
1O
POV Jeongyeon
—¡Chaeyoung! ¡Chaeyoung, llegaremos tarde! —grité casi afónica, siendo una vez más ignorada.
¿La razón? La de siempre: Mina.
Una vez más Chaeyoung se empeñaba en esperarla afuera de su casa para ir juntas a la escuela. Como no quería lidiar con sus berrinches no me opuse, pero me estaba congelando.
—¡Chaeyoung! —Insistí y sorprendentemente esta vez sí me hizo caso. Un tanto triste vino— De seguro salió temprano y ya está en la escuela —dije para animarla.
—¿T-T-Tú-Tú c-crees?
—Sí, debe estar con Taehyung y los otros. Y tú aquí de loser.
—¡No-No-No soy u-una lo-lo... l-loser! —Negó haciendo un divertido mohín.
—¿Ah, no? ¿Qué eres entonces?
—U-na chi... chica list-ta.
—No lo sé.
—¡Yo-Yon-yon!
—Ja, ja... Oye, no me llames así.
Realmente hacía muchísimo frío. No era extraño ya que siempre nevaba en invierno y por lo visto este año no sería la excepción, bastaba con ver la helada que pintaba al pasto de blanco y los árboles tiesos.
Las calles parecían una pista de hielo, varias veces nos patinamos.
Una vez en la escuela, me escabullí hasta mi pupitre aprovechando que el profesor buscaba algo debajo de su escritorio.
—¿Qué me perdí? —Le pregunté a Momo cuando la clase concluyó.
—Votamos al organizador del próximo festival escolar. Yo voté por ti pero...
—¿Quién ganó?
—Pues...
No hizo falta que respondiera cuando la chica dientes de conejo hizo acto de presencia.
—Yo gané, como siempre —Presumió Nayeon sujetando firmemente unos libros contra su pecho—. Pero alégrate, por ser la segunda más votada te nombré primera asistente, o mejor dicho, mi mano derecha.
—No, gracias.
—Ya se lo comuniqué a la directora, no tienes opción.
—¿Qué?
—Como oíste. Bueno, te aviso que vamos a encontrarnos al final de la jornada para ver cómo nos organizamos, aunque ya he ido charlando con-
—No.
—¿No qué?
—No me uniré al club temporal de estudiantes sin vida relevante o grupo de colaboradores o como se llamen. Tengo cosas más importantes que hacer, no dispongo de tanto tiempo libre como para ocuparme de la realización de un festival. De hecho, qué bueno que la mayoría haya votado por ti, me evitaron un trabajo que sinceramente no me genera entusiasmo. By, bye.
—¿A dónde crees que vas? —dijo justo cuando ya había agarrado mi mochila y estaba a punto de cruzar la puerta para salir.
—No te incumbe.
—Hirai, ¿puedes por favor dejarme a solas con Jeongyeon?
¿Qué?
Enseguida volteé, solo para ver a Momo recoger sus cosas tranquilamente.
—Espera Momo, voy contigo —dije cuando pasó por mi lado con una sonrisa divertida.
—¿Tanto temes quedarte a solas conmigo? —Rió Nayeon.
—¿Temor? Claro que no. Es solo que no tengo ganas de lidiar contigo hoy. Cómo decirlo, me siento un poco cansada —Fingí un bostezo—. Ahora, si me disculpas, me voy.
—Me ofende que no te tomes en serio nada que venga de mí más que la absurda competencia que tenemos. Ya te ofrecí terminar con esta enemistad sin sentido para llevar las cosas bien entre ambas. No sé que más esperas de mi parte.
—Nada. No espero ni tengo por qué esperar nada de ti. Francamente no entiendo por qué te afecta tanto lo que yo haga o piense de ti.
—No es que me afecte.
—¿Entonces? ¿Me dirás el por qué de tu arduo entrometimiento en todo lo que hago, de tu comportamiento extraño estas últimas semanas?
—¿A qué te refieres? Yo no me entrometo en tu vida.
—No digo que lo hagas tan seriamente, pero vamos, ¿vas a negar que las coincidencias en los lugares que transito con frecuencia en realidad no existen? ¿O que finges ser buena con mi hermana solo para averiguar sobre mí? Ambas sabemos que lo haces solo para fastidiarme. No soy yo quien se esmera en continuar con esta "enemistad" sino tú con tu actitud infantil.
—No puedo creer lo que oigo. ¿Piensas que me desgradas tanto al grado de invertir gran parte de mi tiempo en buscar la manera de fastidiarte? Pues te aviso que te equivocas, me disculpo por tener gustos similares a los tuyos, lamento que sea un problema para ti, y no, no finjo ser buena con Chae para molestarte, realmente la aprecio como a una hermana menor. ¿Quieres que pida disculpas también por eso?
—No, quiero que dejes de meterte en mis asuntos y atarme a los tuyos.
—¿De qué manera lo hago según tú?
—Con lo del festival, por ejemplo. Te he dicho que no tengo interés en participar, ni siquiera estuve en la votación ni fui consultada para empezar y ya decidiste que te ayudaría con eso. Para colmo se lo notificaste a la directora para que no pueda negarme. ¿Y luego quieres que crea en tus buenas intenciones?
—No imaginé que fueras tan desagradecida con nuestra escuela, sobretodo teniendo el promedio más alto, siendo el orgullo de la directora.
—Y ahí lo tienes. ¿Lo ves? Ahora intentas generarme culpa para que me flexibilice y acepte ser tu ayudante en ese estúpido festival.
—Es todo. No tiene sentido seguir hablando contigo, estás cegada por tus prejuicios sobre mi persona.
—¿Prejuicios? No nos acabamos de conocer para que digas-
—No, ese es el precisamente el problema, no me conoces. Me he comportado infantilmente, lo admito, sobretodo en el pasado, pero estoy dispuesta a madurar.
—Besos de lengua... Sí, cómo no —Murmuré muy por lo bajo.
—¿Qué dijiste?
—Nada. ¿Ya me puedo ir?
—Te oí. ¿A qué te referías con eso?
—A nada.
—A mis besos con Jinyoung del otro día, ¿no?
—No.
—Te atrapé viéndonos.
—Estábamos en el aula, todos los vieron.
—No como tú lo hiciste. Qué curioso, luego se supone que soy yo quien parece meter mis narices en tus asuntos.
—¿Qué insinúas? ¿Que estaba...
—¿Celosa? No. Ya dijiste que Jinyoung no es tu tipo, y yo... Bueno, me dejas en claro todos los días que no te gusto.
No es así.
—Es así. Exactamente. No me gustas y él mucho menos.
Fue extraño. De repente fue como si mis palabras la hubieran atravesado. Se quedó muda con la mirada ¿dolida? No lo sabía. No sabía con certeza si lo que le había dicho había causado sentimientos dentro de ella, pero sí dentro de mí.
Su mirada se desconectó de la mía y entonces me nacieron enormes ganas de abrazarla. Pero no podía hacerlo, no quería ser débil frente a ella, no podía permitírmelo siendo Son Jeongyeon, la chica fuerte que todos conocían, la que no se dejaba torcer el brazo fácilmente, la que no suspiraba por nadie. Pero con ella era todo lo opuesto.
Así sería por siempre.
—¿Sabes qué? —hablé para cambiar el ambiente tenso— Como dijiste antes, no tengo opción, así que no tiene sentido seguir discutiendo.
—Como sabrás la temática será Halloween, debemos ocuparnos de los disfraces, la decoración, los puestos de juegos, comidas y bebidas —Su voz ya no era la misma de hace rato, ahora era más baja, impersonal y fría.
—Solo una cosa. No pienso ponerme ningún disfraz estúpido o hacer otro tipo de cosas igualmente tontas para entretener a un puñado de gente.
—Las tareas aún no han sido divididas, eso lo decidiremos con los otros voluntarios hoy después del horario de clases. Nos reuniremos en el aula del centro de estudiantes así que procura no llegar tarde para entonces.
—Oye-
—Hasta luego —Se despidió sin más y se retiró.
No te sientas culpable, ya tiene unos brazos que la consuelen. Já, ¿consolar de qué? No seas ilusa Jeongyeon.
POV Chaemi
Estuve toda la mañana con mis padres, a lo lejos claro, los estuve observando a la distancia. Se sentaban uno al lado del otro en un rincón de cada aula en la que cursaban. Reparé en que, como dijo Tae, aunque formaran parte de una banda de rock no eran populares, pasaban desapercibidos y a veces escuchaba a uno que otro decir que su música apestaba. Gente estúpida, ¿qué sabían ellos de música?
Era la última hora y yo andaba como espía detrás de las ventanas, no coincidían en esa clase pero yo me quedé de todos modos por mi padre. Era increíble, cuanto más veía a Taehyung más similitudes encontraba entre él y yo, cuanto más conocía de él más me sentía su hijo. Pero era imposible no pensar en mi plática con la bruja Zhou, tenía prohibido entrometerme en la relación de mis padres, tenía que resignarme y esperar a su ruptura sin poder hacer nada para evitarlo.
A través del cristal pude apreciar uno de los momentos que quería guardar en mi memoria por siempre: Taehyung sonriendo mientras firmaba un autógrafo a un maestro. Así quería ver sonreír a mi madre al menos una vez antes de irme, así quería vernos. Pero el futuro era tan distinto a mis deseos, tan poco provechoso para nosotros. Así es, no importaba cuánto me aferrara a ese sueño, mamá Mina y Taehyung se separarían, no se casarían ni permanecerían juntos, no seríamos una familia, no crecería llamándolo papá. En cambio, viviría con el vacío de no conocer la otra mitad de mi origen. Bueno, ahora podía al menos conocerlo a la superficie.
Nunca se lo había dicho a mamá Mina pero cuando era niño, siempre que la maestra nos decía que dibujáramos a nuestras familias, yo nos dibujaba a ella, a mí y al padre que siempre quise en mi vida. Si bien en aquel entonces mi relación con Chaeyoung no era mala, no podía mentirme a mí mismo. Me sentía solo.
Cuánto tiempo habría pasado que cuando salí de mis pensamientos ya no quedaba nadie en el aula. Llevé mis manos a los bolsillos delanteros de mis jeans y fui a la salida sin ninguna prisa.
Me quedé en la salida esperándolos, sin embargo no había indicio de ninguno de los dos, hasta pensé que ya se habían ido, probablemente a Wendy's Bar, pero entonces vi a Tae del otro lado de la escuela, estaba un poco lejos pero era él. Le colocaba la rueda a la bicicleta de un chico o eso divisé cuando fui acercándome. Era una especie de estacionamiento de bicicletas.
Y otra vez. Qué chico tan genial, cuidaba a su abuela, se ocupaba de sus gastos médicos, tenía una banda de rock y trabajaba hasta en la escuela. En cualquier momento empezaría a molestarme que fuera tan bueno porque...
Papá no hagas que te admire, no te conviertas en mi héroe, no seas así, no si no te quedarás conmigo.
Tal vez era un idiota por darle vueltas al asunto una y otra vez pero mi corazón no quería soltar ese hilo de esperanza de que existía otro camino, de que era posible crear esa foto familiar, ¿por qué no?
¿Por qué no papá? ¿Por qué no puedes quedarte con mamá Mina y conmigo?
Estaba tan concentrado en hacer su trabajo que no se percató de mi presencia en ningún momento pese a no estar muy lejos de él, tampoco tenía intención de que lo hiciera, era mejor si no veía estas lágrimas que ni yo mismo podía explicar.
—"Responsabilidad natural", "Cuando quieres algo lo abrazas" —Recordé sus palabras que ahora se me hacían tan hipócritas.
¿Entonces por qué no te hiciste responsable de tu hijo? ¿Por qué renunciaste a él? ¿Por qué no me abrazaste? ¿Por qué no luchaste por tu familia?
Necesitaba escuchar la respuesta por más dolorosa que fuera, me urgía que fuera sincero por más que me destrozara, solo una vez quería oír por qué había decidido rendirse si es que acaso lo había hecho. ¿Qué había hecho el padre de mamá Mina para que él desapareciera de nuestras vidas?
Conjeturas y más conjeturas.
Papá, solo tú puedes decirme la verdad.
Más lágrimas amenazaban con salir de mis ojos pero las reprimí al igual que mis necesidad de gritarle a Taehyung las preguntas sin respuestas que me atosigaban. Agaché la cabeza y apoyándome en mis rodillas traté de respirar el suficiente aire para tranquilizar y reordenar mi mente, pero... entonces...
—¡Sorpresa!
—¿Qué...? ¡¡¡Galleta!!!
Me erguí lentamente ante tales exclamaciones y ahora distinguí a otro chico con mi padre. Relucía una chaqueta de cuero y un casco de motocicleta prendía de su mano izquierda. No tenía idea por qué se abrazaban pero ahí estaban. Parecían no verse hace mucho tiempo o algo por el estilo.
¿Será otro amigo?
No reconocí a Taehyung en ese momento. Su cara estaba iluminada y ambos parecían estar en otro mundo.
Fruncí el ceño.
Entonces juntaron sus frentes con una enorme sonrisa y...
De pronto ya no estaba seguro de que todo este tiempo ese chico hubiera sido Taehyung. No, no era él, no podía serlo.
No daba crédito de lo que mis ojos estaban viendo. Pero sí, era Taehyung, mi padre, mi padre besando a alguien que no era mamá Mina.
Me sentí tan cegado por la furia de un instante a otro, tan defraudado que mis manos se empuñaron del coraje y mis piernas avanzaron por sí solas. Solo un pensamiento inundó mi mente:
Hijo de puta.
—¡Desgraciado! —Lleno furia, le propiné un golpe en su traicionera cara.
—¿Qué-qué...?
—¡Miserable traidor! ¡¿Cómo puedes hacerle esto a ma... ¡a Mina! —Lo sujeté del cuello de su jersey, él todavía en el suelo quejándose, y le di otro golpe, luego otro y otro.
No fui plenamente consciente de lo que sucedía a mi alrededor hasta que alguien me apartó, haciéndome chocar contra el pavimento. Ahora era yo quien recibía los golpes.
—¡Maldito homofóbico!
Su acompañante tenía el descaro de defenderlo después de que ambos se besaran delante de mí, cuando hacía apenas ¿treinta?, ¿cuarenta minutos? el infeliz que llamaba "padre" andaba con mi madre como si nada. No, yo no era homofóbico, Taehyung era un maldito traidor.
—¡Suéltalo Kook! ¡Que lo sueltes!
Con una patada en el pecho conseguí quitármelo de encima pero la pelea no concluyó ahí, no señor, al contrario, le daría su merecido a ambos. Lancé unos cuantos golpes pero el chico sabía defenderse bien y en un descuido me dió vuelta la cara de un puñetazo.
—¡¡¡Ya basta!!!
Mi cabeza daba vueltas.
¿Cómo terminé acostado?
Todo a mi alrededor retumbó y entonces me percaté de las muchas miradas curiosas sobre mí de gente sin vida propia.
—¿Qué fue eso, Jungkook?
—Pregúntale a él, él fue quien te golpeó primero.
Me incorporé del suelo y ambos seguían ahí.
Desgraciados.
—¿Y a ti qué rayos te pasa?
—Eres un maldito, ¿cómo puedes jugar así con tu novia? —Le reproché.
—¿Qué? ¿De qué estás hablando?
—No, no te atrevas a negarlo. Los vi con mis propios ojos, eres un vil canalla. Y pensar que creí que eras una persona bondadosa pero resultaste ser la más falsa que conocí en mi vida.
—De verdad no entiendo-
—Qué cobarde, debí sospecharlo, por eso no querías ir a su casa, ¡no por su padre sino porque no te da la cara de la vergüenza!
—¡Oye! No entiendo absolutamente nada de lo que dices ni por qué me insultas.
—¿Es en serio? ¿Te harás el desentendido después de que te atrapé engañándola?
—¿A quién?
—¡A Mina! ¡Cómo puedes traicionarla tan asquerosamente y encima tener la caradurez de negarlo cuando los vi con mis propios ojos! Te creí cuando hablabas de lo mucho que la querías, que realmente querías ayudarla, pero no fueron más que palabras vacías.
—Espera-
—¡Dijiste que era importante para ti!
—¡Y lo es! Pero, pero ella y yo no somos lo que tú crees que somos.
—¡Te haré pagar, no pienses que romperle el corazón te saldrá gratis!
—Si vas romperme los dientes, al menos antes escúchame por favor.
Me sentía más que enojado, pero iba a concederle su último deseo. Respecto al otro imbécil, no, no iba a ser indulgente con él.
—Yo... Ja, ja, ja...
Lo que faltaba. ¿Se están burlando de mí?
—Ahora sí acabaré contigo.
—¡No! ¡Espera! Lo siento, ¿okay? Es que es un poco gracioso.
—¿Gracioso? ¿Esta situación te parece graciosa? Ni creas que permitiré que lastimes a Mina.
—Jamás lo haría. Escucha, yo sí quiero a Mina pero como amigo. Mina no es mi novia, es mi mejor amiga.
—Ya verás, te daré tu mereci... ¿QUÉ?
—Tal y como oyes. En serio lamento si mi manera de expresarme sobre ciertas cosas prestó a confusión, no era mi intención. Pero no tenías por qué actuar tan salvajemente. Si me hubieras preguntado desde el principio, te habría contestado sin problemas.
¿Mejor amiga? ¿Amigos? No, no puede ser.
Sentí que algo dentro de mí se había roto. Era como si hubiese perdido otra vez a mi padre, como si se hubiese esfumado otra vez de mi lado.
—¡Junki! ¿¿¿Qué te pasó??? ¡Tú, qué le hiciste a mi hermano! —Ahora una chica desconocida me hablaba inquisitoriamente, claramente molesta conmigo.
Yo seguía azorado.
—Tranquila Nay. Oye, Chaemi, ¿estás bien?
—No, sí, es decir... Tengo que irme —Apenas pude soltar aquello y huí. Pese a sus llamados corrí con todo lo que mis piernas daban.
Qué imbécil, imbécil soy.
¿Cómo se supone que iba encontrar lo que busco a la vuelta de la esquina?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro