Jake había despertado antes de que el sol asomara sobre las colinas, pero la inquietud lo mantiene sin poder descansar.
Mira alrededor de la habitación que Sunghoon le había ofrecido, tan cálida y acogedora, pero también extrañamente ajena a su vida.
Es como si entre esos muros latiera un nuevo mundo, uno que le resulta desconocido, pero del que cada vez le cuesta más separarse.
La puerta se abre suavemente y, al voltear, encuentra a Sunghoon, de pie, en silencio, con la mirada fija en él.
Jake siente que el aire entre ambos se vuelve denso, cargado de esa tensión invisible que había sentido desde su primer encuentro. El Alfa da un paso hacia adelante, cerrando la puerta tras él, como si estuviera aislándolos del resto del mundo.
—¿Puedo? —Pregunta Sunghoon en voz baja, señalando el borde de la cama de Jake. Jake asiente, acomodándose para hacerle espacio.
—Estaba pensando... en que quizá lo mejor es que me vaya —Dice Jake, rompiendo el silencio con una voz que apenas parece la suya. Mira hacia sus manos, sintiendo que si se queda un segundo más en ese lugar, esa conexión que siente con Sunghoon podría volverse aún más fuerte, más imposible de ignorar.
Sunghoon frunce el ceño, un destello de dolor atravesando sus ojos.
—¿Por qué dices eso? —Pregunta, tratando de mantener la calma, aunque sus instintos y Benjamín le gritan lo contrario.
—Porque este no es mi mundo —Admite Jake, con sinceridad—. No quiero causar problemas. No quiero... lastimarte a ti ni a tu manada, toda mi vida he sentido que si toco algo puede romperse o simplemente destruirse.
Sunghoon exhala despacio, su mano alcanzando suavemente la de Jake, como buscando una conexión tangible en medio de sus palabras.
—Jake, yo... sé que nuestros mundos son diferentes, pero tú y yo... —Se detiene, buscando las palabras adecuadas—. No eres solo un extraño para mí. Hay algo entre nosotros que no puedo ignorar, algo que siento aquí —Coloca su mano en el centro de su pecho—. Y sé que tú también lo sientes.
Jake traga en seco, sin saber cómo responder...
Pero antes de que pueda hablar, Sunghoon se acerca lentamente, mirándolo a los ojos, y le da un beso suave y lleno de contención.
Es un gesto dulce, casi tímido, en el que Sunghoon parece resistirse y luchar contra sus propios instintos, dejando que solo sea un roce ligero, una promesa no dicha.
El beso es breve, pero Jake siente su corazón acelerarse.
Hay algo en esa delicadeza, en la forma en que Sunghoon lo trata, que le hace pensar que tal vez está a salvo, que este lugar podría ser más suyo de lo que había imaginado.
Cuando se separan, los ojos de Sunghoon se clavan en los suyos, con un brillo cálido y expectante.
—No voy a obligarte a quedarte —Murmura Sunghoon, su voz temblando ligeramente—. Pero quiero que sepas que, si decides hacerlo, yo estaré aquí... para ti.
Jake asiente, incapaz de ocultar la suave sonrisa que se forma en sus labios.
—Quizá... podríamos intentarlo un poco más —Responde, su voz suave, pero firme.
Jake se queda en silencio, mirando a Sunghoon con una mezcla de asombro y vulnerabilidad.
Por primera vez en mucho tiempo, se siente visto, como si detrás de esa fachada de fortaleza y autosuficiencia que siempre intentaba mantener, alguien hubiera notado sus heridas y decidido quedarse, dispuesto a soportar su peso junto a él.
Con cada gesto, cada mirada de Sunghoon, Jake siente cómo las capas de inseguridad que había acumulado a lo largo de los años comienzan a resquebrajarse.
En los ojos de aquel Alfa, encuentra algo más allá del deseo o la simple atracción; hay una paciencia y un cariño que Jake nunca creyó merecer.
Aunque luche con su impulso de volver a su mundo, siente que con Sunghoon existe la posibilidad de una vida distinta, una en la que, por primera vez, no tiene que huir ni esconderse.
Mientras tanto, Sunghoon siente que Jake había llegado a su vida para reescribir todo lo que creía saber sobre sí mismo y sobre su propio destino.
Su instinto como Alfa le grita que proteja a Jake, pero hay algo más profundo, una emoción suave y casi reverente.
Jake no es simplemente alguien que desea mantener seguro; es alguien a quien quiere ver florecer, a quien desea amar sin límites ni expectativas.
Esa conexión lo vuelve más consciente de su propio ser, lo impulsa a luchar no solo por su mundo, sino por uno en el que Jake pueda sentirse parte de él.
Cada vez que ve a Jake, incluso en sus silencios o cuando sus dudas asomaban, Sunghoon siente una certeza indescriptible, una verdad que resuena en lo más profundo de su ser.
Jake es su destinado.
Mientras los pensamientos de Sunghoon giran en torno a Jake, siente la voz de Benjamín en su mente, más fuerte y clara que nunca.
Vas a seguir esperando? Él tiene derecho a saber lo que es para ti... para nosotros. Jake no es como los demás, Sunghoon. Su corazón debe saber la verdad si quieres que confíe en ti por completo, insiste Benjamín, casi con urgencia en su tono.
Sunghoon respira hondo, sintiendo la lucha interna entre el deseo de revelarle todo y el temor de abrumarlo.
Pero Benjamín no cede.
Sabe que Jake merece conocer la profundidad de su conexión, entender que es algo más allá de un simple vínculo, algo que ni el tiempo ni la distancia podrían deshacer.
Por más fantástico e imposible que suene...
Jake es la Luna y el futuro de su manda.
"𝐀𝐧𝐝 𝐈'𝐝 𝐠𝐢𝐯𝐞 𝐮𝐩 𝐟𝐨𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐭𝐨 𝐭𝐨𝐮𝐜𝐡 𝐲𝐨𝐮, '𝐜𝐚𝐮𝐬𝐞 𝐈 𝐤𝐧𝐨𝐰 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐲𝐨𝐮 𝐟𝐞𝐞𝐥 𝐦𝐞 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐡𝐨𝐰."
𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐚𝐥𝐥
𝟏𝟒. 𝐓𝐨𝐮𝐜𝐡 𝐘𝐨𝐮
𝟏𝟐/𝟏𝟏/𝟐𝟎𝟐𝟒
Su primer beso😭 14 capítulos después pero ¡su primer beso!
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