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Capítulo 16.


Han pasado dos semanas desde que me alejé de los Laboratorios, Wally ha venido a visitarme frecuentemente contándome su pasatiempo con las legendas y que algún día debería de ir para pasar el tiempo un rato. Por otro lado, he intentado marcarle a mí hermana para ver dónde se encuentra y también ha desaparecido, Caitlin contesta mis mensajes diciendo que no sabe nada de Cisco y mientras tanto, Cisco tampoco responde mis llamadas, comienzo a pensar que él sólo me está ignorando o nunca quiso salir conmigo.

Tomé la última lata de refresco del refrigerador, no dudo que haya subido de peso un poco, pero no me importaría en lo absoluto, no tengo nada que hacer.

—¡Amanda! —Escuché detrás de la puerta, solté un bufido al escuchar de nuevo su voz, pero no había nada que pudiera hacer.

—¡No traigo ropa, largo!

—¡Al carajo, voy a entrar! —Giré sobre mis talones abriendo mis ojos a la par sorprendida por lo que Barry Allen estaba haciendo, entrando a mí hogar. Moví mi cabeza a los lados negando—. No has respondido mis llamadas durante dos semanas, sólo quiero saber si estás bien.

—Pues, ya me viste, ya te puedes ir.

—No creo poder hacerlo, necesitamos tu ayuda.

Lo miré buscando algún indicio de una broma bien dada, pero no había nada que indicara eso en su rostro, por lo que asentí. Me subí a su espalda y él corrió directo a los Laboratorios, cuando llegamos había una chica con un violín en su mano, hablaba con Ralph y lucía algo molesta. Caitlin y Harry hablaban sobre algo, hasta que el último mencionado me miró quedándose a prestarme toda la atención captando la de Caitlin.

—¡Amanda! Hola, es un gusto volverte a ver —Caitlin fue la primera que se me acercó y tomó mis manos para luego darme un acogedor abrazo que correspondí con mucho gusto.

—Hola, Cait. ¡Ralph! Hola.

—Es bueno que regresaras.

—Digo lo mismo —Harry se metió en la conversación mirándome en silencio, parecía algo eterno, sus ojos se mostraban algo húmedos en el momento, yo me sentí algo confundida al verlo de esa manera, acerqué mi mano a su mejilla acariciándola, él parecía querer más contacto físico, por lo que terminé abrazándolo con fuerza y demasiado sentimiento—. Tengo algo que decirte.

—Cuando gustes —Susurramos ambos en el abrazo, cuando me separé miré a los chicos esperando a que me dijeran en qué iba a ayudarlos—. ¿Y en qué sirvo ahora?

—Necesitamos ayuda con DeVoe, pronto querrá tomar el cuerpo de ella, así que, necesitamos detenerlo ya, ahora mismo —Barry habló, lucía demasiado asustado. Había leído recientemente las muertes que habían ocurrido en Ciudad Central, al parecer el encabezado decía que DeVoe ha sido uno de los más grandes villanos de los cuales se ha enfrentado Flash.

—¿Cuándo podremos verlo de nuevo?

—Primero tenemos que hablar sobre tu hermana —Caitlin habló, Barry miró frenético a Caitlin, pero si ellos sabían algo de mi hermana, deberían decirlo.

—¿Qué es?

—Ella ha estado viniendo a ayudarnos —Me impresionó escuchar aquello, aunque me sentía un poco traicionada—. Creemos que ella puede estar siguiendo una pista sobre DeVoe y cree que pueda estar involucrado con Malcom.

—¿Qué? —Pregunté sin entender—. No tiene sentido, ¿cómo es que pueden estar conectados? ¿Acaso mató a Malcom y tomó su cuerpo?

—Son compañeros —Otra voz se incluyó y la conocía a la perfección, me giré por completo mirando a Ana con un traje oscuro, su cabello corto hasta los hombros aún rubio, cuchillos por donde sea—. Ambos han estado ayudándose mutuamente, Malcom es un gran asesino, no como el que Barry conoce de la Liga de los Asesinos, pero casi podrían estar igual, a lo que me refiero, es que en cuanto DeVoe recibe el cuerpo muerto de los nuevos metahumanos, no sé que es lo que busca en sí Malcom.

—Busca ayuda para matarme —Dije, Ana se acercó sin entender—. DeVoe busca cuerpos de las personas involucradas en el autobús, yo milagrosamente iba ahí, pero esos no eran los planes, él se ha vuelto más inteligente y Malcom, bueno, él me quiere muerta.

—No dejaré que nada pase.

—No es tu decisión, Ana.

—Entonces tenemos que detener a DeVoe para poder enfrentar a Malcom y que no te haga daño alguno—Harry habló.

—Te ha atacado cuando estas vulnerable, ¿no es así? —Continuó Caitlin.

—No siempre —Le dije.

—Pero dado el primer caso cuando no sabíamos que Ana seguía con vida, él utilizaba eso en tu contra y te lastimaba —Continuó Harry.

—Y eso provocaba que me enojara demasiado y usara mis poderes logrando que yo casi lo matara.

—Creo que podemos capturar a Malcom y a DeVoe al mismo tiempo, pero el plan sería algo tonto —Negué a lo que decía Harry.

—Dilo —Tomé su mano—. Tal vez sí podamos hacerlo, capturarlos y terminar con esto.

—Pero habría un peligro de que una de las dos muriera —La chica al lado de Ralph se sorprendió, a mí me sorprendió más que no dijera ninguna palabra, pero no importaba, estaba bien, estaba asustada y honestamente yo también me encontraba en la misma situación.

—No tengo miedo a morir —Dije, dándoles la espalda tocando dos veces mi pecho sintiendo como mi traje se ajustaba a mí—. Tengo miedo de perder a cada uno de ustedes por mí culpa —Mis ojos fueron directo a cada uno al decir esas palabras ahora, para poder terminar en los de Ana—. Al ser tu hermana mayor, no te ordeno, te suplico que por favor no te metas en esto, en serio no puedo soportar otra muerte.

—Amy, siempre estaré aquí para ti, y todos vamos a luchar, pase lo que pase —Ella se comenzó a acercarse a mí, al tenerla de frente sentí que me iba a caer y no podría seguir, pero debía hacerlo.

—Tengo miedo —Le susurré en un hilo de voz, ella sonrió tomando mis manos con sus ojos algo brillosos.

—Lo sé —Acarició mis manos con sus pulgares—. Lo sé, porque yo también lo tengo —Fue lo que dijo para poder abrazarme en el instante, cerré mis ojos sintiendo como lágrimas caían por mis mejillas, abrí estos y pude ver como Harry lucía nervioso.

—Lo atraparemos —Me separé del abrazo y ella asintió. Solté un gran y pesado suspiro mirando a todos a mi alrededor—. Terminaremos con esto.

Todos asintieron, Harry se retiró en segundos hacia su taller, lo sabía porque lo iba siguiendo. Él quería decirme algo y podía saberlo por su mirada de ansiedad, necesitaba ayuda de inmediato, podía sentirlo. Cerré mis ojos sintiendo como mi aura se despegaba de mi cuerpo podía sentir cada emoción: emoción, tristeza, ansiedad, temor, amor, esperanza..., tantos que quería enfocarme en una persona en específico.

Entré a su taller mirando unas gomitas con chamoy sobre un escritorio, las tomé y metí una en mi boca. Harry me daba la espalda, sus hombros lucían caídos, su cabeza miraba hacia abajo, podía ver que una luz resplandeciente de color azul iluminaba un poco los bordes de su cuerpo. En cuanto me acerqué poniéndome a su lado, pude notar una extraña gorra, iba a tocarla, pero su mano tomó mi muñeca de forma agresiva y fuerte, tanto que me estaba doliendo.

—No la toques —Dijo con su voz grave, arrastrando las palabras.

—Está bien—Dije de forma calmada—. Harry, ¿qué pasa? —Jadeé levemente, su agarre comenzaba a doler bastante.

—No quiero que la toques— Puse mi mano libre sobre la suya que tomaba con fuerza la mía, él miró mis ojos y fruncí mis labios, él se percató soltándome de inmediato, sentí alivio, aún se sentía un leve ardor que ignoré porque no era necesario ahora.

—Está bien.

—Lo siento —Parecía algo desesperado, ansioso, tanto que muerde su labio inferior como siempre que tiene problemas, al igual que con su mano acaricia su barbilla mientras la otra la tiene sorbe su cadera—. No quería lastimarte —Decía.

—No, tranquilo, ¿quieres decirme qué ocurre?

—Tengo, pues —Suspiró, parecía querer reírse, pero yo sabía bien como se sentía—. Tengo un problema, una adicción hacia esta maldita gorra.

—Harry — Puse mi mano sobre su hombro, él me miró juntando sus labios algo fuerte, yo le miré a él, acaricié su mejilla y le sonreí—. Sabes que puedes decirme todo, contarme como te sientes, si necesitas ayuda.

—Sí, necesito ayuda. Tengo una adicción con esa gorra que me hace estar un paso más delante de DeVoe, pero me causa problemas en mi cerebro, pero no puedo parar de usarlo, siento la necesidad a cada rato, pero la materia oscura me lastima, quiero dejarla, pero no puedo, es como —Comienza a alegar moviendo sus manos—, como un cigarro, una adicción por el alcohol, dulces, pan, frituras o gomitas —Señala el paquete que dejé sobre la mesa, me mira y tenía sus ojos algo húmedos—. Estoy perdiendo mi inteligencia.

—Okay, okay —Le ayudé a sentarse para yo hacer lo mismo frente de él—, ¿y en serio quieres dejar de usarla?

—Sí, por lo que faltaba, haces la que me oyes, pero no me oyes.

—¡Harry! —Dije poniéndole un alto, él se quedó en silencio—. Intento entender todo, te recuerdo que me fui durante dos semanas y en dos semanas puede pasar de todo—Le recordé—. Yo creo que simplemente necesitas otro pasatiempo que bueno, te haga pensar que es la gorra, pero no lo es.

—O sea, debo de reemplazar las gomitas por caramelos —Asentí —. Bien, pero si fracaso en el intento, todo es tu culpa —Él se levantó agarrando la gorra caminando directo a la salida.

—Harry —Se detuvo y me miró—. ¿No olvidas algo? —Pregunté, él asintió dejando la gorra y agarrando otras gomitas que estaban en otra mesa cercas de la puerta, para así irse y dejarme ahí pensando en mis nuevas preocupaciones. Excelente.

°°°

La alarma comenzó a sonar llamando la atención de todos, llegué justo al córtex mirando como Caitlin analizaba la situación junto con Iris en las pantallas, Barry se cambió en un segundo y Ralph llegó cambiado por completo.

—Es hora del plan —Iris me miró por unos segundos volviendo de inmediato a su pantalla.

Habían planificado el plan, la chica y yo iríamos a vencer a ambos, ella a DeVoe y yo a Malcom, pero eso no quitaba que los demás estarían escondidos esperando el momento exacto para poder atacar. Salimos disparados, yo me teletransporté junto con la otra chica o mejor conocida como el sujeto 9, Izzy Bowin.

Debíamos actuar como si yo fuera a detener a Izzy protegiéndola de DeVoe, en cuanto llegara, los demás iban a estar preparándose por lo que fuera a suceder.

—¿Empezamos ya? —Ella me susurró, yo me encogí de hombros escuchando por mí oído que sí, que empezáramos ya.

—Bien... ¡Izzy Bowin! Debes acompañarme, ¡estás en peligro! —Dije fuerte, para que escucharan—. Pueden hacerte mucho daño.

—¿En serio? ¿Y quién piensa hacerme daño? —Me quería reír en ese momento, no iba a funcionar en realidad, podíamos gritar, llorar, incluso escuchar música, pero de todas maneras no habría forma de poder atraparlos.

—Yo —Escuché la voz aguda de una chica, giré a ver quien era y la reconocí al instante, era la misma chica recién llegué aquí, sobre la mala suerte que la perseguía a cada rato.

—¡Hey! ¡Yo te conozco! —Le dije con una sonrisa, en cuanto quería acercarme unos pasos, DeVoe en el cuerpo de ella, alzó su mano en forma de que me detuviera.

—No creo que sea una buena idea... —Dijo amenazante.

—Creo que no sería buena idea que tú nos amenazaras, chica —Izzy habló provocando que DeVoe se riera en ese momento, mientras otra risa se unía a la de ella, Malcom. Sentí el enojo tomar posesión de mi cuerpo, Malcom lo sabía, porque su sonrisa al verme era más grande que su capacidad de matar.

—No son las únicas que vienen con equipo —Dijo, en ese momento detrás de ellos comenzaron a salir más chicos malos, algunos con cuchillos, armas en sus manos, DeVoe se enfocó primeramente en Izzy, ella sintió pánico, podía presentirlo por mí misma—. Te dije que aún no terminaba contigo —Se escucha un disparo, un grito y todo se comienza a mover demasiado lento, que cuando me doy cuenta yo lo estaba provocando. Barry llegó a mí lado junto con Ana.

—Le iban a disparar a Ana.

—Gracias —Dije, en eso todo vuelve a la normalidad, Ana se marea un poco, lo puedo notar al tambalearse un poco, me acerco a ella y toco su hombro percatándome de que se encuentre bien.

—¿Qué carajos acaba de pasar? —Dijo alarmada sin entender nada, aunque lo dijo de una forma muy graciosa.

—Nos acaban de declarar la guerra..., ¡Flash! —Ralph gritó al mismo tiempo que salía de su escondite con Frost, en los ojos se Barry se pudo mostrar un pequeño rayo correr, yo abrí mis palmas mostrando mi poder salir de estas, Ana preparaba sus armas y su habilidad de movimiento, mientras Izzy tomaba su violín y se preparaba para dirigir sus ondas de sonido contra DeVoe, al parecer ese era su poder.

—¡Ahora!

Barry terminó gritando provocando que todos fuéramos a la pelea, Ana y yo nos fuimos directo a Malcom quien tenía también dos hombres más a su cargo quien peleaba con nosotros, cree un campo de fuerza al ver que quería golpearme con un cuchillo, estiré mi mano lanzándolo con una pequeña onda de poder, Ana terminó con el otro chico a puñetazos y patadas, ambas nos miramos caminando directo a Malcom quien sacó dos tipos de espadas preparándose para pelear con nosotras. Creé otra protección contra mí mientras Ana intentaba golpearlo, pero era imposible, susurró algunas palabras y la lanzó por los aires. Mis ojos mostraban el enojo en ese momento hacia él, sentí como todo mi poder crecía por mi cuerpo, como la energía corría por las venas de mis brazos, piernas y se centraban en mi pecho donde comenzó a salir una extraña luz enérgica, mis brazos estaban estirados a los lados y podía sentir como una brisa movía mi cabello golpeando un poco mi rostro.

—Prepárate para morir.

—No lo creo, Speerling.

Grité señalando con ambos de mis brazos a donde se encontraba él, soltando cada partícula de mí energía, golpeándolo con fuerza. Cuando creí que era suficiente, me detuve caminando un poco hacia él, estaba hincado y creí que había ganado por primera vez, pero él comenzó a reírse de manera maniaca, fruncí el ceño observando cómo iba levantándose, limpiando su saco de los brazos, Ana llegó por detrás clavándole dos cuchillos en su espalda, el gimió de dolor y Ana se colocó a mí lado.

—¿En serio? ¿Cuchillos? —Dijo a la misma vez que se los sacaba de la espalda—. Creo que deberían de buscar algo más creativo.

—¿Balas? ¿En el pecho y en la cabeza? Creo que es tu manera favorita —Dije, él asintió acomodando las mangas de su camisa, me provocaba melancolía mirarlo actuar tan normal, como si nada hubiera pasado—. Deja de comportarte como un idiota.

—No me comporto, querida Amy —Sentí náuseas al escucharlo llamarme así—. Así soy yo —Sonrió, Ana iba a atacarlo, pero él movió sus labios tan lento que ni siquiera escuché que clase de hechizo había usado, iba a moverme, pero no pude, Ana quedó quieta en posición de ataque, él se rio—. ¿Gracioso? Sí, demasiado. Me pregunto que se sentirá matarte de nuevo, Ana Speerling—Sus palabras sonaron profundas, oscuras, rasposas; tanto que daba miedo. Sus ojos tomaron un color rojo, sentí temor.

—No...—Dije entre dientes, miré como Malcom tomaba uno de los cuchillos que mi hermana había usado contra él, lo miró con bastante atención, acercándose lentamente donde Ana estaba, él admiró el cuchillo por un momento, hasta que sus ojos se toparon con los míos, su rostro se transformó de felicidad a uno serio, en el mismo momento en que él le clavaba el cuchillo en su costado, los ojos de Ana se mojaron en cuestión de segundos, salió un jadeo casi inaudible y de sus labios salió un poco de sangre, él se hizo hacia atrás desapareciendo rompiendo el hechizo de inmediato.

—¡ANA! —Grité con fuerzas, corrí a donde estaba ella, había caído al suelo tocándose donde habían enterrado aquel filoso objeto, me puse a su lado acariciando su cabello y su mejilla, no podía ni mirarla—. Todo estará bien, ¿okay? Estarás bien —Lágrimas caían por mi mejilla ahora—. ¡Flash! —Grité, Barry llegó en un segundo, de su labio salía algo de sangre.

—Oh, rayos, Ana —Susurró, él la cargó, ella no podía articular ninguna palabra, parecía que se ahogaba en su propia sangre—. La llevaré a un hospital.

—Quédate con ella —Él asintió corriendo lo más rápido que pudo, la brisa al irse golpeó mi rostro y me giré a ver como iban a lastimar a Ralph, entonces corrí lo más rápido que pude, sintiendo todo mi poder concentrarse en mis manos hechas puños, al llegar, me deslicé quedando frente a Ralph, alcé mis manos gritando y lanzando al chico a lo lejos.

—Amanda —Escuché después, unas manos se posaron debajo de mis brazos, levantándome del suelo donde me encontraba, mi cuerpo giró por inercia mirando el rostro de Ralph, me abrazó con fuerza escondiéndome en su pecho. Habíamos ganado.

°°°

Corrí por todos los pasillos del hospital, intenté hacer que todo fuera lento y pudiera correr más fácil, pero mi mente no estaba concentrada, me faltaba un pasillo más. Miré a Barry afuera del cuarto, llegué con él, su rostro no me miraba a mí, pero yo a él sí lo hacía. En cuanto me acerqué miré sus ojos tristes inundados de lágrimas, los míos no tardaron en hacer el mismo efecto, él tomó mis brazos y sonrió de lado.

—Está en cirugía, su estado es crítico —Dijo. Yo en ese momento sentí que iba a morir, caer y jamás levantarme—. Toma asiento.

—No quiero —Le dije de inmediato.

—Se tardarán en traerla al cuarto, Amanda. Vamos, necesitas descansar después de todo lo que pasó —Dijo, yo me dejé llevar por él, me senté en unas sillas frente de la habitación donde se supone que estaría mi hermana en unos minutos más.

Ralph llegó junto con Iris y Caitlin, Harry también estaba ahí. Al verlo, me levanté de inmediato para ir a abrazarlo con fuerza y llorar en silencio sobre su hombro, sólo sentía sus caricias en mi espalda y mi cabeza. Alzo un poco la vista sobre su hombro mirando como traían la camilla donde mi hermana venía con sus ojos cerrados. Me separé viendo como la metían al cuarto, la doctora salió con una carpeta en sus manos, pero yo sólo podía ver a mí hermana sobre la pequeña ventana de la puerta.

—Señorita Speerling —Volví a la realidad mirando a la doctora—. Su hermana salió de cirugía muy bien, se encuentra en un estado algo crítico, pero ella estará bien.

—Gracias —Sonreí—. ¿Puedo pasar a verla? —Ella asintió. Abrí la puerta sintiendo la presencia de alguien más detrás de mí que tomaron mi mano, por un momento esperaba que fuera Cisco, pero no, no era él. Harry dio un pequeño apretón, le sonreí compasiva. Me senté en la silla a un lado de ella tomando su mano, tenía sus ojos cerrados y un tubo en su boca—. ¿Tenías que ser mi hermana verdad? —Solté una leve risa triste—. A la otra, me dejas a mí hacer el trabajo. Te amo Ana, sé que estarás mejor pronto.

La puerta volvió a abrirse mostrando a Ralph, se acercó a mí, Harry estaba en la otra punta de la habitación mirando por la ventana, me levanté para poder darle un pequeño abrazo, él miró por unos segundos a mi hermana y volvió a mí.

—¿Cómo te sientes?

—Me siento calmada el saber que Ana estará bien.

—Eso es bueno —Dijo, pero parecía que quería decir algo más—. Quería ver si me podías acompañar a despedir a Izzy, ella se irá, no necesita más nuestra protección.

—Lo que quieres es que vaya y le diga que sí nos necesita, que busque una forma de hacerla querer nuestra ayuda, ¿no es así?

—Sí, pero— Iba a decir una excusa, pero lo callé.

—Iré.

°°°

Iba caminando a un lado de Ralph con mis manos metidas en mi chaqueta, ambos caminábamos en silencio, llegamos al punto donde ella se iba a despedir. Agradecía que Harry cuidara a mi hermana mientras iba con Ralph, me sentía tranquila sabiendo que ellos estarían ahí, aunque aún no entiendo por qué Ralph pidió mi ayuda.

—Gracias — Dijo deteniéndose—. Por siempre apoyarme y creer en mí, nadie lo había hecho, y también aprecio mucho el hecho de que me acompañaras a despedirme —Su rostro se notaba algo triste, yo me acerqué mirándolo directo a los ojos con una sonrisa ladina y tomando su mano en un pequeño apretón.

—Siempre estaré para ti, Ralph. No importa la circunstancia en la que estemos, siempre podrás confiar en mí como yo lo hago en ti, eres mi persona especial —Dije, ambos nos quedamos en silencio durante unos segundos, mirándonos directo a los ojos. Sentí como mi corazón latía un poco más rápido de lo normal y sentía un extraño sentimiento nuevo en mi pecho.

—Tú también eres especial para mí, Amanda —Sonreímos, un carraspeo nos hizo separarnos y girar a ver a Izzy con una maleta y su violín como siempre—. ¡Izzy! —Dijo animado Ralph, miré como se acercaba a abrazarla con fuerza, ella también hizo lo mismo, ella se acercó dejando un casto y pequeño beso en los labios de Ralph, después susurró algunas palabras inalcanzables de escuchar, pero ambos me miraron, él sonrió de manera tímida, volviendo. Pero mis ojos captaron a DeVoe, no fui rápida.

—¡Izzy! ¡Ralph! —Grité corriendo a donde estaban pero fue demasiado tarde, habían creado un campo de fuerza frente a Izzy, quien poseía la gorra que DeVoe usaba para cambiar el subconsciente de él en cada cuerpo, matando en sí, a los que verdaderamente merecen el cuerpo.

—¡No! ¡Izzy!

—Nunca creyeron que iba a poder capturarla, los hice creer ganar para así terminar con mi verdadero plan, yo siempre estoy un paso adelante que ustedes— Golpeaba el campo pensando en que algún momento se rompería por completo, pero no, no funcionaba nada en absoluto.

—Izzy, mírame, todo estará bien, ¿sí? —Izzy miraba a Ralph, yo no podía romper el maldito campo, estaba muy molesta. Escuché las palabras cortadas de mi amigo, quien podía saberse que estaba rompiéndose en ese momento—. Tranquila, estarás bien..., nunca te olvidaré, Izzy.

—Ralph... —Fueron las últimas palabras que ella dijo, sus ojos se cerraron, el cuerpo de la rubia cayó, Izzy abrió sus ojos o, mejor dicho, DeVoe. Se acercó a la silla flotante y desaparecieron. Yo me acerqué a Ralph tomando su mano entrelazando nuestros dedos recargando mi cabeza sobre su hombro, él recargo su cabeza sobre la mía.

—Vámonos.

Él se dejó llevar por mí hacia mi auto, ambos entramos en este, todo estaba silencioso, miré a Ralph esperando por una reacción, él simplemente miraba enfrente.

—Ralph, necesitas sacarlo...

—Conduce.

—Ralph —Insistí.

—¡Conduce, maldita sea! —Gritó furioso golpeando en tablero del auto, yo pegué un leve brinco, ahogué un grito de sorpresa, pero él pareció captar lo que había hecho mirándome al momento—. Lo siento.

—Está bien —Le mencioné con una sonrisa triste, las lágrimas cayeron por sus mejillas, acerqué mi mano y las limpié, lo atraje para darle un cálido abrazo al que no se negó—. Izzy sabía que la querías.

Mientras le decía a Ralph que todo iba a estar bien, sabía que para mí era una maldita mentira, estaba cansada de tanta muerte, todo esto iba a terminar de una vez por todas.

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