Después de haber atrapado a Null, simplemente faltaba una persona, la última de la que nos teníamos que preocupar por completo. Barry y Ralph habían decidido ir a buscar al autobús donde todo comenzó, sonreí ampliamente recordando la primera vez que conocí a Ralph sin que supiera que era yo, bueno claro porque no nos conocíamos. Pero también recordé que fue cuando me golpearon y huía de la policía.

Los acompañé intentando buscar pistas que puedan funcionar para poder encontrar al último meta antes de que el mismísimo DeVoe lo atrape.

— ¿Qué sabemos de este hombre? — Ralph preguntó, yo miré con atención subiendo detrás de Barry, quien iba detrás de Ralph. Me enfoqué en el recuerdo de la primera vez que nos conocimos, lado lo que había sucedido con aquella chica rubia.

— ¡Maldición, ahí va otro auto! — Miré a la chica, lucia gracioso, pero triste a su vez.

— ¡La última vez, Dibny! — Miré como el chico anotaba algo en su tarjeta, parecía detective. Me reí mientras me acercaba al carrito de café y muffins. Al momento de querer pagar, ya había ordenado, recordé que simplemente tenía un dólar conmigo, suspiré apenada diciéndole que solamente el café que era algo más barato, pero una voz me interrumpió.

— Yo pago por ella, digamos que tiene algo que entra en mis gustos — Guiñó el ojo a mi persona, le sonreí con mis mejillas un poco acaloradas de vergüenza y agradecimiento.

— Gracias, olvidé que me acaban de robar y no traía conmigo mucho dinero — Rasqué mi ceja.

— No hay problema, chica hermosa. Dime, ¿tienes novio? — Iba a contestar, pero interrumpió antes —. Tengo que irme, espero volver a encontrarte pronto, tengo que ir a mi oficina — Me guiñó subiendo al autobús, pero miré un auto de policía y mi único instinto fue subirme detrás de la rubia de hace rato.

— ¡Finalmente! Algo de suerte.

Al subir busqué un asiento, pero no había con quien me gustaría sentarme, todos tenían un rostro asustado, molesto, uno lloraba, y otros parecían que sí le hablabas, te mataban ahí mismo, pero al menos me encontré con el mismo chico de hace rato con el cual tomé asiento.

— Lo siento, tenía que correr.

— ¿Huyes de la policía? ¿Eres criminal?

Entonces quedé anonadada y asustada por qué fuera hablarle a la policía, lo cual había sido todo lo correcto.

—¿Amanda? — No me había percatado que había llegado al lugar donde me había sentado con Ralph hace algunos meses —. ¿Estás bien? — El susodicho me sonrió ladino.

— Sí, solo recordaba el accidente — Acaricié la piel del asiento sintiéndolo terroso, pero traía buenos recuerdos, gracias a ello conocí a grandes amigos— ¿Encontraron algo?

— No...— Entonces Ralph se emocionó agachándose de inmediato, yo quise ver si era alguna pista, pero al levantarse veo que trae una tarjeta—. ¡Miren! Mi tarjeta de Cupones de Big Belly. Solo me faltan 5 para un almuerzo infantil. Sí vivo lo suficiente para usarlo — Giro mis ojos para pasar frente de él llegando con Barry.

— No bromees con eso, vamos a atrapar a DeVoe.

— No era necesario decir eso, iba a bajarme en la estación.

— No lo creo, chicas como tú..., no me convencen.

— No buscaba convencerte, idiota.

Miré a los chicos quienes hablaban entre ellos, después Barry captó mi atención mostrando al parecer residuo de la materia oscura, era un chico.

— ¡Lo recuerdo! Entro antes de que Amanda, pagué su boleto y me dijo algo tipo: "mamaste hermano" — Entonces estallé a carcajadas, lo había dicho en español y al parecer él no tenía ni idea de lo que dijo, entonces después de llorar entre el llanto y recibir miradas sin sentido de los chicos, me calmé.

— Dudo que te haya dicho eso, Ralph — Él seguía sin entender.

— ¿Y que dije que te dio tanta risa y casi te mueres de un infarto?— Entonces negué.

— Dijiste "mamaste" — Entonces Barry se rió conmigo ante lo que dije, Ralph parecía avergonzado.

— ¡Pues algo así dijo!

— Creo que te refieres a "namaste", algo que hacen los hippies.

— ¡Oh! Eso.

Entonces negué soltando algunas que otras pequeñas risas ante lo que había dicho, jamás olvidaré como lo dijo.

•••

5 horas después.

Oh cielos, que cansada estaba.

Había ido a la universidad para buscar sobre mis papeles y hablar sobre mi graduación, había pensado un poco sobre la fiesta, pero simplemente sería una reunión, no es que sea fan de fiestas después de lo que ocurrió con el chico que me había invitado a salir. No quiero ni pensar en su nombre.

— ¿Amanda? — Había dejado mis cosas en el cortex, nadie estaba, al menos hasta que llegó Joe mirándome con una sonrisa ladina.

— ¡Hey! Hola Joe — Sonreí, prestándole toda la atención posible.

— Hola, oye — Se puso serio —, quería hablarte de Harry. Se que tienes una conexión con él y necesito de tu ayuda — Asentí mientras ambos nos sentábamos en unas sillas que se encontraban ahí —. La gorra que usa.

— Oh sí, la gorra inteligente — Asintió.

— Bueno, no me da buena espina al respecto, creo que ha tenido una clase de obsesión, me preocupa su situación, que vaya a hacer una adiccion y créeme cuando te digo que conozco a los adictos — Joe se miraba bastante preocupado—. Me asusta que ocurra algo con él.

— Joe, creo que Harry es demasiado inteligente para saber lo que le pueda ocurrir...

— Amanda, eso lo sé, pero ¿podrías hablar con él, por favor? Hacerle entender que no siempre debería usar esa gorra— Le sonreí para asentir a su pedido.

— Lo haré.

Y claro que iba a hablar con Harry, desde antes había notado algo en él que ya no me gustaba cuando usaba esa maldita gorra, entonces al platicarle a Joe lo que quería para mi graduación, él puso su casa para poder hacer la reunión con todos, incluido Cisco aunque no fuera.

Al llegar al taller de Harry, toqué la puerta, pero él no me había prestado atención, se había enfocado primeramente en buscar algo, desordenar todo su taller, le miré confundida mientras escuchaba entre susurros desesperados "dónde está". Toqué su hombro, pero él giró de manera brusca haciendo que mi cuerpo reaccionara y me hiciera hacia atrás.

— ¿Qué haces aquí?— Su voz sonaba molesta, como si estuviera buscando algo que aprecia y no la encuentre—. Contéstame.

— ¡Tranquilo! Solo vine a ver cómo andabas — Dije colocándome del lado de un pizarron mirando las ecuaciones que claramente no entendía nada—. ¿Y qué tal estás? ¿Cómo vas con la gorra esa? — No me dio tiempo de reaccionar ante un golpe fuerte a la mesa, simplemente tenía el cuerpo de Harry encima mío, él me tomaba del cuello de mi blusa y mis ojos estaban bien abiertos.

— ¡Tú la tienes! ¡donde está! ¡Donde la has puesto!— Gritaba desesperado, yo puse mis manos arriba como si de un ladrón se tratase mostrando que no tenía nada.

— ¡Harry, basta!— Grité con fuerza, intenté apartarlo pero él parecía cegado por intentar encontrarlo —. ¡Harry, me lastimas!

— ¡DÁMELA QUE TÚ LA TIENES! — Gritó.

— ¡HARRY! ¡Hey!— La voz de Joe se hizo presente, entonces Harry se detuvo —. ¡Yo la tengo! — Mostró la gorra en sus manos, yo sentí un temblor en mis piernas, sabía que podía caer en cualquier momento, él me soltó, sus ojos parecían calmarse y yo estaba asustada, tanto que las lágrimas cayeron.

— Amanda, y-yo, lo siento.

— Amanda, ven — Entonces salí literalmente corriendo de donde estaba para colocarme al lado de Joe, algo andaba mal con él—. Lo hemos confirmado y Amanda es testigo, tú Harry, eres un adicto repulsivo.

— Yo — Él no sabía que decir, parecía contenerse por agarrar su gorra, pero me miraba—. Amanda, perdóname.

— Voy a tardar en hacerlo.

Él bajó la mirada apenado, Joe dejó la gorra sobre el escritorio y nos fuimos de ahí, aun temblaba un poco ante lo sucedido, Harry estaba dispuesto a lastimarme con tal de querer su maldita gorra.

— Oye tranquila, haremos lo posible para que él vea lo que está haciendo mal — Sonrió Joe abrazándome, yo simplemente asentí limpiando mis mejillas con mis manos temblorosas.

•••

Llegamos corriendo en cuanto recibimos la llamada en que Caitlin había sido lastimada por un Samurai de DeVoe, Caitlin estaba recostada siendo mitad de Killer Frost el cual estaba haciendo que se curara de manera rápida. 

— ¿Caitlin?— Preguntó Barry al ver qué estaba despertando, tomando de inmediato el aparato para poder ver si tenía algun derrame —. ¿Segura que estás bien?

— Sí, todo bien. Iré a ayudar a Harry en algunas cosas — Sentí escalofríos al escuchar el nombre de mi amigo, quien casi me asfixiaba. En cuanto se fue yo suspiré sentándome en la cama jugando con mis manos hasta que escuché hablar a Iris.

— Bueno, pudo ser peor.

— Sí, considerando lo qué pasó, tuvimos suerte — Dijo Barry, aunque Ralph habló después.

— ¿Suerte? ¿Hablas en serio?— Él lucia asustado, quería ocultarlo pero yo misma sabía que eso iba a ser imposible — ¿Soy el único que está prestando atención aquí?

— Ralph, la misión tuvo éxito — Iris habló —. Caitlin está bien, y Edwin se quedará en el acelerador, él estuvo de acuerdo.

— Edwin estará a salvo — Barry prosiguió, yo me puse al lado de Ralph.

— A salvo. Porque DeVoe nunca ha tenido éxito al atacar a metas en establecimientos de máxima seguridad..., ¡espera! Sí lo ha hecho.

— Cuidado, Ralph — Barry interrumpió en ese momento.

— He estado teniendo cuidado. Y he visto que DeVoe siempre está un paso adelante, he visto cómo acuchillaban a Caitlin, he visto cómo los metahumanos han sido "devorados", he visto incluso como han lastimado a Amanda de distintas formas y colores — Me miró mientras decía eso —. Y no fue por DeVoe. Aunque no quita el miedo de que sí pueda ser atacada porque fue un meta humano al cual también creó. ¡Yo no debería ni de tener poderes, Barry!

— No haré esto, Ralph ¿ok?

— Bien, Ralph — Empezó Iris —. Entiendo lo que dices, pero eso no es lo necesario, eso es lo incorrecto.

— El señor y la señora Laboratorios STAR, están de acuerdo. Te juro que sí yo estuviera a cargo de este equipo...

— ¡Pero no lo estás! — Barry interrumpió. Yo me puse en medio de los chicos mirando a Iris.

— Chicos, es suficiente.— Dije, pero era en vano.

—Debemos concentrarnos — Iris habló de nuevo, ella sí que nunca se calla — No tenemos tiempo para esto, ¿bien? Debemos concentrarnos y seguir con el plan. Encontrar a DeVoe, darle con el cetro, y ponerlo en el acelerador de partículas. Nadie tiene que morir.

— Otra vez el mismo plan — Ralph suspiró, lucia candado y soltó una risa algo cansada luciéndola harto—. Y se preguntan por qué nos lleva la delantera.

— Ralph...— Susurré, pero él se fue alejando ignorándome, miré a los chicos que no decían nada, giré mis ojos y bufé caminando hacia la salida.

— ¿Y tú por qué te enojas?— Preguntó Iris haciendo que me detuviera, me di media vuelta encarándola.

— Porque tiene miedo y necesita a sus amigos, pero parece que no les importa en lo absoluto — Miré a Barry —, o al menos no lo suficiente, así que yo iré a apoyarlo y lograr quitar aunque sea un poco de miedo.

Me alejé de ellos para irme detrás de Ralph, él ha estado para mi y yo quería estar para él, así que al entrar al laboratorio de velocidad, lo miré sentado comiendo unas papitas pringles, esas estaban deliciosas, así que caminé directo a él jugando contra los cuadros del suelo y moviendo mis pies de rara forma.

— Aunque sea déjame probar una — Le dije, alzando la vista me acerqué a él rompiendo el espacio y sentándome a su lado robandole una papita.

— ¿Qué haces aquí, Amanda? Deberías estar allá con los chicos intentando detener a DeVoe.

— Yo se que encontrarlo y detenerlo pueda ser difícil, Ralph, pero en serio hacemos lo posible para que te sientas seguro, y en serio lo lamento ¿si? — Lo miré tomando su mano —. Lamento mucho si no te hemos hecho sentir así, pero yo hago lo posible para que no tengas miedo.

— ¿Qué te hace pensar que tengo miedo? — Él mencionó tenue mientras miraba sus manos, yo me acerqué a él colocando una mano en su mejilla acariciando esta misma.

— Ralph, yo también tengo miedo — Suspiramos levemente, me recargué en su hombro cerrando mis ojos disfrutando del momento, él buscó mi mano entrelazando nuestros dedos, yo me dejé sin ningún problema.

— Me encanta esta pequeña habitación acolchonada, amigo — Edwin habló, solté una leve carcajada separándome de Ralph, me levanté junto con él mirando al chico hippie. En realidad pasaba buenas vibras—. Es como una cáscara de huevo para mi cuerpo. El cual es la cáscara de huevo para mi alma — Niego para tomar las papas de Ralph y acercarme al chico dándoselas.

— Oh, y faltó decirte — Giro dándole la espalda a Edwin y mira di a Ralph con una sonrisa acercándome a él, el cual estaba de su tamaño tras un escalón que nos separaba—. Harry casi me asesina por su maldita gorra.

— ¿Qué? ¿Y estás bien?

— Asustada — Me cruzo de brazos —, pero creo que llegaré a estar bien cuando lo vea o lo tenga cercas en un tiempo — Dije para encogerme de hombros—. Pero...

Su rostro se transformó de uno concentrado en mis palabras en uno de susto y preocupación mirando detrás de mí, él estiró sus brazos acogiéndome con rapidez jalándome a él para bajarme y lanzarle hasta el otro lado del laboratorio de velocidad, jadeé alzando la vista de inmediato viendo cómo Edwin era consumido por DeVoe quien estaba ahí.

— ¡Ralph, vamos! — Grité levantándome e intentando acercándome a él, sintiendo como mi brazo ardía un poco, abrí un portal y él me miró—. Ralph, no podemos salvarlo, pero yo a ti si, por favor.

— No quiero dejarlo...

— Ralph, por favor..., no puedo perderte a ti también — Dije en un hilo de voz, él me sonrió y asintió corriendo a donde yo estaba tomando mi mano y entrando a la brecha.

Caímos ambos al suelo, yo solté un gruñido de dolor abrazando mi brazo, los chicos se acercaron corriendo, Caitlin fue conmigo y Barry con Ralph.

— DeVoe está aquí — Dije entre quejidos—. Caitlin, me duele esto.

— Vamos a revisarte rápido.

— ¡Señor Allen!— La voz de Edwin se escuchaba claramente diferente a cómo era él, giramos viendo cómo se acercaba, al momento en que nosotros nos alejábamos—. Veo que no ha podido encontrar una forma de salvarlos — Sentí mi corazón latir a mil por hora—. Señorita Speerling, usted no estaba en mis planes, pero será un gusto asesinarla también.

— No lo creo posible — Barry interrumpió, Caitlin ya se había convertido en Killer Frost, mientras ponía su mano sobre mi brazo curándome de inmediato, ambas nos sorprendimos al ver que era posible. Miré a Ralph quien tomaba el artefacto que se supone que utilizarían para deter a DeVoe, sonreí ladinamente—. Amanda, Frost..., vengan conmigo, y Ralph— Lo miró—. No te muevas detrás de nosotros.

— Se me hace imposible que puedan vencerme, al cabo, yo a ustedes sí puedo — Miré como DeVoe lanzaba una extraña onda desde su pecho, yo detuve el tiempo haciendo mis manos puño, pero algo que no esperaba, era que lo único que se había detenido era DeVoe y su onda extraña.

— ¿Cómo haces eso Amanda?— Iris preguntó, sentí la mirada de todos y luego abrí las palmas de mis manos estirándolas y colocándolas frente de mi, apuntando hacia DeVoe—. No importa, continúa mientras nosotros vamos al laboratorio de velocidad, gracias.

— No se si pueda soportar por mucho.

— Lo harás, confío en ti — Ralph dijo, corriendo detrás de los demás, yo me concentré en no perder mi poder, todos se fueron dejándome ahí, pero sentí como un dolor insoportable se hacía presente en mi pierna, caí de rodillas y mi poder hizo que DeVoe me mirara confundido, pero sonriente.

— Señorita Speerling, será un honor apoderarse de su cuerpo.

— No creo que eso sea posible — Dije, el dolor había sido causado por una katana del samurai robot, puse mi mano en la salida de la herida presionando un poco, mi mano se ensangrentaba rápidamente—. Yo no era parte de tu plan, si me usas para lo que sea que quieras usarme, arruinarás todo tu camino.

— Oh — se rió—. Sí que eres inteligente, pero eso no impida que pueda matar a la persona que más quieres — Dicho esto, desapareció, yo gemí de dolor mirando una camisa de los laboratorios, la tomé rompiéndola amarrándome aquel pequeño pedazo al rededor de la orilla para detener la hemorragia.

Era el fin. Y lo podía sentir.

Tomé un suspiro largo para correr directo a donde habían quedado estar, llegué cogiendo mirando a los chicos, solamente estaba Barry y Ralph, ¿qué?

— ¡Oigan!

— ¿Qué pasó?

— Un samurai de DeVoe, pero estaré bien — Frost apareció detrás de mi preparada para atacar, miré a los chicos y a Ralph — ¿Qué pasó aquí?

— No ha aparecido.

— Yo no diría eso — Señaló Ralph detrás de nosotros, giramos y él entró directo con su silla, apareciendo en medio de la habitación, yo me preparé para atacarlo, pero Ralph se adelantó.

— Yo estoy aquí para hacer lo que nadie más se atreve — Él sacó de su cuerpo la pala esa extraña para detenerlo, DeVoe se quedó algo confundido tras ver aquello—. Nosotros ahora estamos primero que tú.

Entonces Ralph lo golpeó en el piso, esta misma soltó sondas con las que lanzó a DeVoe por los aires, golpeándose contra el techo cayendo directamente al suelo. Sonreí viendo cómo tomó las meta-esposas, colocándolas en sus muñecas.

— Bueno, no fue tan difícil como pensaba— y yo ya sabía lo que significaba, algo no estaba bien, fue demasiado fácil derrotarlo, entonces DeVoe sonrió.

— Chicos, antes de esposar a alguien, creo que deberían de ver que el color de las esposas sea el correcto — Entonces, yo grité quedándome petrificada en mi lugar, no me podía mover, Barry quiso atacar y detenerlo pero también lo detuvo.

— ¡Ralph! ¡No! Por favor no... — No podía mover mis extremidades, solamente mi cabeza, las lagrimas salieron de repente —. ¡Mátame a mi! Ralph, pero a Ralph no.

— Tú misma lo dijiste — La silla se colocó detrás de él sacando una gorra con la que pasaba su subconsciente—. Tú no eras parte de mi plan.

— Ralph — Barry habló, la gorra en ese momento cayó directo en su cabeza, varias líneas azules que parecían que era la consciencia de aquella horrible persona siendo transferidas, lucían entre su rostro—. ¡Ralph! Escucha, lucha ¿si? Voy a salvarte — Yo sentía como quería correr y salvarlo—. Lucha Ralph, estarás bien, te prometo, te salvaré.

— Ya lo hiciste Barry — Sonrió, sus ojos fueron directo a donde estaba yo, sentí mi pecho hacerse pequeño—. Amanda..., gra-Gracias...

— ¡Ralph! No, Ralph, tú no por favor... — Entonces él dejó de luchar, cerró sus ojos y murió frente de mí, entonces DeVoe se hizo duelo de su cuerpo.

— ¡No!— Barry gritó, vibrando pasando el suelo y llegando a gran velocidad empujando a DeVoe, el efecto de mi cuerpo se deshizo, las lágrimas salieron con más velocidad.

— ¡Estas muerto, Clifford DeVoe!

Grité corriendo, mis poderes me elevaron, junte mis manos en puños y lancé un puñetazo, me dolía ver que era Ralph, pero ver qué no le hizo nada, él me miró con una sonrisa, DeVoe me miró con la sonrisa de mi amigo. Él tomó mi muñeca presionándolo con fuerza, entonces gemí, de dolor, cada vez era más fuerte y grité con fuerza.

— ¡Ahhh! ¡BASTA! — Mi mano libre la puse en su pecho empujándolo con mi poder, lanzándolo por los aires, yo me quedé de pie mirándolo jadear, había lastimado a DeVoe.

— Eres fuerte, Speerling — Él lucia asustado —, nos veremos después.

Entonces se fue, con la respiración agitada, giré a ver a Barry quien estaba en el suelo hincado, había fallado, le había fallado a Ralph, al igual que yo.