
[Capitulo 28]
"No dejes que esos bellos ojos de sirena te hipnoticen..."
"..."
He estado pensando mucho sobre lo que estoy sintiendo realmente. Sigo sin entender como fue que me llegue a enamorar de una kraken.
Siempre me fascinaron los krakens, por lo fuertes y poderosos que son. Pero jamás pensé en ellos de forma sentimental.
Cuando vi por primera vez a Ruby, supe que era una kraken, era demasiado obvio. Me hice la tonta al respecto porque quería ver hasta donde podría llegar esa pequeña con su secreto.
Pensé que jugar un rato con ella sería divertido, por eso comenzó a molestarla, esparci rumores sobre ella y me encargue de hacerle la vida imposible por más de un mes.
Fue... divertido. Pero ahora... me siento mal por haber hecho eso.
Ruby me confesó que estaba muy dañada, que sufria demasiado por mi culpa. Fue ahi cuando me di cuenta de que de verdad me estaba excediendo. Es raro, eso nunca había sido un problema, antes cuando hacia sufrir a los demás lo disfrutaba con fervor, pero ver como Ruby sufria... no me hiso sentir ese mismo sentimiento de orgullo y calidez.
En lugar de eso, senti... como mi estómago se revolvia, con vergüenza y culpa. Un extraño sentimiento que hasta ese entonces no había conocido.
No sé en que estaba pensando cuando me disculpe con ella y la abrace, al principio pensé que lo hice porque quería seguir manipulandola. Pero ahora me doy cuenta de que esa reacción fue la más natural que tuve en muchos años.
Me siento mal, no se que debo hacer... Ruby sigue bajo mi hechizo de sirena, tengo miedo de que cuando descubra la verdad se aleje de mi y me deje sola. Aunque una parte de mi piensa que es lo que me merezco. Pero no puedo permitir que eso pase, no puedo permitir que Ruby se vaya de mi lado.
Necesito estar con ella...
La necesito...
¡Quiero enmendar mis errores!, ¡pero no sé cómo hacerlo sin salir perjudicada!, ¡es muy complicado!
¡¿Que debo hacer?!, ¡¿renunciar a todo lo que he estado planeando solo por Ruby?!, ¡¿o seguir sin mirar hacia atrás?!
¡ESTOY MAL!, ¡SE QUE LO ESTOY!, ¡LO ENTIENDO PERFECTAMENTE!, ¡SOY UNA MALA PERSONA!
¡ESO ESTÁ BIEN!, ¡NO HAY PROBLEMA CON ESO!
Siempre... he sido mala... eso es lo único que se hacer...
¿Si no soy eso... que más puedo ser...?
¿Vale la pena cambiar tu forma de ser solo por amor?
No quiero arriesgarme y que Ruby me abandone cuando descubra mis mentiras... pero tampoco quiero seguir haciéndole daño. Cuando la veo llorar... me siento mal, y me dan ganas de llorar a mi también.
Quiero seguir junto a ella... juntas... las dos... sin preocuparnos de nada más.
Quiero seguir... besando sus labios, acariciar su linda carita, dejar que sus brazos me toquen donde ella más guste.
Quiero ser una con ella una vez más... y seguir siendolo, una y otra vez.
Quiero demostrarle que la amo y que de verdad me arrepiento de lo que hice...
Pero... también quiero el tridente...
Yo...
Yo...
No tengo idea de que hacer...
No tengo idea de que es lo que quiero en realidad.
¿Tú que me aconsejas...?
Chelsea observo expectante la respuesta que su prisionero tenía para ella.
Pero no obtuvo ninguna, solo un giro brusco por parte del chico moreno con cabello afro.
"¡Ugh, vamos!, ¡estoy tratando de cambiar y tú me ignoras!" Se quejo Chelsea, con su rostro enrojecido por la vergüenza.
"No te debo nada..." Susurro Connor con una voz pesada y cansada.
"Hmm... de hecho, si, me debes algo. ¿Acaso lo olvidaste?, si no fuera por mi, estarías muerto" Exclamó Chelsea con una sonrisa divertida, mientras jugaba con un pequeño pedazo de papel que reposaba en el piso.
"Preferiría haber muerto... a estar aquí encerrado" Confesó Connor, arrugando su rostro con un sentimiento de ira en su interior.
"Ugh, eres tan molesto. Deberías estar agradecido, pero sólo sigues jodiendome..." Chelsea se acerco a Connor de forma amenzante, estiró una de sus manos hasta el chico y lo sujeto del rostro "Si sigues asi... dejaré que mueres ahogado... así que mejora tu comportamiento, ¿entiendes?"
Connor derrotado y resignado, solo asintio en respuesta. Chelsea sonrio complacida y solto al chico.
"Bueno, ahora si me disculpas, debo salir un rato..." Chelsea se puso de pie, se alejo hasta llegar a la puerta de la habitación lúgubre en la que se encontraba "Quedate aqui, oh, cierto, no es como si pudieras salir" Se burló Chelsea, saliendo de la habitación, azotando la puerta con fuerza.
Connor vio como la pequeña ventanilla de abajo de la puerta se abrio, eran los ojos de Chelsea, viendo directamente los suyos.
"Casi lo olvido... tengo tu almuerzo" Chelsea ingreso un pequeño plato descartable por la ventanilla. Aquel plato tenia un poco de arroz y un pescado crudo que seguía moviendose "Lo siento... es lo único que pude conseguir"
"¿Por que me haces esto...?" Pregunto Connor, lamentando su situación "Nunca te hice nada, de hecho estaba agradecida contigo porque me salvaste de ahogarme..."
"Oh, esa fue Ruby" Dijo Chelsea con una sonrisa inocente, sin mostrar ninguna otra expresión.
"Debí suponerlo... tú eres incapaz de hacer algo bueno por alguien..." Dijo Connor mientras tomaba con su mano el plato que Chelsea le dejo.
"Si, tienes razón" Chelsea sonrio de forma traviesa y cerro la ventanilla "Soy incapaz de ser buena... y eso es todo lo que está bien"
Chelsea se alejo, sus pisadas la delataron. Pronto se escucho un fuerte ruido de un metal cerrandose, dando a entender que Chelsea se había ido.
Connor no lo sabia, pero ese comentario que dijo si le dolió a Chelsea. Ya que, le recordó la cruda realidad, que ella ya estaba del lado de los malos, por más que intente ser buena, no puede cambiar eso.
No puede cambiar nada.
Nada, jamás cambiara.
No sin la persona correcta...
Es una lástima que esa persona este ocupada con alguien más.
"..."
Ruby ya se estaba cansando de nadar tanto, Chelby era demasiado rápida, simple y sencillamente, era mucho mejor que ella en esto de nadar.
Pero no iba a darse por vencida, por más que este cansada. Tenia que seguir nadando, hasta que pueda alcanzar a Chelby o que está se detenga.
Justamente paso esto último, Chelby se detuvo de forma repentina, haciendo que Ruby tenga que ejecutar una maniobra improvisada para frenar y no chocar contra Chelby.
Mientras Ruby se reincorporaba, vio como Chelby tomaba su mano con timidez. Ruby miro confundida como Chelby comenzó a llevarla hacia delante, pasando por un paisaje destruido y desolado, con muchas estructuras de piedra plantadas en la arena, estructuras rocosas que simulaban ser la entrada de algún templo antiguo.
Ruby solo se dejó llevar, a pesar de que ella era mucho más grande que Chelby en su forma de sirena.
Estaba comenzando a tener curiosidad por el lugar en donde se encontraba, aparte de las estructuras rocosas, había un altar enterrado en un 67%. Junto a eso, se podía ver como unas bancas blancas permanecían hundidas y con algas a su alrededor.
"¿Este lugar se te hace conocido...?" Pregunto Chelby, deteniéndose justo cuando llego a lo que quedo del altar.
"Uh... no, para nada" Confesó Ruby, siendo completamente honesta con su respuesta.
"Claro... lamento haber preguntado eso, fue una tontería" Dijo Chelby con una tierna sonrisa, que cambio radicalmente a una expresión melancólica "Este lugar es donde hace muchos años se unieron en matrimonio la princesa kraken y la princesa de las sirenas..."
Ruby abrio sus ojos con sorpresa, comenzando a prestar mucha más atención a lo que Chelby decia.
"Junto a eso... se estableció un tratado de paz entre ambos reinos. Aunque eso no duro mucho... Nerissa se revelo como era realmente y termino siendo asesinada por Agatha el día de su coronación"
Ruby reacciono con algo de duda cuando escucho eso último, ya que, recordó haber visto a Nerissa viva y coleando en la mente de su madre. No obstante, mantuvo en secreto este suceso, ya que no estaba segura si esa cosa realmente era Nerissa o algún trauma de su madre transformado en su mayor miedo.
"Chelsea fue criada por mi madre con un ideal que yo detestaba. Desde pequeña ha sido educada con la creencia de que se merece todo el amor del mundo, que es perfecta, que no tiene errores, y que todos, en todas partes, a donde sea que ella vaya, siempre debían darle amor..."
Ruby escuchaba con atención cada palabra que salía de los labios de Chelby. Sintiéndose incomoda al darse cuenta que esa descripción encajaba muy bien con Chelsea.
"El amor es... un sentimiento que ella ha recibido de muchas personas, sin embargo, ella nunca ha sentido ese mismo sentimiento por alguien en especial..." Continuó diciendo Chelby, con molestia en su voz "Hasta que... apareciste tú supongo... me cuesta mucho creer que con tú llegada la hayas hecho cambiar tan radicalmente..."
Ruby intento decir algo, pero ninguna palabra salió de su boca, se sentía demasiado nerviosa que... simplemente no sabía que decir.
"Cuando el fallecimiento de mi madre ocurrio... intentaron coronarme como la nueva reina de las sirenas, pero rechaze porque eso significaba comenzar una guerra en contra del reino de los krakens. Y eso sería como traicionar a mi propia sangre..."
"Chelsea me contó un poco al respecto..." Dijo Ruby, observando a Chelby desde su espalda "¿Por eso decidiste huir y abandonarla?"
"¡Yo no la abandone!" Exclamó Chelby con su rostro enrojecido "¡Solo... la deje para que sea libre de crecer por su cuenta!"
"Wow, que buena hermana eres" Dijo Ruby de forma irónica, con una expresión de desagrado en su rostro.
"¡No te traje aquí para que me juzgues, Ruby Gillman!"
"¡¿Entonces por qué me trajiste aqui?!"
"¡Porque quiero hacerte abrir los ojos!, dime una cosa, Ruby. ¿Tú madre te contó sobre esto?"
"Bueno... no técnicamente, pero si me solía contar un cuento para dormir cuando era pequeña, que narraba una historia muy similar a la que tú me cuentas"
"¿Como te hace sentir que tú madre te haya escondido todo esto?" Pregunto Chelby, acercándose lentamente a Ruby "¿Te sientes mal?, ¿sientes ira?, ¿rencor?, ¿tristeza?"
Ruby trato de responder, pero cuando retrocedio por los nervios termino tropezando con un gran pedazo de roca. Esto hizo que caiga hacia atrás, terminando sentada en la arena.
Chelby llego hasta su rostro, mirándola de forma suave y curiosa.
"¿Como te sientes...?" Pregunto Chelby en un susurro tenue, su voz sono profunda y oscura.
"¿A que... viene todo eso...?" Pregunto Ruby con una expresión temerosa.
"¿Tú que crees...?"
Chelby retrocedio un poco, levanto su mano en hizo aparecer un curioso espejismo. En el se mostraba el rostro de Chelsea, con una sonrisa difícil de descifrar y una mirada inquietante.
"No sabía que las sirenas podían hacer eso..." Confesó Ruby con asombro, viendo el espejismo con curiosidad.
"Hay muchas cosas que no conoces de las sirenas..." Chelby cerró su puño, haciendo desaparecer la ilusión "Pero dime... ¿importa eso?" Chelby sonrió con ironia, tomando una actitud más amenzante "Tú madre, tú abuela, hasta yo te he dicho como son las sirenas realmente... y como ellas no tienen ningún problema con hacer de todo con tal de cumplir sus objetivos, incluso fingir sentimientos por alguien..."
"¿P-Por que me dices eso...?" Pregunto Ruby, fingiendo no entender la situacion.
"¡BASTA DE SER TAN INCREDULA, GILLMAN!" Reclamo Chelby con una expresión completamente furiosa en su rostro "¡Estoy tratando de hacerte entrar en razón y lo haces muy dificil!"
"¡No entiendo lo que dices!, ¡y no quiero entenderlo!" Ruby se dio vuelta, dándole la espalda a Chelby.
"¿Vas a seguir negandote a aceptar la verdad?, ¿tan necia eres...?"
Ruby no le respondió, solo la ignoro y comenzó a alejarse a nado lento.
"Oh... así que así quieres jugar, ¿eh?" Chelby chasqueo sus dedos, haciendo que delante de Ruby se forme una pared con los escombros de lugar, haciendo que se detenga en seco.
Ruby se dio vuelta, encarando a Chelby, cuando de repente vio como una ola de escombros se dirigia hacia ella.
Ruby activo su armadura corporal, evitando sufrir mucho daño. Al ver los ojos de Chelby buscándo respuestas, vio como sus pupilas brillaban de un color rojo profundo y aterrador, mientras ella descendía lentamente.
"¿Que te esta pasando...?" Pregunto Ruby, tratando de mantenerse valiente.
"Quiero hacer que entres en razón..." La voz de Chelby se escuchaba más profunda y oscura, como si su voz tuviera un eco "Permiteme mostrarte como son las sirenas realmente..."
Chelby continuo acercándose a Ruby de forma amenazante, cada vez estaba más cerca de la kraken. Sus ojos continuaban brillando, su sonrisa se ensancho mientras su apariencia parecía cambiar.
Pero al final eso no llego a nada, ya que algo la interrumpio, un tenedor de plástico le golpeo el rostro.
"¡Auch!" Se quejo Chelby con molestia, ya que, justo la punta del tenedor impacto en su cachete.
La atención de Chelby fue dirigida hacia la persona que la había atacado. Viendo que se trataba de Chelsea.
Ruby abrio sus ojos, al sentir que ya no estaba en peligro. Sus ojos encontraron la figura de Chelsea y se iluminaron con emocion.
"¡Aléjate de mi Ruby!" Exclamó Chelsea, amenazando a Chelby con otro tenedor de plástico.
Por más que esto parecía ser algo patetico, para Ruby fue un gesto muy lindo que la hizo sonrojar con fuerza.
"¿Es en serio, Chelsea?, ¿me amenazas con un cubierto?" Pregunto Chelby con una expresión de incredulidad total.
Chelsea sonrio emocionada, acercándose con confianza hacia las dos chicas.
"Chelsea..." Susurro Ruby, saludando a la sirena con una sonrisa tonta de enamorada.
Chelsea le devolvió la sonrisa y le lanzó un beso juguetón, gesto que hizo que el corazón de Ruby vaya a mil por hora.
"Ajam..." Dijo Chelby, interrumpiendo a las dos tortolas "Si me disculpas, Chelsea, estaba haciendo algo muy importante con tu chica, ¿por que no vas a darte una vuelta por el mercado nocturno y regresas más tarde?"
Chelsea arrugó su rostro, irritada y molesta.
"¿Que es lo que estas haciendo aqui, Chelby?, ¿por que sigues siendo tan entrometida?" Pregunto la sirenita, intentando no perder la calma.
"Porque a diferencia tuya, yo si me preocupo de forma genuina por las personas que amo" Chelby volvió a ponerse en actitud firme y amenazante, viendo a Chelsea con sus ojos rojos oscuros y brillantes "¿Que me dices de ti, Chelsea?, ¿sigues jugando con esta pequeña e inocente kraken?" Pregunto Chelby, mientras señalaba de forma burlona a Ruby.
"¡No metas a Ruby en esto!" Exclamó Chelsea, amenazando nuevamente a Chelby con el tenedor de plástico.
"Tranquila hermanita, solo quiero que Ruby abra los ojos de una vez... ¿no crees que ya es hora de que sepa la verdad?" Chelby chasqueo los dedos, esta vez, un muro de piedras rocosas las rodeo a las tres, formando una especie de jaula donde no podrian salir tan fácilmente.
"¿Que es esto?" Pregunto Ruby, arqueando una ceja mientras curiosa miraba el lugar donde presuntamente estaba atrapada.
"No tienes nada que temer, Ruby. Las sacaré de aqui sanas y salvas, pero primero... Chelsea debe confesar todas sus atrocidades y-"
Chelby quedo impactada y humillada al ver como Chelsea logro destruir todo el muro que ella había formado, usando solo su cola de sirena junto a un movimiento algo curioso.
Los escombros cayeron, nuevamente estaban libres. Chelsea miro a su hermana con una mirada desafiante, esperando el próximo movimiento.
"Vaya, te has hecho más fuerte, lo reconozco" Dijo Chelby con una sonrisa torpe formada por sus labios "¿Valió la pena haberte hecho tan fuerte a costa de usar a los demás?"
"¡YA CIERRA LA BOCA!" Exclamó Chelsea, explotando en rabia "¡YA NO SOPORTO QUE SIGAS RECLAMANDOME COSAS QUE NO HE HECHO!"
"¡¿Cosas que no has hecho?!, ¡me sorprendes, Chelsea!, ¡no pensé que llegarías a ser asi de sinica!"
Chelsea apunto su arma de plástico en contra de Chelby, dispuesta a hacer algo de una vez por todas. Pero justo en ese momento, cuando estaba por tomar acción, sintió un mareo terrible y un dolor molesto en su vientre, como si alguien estuviera... pateando desde dentro.
Chelsea quedo de rodillas, mientras el dolor sacudía sus ideas y pensamientos. Chelby la observo con diversión y sospecha.
"Oh, no me digas que estas emb-" Chelby no pudo ni completar la mitad de esa última palabra, ya que Ruby la atacó en su rostro con uno de sus tentaculos.
Chelby cayo a la fría y rasposa arena, sintiendo como su cuerpo era dañado por algunos escombros. Al subir su mirada, vio a la chica que la atacó mirándola de forma amenazante.
"Fue suficiente, Chelby, no pienso dejar que te sigas burlando de Chelsea de esa forma" Dijo Ruby con una expresión decidida y confiada.
"¡Idiota, es ella la que se está burlando de ti!, ¡¿que no te das cuenta?!" Chelby ya estaba desesperandose, sentía que estaba luchando por una causa perdida. Ya estaba cansandose.
"¡Ya la escuchaste, Chelby!" Exclamó Chelsea, reincoporandose y acercándose a las dos chicas "Largate y dejanos en paz"
Chelby estaba a punto de desatar toda su irá en contra de las dos chicas, pero decidió mejor calmarse. Luego de respirar profundo, calmo su expresion furiosa y se dio media vuelta.
"De acuerdo, me voy" Chelby recogió su cabello, acomodandolo detrás de sus orejas "Pero antes... tengo una cosa que decirte, Chelsea"
Chelsea la miro expectante, ansiosa por conocer aquello que ella le diria.
"¿Cuanto tiempo más te durará este amor?" Pregunto Chelby, formando una cruel sonrisa en sus labios "¿Crees que el hechizo te durará por siempre...?" Ella estiró su mano hacia arriba, haciendo aparecer un espejismo que reflejaba una figura sumergida en la tristeza, llorando en lo que parecía ser una cueva, sin nadie que la pueda consolar. Esa figura era la de Ruby, la chica reflejada en el espejismo era ella "¿Crees que Ruby se merece esto...?"
Chelsea cambio su expresion seria y amenazante, a una mirada preocupada e irritada.
Ruby sintio una sensación extraña en el pecho, no supo identificar que era exactamente, tal vez eran náuseas o algo más desagradable. Pero eso que sentía era suficiente como para distraerla de lo que estaba ocurriendo.
"Me voy feliz, Chelsea..." Dijo Chelby, llevando una de sus manos hasta el cachete de Chelsea "Porque ya cumplí con uno de mis objetivos..." Chelby cerró su puño, haciendo que la ilusión se desvanesca "He sembrado la duda en tu pequeña kraken... el resto vendrá por si solo"
Chelby solto una fuerte y burlona carcajada, mientras veía como tanto Ruby como Chelsea la miraban con distintas expresiones en su rostro.
"¡Disfrutala Chelsea!, ¡porque no te durará mucho!" Dichas estas palabras, Chelby se alejo del lugar nadando con mucha rapidez.
En cuestión de segundos, ya se había ido por completo, ya no era visible.
Chelsea se quedo con un sentimiento de culpa en su interior, junto a una sensación de peligro y vulnerabilidad.
"Si que esta loca, ¿no lo crees?" Pregunto Ruby con una sonrisa, pensando que todo lo malo ya había pasado. No obstante, cuando vio el rostro paniqueado de Chelsea, supo que lo peor estaba por venir "¿Chelsea...?, ¿estas bien?"
Chelsea volteó a ver a Ruby, vio esos lindos ojitos azules y supo que era el momento, ya no podía seguir ocultandolo.
Tenia que contarle la verdad a Ruby.
Con la esperanza de que ella la comprenda...
Y quizás la perdone.
"Ruby... ¿podemos ir a tu casa...?" Pregunto la pelirroja, manteniendo una expresión timida y confusa.
"Claro, pero primero vamos a recoger a mi hermano de su escuela" Ruby intento disimular su nerviosismo y duda manteniendo una sonrisa muy alegre en su rostro.
Pero hasta Chelsea se daba cuenta de que esa sonrisa era falsa. Aún sabiendo esto, no se atrevió a decir nada, solo se subió en el hombro de Ruby, dejando que la kraken gigante la lleve a la superficie.
Chelsea se sentía muy cansada como para nadar.
Quien sabe porque sera, tal vez es su conciencia deprimiendola cada vez más. O quizás... solo quizás, el causante pueda ser ese nuevo ser que está creciendo en su vientre justo ahora.
Aquella vida que crecia era el producto de su amor con Ruby. El hijo de dos madres, una sirena y una kraken.
Alguien que nacería producto del egoismo.
Producto de un sentimiento poco sentimental.
"..."
¿Como te gusta eso?
¿Como te gusta eso?
¿Como puede gustarte eso?
¿Disfrutas lo que has logrado?
¿Disfrutas lo que has cosechado?
¿Disfrutas lo que has alcanzado?
¿Valió la pena todo esto...?
¿Fue una buena idea dejarme con vida?
¿Tú misericordia tuvo algún sentido?
¿Algún propósito?
¿Por que me dejaste con vida?
¿Para hacerme sufrir por siempre?
¿Eso es vivir para ti?
Porque para mi no, no lo es.
Y estoy cansada de todo esto.
Nerissa guardo su tridente en su espalda y con una mirada vacía y olvidable comenzó su acercamiento hacia la kraken que la observaba.
La piel celeste de Agatha se tenso, al sentir el frío e incómodo contacto de las manos de Nerissa sobre ella. Aunque esto la hacia sentir rara, era esa rareza lo que más le encantaba.
Por eso mismo, no quito las manos de Nerissa de su cuerpo, le dio paso libre a la reina de que toque y explore todo aquello que hace años le pertenecia.
Y que devoraba sin falta todas las noches.
"Parece que aún te gusto... Agatha" Nerissa sonrio complacida, mientras de manera tenue su cuerpo comenzaba a brillar de un peculiar color rojizo.
Agatha la vio, pero no le importó lo que su cuerpo emanaba, su atención quedo clavada en los bellos ojos de aquella sirena.
Conforme más los veia, más se perdia, hipnotizandose por la hermosura de esas dos pupilas destellantes. Por esos dos ojos hechizeros tan encantadores.
Simplemente era demasiado para ella, demasiado como para no caer, como para no resistirse. Era conciente de que esto estaba mal, era conciente de lo mal que se veia todo esto, pero no le importaba en lo absoluto.
Lo único que le importaba, era disfrutar, observar, mirar. Solo quedarse viendo a su amada hasta el fin de los tiempos, su cabeza solo podía pensar en ella, en Nerissa.
No había nada más en su mente.
Solo ella, dominando como la dueña de su amor, de sus sentimientos y de su cuerpo.
Agatha ya estaba demasiado pérdida, la pobre y borrosa imagen de Ruby que la mantenia cuerda finalmente se desvanecio, siendo reemplazada por la imagen de Nerissa, con la misma sonrisa arrogante de siempre.
Esa sonrisa que tanto amaba ver.
De forma inevitable, Agatha también comenzó a sonreir, de una forma torpe y pérdida.
Nerissa se acerco a ella, luciendo extasiada y plena de felicidad, llego hasta los labios de la mujer y los unió con los suyos, en un revelador beso húmedo que se sentía demasiado nostálgico.
Una explosión de sentimientos las rodeaban a ambas, mientras el beso de sus labios se extendia cada vez más. Ninguna de las dos parecía querer detenerse, Agatha menos que nadie, ya que, ella solo estaba a merced de los estímulos que Nerissa decida darle.
Finalmente se había vuelto una sumisa en su totalidad...
Y todo por haberse dejado hipnotizar por aquellos ojos de sirena tan hermosos.
Nerissa detuvo el beso, de forma abrupta y cortante. Se alejo un poco de Agatha y se limpio un poco de saliva que quedo en la comisura de sus labios.
"¿Como puede gustarte esto...?" Pregunto la sirena, sintiendo como aquello que había soñado finalmente se cumplia. Cada vez se sentía más cerca de alcanzar la libertar que tanto anhelaba.
Ahora que la guardiana de la mente de Agatha estaba muerta, no había nadie que pueda cuidar a la pequeña Agatha de todos los mounstros que quieran atormentarla.
Mounstros como ella, hacían eso, la atormentaban. Pero no bastaría con eso, claro que no.
Nerissa se encargaría de destruirla, partícula por particula, recuerdo por recuerdo, hasta que no quede nada, hasta que solo sea un vacío saco sin huesos, porque nunca hubo huesos en primer lugar.
"Agatha..." Llamó Nerissa, con una voz dulce y tierna. Agatha la miro con una sonrisa que temblaba ligeramente "¿Recuerdas que en el altar dijimos que estaríamos juntas hasta que la muerte nos separe?"
Agatha asintio con su cabeza, sin imaginarse lo que estaba por venir.
"Lamento decirtelo, Agatha"
De repente algo atravesó su cuerpo de invertebrada, aquel tridente se encargo de perforarla por completo, haciendo que de la herida comience a salir sangre de color azul.
Un color que le recordaba a la maldita que la había hechizado. Ese shock fue suficiente como para que Agatha entre en razón, solo para estar más conciente del dolor y soltar un desesperado grito agudo.
"Ese día ha llegado, Agatha. El día en el que nos separaremos en vida..." Le dijo Nerissa al oido, disfrutando cada momento del sufrimiento ajeno "Pero no te preocupes, aunque ya no estemos juntas en vida..."
Nerissa estiró la palma de su mano contra Agatha, su mano comenzó a brillar y Agatha fue testiga de como era absorvida por ese mounstro.
"Estaremos juntas en alma..." Dijo Nerissa con una sonrisa llena de complacencia, viendo con burla como Agatha luchaba por librarse de su agarre "Estarás dentro de mi, las dos nos uniremos y seremos una sola, una ultima vez..."
Agatha trato, intento con todas sus fuerzas hacer que su cuerpo despierte, pero no lo consiguió, estaba aterrada, asustada, no porque estaba muriendo, ella sabia que no podia morir en un sueño.
Estaba asustada porque... temía lo que Nerissa podría hacerle a las personas que más ama y por las que ha estado luchando por tantos años.
Su madre...
Su esposo...
Su hermano...
Su hijo...
Su pequeña...
Su niña...
"Ruby..." Susurro Agatha sin fuerzas, viendo en su cabeza la imagen de su hija una ultima vez. Se lamentaba por todo, por no haber sido honesta, por no haber sido más atenta, por haber estado ocultando tantas cosas solo porque no quería que nadie más sufra por ella.
Pero ahora, todos sufrirían de igual forma, y ella no estaría para ayudar, para proteger, para amar.
No estaría más, quien sabe a donde iría a parar.
El infierno podría quedarle corto por la cantidad de errores que ha cometido, ella no es una santa, sabe muy bien que todo esto es su culpa.
Si hubiera tenido la suficiente fuerza, la suficiente valentía como para haber acabado con Nerissa cuando tuvo la oportunidad, no estaría sufriendo ahora.
Pero ya no había nada más que hacer.
Vio una ultima vez esos ojos brillantes ya hermosos, se sintio como una basura por seguir admirandolos a pesar de la situación.
"Te lo voy a preguntar una vez más... Agathita..."
Nerissa retiro el tridente del cuerpo de Agatha, haciendo que la kraken vuelva a gemir por el dolor.
Nerissa llevo una de sus manos hasta el rostro de la kraken que lentamente fallecía, la sostuvo con cariño mientras le dirigia una mirada melosa y sofocante.
Sus labios se abrieron, pronunciando las últimas palabras que Agatha escucharia en su vida.
"How you like that~?"
Una vez terminado aquel último susurro, el cuerpo de Agatha se desvanecio, quedando como un humo celeste que Nerissa se encargo de absorber por sus fosas nasales.
Una increíble y grata sensación llego a ella cuando sintió como Agatha finalmente estaba dentro suyo, unida a ella.
Y está vez, estarían así por siempre.
Que mejor forma de asegurarte de que alguien no te abandone, que uniendola a ti por toda la eternidad.
"Debiste haber acabado conmigo cuando tuviste la oportunidad..." Dijo Nerissa con una expresión seria que hacía contraste con la felicidad que emanaba momentos antes.
Nerissa dio la espalda, un hormigueo recorrió su cuerpo al ser conciente de lo que había hecho.
Pero ya era muy tarde, una vez que llegas tan lejos, solo puedes hacer una cosa.
Seguir adelante sin importar nada.
Y eso Nerissa lo sabia muy bien, era una enseñanza que heredo de su madre, y que esperaba que sus dos hijas también la hayan aprendido.
Nerissa se regocijo en su sitio, manteniendo su sonrisa y desapareciendo a la brevedad de ese lugar tan lúgubre que solo le traía malos recuerdos.
Un cruel demonio con apariencia de una diosa ha vuelto de la muerte.
¿Quién será su próxima víctima?
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