Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12.


6 años atrás.

Estaba en casa mientras leía un libro en mi cama, "Extraordinario" era su nombre, movía mi pie con desespero al regreso de mi madre del trabajo con otro libro más y con mi hermana, a menos que todo lo que vaya a ser sean golpes. Cuando la puerta se abrió, otro golpe seco sonó, sabía que era mi padre, me levanté y me puse unos pantalones quitando los shorts que traía, la puerta de mi cuarto se abrió y me miró de pies a cabeza con desprecio.

—¿Y tu madre y tu hermana?

—Compras.

—¿Y tú por qué diablos te has quedado?

—No me invitaron.

—No lo dudaría — Se acercó a mí, su mirada daba miedo, pero no podía ni siquiera parpadear o tragar saliva, quería estornudar, pero si lo hacía, recibiría un golpe.

—¡Ya llegamos! — Gritó mi hermana, mi padre se alejó de mí por lo que pude soltar todo el aire que traía dentro de mí, él me miró con una sonrisa a la niña de cabellos largos y oscuros que corría a él, ni tan niña —. Hola papi.

—Hola, dulzura, ¿y tú madre?

—Aquí — Alcé la vista, sentí mis piernas temblar un poco—. ¿Ya llegaron tus boletas de calificaciones, Amanda?

—Sí.

—¿Y dónde carajos están?

—Cocina, en la mesa — Ella frunció sus labios.

—Pobre de ti que vea un maldito ocho o un nueve, ya sabes lo que te pasará — Entonces el pánico se apoderó de mí, mi padre dio un beso en la frente de mi hermana, después yo sentí como la respiración me faltaba, él se alejó y se escuchó como un vaso de cristal se rompía en añicos— ¡CÓMO ES POSIBLE! ¡UN SIETE! — Mi hermana me miró, tomó mi mano y la presionó.

—¿Un siete? — Le dijo mi padre cuando mamá llegó a la puerta, entonces se quitó el cinturón, sabía lo que me esperaba, ni que decir sobre las botas de punta que traía —. Amanda, pagamos los mejores y me sales con esta mierda.

—Lo siento, papi— Cachetada, no hables. Cinturón, no comentes. Patada, no llores ni grites.

—Eres una maldita decepción, ojalá fueras como Ana, ella es mejor que tú.

—Ojalá estuviera muerta, así se preocuparían menos — Dije, pero fue lo peor que pude haber dicho. Mi madre me jaló del cabello y me lanzó contra el piso de donde ya estaba, me dio una patada en las costillas y en el estómago, después volvió a tomar mi cabello jalándolo para que la mirara, y una cachetada con un zapato terminó por sacarme sangre de la nariz. Salieron del cuarto y cerraron la puerta con fuerza, tosí un poco y también tenía sangre en mí, pero mi hermana me recostó y sacó una bolsa de hielos del pequeño refri que teníamos en el cuarto—. Gracias, Ana.

—No me agradezcas, pero deberías dejar de actuar como una tonta.

—Soy la mayor por un maldito año y tú me tratas como si fuera una niña.

—Lo eres, lo somos.

—Tenemos dieciocho y diecinueve, no es la gran diferencia — Ella sonrió y limpió mis labios donde al parecer, tenía algo de sangre—. En serio que no sé qué haría sin ti.

—Probablemente, no serías golpeada.

—Lo dudo, tú eres su ángel.

Ambas nos quedamos en silencio y dormíamos, o al menos Ana lo hacía porque yo no podía, me sentía insuficiente y demasiado mal del estómago, sentí una mano en mi hombro y miré a mi hermana sonriéndome, me dijo que no hiciera ruido porque mis padres estaban dormidos, salimos de la habitación y fuimos a la cocina, Ana abrió un cajón sacando un sobre y guardándolo en su chaqueta, salimos de casa y caminamos a pedir un taxi el cual nos dejaría más tarde en el hospital.

Me ingresaron a una oficina, después me hicieron exámenes médicos de todo tipo, me dieron unos antibióticos y me dijeron que solamente era una hemorragia que se corregirá con el tiempo, no dijimos razones, simplemente que me habían golpeado muy feo en el estómago en la escuela, dimos nuestros nombres y edades, pagamos y salimos.

—Fue fácil, ¿no?

—Fácil y tengo un miedo terrible, ¿sabes? — Sonreí mirándola.

—Lamento que tengas que ser golpeada, nunca he entendido por qué lo hacen — Murmuró Ana mientras caminábamos por las calles silenciosas y oscuras de nuestra ciudad, no estábamos tan lejos ahora de casa, así que todo bien —. Digo, yo me he sacado un seis y reprobé una materia, no me golpearon, en sí...

—Se desquitaron conmigo, pero no te preocupes, duele menos conforme pasa el tiempo.

—Tengo miedo de perderte y que mueras por culpa de ellos.

—Yo estaré aquí viva durante muchísimo tiempo, aún me queda la universidad —Dije, ella asintió—. Si tu mueres primero, quiero que sepas que mis padres me odiarán, pero yo jamás te culparía por eso, porque sé que estarás conmigo siempre.

—Si yo muero, querida Amanda, no me abran el cofre, no quiero que nadie... — Entonces no escuché nada, sólo un gran chillido, una luz cegadora, olía a humo y como un golpe hueco. Parpadeé sin entender lo que ocurría, sentí dolor por todo mi cuerpo, estaba en el pavimento, consternada toqué mi cráneo y sentí algo mojado, pegajoso.

—¡Ayuda! — Escuché que gritaron, divisé una sombra rara moviéndose de un lado a otro, después Ana apareció en mi mente. Giré en el pavimento y miré un cuerpo a lo lejos, jadeé y me intenté arrastrar a donde estaba ella.

—¿Ana? — Susurré tocando su hombro —. Ana, responde —La moví desesperada, después un disparo se escuchó, sentí el pánico invadir mi cuerpo y el miedo a morir creció, giré y miré a un hombre.

—Ana Speerling, que el diablo se apiade de tu alma — La poca luz del faro encima de nosotros, me hizo poder verlo, Ana había soltado un jadeo, estaba viva, y estaba porque el hombre le disparó tres veces en el pecho, ahogué mi grito, no quería verla—. Malcom para ti, dulzura — Me guiñó un ojo y no entendía lo que estaba sucediendo, giré a ver el cuerpo de mi hermana y no reaccioné, no me moví en un buen rato.

Me levanté del pavimento, no tenía noción del tiempo, no sabía si habían pasado segundos, minutos o incluso horas, solamente sé que me fui de ahí, caminando, con sangre saliendo de mi cabeza, el cuerpo de mi hermana en el suelo, alejándome de ahí y sintiendo como me iba cayendo, al llegar a mí casa, mi padre estaba tomando agua y mi mamá leyendo algo en una revista, cuando me ven su rostro se trasforma, no sé si están preocupados por mí o porque mi hermana no está conmigo. Tal vez sea la sangre de mi cabeza.

—¿Amanda? ¿Qué ocurrió? — Dijo la voz chillona de mi madre, la miré y sentí náuseas; vomité a un lado, había sangre y algunos coágulos, mi mamá dijo algunas maldiciones y después me obligó a sentarme—. ¿Por qué tienes sangre en la cabeza? ¿Y tú hermana?

—Murió — Dije, tan bajo que mi madre no escuchó porque no reaccionó, mi padre volvió de la habitación que al parecer había ido a buscar a Ana.

—¿¡Dónde está tu hermana!? — Gritó mi padre, alejé levemente la mano de mi madre que limpiaba la herida de mi cabeza, me levanté tambaleante, entonces me acerqué a él ahora sin miedo.

—Murió — Dije cada sílaba despacio, fue lo único que se escuchó a la misma vez que tocaban la puerta, mi padre había levantado la mano para golpearme, pero me había salvado la campana. Cuando abrieron la puerta, miré a dos policías, eso lo hacía real. Pero cuando mi madre se abrazó de mi padre a punto de caerse, lo sabía, lo presentía, entonces yo me desmayé.



Actualidad, 6 años después.

La mirada de Caitlin parecía poesía, yo sentí náuseas de nuevo de saber que la persona que mató a mí hermana seguía ahí, ella estaba viva, pero las palabras tan sádicas que había dicho me hicieron sentir odio hacia todo, ahí en ese momento perdí la esperanza y podría decirse que cambié en todos los sentidos. Nunca hablé de ella, recordar ese momento era el mismísimo infierno, desde ese día digo que debí haber sido yo la que murió ese día y ella, debió de haberse ido con mis padres a tener buena vida. Todos los días en cualquier momento del día, tengo el recuerdo de ella, siempre está su imagen en mi mente y su nombre resuena, al igual que su voz al decir el mío.

—¿Y por qué nunca hablaste de tu hermana? — Miré a Iris, no sabía si se hacía tonta o en realidad estaba.

—No sabía que tenía que hablar de mi hermana asesinada para caerte bien — Sentí demasiado odio hacia esa pregunta y hacia ella—. No tengo que contar toda mi historia.

—Amanda, aquí tienes personas que te quieren, nunca te haremos falta en estos tiempos — Dijo Ralph, sonreí agradecida, entonces tomé la mano de Cisco que se puso a un lado mío, recargué mi cabeza en su hombro y suspiré.

—Necesito ir a dormir un poco, estoy cansada.

—Te llevo a casa, tengo una sorpresa para ti — Dijo Cisco, sonreí y asentí para levantarme al mismo tiempo que él, yéndonos en ese momento de los Laboratorios despidiéndonos de cada uno.

Cada uno me miró con tristeza, como si supieran lo que se siente, pero no sé si ellos sepan cómo se siente ver que mataron a su hermana en frente de ti, diciendo una frase que, de escucharla, daba miedo y un escalofrío corría por mi cuerpo o que incluso, miraras sus ojos vacíos, sin brillo, mirándome, pero la pregunta me ha perseguido: ¿Cómo sabía su nombre? ¿Por qué le dijo aquellas palabras tan dolorosas?

En mi departamento que en sí ya era mi hogar, Cisco me hace taparme los ojos en cuanto entro, no entendía por qué lo hacía, entonces sentí cómo me guiaba a mi sofá; comenzaba a sentirme un poco nerviosa por sus actos, sentí como otro peso se juntaba al mío en el sofá y sentía como una caja estaba sobre mis piernas.

—Abre los ojos— En cuanto lo hice, miré en efecto una caja con un moño color morado, sonreí mirándolo directamente a los ojos mordiendo mi labio inferior—. Es un regalo, sé que no se festeja nada importante, simplemente que te mereces regalos de vez en cuando para que recuerdes que te quiero.

—Oh, Cisco —Lo miro enternecida, quito el moño con cuidado y después abro la caja, observo el traje y lo primero que observo es el diseño del logo en forma de un círculo y en una bomba estallando, lo saco para verlo mejor y está hermoso. Lo dejo sobre la caja y me acerco a abrazarlo con fuerza—. Gracias, en serio gracias. Me encanta.

—Me alegra que te agradara.

—Entonces, ¿tengo un nombre?

—Estuve pensando en nombres, chica bomba te han dicho, por eso te puse la bomba como tu insignia, pero también me gusta el nombre de explosive, explosivo.

—Amo, amo ese nombre — Dije separándome y besando sus labios cortamente.

—Por cierto, cuando te lo pongas, toca dos veces la insignia y el traje desaparecerá y será como si tuvieras ropa regular y no el traje. Cuando salgamos al campo a pelear o algo así, tocas de nuevo dos veces y el traje de ajustará a ti — Me sorprendí bastante por esto, era una gran tecnología y Cisco la había hecho para mí.

—¿Sabes? — Lo miro—. Conozco a alguien que le gustaría un traje nuevo.

—No, de ninguna manera.

—¡Vamos! Ralph estará feliz de tener un traje hecho por las mejores y demasiado buenas manos — Le guiño, él sonríe asintiendo, tomando la caja dejándola sobre la mesita frente de nosotros, se acerca a mí recostándome sobre el sofá, yo hago espacio entre mis piernas para que se acomode y deja un beso en mis labios.

—Lo pensaré — Dijo, pase mis brazos por su cuello besándolo lentamente, hasta que él se separa un poco—. El traje no era el único regalo.

—¿Hay más?

—Está en tu habitación, se hace llamar cama matrimonial — Al hablar su voz sonó diferente, aunque demasiado sexy, sonreí empujándolo levemente para levantarme del sofá e ir a mi cuarto, mordí mi labio inferior al mirar que había pétalos de rosas por todos lados y el aroma era perfecto, había persianas cerradas, había colocado un aparato que controlaba la luz y su precisión, ahora estaba de un tono tenue.

—Vaya, ¿tú hiciste todo esto? — Había arreglado mi habitación con tecnología, había decorado todo y le agradecía demasiado. Sentí sus manos en mi cintura detrás de mí, su pecho contra mi espalda —. Me encanta.

—La cama tiene una nota — Y era cierto, me acerqué y la tomé leyendo lo que decía sintiendo mis mejillas calentarse un poco—. ¿Quieres cumplirle los sueños?

—Eso no se pregunta — Le dije, me giré y lo abracé por los hombros de forma acelerada besándolo sin dudarlo escuchando como cerraba la puerta con algo de fuerza tras la rapidez al empujarla, hoy haría lo mismo que me pedía la nota: "Estréname".

°°°

Te voy a asesinar de la misma manera que tu hermanita— Pegué un brinco mientras abría mis ojos al mismo tiempo que sentía que mi respiración era agitada, parpadeé al fijarme que estaba en mi nueva habitación, la mano de Cisco sobre mi mejilla me hizo darme cuenta de que estaba bien, que nada me pasaría. Me calmé respirando de forma serena.

—¿Todo bien? — Asentí para acercarme a él abrazándolo por el dorso, sentí como depositaba un beso en mi cabeza, me removí cómodamente y dejé un beso en su pecho, hasta que empezó a cantar un poco—. ¿Qué haces si te digo que te quiero? Qué por robarte un beso yo me muero, ¿Qué haces si te pido que encontremos un camino y a partir de ya ser más que amigos? ¿Qué hago si no aguanto el sentimiento, de contarle a todos mi secreto? que siempre fantaseo con perdernos el respeto y ya no ser tu amigo, ser tu dueño — Su voz era calmada y con un poco el tono de la canción, sonrío sintiendo como mi corazón latía de manera rápida, me separo y lo miro directo a los ojos, él sonreía sin mostrar los dientes, relamo mis labios y me acero besándolo.

—No sabía que cantabas.

—Soy bueno en el karaoke — Dijo acariciando mi espalda alta—, entonces, ¿Qué dices? ¿Quieres ser mi novia? — Escuché sus palabras que me volvieron loca por completo, removí las sábanas y me senté a horcajadas sobre él quien acarició mi espalda desnuda logrando poner mi piel erizada, tomé sus mejillas con mis manos y lo besé de nuevo, no me cansaría de besarlo.

—Sí, sí quiero — Respondí siendo abrazada por él, sin dejar de sentir como acariciaba con delicadeza mi espina dorsal, me senté a su lado cubriéndome con la sábana, suelto un suspiro mirando el techo mordiendo mis labios con una sonrisa gigante.

Cisco se fue a la cocina a preparar algo de aperitivo, yo me puse una blusa y unos shorts mientras leía un libro que había encontrado al mueble de al lado, cuando regreso me dejó un tazón hondo de palomitas en medio, se sentó a mí lado y tomé un poco, dejé el libro en la mesa escuchando como el celular de Cisco sonaba, él chasqueó los dientes provocando mi atención.

—¿Qué ocurre?

—Nos necesitan en el córtex, al parecer Cecile necesita ayuda médica.

—¿Crees que el bebé esté bien?

—Lo averiguaremos.

°°°

Llegamos al córtex en unos segundos con ayuda de Cisco, miramos a Joe algo consternado y nos pusimos al lado de Caitlin quien le hacía un ultrasonido.

—El corazón late a 170 pulsaciones por minuto, y no hay señal de materia oscura en el líquido amniótico.

—Entonces el bebé no es un meta humano.

—¿Qué? — Cisco se sentó en una silla detrás de Caitlin, ambos miramos confundidos a qué se refería—. ¿Por qué sería un meta humano? —Pregunté.

—Porque Cecile puede leer mentes.

—Pero el bebé... —Joe insistió.

—No, es normal la...— Caitlin se quedó en silencio, Cecil se inclinó en la camilla mirándola.

—Ibas a decir niña — El rostro de Caitlin me hacía reír un poco, miré a Joe quien se sorprendió demasiado y Iris que lucía feliz.

—¿Voy a tener otra hija?

—Yo tendré una hermana.

—Creo que podemos cancelar la fiesta de anuncio — Me puse detrás de Cisco abrazándolo por los hombros, él tomó mis manos y luego soltó una leve risa.

—Bebe, beba, es un 50 y 50. Probemos tu talento — Soltó mis manos porque se hizo hacia enfrente, yo me crucé de brazos detrás de él sonriendo—. A ver, ¿en qué número estoy pensando?

—Tres, once, veinticinco, tres otra vez, Bulbasaur — Y Cisco casi se cae de la silla haciéndome reír—. ¿Qué diablos es un Bulbasaur?

—Qué extraño. ¿Por qué pensaría en Pokémon en este momento?

—Sí. Definitivamente telépata —Dijo Iris mientras me sentaba sobre las piernas de Cisco de lado y él me abrazaba por la cintura y las piernas para no caerme, sonreí y besé su mejilla.

—Pero ¿cómo? — Comenzó Cecile, después me miró—. ¡Dios! En serio no quiero saber lo que hiciste hoy con Cisco — Sentí mis mejillas arder en ese momento, miré a Cecile abriendo mis ojos a la par—. Oh, ¿en serio? ¿Te cantó y te pidió que fueran novios?

—¡Bueno! Entonces, ¿cómo es posible? — Interrumpió Cisco, lo miré sonriendo apenada y luego comenzó a contestar Cecile respondiéndole a todos.

—No, no iba en el autobús. No me secuestraron alienígenas. ¡No! No heredé un tótem místico de mi abuela. ¿Por qué sigues pensando en Bulbasaur?

—Porque es el bebé más lindo del mundo — Dijo Cisco, después le miré sin tener ninguna idea.

—Puede que estuvieras expuesta el día en que el acelerador de partículas explotara, solamente que tus poderes a penas salieron gracias al bebé —Caitlin mencionó una hipótesis de lo que podría ser.

—Los dejaremos hablar solos —Iris mencionó, asentimos mientras me levantaba de las piernas de Cisco, entrelazamos nuestras manos y salimos del cuarto para dejar que Joe y Cecile hablaran un buen rato.

Fui a buscar a Ralph para poder hablar sobre como podríamos ayudar a Barry a salir de prisión a la misma vez que tomábamos un delicioso café en Jitters, él me miraba alzando sus cejas como analizándome, le miré algo confundida con una sonrisa ladina. Bebí de mi café y él se percató de algo y digo de algo porque su rostro lo decía todo.

—¡Te acostaste con Cisco! — Dijo de la nada, me sorprendí y me atraganté con mi propio café escupiéndolo un poco mientras tocía e intentaba recomponer mi postura.

—¡Ralph!

—Lo siento, pero es que tu lenguaje corporal se ve extraño, tu rostro se ve feliz y tus ojos iluminados, como si recordaras un momento increíble que pasaste con alguien y el único alguien es Cisco y lo único increíble que puso pasar fue que hicieran...

—Ralph, basta —Le corté rápido mirándolo—. El momento increíble y especial fue cuando me cantó un poco y me pidió ser su novia, así que..., no hagas ideas locas en tu cabeza.

—Menos mal no vivimos juntos todos donde las parecer son frágiles y se escucha todo con claridad y tenemos un baño — Le miré confundida ante esa aclaración—. En fin, estoy muy feliz por ti, Amanda.

—¡Gracias! También me regaló un tra... — Me quedé en silencio.

—¿Un qué? ¿Te hizo un traje? ¡PERO! —Intenté calmarlo, pero era imposible, alcé la vista mirando detrás de Ralph, conocía a ese hombre, sentí como mi rostro cambió por completo, saqué la insignia que Cisco me había regalado como traje, la coloqué en medio de mi pecho y me levanté —. ¿Amanda?

—Tengo que irme.

Salí corriendo del lugar mientras tocaba dos veces la insignia como me dijo Cisco, salí por la puerta sintiendo como el traje se iba acomodando en mi cuerpo. Mi cabello cayó por mis hombros mirando al hombre correr, por lo que lo intenté alcanzar lo más rápido que pude, pero no era Barry para hacerlo, entonces tuve que tomar un atajo.

El callejón que tomé olía espantoso, a animales muertos y a heces, me detuve en un momento mientras miraba como la persona que estaba persiguiendo se colocaba frente de mí. Sentí la energía negativa subir desde los dedos de mis pies hasta mi cabeza, abrí mis palmas logrando que mi poder se reflejara aquí, él sacó su arma y la apuntó a mí.

—¿Eres igual de débil que tu hermana? — Malcom, frente de mí, podía asesinarlo ahora mismo.

—Ella no tuvo la oportunidad de defenderse, yo sí — Murmuré de forma seria, me preparé para atacar de no ser que alguien se puso detrás de mí, sentí su respiración sobre mi nuca y un objeto filoso en mi espalda.

—Te hago la promesa, de que seré yo quien te mande con tu hermanita Anita.

Sentí una furia al escuchar decir su nombre, entonces lo golpeé con mi codo, girando dándole una patada, iba a golpearlo con mis poderes pero sentí el objeto filoso atravesarme de un costado de mi estómago, me sostuve de sus hombros sintiendo como lo encajaba más y como quería vomitar, pero en realidad era sangre que salía de mis labios, le miré asustada con mis ojos abiertos, sacó lo que al parecer era una lanza o una maldita espada, sentí como quería desmayarme, pero me mantuve cuerda, hasta que escuché que gritaron "NO", pero no era la voz de Ralph por la esperanza de que me haya seguido, giré a ver a Malcom, tenía problemas para respirar, el otro chico giró y me miró con odio.

—Te dije que sería yo, aunque aún no es tu turno. 

—Nos volveremos a ver.

Me quedé en el suelo, me dolía moverme, entonces recordé el aparato que Cisco había dejado en mi habitación, era una brecha para poder ir a donde yo quisiera, la saqué de mi bota y abrí esta misma, me levanté con cuidado presionándome la herida, caminé por los pasillos directo al córtex sintiéndome mareada, los ojos de Harry me vieron primero, su sonrisa de borró en cuanto caí de rodillas.

—¡Amanda! — El gritó fue de Cisco, Harry llegó rápido hacia donde estaba, mi novio fue el que me cargó llevándome a la cilla donde Caitlin estaba preparando todo, parecía que estaba en agonía lista para morir, lo sabía por la manera en la que respiraba y me atragantaba con mi propia sangre, sentí la mano de Cisco contra la mía, la presioné, sabía que estaría bien.

—Tranquila, estarás bien, tengo que dormirte para...

—No — Dije jadeante—. No me duermas, ha-hazlo.

—Bien, dolerá mucho.

Fue lo que dijo, pensaba que dolería, pero no sabía que tanto. Al sentir como hacía algunos movimientos dentro de mí, no fue de mucho, pero de abrirme, cortar mi piel, coser mi piel fue lo más doloroso que tuve, lo sabía porque yo misma escuchaba mis gritos de dolor y agonía. Sabía que me iba a desmayar en cualquier momento. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro