en claro que su relación con Chelsea la ha perjudicado desde el inicio. Es más, desde el primer segundo en el que la conoció, con todo eso de las burlas y el acoso escolar.
Pese a eso, como ella mismo dijo, quería esforzarse, tenía el presentimiento de que con paciencia y perseverancia, todo terminaría bien. Pensaba que con algo de tiempo, tendría la mayor felicidad y a la mejor pareja que ella podría desear.
Quería seguir confiando en eso, pero era dificil. Chelsea ya la engaño una vez, y de una forma muy cruel.
¿Que la impide de hacerlo de nuevo?
Ruby no sabía si confiar en que Chelsea de verdad estaba arrepentida por sus acciones, tal vez solo fingió para seguir jugando con ella y hacer algo mucho peor al final.
O quizas, solo esta paranoica.
"Debe ser eso... estoy muy paranoica..." Dijo Ruby con una pequeña sonrisa que intentaba relajarse "Tiene que ser eso..."
Al darse cuenta de lo lento que estaba yendo, Ruby apresuró su nado. Sin embargo, tuvo que detenerse de forma abrupta al sentir como dos de sus tentaculos se habían enredado en una red que estaba sujeta a un pedazo de plástico que se quedo clavado en la arena.
"Uh... solo debo..." Ruby intento quitar su tentáculo de forma cuidadosa, para evitar terminar en una situación aún peor. Tristemente, sus esfuerzos fueron en vano, hizo un mal movimiento y activo lo que parecía ser un mecanismo que terminó enredando todos sus tentaculos en un fuerte nudo "¡¿Que es esto?!"
Se escucho el sonido de un pequeño bote arriba suyo, Ruby alzo su vita y lo pudo ver, parecía ser el bote del capitán Gordon.
"Oh no... ese viejo loco de nuevo..." Dijo Ruby, avergonzada de haber caído en otra trampa de ese señor "Bueno... Chelsea no está para salvarme esta vez, pero yo puedo salvarme a mi misma"
Ahora que sabía usar sus ojos de láser, pensaba que salir de esta trampa sería muy sencillo. Sin embargo, resultó ser más dificil de lo que ella esperaba, disparaba el láser una y otra vez, pero no lograba darle al objetivo porque su cuerpo no deja de moverse porque el mecanismo que la atrapó seguía activado.
Para colmo, algo llego hasta ella tapando su rostro, era otra red, pero una que Gordon lanzó desde su bote, y con la cual estaba intentando "pescar" a Ruby.
Esto no era doloroso, ni un poco, pero si era molesto. Ahora era mucho más complicado darle al objetivo y poder ser libre.
"¡Ugh!, ¡como odio a ese viejo!" Exclamó Ruby con furia, comenzando a desesperarse. Al estar descontrolada, uno de sus tantos disparos con su láser le termino dando a uno de sus tentaculos "¡Ay... mierda!" Se quejo la kraken, sintiendo un fuerte ardor en el tentáculo dañado.
Ya no sabía que más hacer, todo esto fue tan repentino. Solo queria irse a casa y descansar, pero ahora tenía que lidiar con esta estupidez.
"Y ahora... ¿quien podrá ayudarme?" Pregunto Ruby, esperando que milagrosamente alguien le responda, pero no hubo ninguna respuesta "Bueno, lo intente"
Para su sorpresa, alguien si llego a ayudarla, pero tristemente no continuó con la referencia y solo se encargo de librarla de la cuerda.
"Oh... bien... gracias..." Ruby apenas y logró ver quien la libero de esa situación, la figura se estaba acercando a ella poco a poco hasta que terminó por revelarse "¿Lazuli?"
"¡Hey Ruby~!" Saludo la kraken de forma coqueta, llegando con Ruby "¿No vas a darme las gracias?"
"Uh... si... gracias, lo siento estaba... procesando todo esto..." Confesó Ruby con un pequeño rubor en sus mejillas, mostrandose nerviosa e inquieta.
Para romper la tensión que había entre las dos chicas, un metal pesado que daba la impresión de ser una bomba muy explosiva termino cayendo cerca de ellas.
"Deberiamos irnos... o morirnos, tu decides~" Declaró Lazuli, mirando a Ruby con la misma expresion coqueta y alegre.
Ruby se lo pensó por un momento, luego se sintio tonta por haberse puesto a pesar en que decisión tomar cuando era obvio lo que debía hacer.
"Mejor nos morimos" Contesto la peliazul, con una expresión seria y apagada.
"Espera... ¿que?" Pregunto Lazuli confundida, con una ceja levantada y comenzando a preocuparse de la inminente explosión.
"¡Es un chiste!" Al ver que Lazuli no reaccionaba, Ruby la tomo con sus tentaculos y la apego a su cuerpo, haciendo que la kraken se sonroje y pierda la valentía con la que vino rebosando "¡Vamonos!"
A nado rápido, Ruby se alejo sosteniendo en todo momento a Lazuli. No obstante, la explosión de la bomba fue tan fuerte que algo de ella llego hasta las dos chicas, haciendo que salgan impulsadas hacia delante.
Las dos chicas terminaron soltandose, haciendo que se pierdan de vista la una con la otra y terminen chocando contra pedazos de arrecife.
"Eso... no dolió mucho..." Dijo Ruby con su cara entre la arena, se levanto con rapidez y comenzó a buscar a su amiga con la mirada "¡Lazuli!, ¡¿donde est-?!"
Justamente Lazuli llego detrás de ella, sometiendola por su gran fuerza y haciendo que ambas terminen en la arena, viendose fijamente y manteniendo diferentes actitudes.
"¡Eso estuvo increíble!" Exclamó Lazuli euforica, con una gran sonrisa en su rostro "¡La explosión fue gigantesca!, ¡ese anciano si que esta loco!, ¡hasta parece que fue un ex capitán de las fuerzas armadas o algo!"
Ruby no le prestaba mucha atención a lo que Lazuli decia, estaba muy pérdida en los ojos de Lazuli. También sentía cosas extrañas, debido a la cercanía tan repentina que sus cuerpos tenían en este momento.
"¿Ruby?, ¿estas bien?, ¿que pez te pico?" Pregunto Lazuki confunfida, pero manteniendo su sonrisa.
"Estas... muy cerca..." Le dijo Ruby en un susurro, sintiendo sus mejillas arder en calor.
"Uh, ¿y eso que?, no es la primera vez que estamos así de cerca~" Le respondió Lazuli, susurrando de igual forma, mientras entraba en el ambiente coqueto y atrevido.
"Si... pero antes no estaba comprometida..." Dijo Ruby, volviendo a susurrar, solo que está vez, parecía que Lazuli no la había escuchado, ya que había hecho que su agarre en el cuerpo de Ruby llegue hasta su cintura, y había entrelazado de forma juguetona sus tentaculos con los de ella "Lazuli... detente..."
"Pero no estoy haciendo nada malo, ¿o si, Ruby?" Pregunto la kraken, mirando con dulzura los ojos preocupados de Ruby "Solo estoy acurrucandome con mi mejor amiga marina... como haciamos antes de que... me cambiarás por esa sirenita de cabello teñido..." Lazuli dijo eso último con molestia, demostrando su inconformidad y celos "Pero ahora... ella no está por aqui~ ¿que dices si nos divertimos un rato las dos, eh~?"
La tentación era muy fuerte, realmente muy fuerte. Ruby no había tenido intimidad con Chelsea en un largo rato, se encontraba necesitada. Por culpa de esa sirenita ahora era una pervertida que necesitaba tener intimidad por lo menos una vez a la semana, de lo contrario, entraba en una crisis nerviosa y confusa como la que esta teniendo ahora.
Pese a tener su mente nublada, sabía lo que tenía que hacer. Chelsea podrá haberla engañado, pero eso no justifica que ella deba hacer lo mismo y encima en mayor medida.
"No..." Comenzó a decir Ruby, esforzándose por salir del agarre de Lazuli "No podemos hacer esto... yo estoy con Chelsea... no puedo... lo siento..."
La sonrisa tentativa en el rostro de Lazuli rápidamente se perdio, siendo fríamente reemplazada por una mirada incredula y triste.
"Pero... nosotras somos amigas..." Lazuli hizo más fuerte su agarre en Ruby, haciendo que le sea muy difícil a la kraken poder liberarse "Dijiste que seríamos super mejores amigas marinas por siempre... pero no te he vuelto a ver desde hace 2 meses..."
Ruby comenzó a darse una idea de para donde iba esto, noto la expresión decaida de Lazuli, junto a su voz que poco a poco se entrecortaba, demostrando lo dificil que era para ella decir estas cosas.
"¿Por que de repente me dejaste de amar...?" Pregunto Lazuli con tristeza, sintiendo como sus ojos amenazaban con romper en llanto "Yo nunca... te hice nada para que te alejes... pero lo hiciste... y cuando nos volvemos a ver tu actúas como si nada... como si lo nuestro no hubiera significado nada..."
"¿A que te refieres con lo nuestro...?" Pregunto Ruby, mostrándose confundida pero a la vez empatica "Lazuli... nosotras nunca tuvimos nada, no te voy a mentir, si llegue a imaginar que podríamos estar juntas... pero... pasaron cosas y... ahora estoy con Chelsea"
A Ruby le costaba mucho hacer esto, más que nada porque era muy deprimente ver la mirada afligida de su amiga junto a su agarre que cada vez se hacía más débil, realmente era deprimente.
"Pero... yo me refiero... a algo más... Ruby..." Comenzó a decir Lazuli, limpiando unas pequeñas lágrimas que tenía en sus ojos "Algo que nació de nuestro... bueno... de nuestro casi amor"
"¿Algo que nació?, ¿a qué te refieres?"
"Bueno, no ha nacido aún, pero está en proceso de hacerlo... en los krakens no tarda mucho en crecer"
Ruby comenzó a escuchar una extraña melodia, como un suave y tétrico silbido que la alertaba, como si estuviera sintiendo a la muerte acercarse.
Y claro, esta situación parecía ser la indicada para ser clasificada como una situación para morirse.
"Oh no... no me digas que tú... también..."
"Así son las cosas, Ruby... lamento decirtelo... pero..." Lazuli finalmente solto a Ruby, sabiendo que no era necesario seguir reteniendola "Yo..." Llevo su boca cerca de los labios de Ruby para que ella la escuche mejor y para poder sentir su aliento temeroso y asustado "Estoy..."
Ruby ya se esperaba las palabras que vendrían, era una situación similar a la de Chelsea. Solo que, esta vez, ya sabía perfectamente de que se trataba gracias a la situacion anterior. Saberlo solo la hacia sentir peor, más temerosa, más asustada, más perdida, sentía como si en cualquier momento se fuera a desmayar.
Vio los labios de Lazuki abrirse con lentitud, Ruby cerró sus ojos preparándose para la terrible noticia que vendría.
"¡Bucando chamba!"
Pero esa no era la noticia que se esperaba, de hecho, de todas las cosas que podía imaginar, esa estaba en lo más bajo de la lista.
"¿Como... cuando... que...?" Pregunto Ruby, mostrándose desconcertada "¿Como que estas buscando chamba?"
"Pues si... sabes, cuando te fuiste... pense en ir a la superficie y buscarte, pero no quería simplemente verte sin tener nada que ofrecer... por eso pensé por mucho tiempo en algo que pudiera conseguir que te sorprenda y te de más seguridad de estar conmigo... por eso es que yo, a mi edad de 15 años, decidi comenzar a buscar un trabajo de tiempo completo, ¡para darte todos los lujos que quieras!"
La mente de Ruby dejo de funcionar, se sentía aliviada, claro que si, porque lo que en verdad sucedía era algo muy alejado a lo que ella se imaginaba. Pero aún asi, estaba confundida y extrañada, pensando si esto se trataba de una broma más del montón o si Lazuli estaba hablando en serio.
"Vaya, si que te deje muda... ¿tienes mutismo acaso...?" Pregunto Lazuli con una sonrisa, mostrándose coqueta y alegre "Eso solo haría que te ame más~"
"¡No me jodas, Lazuli!" Exclamó Ruby muy enfadada, alejandose con rapidez "¡No tengo tiempo para tus bromas!"
"¡Pero no es ninguna broma!, ¡hablo en serio!, ¡quiero conseguir un buen trabajo para mantenerte!" Exclamó Lazuli en respuesta, mostrándose ofendida e indignada.
"¡Deja de decir estupideces!" Ruby se dio media vuelta, dándole la espalda a Lazuli "He tenido... un día muy jodido, y no sólo hoy, todos mis días han sido jodidos ultimamente... lo último que quiero es que otra molestia se añada a la lista"
Ruby no perdió más tiempo, se comenzó a ir nadando, dejando a Lazuli atrás. Ella esperaba que ese último comentario que dijo sea suficiente como para alejar a su peculiar amiga aunque sea por el resto del mes.
Lo que Ruby no sabia, es que Lazuli era una chica muy perseverante, que no descansaba hasta cumplir con su objetivo. Sera muy difícil que Lazuli la deje en paz, menos con algo tan básico y simple como lo que ella le dijo para alejarla.
Se necesitaba un comentario mucho más doloroso e hiriente para destruir su determinación.
"..."
Chelsea llevo a su boca el sándwich con jamón, mostrándose confundida al no sentir el sabor de la carne ni del pan.
Vio de reojo su madre, ella comía con total normalidad, manteniendo una radiante y encantadora sonrisa en su rostro.
"Ya no tengo hambre..." Dijo Chelsea de repente, haciendo que Nerissa voltee a verla.
"Oh, entiendo" Dijo Nerissa, poniéndose de pie y soltando el sándwich que se estaba comiendo "Dejame limpiar esto" Alzo su mano hacia arriba, haciendo que el picnic que había creado minutos antes desaparezca por completo.
"Estamos en tu mente entonces... ¿cierto?" Pregunto Chelsea, ya estando más segura de que tenía razón al suponer eso.
"Por fin acertaste, felicidades hija~" Respondió Nerissa de forma burlona, dándose vuelta y cambiando su actitud alegre a una más sería "Antes... no podía acceder ni a mi propia mente, Agatha me tenía por completo bajo su control... era horrible... estuve tantos años atrapada... ansiando con el día en el que pueda volver a ver la luz de sol..."
Justamente, había un hermoso atardecer ocurriendo en aquel campo, aves comenzaron a pasar, cantando sincronizadas, junto a ellas habían algunas mariposas, conejos y ardillas, haciendo sus cosas sin molestar a nadie.
"Madre..." Dijo Chelsea en un susurro, tomando valentía y acercándose a Nerissa "¿Que fue lo que ocurrio?, aún sigo sin creer que tú... de verdad estés con vida..."
El cuerpo de Nerissa se tenso con fuerza, desencadenando que los nervios comiencen a dominarla.
Chelsea noto la timidez e inquietud en su madre, decidiendo seguir insistiendo para que hable de una vez.
"Yo te vi morir... cuando tenía 2 años... vi tu cuerpo siendo decapitado por Agatha..." Chelsea llevo una de sus manos hasta el hombro de su madre, tocando con suavidad mientras intentaba calmar esos nervios "Pero ahora estás aqui... medio viva o medio muerta... no sabes cuanta falta me has hecho..."
Pequeños quejidos se comenzaron a escuchar de parte de Nerissa, la cual parecía querer comenzar a llorar. Era complicado saber si estaba fingiendo sentirse mal o si de verdad lo hacia, hasta Chelsea se mostraba dudosa sobre creer o no.
Nerissa volteó a ver a su hija, un fugaz pensamiento paso por su cabeza, quería darle un abrazo, un genuino y cálido abrazo. Pero sabía lo dificil que era eso, lo difícil que era para alguien como ella ser genuina con sus emociones.
Sentía rabia de que su perfecta y radiante mascara se esté desmoronando, y todo por algo tan simple como un momento con su hija. Era tan estúpido, tan ridículo, tan absurdo que su plan este en riesgo de irse a la basura por sus sentimientos.
Nerissa termino volviendo a mirar el atardecer, mientras hacia un esfuerzo por hacer que sus quejidos cesen.
Chelsea se mostró impresionada, su madre se veía tan diferente, tan vulnerable, tan vacía, tan salvaje... pero seguía viendose hermosa. Aún asi, sentía miedo y nervios de que tan salvaje pueda ser su madre en realidad.
Tomo un riesgo, llevo su otra mano para sujetar el cuello de su madre, pero sin intenciones de lastimarla, todo lo contrario, comenzó a hacer un torpe intento de masaje. Mientras tanto, su otra mano se encargaba de acariciar su brazo que ya se encontraba un poco húmedo por las pocas lágrimas que llegaron a caer en el.
"Mamá... puedes confiar en mi... solo quiero ayudarte..." Chelsea recordó las palabras que Ruby le dijo para que ella se abra con ella, pensó que no funcionarían en su madre, pero no perdía nada intentándolo "Pero no puedo ayudarte si no se lo que está ocurriendo... sea lo que sea que esté pasando, podemos arrreglarlo juntas... solo tienes que decirme la verdad y nada más que eso..."
Nerissa ya se estaba cansando de la empatia que su hija le mostraba, simplemente no podía creerlo, ella le había hecho tanto daño, casi la mata, le hizo una marca en su ceja, y todo lo que estaba por venir. Pero aún asi, al parecer su hija seguía queriendola, seguía siéndole fiel, aún pese a todo.
Eso no era tan raro viniendo de ella, su hija siempre ha sido alguien muy apegada con las personas que más quiere. Lo que es sorprendente, es que después de cosas tan crudas ese cariño que Chelsea sentía por ella siga intacto, o al menos lo suficientemente fuerte como para que se encuentre haciendo lo que está haciendo justo ahora.
"¿Quieres... la verdad...?" Pregunto Nerissa en un susurro, mientras de forma fugaz se limpiaba las lagrimas de sus ojos "¿Estás segura de que podrás soportarlo...?"
Chelsea sintió miedo con esa última pregunta, la inseguridad llego a ella, haciendola sentir aún peor.
Ya estaba decidida, pero esa última pregunta de verdad comenzó a hacerla dudar. Quería ayudar a su madre, quería saber que ocurrio y si había una forma de que ella pueda regresar a la vida, pero también quería asegurarse de que nada de esto la termine perjudicando a ella y mucho menos a la chica que más ama, siendo esta la misma Ruby.
Ya le había hecho suficiente daño como para seguir atormentandola con más cosas. Simplemente no quería involucrarla, si alguien tenía que mancharse las manos, pues mejor que sea solamente ella y nadie más.
Aunque rápidamente se reincorporó y tomo valentía, ya que se dio cuenta de que estaba yendo muy lejos. Nerissa ni siquiera le había dicho lo que estaba ocurriendo y ella ya estaba sacando conclusiones.
"Si, estoy segura" Respondió Chelsea, mostrándose decidida "No importa que tan fuerte sea, solo quiero saber la verdad, por favor..." Rogó al último, mostrándose débil y en suplicas.
Nerissa sonrio para sus adentros, tenía a su hija justo donde queria. Si bien es cierto que quizás se dejó llevar un poco y algunas de sus lágrimas no fueron falsas, eso no era ningún impedimento para seguir con lo que ya tenía planeado.
Es complicado, si. Pero no hay marcha atrás, solo toca seguir adelante, tomar el mayor riesgo para recibir la mayor recompensa.
"Entonces..." Dijo Nerissa en un susurro grave, su voz resonó en el lugar. Aquel hermoso campo verdoso comenzó a deformarse, los animales desaparecían, el sol desaparecio, siendo reemplazado por una gigantesca luna que parecía estar demasiado cerca "Obtendrás la verdad..."
Nerissa se puso de pie, Chelsea se alejo de ella, esperando que algo suceda. Y ese algo comenzó con Nerissa levantando su mano derecha, y termino con un cambio radical del ambiente.
No había más prado, no había más vegetación, no había más luz, estaban en lo profundo del océano, en medio de muchos destrozos, parecía ser una ciudad abandonada.
Nerissa tomo la mano de Chelsea, entrelazandola con la suya. Chelsea se mostró sorprendida pero no se nego a este contacto, se sentía muy bien y cálido, podía sentir el cariño y calor de su madre, aunque este sea más falso que genuino.
Nerissa comenzó a caminar, desafiando todas las leyes básicas del oceano. Esto no era sorpresa, se encontraban en un tipo de sueño, nada era real al fin de cuentas.
Chelsea fue llevada por su madre, como una niña pequeña que era guiada a ciegas, confiandole su vida a la mujer que la trajo a este mundo. Casi como la mayoría de niños y niñas hacen con sus padres.
Pero confiar demasiado en alguien es peligroso, no importa de quien se trate, hasta el más lindo y agradable se puede volver salvaje y traicionarte por la espalda.
Esto era algo que Chelsea sabía muy bien, pero que decidió ignorar y simplemente arriesgarse.
Finalmente, Nerissa se detuvo, haciendo que Chelsea igual se detenga. Ambas habían llegado hasta lo que parecía ser el centro de esa ciudad, había una fuente y en esa fuente habían dos chicas con vestidos que hacían un peculiar contraste.
Esas dos chicas eran Agatha y Nerissa, la kraken vestía un vestido azul celeste, brillante como el sol y profundo como el océano. La sirena vestía un vestido de color carmesi, peligroso y a la vez hipnotizante, el color de sus carnosos y humedos labios.
Ambas se estaban mirando la una con la otra, manteniendo una expresión divertida en sus rostros. Expresión que se veia muy fuera de lugar con el lugar en el que se encontraban.
"Muy bien, ya sabes que hacer, Agathita~" Dijo la Nerissa más joven, mostrándose muy sonriente y emocionada.
"Claro que si Nerissita, tengo todo listo" Le respondió la joven Agatha con un pequeño rubor en sus mejillas, mostrandose nerviosa pero contagiada del buen humor de la sirena "Una vez que esto termine, no tendremos que ocultarnos nunca más, podremos estar juntas y cuidar a nuestra hija"
"¡Si, lo sé!" Exclamó Nerissa, soltando un chillido de alegría, mientras sus emociones la dominaron a darle un fugaz abrazo a su amada "¡Estoy tan ansiosa de que eso ocurra!, ¡me muero por vivir una vida a tu lado!"
Chelsea no supo como sentirse con lo que veia, ¿triste por lo que terminaría ocurriendo?, ¿enternecida por la dulce escena?, ¿confundida por la hija de la que estaban hablando?, habían tantas cosas que podía sentir, no podía elegir ni una sola de ellas.
Volviendo a Agatha y Nerissa, ambas terminaron su abrazo y de repente, Agatha saco un tridente que parecía haber aparecido de la nada, esto se debía a que el recuerdo estaba borroso, pues la Nerissa que lo veía se encontraba sintiendo muchas emociones que la hacían perder el control.
"Bien, tu solo apuntame con eso" Comenzó a decir Nerissa, poniéndose en una posición más sencilla par Agatha "Cuando vengan los guardias yo los distraere con una ilusión, ¿que crees que sea mejor?, ¿hacer como si me hubieras partido a la mitad o como si me hubieras decapitado?"
Agatha no pudo evitar soltar una pequeña risa ante lo que Nerissa pregunto, era muy gracioso y con otro contexto se escucharia bastante raro.
"No lo sé cariño, elige lo que tu quieras..." Respondió Agatha, con una tierna y dulce sonrisa en su rostro.
Esa sonrisa hizo que Chelsea recuerde a Ruby.
Si que se parecía mucho a su madre.
¿Esto era algo bueno?
No podía saberlo, aún no conocia del todo a Agatha, menos ahora que descubría que al parecer ella nunca asesino a su madre.
"¿Cuanto crees que tarden en venir los guardias?" Pregunto Nerissa, mostrándose ansiosa e impaciente.
"Me dijeron que ya estaban en camino, no deben tardar, apenas he mandado el llamado de auxilio"
"Creo que tu madre será la más dificl de convencer de que tú estés en peligro..." Comenzó a decir Nerissa, tomando una actitud más nerviosa "Quiero decir... ya tienes el tridente, tienes la victoria, eres una kraken con el poder del tridente de Oceanus, ¿que podría hacer una simple y débil sirena contra eso?"
"Quizás... lanzarme un hechizo bastante cuestionable... ¿o no, Nerissa?" Pregunto Agatha, con una sonrisa que fingia ser de molestia.
"¡Oh, vamos!, ¡eso ya quedo en el pasado!, ¡te dije que estaba arrepentida!" Exclamó Nerissa, mostrando estar genuinamente incomoda con ese tema "Además, ya rompí el hechizo, no tienes nada de que preocuparte o reclamarme"
Chelsea se mostró sorprendida con esta información, si era cierto lo que había escuchado, quizás su madre le pueda ayudar a romper el hechizo que ella había puesto en Ruby.
Chelsea creia que Ruby seguía bajo el hechizo de su canto de sirena. No sabía que ese hechizo desde hace un día exactamente que ya no existia más.
La atención de Chelsea fue dirigida a los guardias que llegaron de forma repentina, haciendo que tanto Agatha como Nerissa se alarmen y se pongan en posición.
Sin embargo, la sorpresa más grande fue ver que junto a los guardias también venía la madre de Agatha, la reina de los siete mares.
La gran mamada.
...
...
...
Espera, creo que así no era.
Quise decir, la grandmama.
Si, eso.
Lamento la confusión.
"¡Rápido, como lo practicamos!" Dijo Nerissa en un susurro, antes de entrar en personaje "¡Jamás podrá derrotarme, Agatha!, ¡soy mayor que tu!, ¡tengo más experiencia!"
"¡Que lastima que desperdicies tu experiencia en ser una pobre mujer necesitada de afecto!"
Hasta los guardias reaccionaron conmocionados y dolidos por ese comentario. Solo la reina se mantenia con su misma actitud seria.
"Oye... eso dolió..." Se quejo Nerissa en voz baja.
"¡Que bueno!, ¡que te siga doliendo!" Exclamó Agatha, tomando acción y "atacando" a Nerissa con el tridente "¡Muerete bastarda!"
Antes de que ocurra algo más, la abuela hizo alzar su voz, mostrándo su superioridad y haciendo que todos guarden silencio.
"¡Ya basta de tonterias!, ¡¿en serio creían que me iba a a creer esta estupidez?!, ¡es más absurdo que decirle a un pez que escape del mar!"
Nerissa no pudo evitar reír por ese último comentario, por alguna razón le había causado mucha gracia.
"Agatha, deten esta tonteria y dame ese tridente, yo terminaré el trabajo" Declaró la reina con su voz firme, haciendo el ambiente aún más pesado.
"¡No mamá!, ¡yo puedo hacer esto!" Exclamó Agatha, apuntando a Nerissa de nuevo con el tridente "¡Mira como le corto la cabeza!"
Esa era la señal, y Nerissa lo sabia, rápidamente hizo un movimiento con sus dedos, creando una ilusión de lo que Agatha dijo que iba a ocurrir.
...
...
...
Un crudo y fino corte, que no dejo nada a la imaginación. Un feroz e impulsivo ataque que dejó a todos sin palabras. Nadie pensó que Agatha sería capaz de hacer tal cosa, pero lo hizo, lo estaba haciendo y lo estaba empeorando.
No le basto con cortar su cabeza, también se encargo de aplastar repetidas veces la cabeza decapitada de Nerissa, haciendo que el sufrimiento sea mucho más infernal.
Tampoco fue suficiente con eso, también pulverizó la cabeza por completo, con un potente y fugaz disparo que salió de la punta del tridente.
El humo se disipo, dejando a ver lo poco que había quedado de la sirena. Su cabeza ya no existia más, de ella solo quedaba un mechon de cabello y una fuerte mancha de sangre que desprendía un potente olor a metal.
El resto del cuerpo seguía intacto, pero eso no duro mucho. También fue cruelmente calcinado, fríamente pulverizado, hasta reducirlo a simples cenizas que se desvanecieron con la brisa del agua.
Nadie podía creerlo, ni siquiera la reina.
Nadie podía creer que Agatha haya hecho esto.
Todos pensaban que era una broma, pero ahora, sólo podían pensar que en el mejor de los casos, esto se esté tratando de una horrible pesadilla.
Algo si era seguro, el trauma por haber presenciado una ejecución tan cruel jamás los dejara, seguirá atormentandolos a todos hasta que sus almas dejen este mundo.
...
...
...
"Wow... eso fue demasiado realista..." Dijo Agatha en sus pensamientos, sintiéndose acalorada e impactada por la escena que sus ojos habían presenciado "Tus ilusiones son genialea, Nerissa" Dijo mientras miraba el tridente, sabiendo que Nerissa se encontraba ahí dentro.
"Gracias, cariño" Le respondió Nerissa, sorprendiendola y haciendo que casi se desmaye del susto.
"¡¿Pero que?!, ¡¿como estas en mi mente?!" Pregunto Agatha internamente, mostrándose confundida y en shock.
"Shhh... luego hablamos, ya viene la pendeja de tu madre" Termino de decir Nerissa, para despedirse y hacer que su voz se vaya.
"No te creí capaz de hacer esto, Agatha" Sentenció su madre con voz firme, haciendo erizar su piel.
"Eh... puedo explicar-" De forma repentina, recibio un gran y amoroso abrazo de la reina, haciendo que todos se queden impactados.
"Estoy muy orgullosa de ti, mi pequeña niña... ¡por fin se convierte en toda una guerrera!" Exclamó la reina con alegría, deteniendo el abrazo y dándose vuelta "¡Volvamos al palacio!, ¡preparen un festín para celebrar!"
"¡Si reina!" Dijeron todos los guardias, siguiendo a su líder a nado militar.
Agatha se quedo en silencio, pensativa y analizando la situacion. Sabía que su madre era algo salvaje, pero no creía que ella aprobaría una acción tan brutal como la que supuestamente había ocurrido.
"¡¿Que no vienes, Agatha?!, ¡la fiesta es en tu honor!" Llamó la reina, dirigiéndose una mirada alegre a su hija.
"¡Eh... si!, ¡ya voy!" Respondió Agatha, yendo rápidamente con su madre y los demás soldados.
En ningún momento solto el tridente.
~~~
~~~
~~~
~~~
~~~
~~~
~~~
~~~
~~~
~~~
Estando ambas fuera del recuerdo, de vuelta en la hermosa pradera, seguian sintiéndose mal, con una sensación amarga en el pecho.
Chelsea se sentía complacida, después de todo, obtuvo lo que tanto había estado pidiendo, la verdad y nada más que la verdad.
Pero ahora que conocía lo que realmente sucedio, no sabía como reaccionar.
Ella solo se quedo inquieta, viendo como su madre estaba recostada en el cesped, sujetando sus rodillas con sus brazos.
"Mamá..." Comenzó a decir Chelsea, tomando valor para finalmente hablar "Yo..."
"Puedes irte si quieres..." Le susurro Nerissa en respuesta, sin dirigirle la mirada "Ya no tengo ganas de jugar contigo..."
Nerissa alzo su mano, aprovechando el pequeño shock que tenía su hija. Hizo un movimiento extraño y fugaz que comenzó a hacer sentir mareada a Chelsea.
"¡Espera!, ¡no me quiero ir!" Exclamó Chelsea con molestia, sintiéndose cada vez mas débil "¡Quiero... quedarme contigo...!" Cayo de rodillas al césped de forma miserable, mientras el dolor se intensificaba "¡Por favor...!"
"Chelsea... siempre voy a estar contigo..." Nerissa se acerco a ella, la tomo del mentón y llevo el mismo dedo que antes había levantado a la herida que su hija tenía en su ceja derecha "Siempre estaré en tus pensamientos... atormentandote por siempre..."
Eso parecia más una advertencia que otra cosa, Chelsea ya no podía razonar con claridad y simplemente se dejó caer al suelo.
"Ahora, despierta, niña bonita"
Eso fue lo último que escucho antes de ver una brillante luz que la dejo ciega por unos segundos.
"..."
"¿Estás segura de esto, Ruby?, tengo miedo de conocer a tu mamá..." Dijo Lazuli, mostrándose timida y preocupada.
"Lazuli, ni siquiera te invite, tu eres la que me siguió sin mi permiso"
"Oh, es cierto" Reconoció Lazuli, sonriendo nerviosa.
"Bueno, ya llegamos..." Dijo Ruby en la puerta de su casa "No puedo creer que me haya tardado tanto"
Ruby toco la puerta una vez, dos veces, tres veces, pero nadie atendia.
"¿No están en casa?" Pregunto Lazuli, viendo detrás de Ruby.
"No lo se... mi mamá debería estar ahi, hoy es su día libre" Respondió Ruby, volviendo a tocar, dándose con la sorpresa de que esta vez la puerta se abrio.
Pero lo raro de esto, era que no había nadie detrás de la puerta. Solo se escuchaban sonidos del algo siendo hervido y cocinado en la cocina.
"Uh... eso huele bien..." Susurro Lazuli extasiada, sintiéndose atraída por el agradable olor "Con permiso~"
"¡Hey!, ¡no puedes-!" Reclamó Ruby con molestia, dándose por vencida rápidamente.
Grande fue su sorpresa cuando lo siguiente que vio, fue la figura fugaz y volátil de Chelsea atacando a Lazuki. La sirena rápidamente la puso bajo su control, dejándola inmovilizada en el suelo.
"¡¿Quién eres?!, ¡¿que es lo que quieres?!" Pregunto Chelsea, forzando a que la intrusa se de vuelta "¿Eh...?, ¡¿Lazuli?!"
"H-hola... cuñadita..." Dijo Lazuli a duras penas, sintiendo su cuerpo entrar en calor "¿Podrias dejarme respirar por favor?"
"¡¿Que haces aqui?!" Pregunto Chelsea, soltando el cuello de la kraken.
"Ruby me invito" Respondió Lazuli con una sonrisa retadora.
"No es cierto, ella se invito sola" Dijo Ruby de forma inmediata, para evitar malinterpretaciones.
Ruby paso de largo de Chelsea y Lazuli, yendo directamente a la cocina.
"Hola mam-" Saludo con timidez, haciendo que Nerissa se de vuelta.
Ruby fue recibida en los suaves y cálidos brazos de su madre, con un amoroso y cálido abrazo.
"Que bueno que volviste hija..." Le susurro Nerissa mostrándose feliz y emocionada.
"Me alegra volver..." Respondió Ruby con la misma felicidad, un relajante y cálido abrazo de su madre era justo lo que necesitaba para que su mal humor se vaya.
Nerissa se río internamente, disfrutando cada momento. Amaba esto con locura, amaba la vida que tenia, lo estaba disfrutando mucho más de lo que ella imaginaba.
De forma fugaz, le dio un beso en la frente a Ruby, cuando veía a esa pequeña, su corazón daba un vuelco de emoción, ya que su tierna y dulce carita le recordaba a su ya difunta esposa Agatha.
Ahora Ruby era su hija.
Solo suya y de nadie más.
No iba a cometer el mismo error que cometió con Agatha.
Esta vez, no se le escaparia. La tendría siempre junto a ella, la cuidaría como una madre, como debió haber sido desde un inicio.
Ruby jamás se iría de su lado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro