𝟗. 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐃𝐢𝐬𝐩𝐨𝐬𝐢𝐭𝐢𝐨𝐧
La noche avanza, y aunque el aire en la cabaña comunal es cálido, la tensión es palpable.
La cena continúa con murmullos y conversaciones dispersas, pero Sunghoon apenas puede concentrarse. Siente a Benjamín agitado en su interior, inquieto por algo que Sunghoon no quiere admitir.
La presencia de Jake, un Humano en medio de su manada, ha perturbado el equilibrio que tanto había trabajado por mantener.
Sin previo aviso, Sunghoon se levanta bruscamente de la mesa. Las miradas lo siguen mientras sale sin decir una palabra. Sus pasos resuenan en el suelo de madera mientras se dirige a su cabaña. No puede quedarse allí, no con los pensamientos que lo acosan y la sensación de perder el control.
Una vez dentro de su cabaña, cierra la puerta con fuerza y se deja caer en el borde de la cama, pasándose las manos por el rostro en un intento de calmarse. Pero Benjamín no se lo permite. Su lobo interno ruge con una intensidad que no puede ignorar.
Jake debe quedarse contigo, debe quedarse con nosotros, la voz de Benjamín resuena en su mente, más insistente que nunca. No lo puedes dejar con ellos. Lo miran...puedo percibir que incluso algunos lo desean.
Sunghoon aprieta los puños, sabiendo exactamente a lo que Benjamín se refiere. Lo había visto también.
Algunos miembros de la manada desconfían de Jake, eso es evidente, pero otros... otros habían mostrado interés. La belleza etérea de Jake, sus cabellos dorados que parecen reflejar la luz de la luna, su fragilidad que contrasta con la dureza de la vida en la manada, ha capturado la atención de varios.
—No es tu decisión —Le responde Sunghoon, aunque sabe que no es tan simple. Benjamín gruñe, una mezcla de frustración y deseo contenido. Lo es. Lo sentiste como yo. Es nuestro, no de ellos.
Sunghoon se levanta de un salto, caminando de un lado a otro en la pequeña pero acogedora sala de la cabaña. La lucha interna entre él y su lobo está en su punto más alto. Benjamin no solo quiere proteger a Jake, quiere reclamarlo, apartarlo de los demás, mantenerlo a salvo y, más allá de eso, mantenerlo cerca.
Un sentimiento primitivo, posesivo, que Sunghoon se niega a aceptar. Jake es un Humano, y aunque hay algo en él que llama profundamente a su ser, Sunghoon no puede permitir que eso lo nuble.
Pero Benjamín insiste, los celos quemando su interior. No podemos dejar que alguien más se acerque a él. Tú lo sabes. Si lo dejas, alguien más lo reclamará.
Sunghoon respira hondo, intentando calmar la tormenta dentro de él. Finalmente, detiene su caminata frenética y mira hacia la puerta, tomando una decisión que sabe que lo cambiará todo.
Jake dormirá en mi cabaña esta noche.
No es una petición de Benjamín, es una orden, una exigencia que Sunghoon ya no puede negar. No está dispuesto a correr el riesgo de que otros miembros de la manada se acerquen más de lo debido. La sola idea de que Jake estuviera en peligro, o peor aún, de que alguien más intentara reclamarlo, lo llena de una furia que apenas puede contener.
Camina de regreso al comedor, su expresión aún más dura que antes. Al llegar, la conversación cesa. Sunghoon se dirige directamente hacia Jake, ignorando las miradas de sorpresa de los demás.
—Jake —Dice, su voz firme y sin lugar a discusión—. Esta noche te quedarás en mi cabaña.
Jake lo mira sorprendido, parpadeando como si no hubiera escuchado bien. Pero antes de que pueda responder, Sunghoon ya está saliendo del comedor, esperando que Jake lo siga. La decisión está tomada, y no hay marcha atrás.
Jake, aunque desconcertado por el repentino cambio de comportamiento de Sunghoon, no puede evitar sentir que algo más profundo está ocurriendo.
Sin decir nada, se levanta lentamente de la mesa, ignorando las miradas curiosas de los demás miembros de la manada, dedica una última sonrisa tímida a Jugwon y a Jay, como un agradecimiento silencioso pero cargado de emociones y sigue a Sunghoon hacia la oscuridad del bosque.
Jake sigue a Sunghoon a través del bosque, el sonido de sus pasos amortiguado por la suave alfombra de hojas caídas. No hay palabras entre ellos, pero el aire está cargado de una tensión palpable, como si ambos supieran que algo ha cambiado esta noche.
Mientras avanzan en la oscuridad, Jake no puede dejar de pensar en la extraña mezcla de emociones que lo recorre. Sabe que este no es su mundo, que no pertenece a la manada de Sunghoon ni a los seres que la componen, pero algo dentro de él lo atrae hacia el Alfa.
A pesar del desdén inicial, siente una conexión inexplicable, una fuerza que lo mantiene anclado a su lado, aunque su mente le dice que debería irse.
Llegan a la cabaña de Sunghoon, y Jake se detiene en la entrada, observando cómo el alfa abre la puerta sin decir una palabra.
A pesar de su actitud fría y distante, Jake puede sentir la lucha interna que Sunghoon está librando, como si hubiera algo más allá de lo que muestra en la superficie.
Entra en la cabaña, notando la simplicidad del lugar, pero también la calidez que irradia. Sunghoon cierra la puerta detrás de ellos, y por un breve instante, sus ojos se encuentran.
Jake abre la boca para hablar, para intentar entender por qué lo había traído aquí, pero las palabras se quedan atascadas en su garganta. En ese momento, sabe que su destino está ligado al de Sunghoon, aunque no puede comprender del todo por qué.
Jake permanece de pie, mirando a Sunghoon mientras el Alfa parece debatirse internamente. Hay algo diferente en su expresión, menos rígida, más abierta, aunque la tensión aún no desaparece del todo.
Sunghoon rompe el silencio, su tono sorprendentemente suave, casi vacilante.
—Puedes quedarte aquí esta noche —Dice, señalando hacia su habitación, su mirada desviándose un poco—. Es la más cómoda. No quiero que duermas en cualquier lugar... no después de todo lo que has pasado.
Jake parpadea, sorprendido por el cambio en el Alfa. Esperaba que Sunghoon fuera más frío, más brusco, pero ahora, hay una vulnerabilidad que no había anticipado.
Aun así, no puede aceptar la oferta tan fácilmente. Él sabe lo que significa respetar las jerarquías, y ocupar el espacio personal de un Alfa, su territorio más íntimo, es algo que no se debe tomar a la ligera, al menos eso aplica con las mandas de lobos salvajes.
—Te agradezco, pero no puedo aceptar tu habitación, Sunghoon —Responde Jake con firmeza, aunque con respeto—. No quiero causarte más incomodidades. Has sido más que generoso ya.
Sunghoon lo observa en silencio, y por un momento, Jake piensa que lo va a presionar para que acepte. Pero en lugar de eso, el Alfa asiente ligeramente, su expresión suavizándose.
—Está bien. Si no te sientes cómodo aquí, hay una habitación grande justo fuera de la mía. Tiene una buena cama, un baño privado, ropa limpia, elementos de aseo personal y estarás cerca si necesitas algo.
Jake sonríe levemente, agradecido por la consideración. A pesar de todo, la distancia emocional de Sunghoon parece acortarse poco a poco, y aunque no entiende completamente qué lo impulsaba, aprecia el gesto.
—Gracias —murmura Jake, sintiendo el peso de la mirada de Sunghoon sobre él mientras ambos comparten ese breve, pero importante, momento de tregua entre sus mundos.
"𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐨𝐬𝐢𝐭𝐢𝐨𝐧
𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐭𝐨𝐨 𝐬𝐨𝐨𝐧
𝐎𝐡, 𝐫𝐞𝐜𝐤𝐥𝐞𝐬𝐬 𝐚𝐛𝐚𝐧𝐝𝐨𝐧
𝐋𝐢𝐤𝐞 𝐧𝐨 𝐨𝐧𝐞'𝐬 𝐰𝐚𝐭𝐜𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐲𝐨𝐮"
𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐚𝐥𝐥
𝟗. 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐃𝐢𝐬𝐩𝐨𝐬𝐢𝐭𝐢𝐨𝐧
𝟎𝟖/𝟏𝟎/𝟐𝟎𝟐𝟒
Benjamín best boy tomando el control 😭 lo amo gente, gracias por leer la historia❤️
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