Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

♟♟♟♟

La puerta del apartamento estaba abierta y todos los jóvenes estaban abandonando el lugar. Algunos apenas podían caminar con la ayuda de sus amigos gracias al alcohol.

HoSeok y MiYa estaban platicando de lo increíble que había sido presenciar el momento exacto en el que JungKook se convirtió en el mejor ajedrecista de Corea del Sur.

TaeHyung simplemente miraba, con una expresión seria y analítica, cómo sus amigos se despedían y salían de su apartamento con botellas de alcohol en las manos.

Después de haber besado a JungKook de esa manera, mordió su labio inferior con agresividad, a lo que el azabache respondió con un jadeo y Kim se dio cuenta de lo que acaba de hacer.

¡Acaba de besar a Jeon! Pero eso no era lo malo; lo malo era que lo deseaba con locura, quería todo de él. En verdad le excitó que JungKook hubiera sido capaz de ganarle de esa manera; comenzó a sentir calor y una extraña necesidad de tener a ese chico de ojos grandes gimiendo debajo de él.

No estaba recargado contra la pared con esa mirada intensa y penetrante por haber perdido contra el otro; o tal vez sí, pero estaba serio porque mantenía un debate interno acerca de sus enfermos sentimientos por su mejor amigo.

En realidad era extraño que, cada cinco minutos, después de aquel beso y el jadeo del menor, la imagen de JungKook con los cabellos pegados a su frente, sus bellos ojos cerrados y sus piernas abiertas para él, apareciera en su mente.

«¿Qué mierda pasa contigo, Tae?». Se preguntó a sí mismo, pero antes de que pudiera responder, JiMin, junto con HoSeok y MiYa salieron del apartamento con Jeon detrás de ellos.

Ni siquiera pensó en lo que estaba haciendo, y tomó a JungKook de la camisa roja y jalándolo con fuerza hacia él. Los ojos negros lo miraron con sorpresa; el estado de ebriedad estaba comenzando a abandonar su cuerpo.

—¿Qué haces, Tae? —le preguntó cuando la puerta del apartamento se cerró. Parecía que a Kim le faltaba el aire, su boca se abría pero no podía decir nada. Ambos se quedaron solos en aquel lugar desordenado y peculiar.

Su abundante cabello café comenzaba a provocarle mucho más calor; estaba nervioso, pero no sabía por qué. ¿Qué pretendía hacer?

—Peón rey a D4. —fue lo único que pudo decir TaeHyung al ver los preciosos ojos negros. JungKook inmediatamente se dio cuenta de que Kim pretendía jugar ajedrez mental con él; por supuesto que no se iba a negar.

Tal vez titubeó un poco antes de hablar; el mayor estaba demasiado cerca de él. Invadía su espacio personal y le robaba todo el aire posible; observaba con fascinación cómo el pecho del hombre, que tanto le encantaba, subía y bajaba contra él—. Peón rey a E5.

Jeon le respondió con la misma jugada. Suspiró cuando vio al castaño lamer sus labios con hambre; instintivamente él hizo lo mismo, lubricando sus secos labios y manteniendo la boca abierta para jalar aire.

El calor había aumentado considerablemente; la mirada excitada y necesitada de Kim se posó sobre el azabache que tenía en frente. Era demasiado notorio que ambos anisaban el toque contrario, y tal vez eso les iba a jugar en contra en esta partida de agilidad mental mucho más elevada.

—Alfil a C4. —fue TaeHyung quien ya no soportó la maldita lejanía —que en realidad era mínima— con el otro. Lo tomó de su estrecha cintura y lo pegó a su cuerpo. Pudo inhalar el exquisito olor a alcohol, que inundaba todos sus sentidos, al tener a JungKook tan cerca de su cuerpo. Lo miró a los ojos y pasó sus manos descaradamente por el cuerpo contrario.

Jeon mantenía sus ojos cerrados, sentía su cuerpo deshacerse debajo del, tan ansiado, toque de ese tremendo hombre de ojos cafés, que lo miraban con lujuria. Disfrutaba en demasía las grandes manos de Kim pasándose por su cintura y subiendo a los botones de su camisa roja.

—Ca-caballo a C6. —contestó de manera rápida, comenzando a jugar sus piezas; en realidad no le importaba lo que estaba haciendo, sólo podía concentrarse en el suave toque de las manos color canela sobre su pecho. Kim se detuvo por unos segundos en los pezones de Jeon, quien jadeó ante el toque y mordió su labio inferior con sensualidad.

Pronto, la camisa roja cayó al suelo, dejando el precioso abdomen de Jeon al descubierto. Su espalda, algo ancha, hacía que se apreciara la cintura más estrecha de todo el jodido mundo. El corte de su estómago era precioso, era exquisito para la vista de Kim, quien observaba cómo algo comenzaba a crecer en los pantalones contrarios.

Sus labios se volvieron a unir con necesidad; se mordían mutuamente y las salivas se combinaban, creando una bebida de dioses para ambos adolescentes, prodigios del ajedrez. Se lamían, intercambiaban saliva, y descubrían cada rincón de la cavidad bucal contraria con sus escurridizas lenguas.

Las manos del mayor bajaron por el abdomen de Kook hasta su pantalón. Comenzó a sobar con suavidad, por encima de la tela, su notable erección. El azabache se dedicaba a gemir ante el toque; buscaba mucho más contacto, por supuesto. Y se movía contra la larga mano de su mejor amigo, disfrutando de toda esa sensación.

—Dama a H5. —contestó con nada más que seguridad en sus palabras. TaeHyung había atacado al peón del Rey. JungKook se percató de esto, pero los suaves golpes que recibía sobre su erección lo hicieron distraerse de analizar todas sus opciones.

Solamente podía dedicarse a gemir contra la boca y los preciosos labios de Tae, quien aprovechaba la situación a su favor. No lo malinterpreten, él no estaba haciendo todo eso sólo para ganarle un juego mental a Kook; que se aprovechara, era otra cosa.

Al menor, todo lo que había aprendido en la tarde y todos los juegos anteriores, se le habían olvidado. Simplemente se mantuvo a la ofensiva; sus sentidos eran completamente invadidos por una persona: TaeHyung. No había lugar para todas las jugadas que conocía en ese momento. Y sí, corría peligro de ser víctima del jaque más fácil del mundo.

—Caballo- ah~ —gimió con un golpe a mano abierta que recibió sobre su trasero, cortesía del moreno—. F6, mierda~ —en lugar de defender al peón rey, atacó a la dama de Tae. Error garrafal que había cometido.

Sus ojos negros se mantenían ocultos debajo de su párpado; Kim sonrió con victoria y, de un jalón, se deshizo de los pantalones negros. JungKook quedó en ropa interior frente a él, a punto de llegar a su primer orgasmo y maldiciendo entre gemidos.

—Dama a F7.

—¡No! —reaccionó el azabache, alejándose del ardiente tacto de su mejor amigo y dándose cuenta del error que había cometido.

—Jaque mate, Kookie.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro