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°•·|ᵉⁿᵗʳᵉᵛⁱˢᵗᵃ|·•°

Ser periodista no es nada fácil. Es decir, tienes que estar constantemente pendiente de las personas más importantes para la población. Si, es verdad que, es realmente molesto estar pendiente de lo que hace y que dice, además de que es peligros que aquella persona que sigues puede ponerte una orden de alejamiento, e incluso una demanda por incumplimiento de privacidad.

Todo eso lo sabe Meggie.

A pesar de que arriesga tanto su libertad como su vida, le gusta ese trabajo. No solo porque sabe un poco más de su persona famosa favorita, sino que le da curiosidad lo que hacen y piensan los famosos de hoy en día.

Pues hoy Meggie se levanto con entusiasmo. Hoy es el día en que su jefe le va a dar permiso de ir ha hacer una entrevista a la querida reina de los monstruos. Una sonrisa de ilusión se le formo en sus labios. La tan famosa y amable reina estará enfrente de ella hablando de sus posibles proyectos, tanto para los monstros como la humanidad y, no solo eso, probablemente podrá logrará conocer a la famosa Frisk, la protectora de los temibles, pero amables y amigables monstros.

Pero sus ilusiones de preguntarle algo a la reina se le fue formando en un rotundo fracaso. ¿Y si dice algo inapropiado?, ¿Responderá todas las preguntas?, ¿Y si la ofende con algunas de la preguntas? Ahí seria su fin, tanto para su vida como su trabajo, es decir ¿Cómo puedes vivir con una posible amenaza de parte de la reina?

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, termino por abrazarse así misma, para siquiera calmar un poco esos miedos.

Meggie, decidió repasar sus preguntas para verificar si todo estaba en orden. Las leyó en voz alta y con detenimiento, no quería que ninguna pregunta fuera una ofensa inmensa para que su vida profesional no corriera riesgo alguno.

Sin embargo, su lectura fue interrumpida por una pequeña risilla de arrogancia y malia. Quito su vista de aquellas letras para ver la cara de satisfacción de su compañero.

—Vaya. Tal parece que te pusiste desquiciada con las dichosas preguntas de la estúpida de Toriel.

La chica lo miro con el ceño fruncido. ¿Cómo se atrevía a insultar a tan admirable mujer?

—No vuelvas a llamar así a la reina.

Una carcajada fue escupida por la boca de su compañero. Meggie se enojo más, no había contado ninguno chiste. Dejo su libreta en la mesa y se cruzó de brazos más que enojada.

—Esto es serio, Sans. ¿Quieres que la reina me corté la cabeza si llego a ofenderla con mis preguntas?—Inmediatamente dejo de reír a carcajadas, sin embargo, un sonrisa psicópata se fue formando en sus dientes—No me conteste.

El esqueleto milagrosamente hizo caso. Simplemente se quedó callado y se tiró en el sofá más grande con un libro en una de sus huesudas manos.

—Niña, no te diré nada más porque tus inseguridades me están poniendo de buen humor.

—Me ale—Se detuvo al procesar las palabras hirientes de su compañero—...Imbécil—susurro—.

—Lo que digas niña.

Meggie rodo los ojos molesta. No iba permitir que un idiota como él, le arruinara su día más especial.

Tomó su libreta y se fue a la mesa de la cocina. Si se quedaba más tiempo con él, lo más seguro que terminaría siendo insoportable la actitud de su compañero. Era más sano alejarse y tratar de verificar alguna pregunta mal hecha.

Sin embargo, el compañero esqueleto se sentó al ver a la chica salir de la sala. Sabía que algo iba hacer para alejar las malas vibras de su persona para estar más segura de si misma. No quería arriesgar que su fuente de energía se quedará sin está misma. Tiró el libro detrás del sofá, así como lo había hecho tantas veces. De hecho, él juraba que los libros desaparecidos de Meggie, se encontraban ahí. Incluso le llamo "biblioteca pérdida" atrás del sofá.

Se paró de su asiento y camino con cautela para espiar a su fuente de alimento. De alguna manera sintió paz al escuchar como Meggie, leía sus preguntas tan estúpidas.

"¿Tiene pensado abrir una nueva escuela?", "¿Cómo surgió este amor y cariño hacía los niños?", "¿Adoptaría a otro niño?"

Involuntariamente soltó un pequeño suspiro de alivio. Algo que ni el mismo se esperaba, ¿Desde cuándo se preocupa que esa niña tratara de alejarlo? Pero analizó bien los años que lleva con ella. Desde el día que la conoció, ella tenía la oportunidad de echarlo de la casa –Aun que lo más seguro es que el la amenazara a muerte para que lo dejara quedarse–, pero aún así no lo ha hecho.

No ha hecho algo en contra de él, tampoco a mostrado signos de querer alejarse de él. Pero entonces, ¿Por qué se preocupa? Gruño fastidiado ante su estúpida actitud que a formulado con esa estúpida mortal.

Su propia magia le está creando una broma de un asqueroso gusto.

Giro sobre sus talones, ahora que analizó bien la situación. No había nada que hacer ahí, Meggie, pronto se iría a trabajar y el se quedaría en la casa aburrido. Prefería estar con los imbéciles de su "equipo" antes que esperar a alguien. Él nunca va esperar a alguien. Abrió un portal, al mismo tiempo que creaba un par de extremidades, él ya estaba consiente que aquellos idiotas estarían haciendo un desastre en su querido hogar.

—¡Sans! Creí que me llamarías después de mi entrevista con la reina—Se detuvo abruptamente ante el nombre que salió de los labios de Meggie.

Su única cuenca visible, ahora se encontraba vacía.

—Claro que iré. Al fin y al cabo, no tengo nada que hacer en mi casa después del trabajo—Una risita de diversión salió de sus labios—Nos vemos, sanstastico Sans—Colgó la llamada y soltó una risilla traviesa—.

Los planes de Nightmare, ahora cambiarán.

El esqueleto no estaba para nada tranquilo al escuchar que Meggie, iría con Sans. Se supone que ella no tendría que acercarse a el, ni siquiera tendría que estarle hablando.

Cerró el portal con total molestia. El se encargaría personalmente de Meggie, pero será otro día. Ahora que escuchó que el Sans original saldría con su único "Alimento", tendría que seguirla para que continuará con aquellos sentimientos negativos. Evitaría que su hermano, Dream, lo encontrará y ayudará aquella niña insolente. No lo permitiría.

—¡Sans! Ya me voy. ¡Si vas a salir procura apagar todas las luces!

Una idea descabellada se le ocurrió al mencionado. ¿Por qué no seguirla? Así estaría al pendiente de ella y de sus sentimientos. También aprovecharía de ver cómo realmente trabaja.

Sin pensarlo dos veces se transportó detrás de Meggie, quien revisa su bolso para ver si tenía todo lo necesario para ir ha hacer la entrevista tan esperada.

Su idea era nada más ni nada menos que ser la sombra de Meggie.

Ella, se dio la vuelta al sentir que la miraban, sin embargo no vio a nadie. Algo que le preocupó. Dejo su teléfono y su libreta en la mesa, fue a revisar el sofá.

Vacío.

Se llevó las manos a su rostro con desesperación, ¿Por qué no le aviso que iba a salir? Pero cayó en cuenta que era Nightmare!Sans, él nunca da explicaciones, ni tampoco obedece a nadie al igual que el original. Rodó los ojos y regreso a la mesa de la cocina con las manos lejos de su rostro.

No podía perder más tiempo en esas boberías de Sans. Debía preocuparse por la dichosa entrevista y no por él. Él hacía lo que le daba la gana, así que trato de darle la menor importancia del mundo. Sin embargo, se siente un poco inquieta y nerviosa. Aún así, continúo su camino.

—No te preocupes Meggie—Trato de darse ánimos, pero su miedo incremento un poco más—...De seguro y se fue con sus dichosos amigos.

Sans, ahora está enojado. Le había dicho perfectamente que esos imbéciles, no eran más que peones de su plan. No los consideraba ni compañeros ni amigos, sino, carnadas. Rodó el ojos molestó y miro a Meggie con seriedad. Ahora más que nada quería que Meggie, regresará lo más rápido posible a casa para darle una tortura por subestimar sus palabras.

[. . .]

Meggie estaba sentada en una silla muy elegante, fuera de la mansión de los reyes de estos seres majestuosos. Estaba muy, MUY nerviosa. Su cara estaba colorada y sus manos heladas y sudorosas. Fue cuando en su cabeza se le cruzó una pregunta estúpida, pero a la vez importante para ella. ¿No tiene nada en la cara?

Se mordió el labio inferior dudosa. Ahora sus ganas de ver un espejo eran del mil porciento. Con cautela miro a su alrededor para fijarse que no había nadie quien la miraba. Desafortunadamente, habían guardias. Paso saliva por su garganta seca; le rezo a los de arriba, esperando que estos guardias no dijeran nada malo sobre ella entre ellos mismos.

De su bolso saco un pequeño espejo.

Miró sus grises brillantes ojos, heredados de su madre. Su nariz no tenía nada, he incluso se atrevió ver por dentro de su nariz para ver si no tenía un travieso moco. Sus labios decorados por bálsamo sin color, sus cejas delineadas y un poco de rímel para sus pestañas, las cuales por naturaleza son largas. Soltó un suspiro de satisfacción al saber que no tenía nada.

—Niña, no era necesario verte en un espejo—Al escuchar una voz detrás de ella hizo que saltará en su lugar. Ahora su rostro era un poema—. Te vez sanstastica.

Rápidamente guardo el espejo en su bolso y se paró de su asiento con algo de torpeza, se giro a ver al dueño de aquella voz gruesa. Su rostro era un tómate y, no solo eso, sus manos ahora temblaban de la vergüenza.

—S-Sans—Logro pronunciar en un hilo de voz—...

—He. Te vez más hermosa en modo tómate.

Meggie, apartó la mirada. Ese piropo fue muy repentino, sin embargo, le gustó. No porque casi nunca recibe un piropo, sino, que ese piropo provenía del que le gustaba.

Nightmare sintió aquellos sentimientos de amor. Le dio un asco tremendo, tanto así que quería vomitar, pero se tiene que aguantar. Pero no solo asco es lo que siente, sino que le quemaba aquellos sentimientos tan puros. Quería irse lo más lejos posible de esa niña, pero de alguna manera estaba atado a Meggie.

—Well. Toriel dijo, que estaba un poco ocupada. Así que me mando a mi, que te acompañará a su oficina.

Meggie asintió con la cabeza. Ahora mismo no tenía fuerza de voluntad de hablar, o siquiera de decir un "Gracias". El nudo de la garganta se lo impedía.

Caminaron en silencio, algo que Nightmare le dio algo de alivio. Si seguían hablando, lo más seguro es que se derritiera literalmente del cariño que derrama Meggie. Su enojo de que aquella muchacha sintiera algo por aquel Sans, le hervía los sentimientos negativos que lo cubren. Pero sus impulsos de matar aquel Sans, se los aguantaba por el simple hecho de, que si lo mataba, el iba a desaparecer junto con los otros Sans's.

Por otro lado, Meggie, estaba que se moría de la vergüenza. ¿Por qué lo mando a él y no algún sirviente? Ya ni siquiera tenía la fuerza suficiente de verle la cara, luego de esa situación tan embarazosa. Estaba realmente avergonzada.

En todo el camino, la joven estaba en su mundo de la vergüenza y ansiedad. Mientras que su vigilante, el Sans más egocéntrico y con deseos de ver sufrir a muerte a aquella niña, estaba envuelto en cólera. Quería tomarla del cuello y llevarla a casa, para torturarla en sus propias pesadillas y miedos más profundos. O simplemente dejarla sola para ir a formar un plan de ataque con los idiotas que logró conseguir.

Pero nuevamente, su plan de largarse de ese asqueroso lugar, fue interrumpido por Sans.

—Niña. Te deseo la mejor de las suertes en tu trabajo—Hablo sin previo avisó, asustando de nuevo a Meggie—. Se de antemano que no conoces en persona, a la famosa protectora de los monstros, así que ella se encargó personalmente de conseguir una entrevista para ti.

La joven se sintió halagada ante el comentario de su compañero de caminata. Es decir, ¿Quién no se sentiría especial que alguien famoso tratara de conseguir una entrevista con tu persona? Estaba realmente feliz de escuchar aquello. La mismísima Frisk, quería hablar con ella.

—Oh vaya—Pauso por un breve momento—. Yo...No sé que decir. Es realmente increíble que, la señorita Frisk, quiera hablar conmigo.

—He. Niña, ella está completamente agradecida contigo por a ver ayudado a la aceptación de los humanos hacia nosotros, los monstros.

Nightmare abrió la boca y se metió su dedo índice en el interior, creando una señal de asco absoluto ante aquello.

—¡Oh, eso! No fue nada—Sonrió al aire—.

En toda la conversación, Sans nunca se giro a verla. Algo que no era de extrañarse, pues el, al ser una persona o más bien un monstro de pereza extrema, no tenía las ganas de ver a la gente a la cara. Así que, Meggie no tenía de otra que soltar aquella sonrisa de agradecimiento al aire.

—Bueno, hasta aquí el tur por la mansión Dremur. Dejas un comentario positivo con la reina—Se giró a verla con un ojo cerrado, haciendo que se viera muy apuesto para Meggie—.

—Muchas gracias, Sans. Nos vemos en la cafetería más tarde.

De alguna manera, Meggie se sintió extraña al ver a Sans con ese gesto tan característico de el. Si, es verdad que lo vio más apuesto. Sin embargo, su mente le lanzó una imagen de Nightmare, haciendo que su felicidad se convirtiera en unos espantosos escalofríos. Un extraño miedo y ansiedad se apoderó de su cuerpo. A ese Sans, sabía que no era igual al que ve en esos momentos. Aquél, era de alejarse y de no hacerlo enojar, si es cierto que hace un par de horas lo insultó, pero se dio aquel pequeño lujo de insultarlo al saber que estaba de "buen humor".

Si no hubiera estado de ese humor, lo más seguro es que su existencia fuera borrada en ese mismo momento.

Trató de ignorar aquel sentimiento de angustia. Ahora más que nunca debe tener la mente fría ante la presencia de la majestuosa reina.

Sans desapareció enfrente de la joven, dándole un susto involuntario; ya estaba harta que los dos esqueletos hicieran lo mismo, los dos siempre,  hacen lo mismo. No dicen que van hacer o a donde van, simplemente desaparecen de la vista. En estos momentos la molestia de eso, de alguna manera fueron tapados ante la ansiedad y los nervios de conocer a Toriel.

Tomó una bocanada de aire mientras cerraba los ojos, dándose ánimos a ella misma. Soltó el suspiro con una sonrisa nerviosa. Toco la puerta que esta en frente de ella tres veces y espero con miedo.

Nightmare como un chicle, pegado en el zapato de Meggie. De esos que se ve que están apunto de deshacerse pero nunca se despegaran de tu zapato. Nunca llego a imaginar que seguiría a una mortal, quien lo único que le proporciona es alimento y un lugar tranquilo para ser alimentado, nada más que eso. Pero solo basto que ella mencionara el nombre de Sans, para no querer despegarse de la estúpida infantil. Pero desde que se fue el mencionado, los sentimientos negativos regresaron a la joven, es como si su hermano, Dream, fuera aquel ser. 

Nuevamente hervía de rabia.

En estos momentos aquel "imbécil", esta ocupado con su noviecito. Pero no quitaba el hecho de que podrían estar planeando un plan para encontrarlo. No va a permitir que su estúpido hermano arruine lo que ya lleva de su "macabra" persona, ya estaba hasta el limite de que él este insistiendo que regresara a casa. Nightmare no pensaba regresar ni en un millón de años. Prefería morir a que ser aquel debilucho esqueleto que fue hace años. 

—Adelante.

Nightmare se alejo repentinamente de sus pensamientos, incluso se había desconcentrado y estaba a punto de dejar de ser la sombra de Meggie. Pero actúo rápido, estabilizándose justo antes de que Meggie, entrara para hacer su aparición ante la mujer cabra. 

—Buenos días, su majestad—Sonrió al ver a la tan esperada persona detrás de la puerta—. Un verdadero placer conocerla en persona.

—El gusto es todo mío, señorita Meggie—Le devolvió la sonrisa con dulzura—.

Nightmare en estos momentos se estaba arrepintiendo de quedarse junto a la chica. ¿Por qué no se consiguió alguien más que no fuera tan asquerosamente dulce y amable? De solo escuchar y ver como Meggie sonreía sin ningún motivo, sus ganas de matar a medio mundo crecían exageradamente. Pero por más que quisiera irse, no puede. Algo le impide alejarse de ella.

Meggie entro con timidez y luego cerro la puerta tras de ella. Ya no hay vuelta atrás para aquella chica. Si o si debía hacer aquella dichosa entrevista, ahora no se puede dar el lujo de equivocarse por nada en el mundo, su carrera como su conciencia estarán en riesgo si un error sale de sus labios; la joven saco una grabadora de su bolso y se sentó enfrente de Toriel. La mujer nunca quito su sonrisa dulce, le agradaba que una humana fuera tan valiente, para estar frente a frente con la realeza de otros seres totalmente diferentes a los humanos, era de admirar y reconocer y, que mejor que hacerlo con aceptar aquella entrevista con tan respetable señorita.

—Su majestad. Si usted me permite, le explicare como haré las preguntas.

—Ay, mi niña. No es necesario que me llames así. Solo llámame Toriel.

Meggie se sintió más nerviosa al respecto. Decirle por su nombre era una gran falta de respeto y, es lo menos que quiere hacer en esos momentos. La miro con los ojos abiertos, asustada de que fuera una orden. Pero la sonrisa que porta aquella mujer le demostraba lo contrario.

—E-Esta bien—Trago saliva por tener la boca seca de los nervios—. L-La grabadora sirve para protegernos las dos, también para no tener que matarnos la cabeza para recordar lo que usted dijo—La mujer asintió con la cabeza, poniendo atención en cada palabra que salía de la boca de la jovencita—Si usted lo desea puede decir, "Ya no quiero seguir" o "Quiero un descanso", lo puede hacer con total libertad. Las entrevistas de nuestra compañía deben ser cómodas para todas las personas.

—De acuerdo.

[. . .]

—Seguramente que mucha gente estarán en contra, pero todo sea por estos maravillosos niños.

—Vaya que usted es muy buena, Toriel.

No llevaban ni quince minutos y Nightmare, ya estaba harto de escuchar como parloteaba la cabra loca. Su voz le daba irritación. Sin embargo, la voz de Meggie se hacía más dulce y suave, conforme va avanzando el tiempo. Seguramente ya estaba totalmente cómoda.

A Nightmare le agrado escuchar el tono de voz de Meggie. Nunca había escuchado aquella dulce voz tan detalladamente. Pero su oído captó el ruido de una puerta ser tocada con algo desesperación, seguramente debe de ser de alguna empleado con una noticia muy importante y, Toriel no paso desapercibida de aquel llamado.

—Querida, ¿Podemos tomar un descanso?

La joven asintió con la cabeza.

—No se preocupe. La necesitan más que yo—Sonríe amable—.

La reina se levantó con algo de rapidez, pues los llamados de la puerta eran muy escandalosos, tanto así que Nightmare, ya estaba al límite de su poca paciencia. Por otro lado, Meggie aprovecho para agregar un par de preguntillas más al cuestionario. Le había agrado estar hablando con tan importante persona. La manera de hablar de aquella mujer, le hizo recordar a su difunta madre. Sentía que hablaba con su propia madre.

Nightmare nuevamente quería salir corriendo y, tratar de torturar a alguien con una pesadilla para satisfacer sus impulsos. Sin embargo, no podía. Quería estar junto a Meggie, quería saber qué más hace en su trabajo, realmente estaba muy curiosos.

—¡Madre! ¡Abre la puerta, tengo una noticia muy importante para ti!

Meggie paró de escribir. Había reconocido la voz detrás de esa puerta. Ya la había escuchado por la televisión, así que tenía unas ligeras sospechas.

La mujer abrió la puerta y, Meggie no se atrevió a mirar quién es. Además, ¿Por qué debería de ver? No es a ella a quien hablan y, no es muy educado de su parte escuchar conversación ajena. Toriel, se llevo una grata sorpresa al ver a su hija adoptiva, en el rostro de su querida hija habían mucha emoción y nerviosismos. Ya estaba preocupada al ver el rostro sonrojado de su niña.

—¡Mi niña! ¿Por qué tanta desesperación? ¿Paso algo malo?—Pregunto con preocupación, nunca había visto a su hija tan nerviosa.

—Para nada, madre. Es solo que...—Pauso por un instante, estaba dudosa—Yo...

La mujer salió un poco de su oficina y cerró un poco la puerta, ya estaba notando miedo en su tan amada hija.

—Frisk, ¿Qué te ocurrió?

La mencionada soltó un suspiro, dejando salir la angustia.

—Mamá. Estoy embarazada.

Un silenció sepulcral apareció repentinamente. Meggie, como si la madre de aquella chica se tratará, contuvo la respiración, esperando que no sea verdad lo que había dicho. Al igual que la reina.

—¿Qué?—Soltó un susurro la joven reportera.

—Mamá—Tomo las manos de su madre, y la miro a la cara con una sonrisa de felicidad—. Sans y yo tendremos un bebé.

Los ojos de Meggie comenzaron a picarle, segundos después se fueron cristalizando.

—¡¿Qué?!—Grito la reina. No podía creer lo que había escuchado.

—¡Serás abuela, madre! Sans y yo tendremos un hijo.

En definitiva, no era una broma. Ni mucho menos un chiste. Esto era serio.

Con la mirada pérdida, Meggie, involuntariamente soltó una lágrima. No era de felicidad, ni mucho menos de emoción. Estaba destrozada.

¿Cómo era posible que aquel esqueleto tendría un bebé con la protectora de los monstruos? Y aún peor. Si tenía una relación con aquella mujer, ¿Por qué siempre le tiraba piropos o cumplidos a ella? ¿Por qué a ella y no a su futura esposa?

Su pecho dolía horrible, sentía que se lo habían estrujado y luego le habían incrustado Miles de alfileres. Las ganas de correr y salir de ahí ya habían tocado su punto máximo. Pero su cuerpo no reaccionaba ante tremendo shock. Los planes de confesar el amor que tenía hacía aquel dichoso esqueleto, se habían ido por completo al caño.

Otra lágrima logró escapar de sus hermosos ojos.

Meggie rápidamente se limpió los ojos. No quería que la reina la viera llorar, además de que podría decir que estuvo escuchando la conversación y eso era lo que menos quería.

Nightmare, estaba más que satisfecho al sentir el dolor emocional de aquella jovencita, sentía gratificante el dolor de Meggie.

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¡Holo muy buenas hermanas galletitas!

Hoy les traje un capítulo muy largo. ¿Saben por qué? Porque esta es la "La Introducción" de esta historia.

He dejado esta historia tan abandonada que ni siquiera tiene un muy buen número de palabras, que había escrito en mis otros capítulos. Y no es para menos. En ese entonces era muy novata y no conocía algunas palabras nuevas.

Así que tome la decisión de rede escribir esta historia.

Pero igualmente tendrá 5 capítulos, igual de largos que este. Ya los tengo escritos, solo me falta editar para que no tenga ninguna falta de ortografía o falta de lógica, que es lo que falta en mis historias. Sin embargo, al ser tan largo el capítulo, es probable que me haya saltado alguno de estos factores importantes. Pido que me avisen si logran encontrar alguna falla.

Una cosita más. La nueva portada está hecha por la señorita -AnaPaula-, ella me hizo un gran favor al hacerme la portada tan hermosa. Se lo agradezco mucho. Se las recomiendo, es muy buena.

Sin más que decir. Espero que les haya gustado la nueva introducción.

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