
Capítulo 49
EL ADIÓS
Randha y Marcus me ayudaron a empacar en mi departamento, Ralph no se había aparecido en lo absoluto ni siquiera un mensaje. No lo culpo si soy honesta, él no merecía la noticia de golpe.
Cuando cerré las dos maletas, solté un leve suspiro sintiéndome bastante contenta por todo lo que había logrado. Marcus tenía una mirada triste, por lo que me acerqué para darle un abrazo.
— ¿Te vas a ir a México? ¿Yo nací en México?— Sentí mis mejillas algo acaloradas, lo miro para sonreír y besar su frente.
— No lo sé. ¿Tal vez?
— Te amamos mami, y sabes que Ralph lo hace también ¿verdad?
— Claro que sí — le dije a Randha acariciando su mejilla para después separarme e ir a llevar mis maletas a la sala.
Los chicos me ayudaron, Marcus fue bajando las cosas al taxi que me esperaba abajo, miré todo desde la puerta de entrada sintiendo nostalgia rápidamente, no quería admitirlo, pero este se había vuelto mi hogar. Nunca pensé conocer a un grupo de chicos que se volverían mis mejores amigos.
Nunca pensé conocer a mi primer amor y a mi verdadero amor. La imagen de Ralph alejandose de mi ayer, hizo que me sintiera bastante mal conmigo misma, nunca debí de haberlo lastimado de esa forma, pero también pensé que me entendería y no lo hizo.
Al subir al taxi, me despedí con un gran abrazo a mis dos hijos, les dije que los vería pronto cuando fueran algunos bebés recién nacidos. Miré por la ventana trasera mientras me iba alejando de ellos, cerré mis ojos relentizando el tiempo, Marcus me miraba con una sonrisa agitando su mano; tomó la de Randha y ella pudo ver lo que él podía. También agitó su mano y después volvió a la normalidad todo. Yo solo iba limpiando una lágrima de mi mejilla.
RALPH
Mientras miraba con atención la cajetilla de cigarrillos frente de mi con su encendedor, yo giraba con mi dedo aquel líquido de té el cual ya estaba muy frío. Solté un suspiro para abrir la cajetilla tomando un cigarro colocándolo en mi boca, pero miré como un flash de hielo apareció frente de mi.
— No fumes, Ralph — Escuché la voz de Frost, miré ladinamente hacia ella quien se sentó a mi lado con su rostro expectante esperando respuesta —. ¿Qué crees que haces? ¿No deberías ir a pasar la noche con Amanda?
— ¿Para qué? Si mañana ya ni siquiera la voy a ver de nuevo.
— ¿De qué hablas?
— Ella volverá a México, al parecer sólo tenía un maldito permiso de dos años para estar aquí y luego largarse — Dije, tomando la taza para lanzarla y estrellarla contra la pared.
— Bien, con más razón deberías estar con ella. ¿Tu crees que ella no siente nada? Claro que sí Ralph, está enamorada de ti, no tienes ni idea de cuanto. Sus pequeños ojos cafés oscuros brillan tanto cuanto te ve que parecen más transparentes sus ojos que la vida — Frost tocó mi hombro, la miré —. Ella nos salvó, ella se va a ir. Deberías al menos ir a terminar con ella bien la relación si ya no vas a querer algo, o puedes ir a decirle: "Hola Amanda, vámonos a México juntos".
— Creo que — Suspiré, mirándola con una sonrisa —, tenía un plan para eso — Saqué la pequeña cajita negra de mi bolsillo frontal de mi pantalón, Frost abrió sus ojos de sorpresa.
— ¿Eso es lo que creo que es? — Asentí.
— Iba a proponérselo, y creo que ahora me has dado una idea de como hacerlo. Gracias Frosty — Besé su frente para salir de ahí guardando de nuevo el anillo.
Antes de irme de los laboratorios, una chica con cabellos despeinados, largos y con uniforme naranja (casi seguro que es de prision) apareció frente de mí, con una sonrisa ladina y abriendo sus manos dejando ver una luz bastante cegadora, sentía como quemaba mi rostro, entonces comencé a gritar desesperado.
— ¡Qué le pasa señorita loca!
Grité, sintiendo el ardor insoportable cayendo al suelo inconsciente.
Cuando abrí los ojos estaba en una camilla, sentía aún algunas quemaduras en mi rostro y un ardor molesto. Miré a Caitlin quien me sonreía y colocaba algo de crema en mi rostro, me separé pensando rápidamente en Amanda, miré la hora en el reloj de la pres y eran las 9:40 de la mañana, Amanda salía a las 10.
— ¡Mierda! — Grité, Caitlin me miró confundida—. El vuelo de Amanda sale a las 10.
Me levanté de la cama para colocarme mi traje de superhéroe, mi ropa había sido quemada literalmente por la chica misteriosa, entonces era el único traje que tenía. Tomé el transportador de Cisco y le sonreí para despues abrir un portal y brincar en él llegando directamente al aeropuerto.
Mi corazón latía a mil por hora mientras corría por los pasillos intentando encontrarla, pero no la veía por ningún lado. Amanda no podía irse, yo no podía dejarla ir sin darnos aunque sea un beso de despedida, o simplemente decirle que me iría con ella. Miré a un señor quien me miraba de igual forma confundido por cómo venía vestido.
— ¿Hay peligro?
— ¡No! Pero necesito un boleto para ir a México ¿¡alguien tiene un boleto!? ¡Necesito irme con el amor de mi vida! — Una señorita tocó mi hombro después de un silencio ante mis palabras, giré y ella tenía un boleto en mano. Yo saqué dinero y se lo di—. Muchas gracias.
— Deberías apurarte, el vuelo sale en cinco minutos. Ya abordaron.
Dicho esto, corrí lo mas rápido que mis piernas me permitían. Cuando llegué con una de las señoritas donde entregas el boleto para que pases, me dice que ha cerrado todo. No pueden pasar más. Gruñí molesto ante aquello, a lo que corrí saliendo por la puerta de emergencia haciendo solar la alarma, entonces miré a Amanda a lo lejos subiendo y pasando al avión. Debía alcanzarla y lo lograré.
AMANDA
Subí al avión con una maleta que iría encima del asiento, al subirlo pude sentir la presencia de una persona a mi lado, no sabía si voltear o no, hasta que tocó mi brazo.
— Disculpa ¿tu eres Amanda? ¿Explosive?
— Sí, soy yo — Dije viendo como la niña me enseñaba un cuarderno con una felicidad impecable en su rostro.
— ¿Me podrías dar tu autógrafo? Soy tu fan número uno, siempre creí en ti — Ella sonrió por lo que provocó en mi una sonrisa gigantesca. Asentí y firmé con mi nombre —. ¿Crees que puedas también ponerlo como Explosive? — Entonces inventé mi primera firma como Explosive, sí me gustó.
— Gracias.
— ¡Eres mi heroína!— Sonreí para volver a mi trabajo acomodando bien la maleta, hasta que escucho amla niña hacer un sonido de sorpresa—. ¡EL HOMBRE ALARGADO!— Dijo, yo le miré confundida viendo que señalaba hacia mi otro lado, al girar pude ver a Ralph venir hacia mi con algunas quemaduras en el rostro.
— Ralph...— Susurré tapando mi boca de inmediato.
— No importa si dices mi nombre.
— Ralph — Dije más alto, me acerqué a él de un brinco tras estar a centímetros, besé sus labios feliz de verle —. ¿Qué haces aquí? ¿Qué te pasó en la cara? No importa, te ves igual de sexi que siempre — Murmuré sobre sus labios acariciando sus mejillas.
— Compré un boleto — Dijo, me separé para verlo—. Bueno, se lo quité a una señora y le pagué claro — Sonreí al verlo—. Me dijo que ya estaban a poco de irse, entonces corrí lo más rápido que pude, y mientras lo hacía— Tomó mis mejillas besando mis labios lentamente—, pensé en nuestra canción.
— ¿Cómo?— Fruncí el ceño.
— Aún no teníamos nuestra canción, y pensé en una que sé que te encantará, la podemos poner en el avión mientras nos vamos juntos a México.
— Señores, les pedimos que tomen asiento — Dijo una aeromoza.
— ¡Tome asiento usted! ¿Qué no está viendo a la parejita? ¡Se declaran su amor!— Una señora gritó provocando que la aeromoza se alejara del lugar, la vi y ella nos sonrió—. Continúen—. Dijo alentándonos emocionada por el espectáculo.
— Bueno — Dijo Ralph—, entonces no perdí ninguna oportunidad. Porque no importa donde empecemos nuestra vida, ya sea en Canada, Central City, Los Angeles, Brasil, China, Corea, México... No me importa, simplemente quiero empezar contigo desde ya, nuestra vida juntos. Aprenderé español, tomaré clases, incluso asistiré a tu escuela para verte enseñar, no me importa donde empecemos, importa que lo hagamos ahora, juntos.
— Oh Ralph — Dije con lágrimas asomándose por mis ojos, tomé sus mejillas besando sus labios lentamente.
— Te amo...
Sus palabras quedaron al aire cuando él quedó inmóvil y era succionado hacia afuera del avión en un rápido movimiento. «¡Ralph!» grité. Me asomé viendo como Malcom comenzó a luchar con él, maldita sea, se supone que todo había acabado.
— ¡Escuchen! ¡Quédense aquí! — Dije alto, todos tenían rostro asustado —. No se preocupen, estarán bien — Miré a la niña de hace unos momentos como queriendo evitar que fuera—. Tranquila, estaré bien—. Por unos segundos pude ver sus ojos brillosos de un amarillo extraño, confundida me alejé y toqué dos veces mi pendiente para sentir como mi cuerpo se ajustaba al traje que Cisco me había dicho.
Mis manos se incendiaron en un morado oscuro, mis manos volvieron a pintarse de color negro, volé para llegar frente a Malcom cayendo de pie, le miré con mi celo fruncido y bastante molesta.
— Te dije que ya terminaría esto.
— Y yo te dije que cumplo mis promesas.
Dicho esto, él lanzó una onda haciendo que me diera una voltereta hacia atrás esquivándola, sonreí para con mis manos juntas lanzarle a él algo de mi. Giré la vista viendo a Ralph pelear con todos los villanos que habíamos metido a prision.
— ¿Qué carajos? ¡Ralph! — Grité captando su atención—. Necesitamos refuerzos.
Él asintió llamando por el Intercomunicador a los demás, eran muchos para nosotros pero no era imposible. Pegamos espaldas juntos viendo a cada uno, quien atacaba primero para atacarlos de igual forma. Hasta que llegaron los refuerzos.
— ¿Nos extrañaron? — Barry dijo, pero alcancé a ver otro rayo más involucrado.
— ¿Y a mi?— Miré a Wally, sonreí ampliamente para ir con nuestroa perspectivos villanos, miré a Ralph para hacerle entender que no nos iban a ganar esta vez.
Cada uno fue peleando con cada villano que creía haber encerrado. Barry y Wally aprovecharon para volver a ir a encerrar en Iron Hights a los chicos malos, yo me peleaba con el idiota del samurai que conocí la primera vez que me encontré a Malcom en el cajellón. Cuando usé su misma espada para atravesarlo de igual forma, sonreí ampliamente mirando hacia donde Ralph peleaba con un extraño hombre que se doblaba de todas formas posibles.
— ¡Lo hice!
Grité, llamando la atención de todos los presented, incluso los villanos que con un golpe tumbaron a los chicos y se colocaron frente de mi, les miré confundida hasta que noté que alguien faltaba: Malcom.
— ¡Amanda!
Escuché el grito de Ralph, yo sentí mi energía desaparecer y un ardor agonizante en mi cuerpo junto el cálido aliento de una persona detrás de mi.
— Te dije que yo siempre cumplo con mis promesas.
Miré mis manos que tocaban mi vientre, pude ver que estaban ensangrentadas y miré lo filoso de la katana atravesarme, al sacarla de un jalón, sentí la sangre subir a mi boca escupiéndola, fui cayendo lentamente al suelo intentando contener la respiración, pero comenzaba a complicarse.
— Amanda, no no no, Amanda — Ralph me abrazó en su cuerpo tocando con cuidado mi vientre, mi respiración comenzó a ser entrecortada y podía sentir que esta vez no había nada que pudiera hacer—. Mierda, tranquila estás bien.
— No — Jadeé, hipando, con mi voz fallando sintiendo como me ahogaba en sangre —, esta es una herida grave — dije sin tanto aire en mí —. Lo siento...
— No — Negó él—. No, Amanda. Ya te he perdido muchas veces y no estoy dispuesto a hacerlo de nuevo y definitivamente— Malcom había desaparecido como humo igual que los demás villanos. Alcé mi mano para tocar su mejilla—. Venga Amanda, por favor.
— Te a-amo — Susurré, sintiendo como no podía soportar más tiempo con mis ojos abiertos. Los cerré unos segundos, abriéndolos a duras penas.
— No, ¿ver esto?— Él sacó algo de su bolsillo, algo brilloso y después lo puso sobre mi rostro para verlo, las lágrimas cayeron e intenté tomarlo para ponerlo en mi dedo tembloroso con mis manos temblorosas.
— Y-yo... acepto.
Fue lo que dije, sonreí respirando entrecortado para comenzar a ver borroso.
— Te amo Amanda, por favor te amo Amanda.
RALPH.
Miré el cuerpo de Amanda caer lentamente mientras tocaba su vientr en el herida que Malcom provocó, sentí impotencia de no hacer nada. Cuando llegué él se había esfumado dejándome con Amanda en mis brazos mientras acariciaba sus mejillas pidiéndole que no me dejara.
— También te amo — Cada sílaba la dijo en un sube y baja de aire, no había como recuperarla, Malcom le había quitado sus poderes lo que la hacía una mortal cualquiera.
En ese momento dió un suspiro, un maldito suspiro y sus ojos se fueron apgando, la luz que ella emitía se apagó lentamente y fue ahí cuando lo supe, ella murió en mis brazos. No pude contener las lágrimas y abracé su cuerpo escondiéndome en su cuello, besando este mientras acariciaba su cabello pidiendo que fuera un maldito sueño y despertar lo más rápido para ir corriendo a abrazarla, pero no era un maldito sueño, era de verdad.
— Encontré nuestra canción... Hold On I still want you, come back I still need you. Let me take your hand I make it right, I swear to love you all my life, hold on I still need you.
— Por favor no me dejes, no puedo hacerlo sin ti, no puedo.
Puse mis manos sobre sus ojos cerrándolos, miré hacia el cielo y grité. Grité tan fuerte que mi garganta se desgarró, pero no me importaba en lo absoluto.
La quería de vuelta.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro