Alguna vez -. Kim Taehyung
🌼 One Shot
🌼 Kim Taehyung
🌼 Playlist recomendada: Disponible en Youtube
1. Someone Like You - Taehyung Cover
2. No Es Cierto - Danna Paola & Noel Scharjris
3. Just Watching You - Jeong Sewoon
No podía explicar cómo me sentía ahora. La había visto tan solo hace unos minutos, aquellos minutos que habían sido años desde la última vez que hablamos. Esto no estaba planeado, aunque me hubiera gustado que fuera así, ya que sabría que decir o hacer, pero sin duda, anhelaba que sucediera. Poder volver a escuchar aquella suave y dulce voz, aquellos ojos que alguna vez solo me veían a mí, todo parecía haber cambiado en ella, pero era todo lo contrario para este ser.
Hasta el lugar en donde todo sucedió y el bendito clima se habían puesto de acuerdo para ponerme en esta circunstancia, la cual siempre evitaba, pero también buscaba que sucediera algún día. Ahora solo tenía que ponerme un buen traje y buscarla, tal como lo hacía... Hace más de 10 años.
Reconozco que estar enamorado tiene sus pros y contras, pero todo quedó de lado cuando ella solo me miró aquel 31 de diciembre del año 2012, entre tantos muchachos más simpáticos o supuestamente mejores que yo, Hyein me eligió.
Ese día fue muy especial, me había declarado a la persona más bonita del mundo, le había dicho que me gusta, y no me juzguen por como lo hice, después todo era un adolescente, y a mis dieciséis años no pude hacer más que entregarle una rosa y una carta, no tenía tanto presupuesto como ahora, pero fue suficiente. Esperé por su respuesta por unos segundos que para mí fueron una eternidad, su rostro no reflejaba nada, absolutamente ni una sonrisa ni un entrecejo fruncido, eso me estaba matando. Cuando por fin vi sus labios moverse, supuse que había dicho algo, pero yo y mi torpeza no escuchamos nada. Tuve que pedirle que lo repitiera, aun si me moría de vergüenza, y ella solo río, y lo dijo: "También me gustas Kim Taehyung".
A partir de esa fecha era el hombre, bueno, el jovencito más feliz de la tierra y la galaxia hasta donde conocía. Nunca había tenido una novia, así que esa experiencia además de hermosa también era nueva, y no debía meter la pata.
Gracias a unas pautas y consejos de internet supe sobrellevar la situación y lograr que el primer mes fuera algo único para Hyein. Pero también, me quedé en bancarrota. Los ahorros ya no daban para más, y mis padres no estaban dispuestos a aumentar mi mensualidad. Necesitaba ingresos.
Con el rostro afligido y la vergüenza a flor de piel, tuve que ser sincero con ella, temiendo que rompiera conmigo en cualquier momento. Pero nuevamente, ella solo río. Escucharla decir: "Tontito, no tienes que preocuparte por eso", sin duda tranquilizó la poca estabilidad que tenía en ese instante. Decidimos que ambos cubriríamos los gastos de nuestras citas, aunque fue algo de lo cual aún me arrepiento, sabía que ella lo hacía de la forma más inocente y sencilla posible. Algo que me encantaba de su personalidad.
Y así fue, disfrutamos los primeros días del año 2013 juntos, sin ninguna queja, y sólo con absurdas discusiones que fueron causadas por mis celos, era muy celoso en ese tiempo. Pero no había día alguno donde Hyein me recordaba y recalcaba que solo había un chico para ella, que solo tenía ojos para uno y que su corazón solo eligió a uno, y era yo.
Era muy feliz, me sentía bien y especial a su lado, y como no estarlo si una chica tan única como ella en el mundo estaba junto a mí. Dejar besitos en su rostro se había vuelto una costumbre, y sus caricias continuas en mi cabello también, nos amábamos. Llegamos al último año de preparatoria juntos, y nada ni nadie podía destruir el amor que comenzaba a madurar. Ella era parte de mi familia y yo también de la suya, así que supongo que ya sabrán lo que estaba pensado.
Si, un arriesgado jovencito de diecisiete años no tardó en proponer que ambos se casaran. Una idea descabellada para mis padres y suegros que fue anulada de inmediato, dejándome con la ilusión en el piso. Sabía que el matrimonio era el último paso que unía a dos personas que se amaban, así que no entendía su reproche.
Hyein al verme un poco soluble e inestable, no tardó en venir a consolarme, era una chica que nunca dejaría de sorprenderme. Fue allí donde nació nuestra primera promesa. "Cuando cumplamos dieciocho podremos casarnos, y no habrá quien lo impida mi amorcito", fue lo que dijo. Aquella noche decidimos dormir juntos, respetando nuestro espacio claramente, algo que alivió a nuestros padres, tan mal pensados ellos.
Había decidido no dormir, o hasta donde podía, pero ver sus facciones y tocar por segundos su rostro, sin duda eran motivos suficientes para desvelarme. Era preciosa.
Nuestra relación era cada vez más fuerte y solo faltaban días para terminar la preparatoria y nuestro primer baile. Una etapa más en nuestras vidas. No hacía falta invitarla para que fuera mi compañera toda la noche, pero la formalidad es parte de mí, y tuve que hacerlo si o sí. Recuerdo ver a mis padres orgullosos del hijo que criaron, y a los padres de Hyein con mucha nostalgia de ver que su pequeña ya había crecido. Ella traía puesto un vestido morado muy lindo, y aquella trenza en su cabello sin duda me daba a entender lo bella que era mi novia. Ella no dudó en sonreír al ver mi conjunto, donde la corbata era el mismo color que su vestido, siendo eso la pequeña conexión entre nosotros, aunque más de medio colegio sabía que estábamos juntos.
Nos tomamos unas cuantas fotos juntos, y después de unas cuantas advertencias de nuestros padres, ingresamos a la limosina que nos llevaría hasta la ceremonia. El recuerdo de la delicadeza con que ella me hablaba miraba y tocaba, endulzaba mi corazón a más no poder, sentía que no la merecía. Ver su carita enojada luego de decirle eso sin duda me estrujó el corazón, y no pude evitar darle un beso para pedirle perdón por mi idiotez del momento. Estaba creciendo, pero también estaba cambiando un poco.
Llegamos al colegio con una emoción muy evidente, pasamos por un arco que nos daba la bienvenida y no dudamos en tomarnos unas fotitos para el álbum. Saludamos a unos cuantos amigos, y fuimos a nuestro rincón escondido. Nuestro lugar especial. Habíamos decidido que en esa noche solo seríamos nosotros, por lo que no había amigos, ni alumnos que nos molestaron. Pasamos un tiempo magnífico, dejando que nuestros sentimientos sean los que lideraran cada acción. Aún faltaban minutos para el gran baile, así que decidimos hablar un poco del futuro, un tema que ambos habíamos evitado últimamente. Fue difícil al inicio, pero no quería que eso nos hiciera pasar un mal rato. Dejé la cobardía a un lado y fui el primero en hablar.
—Ya te dije que me gustaría ser profesor ¿verdad amor? —La vi asentir —. He decidido postular a la universidad en Daegu el año que viene. Insistí en que quería estudiar aquí en Seúl, pero sabes que no puedo negarles nada a ellos. Sobre todo, a mamá.
Lo había hecho, había dicho algo que ella no sabía aún, y esperaba que no se sintiera excluida. Escuchar su respuesta de inmediato sin duda me sorprendió, ella solía esperar un poco antes de decir algo.
—Taehyung —Giré rápidamente en su dirección cuando la escuché pronunciar mi nombre completo, solo lo hacía cuando la situación era importante —. Mis padres me dieron la oportunidad de estudiar arquitectura en Daegu —Aquella respuesta había alegrado toda mi noche en ese día, y los pensamientos de nuestros momentos juntos en la provincia que me vio nacer hacía que mi corazón brillara de felicidad, sin embargo, solo yo sonreía —. Pero yo decidí estudiar aquí en Seúl.
No entendí a qué se refería, primero me sentía feliz, pero la confusión vino de repente malogrando toda reacción positiva que debía mostrar. No pude evitar expresar mi decepción, y más aún después de ver cómo ella quitó sus ojos sobre mi para bajar su cabeza. Me levanté de la banca en la que estábamos sentados y caminé de un lugar a otro tratando de analizar qué era lo que estaba sucediendo. Teníamos la oportunidad de vivir y estudiar juntos en un mismo lugar, un mismo espacio, una misma vida, pero ella...
Traté de calmarme, respiré profundamente tal cómo ella me había enseñado, pero ahora sentía que todo lo que tenía que ver con Hyein me lastimaba, me ahogaba. No quería sentirme así, no quería ser egoísta, pero no podía, no podía.
Pateé la primera maceta que vi, estaba enojado, no podía ocultarlo. Fue allí donde por primera vez en cuatro años, no me importó si ella estaba lastimada o no. Me sentía miserable.
¿Pero qué se suponía que Hyein estaba haciendo?
No podía ni siquiera pensar en los motivos que ella tenía, ¿acaso planeaba dejarme ir, dejarme solo, así de fácil? Concentré mi atención en ella, tratando de volver en mí, pero la frustración me cegaba y no soportaba el maldito dolor del pecho. Aquel martirio de vivir sin ella en los próximos años. Dolía imaginar eso.
Ella por su parte solo mantuvo silencio, no fue hasta que insistí a que dijera algo, necesitaba escucharla, tal vez así entendería. Tal vez.
—Taehyung por favor, tienes que calmarte —Fue lo primero que dijo, pero no era lo que yo quería escuchar.
—¡No! —Grité —. ¿Por qué decidiste eso mi amor? Está bien, no quiero parecer alguien tóxico o que no te entiende, pero necesito que me expliques ¿sí?
Me sentí fatal en ese momento y no podía detener mis palabras. Hyein sólo suspiró y me pidió que nos sentemos, claramente yo obedecí, listo para escuchar lo que tendría que decirme. Estaba temeroso de lo que podría suceder después, pero la conocía, y sabía que no podíamos dejar nuestros sueños a un lado... Por amor.
—Cariño, jamás he pensado vivir sin ti en el futuro, sabes que tu compañía es lo mejor que puedo tener, y que sin tus palabras y sin solo verte no habría día que no quisiera despertar, porque te amo. Te amo tanto que me encantaría vivir contigo a partir de este momento, pero hay un porqué. Mis padres te adoran Taehyung, y accedieron a que viviéramos juntos en Daegu, después de los primeros dos años de estudio en la universidad de Seúl. Haré un intercambio para volver a tu lado mi amor, jamás te dejaría. Nunca.
Al escuchar cada una de sus palabras, me sentí aliviado y fatal a la vez, otra vez había fracasado en el intento de escuchar antes de reaccionar, y sabía que la había decepcionado. Recibir aquel beso en la mejilla, me daba entender que ella también estaba dolida y no le gustaba la situación por la que pasaría, pero era su única opción. Y yo comprendí.
Le di un abrazo sin dejar de disculparme con ella, hasta que me perdonara. Escuchar su risita, fue lo único que esperé y llegó. Hyein me conocía tan bien que sabía que actuaría de esa forma, por lo que me perdonó y celebramos nuestra primera batalla victoriosa con el baile que tanto esperamos. Aquella noche fue mágica, recordar las luces alrededor de los arbustos, la decoración del jardín y la maceta rota también, nos acompañaron a que ambos cumpliéramos una parte de nuestros sueños.
Desde ese día, tratamos de estar lo más cerca posible antes de que yo partiera a Daegu, aunque debido a las solicitudes de admisión estábamos ya distanciados, aprovechamos cada momento libre para hacer de las nuestras y tener más recuerdos bonitos de nuestra historia de amor. Todo comenzó a salir a la perfección, lo cual era muy preocupante para ambos, pero el cariño y la confianza que ambos sentíamos era más grande que eso, y lo sabíamos más que bien.
El mes de vacaciones pasó muy rápido y ahora teníamos que comenzar a organizar el próximo inicio de clases en la universidad, un nuevo reto para cualquier estudiante de esa edad. Ambos no sentimos asustados de que algo saliera mal, de tal vez olvidarnos el uno al otro o incluso desviar nuestra relación por otro rumbo. Pero las palabras de Hyein, fueron las fuerzas por las que permanecí enamorado de ella hasta hoy.
"Hoy nos decimos adiós, pero quiero que sepas que haré todo lo que esté en mi mano para que un día nos podamos volver a reunir."
Nunca pensé que fallaría su palabra, y ahora a mis veinticinco años, la volvería a ver, preparado para retomar lo que jamás terminó, aunque eso incluya algunas sorpresas de por medio.
Estoy en mi habitación terminando de arreglar mi traje, uno de tonos claros y los zapatos oscuros fueron los ideales. No tenía idea de cómo me verían los ojos de Hyein en unos minutos, estaba nervioso, no lo iba a negar, pero también muy emocionado. Acomodé las ondas de mi cabello y las dejé separadas. Aseguré mi corbata, me coloqué un reloj, y estaba listo.
Vi el ramo de flores sobre la mesa y la bicicleta que Hyein dejó de usar desde el día que se mudó. La guardé porque en mi corazón sabía que este momento llegaría, y así fue. Subí las mangas de mi camisa y con el ramo en un brazo, llevé la bicicleta con la otra. Sabía que le gustaría verla.
Salí del penthouse y me encaminé hasta el ascensor en donde por suerte no había personas. Fue fácil llegar al primer piso después de unos cortos minutos, y ahora salía del edificio con un buen tiempo.
Decidí subirme en la bicicleta, aún si está tenía la apariencia de ser para una mujer, no me importó. Manejé por la ciclovía hasta llegar a la avenida en donde estaría una de las mejores cafeterías francesas en Seúl, aquella a la que Hyein había anhelado ir desde que era adolescente.
Mis nervios se incrementaron, pero no podía esperar más, necesito verla, hablar con ella, escuchar su voz y sentir su piel, sus labios sobre los míos. Aún si ella ya no me pertenecía, mi cuerpo añoraba eso. Llegué a la cafetería L'amour, y coloqué la bicicleta en su respectivo estacionamiento, tomé asiento y me aseguré de que todo esté en orden. Tenía minutos de sobra, así que ella aparecería en cualquier momento... Cualquier momento.
—Hola Taehyung.
Escuchar su voz pronunciar mi nombre hizo que los recuerdos del pasado me invadieran de repente. Guardé mis lágrimas para después y sólo la miré, buscando algún rastro de interés por mí, aún si este era mínimo. Necesitaba algo.
La ayudé a tomar asiento y después de la cortesía del mozo, estábamos cara a cara, esperando a que uno de los dos se atreviera a hablar.
—¿Cómo estás? —Preguntó ella.
—Estoy bien, y creo que tú también lo estás ¿verdad? Oí que te ha ido de maravilla estos años. —No podía evitar hablar muy rápido.
—Si, yo estoy bien, gracias por preguntar. No lo voy a negar, pero todo va mejorando cada día. —Comentó con una pequeña sonrisa.
Fue imposible no ver la joya en sus manos, sentía que estaba preparado para eso, pero mi voz no ayudaba.
—¿Te casaste?
Hyein vio sus manos y las ocultó rápidamente, volvió a verme, con aquellos ojos verdes que alguna vez fueron mi debilidad.
—Si.
—Felicidades.
Sabía que escuchar eso de la persona que alguna vez te amo como no tenía idea, era doloroso, o bueno, excepto para ella.
—Gracias. —Sonrió.
Mentiría si dijera que me sentía apto de continuar la conversación, pero no quería que todo terminara así.
—Jimin debe de estar muy feliz.
Verla sorprendida confirmó que no tenía idea de que ambos éramos cercanos. La entiendo, yo tampoco lo supe cuando él me contaba acerca de la mujer que había logrado ganarse su corazón. Pero nunca imaginé que se trataría de la misma Hyein. No hasta que recibí el parte de matrimonio.
—¿Cómo es qué...?
—¿Nos conocemos? —La miré como si fuera lo más obvio del mundo —. Él es el amigo de mi infancia, del que te comenté... Antes de que nos separemos.
No podía negar que me dolía ver la confusión en Hyein, era probable que algo así sucediera. Ya que fui yo quien contactó a Jimin para que la ayudara en todo lo que necesitaría al vivir sola en esta ciudad. Y uno nunca manda en los sentimientos. No si estos ya no le corresponden a ninguna persona.
—Taehyung, yo no tenía idea, yo...
—Está bien, no te pongas así Hyein.
¿Cuándo me había puesto tan serio? Traté de calmar mis emociones, cerré los ojos y volví a verla.
—Solo fue una coincidencia de la vida, tú tenías todo el derecho de rehacer tu vida después de romper conmigo. Y me alegra saber que Jimin sea el chico con el que te casaste. —Decir aquello podría sonar fácil si solo hubiéramos sido amigos, pero sabíamos que por eso dolía.
Ella no dijo nada más, solo guardó silencio. La conocía, o bueno, recordaba que esa acción era la misma de hace tiempo. Dejé algunos billetes en la mesa y me puse de pie. Como la reserva era afuera de la cafetería, no dudé en ofrecerle mi mano para acompañarme a un lugar especial. Tal vez debía cerrar este ciclo.
Hyein aceptó dudosa. Aquella cercanía, por más mínima que fuera era lo que mi corazón necesitaba, para saber si aún tenía efecto en mí, y adivinen que, sí.
Caminé con ella hacia el estacionamiento de bicicletas, ninguno de los decía algo. Al llegar, quité el seguro y coloqué la bicicleta en medio de ambos. Hyein me miró tratando de buscar alguna explicación, yo solo me subí en el aparato y esperé a que ella hiciera lo mismo, esperé unos minutos, pero ella seguía en la misma posición, como si tratara de juntar fuerzas para subirse. Me bajé.
—Solo será un paseo, como los viejos tiempos.
Ella me miró no muy convencida y accedió. Subimos a la bicicleta y salimos de allí. Recordar como hicimos esto tantas veces cuando fuimos novios era algo que jamás olvidaría, no esperaba que ella lo recuerde también y volviera conmigo, ella ya tenía su vida hecha. Pasamos por algunos bosques, en donde en más de una ocasión tuvimos citas. Recorrí los mismos kilómetros que nos llevará a nuestro lugar especial, al lugar que era nuestro antes.
Solo podía sentir su respiración, mientras tenía sus brazos alrededor de mi cintura, me encantaba, pero tenía que mantenerme al margen. No quería que todo esto la presionara a hacer algo que no quería. Salimos de Seúl y llegamos a las praderas, en donde la compañía de un cálido sol y los ganados adornaban la vista. Hasta que escuché un ruido detrás de mí, no estaba seguro, pero parecía que ella estaba sollozando. No quería que se sintiera así, mucho menos que llorara. Dejé de manejar y me detuve en un pequeño espacio fuera de la carretera. Ambos bajamos por inercia y pude comprender lo que sucedía. Ella estaba de vuelta, aquella chica sensible que se conmueve por la naturaleza propia, los animales y la situación, aquí estaba. Verla con las manos cubriendo su rostro me rompía el corazón, ahora no sabía que decir o hacer.
—Hey... —El impulso por abrazarla y decirle cuánto la había extrañado era demasiado tentador ahora, pero no quería espantarla —. ¿Qué pasó? —Pregunté retirando sus manos.
Rápidamente ella se separó y limpió su rostro, mientras sorbia la nariz y hablaba.
—Hace mucho tiempo que no viajaba por aquí —Otro sorbo —. Son solo los recuerdos.
Lo sabía. No era el único que se sentía de una forma diferente, no formaba parte de mi plan, pero me sentía feliz y esperanzado.
—Si, aquellos recuerdos —Me atreví a decir, mientras miraba el horizonte.
—Creo que debería volver, Jimin está esperando... —Se detuvo al darse cuenta de que estaba hablando de más.
Preferí no decir nada y con una sonrisa solo asentí. Volvimos a subir a la bicicleta, y está vez ella solo se sostenía de mis prendas. Toda posibilidad de volver a lo que fuimos antes fue nula, o eso era lo que estaba entendiendo. Cuando escuché el nombre de mi amigo, me sentí traicionado por un momento, ya que, si él no hubiera llegado a mi vida, probablemente ella seguiría conmigo, pero no podía hacerle esto, no a él.
El viaje de retorno fue muy silencioso y rápido, tenía tantas cosas que decir, pero no tenía la valentía para hacerlo. Supongo que ya la había perdido.
Llegamos a un parque cerca de donde vivía y nos sentamos en unas bancas. Ya había anochecido. Hyein me propuso ir a cenar, ya que era lo que debía hacer después de que no pudimos llegar al lugar especial, quise acceder, pero eso sería aceptar que me estaba rindiendo. No quería un mano a mano. Seguimos sentados sin decir una palabra. Quería que ella dijera algo, o por lo menos mostrara alguna señal de que aún teníamos algo que conversar o dejar en claro, pero no era adivino. Sabía que ella quería irse, no iba a detenerla, pero no se movía. Supuse que debía hacerle el favor. Cabizbajo, me puse de pie y volteé a verla. Preparado para decir las últimas palabras.
—"Hoy nos decimos adiós, pero quiero que sepas que haré todo lo que esté en mis manos para que un día nos podamos volver a reunir." Fue lo que me dijiste el día que nos despedimos, y posiblemente ya no lo recuerdes, pero tienes que saber algo —Tragué saliva, mirarla directamente a los ojos era muy difícil para mí, pero tenía que acabar con esto —. No sé exactamente qué fue lo que sucedió hace diez años, pero de mi parte hice todo lo posible hasta imposible para volver a estar contigo. Arriesgué mi carrera, perdí a mamá, e incluso estaba dispuesto a dejarlo todo por estar a tu lado, pero tú simple respuesta destruyó mi vida Lee Hyein. Se qué tendrás tus peros o respuestas que me encantaría escuchar, pero con lo poco que demostraste hoy, me di cuenta de que tú no estarías dispuesta a luchar por el amor que alguna vez sentiste por mí. Yo te amo, y siempre lo haré, pero sabes que, si no es de dos, simplemente desaparece, y espero que algún día pueda encontrar a alguien como tú, así como tú lo hiciste con Jimin —Lo había logrado, había podido decir aquello que pretendía quedarse conmigo toda la vida—. Supongo que él te dio esas "cosas" que no fueron suficiente de mi parte, pero está bien. Él es un buen chico, y sé que lo amas.
Hyein sólo escuchaba atenta a todo lo que decía, no tenía la intención de decir algo o interrumpirme, la conocía muy bien.
—Si te preguntas cómo es qué lo sé, bueno, asistí a tu boda. Jimin fue el que me invitó y no podía dejarlo solo en un día tan especial. Sabes que odio aparecer en un escenario donde no soy invitado, por lo que él insistió en que aceptara el parte y fui —Recordar ese momento era difícil —. Al verte allí tan hermosa como siempre, al lado de Jimin, mirándose ambos con tanto amor, me hizo comprender que había algo que me faltó para ser yo con quién te casaras. Y ahora, el que aceptaras verme, iba con la intención de que supieras que esto no se había acabado para mí, que aún seguía sintiendo algo por ti, muchas cosas como los primeros meses de relación. Pero me equivoqué ¿verdad?
Hyein se puso de pie y sólo avanzó, pretendía solo huir, algo que ella nunca hacía.
—Pero tranquila. Créeme si te digo que te amo tanto, que estoy dispuesto a desaparecer de tu vida para que tú puedas disfrutar de la tuya sin ningún remordimiento. Hace unos días en una entrevista, dijiste algo que tiene tanta razón... "A veces el amor dura, pero otras veces duele", y si, así parece habernos sucedido.
—Taehyung —Ella giró a verme —. Terminar contigo no ha sido la decisión más acertada que he tomado, pero debes entenderme. Estaba dispuesta a volver a intentarlo, pero en ese tiempo, necesitaba a alguien para sanar, conocer a alguien nuevo, abrazar a alguien, y al no tenerte junto a mí, hizo que dependiera tanto de él, que comencé a olvidar poco a poco como fuimos así de felices. También pasé momentos difíciles, y me siento muy apenada por la pérdida de tu madre, pero, así como yo no estuve contigo, tú tampoco estuviste allí para ayudarme a superar nuestra ruptura, podrá sonar ridículo, pero se suponía que seguiríamos siendo amigos, pero decidiste romper todo lazo conmigo y esto es en lo que ambos terminamos. No quiero que sigamos haciéndonos daño por favor —Ella estaba llorando —. Te amé tanto en el pasado, pero ahora hay alguien más a quien debo amar con la misma sinceridad.
—Está bien Hyein. Ya conoces mi respuesta, y sólo quiero decirte que te deseo lo mejor y lo más bonito en tu vida, al lado de Jimin, a quien también estimo demasiado —No quería más palabras, arriesgué la poca cordura que tenía y la abracé, sería la última vez que estaremos así de cerca y no podía irme sin antes sentir su calor y dulce aroma —. ¿Puedo hacer algo antes de irme? —Me atreví a preguntar.
Ella solo asintió como si hubiera esperado por eso también. Incliné mi rostro hacia ella y con toda la lentitud del mundo, coloqué mis labios sobre los suyos, sintiendo aquella chispita de conexión como antes, jamás dejaría de amarla, pero tenía que dejarlo en claro. Aquel beso era el último, pero sabía que no terminaría allí. Claro que no.
FIN.
Espero que les haya gustado esta pequeña historia de Taehyung. Como saben ya es su cumpleaños y quise hacer este regalo de Navidad y Año nuevo para ustedes. Gracias a una dinámica pude terminarla y cumplir con un objetivo más antes de decirle adiós al 2022.
Les deseo toda la bendición y éxitos en sus nuevos proyectos, en los nuevos retos que se aproximan y esperemos que sea un año nuevo lleno de sorpresas y siempre viendo con una sonrisa a los problemas, que todo tiene solución y que tenemos a las personas correctas para enfrentarlos.
Los amito y nos vemos en el 2023, osea, unos días más tarde jsjsjs. See you later~
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夢│生│活│日
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