La unión ya estaba sucediendo, el contacto, la intimidad... el momento especial, el más esperado.

Pese a no ser la primera vez, se sentía igual de especial como si lo fuera. Esto debido a que justamente, tanto sirena como kraken, lograron dejar ir sus miedos, expresando de una forma más completa y adecuada los sentimientos que tenían guardados en lo más profundo de su ser.

Y ahora, para celebrarlo, no hubo una mejor idea que un coito desenfrenado, algo que era muy arriesgado, porque tenían compañia en la casa.

Ambas sabían esto, pero no les importó a ninguna de las dos, solo tomaron la decisión de apresurarse para no ser descubiertas. La lujuria había llegado a niveles incontrolables, tanto que, como se puede ver, ninguna de las dos se puso a pensar detenidamente en lo que estaban haciendo y las consecuencias que traería el ser descubiertas.

Pero, por ahora, todo parecía tranquilo.

Las chicas se divertian. Como siempre, Ruby dominaba a la hora de la intimidad, gracias a sus grandes... largos... y atractivos tentaculos. Algo que no resaltaba mucho normalmente, pero claro, en este ambito, ese detalle dominaba como una bestia.

Una divertida coincidencia, ya que, así se encontraba Ruby, como una bestia que se encontraba "devorando" a su presa. Disfrutando del exquisito sabor de la carne de la pequeña sirena.

Chelsea, por su lado, no podía estar más feliz, no sólo había confirmado su relación con el amor de su vida, sino que, como si la vida no pudiera ser mejor, ahora ese mismo amorcito suyo se encontraba dándole algo de cariño a ella también. Un cariño que ella disfrutaba y apreciaba mucho. 

Tal vez demasiado... ella podría volverse adicta a hacer esto con Ruby. Tanto que, a su mente, llegaron muchos escenarios ficticios, donde llevaba a cabo la acción de copular con Ruby.

Chelsea abrio sus ojos, los había mantenido cerrados por los nervios, pero cuando los abrio, se dio cuenta de que Ruby también los tenía cerrados, eso le pareció tierno, y una dulce sonrisa se formó en su rostro.

Para después, seguir siendo brutalmente follada por el tentáculo.

Todo era hermoso, majestuoso y muy satisfactorio...

Pero, había un detalle. Un pequeño y minúsculo detalle.

Chelsea no sólo vio a Ruby, por desgracia, también vio algo más, al alzar la mirada, encontró unos ojos mirandola con intensidad. Cuando vio bien, se encontró con lo que parecía ser la madre de Ruby, mirándo la escena en silencio.

No se movía, no hacía nada, solo estaba parada, cerca de la puerta, observando... juzgando con esos ojos tan profundos y misteriosos.

Parecía que había entrado en shock, y por más que sus ojos veían otra cosa, su cerebro pensaba en otra.

Eso explicaría porque ella esta parada sin hacer nada más que mirar, esta procesando toda la situacion... y de seguro debe ser duro para ella.

Y hablando de cosas duras, Ruby finalmente sintió la intimidad de Chelsea húmeda por sus líquidos vaginales. Chelsea se había venido.

Ella también estaba en shock, super roja de la vergüenza, y su cuerpo solo reacciono al estímulo que Ruby producia. Ella sintió placer, si, pero el miedo era el sentimiento que dominaba en esta ocasión.

Ruby retiro su tentáculo del interior de Chelsea, sonriendo extasiada, ya que también lo había disfrutado, miro a su amada esperando que ella también luzca satisfecha y feliz.

No obstante, cuando encontró su rostro solo vio un rostro de completo pavor paralizado por el miedo.

Ese miedo se podía ver por sus ojos, mirando fijamente a un lado del cuarto.

Ruby se tardo un poco en entender lo que ocurria, por suerte, Chelsea logro salir de su shock y hacerle señas a Ruby de que su madre se encontraba en la habitación.

Como era de esperarse, Ruby tampoco dijo palabra alguna, simplemente no había nada que decir.

¿Que podia decir en una situación como esta?

Simplemente por su cabeza no pasaba ninguna respuesta a esa pregunta, su reacción natural la controlo. 

Quedarse pasmada, sin saber que hacer, sin saber que decir, sin saber como actuar. Eso es todo lo que pudo hacer.

Hasta que, el silencio se rompio, con el sonido de la puerta cerrandose.

Aquella señorita kraken le había hecho un gran favor a las chicas cuando se retiro de la habitación sin decir o hacer nada. Sin embargo, tanto Ruby como Chelsea sabían que esto no había terminado, y si o si tendrían que hablarlo ahora que bajen a la sala.

Ruby quería morirse ahí mismo, la vergüenza que sentía era la más grande que experimento en toda su vida. 

Solo ponte un momento en su lugar, ¿tu que harías si te descubren en una situación como esta?

Por otro lado, Chelsea, también estaba muriéndose de la vergüenza, jamás había experimentado algo asi, era un nuevo sentimiento, pero no era tan agradable como el amor que sentía por Ruby... esta vez, era un sentimiento que hubiera preferido nunca conocer.

Aún asi... por increíble que paresca, muy en el fondo... Chelsea quería seguir con la acción.

Pero sabía perfectamente que eso no sería posible.

Tenia cosas más urgentes que atender, cosas mucho más importantes y prioritarias de atender que su maldita y enorme calentura.