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#1 Who are you? -. Choi Soobin

🌲 Two Shot
🌲 Choi Soobin x Kim Danielle
🌲 Canción recomendada:
Already Gone - Sleeping at last.

Busan, Corea del Sur
5 de diciembre, 2008

10:00 PM

Cada minuto que pasaba, el ambiente se llenaba de oscuridad, sólo la luz que provenía de la luna lograba iluminar el lugar donde estaba Soobin, pero nada era más importante para él que volver a ver a sus padres, no perdía las esperanzas de mirarlos ingresar por la puerta principal.

Un día antes de su cumpleaños recibió una llamada de ellos, quienes al parecer prometieron viajar a Corea para estar con su hijo el día de su fiesta, el pequeño muy emocionado contaba cada minuto que pasaba para volverlos a ver, era tanta su inocencia que no imaginaba el verdadero motivo por el que sus padres no llegaban aún.

Estaba sólo, sabía que su niñera había salido de casa como cualquier otro día, pero eso nunca le importó. Sólo quería volver a ver a sus padres y darles muchos besos y abrazos. El cansancio se apoderaba de sus débiles párpados que amenazaban con cerrar sus ojos, pero aun así hacía un esfuerzo por mantenerse despierto.

El reloj hizo clic, eran las 00:00 horas, sabía muy bien lo que significaba, era un nuevo día, pero ellos no habían llegado, no cumplieron su promesa. Con el rostro afligido y decaído, fue hacia su habitación donde dormiría de una vez, ya no quedaba nada, a sus padres no le importa, pensó él.

La noche transcurría en su contra, los segundos se convertían en su tormento y la pesadilla que se formaba en sus sueños crecía con mayor profundidad.

"No entendía por qué corría, sentía un fuerte dolor en el corazón, era muy extraño. De pronto apareció en una habitación pero la luz que la iluminaba era oscura, no podía ver claramente, solo a aquellas sombras que empezaban a acercarse a él. Las luces volvieron a su tono real, entonces esas sombras se convirtieron en dos siluetas, trató de acercarse, pero sintió como algo los separaba. Miró sorprendido cuando aquellas siluetas voltearon a verlo, eran...sus padres, pero ¿qué significaba eso?, escuchó la voz de su madre.

-Soobin, hijo mío, vive... -Decía mientras miraba a su pequeño con tristeza.

-Hijo, confía en ti y en tus instintos -Habló su padre.

-Nos volveremos a ver -Dijo su madre con la voz entrecortada."

Ambas siluetas desaparecieron luego de que abriera los ojos. Sentía sus mejillas húmedas, estaba llorando, tenía miedo de que aquel sueño fuera real, eso significaría que ¿perdería a sus padres?

-No, no, no -Repetía asustado.

El fuerte sonido de los truenos logró espantarlo, provocando que abandone su cama y fuera en dirección al ropero, aquel lugar donde sentía esa protección que tanta falta le hacía. Presionó el seguro por dentro y se dispuso a esperar a que la tormenta pase, era de madrugada, el amanecer aún estaba muy lejos de llegar, pero no tenía opción.

Estaba por caer dormido pero el sonido de algo romperse logró alertarlo, sintiendo un fuerte escalofrío se puso de pie rápidamente, quería saber qué era lo que sucedía, pero el temor se apoderó de cada nervio en su cuerpo. Afinó su audición y escucho como alguien caminaba de un lugar a otro, no podía verlo, pero si lo sentía.

Los pasos se detuvieron, pero luego volvieron a hacerse presente, no iba en dirección recta, esta vez subían escalones, esa persona cada vez se hallaba más cerca de él. Estaba tan centralizado en sus pasos que no sintió como alguien se hacía presente a un costado de él.

Sintió su respiración, pero al girar no encontró más que solo madera. Decidió ignorar eso y volver a concentrarse, esta vez aquellos pasos ahora se encontraban muy cerca de su habitación, su pulso no era normal y el sentido de descontrol se hizo presente en él. Era algo nuevo y extraño lo que se apoderaba del interior de su cuerpo, pero luego se desvanecía. El sonido de la puerta puso sus nervios al tope, ¿ahora que pasaría?, no dijo nada, prefirió mantener silencio. Escuchó como el hombre hablaba solo, al parecer estaba atendiendo una llamada.

-No está aquí -Dijo con cierto enojo en su voz-. ¡Dije que no está aquí!

Aquel grito lo sorprendió causando que cayera a un costado del ropero junto con los abrigos que había en el lugar pequeño. No quiso abrir los ojos, sabía muy bien que sería descubierto, no había otra salida.

Sintió la misma voz otra vez a un costado de él, era muy suave y apenas se escuchaba, -"Corre"- habló en un susurró, Soobin sabía qué hacer, eso significaba aquel sueño y como dijo su padre debía de confiar en sus instintos.

Por un agujero logró ver como esa persona tomaba el seguro de la puerta, lista para abrirla. Su pensamiento fue tan rápido que antes de que eso suceda, se colocó muy lejos de esa puerta, y en el momento en que sea abierta él saldría por la puerta deslizante, corriendo rápidamente y salir de allí. Esa era su idea y esperaba que funcione.

Justamente fue así como pasó, con un gruñido aquel hombre fue tras él, botando y destruyendo todo lo que obstruía su paso. Tenía que atraparlo de lo contrario perdería su vida por no cumplir su misión.

Soobin sentía los pasos de esa persona muy cerca, pero no se quedaría para averiguarlo. Rápidamente corrió hacia la cocina donde pretendía salir por allí y escapar por un túnel secreto que descubrió meses atrás. El dolor en su interior detuvo su andar, era tan fuerte que empezaba a debilitar su cuerpo, si no reaccionaba ahora ese hombre lo encontraría.

A duras penas siguió con su camino, el bosque no era un buen lugar para esconderse, era denso y no tenía fin, pero tenía que llegar a algún lado, sentía que lo llamaban y eso era confuso para él. Aún confundido continuó con su carrera hasta no poder más, las piernas le dolían, había llegado demasiado lejos.

Su vista comenzó a fallar y el dolor en su interior era mucho más fuerte que minutos antes, nadie lo perseguía y eso era bueno, pero ahora ¿porque lo hacían? Se preguntaba, solo era un niño de 9 años, apenas había salido a explorar y nunca hizo algo malo, ¿qué estaba pasando?

El sonido de un arbusto moverse lo alertó, no quería otra sorpresa, se alejó de aquella planta pero no quitó sus ojos de ella.

-¿Quién o qué eres? -Preguntó inseguro.

Pero no hubo respuesta alguna, sintió el movimiento otra vez, podría ser un animal, pero el estornudo presente quitó toda sospecha de que así fuera. Entonces si era una persona, aquella idea lo asustó, si era el mismo hombre que lo perseguía ya no tenía donde escapar.

-¿Quién eres tú? -Volvió a preguntar con un tono más elevado-. ¡Responde!

Gritó sin opción, su sorpresa fue tan grande cuando vio como una niña pequeña salía de allí, tendría su misma edad, pero la mirada en sus ojos era muy diferente al resto de personas que había conocido antes. Trató de acercarse, pero el grito de unas personas correr hacia él logró asustarla, provocando que corriera lejos de Soobin.

Aquellos hombres tomaron al niño de los brazos, no podía escapar, ¿ese sería su destino? Creo que así sería. Soobin volvió a mirar el camino por donde esa niña se fue corriendo, pero ya no estaba. Rendido, no hizo nada en contra de esos hombres, tal vez ellos solo pretendían llevarlo con sus padres, prefería pensar eso a cambio de algo que no le gustaba.

La niña miraba desde lo alto de un árbol como esos hombres con traje negro se llevaban al niño pálido que vio hace un momento, se preguntaba si debía de ayudarlo o no, pero al ver que caminaba por su cuenta significaba que estaba con ellos, entonces no había peligro.

Cuando vio a Soobin sintió mucha curiosidad en su pequeña mente, nunca había visto a alguien como él, sus amigos eran muy diferentes y al ver su perfil podía interpretarlo como alguien de corazón oscuro, pero eso era algo que no tenía mucha importancia para ella, desde muy pequeña le enseñaron que no importa lo que veía, lo importante es lo que sentía.

Y para ese momento, lo único que sintió Danielle, fue una especie de conexión al ver aquellos ojos oscuros. Que anhelaba volverlos a ver.

París, Francia
13 de Diciembre, 2022

-Solo un café, por favor.

La mesera que le atendía enarcó sus cejas.

-¿No se te antoja comer algo? -Preguntó con su acento francés muy bien marcado, parecía irritada.

Choi Soobin no podía explicarle el verdadero motivo, sabía que aquella mujer esperaba obtener una mejor propina de lo que iba a obtener por un simple café. Pero él no tenía la culpa de que los vampiros no comieran. A veces, cuando iba a un restaurante pedía algo de comida para simular una apariencia de normalidad, pero a última hora de un viernes por la noche, con el "Drine" prácticamente vacío, le pareció que no valía la pena tomarse esa molestia.

-Solo un café -Dijo sin preámbulos.

Encogiéndose de hombros, la mesera abandonó la mesa, no sin antes tomar la cartilla de plástico que traía impreso el menú, dirigiéndose hacia la cocina para preparar su pedido.

Soobin se recostó en la dura silla de madera, una rústica, pero algo agradable. Observó a su alrededor, el Drine, un restaurante situado en una de las esquinas de la calle Reccio con la primera avenida, era uno de sus lugares preferidos de París. A pesar de tener una apariencia vieja y antigua, era de comodidad para sus gustos. Estaban en la época navideña, por ende, la decoración verde, rojiza y blanca no podía estar excluida, el árbol a un rincón lograba ponerle una característica hogareña y más aún con la chimenea en el centro del lugar.

Miró por la ventana, era una noche gélida y fría, los copos de nieve caían suavemente mejorando aún la vista a sus ojos, pero la figura de una joven logró sacarlo de sus pensamientos, tenía un gusto diferente al vestirse, era alta, cabello rubio y poseía una gabardina en el cuello. Se dio cuenta como las personas que pasaban por su lado volteaban a verla, en ocasiones anteriores Soobin también se quedaba mirando a chicas como aquella, preguntándose adónde iría o con quién se encontraría, pero esta vez era diferente, aquella chica logró captar su atención en todo sentido.

El sonido de la taza de café que posicionó la mujer en la mesa logró que desviará su mirada hacia ella. Con un gracias fue suficiente para que la mesera abandone su lugar. Soobin tomó su tasa de café y bebió un poco de ella, estaba caliente, pero eso no era un problema para él.

Escuchó el sonido de la campanilla en la entrada, indicando que un nuevo comensal había llegado, no quería darle interés, pero al darse cuenta de que se trataba de la misma chica que vio por la ventana provocó que se lleve toda su atención. Observó a las personas que estaban sentadas en el lugar, al parecer no era el único que sintió el olor que emanaba de esa chica.

Ella tomó su pedido y salió tan rápido como ingresó. Para Soobin, si hubiera sido otro vampiro o una persona común no la seguiría, pero después de darse cuenta de su linaje licántropo y como el grupo de 6 hombres; todos vampiros que estaban sentados en un rincón salían detrás de ella, causó una necesidad de descubrir que era lo que pasaría.

Dejó el café en la mesa y salió sin decir nada. El fuerte viento penetró su piel y desordenó levemente su cabello, pero eso no era importante ahora. Buscó a la chica, pero había desaparecido, el sonido de unos pasos fue lo que lo ayudó a entender que pasaba. Siguió rápidamente al conjunto de hombres manteniendo una distancia no tan lejana, pero justa para evitar ser descubierto, sentía el olor de la loba cada vez más fuerte, estaba cerca. Si Soobin no encontraba primero a la rubia, temía que aquellos hombres intenten hacer algo contra ella.

Elevó su cuerpo y de un brinco subió al techo de una de las casas para tener una mejor vista del panorama y poder hallarla. Sintió su olor otra vez, era tan repentino que sentía como empezaba a agradarle, pero eso no era posible, era ilegal en otras palabras.

-No podrás escapar de esto lobita -Decía uno de esos hombres con un acento diferente.

-Tu cuerpo es mío -Continuó otro.

Esto era tan repugnante para Soobin, que sentía pena por lo que le sucedería a esa chica. Pero estaba confundido de que ella no hiciera nada por protegerse, solo estaba de espaldas escuchando todo lo que le decían.

-¡Ahora! -Dijo el que parecía ser el jefe de todos esos hombres.

El joven vampiro observó como empezaban a rodear a la chica, quien no hacía nada por defenderse. Uno de ellos tomó el hombro de la rubia, pensando que estaba perdida, pero al escuchar lo que dijo, sabía que algo no estaba bien.

-Suéltame -Susurró ella.

-Si te resistes, te irá peor bonita -Volvió a decir el hombre que la estaba tocando.

-¡Dije que me sueltes!

Fue tan repentino lo que pasó, Soobin se quedó sin palabras y no era el único.

Todos vieron como la chica se transformó en un lobo blanco, no era tan grande, pero si de un tamaño superior a esos hombres que pretendían abusar de ella. Sin arrepentirse de nada sujetó al primer hombre que la tocó, mordiendo su pierna y lanzándolo contra un auto del lugar, el segundo hombre se elevó hasta llegar al cuello de la loba tomando su pelaje y ejerciendo mucha fuerza, lo cual le provocó que aullara, con dolor en esa zona trato de voltear la cabeza para morder al hombre que le había ocasionado eso. No tuvo que hacer mucho, satisfactoriamente se deshizo de uno más.

Estaba por atacar al jefe de esos hombres, pero el sonido de un balazo se hizo presente y sintió como impactaba contra la pierna trasera de la loba, provocando que cayera con todo su peso en el frío suelo de cemento y tierra.

Un charco de sangre se formó en el lugar donde cayó ella ahora con su apariencia de humana, estaba herida y no podía hacer nada en ese estado. El jefe lanzó una carcajada macabra al aire provocando temor en la rubia, se acercó lentamente hacia ella causando que se encoja con cada paso que daba.

-Mírame -Pronunció, pero fue ignorado-. ¡Mírame! -Sujetó con fuerza la mandíbula de la chica.

Soobin observó todo, esto ya era suficiente para él, decidido dio la vuelta y abandonó el lugar en donde estaba.

-Tu provocaste esto lindura -Decía aquel hombre con lentes dorados y barba larga-. Eres tan bella -Pasó su mano sobre el rostro de la chica, lo cual le provocó náuseas a ella.

-Eres tan repugnante. -Soltó de repente, escupiendo con asco en el rostro del jefe. Eso provocó furia en el hombre quien sin medir nada lanzó una fuerte bofetada en el débil rostro del pobre chica, y no se conformó con eso, empezó a restregarle profundas patadas. Nadie hacía nada, el dolor que sentía la indefensa loba aumentaba con cada segundo, no estaba dispuesta a sufrir eso, pero no podía luchar contra ellos.

Sintió el sabor a hierro en su garganta, que seguido de una última patada en su vientre provocó que expulse sangre en gran cantidad, los presentes vieron como su jefe demacraba el delgado cuerpo de su víctima sin decir nada, el temor a ser castigados por su superior era mayor.

El sonido de un silbido causó que todos voltearan la mirada a uno de los callejones, no tenían idea de quién era, pero no estaban para lidiar con sorpresas o mocosos entrometidos. Ignoraron el sonido, pero este persistía y cada vez con mayor claridad. Todos fijaron su vista en aquella sombra, sabían que era un vampiro, pero desconocían su tipo de linaje.

-No te entrometas. -Pronunció irritado el jefe.

Pero no hubo respuesta, el chico desconocido caminó hacia el centro en dirección al jefe, y al estar cerca le propinó una fuerte patada que lanzó su cuerpo hacia sus hombres que no dudaron en sostenerlo. Arregló su barbijo evitando ser reconocido, y se preparó para lo que seguía. Uno a uno cada hombre que pretendía golpearlo terminaba sin éxito alguno, a cambio recibían más golpes. Para el chico desconocido ese enfrentamiento era muy poco comparado con aquellos desafíos que tenía los fines de semana.

No sentía el cansancio, pero al ver el cuerpo de la rubia en el suelo y sin muestra de que respiraba lo preocupó, causando que uno de los hombres lo golpeara, sintió un fuerte mareo, pero trató de mantenerse consciente. Luchó contra la debilidad y se enfrentó nuevamente a esos hombres, la luna se hizo presente iluminando todo el lugar. Soobin sintió como la falta de sangre hacia efecto en su organismo, debilitó su sistema y la fuerza que tenía poco a poco se desvanecía.

Utilizó su último esfuerzo para derrotar a los hombres que comenzaron a recomponerse. No bastaba con herirlos o golpearlos, debía de acabar con su vida. Sintió como todos corrían hacia él, lentamente se elevó comenzando a tirar de cada uno, mordiendo sus cuellos y degollándolos, sentir su asquerosa sangre en sus labios era realmente horrible, sabía que no debía hacer eso, tendría consecuencias fatales, pero no había otra opción, tenía que ganar fuerza.

Lanzó el penúltimo cuerpo sin vida al sedimento, solo faltaba uno, pero no gastaría su energía restante en alguien tan miserable como ese viejo vampiro.

-Que prefieres, ¿huir o morir? -Fijó su aterradora mirada al jefe que inició todo esto.

No esperaba una respuesta, aquel hombre desapareció como si nunca hubiera estado allí.

Soobin cayó de rodillas, el efecto de esas sangres cada vez era más benévolo en su frío cuerpo, necesitaba ir a casa urgente. Observó de reojo el cuerpo de la chica rubia aún en el suelo, no quería hacer eso que tenía en mente, pero tampoco podía dejarla allí. Caminó a duras penas hasta llegar a ella, localizó su pulso y por suerte sintió los latidos, lo que indicaba que aún seguía con vida, con mucho esfuerzo trató de levantarla, a pesar de su desgaste físico, su peso era mínimo, siendo de gran ayuda para que pueda llevarlo hasta su residencia.

Tenía curiosidad por saber quién era, pero aún no era tiempo.

Esta es la primera parte de este two shot, corran por la siguiente lobitas. Espero que les este gustando.

Esto es "Who are you?"

.

夢│生│活│日

🍃✨

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