O4
Cuando el tipo se metió a la casa quise correr detrás de la que podría ser Mina, mi madre, pero algo me sujetó.
—¿Qué piensas hacer? —Era la bruja.
—Seguirla.
—El impacto puede ser muy grande y hacer que cometas una equivocación por impulso. Ahora es cuando hay que mantener la compostura.
—¿A qué se refiere?
—En el estado de desesperación y ansiedad en el que te encuentras eres capaz de ir y preguntarle quién es tu padre directamente. Un paso a la vez, tienes que actuar con suma cautela.
La bruja tenía razón, mi corazón estaba acelerado y sentía temblores en las manos.
—Entonces era ella, ¿sí o no?
—No lo sé, pasó rápido, no la vi bien.
—Hay que regresar mañana. Llegamos hace unas horas a Yiseon y tengo el estómago vacío. Vayamos a algun sitio a comer y luego descansa un poco. Tenemos tiempo.
Acepté, medio dudando.
Me sentía ansioso todavía, pero si solo tenía una oportunidad no la echaría a perder.
Fuimos a un restaurante a comer Jajangmyeon y camino a donde nos hospedábamos le pregunté por su nieta, que dónde estaba. Con una risa un tanto forzada, respondió que Tzuyu tenía quienes la cuidaran. Noté que le incomodaba hablar al respecto así que corté el tema ahí. Lo que sí le comenté fue que, no sé cómo, su nieta supo mi nombre sin que yo se lo dijera, a lo que contestó que siendo una bruja no era nada fuera de lo común.
Para usted querrá decir.
También charlamos de la poción que bebí. La bruja Zhou me explicó que era una poción que congelaba las partículas del cuerpo para mantenerlas unidas durante los viajes temporales y así evitar que terminara desintegrado en medio del viaje.
Cómo se supone que vuelva a beber algo así conociendo esta información.
—Sabe, no creo que sea ella —dije acomodándome en la cama que me hice con unas mantas en el suelo. Ya estaba oscuro afuera.
—¿Por qué no?
—Porque el tipo que salió parecía vivir ahí y mi madre solo tenía a su tía. Además la conozco y sé que jamás se pintaría el cabello, menos de un color llamativo como el rojo. Bueno más bien era rojo medio oscuro... ¿Bordó?
—Supongo que no has visto fotos de tu madre durante su adolescencia.
—Pues no, no tiene ninguna. Sí hay muchas fotos mías y de cuando empezó a andar con mamá Chaeyoung. A mamá Chae le encanta sacar fotos, más bien es de esas personas a las que les encanta coleccionar recuerdos, si viera que todavía guarda el primer diente que se me cayó. Qué vergonzoso.
—Mejor ya duérmete.
—Okay, buenas noches.
La bruja ocupó la cama que había en el monoambiente. No respondió y a los pocos segundos ya estaba roncando.
Ya estaba listo. Preferí no molestar a la bruja Zhou y me fui sin hacer ruido. Ahora que ya me sabía el camino fue más fácil llegar a la dirección de ayer.
Aún era temprano y hacía frío. Desde la parte lateral del auto de enfrente solo veía pasar chicos y chicas que asumía iban a la escuela, y al cartero que por alguna razón ignoró la casa de madera.
Quizás sea una señal.
No, no podía hacerme pasar por el cartero. Pero se me ocurrió otra idea: revisar la correspondencia. Crucé disimuladamente la calle y adivinen qué, la casa no tenía buzón.
Justo entonces tronó la puerta como si estuviera siendo forzada desde adentro. Igual que ayer, corrí a esconderme detrás del mismo árbol.
Era la chica pelirroja. Me sacudí un poco la ropa y fui en la misma dirección. Ella no caminaba rápido pero me costaba identificarla de espalda; traía el cabello suelto, su ropa era oscura y sus converse grises, también tenía una cadena colgando de la cintura del pantalón y una vieja mochila colgando del hombro.
En un determinado punto relentizó el paso cabizbaja. Yo iba en paralelo, a una distancia prudente. Muy discretamente entonces la observé por el rabillo del ojo.
¿Mamá?
La mitad del rostro que su fleco no alcanzaba a cubrir me decía que era ella, pero no estaba seguro.
Quizás todo esto sí sea un sueño después de todo, o pesadilla... o... o... ¿Qué pasa si estoy en coma?
Me pellisqué las mejillas con fuerza y dolió.
—Este dolor se siente muy real —Me susurré a mí mismo.
Si es ella, ¿por qué parece triste?
Recordé al tipo que le había gritado ayer. ¿Quién diablos era?
Tan pronto como se detuvo, temí que me hubiera atrapado siguiéndola pero no, solo se colocó la capucha de la sudadera para entrar a una escuela.
"Escuela secundaria y preparatoria estatal N° 48" decía en el letrero ubicado sobre la puerta principal. Nadie tenía uniforme, lo cual me sirvió para camuflarme entre los demás estudiantes. A mis ojos todos vestían algo anticuado aunque claro, para algunos yo podía ser el raro.
—¡O-Oye! —Por andar de distraído terminé chocando con alguien— ¡Te-Te-Ten ma-más cu-cuidado!
—Lo siento —Le dije al sujeto disfrazado de dinosaurio.
—Pi-Pisaste mi-mi c-cola. C-Co-Como sea —Dejó un papel en mi bolsillo y se fue corriendo lo mejor que sus patas de T-Rex le permitieron.
"Outsiders! en vivo en Wendy's Bar", leí mentalmente el principio de lo que estaba escrito en el folleto.
Me sacudí la cabeza, no debía desconcentrarme. Cuando recuperé el foco me di cuenta de que había perdido de vista a la muchacha pelirroja.
No tuve que buscar muy lejos por suerte. En el piso de arriba la encontré charlando con un chico de estilo igual al suyo, hasta su cabello era rojo pero más claro. Quería escuchar la conversación así que mientras fingía leer el folleto arrugado, pasé muy lentamente por al lado de ambos.
—¿Te golpeó otra vez? Ese malnacido...
—No es asunto tuyo.
—Claro que lo es, me preocupo por ti.
—Resbalé y caí, mis zapatillas estaban mojadas. ¿Reparaste mi guitarra?
—No cambies de tema. Hablo en serio.
—Igual yo. La necesito para mi clase de música.
—Está en mi casillero, puedes ir por ella cuando quieras. Sobre lo otro-
—Taehyung, sabes cuánto te aprecio, eres una de las pocas personas a las que le importo pero... Yo puedo con esto y no quiero que te metas en mis asuntos. Aparte, ya te lo dije, pronto cumpliré dieciocho y me largaré de esa casa.
—Aún así...
—¿Sabes cuánto extrañé mi guitarra? No veo la hora de largarnos de aquí a ensayar, no echemos a perder el día.
—De acuerdo. Solo recuerda que siempre podrás contar conmigo... siempre —Sacó una rosa que tenía enganchada en el botón de su chamarra para entregársela.
—Le faltan las espinas.
El chico sonrió abrazándola.
—¿Qué tal una carrera al salón?
—A la cuenta de tres.
—Uno... Dos... ¡Oye Mina, eso es trampa!
Una corriente de aire me sopló en la nuca causando escalofríos que bajaron por mi espalda.
Sí era ella, mamá Mina. Los detalles de los lunares y su voz, baja pero audible, me lo confirmaron.
¿Qué fue eso de golpear? No entendí ni la mitad de lo que hablaron.
Otra vez me vino a la mente el tipo desagradable de ayer.
Seguramente escuché mal.
Según mamá Chaeyoung, mi madre había vivido con su tía en una pequeña ciudad hasta concluir la preparatoria. En la universidad de Seongnam se conocieron, se enamoraron y más tarde se casaron. Yo ya existía en aquel entonces. Tiempo después de conocer esta breve historia, mi madre mencionó a Yiseon por única vez, si mi memoria no me fallaba, como el lugar donde había nacido y crecido.
Por otra parte, ¿quién era ese chico? Se hablaban como si fueran muy cercanos. Tenía que averiguar acerca de él.
Iba a seguir el camino que habían tomado pero al doblar al otro pasillo terminé tropezando por segunda vez.
—Disculpa —dije sintiéndome culpable por hacer que la chica desparramara sus hojas por el suelo. Me incliné de inmediato para ayudarla a recogerlas.
—Olvídalo —Bufó ella por lo bajo, apilando los papeles ordenadamente.
Lo que jamás hubiera imaginado yo era lo que pasaría después de erguirnos.
No podía creer a quién tenía enfrente de mí.
—T-Tú...
Su cara no era un poco sino demasiado, demasiado familiar.
—Supongo que gracias —Me quitó las hojas de la mano.
—¡Espera! —Exclamé sin darme cuenta, haciendo que la muchacha detuviera sus pasos y me echara el ojo de costado— Este... De nada, de nada.
Cuando se fue, me quedé ahí sin poder salir de mi estupefacción.
Tía Jeong...
⏳
Me hallaba solo en las gradas del patio de esa escuela. Después de haberme topado con mi tía (estaba cien por ciento seguro de que era ella) no supe qué otra cosa hacer. Si ella estaba aquí, ¿eso significaba que mamá Chaeyoung también?
A ver... Si mamá Mina tiene dieci... ¿siete? , entonces Chaeyoung debe rondar en sus... ¿quince años? Demonios, ojalá ya los haya cumplido. Olvidé que se llevaban dos años de diferencia ¿o eran más? ¡No, eran dos! Debe seguir en secundaria.
Joder, ¿qué es todo esto?
No sé cuánto tiempo me la pasé sumido en mis pensamientos que cuando salí de ellos había más gente a mi alrededor. Al girar a la derecha, gradas más abajo, divisé al chico que estaba con mamá Mina hace unas horas. Era mi oportunidad de hablar con él y averiguar quién era. Pensé en algún tema de conversación y fui.
—Hola —dije sentándome nervioso.
—Hola —Devolvió el saludo sin despegar la vista de su guitarra. Creo que le ajustaba las cuerdas.
—Yo... estaba sentado por allá y vi tu playera de Panic At The Disco y me preguntaba si podías decirme dónde la conseguiste porque está genial.
Él rió un poco y entonces pude ver bien su rostro.
—No son ellos, es 30 Seconds To Mars —dijo mientras yo buscaba minuciosamente en su cara algún rasgo con el que me sintiera identificado—. Oye, ¿sucede algo? ¿Tengo un mosquito?
—No, no —Reí al ver cómo se sacudía la nariz—. Supongo que de lejos parecían la misma banda. Pero está buenísima, ¿dónde...?
—En una tienda a la vuelta de Wendy's Bar. Venden todo tipo de indumentaria relacionada al rock.
—Entiendo.
—Por tu cara diría que no. Sí conoces Wendy's Bar, ¿cierto?
—Pues... Siendo sincero soy nuevo, me mudé hace dos días.
—Oh, con razón me parecía que nunca te había visto antes. Soy Taehyung, o solo "Tae", mucho gusto —Me extendió la mano.
—Yo soy Chaemi —Se la estreché. Qué agradable sujeto—. ¿Tocas la guitarra?
—Sí. Es un poco difícil aquí con las restricciones y esas cosas pero no me quejo, al menos la clase de música me sirve de práctica. No digo que sea un profesional aunque, claro, a eso aspiro. ¿Tú tocas algún instrumento?
—No, no tengo talento para eso. Pero eso no quita que disfrute mucho de la música —Rap, para ser específico.
—Si te gusta Panic At The Disco, 30 Seconds To Mars, Simple Plan u otras bandas de ese estilo, mis amigos y yo tenemos una banda de rock punk. Tocamos de jueves a sábados en Wendy's Bar, un café-bar. Cantamos covers y canciones propias.
—Wow. Genial.
—Quedas invitado si no tienes nada que hacer. El show empieza a las ocho, tocamos una hora y media por lo general.
—Iré, me gusta la música en vivo.
—Hoy ensayaremos en la cochera de mi casa después de la escuela.
—¡Taehyung! —Un chico y una chica, también con ropa punk, se acercaron a nosotros.
—Hey —Taehyung se paró para saludarlos.
—Pensamos que Mina estaba contigo —dijo la chica—. No la vimos por ninguna parte.
—A de estar en algún aula vacío escribiendo. Saben que no quiere distracciones cuando está inspirada.
¿Se refiere a que compone canciones?
—Hasta creímos que habían tenido pelea de pareja. ¿Qué haríamos sin el TaeMi?
¿Qué?
—Ja ja, sabes que el nuestro es un matrimonio sólido —¿Son novios?—. Por cierto, les presento a Chaemi, es nuevo en la escuela. ¿Chaemi?
—Ah sí... Me llamo... Bueno, ya lo saben.
—Ellos son Suga y Seulgi, forman parte de la banda. Suga es el rey de la batería, Seulgi nuestra diosa del bajo y del teclado. Mina y yo somos los guitarristas principales, como ya te habrás dado cuenta, y le damos vida a las canciones con nuestra humilde voz, más bien yo, ella es un prodigio.
—Ahora tengo ganas de escucharlos, ya quiero ir a winny bar.
—Wendy's Bar.
—Sí, eso quise decir.
—Allá nos veremos. Salimos en veinte minutos, hay que ir por Mina. Hasta mañana, Chaemi.
—Hasta mañana —Me despedí de los tres.
Ah, diablos.
Entonces, puede que mamá Mina y este tal Taehyung tengan algo o sean novios. Y tienen una banda de rock.
Joder. Si existían probabilidades de que este chico fuera mi padre, tenía que confirmar o descartar la sospecha cuanto antes.
¿Y mamá Chaeyoung cómo demonios entraba en todo esto? A menos que ella y mi madre ya se conocieran y eso solo significaba una cosa; que me había mentido.
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