
Capítulo 8
|| En memoria de Carmen, hermana, amiga y compañera.
2001-2021.
*referencia, al final del capítulo.
Estaba de espaldas hacia Cisco, él tenía su traje puesto y yo aún no tenía ningún traje, pero traía unos leggins negros y una blusa suelta gris, estábamos moviéndonos al unísono en nuestras prácticas y lecciones que Barry nos daba por ser "superhéroes", aunque yo aún no salga mucho a la calle a ayudar. Al parecer esto era un precavido a un "no ponerte enfrente de un arma". Aparecían de la nada pequeños carteles que en sí eran figuras que Cisco había creado para poder aprender a pelear, cuando salió la de Joe alcé mi mano, pero me contuve, hasta que salió un chico malo, entonces sentí la energía salir de mi pecho transportándose hacia mi mano lanzando una bola de energía derrotando al cartel de un monstruo extraño y malo. Comenzaba a transformarme mejor, mis poderes mejoraban cada vez más, mis ondas habían tomado un color púrpura y transparente a su vez, mis emociones eran mejor controladas.
—¡Amanda, ataca! — Barry gritó cuando comenzaron a salir al azar los carteles de malos, Cisco también lanzaba sus vibraciones, ambos estábamos formando un gran equipo, giramos, quedando frente a frente, nuestros ojos se toparon por unos instantes, sonreímos, sentí como mi corazón golpeaba mi pecho con rapidez en ese momento, extendí mi mano sobre su hombro dándole a un tipo malo, en eso me agaché, él brincó sobre mí lanzando algunas vibras también. Cuando el entrenamiento terminó, ambos estábamos un poco sudados, él chocó los cinco conmigo y Barry se acercó—. Bien hecho, la próxima vez no te pares frente a una pistola cargada.
—La próxima vez trata mejor a tus compañeros, si es que los consideras así y no unos idiotas— Dije, me crucé de brazos, él me ignoró y salió del laboratorio de velocidad en ese momento, Cisco y yo nos quedamos solos, tomé la botella de agua que estaba en un escalón.
—Estuvo mejor el entrenamiento, ya no le diste a un hombre de cartón con mi rostro.
—Al menos, aunque a Barry le di muchas veces —Me encogí de hombros, tomando de esta, él se acercó para sentarse en el escalón, yo me senté a su lado y lo miré.
—¿Accidente?
—Tal vez.
—¿Quince veces?
—Tres fueron un accidente — Él escupió un poco de agua, sonreí para suspirar, rasqué mi brazo un poco y lo miré algo incómoda por preguntar—. ¿Está todo bien? ¿Gypsy y tú han hablado?
—No — Dijo rápido, me senté como indio para verlo mejor esperando alguna respuesta más larga—. ¿Qué quieres que diga, Amanda? Ella está conforme con esta relación, pero yo no, no puedo seguir así. Necesito pasar más tiempo con mi novia — Él me miró algo apenado, sonreí de lado algo triste por eso, acerqué mi mano a la suya tomándola, dándole apoyo.
—Tranquilo, cuentas conmigo— Nos quedamos mirando nuestros ojos por unos momentos, el silencio era cómodo, al menos por un rato cuando Ralph y Barry entraron, me separé levantándome de manera rápida mirando a mi alargado mejor amigo —. ¡Ralph!
—¡Amanda! — Dijo mientras lo abrazaba por unos instantes, hasta que Barry comenzó a correr por el laboratorio, le miré confundida y después a Ralph—. Cosas en la cabeza.
—Clásico.
—Escuché que derrotaste a quince Barrys.
—Sí bueno...
—Tres fueron por accidente— Dijo Cisco, los tres reímos en ese momento, Cisco se detuvo unos momentos para luego girar su rostro, Gypsy estaba ahí presenciando nuestra escena, Cisco se disculpó y se fue con ella, yo lo miré irse, después Ralph no me quitaba la vista de encima.
—¿Qué? — Pregunté.
—¿Cuándo le dirás que te gusta? No pierdes nada con mencionarle lo que sientes al Cisky.
—Claro que sí, pierdo la dignidad, querido Ralph.
—Lo dudo, él está completamente loco por ti también — Entonces tuve una chispa de esperanza, él sonrió.
—¿En serio? — Pregunté, nerviosa y emocionada a la misma vez.
—Sí, soy detective, lo sé todo.
—Claro, eres tan bueno que... — Entonces no pude terminar la frase, porque mis ojos se toparon con la persona que estaba detrás de Ralph, una amplia sonrisa se plasmó en mi rostro cuando miré a Wally de pie mirándonos, empujé a Ralph levemente para correr a donde estaba mi mejor amigo de toda la vida, Wally es como mi hermano ahora, cuando llegué lo abracé con una super fuerza —. ¡Wally! ¡Dios mío! Te he extrañado como la mierda.
—¿Debería decir que me siento halagado por esa referencia? — Mencionó, me separé dándole un golpe en el hombro—. Mentira, preciosa. Yo también te he extrañado como mierda.
—Ja, gracioso — Volví a abrazarlo con fuerza por unos segundos más, cuando me separé le presenté a Ralph que era el mejor amigo perdido, pude ver como se puso un poco celoso, sonreí ante aquello.
—Wally, qué sorpresa.
—También me sorprende verte a ti, Barry — Dijo el moreno, sonreí de lado carraspeando, me alejé de ellos para irme de ahí, era claro que no me necesitaban más.
—Ten cuidado al salir, no vaya a ser que hagas otra...
—¿Otra qué Barry? ¿Otra idiotez? Te recuerdo que estás hablando con una idiota — Podrían decirme que era una persona demasiado resentida, pero es que sí lo soy. Aparte él no se ha disculpado, me trata como una niña pequeña, como si no supiera cuidarme yo sola.
—Amanda — Ralph intentó detenerme.
—No Ralph, él tiene que responder — Dije —. Si no te gusta que esté aquí Barry, dilo, con mucho gusto me voy, conozco la salida.
—Por favor, Amanda — Dijo él, giré mis ojos para irme de ahí camino hacia la salida, no podía soportar un poco más aquí.
La sangre comenzó a hervirme, mis manos se hicieron puño mientras iba caminando directo al elevador, cerré mis ojos por unos segundos, tomé aire y lo solté, el lugar donde estaba de pie vibró un poco, pero era por mi culpa, los chicos ya estaban algo acostumbrados, pero lo que siguió no fue algo muy bueno que digamos, era un terremoto un poco más fuerte de lo que me esperaba, me hizo moverme hacia delante, iba a detenerme de las puertas del elevador de no haber sido que se abrieron y caí dentro, las puertas se cerraron de golpe, golpeé mi frente con los barrotes, se me nubló la vista por unos momentos, maldita sea, odio los elevadores. Al menos, estar por mucho tiempo.
—¡Amanda! ¡Caitlin! — Escuché que gritaron, me levanté como pude y golpeé las puertas del elevador.
—¡Aquí estoy! — Dije, parpadeé y puse una mano en mi frente como si eso aliviara el dolor del golpe —. Aush, duele.
—¿Amanda, eres tú? — La voz era de Cisco, asentí, pero sería tonto porque él no podía verme, entonces dije que sí en un sonido algo bajo, las puertas del elevador se abrieron después de unos minutos, sonreí al ver a Cisco ahí, me ayudó a caminar directo al córtex donde Caitlin estaba checando a Iris.
—¿Qué pasó?
—Un terremoto.
—Lo sabemos — Barry llegó corriendo viendo que todos estuviéramos bien, llegó primero con Iris y después se acercó a donde estaba yo, mirándome con su rostro serio.
—¿Acaso quieres matarnos? — Fruncí el ceño—. Todos sabemos que cuando te enojas todo el lugar tiembla, ¿acaso no te puedes controlar por una maldita vez?
—Barry..., yo no fui.
—Claro, no fuiste tú, de seguro tampoco eres tú la que está enamorada de Cisco — Abrí mis ojos por sorpresa, Cisco estaba ahí, al escuchar eso nos quedamos todos en silencio, negué acercándome a él seria y con una jaqueca.
—Antes de acusar a alguien, Allen, confirma las fuentes como lo están haciendo en las noticias — Él me miró serio, ninguna expresión, golpeé su hombro con el mío saliendo de ahí, de nuevo. Fui directo a las escaleras que tenía el lugar, bajando cada una mientras pensaba en como no matar a Barry otra vez que lo vea.
Al salir de los Laboratorios miré que el letrero se había caído, suspiré, tal vez funcionaría mi entrenamiento ahora mismo, estiré mis manos, separé mis piernas, sentí la energía correr por mi pecho hasta mis brazos, la energía que emanaba llegó al cartel en un color violeta claro, intenté levantarlo pero me era imposible, lo pude por tan solo unos segundos, pero a mí mente vino la imagen de Barry acusándome por algo que no hice, llamándome idiota y literalmente que tenía problemas de ira, de seguro él también tenía aquellos problemas. Entonces un gritó me hizo volver a la normalidad, me percaté que el cartel estaba en los aires, cuando me enteré cayó al suelo en un golpe seco, cerré mis ojos y unos brazos me sostuvieron. Rayos.
—¿Qué fue eso? — Dijo Ralph mirándome con su rostro lleno de preguntas.
—No soy un wikipedia para responderte todas las preguntas.
—Amanda, tu cabello parecía ser golpeado por el aire, tus ojos estaban por completo morados oscuros, casi negros, y tus manos... —Él no supo que más decir, yo negué ignorándolo.
—Tal vez sólo usé mucha energía, no te preocupes.
—Parecía que no sabías que hacías.
—Intentaba levantar ese maldito cartel — Dije algo molesta—. Deberías dejar de preocuparte por mí, Ralph. Tú y Barry me tienen harta con que debería de cuidarme, de prestar atención y con mis problemas de ira, pero ¿¡qué crees!? ¡Yo no tengo ningún problema de ira! ¡Estoy lastimada! ¡Rota! — Grité con todas mis fuerzas, sentí mi poder y una ráfaga de aire golpeándome tal como una secadora de cabello, el rostro de Ralph se transformó—. Estoy harta de que me digan que hacer, si tanto les preocupo no hubieran dejado que casi se aprovecharan de mí aquella noche — Dije neutra, molesta, pero caí en la cuenta en lo que decía, ¿qué me estaba pasando? Todos los chicos llegaron, Harry y Cisco se transportaron por una brecha. Me miraron algo asustados, cuando sentí que me relajaba, pude sentir mi cabello sobre mis hombros.
—Amanda, necesitas calmarte. Nosotros no te haremos daño.
—Ya no sé si pueda confiar en eso — Mis ojos fueron directo a Barry cuando dije eso, él se intentó acercar, pero alcé mi mano en forma de advertencia—. Yo no soy el enemigo, simplemente..., quiero estar sola.
Ellos no hicieron nada, la mirada de Cisco pedía a gritos que me quedara y que ahí estaría él para cuidarme, lo sabía, no quería que me fuera a ningún lado. Bajé la vista unos segundos dándoles la espalda para irme de ahí, no sin antes alzar mi mano izquierda, levantar el cartel y colocarlo donde estaba, así como si nada, sin hacer ningún esfuerzo.
°°°
Cuando llegué a mí apartamento, tomé una botella de agua del refrigerador, había tomado algunas cosas de los Laboratorios, mi hogar casi parece hogar completo, de no ser porque le falta aire acondicionado, un televisor, y bueno, agua caliente. Aún no colocan el agua aún así de haber pagado dos meses de renta por adelanto. Al parecer la universidad me ofrecía una beca que me ayudaría.
Me senté en el sofá, me quité los pantalones y los aventé a un lado mío, cerré mis ojos y suspiré sintiendo la jaqueca llegar a mí, al igual que algunas imágenes de hace dos noches, aún recuerdo cuando Ralph me abrazaba en el suelo en la bañera, quiero dejar de sentirme pequeña y mal. Recuerdo el rostro de Barry alterado tras mis gritos de terror en la noche cuando Ralph y Cisco se turnaban en cuidarme, es increíble como en dos días me podía sentir mejor.
—¿Amanda? ¿Estás en casa? — La voz de Cisco resonó tras la puerta, me levanté despacio colocándome oreja a la puerta, intenté no hacer ningún ruido posible para ver que más decía—. Lo siento si en algún momento te hice sentir como una niña pequeña, pero, nos preocupas, a todos y a Barry —Hubo un pequeño silencio—, en especial a mí. Me preocupas bastante. Sólo quería confirmar si estabas bien —En mi mente pude imaginarme como abría la puerta, lo jalaba de la camisa, lo besaba y dejaba lo que tuviera que pasar, en ese caso, no dije nada, es como si él también estuviera recargado en la puerta, tragué saliva, luego los pasos se alejaron. Miré unos shorts de ayer en la otra esquina del sofá, me los puse rápido, no me importaba que no tuviera zapatos en ese momento, abrí la puerta, salí de mi habitación girando a ambos lados, miré la melena de Cisco, espaldas a mí.
—¡Cisco! —¿Debía correr? Él giró, ¿debía ir, abrazarlo y besarlo? No, estaba mal. Él se acercó un poco y yo a él quedando en medio del pasillo, mordí mi labio inferior sintiendo mi corazón latir rápido, ¿adrenalina? ¿desespero? —Lo siento, estaba en el baño — Dije, él sonrió de lado, también me miró por unos momentos, él se acercó un poco más y colocó sus manos en mis mejillas.
—No quiero que pienses que eres una niña para nosotros, eres parte de nuestro equipo, de nuestra familia, nos vamos a preocupar mucho por ti. Le hacen algo a alguien de nuestro equipo, se lo hacen a todos — Él dijo tan cercas de mi rostro que podía sentir como su aliento golpeaba mis mejillas, asentí, me acerqué y lo abracé con fuerza dejando mi cabeza sobre debajo de su barbilla haciéndome pequeña en ese momento.
Todo estaba tan bien, tan perfecto, era el mejor momento que tenía, sólo nosotros dos, pero de no haber sido de un dolor en mi espalda media, todo seguiría siendo flores y mariposas, me jalaron hacia atrás tirándome en el suelo, los ojos de Cisco eran poesía. Había algo mal. Miré la alfombra del pasillo y estaba manchada de algo rojo, era sangre, mi sangre, ya sabía por qué Cisco me miraba así. Me levanté como pude sintiendo un ardor en mi espalda, me giré y mis manos hechas puño miraron a la persona que me miraba, entonces me congelé.
—¡Amanda! — El grito sí lo escuché, miré como Cisco lanzaba una vibración, sus brazos me tomaron y nos teletransportó al córtex, Caitlin rápidamente me curó, me sentaron en una silla, yo seguía congelada, mirando hacia enfrente, pero podía escuchar todo.
—¿Qué ha ocurrido? — Barry dijo, ganas de golpearlo, pero no podía ahora mismo. Él se acercó hincándose, quedando frente a frente, los demás llegaron y simplemente tenía la pregunta ¿por qué a mí? Aunque prefería que todo me ocurriera a mí de lugar de otro de mis amigos, no soportaría perder a un amigo —. Amanda, estarás bien — Esas palabras eran mágicas, porque solté un gran suspiro, lágrimas cayeron de mi rostro, me podía mover, entonces me lancé a los brazos de Barry abrazándolo con gran fuerza.
—Lo siento, Barry.
—No pequeña, yo lo siento.
—Al parecer tenías un bloqueo, tu mecanismo de defensa te bloqueó tras un grande miedo, temor o algo así que te hiciera activarlo — Harry se acercó, se hincó y me dio una gomita, me la metí a la boca para después abrazarlo con fuerza—. Al parecer, tus poderes son más.
—¿Qué pasaría si me asusto en un lugar pequeño? ¿Si quedo atrapada en escombros?
—Tal vez te ocurra algo parecido, o te de un ataque de pánico.
—Tranquila, jamás de abandonaremos — Pero me había percatado de algo, Cisco no estaba ahí.
Me levanté para sonreírles a todos, Ralph me abrazó por largos segundos, también Wally, yo les dije que buscaría a Cisco para darle las gracias. El rostro de la persona que miré me daba nervios, sentía que lo conocía de algún lado, pero no sabía de dónde. Cuando llegué al taller de Cisco, lo miré.
—Hey, gracias.
—¿Por?
—Ayudarme — Dijo, pero sonaba un poco diferente, él no parecía saber que ocurría—. ¿Todo bien?
—¿En serio, Amanda? ¿Todo bien? Es la pregunta más idiota que has hecho, de hecho, Barry tiene toda la razón de haberte llamado así — Me sorprendí por como me habló, pero no hice mucho caso —. Vete de aquí, Amanda, ¡largo! — Gritó, sí me sacó de onda lo que dijo, pero sonreí sin mostrar mis dientes y asentí dándome media vuelta para irme de su taller.
Si era honesta, me sorprendieron sus palabras, pero no me dolieron, es como si él estuviera mal. Me despedí de los chicos, Wally me llevó a mi apartamento, se despidió no sin decir que iría a dar vueltas por todo el mundo, sonreí por eso, él se merecía lo mejor de todo el mundo. Cuando menos me lo esperé yo estaba tirada en el sofá, había limpiado, aunque fuera un poco, mis pantalones los lancé a mi cama, cociné unas deliciosas palomitas y me las comía mientras miraba la pálida pared frente de mí, eso de no tener televisor me sacaba de mis casillas. Una brecha se abrió detrás de mí en medio de mi pequeña sala, detrás del sofá, me giré y miré a Cisco.
—Escucha — Dijo antes de que yo pudiera decirle algo —. Lamento como te hablé— Comenzó, me levanté para quedar frente de él y escucharlo—.No era mi intención, pero Gypsy y yo, terminamos, sé que no me daba el derecho de hablarte así, pero lo siento, demasiado, no tienes ni idea, perdón Amanda, tu tienes muchos problemas para que yo te agregara alguno otro con mis estúpidos comportamientos, así que lo siento — Entonces no hubo ningún ruido, yo lo miré soltando un suspiro corto, caminé directo a mí cocina abriendo el refrigerador, tenía dos botellas de cerveza, le di una y sonreí.
—¿Sabes? No tengo más cerveza, pero tengo palomitas por si quieres pasar el tiempo aquí — Dije mientras estaba frente de él, Cisco asintió para sentarse en el sofá al mismo tiempo que lo hacía yo.
—¿Vemos películas?
—No tengo televisor — Digo apenada.
—Déjamelo a mí — Él se fue en una brecha y volvió en otra con un aparato, algunas golosinas y más cerveza, le ayudé a dejarlo en la mesa de enfrente, puso el aparato en la mesa, lo presionó y apareció como una pantalla de cine, había una película, entonces sonreí—. Será nuestra noche, ¿no?
—Sí.
—¿Te gusta Star Trek? — Preguntó, yo le miré ofendida —¿Qué?
—¡Es la mejor saga del mundo! — Dije sonriente y emocionada—. Tenía una amiga que amaba también esa película, ella era el Capitán Kirk y yo era Spock. Ambas los juntábamos como si fueran pareja y cosas así, amábamos eso.
—¿Amaban? — Preguntó.
—Ella falleció, lamentablemente ingirió un medicamento al que era alérgica, ella no lo sabía, fue demasiado tarde.
—Lo lamento.
—No pasa nada, se que ella me cuida de donde esté.
—No lo dudaría.
Entonces, Cisco puso en marcha la película, tomamos otra cerveza a la vez que juntábamos los dulces con las palomitas y algunas papas fritas, sonreí ampliamente para reírme y emocionarme en unas escenas, diciéndole a Cisco algunas referencias sobre lo que me gustaba de esta película, me sentía en una película, lo miré y no sé si la emoción del amor hizo que todo fuera de forma lenta, porque él me sonreía y sólo se enfocaba en mí rostro, yo también sólo lo miraba a él, giré mi rostro y seguía mirando la película, en algunas escenas emocionantes, hasta pegaba brincos de emoción en mi sofá, Cisco me acompañaba, también hacíamos nuestras señas con las manos, sonreí y me quedé mirándolo, él se veía feliz, es como si nunca hubiera terminado con Gypsy, entonces dijo algunas palabras que me dejaron sin palabra.
—Me gustaría que lo intentáramos, Amanda.
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