[Capitulo 26]
"Es aterrador lo que una buena dosis de realidad puede ocasionar en las personas"
"..."
En la silenciosa e incomoda sala de estar, lo único que se escuchaba fuera de los sonidos del exterior, era la respiración agitada de Ruby, junto a sus torpes intentos por terminar de beber aquella taza de té que su madre le preparo.
Este silencio, este momento vino después de que Ruby termine de resumir las cosas que paso dentro de la mente de su madre. Agatha permanecia incredula, confundida y extrañada.
Dudaba un poco de lo que su hija le decia, sonaba tan irreal, tan fantasioso, tan... complicado de creer.
Pero en eso, sus ojos se encontraron con los de su pequeña. Ruby le rogaba con sus ojos que le de una respuesta, ella ansiaba una respuesta, no podía seguir soportando el silencio tan tormentoso que reinaba en este momento.
"Es... mucho que asimilar..." Dijo Agatha, en un torpe intento de simplemente no decir que no le creía nada de lo que dijo.
"¡No hay tiempo para asimilar nada!, ¡Chelsea esta destrozada y de seguro con la cabeza en otro lado!, ¡ella me necesita...!"
"Oye, tranquila. Chelsea es fuerte, si lo que dices es cierto, entonces debería estar bien"
"¡Por favor, mamá!, ¡¿estas oyendo lo que dices?!, ¡¿crees que Chelsea va a estar bien después de que descubrio que su madre vive en tu cabeza?!"
"Eso... de seguro fue algo que las dos se imaginaron..." Dijo Agatha, fingiendo que estaba calmada.
"Mamá... no me imagine nada, todo es cierto... por favor... tienes que creerme..."
Ruby apretó con furia su taza, pero se detuvo al sentir un ligero corte en su dedo anular. La taza había sido partida por la mitad con tan sólo la presión que ella puso encima.
Seguido de ese corte, comenzó a salir aquel característico líquido rojo que ella tanto amaba/odiaba.
Amor porque ese líquido la mantenia con vida.
Odio porque... después de ver a Chelsea bañada sobre eso... no quería saber nada más al respecto.
Con algo de dolor, Ruby coloco uno de sus dedos en su herida. Dejando luego de retirar su dedo una mancha ligeramente visible y olorosa.
"Hija... ¿estas bien?, ¿quieres que te traiga una curita?"
Ruby agradecia que su madre se preocupe más por ella que por la taza que acababa de romper. Pero, aún asi, su molestia no se iba.
"Estoy bien, mamá. Ya paso" Dijo Ruby de forma seca y sería "Lo que no ha pasado, es lo que te estoy diciendo. Tienes que creerme, necesito tu ayuda para hacer las cosas bien"
"Bueno, Ruby, es hora de que comience a hablarte de forma franca, ¿puedo hacerlo?" El nuevo e irregular tono de voz de su madre la preocupo un poco, pero de igual forma asintio son su cabeza "Bien... en primer lugar, supongamos que todo eso que me has contado es cierto, que Nerissa vive en mi mente y que una bestia mató a Chelsea pero luego fue revivida por una niña kraken pequeña con una máscara de madera que uso el poder de su espada de madera para traer de la muerte a Chelsea"
Ruby se mantuvo en silencio, expectante. Hasta ella misma sentía inseguridad y miedo de lo que su madre le dijo. Era difícil de creer, pero era la verdad.
"Si ese fuera el caso, ¿hay algo que podríamos hacer?"
Ruby reacciono abriendo un poco sus ojos, sorprendida y algo shockeada. ¿Su madre de verdad le estaba diciendo esto?
"¿A que te refieres?" Pregunto Ruby.
"Solo digo... si de verdad Nerissa de algún modo logro sobrevivir a lo que le hice... ¿crees que con saber que sigue viva lograriamos hacer algo?"
Ruby no dijo más nada, simplemente se deprimio aún más, al mismo tiempo que se sentía un poco decepcionada.
"¿Por que no mejor me cuentas que fue lo que sucedió antes de todo este... viaje?"
Ruby parpadeo abruptamente, sintiéndose como una tonta por no haber hecho eso antes.
"Oh... c-claro..." Ruby se tomó un momento para reunir sus recuerdos y tener los momentos exactos en su mente "Después de la escuela, Chelsea me invito a ir al cine para ver nuestra pelicula. Nos divertimos mucho jugando entre nosotras- ¡digo, viendo la pelicula!, ¡la pelicula fue muy divertida!"
Ni siquiera Ruby podía entender como en momentos tan serios como este, no podía evitar seguir siendo tan idiota.
Su sonrojo desaparecio y nuevamente, estaba lo suficientemente cuerda para seguir con su narración. Ante la mirada penetrante de su madre.
"Después de la pelicula... estábamos regresando a casa cuando le insistí a Chelsea para que me cuente todo sobre su pasado y lo que pasó con su madre... ella sugirio la idea de entrar a su mente para que vea con mis propios ojos todo lo que pasó..."
Agatha arrugó un poco el rostro al escuchar eso último.
"Tal vez fue mi culpa que esto pasará... yo... le estuve insistiendo demasiado..." Ruby comenzó a ponerse nerviosa "S-solo quería que ella me cuente todo para ayudarla... n-no quería llegar a esto..."
Agatha noto como su hija se ponía ansiosa conforme seguía hablando sobre lo que ocurrio. Mostrándose comprensiva, llevo una de sus manos hasta el hombro de su hija, logrando así que Ruby se tense y la mire directo a los ojos.
"Tranquila, Ruby. Sea lo que sea que haya pasado, no es tu culpa. De eso estoy segura"
Ruby sonrio al ver como su madre, aún después de todo, seguía siendo tan amorosa con ella.
Definitivamente la amaba con locura. Su madre fue la primera que la apoyo con sus problemas, y aunque tenía errores, los compensaba muy bien con su inmensa comprensión.
No obstante, su curiosidad le ganó al escuchar lo último que su madre dijo.
"¿Por que estas tan segura?" Pregunto Ruby, arqueando una ceja.
"Porque lo que vi cuando llegue me dio esa impresión"
La mente de Ruby hizo un click, ese momento era vital para que su cerebro finalmente se digne a trabajar y pensar en una buena idea para conocer como fue que todo termino como termino.
"Eso es... no te pregunte lo que pasó cuando llegaste a casa... yo solo recuerdo que Chelsea me dio algo para oler y me dormí"
"¿Estás segura de que no se estaban drogando?" Pregunto Agatha.
"¡C-Claro que no, mamá!, ¿¡que clase de persona crees que soy?!"
"No lo digo por ti, bebita. Lo digo por ella, quien sabe que clase de cosas comprará en el mercado nocturno..."
"¡Mamá!" Exclamó Ruby con vergüenza y molestia.
"Ya, ya, es solo una broma... eso espero"
"Bueno, olvida eso por favor... ¿puedes comenzar a contarme tu versión?"
"Uh... claro" Agatha aclaro su garganta, se llevó una de sus manos a la frente, limpiando algo de sudor "De seguro recuerdas el mensaje que te mande, diciéndote que iba a recogerte a la escuela"
"Si... luego yo te dije que no porque iba a salir con Chelsea"
"Exacto. Luego te dije que entonces iría a trabajar hasta tarde. Justo eso hice, pero el jefe nos mandó a todos todos a casa temprano por algunos problemas internos en su empresa" Agatha comenzó a notar como mientras más se acercaba al momento, sus recuerdos se hacían más borrosos.
Ruby noto su pausa, intento preguntar el motivo pero por suerte Agatha a la brevedad continúo hablando.
"Bueno... te mande un mensaje diciéndote que ya regresaba. No me respondiste así que decidí pasar por la panadería y traer unos bocadillos para ti y Chelsea"
Ruby sonrio enternecida, viendo como su madre le mostraba que, efectivamente, había comprado una caja de alfajores que permanecía puesta en la repisa.
"Pero..." Su voz se sintio entrecortada "Cuando llegue a casa... vi como la puerta estaba media abierta. Pensé que ya había vuelto así que decidi entrar sin hacer ruido. Pero cuando comence a subir las escaleras... escuche sonidos bastante sugerentes venir de tu cuarto..."
Ruby se sonrojo levemente, avergonzada aún sabiendo que realmente no había hecho nada inapropiado.
"Me apresure a subir las escaleras, preocupada por lo rápido que avanzaba tu relación con Chelsea. Pero no se si lo que me encontré delante fue peor de lo que me imaginaba"
Ruby sintio un leve escalofrio recorrer su espalda, un hormigueo que la hizo tensarse.
"Cuando abri la puerta lo primero que vi fue a ti tirada en el suelo, con tu cuerpo doblado de forma extraña. A un lado de ti estaba Chelsea, sosteniendo un pedazo de vidrio apuntando directamente hacia ti" Agatha noto los ojos preocupados e incrédulos de Ruby, sintiendo como ella también se mostraba preocupada "La detuve pensando que haría una locura, intente que me explique lo que sucedía pero solo balbucea bastantes cosas que no lograba entender. Luego solto aquel vidrio y un humo de color verde se libero, haciéndome sentir mareada... lo último que recuerdo, fue ver como Chelsea, con las pocas fuerzas que le quedaban, logró divisarte en una esquina y se aferró a ti abrazandote con sus piernas"
Ruby sintio una calidad sensación en el corazón al oír eso último. Un muy lindo sentimiento sin duda alguna.
"No recuerdo nada más, supongo que esa cosa que Chelsea sostenia hizo que me desmaye"
Ruby permaneció en silencio, no sabía que decir. Lo que su madre le contó no la libro de muchas dudas al fin de cuentas.
No hubo nada tan relevante en su relato.
"¿Que fue eso que dijiste antes?" Pregunto Agatha, matando el silencio "¿Dices que viste a una niña pequeña con mascara parecida a mi?"
"Bueno... nunca pude ver debajo de su mascara, pero ella me daba la sensación de que eras tu. Chelsea me contó que cada mente tiene un guardian que se crea mediante los recuerdos más esenciales de su portador"
"¿Como dices...?" Pregunto Agatha, sospechando que Chelsea de verdad ingeria ciertas sustancias.
"Esa pequeña era bastante cariñosa, no hablaba mucho, nada en realidad. Solo hablo al final después de que... Chelsea..." Ruby se detuvo, sabía que recordar eso le dolía y no quería seguir sufriendo "Ya ni siquiera yo se que pensar... todo es tan confuso... solo quiero ayudar a Chelsea... ¡ella esta sola y confundida!, ¡vulnerable y cansada!, ¡no puedo seguir aqui sabiendo lo mucho que está sufriendo en este momento!"
Sin darse cuenta, Ruby comenzó a sentir su rostro lagrimoso y caliente. Lagrimas tenues y desesperadas bajaban por su mejillas, humedeciendo su rostro.
"Tranquila Ruby, cálmate" Agatha tomo a su hija y la abrazo con calidez "Yo estoy contigo, te prometo que hablaremos de esto y encontraremos una solución. Pero primero, tienes que descansar"
"¿Que?, no puedo hacer eso... Chelsea me necesita..." Dijo Ruby, separándose del abrazo de su madre.
"¿Sabes donde esta ella ahora?" Pregunto Agatha, al no recibir una respuesta de Ruby, demostró su punto "Exacto, no tienes idea. Lo mejor que puedes hacer es descansar y verla mañana en la escuela"
"P-Pero... n-ni siquiera se si irá a la escuela mañana... yo... quiero verla ahora y decirle que puede contar conmigo para lo que sea..."
"Hija, se que te preocupas por ella, eso es lindo. Dice mucho de lo buena chica que eres. Pero entiende, no sabes lo dificl que es para mi creer todo lo que me dices, y si lo hago, ¿crees que es fácil dejarte ir después de lo que ocurrio?. Lo más importante para mi siempre ha sido tu seguridad, no voy a dejarte salir sabiendo como estas... por favor, ve a tu cuarto y trata de descansar. Te llevaré la cena más tarde"
Ruby aún seguía con ganas de seguir con la discusión, pero decidió ceder al ver como su madre se preocupaba por ella de forma tan genuina.
"Esta bien mamá..." Dijo Ruby, forzando usa sonrisa, moviendose hasta llegar a las escaleras "Pero mañana hablaremos de esto"
"Lo prometo, hija, ahora ve y duerme un poco" Agatha le dedicó una dulce sonrisa, logrando así que Ruby le devuelva una sonrisa más verdadera y abandone la sala.
Un largo y pesado suspiro salió de los labios de Agatha cuando escucho el sonido de una puerta cerrandose, dando por hecho que se trataba de Ruby entrando a su habitación.
Su mente permanecia inquieta, más ahora que su hija le contó todas esa cosas que ella quiso ocultarle.
Por más que lo negara, por más que intentará hacerle creer a su hija que fue tan solo un mal sueño, un mal viaje, una mala experiencia que solo estuvo dentro de su imaginación. La verdad era que, todo era real.
Y ella misma lo sabia muy bien.
"Esta vez si te pasaste, Nerissa..." Dijo Agatha en un susurro, anotando en su cabeza ir a hablar con su ex pareja más tarde, cuando todos estén durmiendo.
Lo unico que haría antes de eso, era la cena. Una dulce y deliciosa cena para levantar los ánimos de su pequeña.
Y tratar de que olvidé todo lo que ocurrio.
"..."
Ruby no lograba conciliar el sueño, se encontraba dando vueltas en su cama, inquieta y pensativa.
Pensando en Chelsea, en solo ella, y en todo lo que vivio junto a ella dentro de la mente de su madre.
Junto a ella, se encontraba su linda mascota, acompañándola en este momento tan complicado para ella.
Nadie le dijo a Ruby que el amor fuera tan complicado.
Mejor dicho, que la relación producida por el amor fuera tan complicada.
Se suponia que una relacion de dos adolescentes inexpertas debería ser diversión y riesgos, pero riesgos no tan riesgosos. Osea, lo máximo que debería atormentarlas seria no poder ir al concierto de su banda favorita o una escena de celos estúpida.
¿Lo que les paso hace rato podría considerarse algo normal?
No es como si ambas fueran tan normales después de todo. Ella siendo una kraken, Chelsea siendo una sirena.
No eran normales, claro que no.
Pero tampoco era tan malo.
Se complementaban entre si.
O al menos, eso es lo que Ruby pensaba.
Mientras sostenia su celular, viendo constantemente una fotografía que tomo de Chelsea hace unos dias.
Le llego a la mente la idea de escribirle.
Pero cuando mando el mensaje y escucho la notificacion sonando en su mochila, recordó el detalle de que Chelsea aún no se había llevado su celular.
Con todo lo que ocurrió, a Chelsea se le olvido por completo. Y Ruby también olvido recordarselo a la pelirroja.
Ella se sentía tan distraida, tan pesada, tan inquieta, que no pensó bien las cosas cuando tomo el celular de Chelsea.
Al prenderlo, lo primero que vio fue una dulce y linda foto de ella y Chelsea como fondo de bloqueo. Una leve y tierna sonrisa apareció en sus labios al ver la imagen.
Eran las 8:40 pm. Seguramente su madre la llame para cenar pronto.
Rápidamente, Ruby deslizo su dedo sobre la pantalla para desbloquear el celular. Pero un mensaje de bloqueo le apareció.
Tenia que introducir una contraseña.
_ _ _ _ _ _
Una palabra de seis digitos.
¿Que podría ser?
No tenía idea.
Ni siquiera intento introducir algo, no es como si estuviera necesitada de entrar en la "privacidad" de su novia. Ella no era asi, solo estaba haciendo esto por curiosidad.
Pero al ver que no podría acceder, simplemente se dio por vencido. Guardo el celular en su mochila, anotando en su mente que apenas vea de nuevo a Chelsea tenia que entregarle su celular.
Bueno, eso claro si es que la volvia a ver.
"¡Cariño, ya está la comida!, ¡baja por favor!"
Ruby hizo que sus pensamientos negativos desaparescan, bajo de la cama, poniéndose unas pantuflas realmente comodas. Directamente fue hasta la puerta de su habitación y la abrio.
Ciertamente, tenía hambre, no mucha, pero la tenía presente.
Tal vez comer un poco la ayude a relajarse y a dejar de pensar en lo que ocurrio.
"..."
Un nuevo día en Oceanside High.
Las aves cantan, las flores florecen, brillando por los fuertes rayos del sol.
El despertador de Ruby cumple su funcion, despertar a su dueña. Aunque sólo este haciendo su trabajo, eso no evita que reciba un fuerte golpe en su centro.
Ruby se moría de sueño.
Por haber estado pensativa toda la noche, apenas y puedo cerrar los ojos y dormir. Tenia unas ojeras terribles que ella esperaba se quiten con un buen lavado de cara.
Por más que no quería ir a la escuela, sabía que lo tenía que hacer. No sólo porque tenía un importante examen decir historia, también porque existía la posibilidad de encontrarse con Chelsea en la escuela.
Chelsea no solía ir los martes a la escuela, por alguna razón. Y hoy claro, tenía que ser martes, justo cuando a Ruby le urge verla.
Con un sentimiento amargo en su pecho, Ruby quito las sabanas que la tapaban y se levanto de la cama.
Salió de su cuarto en pijama, se dirigió al baño sin decir nada ni hacer mucho ruido, no queria llamar la atención de nadie.
Ya en el baño, se apresuró a limpiar su rostro con su jabón en barra, se cepillo los dientes y lavo su cabello. Tuvo que hacerlo con jabón en lugar de shampoo ya que se había acabado el pantene.
¿Quién notará la diferencia de todos modos?
Peor hubiera sido que no se lo lavará.
Salió del baño, sintiéndose un poco más despierta, rápida y precisa, fue hasta su cuarto para vestirse.
...
...
...
Cuando Agatha termino de servir el desayuno, recordó que en la mesa hacia falta la presencia de su hija.
Estaba apunto de llamarla, cuando la vio bajar las escaleras de forma rápida y ansiosa.
No pudo ni saludarla ya que apenas la vio fue directo hacia su lugar.
"Buenos días. ¿Puedo llevarme mi desayuno?"
"Buenos dias, Ruby" Saludo Agatha, ignorando brevemente la pregunta de Ruby "¿Por que quisieras eso?, puedes comer tranquila aqui, tienes tiempo para llegar a la escuela"
"Es que me siento... un poco mal, creo que tengo fiebre o algo..." Dijo Ruby de forma cortante.
Agatha la miro con sospechas, pero cuando vio como su hija de forma adorable no pudo retener sus ganas de estornudar, entendio que tal vez no esté mintiendo.
"Bueno... pero eso no explica porque quieres comer en el camino a la escuela"
"Seré honesta contigo, mamá. Quiero ver a Chelsea" La forma en la que lo dijo, dio a entender su desesperación y necesidad de ver a su linda sirenita.
"Hija... entiendo que ames mucho a Chelsea, pero ella puede vivir sin ti aunque sea por un día. También debes darle su espacio"
"¡Ya se eso!, ¡pero esto es diferente!, ¡ella debe estar pasandola mal y yo como su novia debo estar ahí para ella!"
"Ugh, bien, haz lo que quieras" Dijo Agatha, haciendo que una genuina sonrisa aparezca en los labios de Ruby "Por cierto, después de la escuela necesito que pases a recoger a tu hermano de su escuela por favor"
"Claro mamá, esta bien" Dijo Ruby con una sonrisa, le dio un fugaz abrazo a su madre y se alejo hasta llegar a la puerta.
Antes de irse, volvió su mirada hacia la mesa.
"¡Hasta luego, Tío Brill!" Exclamó Ruby con una sonrisa.
"¡Chau sobrina!, ¡cuidate mucho!" Se despidió Brill, para después de que Ruby se vaya, continúe devorando el sándwich que su hermana mayor le preparo "Wow Agatha, esta cosa llamada sándwich esta increíble"
Agatha no escucho ese comentario, estaba muy pérdida en sus pensamientos. Viendo por la ventana como Ruby se alejaba.
...
...
...
Ruby continuaba su trayecto, de lo más tranquila. O al menos eso aparentaba, ya que, por dentro, moría de nervios y ansias.
Se encontraba escuchando una canción muy agradable en sus audífonos. Pero aún así no lograba relajarse.
Seguía ansiosa, muy ansiosa.
Muy preocupada.
Demasiado traumada...
Muchas cosas que asimilar, pero tal y como ella misma dijo: "No hay tiempo para asimilar nada". Tiene que enfrentarse a todo ahora, de una vez, sin oportunidad de prepararse de la forma más adecuada.
Simplemente todo lo fuerte vendría a ella, y si ella no lo soportaba, eso mismo terminaría consumiendola.
Ruby no era una cobarde, no se iba a rendir tan fácil. Definitivamente no.
De repente, se llevó un molesto golpe en la frente, al estar viendo hacia abajo mientras caminaba, no logro divisar como alguien se acercaba a ella.
Ruby cayo adolorida al piso, sobando su frente por el dolor.
Su mano libre se encargo de apagar sus audifonos, su atención se concentró en aquella peculiar figura que tenía delante.
Parecia... una chica, por lo largo que era su cabello. También se veia esponjoso y algo extravagante.
Tristemente no podia verla bien porque la potente luz del sol nublaba su vista.
"¡Oh, por Neptuno!, ¡lo siento mucho!" Aquella voz le resultó familiar, demasiado familiar. Sus ojos se abrieron con un poco de sorpresa cuando vio como esa chica extendia su mano hacia ella.
Ruby sin pensarlo mucho, acepto la ayuda. Cuando logro ponerse de pie, vio como la luz del sol disminuyó lo suficiente como para dejarla ver a esa chica misteriosa de una mejor forma.
Y pues... se veia... absurdamente linda.
Cuando vio la sonrisa de esa chica, no pudo evitar que sus ojos brillen impresionados. Por algún motivo, sintió como sus mejillas se acaloraban, junto a una extraña sensación en el pecho. Esos ojos, también eran muy hermosos, profundos como el oceano, brillantes como el sol. De un color igual al suyo, azul celeste.
Que divertida casualidad.
Ese rostro se le hacía conocido...
Al principio pensó que se trataba de Chelsea, pero estaba demasiado equivocada.
¿Quién era esta chica?
¿Era nueva?
¿Por que no deja de sonreir?
Y más importante aún.
¿Por que es tan hermosa?
"¿Hola?, ¿estas bien?" Pregunto la chica, sujetando la mano de Ruby.
"¡O-Oh!" Ruby se quito de aquella chica, tomo su distancia mientras reía nerviosa "¡L-Lo siento!, ¡me quede pensando en... cosas... raras... jsjsjsjs" Ruby fue una idiota al reírse así en la vida real.
"Claro..." Respondió la chica, manteniendo su sonrisa "Disculpa por haberte chocado, estaba distraida"
"¡No, no, tu disculpame a mi!, ¡yo fui la que no vio por donde iba!" Ruby encontró extraño que este actuando tan nerviosa, ¿por que le ocurria esto?, no lograba entenderlo.
"Oye... ¿tú... eres como yo?"
Aquella pregunta le hizo erizar la piel.
"¿Como tu?, ¿a qué te refieres?"
"Ya sabes... <canadiense>" Hizo mucho énfasis en esa palabra, Ruby en ese momento parpadeo confundida pero de repente sintió un destello mental que abrió sus ojos.
"Oh... por... Dios..." Dijo Ruby, sintiendo como la emoción lentamente se apoderaba de ella "Tú... eres... azul... igual que yo... eso solo puede significar una cosa"
"Por favor no digas que soy un pitufo, odio que la gente me llame asi"
"¿Que?, ¡no!, ¡claro que no haré eso!, ¡quiero decir que somos iguales!, ¡también eres una-!"
Aquella chica de forma rápida le tapó la boca a Ruby. Haciendo que la kraken se sienta un poco nerviosa y avergonzada por este contacto.
"¡Baja la voz!, ¿no recuerdas que nos estamos escondiendo?, esconderse es sobrevivir"
"Ese... es el lema de mi familia" Dijo Ruby en un susurro "Que curioso"
"Además... no soy una kraken... al menos no del todo..."
"¿Que?, pero... eres... azul y... tu cabello es tan... hermoso"
"Uh, gracias" Respondió la chica, con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
"¡N-no lo decía de esa forma!, ¡me refiero a que tu cabello se ve húmedo!, ¡no es que no piense que no sea hermoso solo no quería decir eso y...!" Su vergüenza aumento al comprender que se estaba excediendo con las palabras "Perdón, hable demasiado"
Aquella chica le sonrió de forma adorable, haciendo que Ruby se sonroje aún más. Vaya que esa chica la ponia nerviosa.
"Tú... eres esa chica... Ruby Gillman, la chica que destruyó la biblioteca, ¿cierto?"
"¡La única e inigualable!" Exclamó Ruby con una sonrisa, soltando una pequeña carcajada "Lo de la biblioteca fue... un accidente, en serio"
"No importa, me hiciste un favor de hecho. Esa biblioteca solo tiene pura desinformación sobre el mundo marino"
"¿Y tú como te llamas?, ¿eres nueva?"
"Bueno... podría decir que si... mi apariencia es nueva, pensé que cambiar mi imagen sería bueno para variar"
"¿Cambiar tu imagen...?"
"Es algo parecido a lo que tu haces, cuando cambias a tu forma "humana" en la superficie, y a tu forma Kraken cuando estás bajo el agua. Solo que, en mi caso, mi apariencia es pura estética en la mayoría de ocasiones"
Ruby asintio con su cabeza, mientras sonreía de forma serena, fingiendo que entendía aunque realmente no comprendía nada.
El timbre para iniciar las clases se escucho en el lugar, interrumpiendo la conversación de las dos chicas.
"Oh, deberíamos ir a clases, tenemos examen de historia" Dijo la nueva amiga de Ruby.
"Si... tienes razón" Respondió Ruby con una sonrisa nerviosa.
Aquella chica misteriosa la tomo de la mano de repente, haciendo latir su corazón de forma calida y reconfortante. Sus ojos se encontraron, curiosos y expectantes, cálidos y misteriosos, perdiéndose en este duelo de miradas tan confuso.
"Y respondiendo a tu pregunta, mi nombre es Chelby" Ella permanecia con una sonrisa dulce en su rostro "Chelby Van Der Zee..."
Pero cuando escucho eso último su rostro se congeló.
"Es tailandes~ un lindo apellido, ¿no crees?"
"..."
En el fondo del océano, alguien se encontraba haciendo un viaje para unas importantes compras.
Chelsea se había aventurado en el mercado nocturno de coral. Ella era una de las pocas chicas que tenía permitido ingresar a ese lugar, por por lo general, solo hombres podían entrar a ese mercado.
Pero gracias a su mal carácter, Chelsea se ganó un lugar en este mercado. Y ahora era una cliente habitual que todos respetaban.
Ella nadaba, disfrutando de su forma verdadera de sirena. Mientras con sus ojos veía por los lados, buscándo un puesto en especifico.
Un puesto que pronto logro divisar, hasta el final de la esquina de puestos ambulantes.
Esquivando a distintos tipos de criaturas marinas, como pulpos, lobos acuaticos, ardillas submarinas, cangrejos mutantes, etc, terminó llegando a su objetivo.
Chelsea toco el timbre del puesto, esperando que las cortinas que cubrían el puesto se abran.
Y justamente, así fue.
Se abrieron de forma abrupta, haciendo que Chelsea suelte un pequeño respingo asustado.
"Vaya, vaya, pero si es mi mejor cliente. Un gusto verte de nuevo, Chelsea"
Chelsea se limitó a extender una bolsa marrón al mostrador.
"Ya sabes lo que quiero, dame más de eso"
"Lo que usted diga madam" Aquel ser tomo la bolsa de monedas y la guardo rápidamente en uno de sus bolsillos "Pero debo decirle que se me han acabado las pociones de sueños profundos"
"¡¿Que?!, ¡¿entonces por qué tomaste mi dinero?!"
"Porque tengo algo mucho mejor para ti, y solo por ser tu, dejaré que te lo lleves con un 1.6% de descuento. Una buena oferta, ¿no crees?"
"Si, si, como sea. Solo dime que es esa cosa para ver si me interesa"
"A la orden" Bajo su cuerpo hasta debajo de su mostrador, se escucharon unos inquietantes sonidos de cosas chocando entre si y lamentos espectrales. Hasta que aquel vendedor saco lo que parecía ser un líquido rojo carmesi en un frasco.
Tenia puesta una etiqueta que decia "felices por siempre" junto a una advertencia.
"El amor verdadero jamás podrá ser derrotado"
Chelsea miro confundida lo que aquel vendedor le ofrecia.
"¿Que es esto?" Pregunto la sirenita.
"Es una poción de amor, Chelsea"
"No lo entiendo, ¿por que una poción de amor tendría ese lema escrito como una advertencia?, no tiene sentido"
"No, si lo tiene. Verás Chelsea, esta poción no es como las otras, esta poción le permite a quien la beba, ser feliz junto a su alma gemela por el resto de la eternidad, anulando cualquier tipo de maldición futura o pasada. Además de eso, si al beberlo no ocurre nada, entonces significa que esa persona a la que decías amar realmente no es tu alma gemela. ¡Es justo lo que querias!, ¡algo aceptable para tu moral retorcida!"
Chelsea se quedo sin palabras, solo se encontraba sonriendo, con un sentimiento complicado en su cabeza.
No estaba segura si hacer esto era correcto.
Pero, sonaba tan bien, tan fácil, tan sencillo.
Que simplemente no podia negarse.
"¿Entonces?, ¿que me dices?, ¿aceptas?"
"Si, hagámoslo"
"¡Grandioso!, solo espera un momento, voy a traerte tu cambio"
Chelsea estaba por responder "no hay problema", pero aquel ser simplemente desaparecio en un instante.
Dejando a Chelsea sola en aquel puesto.
Bueno, no sola.
Porque había alguien detrás de ella, escondido, oculto, observandola de manera paciente. Esperando el momento preciso para actuar.
Chelsea no lo sabia, pero alguien de la superficie la había seguido.
¿Quién podría ser ese alguien?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro