Capítulo 1
Algunas personas dicen por ahí que una acción dice más que mil palabras, sin embargo, a veces las acciones de la persona que uno más ama no dicen nada.
Boyfriend jamás se había puesto a pensar en eso, pero con el paso del tiempo comenzaba a dudar si lo suyo era real o algo pasajero, lo único que quería era un abrazo, un beso, un te amo sincero.
Pero sabía que quizá eso no sucedería.
Un suspiro brotó de sus labios mientras jugaba con el micrófono entre sus manos, pensando en todo lo ocurrido ese último año, recordando con suma tristeza el primer y único beso que se había dado con su amado antes de volver a ser una pareja oficial.
Un beso en un año, vaya relación la suya.
Tras lanzar el micrófono a un lado recargo los codos sobre sus piernas, mirando a la gente pasar frente aquel escenario donde se encontraba sentado.
Realmente se sentía cansado.
—Vaya, pero miren a quien tenemos aquí.
El de cabello azulado levantó el rostro, mirando con desdén al recién llegado.
—Senpai...— suspiró. —Si solo viniste a joder de una vez te digo que puedes irte por donde llegaste, quiero estar solo.
El mencionado alzó ambas manos mientras le dedicaba una sonrisa divertida, admitía que le daba risa aquella actitud suya.
—Tranquilo, vine en son de paz, pero ahora que te encontré puedo hacer el sacrificio y acompañarte un rato en lo que ese humor que traes se...
—¿Qué parte de quiero estar solo no entendiste?
El joven se alzó de hombros para sentarse junto a él, ignorando la mirada llena de ira que Boyfriend le dedicaba.
Ya no podía ni siquiera pensar sin que alguien llegara a cagarle la existencia.
—Si Girlfriend te hizo algo, era de esperarse, una mujer tan hermosa como ella no podía estar con alguien como tú.— murmuró brindándole falso apoyo al muchacho, quien rodó los ojos ante su comentario. —O quizá fue Dady quien te prohibió estar cerca de su hija, ¿me equivoco?
El cantante estaba por responder, sin embargo una segunda presencia lo hizo callar.
Ese no era su día.
—Ya déjalo en paz, si quieres ir a molestar a alguien busca a Pico, pero si quieres morir quédate, no tengo problema.
Senpai sonrió para esconder el pánico que lo invadía, palmeando tembloroso el hombro de Boyfriend.
—Nos vemos el Lunes para la práctica, hasta luego.— se despidió cordialmente para después salir despavorido, dejando al de cabello azul con el recién llegado.
Un suspiro brotó de los labios de este último, quien posó su sombría mirada en el primero.
—No me importa lo que te pase, a decir verdad tampoco me interesa preguntarte.— habló sin emoción alguna, y al no recibir respuesta continuó. —Pero sí puedo decirte que no vas a resolver nada ahí sentado, si quieres que el problema desaparezca debes arrancarlo de raíz, igual si prefieres seguir con esa carga es tu problema.
Una amarga sonrisa se formó en los labios del de ojos negros, quien simplemente se alzó de hombros, aún sin mirar a su acompañante, el único que si entendía como se sentía aún cuando no le preguntará y le contara nada.
—Supongo que gracias Ruv.— murmuró con tristeza, bajando el rostro pensativo, acto que impacientó a su acompañante.
—Eres demasiado lento, debes darle la cara a los problemas, no esperes que estos se resuelvan por sí solos, habla con él, en lugar de estar llorando por lo que sea que te tenga así, se un hombre y ve a arreglar tus problemas con Pico.
Ante la mención de aquel que tenía ocupado su pensar, miró con sorpresa a su acompañante, quien se encontraba cruzado de brazos.
—¿Cómo es que tú…?
—Fanneth me comentó algo.— respondió. —Hace días ha estado observando tu comportamiento, me dijo que últimamente nota que estás encerrado en tu mundo, no pones atención cuando estás cantando, ya no hablas, te vas solo cuando hay descansos, ya no le hablas a Pico, no te ve ir con él como cuando comenzaron su relación o lo que sea.— se alzó de hombros. —Digamos que eres muy obvio.
Ante sus palabras bajó el rostro totalmente sonrojado, no tenía idea de que cada una de sus acciones le delataban ante su mejor amiga, mucho menos se esperaba que ella le hubiera comentado a su pareja al respecto.
Más humillado no podía estar.
—Mira, no soy quien para dar una charla motivacional, las palabras nunca han sido mi fuerte, pero solo puedo decirte que si tienes un problema con él debes decirlo, no es adivino, sabes que ese idiota debe escuchar lo que te pasa para darse cuenta, Fanneth y yo no podemos meternos en su relación, así que esta en ti hablar o seguir sufriendo, ese ya es tu problema.— murmuró para después darse la vuelta dispuesto a irse, sin embargo antes lo miró de reojo para dedicarle unas últimas palabras. —Las relaciones no son fáciles yo tampoco la pase muy bien cuando comencé a sentir cosas por ella, tenía miedo de hacer o decir algo malo y que todo lo nuestro se fuera a la mierda, a Fanneth le pasaba lo mismo, ambos éramos y seguimos siendo unos inexpertos en esto de amar, pero la comunicación es lo que nos ha mantenido unidos, pon eso en práctica si no quieres perder lo que has conseguido.
El de cabellera azulada iba a responder, pero antes de decir nada su acompañante ya se había marchado, dejándolo con un nudo en la garganta.
Sabía perfectamente lo que Ruv y su mejor amiga habían pasado para llegar a ser lo que eran actualmente, tantas lágrimas derramadas por parte de ella y tantas discusiones iniciadas por él, todos decían que lo suyo no llegaría muy lejos, incluyéndose, sin embargo, un día simplemente aquello cambió, las lágrimas y gritos se convirtieron en sonrisas y caricias, dejando que el tiempo pasará y actualmente llevarán tres años como una de las mejores parejas.
Sentía envidia.
Él también quería ser así, quería tener el valor suficiente para tomarlo de la mano, para acariciar su mejilla, para besarlo, para gritar a los cuatro vientos cuánto lo amaba.
Pero tenía miedo.
Miedo de que, a pesar de llevar ya un año como pareja, le rechazara, de que le parara el seco antes de siquiera rozar sus dedos con los de él, de que al tomar la iniciativa mandara por un caño todo lo que habían logrado.
Aunque realmente no habían logrado nada.
—¡Maldita sea! ¿Por qué tiene que ser tan difícil?
Un gruñido cargado de frustración brotó de su garganta, tras revolverse los cabellos con ansiedad suspiró y se levantó de su lugar.
Quizá tenía razón y el que no arriesga no gana, debía dejar el miedo de lado, buscarlo y aclarar sus dudas.
Después de todo, ¿qué podría salir mal?
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No muy lejos de ahí, cierto joven de cabellera naranja se encontraba mirando al horizonte desde lo alto de un edificio, sus rebeldes cabellos se encontraban despeinados gracias al viento, su corazón latía al ritmo del sonido de los árboles y él se encontraba hecho un huracán de emociones.
Un suspiro brotó de sus labios al rememorar los últimos sucesos, desde aquel beso que marcó un antes y un después en su historia, hasta sus acciones que daban mucho que desear
Se sentía patético.
Hace días había notado el extraño comportamiento de su pareja, al principio pensaba que se debía a la presión que cada competencia le dejaba, sin embargo, al ver como poco a poco comenzaba a evitarlo supo que algo estaba mal con él.
Con ellos.
Tras soltar un gruñido cargado de frustración despeinó su cabellera, se sentía idiota por no saber cómo acercarse y preguntar que le ocurría, pequeñas voces en su interior le repetían que lo dejara así, que seguro era algún berrinche de esos que solía hacer cuando comenzaron su relación la primera vez, pero por otro lado le decían que si no hacia algo por ayudarlo se arrepentiria.
Que lo perdería.
Enojado se cubrió los oídos, quería dejar de escuchar los reproches en su interior, quería paz para poder pensar tranquilamente y encontrar una solución, pero él mismo acababa saboteando todos y cada uno de sus intentos por mejorar su relación.
Estaba cansado.
—Carajo… ¿Pueden callarse?— murmuró desesperado para sí mismo.
Solo por un día quería dejar de escuchar sus propios reclamos.
Una extraña presencia a su espalda lo hizo componerse, y tras sacar la pistola que llevaba guardada se giró totalmente a la defensiva, asustando inevitablemente a la recién llegada, quien simplemente sonrió al verle.
—Sabía que estarías aquí.— habló luego de unos segundos al ver que el guardaba el arma.
—No vuelvas a aparecer así, pude haberte matado.— respondió con frialdad para nuevamente voltearse, dándole la espalda a la joven.
Por su parte la de ojos cafés se acercó a él, colocándose sin invitación a su lado y mirando de igual manera al horizonte, ignorando sus gruñidos molestos.
—Sé que mi presencia no te agrada en lo más mínimo, pero si estoy aquí es porque no me gusta ver a mi mejor amigo decaído, parece un muerto en vida y creo saber porque.— lo miró de reojo, sintiéndose sorprendida al ver como sus iris blanquecinos adquirían un brillo esperanzado jamás antes visto cosa que la sorprendió.
—Por favor, ayudame.
La de oscura cabellera suspiro, y tras meditarlo unos segundos asintió.
—Mira, se que ustedes han pasado por situaciones un tanto difíciles, ni tú lo entiendes y él no logra armarse de valor para comentarte todo lo que pasa por su mente, pero creeme, es muy fácil aprender a saber lo que le pasa con solo verlo.— sonrió. —Y lo que le pasa es que su relación no es del todo… normal.
Aquello último provocó que él frunciera el ceño, dejando al descubierto su personalidad molesta.
—Como si tu relación con Ruv fuera normal.
La joven soltó una pequeña risita, sabía que ella no era el mejor ejemplo, pero al menos quería que lo suyo sirviera para que él se diera cuenta de todo lo que podría evitar si ponía de su parte.
—Lo sé, nosotros no somos quienes para decirles nada, pero si para aconsejarles y evitarles tanto sufrimiento.— suspiró. —Antes de ser la pareja que somos, Ruv solía ser muy parecido a ti y yo a Boyfriend, Ruv prefería no decir nada, solo se dedicaba a esperar que yo cediera y me olvidara de mis supuestos berrinches, cuando realmente yo sufría, ambos sabemos que él no es el ser más cariñoso, tampoco es muy bueno con las palabras, por eso siempre que nos acercabamos para intentar hablar acababamos peleando, ya que ni él me entendía y ni yo sabía entender su extraño lenguaje amoroso.— sonrió con melancolía a la vez que colocaba un mechón de cabello tras su oreja. —Creeme, no fue fácil ponernos en sintonía y entender que él se ponía nervioso cuando trataba de tomarme la mano, manifestando su miedo a través de insultos y palabras sin sentido, tampoco lo fue comprender que yo no me ponía así por un berrinche, si no que su falta de expresión me hacían dudar sobre si lo nuestro era algo real, ¿entiendes?— cuestionó, y al ver que él negaba suspiró. —Boyfriend piensa que no lo amas como él a ti.
Ante sus palabras él la miró incrédulo.
—¡¿Qué?! ¡Pero si no he hecho más que amarlo! ¡Él lo sabe y yo también! ¡Eso…!— guardó silencio y después miró a otro lado. —Pensé que eso tendría que ser suficiente.
Fanneth sonrió enternecida, sabía perfectamente lo que sentía, lo había vivido, precisamente por eso le pidió a su pareja que hablará con su mejor amigo al respecto, pues si lo enviaba a hablar con el de cabellera naranja lo más seguro era que terminarán metidos en un pleito al no tenerse paciencia el uno al otro.
Tras asentir colocó una mano sobre el hombro del joven, quien volvió su triste mirada a ella.
—Sí, lo sabe, pero una cosa es creer saberlo y otra sentir que es real.— le explicó. —Las acciones dicen más que mil palabras Pico, se que te va a costar mucho ser cariñoso frente a los demás, pero al menos intenta serlo solo con él, después poco a poco te irá naciendo el querer serlo frente al mundo entero.— sonrió.
Por su parte el de iris blancos bajo la mirada, y sin poder evitarlo comenzó a juguetear con sus dedos.
—Yo no sé cómo hacer eso, trato, creeme que si, pero no se como acercarme sin tartamudear y huir con estúpidas excusas.— confesó. —¿Fue muy difícil para Ruv?
La joven asintió.
—Para los dos fue difícil entendernos.— se alzó de hombros para luego reír nerviosa a la vez que se sonrojaba levemente. —El secreto está en dejarse llevar, dejar que las cosas fluyan con naturalidad, sin presiones ni a la fuerza.— sonrió. —Buscalo, explicale el porque de tu lejanía y así arregla las cosas con él, a menos que quieras perderlo para siempre, entonces…
Ante sus últimas palabras negó rápidamente, separándose del barandal para así salir corriendo, no sin antes agradecerle a la joven por todos y cada uno de sus consejos.
Lo haría, lo buscaría, le diría la verdad, que le aterra la idea de ser amoroso y dañarlo, que le aterraba que al serlo las burlas de los demás le molestaran al grado de acabar con su relación, sobre todo le diría que olvide esos pensamientos y dudas sobre su amor, que realmente lo amaba tanto que le dolía, que lo protegería de todo aquel que quisiera hacerle daño, que por él sería capaz de matar y hasta de dar su propia vida.
Que quería pasar el resto de su vida a su lado.
Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios del de iris blancos quien seguía corriendo en busca del dueño de su corazón, ya sabía lo que diría, lo que haría, después de todo no tenía nada más que perder.
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¡Hey!
¿Qué onda?
Aquí LupitaHaibara reportándose con un pequeño Two-shot, y en efecto, como pueden notar, no es de Miraculous, ni de Ranma o de Star vs the forces of evil, es de un videojuego bastante popular, este es "Friday Night Funkin", donde nuestro shipp principal es el de Boyfriend×Pico, así que de una vez advierto que si tú, pequeño lector, no eres fan de este juego o shipp, te abstengas de dejar comentarios innecesarios ^^ Simplemente omite la lectura, pues el siguiente y último capítulo esta más fuerte que este, así que sobre aviso no hay engaño.
Antes de irme, quiero decir que esta corta historia esta basada en una hermosa canción que lleva por nombre "Carrito Rojo", de Mariana Ávila y Javier Ramírez ^^
Bueno, sin más que decir, yo me retiro, pero no sin antes aclarar que este TS esta dedicado a SkylarkFN, una gran amiga mía a la cual quiero mucho, y le pido perdón por demorarme tanto en escribirla, espero te guste, no es mucho, pero es trabajo honesto :'3
Ahora si, me voy, nos estaremos leyendo en otra realidad virtual :3
Bais~♡
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