
III
▪️▪️🥋𝐓𝐡𝐞 𝐭𝐞𝐜𝐡𝐧𝐢𝐪𝐮𝐞 𝐨𝐟 𝐥𝐨𝐯𝐞🥀▪️▪️
*Si no es mucha molestia comenten pliss y no sean lectores fantasma se lo agradecería mucho que comentaran en esta historia*
Capítulo III: Noche en casa de Daniel Larusso
Jessica no había soltado la mano de Daniel ni un solo segundo desde que llegaron al taller del señor Miyagi.
Se sentía impotente al verlo así, tan herido y vulnerable.
Su rostro estaba hinchado, tenía un corte en la ceja y el labio partido, su respiración era pesada, pero al menos estaba estable.
El anciano se movía con precisión y calma, trayendo un botiquín de primeros auxilios y un paño húmedo.
Jessica lo observó con preocupación mientras él comenzaba a limpiar las heridas de Daniel con movimientos suaves pero firmes.
A cada toque, el chico gimoteaba en su inconsciencia, lo que hacía que Jessica apretara los dientes con rabia contenida.
---Va a estar bien ---dijo el señor Miyagi con su voz serena--- Daniel-san es fuerte.
Jessica tragó saliva, sintiendo que la angustia la invadía. ---No tenía que pasar por esto... ---murmuró con un nudo en la garganta--- Yo debí hacer algo antes.
Miyagi la observó con una expresión sabia y comprensiva--- Culpa es veneno para el alma, Jessica-san, no sirve de nada beberlo.
Ella bajó la mirada, acariciando con cuidado el cabello de Daniel.
Su corazón latía con fuerza, no solo por la ira contra su hermano, sino también por la culpa de haber involucrado a Daniel en su vida de una manera que lo había puesto en peligro.
Después de unos minutos de silencio, Daniel gimió y movió la cabeza ligeramente.
Jessica se inclinó de inmediato, sosteniéndole la cara con delicadeza.
---Daniel... ¿puedes oírme? ---susurró con desesperación.
Él parpadeó lentamente, su mirada desenfocada antes de fijarse en ella.
Una sonrisa débil apareció en sus labios partidos.
---Rubita... ---susurró con voz ronca--- Está es la parte donde tu beso es mágico y ayuda a curar mis heridas
Jessica soltó una risa entrecortada, sintiendo las lágrimas arder en sus ojos, le tomó la mano con más fuerza.
---Idiota... ---le respondió con dulzura--- Aunque buen intento pero si quieres un beso tienes que trabajar más
Daniel intentó reír, pero se quejó de dolor. Miyagi lo observó con su calma habitual.
Miyagi le ofreció un té caliente a Jessica, que aceptó con gratitud.
Miraba a Daniel, quien tenia los ojos cerrados porque estaba algo mareado, con una mezcla de ternura y preocupación.
---Él te importa mucho ---comentó Miyagi con una leve sonrisa.
Jessica se mordió el labio, dudando un segundo antes de responder.
---Sí... más de lo que pensé ---admitió en voz baja.
El anciano asintió con sabiduría, como si ya lo hubiera sabido desde el principio.
---Entonces cuida de él, Jessica-san, Daniel-san necesitará mucho más que solo fuerza para seguir adelante--- dice el señor Miyagi
Jessica asintió, con la determinación brillando en sus ojos.
No iba a dejar que nada ni nadie volviera a lastimarlo.
Y si eso significaba enfrentarse a su propio hermano, lo haría sin dudar.
Porque ahora, más que nunca, sabía que Daniel Larusso no era solo un acuerdo temporal en su vida... sino alguien que, sin darse cuenta, se había convertido en algo mucho más importante para ella.
Daniel miró a su alrededor con el ceño fruncido, aún sintiendo el impacto de lo que había ocurrido. Se giró hacia el señor Miyagi y Jessica, quienes estaban en silencio, observándole.
---¿Dónde está Spider-Man? ---preguntó de repente, con cierta incredulidad
---- no sabía que eras fan de los comics--- dijo ella con una sonrisa
--- honestamente cielo, ¿acaso no tengo pinta de que me gusten los comics?--- preguntó y ella se rió
--- puede que un poco--- admitió
El señor Miyagi no respondió, simplemente inclinó la cabeza levemente, con su expresión tranquila e impenetrable de siempre.
---Vale, pero ahora enserio ¿Qué ha pasado? ---insistió Daniel, sintiendo que faltaba una pieza clave en todo esto.
Jessica, que había permanecido en silencio, esbozó una leve sonrisa y miró de reojo al señor Miyagi.
Daniel siguió su mirada y, de pronto, lo entendió.
Su expresión cambió a una mezcla de sorpresa y admiración.
---No... no me digas que... ¿Ha sido usted? ---preguntó, sin poder ocultar su asombro.
El señor Miyagi, con su serenidad habitual, asintió lentamente.
---¿Desde cuándo sabe usted karate? ¿Dónde aprendió?---- pregunta el chico
El anciano miró a Daniel con paciencia y respondió con calma--- padre
---¿Su padre? ---Daniel frunció el ceño, confundido--- Creí que su padre era pescador...
Jessica le dio un suave codazo en el brazo.
---¡Daniel! ---susurró, divertida, pero también en tono de reproche.
El señor Miyagi no pareció ofenderse. En cambio, sonrió levemente y respondió---Un Miyagi aprende dos cosas... karate y pesca.
Daniel asintió lentamente, comprendiendo un poco más sobre su maestro.
Luego, tras unos segundos de reflexión, le preguntó---¿Y usted ha enseñado alguna vez a alguien más?
El anciano inclinó ligeramente la cabeza antes de responder
---Depende--- responde
Jessica intervino con curiosidad---¿Depende de qué?
El señor Miyagi los miró a ambos, con su expresión sabia y serena.
---Depende de la razón--- admite
Daniel se quedó pensativo ante esa respuesta.
Entonces, casi sin darse cuenta, la pregunta salió de su boca---¿Qué le parece la venganza?
El anciano suspiró, como si ya hubiese oído esa pregunta muchas veces antes.
---La venganza no buen motivo ---respondió--- pelear último recurso, karate no para atacar, solo para defender.
Daniel frunció el ceño---Eso no es lo que enseñan los otros.
Jessica bajó la mirada por un instante, recordando cómo su hermano le había pegado al chico
Su voz sonó más seria cuando habló---Ellos pueden ser malos alumnos... pero la culpa es del maestro, que les ha lavado el cerebro
El señor Miyagi la miró con comprensión y asintió.
---Muy cierto. No existe mal alumno, solo mal maestro. Profesor enseña... alumno hace--- responde
Daniel suspiró y, con un intento de aliviar la tensión, bromeó:---Entonces la solución sería hablar con el maestro y todo se arreglaría.
El señor Miyagi lo miró con interés y asintió con seriedad---Buena idea.
Daniel abrió la boca, sorprendido---¡Era una broma! Obviamente me matarían si lo hiciera.
El anciano sonrió levemente---tu ya muerto--- dice
Jessica soltó una pequeña risa, divertida por la respuesta, pero Daniel no se rio tanto.
La situación seguía siendo demasiado tensa para él.
Sin embargo, ahora la idea se había plantado en su cabeza.
---¿ podria usted venir conmigo a hablar con él?---preguntó con cautela.
El señor Miyagi lo observó en silencio por unos segundos--- Buena idea para Daniel-San, lala idea para Miyagi.
Daniel sintió una pequeña punzada de frustración.
Se levantó, suspirando.
---Gracias por esto... aunque ahora estoy metido en más problemas que antes--- dice el chico
Miró al anciano con una mezcla de resignación y respeto.
El señor Miyagi suspiró y, finalmente, asintió---Miyagi irá con Daniel.
Daniel sintió alivio---Gracias, muchas gracias señor Miyagi
Luego, se quedó pensativo por un momento y, con una pequeña sonrisa, preguntó---¿Qué cinturón tiene usted?
El anciano lo miró con humor en los ojos y respondió---Cinturón de lona, comprado en supermercado, tres euros
Jessica rió ante la ocurrencia--- muy elegante, le va con los ojos
Daniel, sin embargo, entendió lo que el maestro quería decir.
---Karate no está en cinturón ---continuó el señor Miyagi, tocando su cabeza y su pecho---Karqte aquí y aquí
Daniel asintió, comprendiendo el mensaje---Entonces... ¿mañana por la mañana?--- Le pregunta
El anciano cerró los ojos un momento y luego asintió.
Cuando Daniel y Jessica salieron, él la miró de reojo y le preguntó
---¿Y ahora qué vas a hacer rubita?--- Le pregunta
Jessica suspiró.
---No lo sé... Si vuelvo a casa, tendré que hablar con mi hermano... y la verdad es que no tengo ganas de más peleas--- admite la chica
Daniel se quedó en silencio por un momento antes de ofrecer:
---Si quieres... puedes quedarte en mi casa, mi madre trabaja esta noche, así que no le importará, puedo dormir en el sofá, no te preocupes, solo quiero que estés comods--- le dice el chico
Jessica sonrió, agradecida---Gracias... pero no quiero molestar
---No molestas, de verdad--- dice el chico con una sonrisa
Después de unos segundos de duda, Jessica aceptó la oferta y ambos subieron al apartamento de Daniel.
Una vez dentro, él le señaló su habitación
---Puedes dormir aquí, seguro no es tan bonita como la tuya pero la cama es comoda, yo dormiré en el sofá--- dice el chico
---No quiero ser una molestia... puedo yo dormir en el sofá y tu en tu cuarto, no me molesta--- dice la chica
---No lo eres, jamas serias una molestia para mí ---repitió él, con firmeza.
Jessica sonrió con ternura y, antes de irse a la habitación, se acercó y le dio un beso en la mejilla---Descansa chico karateca, buenas noches
Daniel la miró con sorpresa y, poco a poco, una sonrisa apareció en su rostro---Buenas noches, rubita
Cuando ella desapareció en la habitación, él se quedó un momento en el salón, apoyado contra el sofá, con una expresión diferente.
Algo en su interior había cambiado esa noche entre ellos dos
Al dia siguiente, el sol comenzaba a filtrarse por las cortinas cuando Jessica abrió lentamente los ojos.
Por un momento, se sintió desorientada, pero al ver la habitación, recordó dónde estaba: en casa de Daniel.
Se incorporó con algo de pereza, sintiendo el fresco de la mañana en su piel.
Al girarse, vio a Daniel apoyado en el marco de la puerta con una sonrisa amigable.
---Buenos días, dormilona--- dijo el chico con una sonrisa
Jessica se pasó una mano por el cabello, aún adormilada, y le devolvió la sonrisa.
---Buenos días...--- le responde--- como van las heridas ¿Te duelen mucho?--- pregunta pero el chico niega
---- solo me molestan un poco, tranquila--- le dice con una sonrisa e inclinó la cabeza con curiosidad---¿Dormiste bien? ¿Necesitas algo?
Ella estiró los brazos y asintio---Sí, dormí bastante bien y no, no necesito nada de verdad, gracias por dejarme quedarme anoche, eres un angel--- dijo la chica con una sonrisa
Él le restó importancia con un gesto de la mano---De verdad, no ha sido ningún problema,
Entonces, señaló hacia la cocina con una sonrisa algo orgullosa---Por cierto... hice el desayuno
Jessica arqueó una ceja con diversión y se levantó de la cama.
---¿En serio?--- preguntó con una sonrisa
Se acercó y vio sobre la mesa un plato con tortitas perfectamente doradas, con un poco de miel y frutas a un lado.
---¡Wow! Se ven increíbles ---comentó con una sonrisa genuina--- yo si me acerco a la cocina lo más probable es que algo acabe quemado
Daniel se rió por el comentario y se encogió de hombros, sintiéndose halagado.
---Bueno... tenía que impresionar a mi invitada--- dice el chico
Ella rió suavemente mientras se sentaba y tomaba un bocado---Mmm... están deliciosas
Él sonrió, satisfecho. Sin embargo, mientras comían, Jessica notó que Daniel estaba más serio.
---¿En qué piensas? ---preguntó, conociendo ya esa expresión en él.
Daniel dejó los cubiertos sobre el plato y suspiró---En lo que viene hoy... Voy a ir con el señor Miyagi a Cobra Kai.
Jessica se tensó de inmediato---Lo sé... y voy a ir contigo para apoyarte, pero la verdad... no quiero ir--- admite la chica
Daniel levantó la mirada, viéndola con comprensión.
---Lo entiendo... tu hermano y su grupo... No es fácil enfrentarse a eso--- dice rl chico entendiendola
Jessica jugueteó con su tenedor, incómoda.
---No quiero verlos, no quiero ver cómo se comportan como si no hubieran hecho nada y mucho menos a su sensei
Daniel apoyó un codo en la mesa y la miró con seriedad---¿De verdad quieres ir?
Ella dejó escapar un suspiro.
---No lo sé... ---admitió--- pero quiero apoyarte de verdad
Daniel pasó una mano por su cabello, pensativo--- No creo que las cosas puedan ir peor de lo que ya están.
Jessica lo miró con una mezcla de admiración y preocupación.
---Si dices eso, es porque no los conoces tan bien como yo--- suspira la chica --- pero tu tranquilo que si tratan de pasarse les golpeare en esas caras de tontos que tienen
Daniel le sonrió con agradecimiento
Jessica resopló, divertida pero aún preocupada.
Luego miró su ropa y frunció los labios.
---La única ropa que tengo aquí es el vestido blanco de la fiesta...--- suspiró
Daniel sonrió con complicidad.
---Si necesitas ropa, puedo prestarte algo, no sé si tengo el mejor gusto del mundo, pero algo habrá, al menos se combinar la camisa con el pantalón, no es tan estiloso como lo que sueles llevar pero te podría servit--- dice el chico
Jessica le lanzó una mirada agradecida.
---Eres un verdadero ángel, de verdad, me salvas la vida--- dijo la chica con una sonrisa y se levantó para abrazar al chico quien aunque al principio se sorprendió, le devolvió el abrazo
Daniel negó con la cabeza y sonrió---Creo que es al revés, tuú eres la que me salva a mí.
Ambos se miraron por un momento, compartiendo una sonrisa cargada de algo más que simple gratitud.
Una vez que Jessica estuvo cambiada con una sudadera y unos pantalones deportivos que Daniel le prestó, bajaron al exterior del edificio.
Allí, apoyado contra su vieja furgoneta, los esperaba el señor Miyagi.
---Buenos días ---saludó con su calma habitual.
---Buenos días, señor Miyagi ---respondió Daniel, notando que el anciano lo miraba con interés.
---¿Cómo se siente?--- preguntó mirando las heridas
Daniel se estiró ligeramente y luego se encogió de hombros.
---Dolorido... pero un poco mejor, he tenido una gran compañía--- admite con una sonrisa mirando a Jessica
El anciano asintió, satisfecho---Buena compañía ayuda siempre
Jessica sintió un leve sonrojo en las mejillas, pero sonrió de lado.
Miyagi, sin decir nada más, sacó las llaves de la furgoneta y se las tendió a Daniel.
---- Daniel-San ¿sabes conducir?--- preguntó el señor Miyagi y el chico dudó
--- se conducir pero no soy aún un experto--- confesó y el señor miyagi le dio las llaves
Daniel parpadeó sorprendido---¿Yo?
El anciano asintió, como si eso no fuera relevante--- buen momento para practicar.
Jessica observó la escena con diversión.
---¿Seguro que quieres confiarle la furgoneta señor Miyagi?--- preguntó la chica
El señor Miyagi le lanzó una mirada y asintió
---Si acabamos en hospital... o muertos... mi fantasma irá a por ti--- dijo la chica y lo señalo
Jessica no pudo evitar reírse al ver a Daniel rodar los ojos con diversión.
---Genial, ahora tengo que preocuparme por fantasmas también--- dijo el chico--- como no tengo bastante con los vivos
Los tres subieron a la furgoneta, listos para enfrentarse a lo que les esperaba.
Al llegar al dojo de Cobra Kai, Jessica se quedó mirando el lugar con el ceño fruncido.
No quería entrar.
---¿Pasa algo Jessica-San? ---preguntó el señor Miyagi, notando su expresión.
Ella desvió la mirada hacia él---No quiero entrar.
Daniel la miró, confundido---Pensé que querías apoyarme--- dijo con un puchero
Jessica suspiró y cruzó los brazos.
---Sí, pero... no quiero verlos, no quiero poner buena cara frente a personas como Kreese, han hecho demasiado daño, lavaron el cerebro a tantos chicos, chicos buenos como mi hermano... No quiero mostrarles respeto porque no lo merecen--- responde la chica con sinceridad
Daniel pensó por un momento y luego, con una sonrisa ladeada, dijo---Bueno, si tú te quedas fuera... yo me quedo contigo
Jessica sonrió levemente, pero el señor Miyagi negó con la cabeza---No, Daniel-san, usted entra conmigo.
Daniel suspiró, sabiendo que no tenía escapatoria---Está bien... deséame suerte.
Jessica le sonrió con cariño---Buena suerte.
Él asintió antes de entrar con el señor Miyagi
Jessica esperaba en la furgoneta, intentando no pensar demasiado en lo que podría estar pasando dentro del dojo
Pero cuando vio a Daniel y al señor Miyagi regresar, se incorporó de inmediato.
---¿Qué ha pasado?--- preguntó con curiosidad
Daniel tenía una expresión entre sorpresa e incredulidad.
---El señor Miyagi... me ha inscrito en el Torneo All Valley--- admite y Jessica abrió los ojos como platos.
---¡¿Qué?!--- preguntó sorprendida
---Sí... y aparentemente voy a tener que enfrentarme a tu hermano en el torneo, hasta entonces, prometieron no molestarme para que pueda prepararme--- dice y la chica se queda sin palabras
Jessica miró al señor Miyagi, claramente sorprendida.
---Pero... Daniel no sabe mucho karate, no te ofendas--- dice y el chico niega
--- no me ofendo, es la verdad--- admite y soltó una risa nerviosa.
El señor Miyagi, sin embargo, permaneció sereno----No desconfíen
Jessica intercambió una mirada con Daniel, aún intentando procesar todo.
---Esto se pone interesante... ---murmuró, más para sí misma que para los demás.
---Dímelo a mí... ---respondió Daniel con una mezcla de nervios y emoción.
El señor Miyagi sonrió levemente antes de señalar la furgoneta.
---Daniel-san... conduzca, hay un sitio al que debemos ir--- dice
Y con eso, emprendieron el camino hacia lo que sería el verdadero inicio del entrenamiento de Daniel.
Daniel tomó el volante con cierta inseguridad.
No es que no supiera conducir, pero tampoco era algo que hiciera a diario.
Mientras seguían las indicaciones del señor Miyagi, Jessica miraba por la ventana, perdida en sus pensamientos.
Después de un trayecto de varios minutos, tomaron un camino más tranquilo, alejándose del bullicio de la ciudad.
Finalmente, llegaron a una casa que parecía sacada de otro tiempo.
Era un lugar humilde pero con mucho carácter.
Un jardín cuidadosamente cuidado se extendía alrededor de la vivienda, con bonsáis colocados en diferentes puntos, formando un paisaje armonioso.
Jessica bajó del auto y observó con interés. Había varios coches clásicos estacionados en el terreno, todos en excelente estado, como si fueran joyas de colección.
Algunos cubiertos con lonas, otros brillando con el reflejo del sol.
Daniel se quedó mirando el lugar con una mezcla de sorpresa y admiración.
---Vaya... este sitio es increíble--- admite
El señor Miyagi sonrió con su característico aire sereno y comenzó a caminar hacia la entrada.
---Hogar de Miyagi, lugar de trabajo y enseñanza--- les dice a ambos
Daniel se giró hacia él---Señor Miyagi... ¿usted cree que tengo posibilidades de ganar?
El anciano se detuvo y lo miró con calma---Daniel-san, ganar o perder no es lo más importante
Jessica, que observaba la casa, giró la cabeza con curiosidad---¿Entonces qué es lo importante?
Miyagi entrecerró los ojos, como si eligiera con cuidado sus palabras.
---Lo importante es hacer buen combate... ganar respeto y hacer buen combate--- les explica a ambos
Jessica sonrió levemente.
Aquello era tan distinto a lo que su hermano aprendían en Cobra Kai.
Para ellos, solo importaba la victoria a toda costa. No había honor, solo brutalidad.
---Eso es una enseñanza muy buena ---murmuró con aprobación.
El señor Miyagi asintió y luego se dirigió hacia la casa---Miyagi va por té, esperen aquí.
Daniel y Jessica se quedaron en el exterior, observando los coches estacionados.
Daniel se acercó a uno en particular: un clásico amarillo, reluciente, impecable.
Sonrió y pasó la mano por la carrocería con admiración.
---Imagínate a nosotros dos dando una vuelta en este coche... ---comentó en tono soñador.
Jessica rió y cruzó los brazos---Curiosamente, una vez soñé algo parecido.
Daniel la miró con interés---¿Sí?--- preguntó
---Sí. Cuando vi la pelicula Grease, soñé que iba a una cita para ver la película a un autocine en un coche como este...--- admite ella con una sonrisa--- pero nunca vi el rostro del chico con el que iba, solo recuerdo la emoción de estar ahí, con la música, el ambiente...
Daniel la observó con una sonrisa, preguntándose si algún día podría ser él quien la llevara en un coche así a una cita.
Jessica, ajena a sus pensamientos, comenzó a caminar entre los otros coches, observándolos con admiración.
---Este de aquí... debe ser un Chevy Deluxe del 49, ¿verdad? ---murmuró para sí misma.
Pasó los dedos por la pintura impecable---Debe tener un motor de seis cilindros en línea... Y este de aquí... parece un Ford Coupe del 50. ¡Mira esos detalles! ---dijo con entusiasmo.
Daniel la observaba con diversión, al ver como se emocionaba---No sabía que te gustaban tanto los coches clásicos
Jessica se giró y sonrió.
---Me encantan, son historia sobre ruedas--- susurra
Mientras tanto, dentro de la casa, el señor Miyagi observaba a Daniel desde la ventana antes de salir nuevamente.
---Daniel-san--- Lo llama
El joven se giró hacia él---¿Sí?
Miyagi lo miró con seriedad---Si quieres que Miyagi sea tu maestro, hay dos cosas que debes hacer.
Daniel asintió, atento.---La primera, hacer lo que Miyagi diga, no preguntas
Daniel parpadeó, sorprendido---¿Sin preguntas?
---Sin preguntas chico karateca--- responde Jessica que seguía apreciando uno de los coches
Daniel asintió lentamente---Está bien... ¿Y la segunda?
Miyagi lo miró con una intensidad tranquila---No usar karate para venganza, solo para defensa.
Daniel pensó en ello por un momento antes de asentir con convicción---De acuerdo.
Jessica, que había estado escuchando a la distancia, se acercó con curiosidad.
---Señor Miyagi... ¿yo podría aprender también?--- pregunta la chica con cautela
Miyagi la miró con interés---¿Quieres aprender karate?
Jessica asintió, aunque parecía algo nerviosa.
---Sí... pero no quiero que piense que soy como mi hermano, ni que piense que soy menos por ser una chica--- le dice la joven
El anciano sonrió levemente.
---Karate no entiende de si tu ser hombre o mujer, Karate es para quien quiera aprender con corazón--- dice el hombre y Jessica essica sintió una oleada de alivio y emoción.
---¿De verdad me enseñaría?--- pregunta emocionada
Miyagi asintió---Miyagi enseñará a Jessica-san junto con Daniel-san.
Jessica sonrió ampliamente y, sin pensarlo demasiado, lo abrazó.
---¡Gracias! De verdad... gracias--- dice ella con entusiasmo
Miyagi, sorprendido pero complacido, le dio unas palmaditas en la espalda---No hay problema.
Después de separarse, Miyagi miró a Jessica con una leve sonrisa.
---Si quiere ayudar... puede empezar con tareas con Daniel-San
Jessica arqueó una ceja, divertida---¿Tareas?
Miyagi señaló hacia los coches---Daniel-san ya comenzó.
Jessica giró la cabeza y vio a Daniel con un cubo de agua y una esponja, lavando los coches.
Se acercó a él con una sonrisa traviesa---Bueno, parece que estás entretenido.
Daniel resopló---Sí, claro... entrenamiento de karate según Miyagi es igual lavar coches.
Jessica se acercó con una sonrisa
---- sabes podrías ayudarme un poco--- le dice el chico y ella sonríe
---- claro que si caballero, quiere que también me ponga en bañador y le haga un espectáculo--- dice de manera ironica y él se ríe
--- no quieres saber que estoy pensando ahora mismo rubita--- responde el chico con una sonrisa algo pícara
Jessica estalló en carcajadas
Ella lo miró fingiendo indignación antes de salpicarla con un poco de agua---¿Ah, sí? Pues aquí tienes tu exhibición.
Daniel chilló y dio un paso atrás, riendo---¡Jess!
---Eso te pasa por burlarte--- responde la chica y él también la empieza a salpicar de agua
Ambos rieron juntos, olvidando por un momento los problemas, disfrutando del instante, mientras el señor Miyagi observaba con una leve sonrisa, sabiendo que ese era solo el inicio de un entrenamiento que cambiaría sus vidas.
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Tercer capítulo publicado ✅️
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Gracias por todo su apoyo de verdad
Espero que les guste tanto leer esta historia como a mi escribirla
Espero que disfruten y nos vemos pronto en el siguiente capítulo 👋 ♥️
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