Sunghoon encuentra a Jake sentado junto a la ventana de la cabaña, absorto en los movimientos de los árboles con el viento. Se acerca silenciosamente, con un objeto pequeño en la mano.

—Esto es tuyo. Lo encontramos cerca del barranco —Dice, extendiendo el teléfono dañado hacia Jake.

Jake lo toma con cuidado. La pantalla está estrellada y las esquinas, abolladas. Presiona el botón de encendido varias veces, pero solo obtiene un parpadeo débil y luego, nada. Su corazón se hunde al recordar a Sunoo.

—Sunoo estaba monitoreando mi ubicación en tiempo real... —Murmura más para sí mismo que para Sunghoon, sintiendo una punzada de angustia.

—¿Pensará que estoy perdido? ¿Estará buscando ayuda desesperadamente?

Sunghoon lo observa con atención, notando la lucha interna de Jake. A pesar de que el Humano había comenzado a adaptarse al ambiente de la manada, el peso de su vida anterior aún tira de él. El temor comienza a agitarse en lo más profundo del Alfa.

—¿Estás pensando en volver? —Pregunta Sunghoon en voz baja, su tono traicionando una pizca de vulnerabilidad.

Jake lo mira, sorprendido por la pregunta directa.
—No lo sé... —Admite con sinceridad—. Sé que Sunoo debe estar preocupado. Y mi vida allá... —Se interrumpe, como si las palabras fueran difíciles de pronunciar—. No pertenezco aquí, ¿verdad?

Sunghoon siente cómo su pecho se tensa.

No quiere que Jake se vaya, pero tampoco puede obligarlo a quedarse. Por un momento, el Alfa duda entre lo que su lobo, Benjamin, le susurra constantemente y lo que él sabe que es correcto.

—No tienes que decidir ahora —Responde al fin, esforzándose por mantener su tono sereno—. Puedes quedarte todo el tiempo que quieras... Nadie aquí te apurará.

Jake aprieta el teléfono dañado entre sus manos, como si en ese aparato se resumiera la frágil conexión entre ambos mundos.

—Gracias —Dice finalmente, su voz baja pero genuina.

Sunghoon lo observa un momento más, sintiendo que el nudo en su pecho se afloja ligeramente. Con cada día que pasa, se da cuenta de que dejar ir a Jake es algo que no está dispuesto a hacer tan fácilmente, aunque aún no entiende del todo por qué.

Muéstrale lo que somos, enséñale lo más íntimo y sagrado de nuestro ser, escucha como una orden desesperada de Benjamín y Sunghoon obedece sin más.

—Quiero mostrarte algo, Jake —Dice  Sunghoon de repente, con una voz baja pero decidida.

Jake lo mira, algo confundido, pero asiente sin preguntar.

Sunghoon hace un gesto con la cabeza hacia el bosque, invitándolo a seguirlo. Caminan en silencio bajo la sombra de los árboles, el aire fresco llenando sus pulmones.

El viento susurra entre las ramas, y Jake se siente sorprendentemente en paz, incluso sabiendo que lo que está a punto de presenciar cambiaría su percepción de la vida para siempre.

—¿A dónde vamos? —Pregunta Jake al fin, su voz apenas un murmullo entre los sonidos del bosque.

—Quiero que veas cómo... me convierto —Contesta Sunghoon con cierta cautela. Es como si con cada palabra se despojara de su coraza de indiferencia.

Llegan a un claro bañado por la luz de la Luna. Sunghoon se detiene en el centro, con las manos relajadas a los costados, mientras Jake lo observa expectante.

—No te asustes —Advierte Sunghoon, aunque su tono ya no es tan distante como antes.

Jake sostiene su mirada y asiente.

Sunghoon inspira profundamente y cierra los ojos, permitiendo que su lobo interior emerja. Su cuerpo comienza a cambiar: la piel se tensa y luego desaparece en un brillo etéreo, dando paso al pelaje blanco como la nieve.

El crujido de sus huesos reajustándose es breve, pero no doloroso. En cuestión de segundos, el Humano que Jake conoce se ha transformado en el majestuoso lobo de mirada intensa pero noble que también conoce.

Jake contiene la respiración. El espectáculo es a la vez aterrador y fascinante, como si la naturaleza misma se desplegara frente a él en toda su gloria.

Da un paso adelante, casi sin darse cuenta, y se agacha para mirar al lobo blanco a los ojos.

—Eres... increíble —Susurra con un tono de admiración que Sunghoon no esperaba.

Benjamin, en su forma de lobo, suelta un gruñido suave que suena casi como una risa orgullosa. Sus ojos dorados brillan bajo la luz de la luna, y su cola se mueve lentamente, como si disfrutara del asombro genuino de Jake.

—¿Puedo...? —Jake extiende una mano temblorosa hacia el lobo, preguntando con la mirada.

Benjamin inclina la cabeza en señal de consentimiento, y Jake acaricia el pelaje suave y espeso. Una sonrisa auténtica, casi infantil, se dibuja en su rostro.

Cuando Sunghoon se transforma nuevamente en Humano, la conexión que había sentido durante esos breves instantes permanece.

Jake lo mira con la misma intensidad, como si en ese momento lo viera por completo, no solo como un Alfa o un líder, sino como alguien complejo y real.

—Eres... diferente a lo que imaginé —Confiesa Jake, con la sinceridad brillando en sus ojos.

Sunghoon siente que algo cambia dentro de él.

La calidez de la admiración de Jake atraviesa sus defensas, haciéndole comprender lo que su lobo había sabido desde el principio: Jake no es como los demás.

Jake es especial. Y  Sunghoon no quiere perderlo.

—Ven conmigo, Jake. No tienes que decidir nada ahora —Dice Sunghoon en voz baja—. Solo... quédate un poco más.

Jake asiente, con el corazón latiéndole en el pecho, sintiendo que tal vez, solo tal vez, ya había encontrado su lugar en ese extraño mundo.

"𝐈𝐟 𝐲𝐨𝐮 𝐡𝐚𝐯𝐞 𝐚 𝐦𝐢𝐧𝐮𝐭𝐞, 𝐰𝐡𝐲 𝐝𝐨𝐧'𝐭 𝐰𝐞 𝐠𝐨, 𝐭𝐚𝐥𝐤 𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐢𝐭 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐰𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐨𝐧𝐥𝐲 𝐰𝐞 𝐤𝐧𝐨𝐰?"

𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐚𝐥𝐥
𝟏𝟐. 𝐒𝐨𝐦𝐞𝐰𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐨𝐧𝐥𝐲 𝐰𝐞 𝐤𝐧𝐨𝐰
𝟐𝟖/𝟏𝟎/𝟐𝟎𝟐𝟒

Ya era hora Hoon, ahora cuida a la wawa 😭