
¡¡¡GRACIAS!!!
Me he debatido muchísimo en el caso de hacer esto o no hacerlo, pero creo que a todos les gustaría ver cómo sería el final feliz de Amanda y Ralph, entonces aquí les traigo este pequeño último momento trabajo, espero que les guste y esperen por una noticia. Yeeey. Gracias.
Final Alternativo.
AMANDA.
No solamente me había detenido en México. También había viajado y decidí quedarme en otro lugar diferente al que me encontraba, donde la gente no conociera mi historia, quien era, qué hacía ahí y principalmente que no conocieran lo que era tener poderes o ser un metahumano.
Yo nunca fui un metahumano, mis poderes estan desde que me encontraba en el vientre de mi madre gracias a Malcom, mi padre biológico. Aquella vez en el avión él creyó que podía detenerme, pero jamás contó con la astucia de que sería yo quien terminaría esta guerra para bien. Malcom murió ese día, así como yo también morí, pero me pudieron traer a la vida de nuevo.
— ¡Amanda! Quédate conmigo.
Es lo que escuchaba, pero me costaba demasiado mantener mis ojos abiertos que por lo que me contaron convulsioné logrando salir de esa.
Ralph estuvo conmigo, jamás se fue. Cuando desperté lo primero que sentí fue su mano con la mía. Lo que vieron mis ojos fueron sus ojos y su amplia sonrisa de alivio. Mis labios sintieron sus labios (yo me negaba a que me besara porque estaban resecos, pero no le importó), durante el día me robaba un beso cada que podía. Randha y Marcus desaparecieron por lo que me contó Ralph, no pude despedirme de mis hijos, pero sabía que Randha estaba esperándome. Me esperaba y no podía estar más que feliz.
— Tengo que decirte algo — Ralph asintió tomando mi mano, por fin estaba lista —. Estoy embarazada — El rostro de Ralph se transformó en sorpresa y felicidad, lanzándose a mi cuerpo besando todo mi rostro.
— Está ahí ella, dentro de ti ahora mismo.
— Aquí está— Él se separó para dejar un beso en mi vientre al mismo tiempo que el doctor entró con un papeleo y algunas enfermeras detrás.
— Señora Dibny — Dijo el doctor, yo miré a Ralph con una ladina sonrisa prestando mi atención cuando mencionó aquellas palabras. Aquellas palabras logrando que nuestra felicidad desaparezca, que la mía terminara, que Ralph tomara mi mano apretándola—... Lo siento, por eso debemos llevarla a cirugía para que pueda expulsarla.
— ¿Qué? — No quería entender, no cabían esas palabras en mi cabeza.
— Amor..., tú has sufrido un...
— ¡Ya sé lo que sufrí! ¿O no lo sé?— Miré el rostro del hombre al que amo, las lágrimas cayeron sin duda alguna mientras acariciaba mi vientre, aquel vientre que dentro de poco estaría vacío.
Había sufrido un aborto espontáneo de gravedad tras el accidente del avión. Malcom se llevó a mi hija con él en ese momento, no le importó en lo absoluto que estuviera embarazada y él lo sabía. Y justo cuando decido decirle a Ralph, mi vida da un giro poniéndose de color negro.
Al año después de la pérdida de Randha, Ralph y yo habíamos luchado por seguir adelante y funcionó. Ambos nos fuimos a México donde conoció a mi madre la cual le agradecí por tantos años de una vivienda (porque a eso no se le puede llamar hogar) y que ya estaba lista para irme. A ella no le importó en lo absoluto, así que a mi tampoco.
Ese día Ralph calmó mi dolor, hicimos el amor cuantas veces incontables sintiendome feliz, enamorada de él, como una loca desquiciada por su amor. Tanto fue el amor que un mes después me enteré que estaba embarazada y esta vez no tardé tanto en decirle a Ralph. Con temor, inseguridad y esperanza a su vez pude decirle que sería papá, en el baño de nuestra habitación en un nuevo hogar. No me lo podía creer que fuimos a tres farmacias distintas, terminando en el hospital para confirmar y en efecto, estaba embarazada.
Al cuarto mes fuimos a nuestra cita médica para descubrir el sexo del bebé, tenía esperanzas de que fuera niña por Randha, pero fue un niño. Masculino. Hombre. Muchacho. Como quieran decirle. Estaba emabrazada de Marcus, aunque se me vino ese momento otro nombre. No tuve a Randha y las posibilidades de que no tenga a Marcus eran demasiado altas, entonces le conté a Ralph y él estuvo de acuerdo.
— Un niño, ¿eh? — Dijo él tomando mi mano entrelazando nuestros dedos—. Quien diría que Randha nos mandaría un niño un año después.
— A mi también me hubiera gustado un hermano mayor — Sonreí.
— ¿Has pensando en el nombre?
— Me gustaría el nombre Raphael en él.
— Podría seguir siendo Jr. Todo al final de su nombre, y al ser nuestro primer bebé, creo que debería tener tu apellido primero.
— ¿Raphael Speerling-Dibny Jr?
— Me gusta.
— Algo más falta— Dije, suspirando levemente mirando hacia un punto fijo, hasta que pasó —. Carl...
— ¿Cómo?
— Carl. Su primer nombre, también quiero que tenga algo de mi nombre. Carl de Carolina, sí.
— Me gusta, Carl Raphael.
— Uy, sexy.
— No más sexy que tú.
Ambos nos besamos, felices de saber que Randha nos había mandado un hermoso bebé. Suspiré sintiendo un recuerdo nostálgico sobre Ana, la cual ella estaría encantada de conocer a su sobrino, cargarlo y darle todo lo que él quisiera; la tía rica y solterona.
Los nueve meses pasaron más rápido de lo que esperaban, Ralph se desmayó cuando di a luz, entonces cuando despertó y cargó a nuestro bebé..., me desmayé yo también. Nos fuimos al cuarto día a casa, recibiendo visita inesperada de todos nuestros amigos, incluida Alex, quien dijo que quería conocer a mi pequeño demonio.
— Es hermoso — Captó mi atención la voz de Cisco, sentí un extraño escalofrío girando a verlo, con su cabello un poco más largo debajo de sus hombros, no entiendo como hacía para que brillara tanto. Me acerqué dándole un fuerte abrazo que respondió sin dudarlo.
— Gracias.
— En serio pensé que le pondrían Harry — Carcajeé mientras me separaba mirándolo.
— Ese será su apodo — Ambos nos quedamos en silencio, mirándonos uno al otro. El sentimiento que tenía hacia él era fuerte, claro que jamás dejaré de quererlo porque formó parte de mi vida de una manera de la que no me esperaba. Me acerqué dejando un beso en su mejilla —. Gracias, por todo.
— Gracias a ti — Soltó un suspiro, y creo que ambos sabíamos que este era nuestro fin. El fin de aquel sentimiento donde nos veíamos casados con nuestro amor de nuestra vida. Él se comprometió con Kamilla y yo sería su dama de honor. Me ponía feliz verlo hacer su propia vida.
Cuando llegué con Ralph viendo a cada uno de los presentes, lo abracé. Así fue nuestra vida, ambos juntos, felices, visitas de Nora de vez en cuando, pudimos verla crecer junto con Carl. Iris y yo nos hicimos amigas, salíamos cada tres semanas a tomarnos un café a contar nuestro día a día, hasta que un día le conté sobre algo de lo que no estaba muy segura, pero ella me acompañó.
Ese día en la noche llegué con Ralph, sonriente y feliz. Viviendo otra vez esos momentos, todo de nuevo, la felicidad era tan grande que él ya lo sabía en cuanto me vio entrar.
— Estoy embarazada.
Seis años después, estábamos en al cocina. Carl y Ana Caro jugaban en la sala, cuando escuchamos un grito bastante fuerte de la pequeña. Ambos corrimos viendo lo que ocurría, mis ojos no creían lo que podía ver, pero ahí estaba.
— No puedes negarte, mueres tú o mueren ellos — Malcom estaba de pie frente de mi, a su lado estaba Eobard, aquel que creía muerto y lejos de mi vida.
— Perdónale la vida a ellos y tómame.
— Claro, no es que no vaya a perdonarte la vida tan fácil.
Reverse Flash se puso detrás del cuerpo de Ralph, atravesando su pecho sacando su corazón; no tuve la habilidad de gritar. Miré a Carl, ellos se fueron a esconder y después Malcom apareció frente de mi con la misma Katanna de hace años.
— Te dije que yo sí cumplía mis promesas.
El legado continuó, o al menos es lo que se quisieron dar a entender. Amanda y Ralph tuvieron su final feliz, Carl y Ana eran su final feliz, vivieron mucho tiempo y fue lo necesario. Los niños crecieron sin sus padres al cuidado de su tío Barry y su tía Iris. Ambos estaban a cargo de los pequeños quienes crecieron escuchando las historias maravillosas de sus padres, aprendiendo cada movimiento y habilidad con sus poderes, hasta que fue el momento de decirle adiós a los tíos comenzando su vida.
La vida de Carl Raphael Speerling-Dibny junto con Ana Caro Dibny Speerling. Ellos fueron los que continuaron aquel legado de Explosive y El Hombre Alargado.
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