Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 48

Perdonen si les salió primero la publicación de este capitulo, por accidente lo publiqué. Me disculpo por eso. ||


SALVANDO A AMANDA PT4.


Después de la despedida de Caitlin, sentí la impotencia de saber el por qué estaba haciendo eso. Si me amaba según él, por qué lo hace. No destruyes la vida de alguien a quien amas.

Todos estábamos perdiendo la cabeza, no sabíamos que hacer. Ya habíamos perdido a Cisco y Caitlin, no podía permitirme perder a alguien más, si lo hacía no podría contener las fuerzas de tomar el cuello de Eobard con mi manos, apretarlo con fuerza con mis manos y destrozarlo, o simplemente darle un tiro en la cabeza.

Igual con Malcom, lo odio. Está haciendo todo esto solo para matarme, ¿por qué simplemente no lo hace y ya? Ellos son vidas inocentes, no debería... Y como si lo hubiera invocado apareció frente de mi.

— Hola Amanda.

Mi enojo hizo que intentara atacarlo, pero con un movimiemto me dejó inmóvil, como aquella vez que mató a Ana.

— Déjame moverme.

— ¿Qué necesitas? — Preguntó casualmente mientras tomaba una manzana de la mesa que había en la oficina de Cisco, que a veces me iba a pensar cuando no había nadie; se sentó en una silla y subió sus pies sobre un escritorio.

— Deja. Que. Me. Mueva— Él soltó una risa.

— ¿Tú madre no te ha enseñado modales? — Rió de nuevo, yo sentí impotencia poniendo mis ojos en concentración, de un momento a otro, pude moverme y me acerqué rápidamente a él quien se levantó a una increíble velocidad, lo tomé del cuello, lo levanté y después lo dejé caer sobre la mesa mientras acercaba mi rostro al de él de manera amenazante —. ¿Cómo hiciste eso? — Dijo apenas audible, intentando agarrar aire con su rostro poniéndose morado.

— ¿Por que estás matando a mis amigos? Ellos son inocentes..., si querías matarme lo hubieras hecho, pero ¿ellos por qué?

— Porque es divertido verte sufrir, ¿sabes? Pero yo no pedí que mataran a tus amigos, Eobard lo está haciendo porque el quiere — Dijo, entonces lo solté dejando que se reincorpore sin apartar la mirada de él—. Eres fuerte — Mencionó mientras acariciaba su cuello.

— ¿Por qué está matando a mis amigos?

— Y no terminará hasta que quedes sola — Arregló sus mangas de muñecas de la camisa que traía.

— ¿¡Por qué!? — Grité, tan fuerte que di un golpe en la mesa y se escuchó como si hubiera explotado algo. Mi nomnre tenía más sentido ahora.

— Ojalá lo supiera — Dijo con voz hostil, yo fruncí el ceño.

— ¿Sabías que él y yo nos casamos en el futuro? — Él alzó la vista rápidamente para prestarme toda la atención, acercándose solo unos pasos a los que correspondí alejandome un poco—. Al parecer no. Él me llevó al futuro para que viera que tuvimos una vida juntos, al parecer pierdo la memoria y él hace que la recuerde de cierta forma.

— Maldito bastardo — Golpeó la mesa con su puño, llevándose su otra mano en forma de puño igualmente a su boca, como si fuera a decir más pero manteniera su boca sellada —. Él no..., ¡ese no era su maldito trabajo!

— ¿Qué?

— Yo le di una puta tarea — Le fulminé sorprendida por sus palabras, sintiendome como un objeto —, él no la cumplió. Maldito desgraciado, cara de marihuano cagado en caca de elefante — No pude evitar soltar una pequeña risa, la cual callé rápidamente; él soltó un suspiro cansado. Escucharlo hablar español me trajo un extraño recuerdo, demasiado para ser honesta y por primera vez lo miré como un padre, tan solo por unos segundos.

— Pap-, Malcom — Dije para acercarme a él mostrando seguridad —, ¿Por qué está matando a mis amigos?

— No lo sé, pero hay algo que sí se — Él chocó sus manos abriéndolas de lado a lado para después ver como una onda se iba formando en un círculo, el morado oscuro iluminó la habitación, Malcom se fue haciendo hacia atrás mientras abría cada vez mas sus brazos —. Tú morirás — Entonces su poder me lanzó hasta golpear con la pared, desapareciendo él por su cuenta.










Al volver al córtex, me encontré con una escena que desearía jamás haber visto, tan sangrienta que parecía incierta. Iris estaba en el suelo al lado de un Barry agonizante quien miraba los ojos gélidos de su esposa. Giré a ver a Joe en el suelo con sus ojos cerrados, miré cercas de mis pies a Randha con sus ojos entre abiertos, Marcus boca abajo con sangre saliendo de sus labios: todos estaban muriendo.

— Ralph... — Susurré, deseaperada, alarmada, con miedo —. ¡Ralph! — Grité. Miré a Barry quien perdió fuerzas dando su último suspiro. Entonces una luz roja apareció frente de mí, con Ralph golpeado del rostro, ceja lastimada, labio roto, pómulo sangriento.

— Amanda... — Él susurró.

— Silencio — Eobard dijo, mirándome a los ojos —. Tú Amanda, estás lista para formar parte de mi vida.

— ¿Así es como tú llegaste a conquistarme? Déjame decirte que he sido tan estupida en caer a tus brazos — Dije, molesta.

Mis manos se abrieron en su máximo esplandor, mis pies dejaron de sentir el suelo debajo mío. Había un aire invisible que levantaba mi cabello, sentía la fuerza llegando a mí cada vez más, la impotencia me ayudó para sentir la energía más fuerte de lo que yo tenía imaginado, Eobard iba a sufrir, igual que lo haría Malcom.

Pero mi alma se rompió, mis poderes desaparecieron y caí al suelo al ver como Eobard atravesaba con su mano la cavidad torácica de Ralph, sacando su corazón de un jalón. Eobard se quedó de pie con su mano roja con el corazón de mi novio en ella. Yo temblé, temblé por primera vez sintiendo como la tierra lo hacía de igual forma.

Grité.

Grité como si no quisiera tener voz.

Grité para hacer que no tenga voz.

Grité deseando nunca haber existido hasta esta parte de mi vida.

Grité deseando jamás haberlos conocido.

Deseé gritando haber muerto ese día en el accidente pidiendo ser yo y no Ana.

Deseé, grité, lloré. Mis labios temblaban, mis manos lo hacían también.

El cuerpo de Ralph cayó frente de mi, inerte, frío. Me arrastré hasta donde él, o más bien hasta lo que quedaba de él para acarcarlo a mi, poniendo mi cabeza recostada sobre este buscando que no haya ocurrido, pidiendo que sea una maldita pesadilla, pero... no había latido. Ralph murió.

Todos murieron.

— Ahora sí serás mía.

— El destino no te tiene preparado tenerme.

Dije con mi voz ronca, ardía cuando hablaba. Alcé la vista con mi rostro empadado de lágrimas y no dudaba que algo de sangre del amor se mi vida.

— ¿Qué?

— Nunca me tendrás, nunca caeré ante ti. Y si lo hago, mátame porque no soportaría un día con el hombre que mató a cada persona que me hizo feliz. Mátame Eobard Thawne, porque tú jamás merecerás amor, y si llega algún día, aprovéchalo bien, porque voy a llegar yo a matarlo frente de tus ojos y créeme cuando te digo que dolerá— Me fui levantando ante cada palabra que decía—, te dolerá como la mierda. Tanto que desearás haber sido tú, desearás jamás haberme conocido, jamás haberme amado, jamás haberme hecho enojar.

Eobard se quedó en silencio, su rostro se transformó en una manera en la que jamás imaginé que pudiera transformarse. Mi cuerpo parecía que iba a torcerse, mi poder explotó lanzando como fuego algunas hondas hacia Eobard Thawne que comenzó a gritar de dolor. Cuando detuvo sus gritos, él estaba en el suelo con sus ojos abiertos y su rostro chamuscado.

— Eso es por todos mis amigos — Murmuré, extendiendo una de mis manos lanzando algo más de poder —. Esto por mis hijos — Él ya no se movía, alcé mi otra mano—. Y esta por Ralph, mi verdadero amor.

Me detuve, sintiendo la presencia en mi mente sobre Malcom quien miraba fuera de los laboratorios, sonreí ampliamente, cerré mis ojos imaginándome estar frente de él, al abrirlos me encontraba frente de él sintiendo la furia aún albergarae en mi cuerpo.

— Impresionante, tus poderes están creciendo — Él dijo fascinado al verme —. Puedo ver tu aura crecer cada vez más. Eres impresionante.

Púdrete, Malcom.

— Más respeto a tu padre.

— ¡Tú jamás serás mi padre!

Grité con fuerza a la misma vez que me acercaba en un parpadeo frente de él dandole un golpe en su ojo izquierdo haciéndolo caer. Mi respiración era irregular. Me subí a horcajadas sobre él golpeando con mis puños: uno tras uno. Mis manos se llenaron de sangre de sus labios y pómulos, pero en esa él tomó mi puño con su mano logrando provocar un trueno al momento de chocar contra su palma.

Abrí mis ojos sorprendida, él me dió un golpe sin tocarme (si con sus poderes) lanzándome por los aires. Di una vuelta sin saber que podía hacerlo, cayendo sobre mi rodilla y una mano en algun tipo de pose. Ambos estiramos los brazos atacandonos mutuamente, como si fuéramos Harry Potter contra Voldemort.

Al golpear nuestros poderes, se forma una onda de aire que se sentía en mi rostro. Alcé la vista viendo que cada vez se acercaba a mí, entonces desde lo más profundo de mi pecho saqué la ira que me acompañaba pensando en mis amigos, y a mi misma comencé a decir:

Por Tori.

Por Ana.

Por Wally.

Por Mick.

Por Cisco.

Por Barry.

Por Iris.

Por Caitlin.

Por Frost.

Por Joe.

Por Cecile.

Por Jenna.

Por Nora West-Allen.

Por Randha.

Por Marcus.

Por Ralph.

Por el idiota que me quiso tocar en la fiesta y en el callejón.

Por Eobard Thawne.

Por las mentiras de mi madre.

Por los golpes de mi padre en casa.

Por Malcom, el maldito igualado hijo de puta.

Grité, sintiendo como subía mia poder y terminé golpeándolo lanzando su cuerpo cayendo al pavimento. Pensando en un trato, donde todo volverá a la normalidad al ganar.

Me subí sobre él de nuevo, para verlo en los ojos hablando después.

— Cuando yo gane esto Malcom, todo volverá a la normalidad. No importa si ellos recuerdan o no, pero todo regresa a como estaba antes — Dije tomando con fuerza el cuello de Malcom, quien estaba débil, con su frente sangrando y verdaderamente demacrado— ¿¡ENTENDISTE!?

— Como tú digas.

Entonces golpeé su rostro con fuerza, sacando cada pequeño pedazo de magia que tenía dentro de mi. Mi puño se volvió completamente negro con ondas color púrpura, mis ojos brillaron, podía sentirlo y lo lancé contra el suelo viendo como un cráter se creaba. Al erguirme en mi lugar viendo a Malcom en el suelo, miré mis manos que estaban de un color negro hasta arriba de mis muñecas, miré con furia al hombre en el suelo y este mismo sonrió mostrando sus dientes ahora rojos.

— Devuélveme todo lo que me quitaste. — Dije, él tocaba su estómago adolorido.

— Hecho. Pero no olvides, yo cumplo mis promesas, esto fue suerte.

Él sonrió para de un momento para otro chasquear sus dedos, la tierra comenzó a vibrar con fuerza, y como si mi alrededor fueran paredes, comenzaron a retroceder, abriéndose a la par. Malcom se levantó para mirarme a los ojos con un brillo fugaz, la tierra dejó de temblar y una luz blanca cegadora apareció junto con un estruendo, al abrir mis ojos estaba en los laboratorios en el suelo, miré a mi alrededor y ahí estaban todos; todos.

— Qué cheetos pasó — Habló Cisco, tocando su pecho como si algo le faltara, Caitlin hacía lo mismo parpadeando algo confundida. Barry corrió a los brazos de Iris para darle un fugaz abrazo.

— ¿Y Ralph?— Dije, buscándolo, pero no lo encontraba. Como si lo invocara, él apareció entrando por la puerta del córtex tocando su costado, sonreí aliviada y corrí hacia él para darle un abrazo demasiado fuerte para no apartarme de él.

— ¿Cómo lo hiciste?— Barry preguntó, me separé no por completo de Ralph mirando a mi amigo.

— Le dije a Malcom que al ganar, él debía volver a todo como estaba y lo hizo. Gané.

— Me hubiera encantado ver su cara al ver que su propia hija le ganó en el juego que él creó — Murmuró Cisco, parecía orgulloso. Me acerqué a él para darle un abrazo sintiendo lo cálido que se encontraba, él parecía que necesitaba este abrazo, no lo culpo, con las palabras que dijo Kamilla...

— Cisco — Me separé mirándolo—, debes ir con Kamilla. Ojalá ella no recuerde que moriste, será una larga explicación.

— De todas maneras había estado buscando una forma de decirle que soy Vibe. Gracias por salvarnos Amanda.

— Ve.

Lo corrí literalmente para que fuera con Kamilla, giré viendo a todos mis amigos con una amplia sonrisa, me acerqué de nuevo al hombre de quien estoy enamorada y lo llevé para poder platicar por fin de lo que tanto había estado esperando.











— Quiero decir algo primero — Él comenzó, asentí mientras tomaba mi mano en el sofá —, te amo. Te amo Amanda, más que a mi propia vida. Amo los hijos que vamos a tener en un futuro. Quiero vivir contigo, quiero soñar contigo para siempre. Quiero estar a tu lado hasta que la muerte nos separe e incluso después, quiero tener mi vida eterna contigo— Ralph tomó mis manos llevándolas a su boca dejando un beso en estas—. Eres el amor de mi vida, mi verdadero amor, mi primer verdadero amor, mi todo. Simplemente me gustaría empezar ya, no creo que soporte otro día más sin que realmemte seamos una familia completa como debería ser.

»Quiero tomar tu mano mientras caminamos frente un parte, en el centro comercial, bailar aunque no haya música y reír como si no hubiera un mañana. Soñar despierto contigo, tomarte de la cintura y poner mi mano sobre tu trasero cuando vayamos caminando y hombres se te queden mirando para que sepan que tú eres mía. Cuando te pregunten tu nombre, puedas decir que te llamas Amanda Dibny, o Amanda Speerling-Dibny, o Amanda Speerling de Dibny. Me encantaría que cuando compre cafés, el chico del mostrador diga lo bella que eres y poder decirle que "sí, es mi esposa". Quiero mi vida contigo, empezando ahora.

Le miré con mis ojos inundados de lágrimas y riendo bobamente enamorada al escuchar sus palabras. Él aún no terminana y yo ya iba en mi quinto llanto.

— Prometo amarte, protegerte, cuidarte, darte los hijos más sexys del mundo entero como yo, y como tú. Te amaré para toda la vida y quiero que también lo hagas tú — Él parecía haber terminado, sorbí mi nariz para abrazarlo escondiendome en su cuello, lista para darle la primera noticia.

— Me voy de Central City — Fueron mis palabras, el silencio apareció invadiendo el lugar, él tomó mi cintura separandome y viéndome a los ojos esperando a que fuera una broma, alzando una de sus cejas.

— ¿Qué? — Su voz parecía un hilo inaudible.

— Me voy a México.

— ¿Cuándo?

— Mañana — Dije, mordiendo mi labio inferior viendo como él ponía sus manos sobre su rostro, molesto —. Tenía una beca de dos años, los he cumplido. Ahora mi permiso ha terminado y debo volver para poder ejercer allá. Lo lamento, quería decírtelo— Él no me miró ningún segundo—. Tenía planeado decírtelo desde hace una semana... — Él me miró sorprendido por mis palabras.

— ¿Lo sabías desde hace más de una semana, Amanda?

— Sí, mi vuelo sale mañana..., no contaba con que me dijeras todo esto así de la nada — Mis mejillas se empaparon de la nada, estaba desesperada a que él pudiera entenderme, pero se levantó e hice lo mismo —. Ralph, dime algo por favor.

Pero no dijo nada, se quedó mirando el suelo, alzando la vista y viendo mis ojos sin ningún brillo, secos, sin vida. Soltaba pequeños respiros tras la falta del aire por mi llanto.

— Está bien, te dejaré asimilarlo. Mi vuelo sale mañana a las 9 de la mañana, espero que vayas, sino entenderé perfectamente tus actos — Seguía sin moverse —. Te amo, Ralph.

Dichas esas palabras, él se fue del lugar dejándome sola en la oscuridad de la habitación, cerré mis ojos dejando que las últimas lágrimas cayeran rodando por mis mejillas para limpiarlas agresivamente e irme del lugar de igual forma para preparar mis cosas como deberían de ser.

Ni siquiera pude decirle que estaba embrazada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro