[Capitulo 14]
N/A: Pensé que terminar este capítulo sería más sencillo, pero si que me ha dejado cansado... espero que todo haya quedado bien al final.
En otras noticias, ¡gracias por el apoyo!, estoy absolutamente conmocionado por el enorme recibimiento de esta historia.
De verdad no lo esperaba, pense que está historia pasaría sin pena ni gloria por ser algo "extraña" y "diferente", pero ver cuanta gente disfruta de esto al igual que yo me hace sentir menos mal conmigo mismo... pense que tenía la cabeza algo perturbada por hacer un fanfic de un ship de una película que aún no ha salido, pero supongo que no es tan extraño si a más gente le gusta jsjs.
¡Muchas gracias!
"..."
Ella miraba incredula, ansiosa, confundida.
La pregunta que planteo la señorita madre de su querida e inocente novia, fue demasiado para ella.
Demasiado que procesar, demasiadas cosas que decir.
Demasiado difícil saber como actuar ante esta situación tan complicada.
"¿No vas a decir nada?" Pregunto la kraken con una sonrisa tenue en su rostro "Lo suponia... no eres más que un parásito manipulador, las sirenas son solo eso, engreidas, egoístas, narcisistas. Todas son iguales, todas son basura"
Chelsea agachó la cabeza, herida por aquellos comentarios. Le dolía porque en el fondo, sabía que todo eso era cierto, toda su familia es igual, todos son basura.
Ya no tenía fuerzas para seguir siendo valiente, o para tan siquiera intentarlo. Estaba acorralada, el hecho de que la madre de su novia sea tan estricta le recordaba ciertos traumas de su niñez que ella prefería dejar como malos recuerdos. Pero ahora, esos recuerdos salían a flote, como si las pesadillas se hicieran realidad.
Dicen que un rayo no cae dos veces en el mismo lugar, pero parece que eso solo es una mentira, una cruel y vil mentira.
Cuando menos lo esperaba, alguien tomo su mano, Chelsea sintió una piel suave y cálida entralazandose con sus dedos. Al observar bien, cayo en cuenta de que se trataba de Ruby, su pequeña y dulce Ruby.
Pero Ruby no la miraba, miraba a su madre, con un semblante retador y molesto. Una faceta de ella que recordaba muy bien, era la misma mirada que recibía de ella antes de que se empezaron a llevar mejor.
"¿Que crees que estas haciendo, hija?"
"No puedo permitir que le hables de esa forma a Chelsea, ella no se merece todo esto"
"¡¿Acaso olvidas la forma en la que te trato meses antes?!, ¡¿no recuerdas como todas las noches me contabas tus problemas?!, y casualmente... ¡esa maldita sirena siempre tenía mucho que ver en tu sufrimiento!"
"¡Pero ahora ella es responsable de mi felicidad!, la misma sirena que antes me hacia sufrir... ahora solo llena mis días de felicidad y emoción, ¡estoy dispuesta a confiar ciegamente en ella!, ¡porque creo en el cambio!, ¡se que todos pueden cambiar!"
La madre de Ruby retrocedió unos pasos, sorprendida y conmocionada por la enorme determinación de su hija.
La forma en la que su pequeña se expresaba, le traía recuerdos, viejos recuerdos de cuando ella defendió un amor que al final no funcionó.
Esos recuerdos dolorosos fueron lo suficientemente fuertes como para dejar a la señora Gillman en un leve estado de shock. Momento que Chelsea aprovecho para reunir valor nuevamente y tomar la palabra.
"Sin ofender... señora Gillman, pero usted no puede venir y decirme todo eso así tan de repente. Usted no tiene idea de todo lo que Ruby y yo hemos pasado juntas... no han sido muchas cosas, pero esos pequeños momentos nos han ayudado a cambiar, a mejorar para bien, y ahora... gracias a eso, es que estamos juntas" Dijo Chelsea con un semblante valiente y algo nervioso, acomodo su cabello detrás de sus orejas y continuó hablando "Yo estoy... muy agradecida de que eso haya pasado, jamás en mi vida habia sido tan feliz..."
Chelsea volteó a ver a Ruby, la pequeña kraken se encontraba con sus mejillas teñidas de rojo, con una expresión ansiosa y conmocionada. Casi como si estuviera siendo solo una espectadora de un evento que solo sucede en los fanfics de fantasia.
O algo asi.
Chelsea soltó un suspiro amargo, pesado y tedioso. Para después, continuar hablando.
"Yo sé... que le hice mucho daño a su hija, y estoy profundamente arrepentida por ello... no sólo eso, cada día me esfuerzo para enmendar mi error. Por favor... señora Gillman, confie en mi, he cambiado, ya no soy la misma Chelsea que era antes... ahora soy..." Con una mirada rápida puesta en Ruby, Chelsea recordó el tierno apodo que ella le había puesto, y decidió usarlo para presentar a la nueva versión de si misma "Soy Chilsy... y le prometo que no volveré a hacer daño a su hija... nunca más..."
Ruby solto una risa al escuchar lo que Chelsea dijo. Mientras que la pelirroja se moría de vergüenza, algo que era evidente por el fuerte sonrojo que tenía cubriendo su rostro.
"Wow... eso fue... tan vergonzoso..." Dijo la madre de Ruby en respuesta, sintiendo como sus mejillas entraban en calor "Me hiciste recordar cuando mi esposo hizo lo mismo por mi cuando pidió mi mano"
Chelsea solo sonrió con ternura, saber este detalle fue algo realmente lindo.
"Perdóneme... es solo que... estaba inspirada..."
"No le basto con copiar el romanticismo de mi padre, ¡también copio mis diálogos!" Pensó Ruby con el ceño fruncido.
"Jajaja... se nota niña, se nota. Cuando uno está enamorada... dice todo tipo de cosas... lo entiendo" Dijo la madre con una sonrisa.
Al parecer, la situacion ya se había calmado un poco.
"Entonces... eso significa... que... ¿tengo permiso de seguir saliendo con su hija?" Pregunto Chelsea, con sus ojos brillantes y esperanzados.
"Yo nunca dije eso" Dijo la señora Gillman con rapidez, contestando la pregunta de Chelsea.
"Oh..." Se le rompio la ilusión a Chelsea.
"Pero, por ahora, es un tal vez... depende de ti que ese tal vez cambie a un si definitivo... ¿puedes hacerlo, no?, pequeña sirena..."
Extrañamente, eso último lo dijo con un tono de voz diferente, uno más seductor y... ¿coqueto?, bastante raro.
Chelsea intento, trato con todas sus fuerzas no ponerse nerviosa, pero le fue imposible no sonrojarse aunque sea un poco.
Cada vez que miraba a la madre de Ruby, imaginaba que su Ruby algún día sería igual que ella. Y técnicamente esto era algo que eventualmente pasaría.
En palabras simples, la señora Gillman era una versión adulta de su ahora novia.
Era muy difícil para Chelsea no confundir sus sentimientos tomando en cuenta todo lo anteriormente mencionado.
Por suerte, logro calmarse antes de que la situación empeore.
"¡No se preocupe señora!, ¡yo haré lo que sea!, ¡no importa que se ponga en mi camino!, ¡con el poder del amor lograré vencer-!"
"Tienes hasta el fin de la semana" Dijo la señora Gillman con un tono de voz profundo y grave.
"¿Q-que?, ¿como que hasta el fin de la semana?" Pregunto Chelsea confundida al 100%.
"Tienes hasta que termine la semana para hacerme cambiar de opinión, de lo contrario, no te quiero volver a ver cerca de mi hija" Exclamó la mayor con un tono de autoridad supremo, con una sonrisa algo misteriosa que parecía ser más una muestra de superioridad.
"P-pero... señora Gillman..."
"¿A que le temes tanto?, ¿no dijiste que tu harías lo que sea por mi hija?"
"Si... pero... ¡solo tengo 4 dias!, n-no se si sea tiempo suficiente..."
"Ese no es mi problema"
"¡Mamá, no puedes poner esos terminos!, ¡Chelsea ya me ha demostrado que me quiere!, ¡no es necesario que haga nada más!" Exclamó Ruby saliendo a defensa de su novia.
"Para mi si es necesario, si quiere demostrar ser digna de ti, debe hacer notar su amor, debe hacer que llegue a los rincones más profundos del océano... que se note de aquí hasta China de ser necesario"
Ruby estaba por decir algo, le parecía absurdo lo que su madre estaba diciendo, pero fue interrumpida por Chelsea.
"No... Ruby... tu madre tiene razón... será difícil, pero se que puedo con esto" Dijo la pelirroja con una sonrisa.
"¿Aceptas entonces?" La madre de Ruby extendio su tentáculo a Chelsea, la pequeña sirena se sonrojo al llegarle recuerdos del tentaculo de su novia entrando en ella hace unos momentos, pero logro despejar esos pensamiento para aceptar el apreton de manos.
"Acepto, señorita Gillman, ¿o deberia llamarla suegrita~?" Pregunto Chelsea con una sonrisa arrogante, una muestra de su encanto y personalidad que conservo de su antigua yo.
La madre de Ruby solo se rio, divertiendose por el comentario. Sin embargo, de repente su risa se detuvo en seco y el silencio reino por unos largos y profundos segundos.
Hasta que ella volvió a hablar, esta vez, con sus ojos brillando del color de sus pupilas. Como si una estela brillante y celeste amenazara con salir disparada.
"Vuelve a llamarme así y ni el tridente más poderoso te salvara de lo que te haré"
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