Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9 || primera parte.

  

Imagínate que un día despiertas, y de un momento para otro no te sientes como tú misma, ya no te sientes como antes te sentías, como si tú cuerpo estuviera, pero tú alma ya no más. No hablo de morir, le tengo miedo a la muerte, o tal vez, a morir sola.

Cuando abrí mis ojos, estaba en los laboratorios, recostada en la camilla con un dolor impresionante, si era honesta, todo me daba vueltas, la luz me molestaba demasiado, no me sentía bien. Alguien tomó mi mano, pude ver un rostro borroso, pero esa mano no la conocía. Volví a parpadear y todo cambio, Cisco estaba de pie a mi lado, Ralph sentado en la silla con sus ojos cerrados, inclusive Wally estaba ahí.

— ¿Amanda?

— Clifford..., Clifford DeVoe.

Hace 5 horas atrás.

— Me gustaría ir lo intentaramos— Cisco me miró directo a los ojos, sonreí de lado, pero estaba completamente en shock, no podía creer las palabras de chico frente de mí, él no estaba pensando bien, ¿Que pasa si le digo que sí y al final se aburre porque no era lo que buscaba? Él se acercó a mí con la intención de besarme, pero puse una mano sobre su pecho.

— Cisco, no — Fue lo que le dije, él cerró sus ojos arrepintiendose de lo que había hecho —. Tú no quieres esto, estás triste por lo que pasó con Gypsy, es normal, no te preocupes.

— ¿Cómo lo sabes? — El vago recuerdo de haber besado a Wally invadió mi mente.

— Tranquilo, todo estará bien — Su sonrisa fue ladina mientras miraba sus manos y jugaba con sus dedos, suelto un suspiro levantándome —. Iré al baño, ya regreso.

Una punzada en mi cabeza se me hizo extraña, caminé directo hacia el baño tocando mi sien, al quedar en el lavabo, abrí el grifo tomando un poco de agua en mis manos para mojarme el rostro, el dolor de cabeza fue creciendo poco a poco, el dolor comenzaba a ser insoportable. El vaso de mi pasta dental y mi cepillo cayeron al suelo cuando me hinqué gimiendo de dolor, mis manos tomaban mi cabeza como si fuera a explotar, cerré mis ojos con bastante fuerza, quería que se detuviera.

— ¿Amanda? — La voz de Cisco provocó que me doliera más, lo miré y las lágrimas salieron de manera instantánea. Él me cargó en sus brazos y abrió una brecha, pero todo a mi alrededor era imágenes demasiado blancas, había flashes ahí que provocaban que quisiera morir.

Actualidad, 8 horas después.

— ¿Qué basura de libro es esta? Blancanieves y los siete enanos... — La voz de Ralph resonó por mi cabeza, sonreí y abrí mis ojos lentamente, miré como él intentaba leer algo que ni siquiera entendía —. Pero ¿qué? ¿gruñón? ¿dormilón?

— Es un cuento infantil — Él alzó la vista, mirándome sonriente y cerrando el libro en segundos, se posó a mi lado —. Se supone que es para hacer que los niños dejen volar su imaginación.

— Es muy ridículo.

— ¿No me digas que no te leían ese cuento de niño? — El negó.

— Me leían revistas playboy, ¿cuenta?

— No — Solté una carcajada—, pero al menos ya sé por qué eres como eres, explica tu actitud.

— Graciosa, eso eres — Dijo para ponerse a mi lado — ¿Cómo te sientes?

— Bien, pero ¿qué fue lo que pasó?

— Despertaste un momento y dijiste un nombre, después te volviste a desmayar y bueno, los chicos fueron a ver qué fue lo que había pasado.

— ¿Lo encontraron? — Negó, la puerta de abrió y entró Caitlin con una sonrisa ladina y su tableta.

— Hola Amanda, tus signos están muy bien, te daré unas pastillas para ese dolor de cabeza que te da y podrás irte como nueva.

— Gracias, Cait.

Tras pasar un rato más en los Laboratorios, me dio la hora de ir a clases, no quería, sentía el miedo invadir mi cuerpo cuando decía eso. Ralph se fue de ahí diciendo que tenía que ir a ayudar a algunas personas en algo, no me dijo, por lo que quedé sola o al menos eso creía.

Cisco estaba en su taller, pasé lentamente sin asustarlo mientras lo miraba concentrado, sonreí sin mostrar mis dientes, me acerqué y toqué su hombro, él dió un pequeño brinco en su lugar, un grito y me miró con la mano en donde se supone que estaría su corazón.

—Rayos, Amanda. Me asustaste.

— Buh — Le dije riendo, sentándome a su lado, él se quitó unos lentes que traía puestos y me miró.

— ¿Cómo te sientes?

— Bien, todo tranquilo, la verdad.

— Que bueno — Ambos nos quedamos mirando mutuamente a los ojos, él relamió sus labios e hice lo mismo por inercia, me acerqué un poco y él también, nos estábamos acercando mutuamente, nuestra respiración se juntó en una misma, podía sentir como casi mis labios tocaban los de él, hasta que la alarma de mi teléfono sonó haciendo que me separara de golpe, miré la hora e hice una mueca—. ¿Sucede algo?

— Tengo clases y voy retrasada...— Entonces se me ocurrió lo más raro y excelente del mundo—. Puedes teletransportarme ahí, vamos.

— ¿Estás loca? En efecto.

— Vamos Cisco, sería un día conmigo, o al menos ya sabes, pasarla un rato.

— ¿Cómo en una cita? — Lo miré directo a sus ojos, mordí mi labio inferior y asentí estirando mi mano. Él la tomó sin dudarlo, con su otra mano abrió un portal y ambos entramos.

•••••••••

Al teletransportarnos, me abracé a él tras el pequeño espacio en que nos encontrábamos, me percato de que estamos en un cubículo de baño, escuché como se quejaba en el mismo momento en que me ayudaba a bajar, pues estábamos arriba de la taza del baño.

— Rayos, no puede ser — Lo miré haciendo una mueca al ver qué su pie había caído dentro, pobrecito —. Amanda, dime por favor que es el baño de hombres y no el de mujeres.

— Cisco, cállate — Dije, me asomé abriendo la puerta lentamente, todo normal, hasta que miro los mingitorios. Mierda. — Tenemos que salir de aquí, estamos en el baño de hombres.

— Menos mal — Dijo aliviado, giré mi cabeza a verlo alzando mis cejas, él entendió la referencia —. Copiado, vamos, te sacaré de aquí. — Se había limpiado su zapato, abrió la puerta y se fijó que no hubiera nadie, tomó mi mano y salimos de ahí, pero la puerta de entrada a los baños se abrió, Cisco me empujó a la esquina detrás de la puerta donde nadie nos vería, observé arriba de su hombro, el chico se lavó las manos, comenzó a silbar y fue a los mingitorios, hice una mueca, lo podía ver por el espejo, hasta que el chico alzó la vista.

— ¡OIGAN! — Gritó.

— Bésame — Le dije en un susurro inaudible para el otro chico, entonces tomé el cuello de su camisa, lo acerqué y lo besé. Sentí como sus manos fueron a mi cadera y entonces el otro chico susurró un «lo siento». Me separé y salimos de ahí no sin evitar que alguien nos viera.

— Amanda — Él me habló.

— Voy tarde a clase, entra de oyente, ven.

Lo atraje de la muñeca para correr a mí salón, al llegar, entramos y nos sentamos en la mesa del final, el profesor aún no llegaba y lo agradecía, miré la laptop frente de mí y la abrí para poner la contraseña de la escuela, tomé una hoja suelta y un lápiz del centro y suspiré aliviada.

En ese momento recapacité todo: besé a Cisco.










El tiempo se pasó rápido, la clase también. Ahí estaba Mike, aquella horrible persona que me había hecho pasar los peores momentos de mi vida, pero no me importó en lo absoluto porque me sentía protegida gracias a Cisco. Guardé las hojas con las que había anotado algunas cosas, cuando salimos del salón de clase, por inercia tomé su mano entrelazando nuestros dedos, él me miró por segundos, lo sentí. No iba a negar que se sentía bastante bien, pero ¿era lo correcto? Acababa de terminar su relación con Gypsy, parecía como si me estuviera metiendo. Miré nuestras manos con una sonrisa ladina, sentí algo extraño en mí en el buen sentido, tal vez era felicidad y el sentirme a gusto.

Ambos llegamos a la cafetería, no había gente por lo que pedir comida fue más rápido y sencillo de lo que pensé. Él ordenó dos hotdogs, yo una hamburguesa con papás y dos botellas de agua. El chico de la caja nos dijo que en un momento nos hablaba, nos sentamos en una mesa pegada a la ventana, yo enfrente de él y por un momento sentí mis mejillas calentarse un poco.

—Tú clase no fue tan aburrida como pensaba.

—¿Qué? — Dije soltando una carcajada—. No puede ser.

—Perdón, es que no sabía como iniciar una conversación, lo siento — Se encogió de hombros, pero le sonreí restándole importancia—. Dime, ¿cuál es tu clase favorita?

—Didáctica, es una de mis clases favoritas. Conocemos distintas maneras didácticas de poder dar clases, o conocemos los procedimientos que pueden ayudarnos en algún momento de nuestra vida — Le mencioné mientras el chico llamaba el nombre de Cisco y luego el mío.

—Iré por la comida — Se levantó yendo por nuestra comida, me puse a pensar en lo de hace rato, no fue algo malo, en sí, me encantó demasiado haberlo besado, no me importaba sentirme como una acelerada, lo que me importaba era..., que nuestros labios se habían tocado por primera vez—. ¡Volví!

—Cisco, ¿puedes llevarnos a mi apartamento?

—¿Y la comida? — Alcé mis cejas cruzándome de brazos, él le dio una mordida a su hotdogs y tomó mi mano para salir corriendo de la cafetería e irnos detrás de un edificio donde no había nadie a los alrededores, cuando abrió el portal, lo giré de los hombros, me aventé a él abrazándolo por su cuello y besándolo en el mismo momento en que caíamos en mi sofá.

Él siguió el beso de la misma manera lenta, no nos habíamos percatado de cuanto teníamos ahí en el sofá, me separé por falta de aire y él y yo nos miramos a los ojos fijamente, sonreí sin mostrar mis dientes, relamí mis labios mordiendo el inferior, él me miró desde mis ojos a mis labios de forma rápida, hasta que alzó una mano a mi mejilla, la acarició y volvió a juntar nuestros labios, al menos alcancé a susurrar que sí aceptaba intentarlo con él. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro