
Capítulo 44
RALPH
Cuando miraba a Amanda dormir, era todo paz, tranquilidad y se veía siempre hermosa, pero cuando se trata de estar dormida después de ver como intentaban hacerle lo mismo, era demasiado para mi.
Hay una pregunta que no me deja pensar con tranquilidad: ¿por qué carajos no se defendió?
Caitlin me habló para poder hablar a solas, yo me acerqué sin dudarlo.
— Ella estaba completamente bien, ninguna anormalidad — Dijo jugando con sus manos como siempre lo hacía. Miré a verla a través del cristal, recostada con sus ojos cerrados —. Se me hace extraño que ella no haya usado sus poderes para defenderse...
— A mí igual — Dije, entrando de nuevo a la habitación de Amanda. Me senté a su lado en la silla tomando su mano acariciandola y dejando un suave beso en esta—. ¿Qué ocurrió? — No importaba si ella no contestaba, yo buscaba una respuesta —. ¿Qué pasó? ¿Por qué no te defendiste?
— ¿¡Dónde está!?— Escuché otra voz a lo lejos, miré de quien se trataba a lo que salí de la habitación viendo a la persona que lucía desesperada —. ¿Dibny?
— ¿Mick? ¿Qué haces aquí?
— Vine a ver a Amanda — Alcé una ceja confundido—. Ya sabíamos que iba a pasar esto, Gideon me avisó.
— ¿A qué te refieres?— Por un momento me sentí bastante molesto.
— Fue cuando vino a la nave, yo cree la anomalía al intentar salvarla la primera vez que ocurrió — El impulso salió de la nada, me acerqué dispuesto a golpearlo, pero Caitlin me detuvo con una mano sobre mi pecho.
— ¿Cómo te atreves a venir después de ser tú el responsable? Entonces dime, ¿por qué ella no se defendió? — Casi grité a su rostro, me hice hacia atrás pasando mis manos por mi rostro —. Ella es la mujer que amo y no tengo la menor idea de qué fue lo que le pasó. No sé por qué no...
— ¿Mick?— Giré a ver la voz detrás de mi, Amanda salió de la habitación y técnicamente corrió a tirarse en los brazos de Mick, la miré y lo miré a él quien la abrazaba con cariño, cuidado y deseo en sentido de protección si es que era posible pensar eso.
AMANDA
Mick acarició mi cabello mientras podia sentir el olor de su loción junto con algo de alcohol, licor para ser exactos. Me separé de él para verlo con una sonrisa ladina.
— Creí que ibas a luchar al saber que es lo que ocurría.
— Debía pasar lo que debía pasar, Mick — Giré a ver a Ralph quien me acerqué rodeándolo con un cálido abrazo en su cintura, besé su mejilla escondiendome en su cuello.
— Creo que puedes volver con las Leyendas, Mick — Escuché la voz de Ralph, sonreí tiernamente al saber que Ralph estaba algo celoso. Me separé mirando a mi amigo.
— Me iré, nos vemos luego ¿si? — Asentí despidiendome con un movimiento de mano. Mi cuerpo giro directamente al hombre quien me abrazaba con su mano en mi cintura —. Veo que alguien está celoso — Él bajó la mirada levemente viéndome.
— No estoy celoso Amanda, solamente algo decepcionado — Murmuró, soltando mi cintura y metiendo sus manos a los bolsillos de enfrente de sis pantalones de vestir, fruncí el ceño.
— ¿Qué?
— Me hubieras dicho, o al menos respóndeme una duda — Comenzó— ¿Por qué no te defendiste?
— ¿En serio, Ralph? — Rasqué mi ceja.
— Amanda, pudiste defenderte. Usar tus poderes o simplemente gritar, pedir ayuda...
— Ralph — Lo detuve —. No había razón, no había otra opción— Giró sus ojos, molesto.
— ¡Sí había otra opción! ¡Siempre hay opciones, Amanda! — Alzó la voz, yo me hice para atrás prestándole toda la atención—. Pudiste usar tus poderes, pero no lo hiciste.
No dije nada, simplemente continué mirando sus ojos que mostraban una nueva emoción ante mi, cerré mis ojos segundos soltando un suspiro para poder sentir sus emociones, no era solo molestia ni decepción, era preocupación.
— Debiste usar tus poderes, no es como si hubiera estado escrito en el libro de la historia de Amanda que te volvieran a hacer lo mismo, ¿recuerdas cómo estuviste la primera vez que te hicieron algo similar? — Su voz se fue calamando un poco —. Yo me volví loco, no lo mostré, pero sentía como mi pecho se estrujaba, odiaba verte de esa manera.
» Viví con mi madre, la amo. Ella sufrió mucho con mi padre, sus parejas que tuvo e incluso uno murió. Amanda, simplemente no creo volver a estar bien si te llego a perder. Tú moriste, dos veces en mis brazos o frente mío, no sabes cómo se siente eso. ¿Volverte a perder? Barry me contó sobre tu depresión, ni siquiera podías salir de cama, ¿y si vuelve a pasar? Verte mal me hace sentir terrible, ¿acaso no pensaste? ¿Fuiste tan egoísta que ni siquiera pensaste un poco en mí, Randha..., Marcus?
Sí lo hice, muchísimo.
» Y bueno, ¿por qué Mick sabía? ¿A caso hubo algo entre ustedes? Es más, no quiero saber. Simplemente piensa en esto ¿quieres? Porque en definitiva sí tenías opción, siempre lo hay.
Él se fue del córtex, Caitlin intentaba fingir que no había escuchado nada, pero alzó su caneza dedicándome una cálida sonrisa quien se acercó a mí en cuanto Ralph salió.
— Entiendo que hayas estado cansada, pero él tiene razón: había opción— Gentilmente tocó mi hombro y se fue a su laboratorio tal vez, solté un suspiro mirando a los otros chicos: Barry, Cisco, Iris e incluso Joe estaba ahí.
— ¿Estás bien?— Preguntó Cisco, asentí sintiendo algo extraño en mi pecho, salí de ahí rápidamente antes de que alguien quisiera hablar o abrazarme, sabría que me rompería con un poco de contacto humano.
— Ralph se molestó.
— Papá se va a ir por una hora y yo ni siquiera sé cómo voy a hacer para cuidarlos a todos ustedes — Nora me explicó que Cisco había creado por fin la cura metahumana, para así poder abstenerse con los poderes y tener una vida normal, me encantaría una vida normal lejos de esto —. Tengo miedo.
— Sé que lo harás bien, Nora.
— Eso espero, aún tengo mucho miedo de que algo suceda con Cigarra y no pueda hacer nada, así que... eso.
— Eres muy fuerte Nora, créeme cuando te digo que eres increíble. No puedo esperar para verte crecer.
— No puedo esperar en que te conviertas en mi tía favorita; no le digas a nadie — Ambas reímos y miré mi reloj. 8:04pm.
— Bueno, me iré a perder tiempo con alguien porque bueno, Ralph está molesto entonces, no creo que quiera saber algo de mí por el momento.
— Tía Dybs — Dijo cuando estaba a punto de salir del cuarto llamando mi atención—. ¿Ya sabe que estas embarazada? — Abrí mis ojos sorprendida—. Es un poco notorio, se nota tu pequeña pancita.
— ¡Cielos! Nora, no le digas a nadie.
— Estoy cien por ciento segura que Randha lo sabe, así que...
— Yo le diré a Ralph cuando esté lista, no quiero usar el embarazo para que suene a una excusa — Nora asintió—. Nos vemos.
Me fui de ahí pasando por los pasillos del córtex, alcancé a escuchar como Cisco susurraba algo sobre que era bastante buena. Me detuve en la puerta y toqué con una sonrisa ladina.
— Hola.
— Hola — Contesté acercándome y sentandome en la silla giratoria frente de él agarrando unas gomitas—. ¿Has sabido algo de Harry?
— Él está bien — Sonrió mientras giraba su computadora, yo acaricié mi cuello mirando unas fotos que me enseñaba—. ¿Qué te parecen?
— Se ven increíbles e interesantes. Palman muchas cosas — Señalé la fotografía de un árbol en blanco y gris —. Ese a mí me transmite paz después de una tormenta.
— Me alegra que te guste. Se llama Kamilla, tengo una cita con ella hoy — Le miré sonriente y feliz por él —. Creo que sí puede llegar a más mi relación con ella.
— No lo dudo — Le miré tocando su mano —, te mereces esta oportunidad.
— Gracias.
Me levanté tomando el teletransportador mini para verle, él asintió en forma de que me lo prestaba, yo abrí un portal y di un brinco pensando exactamente a donde iba a ir, al llegar recordaba exactamente la primera vez que vine con Wally.
—¿Amanda? — Alcé la vista viendo a Harry apuntandome con un arma, me hice la ofendida.
— ¿El amor de mi vida me apunta con una arma? Me voy a morir de corazón roto. Si no me querías aquí me hubieras dicho antes — Digo fingiendo dolor en mi pecho, pude ver la pequeña sonrisita de él y sus ojos girar de una manera graciosa—. También te extrañé Harry alias el amor de mi vida.
— Hola Amanda — Bajó su arma para acercarse a mí, carajos que en serio si Harry me hubiera pedido ser su esposa, le decía que sí sin dudarlo, aún me gustaría conocer la versión mala de Harrison Wells, caigo a sus pies. Lo abracé con fuerza —. ¿Qué te trae de visita por aquí?
— Mi corazón roto, pero no te preocupes, con solo verte se me ha curado.
— Graciosa — Dijo para invitarme a su oficina —. Jesse no está aquí, tengo algo de ropa por si quieres quedarte.
— No le importaría a mi futura hijastra, ¿cierto? — Me senté frente de él cruzando mis piernas mientras jugaba con mis dedos y mis uñas —. ¿Cómo has estado?
— Nunca he estado mejor.
— Te extraño ¿sabes? Mucho más aprte de esa cara bonita, que me trataras como un hija.
— Ralph supuso que vendrías— Le miré confusa —. Me contó sobre el no tener elección — Crucé mis brazos bajando mi mirada —. Ralph tenía un punto, pero Amanda ¿por qué?
— Me sentía cansada, me rendí. Tengo mis momentos débiles ¿sabes? — Él asintió, para limpiar sus lentes y relamer sus labios, qué sexi.
— Tranquila, puedes quedarte aquí el tiempo que necesites...
Antes de poderle agradecer, un fuerte estruendo nos hizo alarmarnos de repente, me levanté de un brinco, Harry se puso su arma y yo abrí mis manos lista para el ataque, escuché otro estruendo haciendome dar un brinco por inercia.
— Amanda, ponte detrás de mi.
— Tú ponte detrás de mi.
En eso, el cuerpo de esa persona tan conocida me hizo molestar ¿cómo me encontró? Malcom tenía sus manos hacia atrás, camisa negra y una mirada de asesino. Mi poder se mostró frente de él, al que solo con un chasquido mis poderes desaparecieron.
— ¿Amanda? ¿Qué haces aquí con este hombre? — Dijo como si fuera un padre sobreprotector o algo por el estilo, giré mis ojos —. Harrison Wells.
— ¿Quién eres?
— Digamos que conozco a tu versión "asesina".
— Ese no es Harrison Wells.
— Lo sé, conozco su rostro original... Eso no es lo que importa, lo que sí es que ha llegado el momento de tu muerte Amanda— En cuanto dijo eso, un fuerte estruendo hizo que Harry y yo cubriéramos nuestros rostros, después divisé a bastantes personas en línea en ambos lados de mi padre—. Amanda Speerling.
— Amanda Speerling— Dijeron todos formando un eco, conocía a la mayoría. Y en esa pude divisar un traje amarillo vibrante, como Barry. Relenticé el tiempo mirando el rostro de aquel hombre quien me miró algo asustado o al menos confuso.
— Tu turno de correr.
Me acerqué rápidamente a Harry tomándolo de la mano, nos jalé hacia atrás abriendo el portal cayendo rápidamente en el suelo de los laboratorios donde los chicos se acercaron corriendo hacia nosotros.
— ¿Amanda? ¿Harry?
— Chicos, ha comenzado...— Dije alterada ayudando a Harry a levantarse.
— ¿Qué cosa?
— Malcom quiere matarme.
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