
Capítulo 7 || Gracias, Ralph; Parte dos. [EDITADO]
—Vaya, quien lo diría — Dije mientras me sentaba en el sofá de la oficina de Ralph—. Un día demasiado cansado — Le mencioné mientras él se sentaba a mí lado, exhausto de la misma manera en la que lo estaba yo. Había venido a ayudarle a acomodar su oficina después del lío con aquellos chicos.
—Demasiado — Asintió con una sonrisa cansada, ambos nos miramos por unos momentos, miré un mensaje de Cisco en mi celular segundos después, pero estaba un tanto dolida con Barry que no sabía si debía contestarle por si él decía algo, pero al leer la palabra "hombro", me hizo contestarle, vuelvo a alzar la vista prestándole atención al chico—. Así que, ¿tus poderes se basan por tus emociones?
—Vaya, sí me estabas escuchando — Él se rio un poco, ambos nos quedamos en silencio durante un tiempo.
—No soy mala persona, Amanda — Dijo—. Soy buena persona, sólo he tenido muchos problemas con algunas cosas personales, creí que podría ya sabes, mejorar y tener ayuda que me beneficiara, aunque fuera un poco.
—¿Quién te llevó a investigar al alcalde?
—Nunca nos vimos en persona, sólo me dijo su apellido.
En ese momento escuchamos un ruido extraño, ambos nos levantamos algo alarmados, se escuchaban quejidos de una chica y de un hombre, iba a salir a ver que era, pero la mano de Ralph no me lo permitió, me giré quedando con la espalda pegada a la puerta. Él se recargo con su brazo sobre mi cabeza y negó.
—No te recomiendo que veas.
—¿Qué?
—Pasa todos los días — En ese momento entendí a lo que se refería, no pierden el tiempo aquellos. Nos reímos un poco, lo miré, era lindo ahora que lo tenía cercas, podía ver lo lindo que se veía y bueno, de seguro usó su poder para las imperfecciones porque no tenía ninguna. Él frunció el ceño —. ¿Necesitas una fotografía?
—¿Cómo...? — Sentí mis mejillas calentarse un poco, bajé la mirada y me alejé de él por debajo de su brazo para ir a la ventana—. Lo siento, estaba admirando tu cabello.
—Claro, el cabello.
—¿Por qué eres tan tierno, pero allá fuiste un..., tonto? — Me giré para verlo, él se encogió de hombros para mirarme con atención.
—Mecanismo de defensa — Su celular sonó mirando un mensaje, él lo contestó y volvió a mirarme en cuanto guardo su celular —. Tengo que ir a entregar unas fotos.
—Bien — Asentí, mi celular también sonó, era una llamada de Barry, lo ignoré por completo. Mientras tanto, Ralph no se movía de su lugar—. ¿Qué esperas?
—¿Me acompañarías?
°°°
Al llegar a aquel callejón, yo me quedé en el auto que tenía mirando como se desaparecía de a poco en la oscuridad, revisé mi celular y tenía demasiadas llamadas de Barry, si quería disculparse, ya era demasiado tarde. En ese momento la pantalla se iluminó mostrando una llamada entrante de Cisco, confundida la contesté.
—¿Cisco?
—¡Amanda! ¡Necesitas detener a Ralph!
—Yo no creo que...
—¡El alcalde le va a poner una bala en la cabeza si no vas a ayudarle!
En ese momento, miré hacia la ventana, pude divisar el brillo del arma en los pantaloncillos por la altura en el que el destello destacaba, no me importó nada en ese momento, salí del auto aventando mi celular hacia el asiento, corrí cuando mis pies tocaron tierra y escuché la puerta cerrarse con fuerza, cuando llegué a donde estaban, el alcalde levantó el arma presionándola, soltando la primera bala justo en la cabeza. Yo me detuve en shock, sentí las lágrimas asomarse de un momento a otro en mis ojos, la voz me falló, sólo pude susurrar su nombre en palabras arrastradas. Pero su cuerpo, no había caído.
—Un moco de bala, super-asqueroso — Escuché que dijo, él está bien.
—¡Ralph! — Corrí hacia él, me puse enfrente enfrentando al alcalde, él sonrió con picardía y molestia, de seguro su plan no funcionó muy bien que digamos, entonces su arma me apuntó a mí, en el pecho—. Hazlo, no te tengo miedo.
—Vaya Ralph, no perdiste el tiempo en poner en peligro a tu chica, ¿no?
—Él no me pone en ningún peligro — Dije seria, el alcalde se rio y disparó, escuché el grito de Ralph en un gran "no", pero se escuchaba tan despacio, miré la bala directo a mi pecho, una luz amarilla rojiza apareció, me miró por unos segundos, iba a tomar la bala, pero Barry llegó y la tomó mirándome con su rostro transformado.
—¿Estás loca? — Dijo, aun en tiempo Flash —. Puedes morir.
—Te recuerdo que el tiempo está pausado, pude evitarlo. ¿Y dónde estabas tú? Le dispararon a Ralph en la frente, creí que iba a morir y milagrosamente, no. Así que, yo lo estoy salvando, porque los idiotas se salvan entre ellos mismos — Los ojos de Barry se abrieron, el tiempo volvió y sentí como Ralph tomaba mi brazo para él ponerse frente de mí dándole la espalda al alcalde, pero él me miró, no tenía ningún daño.
—Estás bien — Dijo aliviado —. ¿Por qué estás bien?
—Gracias a mí — Dijo Barry, Ralph se alejó, yo le miré con mi ceño fruncido, estaba molesta y mis manos se hicieron puño, sentí como las ondas salían de mi cuerpo, pero como si de la nada, apareció el mismo señor que estaba detrás de Cisco gritando algo sobre "Plastoide", lanzó a Barry y a Ralph, y como este último estaba frente de mí, me lanzó a mí también. El alcalde salió corriendo cuando vio la oportunidad.
—No, se escapa— Dije jadeando tras el golpe.
—¡Flash!
Joe gritó, el señor con la más terrorífica cara del mundo estaba listo para disparar, Barry no podía moverse, Ralph se sentó y luego gateó a mí para ver si estaba bien.
Como pude me levanté, le dije a Ralph que se quedara ahí, necesitaba ir a ayudarle a Joe, Flash estaba desmayado y solamente quedaba yo. Corrí hacia donde se había ido Joe no sin antes mirar una extraña luz cegadora, había aparecido Cisco, sonreí y después corrí por todo el edificio. Miré a lo lejos donde Joe y el alcalde daban vuelta, así que lo seguí hasta llegar a la terraza.
Mi respiración fue cansada, así que cuando abrí la puerta y miré a Joe atado con una cinta en su boca, me preocupé, si algunos pasos pero sentí alguien por detrás.
— Hola princesa, sí que eres muy idiota eh.
Tapó mi boca, tomando su arma colocándola en mi cabeza, cerré los ojos por unos segundos y miré a Joe, él parecía tan asustado, pero aún mantenía su posición como un oficial de policía. Pasé saliva, el alcalde me lanzó al suelo, yo giré a verlo.
— ¡Deja ir a Joe!
— ¿O qué? Eres una chica cualquiera, no lo voy a matar, él es muy importante. En cambio tú, podría asesinarte y nadie reclamaría tu cuerpo.
El alcalde apuntó hacia mi, a lo lejos se oían voces probablemente peleando contra Barry y el señor cara de terror, solté un jadeo de terror, pero el alcalde no parecía importarle en lo absoluto.
— Adiós.
El alcalde disparó directamente a mi pierna, grité de dolor y después este se acercó golpeándome en el rostro. Escupí un poco de sangre y él tomándome del brazo me hizo subir al helicóptero. Este comenzó a despegar lentamente y podía ver hacia abajo a los chicos.
La bala en mi pierna ardía demasiado, estaba perdiendo sangre. Parecía que me hubiera dado en una vena importante.
— Amanda... ¿estas bien? — Joe preguntó, pero el alcalde gritó.
— ¡Silencio!
El terror se apoderó de mi, pero algo agarró el helicóptero porque se balanceó demasiado horrible. Me sostuve de la puerta y miré como una ráfaga de luz subía lentamente. Todo se movía tan despacio que sabría que en algún momento me desmayaría.
— Amanda — Barry habló, no supe en qué momento mis ojos se cerraron y los abrí para verlo.— Necesito llevarte.
— No, Barry. Baja a Joe — Le dije con una sonrisa, Barry no quería moverse, pero le dije que lo hiciera rápido, que estaba bien, yo estaría bien. Le sonreí de nuevo y Barry tomó a Joe, bajándolo de inmediato, pero el helicóptero se movió bruscamente.
— ¡No! — Gritó el alcalde —. Tú, estás muerta.
— ¡QUÉ! ¡NO!
Dicho esto, el alcalde me empujó del helicóptero. Mi grito salió de lo más profundo de mi garganta, iba a morir y eso estaba seguro. Cerré mis ojos, pude escuchar algunos gritos y después al abrirlos, algo azul estaba frente de mi, parecía agua, parecía algo que se movía y era terrorífico. Pero sabía de quien era.
Al caer sobre esa extrañaba nube, sentí que caía en los brazos de alguien. Mi corazón latiendo a mil por hora y mis ojos cerrados, sabía que iba a morir y si así se sentía el pavimento, que suave...
—Amanda... — Una voz reconocida captó mi atención, mi respiración agitada me hizo abrir los ojos, viendo que Cisco me había atrapado. — Estás bien.
Un suspiro de alivio salió de lo más profundo de mi garganta, mi pierna dolía y después pude escuchar la voz de Barry y Ralph.
— ¡La hubieras salvado también! Te crees la gran cosa, pero no puedes Barry.
— Ralph, ¡no podía hacer nada! Ella fue la que me dijo que sacara a Joe.
— Ya veo que solamente prefieres salvar a una persona importante en tu vida, que a los demás.
— Ralph — Hablé. Había bajado del cuerpo de Cisco, caminé con su ayuda ya que no podía por mi pierna, después el giró y me miró—. Estoy bien, yo le dije a Barry que ayudara a Joe, no te preocupes por mi.
— Se supone que un héroe arriesga su vida.
— Lo hizo, y tú le ayudaste— Comenté—. Ahora, debería... debería.
Me sentí mareada y caí de los brazos de Cisco al suelo, sentí la mano de Ralph sobre mi cabeza diciendo mi nombre, aunque se escuchaba tan profundo.
La bala en mi pierna me había hecho perder muchísima sangre, iba a morir. "¡Amanda resiste!", escuché. Esa era la voz de Cisco y sabía que no estaba bien, así que cerré mis ojos, rindiéndome.
•••
Al abrir mis ojos, me encontraba en los laboratorios. Solté un suspiro a su vez que mordía mi labio inferior para no soltar un sollozo; estaba viva. Me removí un poco sintiendo una mano sosteniendo la mía, al girar, me percaté que estaba Barry a mi lado.
Giré viendo la habitación y estaba Cisco en la otra silla..., Ralph no estaba y de cierto modo me sentí triste por eso.
— ¿Amanda? — Giré a ver hacia Barry, sonrió presionando mi mano —. ¿Estas bien?
— Sí, eso creo. Mi pierna ya no duele.
— Curaste rápido — Alcé una ceja, negué y cerré los ojos—. Debes entender que eres una metahumana.
— No— Dije rápido —, deja de decir eso, Barry. Solo soy una idiota que subió a un estúpido autobús.
— Amanda...
— Basta — Escuché como otra silla se movía, giré y miré a Cisco.
— Hey, despertaste ¿cómo te sientes? — Asentí.
— Bien, muy bien. ¿Ya puedo irme? ¿Qué hora es?
— Las siete y media de la mañana — Miré el reloj de la pared y suspiré.
— Me voy, muchas gracias, necesito ir a cambiarme y de ahí ir a la universidad— Comenté quitándome el suero que tenía conectado en mi mano, de ahí giré y bajé de la camilla.
— Debes volver — Me detuve en la puerta escuchando a Barry —. Necesitamos hacerte unos exámenes.
— Lo pensaré.
Salí de ahí para irme directamente hacia mi hogar, debía darme un baño y cambiarme rápido para ir a la universidad, se supone que tenía algunas prácticas con niños.
Llegué rápido sin almorzar nada, de por sí iba bastante tarde, a lo que tomé un suspiro yendo hacia mi maestro superior, cuando me vió pude ver su rostro entre molesto y decepcionado.
— Buen día, señor...
— Imposible, Speerling. Con estas faltas, lo único que conseguirás va a ser perder la beca de inmediato y volverte a mandar hacia tu país natal. No puedo creer que seas tan irresponsable en este aspecto, eres una adulta, atente a las consecuencias.
— Disculpe señor, tuve un...
— No, no excusas. Estudias para ser una maestra, ¿cómo lo serás si eres tan impuntual? — Escuché sus palabras asintiendo con una sonrisa triste—. Las siguientes prácticas serán en dos semanas, en una primaria.
— Gracias.
— Te quiero aquí antes que todos los demás, es una orden. Si no llegas puntual, aunque sea un minuto, pediré tu cambio de inmediato.
Dicho esto, el señor se fue caminando a paso rápido, logrando mover un poco mi cabello con el aire de su caminar. Suspiré cerrando mis ojos, dando media vuelta directo hacia donde estaba el baño, comenzaba a sentir mareada y con náuseas, no podía esto ser real.
Al entrar, entre al sanitario, iba a orinar y pensar por unos momentos en todo lo que sucedió en todo un rato. Al bajar mis pantalones y estar sentada, pude ver mi pierna intacta..., recuerdo el disparo y el dolor tan agudo de esta, ya no tenía nada y era aterrador.
•••
La última clase llegó, tomé un suspiro pensando seriamente en qué hacer saliendo de aquí. No podía ir a los laboratorios, debía ir a trabajar y si era honesta, trabajando sentía que tenía más posibilidad de estar bien que mal.
—Mi clase favorita — Dice la voz de un chico, le miro con una sonrisa algo asustada por su imprevisto y veo que se sienta a mí lado—. ¿La tuya no?
—¿Es tu clase favorita porque literalmente no hacemos nada? — Asintió—. Mi clase favorita es didáctica. Ahí al menos hacemos más procedimientos y...
—Lo entiendo, tenemos gustos diferentes, no pasa nada. Soy Mike — Estiró su mano para que la saludara interrumpiéndome, sonreí y tomé esta devolviéndole el saludo.
—Amanda.
—Mucho gusto — Dijo, pero me enfoqué en la lectura que tenía enfrente, había sacado un libro mientras esperaba al profesor. Tras un momento de silencio el chico volvió a hablar—. Oye, ¿te gustaría ir a una fiesta saliendo de aquí?
—¿Fiesta? — Asintió —. Tengo trabajos y tarea que hacer, no creo que salir a fiestas. Aparte, trabajo.
— Huh, ¿tan ratita de laboratorio? Qué horror chicas como tú. Tan aburrida. Trabajar ¿en serio trabajas? No creo que sea tan necesario, está sobrevalorado.
— Trabajar no-, ¿a que hora es la fiesta?— Pregunté para cambiar de tema, él sonrió amplio con una sonrisa tan horrible.
— A las nueve, ¿le entras?
— Vale.
— Nos vemos en jitters, ahí pasaré por ti.
Todo pasó demasiado rápido, saliendo me dirigí a mi trabajo donde el gerente me miró con rostro de "te acabo de contratar y ya perdiste un cuarto de tu paga". Suspiré y comencé a repartir cartas.
A lo lejos pude ver a unos chicos apostando técnicamente todo, me impresiona ver como había gente que apostaba hasta lo que no tenía, pero yo no era alguien para juzgar, si tuviera esa cantidad de dinero sin ningún tipo de preocupación, también haría lo mismo.
Mi jornada de trabajo fue muy buena, mucha gente dejó propina y eso era justamente lo que necesitaba. Llegué a mi hogar para cambiarme lo más rápido posible, simplemente me coloqué un vestido, mallas, una chaqueta y mis botines.
Me dirigí hasta donde estaba jitters, alguien tocó mi hombro y pude ver que era el mismo chico, sonreí.
— Hey, ¿qué tal? ¿Lista?
— Claro.
Me condujo hacia su auto. Por una extraña razón, me sentía incómoda y algo asustada, un presentimiento. Respiré hondo intentando alejar esos pensamientos de mi cabeza, él es bueno, no es malo, es buen chico, no me hará nada.
En cuanto llegamos, me sorprendí por como se llamaba el lugar. "Golden Butty" ¿Trasero dorado? ¿En serio? Esto es un club de hombres donde las chicas bailan, aunque miré a unas chicas entrar, al parecer era mixto o al menos eso esperaba.
Cuando entramos, miré con atención todo a mí alrededor, personas en las barras, chicas bailando en el tubo, los chicos admirando y comida, al menos había algo bueno aquí que me ayudaba a sentirme bien y con hambre.
Llegamos a la barra mientras el camarero me miraba de una forma rara, su rostro era entre "¿por qué andas vestida así?" como si fuera un error, pero si traía vestido, me veía bien. Lo ignoré, le pedí una botella de agua y una hamburguesa con papas, el chico asintió y el que me invitó se puso a mi lado colocando su mano en mi cintura, me moví incómoda y él la quitó, pero fue hacia mi pierna.
Su tacto era caliente.
—¿Te gusta? Mi amigo está de cumpleaños, venimos a festejarlo aquí.
— El lugar es lindo, dile que felicidades.
—¿Por qué no le dices tú? — Mi hamburguesa y mi agua llegaron, tomé una papa y la metí a mi boca.
—Porque estoy comiendo, no creo que sea la gran cosa.
—Vamos, le encantará conocerte.
Tomó mi mano a la fuerza que casi me caigo de la silla que estaba en la barra, me fui con él, pero quería que dejara de tocar mi mano, me dolía un poco la muñeca. Cuando los chicos me vieron, pegaron un grito.
—¡Qué onda! Aquí esta nuestra diversión, ¡sí! —Sentí el pánico apoderarme por completo, el chico me empujó hacia uno que al parecer era el cumpleañero, me tomó de las caderas y su mano propasó tocando mi trasero, me intenté alejar realmente incómoda. Mi vestido era un poco corto, así que..., podía subir y meter las manos si él quería, cosa que me puso aún más nerviosa.
Pero un grito me hizo girar, "¡yo soy flash!" En ese momento mis ojos vieron a Barry, pero después se toparon con los de Cisco, Ralph también me miró, no sabía si mi rostro había reflejado la ayuda que necesitaba, pero lo hacía.
—Venga nena, ¿quieres sentir lo más grande el mundo? — Cerré mis ojos y la lágrima cayó —. Aw, es una nena, está llorando. ¡Qué bebé! A puesto que nadie te ha tocado así — Dijo para tocar uno de mis pechos, le di un manotazo, pero me agarró con fuerza, los demás se acercaron, tocándome por todos lados, pero cuando menos me lo esperé me jalaron de un brazo, después me abrazaron y yo tenía mis ojos cerrados. Si me iba a tocar, que lo hiciera ya.
—¿¡QUIÉN MIERDA SE CREEN QUE HACEN!? — Esa voz, habló en mi oído con un eco y fuerte tras oírlo hablar, estaba pegada al pecho de Ralph.
—¿No vieron lo que le provocaban? Si una mujer dice no, es no.— Cisco habló también, Ralph me sacó de ahí, como si de bebé fuera.
—¡Eres una zorra! — Escuché que gritó Mike, su nombre y su voz quedarán grabadas en mi memoria siempre.
Me sacaron de la multitud, quería huir lo más pronto de ese lugar, pero me sentía tan pequeña, tan vulnerable.
—Ey, Amanda.
Escuché la voz de Ralph, pero no quería abrir mis ojos, sentí el viento dar en mi cara, estábamos afuera, nos sentamos en una banca, el mayor aún seguía abrazándome por los hombros, pero me venía a la mente la mano de aquel chico, tenía nauseas, sentía aún todos los toqueteos en todas las partes de mi cuerpo.
—Amanda, estás bien ahora — Cisco puso una mano en mi hombro, pero la alejé de un golpe, mis ojos se abrieron en ese momento, él se miró preocupado. Se escucharon más pasos, alcé la vista mirando a Harry ahí, se hincó frente de mí con una botella de agua, puso una mano en mi mejilla, tal vez limpiando mis lágrimas. Bebí un poco de la botella y suspiré.
—Me encargaré de esto, nadie más volverá a ponerte una mano encima — La voz de Harry era tan lenta y arrastrada, seria y su tono de voz, sabía que estaba molesto. Tomé su brazo, quería decirle que no, que no hiciera nada—. No podemos dejar como si esto nunca hubiera pasado.
—Tiene razón, Amanda — Cisco habló, mordí mi labio inferior mirándolo, él me miró con tristeza, pena, vergüenza, no sabía cómo me miraba, pero no quería que me viera así, era mi culpa, no debía verme de esa manera, bajé la mirada y escuché como él y Harry se alejaban.
—Oye, ¿qué pasó? ¿Estás bien? — Dijo Ralph, alcé la vista y entonces, estallé. Lloré, jadeé, como si me hubieran golpeado, como si estuviera dolida de años, mi llanto se escuchaba claramente de sufrimiento. Me escondí en el cuello de Ralph, él me abrazaba con fuerza.
—¡Lo siento! — Dije—. ¡Yo no quería venir! ¡Me llamaron aburrida y quería demostrar que también podía divertirme! — Volví a llorar aún con más fuerza, podrían llamarme patética por eso, pero me dolía, necesitaba consuelo, si nunca lo tuve de mis padres, claramente lo necesitaba más ahora, aunque fuera de un amigo—. ¡Todo lo malo me ocurre a mí! ¡Antes de venir me trataban como basura! ¡En ningún lado puedo estar bien! ¡Todo es mi culpa!
—No Amanda, no es tu culpa. Que ellos te tocaran de manera indebida, no es tu culpa — Sentía como si me quisiera romper en sus brazos, sentía una onda que salía de mi pecho, los brazos de Ralph me rodeaban protegiéndome, acariciando mi cabeza con una mano y con la otra, mi mejilla—. Nada de lo que hiciste es tu culpa, es culpa de ellos por tocarte sin tu permiso.
No dije nada, simplemente me quedé en silencio. No me quería mover, pero quería huir de ahí lo más pronto posible, simplemente no podía soportar estar más tiempo aquí.
Ralph me levantó a lo que me dejé llevar por él, ni siquiera sé por qué lo hacía, pero no podía permitir seguir aquí con los otros chicos, no podía verles la cara, sentía vergüenza por mi misma.
—Vámonos, le mandaré mensaje a los chicos de que te llevé a tu departamento.
Ralph me llevó al apartamento, puede que lo que me hayan hecho no fue lo peor del mundo, pero yo sentía que me habían clavado una navaja, si así me siento con tan solo unos toques, no puedo ni siquiera pensar cómo se sentirán aquellas chicas, incluidos los chicos con los que se propasan.
Nunca he sabido que se siente que un chico que me ame me toque, nunca he tenido alguien que me mire con amor y tome mi cadera de forma amorosa, ahora con esto, tendría miedo y me conozco.
Los brazos de Ralph me bajaron en el baño de mi apartamento, no había agua caliente, fue en lo primero que pensé, no sé cuanto tiempo duré sentada en la taza del sanitario, cuando Ralph regresó, me miró, y yo a él.
—Mi edificio queda cercas, hay baños con tina, puedo llevarte ahí — No dije nada más, él me cargó y me dijo que le ayudara a caminar, entonces pues intenté caminar, aunque fuera un poco.
Llegamos al baño del edificio de Ralph, de mis ojos salían lágrimas silenciosas, él abrió el agua caliente de la tina dejando que se llene, al menos tibia. Él me ayudó a quitarme mis zapatos, intentó meterme, pero lo detuve.
—Me siento sucia.
—Intento meterte a la bañera.
—Pero con esta ropa, me siento asquerosa, necesito... — Empecé a sentir como la ansiedad corría por mi cuerpo, necesito que me quite esto —. Quitarme, necesito quitarme.
—Entiendo, pero — Miré con mis ojos desesperados al más alto—. ¿Puedo ayudarte a... quitarla?
—Sí, hazlo ya, no puedo yo sola, hazlo.
Él tomó el dobladillo de mi vestido y lo tiró en alguna parte, quedé en sostén, él quitó mis medias quedando en calzoncillos, me ayudó a entrar al baño donde mi piel se erizó al contacto con el agua a una temperatura diferente, me senté y abracé mis piernas.
¿Cómo es posible que lo acabo de conocer y haga esto con él? Él puede ser como los otros. Miré su rostro, estaba serio y parecía cabreado, tomó una esponja nueva de la estantería, la mojó y la pasó por mis hombros, mis brazos, mi cuello. Como abrazaba mis piernas, también mis rodillas y mis piernas de la rodilla hacia abajo.
—¿Por qué...? ¿Cómo es que...? Te acabo de conocer.
—Mi madre — Dijo—. Sufrió algo parecido cuando tenía quince, ella se encerró en su habitación, mi padre nos había dejado hace cinco años, entonces yo tomé la mano de mi madre, la ayudé ir a la tina, la senté en su camisón de dormir, abrí el grifó e hice lo mismo que estoy haciendo contigo, no puedo soportar ver a otra persona que me importa por esto de nuevo — Pasó la esponja por mi frente, cerré mis ojos y limpió mi rostro.
—Pero, nos acabamos de conocer.
—Lo sé, pero espero no ser el único que sintió una chispa cuando nos vimos, una especial.
—Gracias— Dije después de minutos de silencio, él mojó mi cabello acariciándolo para quitarle la suciedad imaginaria que tenía en mente—. Ralph —Tomé su mano, él me miró—. Gracias en serio, eres buena persona.
—Tú también.
Ralph me sacó tiempo después, encontró ropa de chica, una toalla y me secó un poco el cabello. Nos sentamos frente a la tina, lloré un poco más y él me abrazó por los hombros haciendo que me escondiera de nuevo en su cuello, él parecía protegerme y lo agradecía con mi vida entera. Cerré mis ojos y dejé que el tiempo pasara.
||
Hola a todos, este es un capítulo donde podemos apreciar como la relación de Amanda y Ralph creció de una manera inesperada, increíble, rápida y con un tema demasiado serio que ocurre en hombres y mujeres. Recuerden hablar si tienen algún problema, sea con quien sea.
En fin, podemos ver que la relación de ambos se hizo más fuerte tras este momento, se creó aquí con esta intimidad entre ambos donde ella se siente rota y Ralph, también está roto. Pudimos darnos cuenta que Ralph esconde su pasado, su dolor en él, eso fue sólo una parte de todo lo que le ha ocurrido. Esto no sale en la serie y es mi imaginación, gracias.
Espero sus estrellitas, me ayudan mucho, también un comentario me pondría más feliz. Gracias por todo y me alegro que les esté gustando. ¡SALUDOS Y BESOS! pjmalbois.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro