Siete años atrás, el futuro.

Este era el momento en que todo cambiaría en su futuro, el único que podía saber qué es lo que ocurría, era él, Eobard Thawne.

— ¿Es ella?— Preguntó Eobard sintiendo la presencia de alguien atrás, su rostro reflejaba angustia y desesepero al ver a lo lejos a una chica sobre el suelo, la principalmente razón por la que volvió al pasado a ser amigo del padre —. Es una niña.

— Eso ocurrió con tu amigo, la traición— Dijo la voz a su espalda. Eobard volteó a ver de quién se trataba y frunció el ceño.

— La traicionaste.

— Lo hice — Dijo sin vergüenza—, la traicioné y le juré la muerte. Podré ser su padre, pero ella nunca será mi hija.

— Es tú primogénita.

— No me importa, Thawne — Se acercó a su amigo o al que pretendía serlo—. La vas a secuestrar, le harás creer que eres no lo sé, alguien importante. Amigo de su padre. Después cuando sea grande, será tu gran seguidora, ¡enamorala! ¡Mátala! Hazle lo que quieras, pero simplemente tenla contigo.

— Si lo hago, jamás tendría sus poderes. Me contaste que sus poderes jamás crecieron debido a su madre, pero al salir Flash de la fuerza de velocidad, ella fue golpeada con esa materia oscura — Comenzó a explicar, pero Malcom parecía harto.

— Eobard — se calló—, haz lo que creas necesario.

Y así fue, la secuestró manteniéndola para él mismo.

••••

ACTUALIDAD.

— ¿Mamá? ¿Estás bien?  — Yo asentí abriendo mis ojos lentamente, sentí una punzada en mi cabeza, pero después las imágenes volvieron a mí rápidamente.

— Amanda — Ralph apareció en mi campo de visión—. ¿Te encuentras bien? ¿Qué te hizo ese robot? — Alcé la vista viendo a Barry, el verdadero y parecía que ahora sí era Barry, le sonreí.

— Miré mi final, muchas veces — Barry se acercó—. También mis muertes.

— ¿Qué?

— ¿Y qué viste?

— A Randha de bebé junto con Marcus, una persona llega y me dice que me tengo que despedir de ellos para siempre. También una donde Malcom me asesina como tanto promete...— Rasco mi ceja y miro a todos a mi alrededor —. Y todo ocurre aquí en Central City.

— No te preocupes, nosotros te vamos a proteger y nada te va a ocurrir, nada — Barry palmeó mi hombro, Ralph se sentó a mi lado, me acerqué y recargué mi cabeza en su hombro.

— ¿Ralph?— Susurré bajito —. ¿Quieres salir conmigo?

— ¿Qué estamos haciendo? — Dijo Ralph, quien venía en traje y nos encontrabamos en un parque a media noche, pero no era cualquier parque, era de una casa bastante amplia.

— Shhh, tranquilo. Todo estará bien — Y en efecto, detrás de él habían algunos fuegos artificiales por lo que tomé su mano para acostarnos en el suelo mientras mirábamos al cielo.

— ¿Qué es eso?

— Son fuegos artificiales— Susurré —. Celebramos un día muy importante — Giré a verlo, él sonrió para sentarse sobre el pasto, me miró fijamente mientras hacía lo mismo y pasé mi cabello detrás de mis orejas.

— Feliz aniversario— Alcé una ceja sonriendo ampliamente, me entregó una cajita que abrí y pude ver un hermoso collar —. Hace dos años que llegaste a Central City, dos años que te convertiste en Explosive.

— Pensé que no lo recordarías.

— Si te soy honesto, le pregunté a Barry el día en que llegaste y fue el mismo día que nos encontramos en el autobús. Tiempo después sentiría una conexión contigo y desde ese momento traigo en mente tu aniversario de explosive.

— Eso es muy tierno, Ralph — Los fuegos artificiales no duraron demasiado tras la lluvia que se presentó en ese momento. Era liviana, pero molesta cuando caía en tu rostro; se sentía algo fría y tu rostro ardía levemente —. Oye.

— ¿Si?— Ralph me miró y yo alcé la vista para verlo, tomé sus mejillas entre mis manos intentando quitar el agua, pero era imposible porque caía cada vez más, pero aún podía ver sus ojitos, un poco de cabello sonre su frente algo húmedo, lo aparté y me acerqué lentamente para sentir su respiración tibia sobre mis mejillas, sus narices rozar contra la mía, nuestros labios a centímetros de tocarse, sus manos en mi caders y las mías se sostenían de su cuello al cual lo jalé sin aviso para besarlo.

Mi mano pasó por su espalda, su camisa se pegaba contra la piel de su cuerpo provocando escalofríos en mi, nuestros labios danzaban rítmicamente y algo desesperados por querer más de cada uno, pero no todo dura para siempre ¿o sí?

Nuestros cuerpos se separaron, intenté abrir mis ojos aunque fue algo molesto al sentir el golpe de la lluvia en mis pestañas, alcé levemente la mirada para verlo a él, sólo a él, quien me sonreía con su frente junto con la mía.

— Te amo — Fueron sus palabras, probablemente me las había dicho antes, pero esta vez pude sentirlo con el sentimiento a que se refería. Las palabras tienen un significado dependiendo también con el tono que sean dichas, yo simplemente sentí amor, cariño, hogar..., Ralph es mi hogar. Mi lugar feliz y seguro.

— Te amo — Respondí, él sonrió captando mi atención con esa hermosa sonrisa contagiosa, tomó mi mano entrelazando nuestros dedos y corrimos juntos por todo el amplio patio de aquella casa abandonada, había charcos y brincábamos juntos.

Esto se sentía como si fueran los últimos días del mundo y estuvieras tan feliz que no desaprovechas ningún momento. Y así fue, no desaprovechamos ninguno. Hicimos el amor dentro de la casa, en una cama que se encontraba increíblemente en buen estado, él repetía mi nombre con su cálida voz, sentía la piel de sus labios recorrer por mi cuerpo.

Éramos solamente él y yo.

A la mañana siguiente, volvimos a tener intimidad, nos fuimos de la casa y volvimos a mi hogar donde volvía a ocurrir todo aquello de anoche.

Nos bañamos juntos, él pasó el jabón por mi cuerpo igualmente que lo hacía yo con él; repetimos.

Cuando estuvimos en cama, ambos mirábamos hacia el techo, nuestras manos estaban en medio de la cama y estaban entrelazadas una con la otra, sentía demasiadas chispas por todo mi cuerpo, tanto que no podía dejar de sonreír como una boba enamorada. Aunque todo tomó un giro inesperado cuando recibimos la llamada de Iris.

— ¿¡Qué ocurrió!? — Llegué histérica al ver a Iris con su rostro de preocupación, Barry estaba furioso y lo podía presentir.

— Cigarra — Murmuró—. La lastimó, lastimó a Nora quebrando su columna, su sistema está tardando en recuperarse.

— Iris...— Susurré, sabía lo que sentía, esto me trajo algunos recuerdos de Marcus, así que la abracé. Ella no dudo en corresponder de inmediato, pude sentir como sus lágrimas mojaban mi blusa, pero no me importaba en lo absoluto—. ¿Dónde está?

Ella me dijo donde estaba, miré a Ralph dándole a entender que entraría con Nora, en cuanto entré, ella me miró con un rostro de suma tristeza a lo que me acerqué rápidamente viéndola llorar.

— Nora, pequeña...

— Tía Dybs — Dijo asustada en llanto—. No siento mis piernas, mi cuello duele al igual cuando intento respirar.

— Tranquila cariño — Acaricié su cabello y tomé su mano —. Te recuperarás, ¿okay? Nosotros detendremos a Cigarra porque por ti cariño, vale la pena asesinarlo.

— Tía Dybs, tía Dybs — Apresuró a decir —. Eres mi tía favorita, te amo muchísimo. Lo hago en serio.

— Tú también eres mi sobrinita favorita.

— Serás una increíble madre.

Entonces caí en la cuenta de algo cuando mencionó aquellas palabras... no he tenido mi periodo.