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𝚂𝚒𝚗 𝚜𝚊𝚕𝚒𝚍𝚊

Recuerdo que mi enemigo era pasar tiempo sola en casa.

Pero ahora creo que mi enemigo ahora es, estar encerrada en una habitación oscura. Dónde no sé absolutamente nada. No sé si estoy cerca de mi hogar o si estoy fuera del país.

Pero creo que es mejor esto que ver a Sans, feliz con un mini saco de huesos correteando en la sala mientras...mientras besa a...su esposa Frisk.

Mi estómago se comprimió y mi pecho duele. Cómo si estuvieran estrujando mi corazón. Un nudo se formó en mi garganta, y con todo el dolor del mundo cerré los ojos con fuerza, como si con cerra los ojos fuera suficiente para dejar de sentir este sufrimiento y tortura.

Me hize bolita en la cama e hice todo lo posible para no llorar de nuevo. Aún que si lo pienso mejor, luego de llorar y de culparme a mi misma de lo imbécil que fui, no me queda nada más que derramar.

Es decir, desde que Nightmare me trajo aquí, me la pasé llorando cada que podía. Y sin embargo, no volví a saber de Nightmare desde ese momento.

Me había tirado en una habitación que ni siquiera tiene puerta y ni una jodida ventana, y la única fuente de luz que existe, es un candelabro de velas en el techo de la habitación.

Estaba empezando a pensar que quizás me dejó tirada aquí a morir sola. Quiero decir, ¡No lo he visto desde que me vino a dejar aquí! Y lo único que tengo para distraerme era mi celular; nunca salgo sin que mi celular este cargado al 100 por ciento. Además, no tengo juegos que no necesiten internet para funcionar, y el único que he podido jugar ha sido el Candy Crush.

Lejos de ese tema. Abrí mis ojos y mire la puerta del baño.

Quiero tragarme la idea que tal vez, solo tal vez, se preocupó por mi al a verme dejado en una habitación con baño. Pero luego veo un mueble de madera viejo, el que se supone que debería de ser un armario y mis ganas de tragarme esa “mentira” barata se van por la borda, porque ni siquiera hay ropa ahí.

Según mi celular, llevo aquí un mes y medio en este lugar deplorable. Dónde en cada rincón hay una telaraña con una araña mirándome fijamente y probablemente pensando: “Patetica humana”.

Me estiro en la cama y me colocó boca arriba, mirando el candelabro antiguo.

Está habitación es antigua. Desde el techo hasta el suelo. No hay nada que no tenga polvo o un hogar de una araña diminuta.

Quise buscar en el baño los objetos de limpieza pero fue una búsqueda en vano. Así que me límite a limpiar con un pañuelo que traigo siempre conmigo y lavarlo con jabón de manos. Anti-higienico, pero era eso, o a vivir con estornudos cada tres minutos.

También, lo positivo de esto, es que no veré la cara de emoción de Frisk, al mencionar que está embarazada de un monstruo.

¡Eso sería el bum en la sociedad!, ¡La cereza del pastel!

Aún que me queda muy claro que mi profesionalismo es muy frágil, así que dudo mucho que aguantará esa noticia.

En todo caso, si mi jefe se llaga a enterar que mezcle mis sentimientos en una entrevista, sería despedida y de nada habrá servido que la reina me haya dado su tarjeta de presentación.

En mis dedos tengo aquella dichosa tarjeta, levanté mi brazo, enfrente de mi leí lo que tenía escrito en la tarjetita.

Un suspiro pesado salió de mis labios secos. Me senté en la cama e involuntariamente pase mi lengua por ellos.

La falta de agua me está afectando un poco. Soy resistente si dejo de tomar o comer. Pero eso no quiere decir que no me afecte.

Me arrastre al filo de la cama y del suelo tomo mi bolso, busco mi bálsamo y me lo colocó en los labios con ayuda del pequeño espejo que llevo siempre.

Asustada no estoy, porque estoy sola. Y si Nightmare me quiere matar en este lugar no lo creería, porque tuvo muchas oportunidades de matarme.

Pero eso no quita el echo de que quiero saber, dónde mierdas estoy. Eso desespera a qué de miedo. Claro, que el miedo lo puedo sentir, no estoy hecha de palo. Pero realmente quiero salir de aquí. Dejé el bálsamo y el espejo dentro de mi bolso y lo deje dónde estaba.

La mascarilla que tenía, se me ha quitado de tanto llorar, y el delineado que tenía se a quitado de tanto ponerme la almohada en la cara. No tengo rubor, ni mucho menos base.

Me volví acostar en la cama.

Mi rutina ha sido mirar el techo, luego a la pared y luego cerrar los ojos. O de ser posible tener una ataque de existencia en este mundo. Todo eso lo hago para siquiera conciliar el sueño, pues estar en un lugar desconocido te vuelve vulnerable tanto emocional como físicamente.

Cerré los ojos y respire profundamente.

[. . .]

Creo que pasó un tiempo largo desde que me dormí, pues logró escuchar voces muy al fondo. Aún no despierto del todo, es muy obvio.

Siento que tocan mi brazo, pero ni con el tacto helado logró despertar.

—Oye, su piel es muy suave. ¿Creés que Nightmare se de cuenta que le falte un brazo?

Vale, ese comentario si me despertó.

Abrí los ojos apresuradamente y al sentir mi brazo con un agarré, me senté haciendo que el agarre me soltará, pero antes que otra cosa, mire quien me había tocado.

—Vaya. La niña despierta solo cuando menciono que le arrancaré el brazo.

Mi vista fue directamente a la cabeza del que me habló, un hueco enorme, del cual una pequeñas gotas de sangre resbalan de ahí. Pero su apariencia es muy similar al de mi Sans, pero es mucho más macabra que la de Nightmare; los ojos de éste esqueleto son rojos, se nota que desea realmente arrancarme el brazo.

Pero otro esqueleto se colocó a la par, pero un poquito más atrás. Este, en vez de tener pupilas blancas o de otro color, no tiene. Sus cuentas están completamente negros, y su pecho tiene un objetivo de puntería.

Ambos estaban manchados de sangre.

—¡¿Quienes son?!—Solte sin pensar. Claro, fijandome en lo movimientos de los dos.

—Sans—Mascullo el de atrás. Sonó serio y muy irritado—.

Abrí la boca para preguntar cómo entraron, pero la cerré al ver mi alrededor y, dónde se supone que solo había una pared, estaba la puerta.

La puerta que creí que no existía, está abierta.

Tragué saliva; si están llenos de sangre, lo más seguro es que Nightmare los mando a matarme. Mis ojos comenzaron a picar me de nuevo, viendo borroso. Ahora sí estaba asustada, temiendo por mi vida.

—Vienen...¿A matarme...?—Solté en un susurro. El nudo que tenía hacía que me costará hablar y respirar.

Nightmare me explico que todos los Sans, tenía los mismos poderes. En otras palabras, es imposible de escapar de ello, y más si son dos. Así que, estoy acabada.

—No tenemos tu tiempo, niña. Nightmare quiere verte.

El del agujero en la cabeza, se agacho y tomo mis zapatos de muy bajo tacón, y me los tiró cerca de los pies. Sin darme cuenta, yo misma me puse en posición fetal, llevándome las rodillas a mi pecho, abrazando mis piernas con mis brazos.

—Ponte los zapatos, debemos irnos ya.

El nudo que tengo, sigue estando, así que me llevo tres intentos tragar saliva asustada.

Mis manos temblorosas se acercaron a mis zapatos, los dos estaban viendo cada movimiento torpe que hacía. Me puse los zapatos como pude y me baje de la cama.

Mis piernas estaban hechas de fideos, pues me costó levántarme. Pero una vez de pie, uno de los Sans, se adelantó, se quedó esperándome.

—Killer te guiará. Ve detrás de él, yo estaré cuidando que no te escapes, así que tus oportunidades de escapar serán nulas. ¿Entendido, pedazo de carne?

—S-si—Mi voz se quebró. Pero que me haya llamado “pedazo de carne” fue más evidente que lo único que desea es matarme—.

Caminé asustada, mis manos iban delante de mi estómago, iba jugando con mis dedos muy, muy nerviosa y con mucho miedo. ¿Quién me afirma que este caníbal no me matar en el trayecto del camino?

Una vez que estuve cerca del Sans sin pupilas. Esté, siguió caminando sin ver atrás.

Caminamos por un pasillo ancho, llenos de suciedad, telarañas y parches de moho. Esos de los parches, me dió mucha curiosidad. Pues este lugar no tiene ningún signo de estar expuesto en la humedad. Pero callé mis pensamientos y posibles teorías del porque, cuando ví huellas de manos hechas de sangre.

Me lleve una mano a mi boca horrorizada. Ahora el nudo que tenía se esfumó para darle paso a unas inmensas ganas de vomitar.

El olor a humedad poco a poco se fue formando a un olor putrefacto asqueroso. Mis ojos y mi mente no podían créer lo estaba viendo. Mis ojos que habían estado aguantando de no derramar ni una lágrima, fueron en vano aquellos esfuerzos. Si antes había dicho que no tenía miedo, pues ahora estoy horrorizada.

—¿Qué? ¿Disfrutando de mi trabajo?

Mis ojos se movieron a su dirección lentamente. En el rostro del caníbal no había más que una sonrisa de satisfacción y psicópata.

Cerré los ojos y seguí el camino pero corriendo.

“¿Dónde mierdas te fuiste a meter, Meggie?”

Sin quitar mi mano de la boca seguí mi camino. Tratando de no ver las paredes o algun que otro parte del cuerpo, que no está en el cuerpo.

Mis lágrimas salían de mis ojos y, es que es inevitable. ¡Son cuerpos de personas! ¡Vidas de personas inocentes!

Nightmare es un asesino, ¡Todos sus amigos lo son! ¿Cómo no me di cuenta antes? Pero, si es un asesino, ¿Por qué no me a matado aún? Estube viendo bajo el mismo techo con un asesino de sangre fría. ¿Por qué le pedí que me llevará?, Soy una cobarde al no afrontar mis problemas y, de no aceptar las consecuencias de haberme callado durante cinco miserables años.

—Quiero irme a casa...—Susurre involuntariamente.

Luego de una caminata de solo ver el suelo, nos detuvimos. Ahora mis nervios estaban que hacían que me explotará la cabeza. No puedo con tanto. Quiero regresar con mi Sans, con el Sans original.

—Espera aquí. Iré avisa—Fue interrumpido abruptamente.

—¡¿Por qué no veo a Meggie enfrente de mi ya?!

Ese grito no fue más que de Nightmare. Suena muy, muy molesto. Pero no quiero ir, no quiero verlo, tengo miedo. Mucho miedo.

—¡¡Meggie!! ¡¡Ven aquí ahora!!

Mis piernas no hacen caso, no puedo moverme, no quiero ir. ¿Por qué le dije que me llevará?

—Well. Nosotros ya nos vamos.

Involuntariamente, me giré al del agujero en la cabeza, pero este ya no estaba. Regresé mi vista al frente y el otro, tampoco estaba.

—N-no...Me dejen.

Ahora estaba sola con un Nightmare apunto de asesinarme. Si antes había dicho que no creía que lo haría, pues ahora le daría una cachetada a mi yo del pasado por crear semejante mentira.

Lleve mis manos a mi pecho juntas. Le reze al de arriba que no me matara. Que no me hiciera daño. No quiero terminar como aquellas personas inocentes que trataban de escapar de él.

—¡¡Meggie!! ¡No me hagas ir a por ti! Si tratas de escapar, te encontraré~

Es mi fin. Hoy mi vida quedará olvidada.

Cómo pude seguí caminando, hasta quedar enfrente de una puerta inmensas. Me acerqué a la puerta con horror, no quiero tomarme la molestia de ver los detalles de esta, pues no quiero saber nada del lugar el cuál será mi tumba.

Llevé una de mis manos temblorosas a la puerta, y está inmediatamente se abrió de par en par.

No pude más, mis piernas no aguantaron mi peso. Y el miedo se hizo más fuerte.

Nightmare estaba en un trono. Hecho de la misma sustancia que él emana. Pero Nightmare estaba herido, se le veía que estaba débil y con la mirada irradiaba cólera absoluta. Pero cuando me vió en el suelo, sus dientes crearon una sonrisa enorme, incluso sobrehumana.

—Vaya, vaya, vaya. La pequeña Meggie, no escapó. Que buena niña eres—Mascullo arrogante y muy confiado—.

No dije nada. No podía decir algo. ¡No puedo soltar alguna palabra!

—¿Sabés algo? Tus sentimientos negativos están muy fuertes el día de hoy—Se levantó de su asiento y camino lentamente a mi dirección—. Me satisface decir que, gracias a tus sentimientos me estoy curando, niña.

No me moví. No dije nada, mi vista estaba clavada en su único ojo visible. Claro, que mis lágrimas no me dejaban ver más haya de su cuerpo y sonrisa. Pero entre más cerca estaba de mi, pude ver qué tenía manchas de sangre.

—¿Qué pasa, Meggie? ¿Te corto la lengua Horror?

Cada vez que daba un paso, sentía que mi corazón explotaría. Si seguía así, me desmayaría de un infarto. Pero creo que prefiero morir de un infarto que a manos de ese ser oscuro.

Cuando ya estaba frente a mi. Se agacho a mi altura. Su sonrisa nunca se borró de su rostro, pero tampoco siguió creciendo. Pero parte de su pómulo, estaba manchado de sangre. Desde donde está, logré oler a muerte.

Me lleve las manos a mi boca y aparté mi cara de su rostro.

“¡¿Dónde mierda te metiste, Meggie?! ¡Realmente mereces que te maten por tonta!”

Quiero a Sans. Lo quiero de vuelta. No debía irme...No debí suplicar.

—Mirame cuando te estoy hablando, imbécil.

Sentí que un par de sus tentáculos, me tomo de ambas muñecas y, con otro me obligó a verlo a la cara. Mi garganta ya estaba seca y probablemente mis labios ya no tendrían el bálsamo, pero aún así, con mi diminuta valentía que tenía abrí la boca y le hable.

—Matame—Solté—.

—¿Qué?

Nightmare me miró incrédulo. Pero su sonrisa seguía sin borrarse.

—S-si...—Pause por el dolor de mi garganta. Hize puños mis manos y seguí hablando con un hilo de voz—S-si me trajiste a-a aquí. E-es porque vaz a m-matarme, ¿Verdad...?

Soltó una carcajada. Su risa gruesa y maniática se escuchaba por el lugar con eco, incluso su mismísima risa me da una impresión intimidante.

—Te traje aquí, porque tú me lo pediste, ¿Recuerdas?—Me miró a los ojos divertido.

—Entonces llévame a casa.

Nightmare no dijo nada, sin embargo, se le notaba que su humor volvió a la cólera. Se levantó y, con otro de sus tentáculos me levanto a mi también por mi cintura. Dió media vuelta y camino a su trono.

—Niña, te traje aquí porque sabía que iba a necesitar tus sentimientos negativos—El tentaculo que me había había obligado a verlo, se hizo más fuerte en mi cintura—Todo lo que viste en el baño, fue una ilusión que yo mismo cree en tu mente.

»No eres muy fuerte mentalmente cuando se trata de mentir. Así que te desmayaste cuando supiste que Sans, descubrió tu mentira. Aquello que viste en el baño, fue tu peor miedo que imaginaste en ese momento. Y yo lo usé a mi favor.

¿Qué? ¿Me desmayé? Mire su espalda, llena de sangre. Cerré los ojos con asco, tampoco soy fuerte cuando veo sangre.

Pero, lo que dijo Nightmare. Deja mucho que pensar. Pero entonces, ¿Me dejé llevar por el miedo de la pesadilla que él mismo creo? Pero, de ser así, ¿Por qué no solamente le dije “Llevame a casa”?

Abrí los ojos cuando sentí que me dejó en el suelo de nuevo. Él se sentó en su trono y me miró a los ojos nuevamente.

—Acabo de venir de una guerra. Los sentimientos negativos son los que me dan fuerzas y me curan.

Si, eso ya me lo habían dicho, ¿Por qué me lo vuelve a decir?

—Te traje a mi castillo como parte de mi plan. Por lo tanto, de aquí, no sales hasta que yo lo quiera.

—¡Quiero irme con mi Sans!

Nightmare se quedó callado nuevamente. No movió ningún músculo. Ni siquiera su ojo.

Mi corazón de alguna manera ya no latía con fuerza y, el miedo tremendo que sentía se fué poco a poco.

—Vaya, creo que me alimenté muy rápido de tí, pequeña idiota.

—Llamame como quieras, insulteme si te place. Pero quiero que me lleves de vuelta a casa.

—Niña, ¿Qué parte de “No sales de aquí hasta que yo lo quiera” no entendiste?

—Me importa una mierda...

Volvió haber un silencio aterrador. Su mirada se intensificó, sentía que miraba atraves de mi cuerpo, que leía mi alma y mi mente.

—Puedes intentar escapar. Pero en este castillo, lo controlo todo.

—No me puedes tenerme aquí para siempre—Aparte mi mirada de su ojo. Y mire directamente su pecho. Pues este lugar era el único que no estaba manchado de sangre—.

—No me subestimes, Meggie.

Me llamo por mi nombre.

Cerré los ojos cuando mis ganas de verlo de nuevo creció. No quiero ver su sonrisa que seguro creció más.

—Apartir de este momento, vivirás aquí.

Con toda la valentía del mundo, lo encaré. Me levanté repentinamente del suelo y lo ví con mucho enojo.

—¿Para qué? ¡¿Para matarme cuando ya no te sirva?!, ¡¿Para dejar que tus amigos me asesinen y coman de mi carné?!

—¡¡No son mis amigos!!

Mis ojos volvieron a cristalizarse y mi corazón latía con fuerza nuevamente. Me ardía mi mejilla. Fue un golpe muy fuerte. Me había dado una cachetada que incluso volteo mi rostro.

—¡Escúchame bien, niña! ¡Esos imbéciles no son mis amigos, ni siquiera son mis compañeros!—Uno de sus tentáculos me acerco a él.

—Entonces mátame. Al fin y al cabo soy como un desechable para ti, ¿No es así?—Se quedó callado mirándome con enojo—Quiero irme con mi Sans.

—¡Tú no irás a ninguna parte!

Luego de ese grito, me envolvió con su líquido espeso. Por un segundo creí que iba a matarme, pero dejo de cubrirme por unos segundos. Había aparecido en la habitación que estaba antes. Me aventó a la cama con brusquedad y dió media vuelta, dispuesto a irse.

—¡Sans me encontrará! ¡Él vendrá a salvarme!

Se detuvo. Y como si hubiera contado un chiste, rio por segunda vez.

—¡Ese idiota no sabe en dónde estás y nunca encontrará este lugar! No te hagas ilusiones, niña. Soñar es malo para tu mente. Te hace más débil.

Y sin decir más, se fue de mi vista. Me levanté de la cama lo más rápido que pude y corrí hacia la puerta que aún se encontraba abierta. Pero se cerró cuando estaba apunto de llegar.

—¡No! ¡No quiero estar aquí!—Trate de abrir la puerta, pero está desapareció—¡No quiero estar aquí de nuevo! ¡Sácame de aquí!

Con mis puños, comence a golpear el muro. No quería estar encerrada aquí de nuevo, no quiero estar sola. Me acostumbré tanto a la compañía de alguien, que no quiero estar en este deplorable lugar sola de nuevo.

—¡Déjame salir! ¡Déjame salir por favor!—Seguí golpeando la pared desesperadamente.

Me deslicé por el muro con la frente pegada a la pared lentamente, hasta caer de rodillas. Sans me encontrará, confío en él, el me salvará.

—¡Mi Sans me encontrará! ¡Él me llevará a casa! ¡¿Me escuchaste?! ¡Él vendrá a por mi!

En un acto desesperado, corrí a mi bolso y busqué mi celular. Ya había intentado comunicarme con Sans anteriormente, pero no había señal. Y sigue sin haber señal.

Grité. Grité desesperadamente.

“Te metiste en la boca del lobo, Meggie. Ahí fue dónde te metiste”

Me di cuenta muy tarde.

En este lugar, en este castillo. No hay salida.

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