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[Capitulo 21]

Algunas personas tienen la creencia de que es mejor ocultar lo que sientes, si eso que sientes puede hacerle daño a otros.

La típica frase "estoy bien, no pasa nada" que usan todos los que ocultan algo.

Sin embargo, esta vez no fue asi. De hecho, Ruby hubiera preferido que Chelsea le haya dicho eso, a lo que está haciendo ahora.

Ignorar el problema. 

Y eso la incluye a ella también.

No ha contestado sus llamadas, sus mensajes, nada.

Anoche cuando Chelsea termino de revelar lo que ocurrio con su madre, lo único que hizo fue escapar, sin decir nada más. Sin mirar atras, solo se fue, nadando en linea recta.

Agatha, su madre, intento permanecer lo más serena posible. Pero era obvio que dentro de ella el remordimiento y la culpa estaban presentes. Se notaba en su mirada, en sus expresiones, en su movimiento nervioso.

De todos modos, eso no fue impedimento para que regresen a casa, sin decir ninguna palabra durante el camino.

Más que un simple "buenas noches" antes de acostarse.

Ruby había estado durmiendo con Chelsea estos últimos dias. Al estar recostada en su cama, permaneció intranquila al no sentir la suave y cálida presencia de su novia reconfortando su ser. La extrañaba con locura, más que nada porque no tuvo la oportunidad de despedirse.

Por suerte, ella era lista y entendía perfectamente que Chelsea necesitaba un tiempo a solas.

El verdadero problema comenzó al día siguiente, por la mañana. Ruby volvio bombardear a Chelsea con mensajes y llamadas pero ninguno fue respondido.

Ya se estaba haciendo tarde para ir a la escuela, pero no le importaba. Lo unico que queria, era hacerle saber a Chelsea que puede contar con ella para lo que sea.

Después de todo, eso es lo que se espera de una buena relación, la confianza y una genuina preocupación por ayudar ayudar al otro en lo que necesite.

Tan absorta estaba en sus pensamientos y planes, que no escucho la puerta abrirse. Su madre ingreso a la habitación, sosteniendo un teléfono en sus manos.

Era el teléfono de Chelsea, ella lo había dejado en la mochila de Ruby la noche anterior.

Los ojos de Ruby se desanimaron aún mas, mientras perdía toda esperanza de poder hablar con su sirena.

"Tal vez puedas encontrarla en la escuela..." Dijo Agatha con la voz debil y cortada, aún parecía estar afectada por lo que ocurrio anoche.

Ruby no quiso decir nada más, sabia que tenía que confrontar a su madre para que le diga su versión de los hechos, pero simplemente no se sentía lista para hacer eso.

Su madre dejo la habitación, tiempo que Ruby aprovecho para cambiarse y alistarse.

Con la esperanza de encontrar a Chelsea en la escuela.

Y hacerle recordar que estara con ella.

En las buenas y en las malas.

"..."

Frio, rígido y preocupado. 

Tres palabras que describían su estado actual junto a sus emociones.

Se encontraba caminando por los pasillos de la escuela, con sus típico skate y usando sus auriculares. Pero, por más raro que parezca, esta vez no se encontraba escuchando música.

Se encontraba escuchando sus pensamientos, sus ideas, sus miedos. Lo que había descubierto era mucho que procesar.

Y lo peor no era eso, lo peor, era que no tenía prueba alguna para demostrar la verdad.

Había odio muchas cosas de ella, incluso el mismo se dio cuenta de esas cosas. Ella era vanidosa, egoista, narcisista. Lo peor de lo peor.

Grande fue su sorpresa cuando se entero que tenía una relacion con una amiga de su mismo grado. Jamás imagino que Ruby Gillman, aquella chica con piel celestina que dice venir de Canadá se llegará a enamorar de alguien como... Chelsea.

No por el hecho de que sea una mujer, eso daba igual, más bien, por el hecho de que Ruby odiaba a Chelsea con todas sus fuerzas.

Era lógico, aquella chica pelirroja le estuvo haciendo la vida imposible a Ruby. Siempre la molestaba, en redes sociales, en publico, incluso en privado.

Nunca la dejo de acosar.

Que sorpresa, que de un día para el otro, estas dos chicas estén comprometidas, ¿no?

Unos podrían pensar que esto es simple obra del destino, que todo este tiempo Chelsea estuvo ocultando sus verdaderos sentimientos hacia Ruby, y cuando los revelo, Ruby la acepto porque es una buena persona que cree que todos pueden cambiar.

Hasta el llego a creer eso.

Pero... tristemente, ya conocia la verdad.

Primero, Chelsea es una sirena, algo que el no se esperaba para nada. Segundo, es racista, la vio discriminando a una actriz de piel oscura que salió en una pelicula que se estreno recientemente.

Y por último, lo más importante, es una maldita manipuladora desquiciada.

Aún recuerda como se entero. Estaba recorriendo la playa a altas horas de la madrugada, de camiso a su casa, cuando encontró cerca del muelle una mochila que era idéntica a la de Ruby.

Por curiosidad, decidió revisar para ver si efectivamente se trataba de la mochila de Ruby. De ser asi, la guardaría hasta verla mañana en la escuela, de no ser el caso, simplemente la dejaría ahí sin más.

Lo primero que encontró fue ropa, el abrigo que Ruby solía usar junto a sus pantalones cortos. No necesito buscar más para saber que esa ropa era de ella.

Luego, encontró un par de notas, pegadas en las esquinas superiores. Algunas con anotaciones de la escuela y uno con la marca de un beso y un número con la letra "C" pintada de rojo.

Pero lo que más llamo su atención, fue encontrar dos teléfonos que casualmente, compartir su protector. Uno siendo el contraste perfecto del otro.

Un detalle realmente lindo.

Lo que no fue lindo, es lo que encontro en uno de los teléfonos. 

Desbloquear la pantalla fue realmente sencillo, su padre se había encargado de darle ciertos consejos para este tipo de situaciones. En primera instancia, lo hacía por sospechas, ya que, toda la situacion con Chelsea le parecía extraña.

Ya se había enterado que la chica nueva era una sirena, ¿había algo peor que eso?, bueno, tal vez descubrir la razón exacta por la cual Ruby termino enamorandose de ella de un día para el otro sería lo más cercano a un descubrimiento más fuerte.

Desgraciadamente, lo que se encontró fue aún peor que eso.

Dejando de lado las incontables fotos que Chelsea guardaba en su galeria, fotos donde principalmente salía Ruby y ocasionalmente Chelsea salía junto a ella.

No jodas, hasta el fondo de pantalla era una foto de las dos.

Esto le hacía pensar que, tal vez, el amor que sentian estas dos era genuino...

Pero no, claro que no es asi, es todo lo contrario.

Encontro un block de notas que al parecer Chelsea usaba como diario, con más de 3 meses de seguimiento, donde Chelsea narraba como se haría con el control del tridente usando a la víctima que más le convenga.

Leyó lo más rápido que pudo, la curiosidad no lo dejo pensar en algo más, solo leyó y leyó, mucha información, poco tiempo para procesarla.

Era demasiado... y pues... el simplemente no podia creerlo.

Estaba por llevarse el teléfono cuando sintió la presencia de alguien acercandose, asustado, solto todo lo que tenía en mano y se alejo lo más rápido que pudo.

Cuando estuvo ya hasta el final de la playa, recién entendió que lo que había visto, era algo demasiado importante. Y que fue un idiota al no haber tomado foto de toda la evidencia.

Volviendo al ahora, el no tenia idea de que hacer. No podía solo ir y contarle a Ruby lo que vio, no tenia ninguna prueba para demostrarlo. Quedaría como un idiota o un loquito.

Tenia que pensar en algún modo de tener ese celular nuevamente en sus manos, para poder sacar toda la información necesaria y exponer a Chelsea como la maldita manipuladora que es.

Pero la pregunta es... ¿como?

...

...

...

No entendio bien lo que ocurrio, pero terminó chocando con alguien mientras caminaba.

Claramente fue su culpa, el no estaba préstamo atención a donde se dirigia.

"Oye... lo siento yo-" Su mirada se ensancho junto a una mueca asombrada, al descubrir que chocó con nadie más que Ruby, su querida amiga Ruby "¡Ruby!, ¡lo lamento!" Connor extendio su mano a ella, para ayudarla a levantarse.

"No hay problema..." Ruby rechazo la ayuda y se puso de pie por su cuenta "Estoy bien, solo fue una caida"

"Igual lo siento, fue mi culpa, no vi por donde iba"

Con un rápido vistazo, pudo notar que los ojos de Ruby estaban inquietos, mirando de un lado para el otro, rebotando sobre si.

"¿De casualidad has visto a Chelsea?, llevo toda la mañana buscandola..."

"Eh... no, lo siento, no la he visto" Le incomoda bastante hablar de Chelsea, pero tenia que seguir disimulando, no había de otra.

"Esta bien... gracias, supongo que iré a la cafetería y veré si la encuentro ahí..."

Ruby se veía tan preocupada, tan pensativa y decaida, que Connor no pudo ignorarlo. Por más que sabía que meterse de más era preligroso, no podía quedarse callado.

"¡Espera, Ruby!" Dijo deteniendo a su amiga "Hay algo que... tengo que decirte. Se trata de ti... y de Chelsea, ya lo sé todo"

Los ojos de Ruby reaccionaron con sorpresa y miedo. Mucho, mucho miedo.

"¿Crees que podamos hablar en privado?" Pregunto Connor con timidez.

"Si... claro... vamos a otro lado..."

"..."

Y ese otro lado, se trataba de nada más ni nada menos que...

El muelle, otra vez.

Connor no terminaba de entender porque Ruby quiso traerlo aqui, tan lejos de la escuela. Pero tampoco se esforzó mucho en pensar en una posible respuesta, estaba más enfocado en ir preparándose para lo que diría cuando sea el momento.

Ruby se detuvo, subida en el muelle, mirando hacia los lados, verificando que estaban solos.

"Bien... parece que no hay nadie..."

"¿Me permites empezar?" 

"No, yo lo haré, estoy cansada de ocultarlo... creo que tu más que nadie mereces saber la verdad"

Connor entendio, y se quedó en silencio, esperando que Ruby tome la palabra.

"Escucha... yo... toda mi vida he estado aqui, en la superficie, sabía que tenía una conexión con el mar pero... tenia miedo, por eso nunca me atreví a sumergirme... no sabía que iba a hacer cuando llegue al agua. Esa incertidumbre termino condenandome a permanecer sin conocer un lado de mi que permanecía oculto"

Connor escuchaba con atención cada palabra, principalmente porque no lograba entenderlas bien.

"Pero... gracias a Chelsea es que por fin pude dejar mi miedo por el océano... y mi verdadero yo que ya conocia brilla con más fuerza gracias a ella..."  Ruby retrocedio unos pasos más, sin dejar de mirar a Connor "Y ahora... quiero mostrarte mi verdadero yo a ti también..."

"Espera Ruby te vas a-" Trato de advertirle que estaba por caerse, pero fue muy tarde, Ruby cayo al agua de espaldas "¡Ruby!"

Estaba apunto de saltar para intentar ayudarla, pero se detuvo cuando vio una brillante luz morada iluminando el agua.

"Sorpresa... soy una kraken..." Dijo Ruby con timidez mientras se elevaba en el agua.

Connor se quedo con la boca abierta, sin poder creerselo. ¿A donde había ido esa pequeña e inocente amiga suya que tanto queria?.

Y más importante aún.

¿A donde había ido su ropa?

"Connor dime algo al menos... no entiendo porque te quedas callado, ¿no era esto de lo que me querías hablar?" Pregunto Ruby confundida.

"No... yo... no tenía idea de... esto..." Dijo Connor manteniendo su expresion sorprendida.

"¿Entonces... tu... no sabías que yo era una...?" Ruby sintio su cara enrojecer de vergüenza, por culpa de su paranoia había revelado su secreto cuando no había necesidad de hacerlo "Oh... mierda"

Ruby trato de ocultar su mirada apenada y de vergüenza, pero era muy complicado, se notaba a leguas.

Ahora solo le tocaba confiar en que Connor no sería como Chelsea. Que no haría lo mismo que hizo ella cuando descubrio su secreto.

¿Podía confiar en el?

Eso se debió haber preguntado antes de hacer todo este espectáculo delante suyo.

"..."

Ella permanecia en el rincón de su cuarto, asustada y escondida. Con sus piernas aferradas y con la cabeza agachada.

Ella ya lo había dicho, odiaba esconderse. Pero... no tenía otra opción. El miedo que sentía era muy fuerte, más fuerte que ella.

Sus ojos estaban exhaustos, no durmió ni un poco, se quedo toda la noche llenándose de lamentos y llantos. Crudos y desgarradores llantos que traían a su mente recuerdos preciados para ella.

Jamás pensó que encontraría a la asesina de su madre, y mucho menos imagino que esa misma mujer que terminó con la vida de su madre todo este tiempo haya sido su suegra.

Detestaba el hecho de que ella había sido amable con Agatha... maldición, aún recordaba como por un día entero estuvo intentando ayudarla en todo lo posible, sin saber que estaba ayudando a una asesina.

A la culpable de que ella sea reina de su "pueblo" a tan corta edad. Cuando su madre fallecio, no había nadie más que pudiera tomar su cargo como reina, tenía una hermana, pero... ella solo se alejo, así que todo esa responsabilidad le cayo encima.

Una de las razones por las que vino a esta escuela, fue para conseguir el tridente, era su principal prioridad. No obstante, también era una excusa para dejar atrás todas sus responsabilidades y ser libre.

Pero ahora todo era dificil, muy dificl para ella.

Tenia a Ruby completamente dominada, un perfecto blanco manipulable. Practicamente, si se esforzaba un poco más, dentro de poco tendría el tridente en sus manos.

Esto no era solo por querer poder, por querer dominar. Comenzó como eso, pero ahora, era algo más personal.

Simple y vulgar venganza.

Después de todo, ese tridente le pertenece a ella por herencia. Su madre era la dueña original, hasta que, claro, los krakens se lo arrebataron.

Esto no concordaba con lo que ella creía de niña, desde pequeña vivio fascinada con los krakens. Pero no sabía que un kraken fue el culpable de que ella sea huérfana.

Extrañaba con fervor los suaves brazos de su madre, ella solía ir a ellos cuando se sentía mal. Su madre siempre sabía que decirle para hacerla sentir mejor. Nunca sintió mayor seguridad que cuando estaba con ella.

Lo que más se le podia parecer, era a lo que sentía cuando estaba con Ruby. Pero ni eso lograba ser igual de especial.

"Ya pensé demasiado las cosas..."

Su mirada se ensancho con furia. Sus ojos se encontraron con una fotografía que ella tenia en su cuarto. Una fotografía enmarcada en un pequeño cuadro.

Ella recordaba ese momento, aunque no recuerda como tomo esa foto. Pero eso no importa.

Tomo la foto en manos, su furia y molestia crecian aún más mientras seguía viendo la fotografía.

Odiaba este sentimiento, odiaba el amor que sentía por Ruby Gillman. Si no fuera por ese amor, ella podría hacer las cosas que quiere sin dificultades. 

Sin culpa, sin pesares.

Podría ser como era antes... una chica despreocupada, libre, que no pensaba en las consecuencias de sus acciones, porque simplemente no le importaba a quien podría dañar con estas.

Pero ahora, en el presente, aunque piense un monton de cosas, su corazón no mentia, ella aún tenía dudas.

Y esas dudas que su corazón transmite, es lo único que la mantiene por el buen camino.

Al menos por ahora.

Claramente, esas dudas no durarán para siempre.

Luego de pensarlo bien, llego una idea a su mente. Una arriesgada idea para asegurarse de mantener a sus dos lados felices.

Una forma en la que honraria a su madre y mantendría su corazón latiendo con ĺa misma fuerza, al compás de este magico amor que sentía por su pequeña bebita kraken.

"Estaremos juntas..." Chelsea abrazo con fuerza la fotografía que sostenia "En las buenas y en las malas"

Limpio lo que quedaban de sus lagrimas, y se puso de pie. Limpio su ropa rápidamente y salió de su cuarto.

Tenia que hablar con Ruby, para aclarar las cosas.

Y también... por otro detalle.

Quería recuperar su celular. 

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