-Pues yo opino que lo mejor es que dejes que sea libre -dijo mi mejor amiga mientras hundía su dedo en el merengue para los pastelillos que estaba preparando -. Mírame a mi, tengo 4 meses de embarazo y estoy perfectamente impecable.

-Sólo tiene 12 años, Trinity. Además una cosa no tiene que ver con la otra.

Triny había llegado a mi casa con su ahijado, a quien quería emparejar con Sophie.
Esta mujer va a volverme loco, ahora entiendo a Peter, su marido, cuando me dijo que si creía que Trinity era una bomba de tiempo cuando estaba alcoholizada era porque no la conocía embarazada.

Y es que lo cierto es que esa era la primera vez que la veía en seis meses, ya que se había mudado a Folew por el trabajo de Peter y por lo tanto ahora me tocaba conocer su nueva faceta como embarazada.

-No lo sé, Jere, por lo que me contaste ya está tornándose toda una puberta hormonada.

Reí a la vez que negaba con la cabeza, terminé con la decoración de los pastelillos y los envié al horno.

-No vuelvas a decir eso nunca más, verás Try ella es MI niña -Dije al tiempo que tomaba asiento en la banqueta. Mi embarazada huésped me invitó un poco de merengue mostrando el tupper, negué con mí cabeza, ella se encogió de hombros y siguió en lo suyo -. Además tu ahijado no me cae bien.

Trinity me miró abriendo su boca en forma de una O gigante y reí nuevamente.

-¿Cómo te atreves a decir eso? Mi ahijado es el indicado ¿no viste esa carita angelical y esos ojos azules? Él es perfecto para Soph, tendrían bebés rubios y tan lindos como los de los comerciales de TV -Puso sus brazos en modo jarra uno en cada lado. ¡Ups! creo que toqué el botón equivocado, olvidé lo sensibles que son las embarazadas.

Su gran vientre se hizo notable cuando se paró, sus ojos llorosos activaron mis piernas y de un salto ya estaba envolviéndola en mis brazos.

-Lo siento Try, solo estaba jugando.

-No es eso, es que su recuerdo vino a mi mente. Ella se habría puesto de mi lado sin pensarlo -Al escuchar eso, mi corazón se estrujó.

La extraño tanto, vivo con el deseo de volver a verla y escuchar su voz pero lo único que me queda es este vacío en lo más profundo de mi pecho. Me quebré y ahora el contenido en los brazos de mi amiga era yo.

-No te imaginas cuanto la extraño Try, ella era mi amanecer y mi anochecer, y ahora que no la tengo, la monotonía me dice que son sólo días transcurridos.

Debora Carter era de esas personas tercas y sin filtros que si pensaba algo lo decía sin el más mínimo pudor, eso fue lo que me atrajo de ella desde el momento en que la conocí. Su carácter era fuerte y a lo lejos la distinguía, pues su forma de ser la destacaba de entre todas esas mujeres ordinarias. Odiaba a los débiles y fue la ironía más grande el que se haya casado conmigo pues yo era un chico amante del romanticismo y mi cuerpo no era el de un atleta precisamente, más bien era un debilucho con ganas de amar... Pero aún así nuestro amor fue el más bello, un poco disparejo y anormal pero al fin y al cabo era eso, amor del grande, amor del puro, amor del bueno.

Estuvimos recordándola los minutos que duraron los pastelillos en el horno.

Al terminar de servir el té en las tazas de los niños, Trinity fue busca de ellos. Mientras tanto yo preparaba la bandeja en la que los pastelillos serían exhibidos, me gustaba dejar la mesa presentable aunque sólo fuera para ellos.

El resto de la tarde transcurrió tranquila, Soph y Dilan, el ahijado de Try, al parecer se llevan de maravilla por lo que tuve que soportar a su madrina dándome pataditas bajo la mesa cada vez que Soph reía de algún comentario hecho por el pequeño ladrón. Sí, ladrón, por que ha estado robándole sonrisas a mi hija desde que bajaron por la escalera.

En cuanto a Jay, lo noté distraído y decaído, solo tomó un pastelillo para darle sólo una mordida, lo cual me pareció extraño porque: primero, mis pastelillos son deliciosos; segundo, el adora todo lo dulce, y tercero, nadie se conforma con sólo una mordida de mis pastelillos.

Esta vez fue mi pie el que voló por debajo de la mesa y golpeó el de Try. Cuando obtuve su atención, le indiqué con mis ojos que mirara a Jay, que estaba sentado al lado de ella.

Al verlo, lo único que hizo fue formar la frase "Mal de amores" moviendo sus labios sin sonido alguno, y supe que tenía un problema más.

°°°

Al día siguiente Try quiso que saliéramos a dar una vuelta y dejemos a los niños solos, lo cual me pareció una locura ya que había uno que no pertenecía a mi manada, olía "peligro" en todas partes. Así que tuve la magnífica idea de salir todos juntos a comer.

Fuimos a un bar en el centro de Tico y comimos comida chatarra. Amo la comida chatarra, pero desde que soy padre me obligué a dejarla de lado y protagonizar almuerzos de brócoli, lechuga, pollo hervido, porque frito era un pecado de colesterol arrasante.

Pero, como soy alguien débil y a veces me brota lo adolescente caprichoso, una vez cada tres meses cargo a mis hijos en el auto y los llevo a atracarse con frituras, helados y tanta azúcar que difícilmente sea saludable para alguien de mi edad.

En el almuerzo con Try, ella me comentó que ya había pintado el cuarto del bebé. Amarillo, ese color era especial para ella y Debi, nunca me comentaron el por qué pero sé que algo tiene que ver con su pasado. Eso, y también porque Trinity es fiel creyente de que el azul y el rosa son colores sobrevalorados y que, no porque su bebé sea de sexo masculino, debería pintar el cuarto de los derivados del azul.

Entonces comenzamos una charla sobre los estereotipos de género y cómo deberíamos proceder en la crianza de nuestros hijos. Lo que me llevó a pensar que Soph y Jay son geniales, ya que mi niño usaba maquillaje con total libertad y Soph le ayudaba en eso sin cuestionar nada. La verdad es que nunca cuestioné sus formas de ser, aunque procuraba que no se desviaran del camino de la bondad y el buen comportamiento. Luego, ellos podrían ser como quisieran.

Try me habló de sus síntomas, del trabajo de Peter y de cómo este corría a conseguir lo que fuera que le pidiera en medio de sus antojos.
Me pone feliz el saber que Peter es como Try siempre quiso que sea su alma gemela. Ella soñadora y un tanto alocada y él con los pies en la tierra, con una paciencia infinita y la capacidad de encontrar la manera de calmar a esta y sus ideas raras.

La comida transcurrió tranquila dentro de lo que se puede destacar, ya que mi amiga exigió que le trajeran mostaza para que ella misma le pusiese a su ensalada de lechuga, tomate y trozos de pollo. Mucha mostaza, más de lo normal, alegando que Ricky, su bebé, le exigía comer mostaza en grandes cantidades y que si no lo complacía este nacería con una mancha gigante en su cara.

El pobre camarero no sabía cómo controlar las lágrimas de Try y decirle que la mostaza sólo se servía en la cocina desde un expendedor gigante por lo que no podía traerle.

-Señora, si desea, yo mismo iré a servirle toda la mostaza que quiera. Sólo entregueme el plato para...

-¡No! Tú no sabrías cómo ni dónde debes colocar la mostaza para que tenga el sabor que deseo.

Todo terminó cuando el pobre trabajador habló con su gerente y pidió permiso para llevar a Try a la cocina y dejar que ella coloque su mostaza tal y como se le antojara.

La razón por la cual no fuimos echados de aquel lugar, todavía la desconozco.

...

En el camino de regreso a casa, en los asientos de atrás de mi auto, los niños discutían por cuál era el mejor disco de King The Best, una banda de música.

Jay actuaba normal, no tuve una conversación "real" con él ya que el pequeño ladrón se instaló en su cuarto.

Pero, pude verlo ya que, como siempre, él bajaba a medianoche a la cocina por un vaso de leche fresca; es algo que hacíamos los dos, supongo que lo sacó de mí; así que allí lo encontré. Le pregunté si se encontraba bien, me contestó que sí, obviamente mentía pero quise darle su espacio por lo tanto le dije que cualquier cosa que quisiera hablar yo estoy dispuesto a escuchar, soy su padre pero también soy su amigo.

Trato de infundir confianza en mis hijos, quiero que sepan que estoy con ellos, que soy alguien con quién contar, pero también entiendo que los adolescentes requieren su privacidad y la libertad para tomar algunas desiciones en su vida. Hay que dejarlos tropezar para que aprendan que ese camino es el erróneo y tomen la decisión correcta sin equivocarse y, si eso sucede, estoy yo para ellos.

Cuando llegamos a casa los chicos conectaron la consola de juegos en el living y jugaron al Mortal Kombat. Adoro ese maldito juego, siempre usaba a Scorpion, era mi favorito.

Try me comentó que se quedarían solo un día más ya que Dilan tenía escuela, y ella, como futura madre, debía dar el ejemplo y ser alguien responsable. Eso, y que la madre del niño la había llamado amenazando de no cocinar nunca más tamales para ella si no regresaba a tiempo para que el rubio asista a la escuela. Triny ama los tamales. Y mucho más ama los tamales de Carmen, su comadre.

Mientras Soph le pateaba el trasero a Dilan usando Scorpion, Jay vino a mí con la excusa de querer tomar agua. Lo vi en sus ojos, la indesición.

Sabía que quería decirme o preguntarme algo, pero no quería presionarlo. Así que me hice el distraído. Triny había ido, de nuevo, al baño por lo que estábamos solos.

-Padre -dijo. Al parecer tomó coraje.

-¿Sí? -lo miré.

-¿Está mal que no quiera tener novio?

¿QUÉ?

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GRACIAS POR LEER.

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