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Antes de la tragedia
TRILLIZOS.
¡Bienvenido al cupón de tres por uno!
Ahora toma asiento y espera a que retrocedamos uno o dos capítulos atrás.
Lunes.
Dos días después de que Beomgyu y Sunoo abandonaran la casa de los trillizos.
—Sunoo, le diré a mamá que te cambie de ese horrible salón. ¡No puedo creer que tengas maestros así!
El pelinegro suspira fastidiado mientras se cuelga la mochila a la espalda, ha decidido que no quiere seguir soportando más a su hermano metiche y parlanchín.
—Oh, Dios. Ya cállate, Beomgyu. —le pide con enfado, sigue caminando lo más rápido posible para llegar a su instituto. —¿De qué rayos hablas? El profesor Sungwoo no me ha hecho nada, ni siquiera es irrespetuoso. Es como un anticuado romántico de los setenta, déjalo ya. Y no me voy a cambiar ni mierda, ¿por qué no te cambias tú de cerebro? A ver, dime.
—Ah, bueno. ¡Lo entiendo! Pero, ¿qué hay del loquito ese de cabello morado? Dijo que iba a casarse contigo. —refuta el rubio siguiéndole el paso a su hermanito menor, mientras va caminando, no duda en mirar a todos lados por si se aparece alguno de los tres chiflados.
—No hablas en serio. Junhoon es como un bebé, dios, ¡cuando se enoja arruga la nariz!
Sunoo ríe inconscientemente por la imagen mental y quiere darse un golpe porque últimamente ha pensado en los tres hermanos, incluso en el idiota sexy de Sunghoon y su voz gruesa cuando dice insultos. ¿Cómo diablos logra que incluso sus insultos sean elegantes?
—Bueno, si es un bebé pero no puede casarse contigo. —Beomgyu sonríe de igual manera al recordar al enfadado Junhoon pero de inmediato niega asustado. —¿Y tú cómo sabes que arruga la nariz?
—¿Y tú por qué dices que es un bebé? —cuestionó con sospecha mientras entrecerraba los ojos, su hermano se rascó la nuca nervioso y miraba a todos lados a cada segundo. —Ush, sólo vete, Beomgyu. Voy a entrar a clases y no puedes meterte a mi salón, ¿okay? No se permiten mascotas, feo.
Sunoo le sacó la lengua a su hermano con burla y antes de que el mayor pudiera decir algo, él corrió con rapidez al salón escuchando algunas quejas de Beomgyu como: ¡Le voy a decir a mi mamá, Sunoo! ¡Te quitará el móvil!
Se rió con ganas de su hermano y después acomodó sus cosas en la butaca, pudo ver como siempre que Jungwon estaba a primera hora. sigue sin entender cómo es que ese chico madruga, ¿acaso no tenía series que ver? ¿Redes sociales para revisar? ¿Estados de desamor aunque no estuviera en una ruptura? ¿Algo? Sunoo daría lo que fuera por llegar más tarde pero su madre lo levanta una hora antes del instituto, ah, ¿cómo es que su madre madrugaba también?
—Buenos días, Sunoo-ssi. —saludó Jungwon formalmente con una sonrisa tranquila, la acción logra que Sunoo lo mire con mucha extrañeza.
—Buenos días. —respondió amablemente y diablos, Sunoo realmente tuvo que morderse la lengua para evitar soltar un comentario burlesco para el chico que le había delatado tantas veces en los semestre anteriores. ¡Una vez Jungwon le contó a su ex-maestra que él se había comido unos cheetos en su clase de nutrición! Fue realmente vergonzoso y ni siquiera quería hablar sobre el castigo, lo expulsaron de la clase. —Ya suelta, ¿por qué me saludas? Ni te caigo bien, plumoncito.
El de cabello castaño se ríe y niega mientras comienza a escribir la fecha en su libreta, a pesar de que faltaban cinco minutos para que el timbre sonara.
—Me agradarías si no quisieras intentar a cada momento robarte a Niki. —Jungwon se queja mirándole con enfado y Sunoo se ríe por sus celos inexistentes, aunque debe de admitir que sería gracioso molestarlo un poco.
¿Debería? No, no debería.
—Buenos días, alumnos. —saludó el profesor Sungwoo entrando al salón de las clases, deja su portafolio en el escritorio y le dedica una mirada a su cierto estudiante pelinegro.
Mientras Sunoo se concentra en lo guapo que se ve su profesor hoy, Jungwon se ve embobado cuando nota a Niki entrar por la puerta con su mochila colgada a la espalda y su cabellito castaño en pequeñas ondas.
—¡Buenos días, Niki! —saludó Yang con entusiasmo que incluso se puso de pie, las risas de los alumnos no se hicieron esperar y los cachetitos rojos de Niki son evidentes.
El castañito lo evita y se va directamente hacia a su asiento, no sin antes posar una mano en el hombro de Sunoo para saludarle, Jungwon y el profesor Sungwoo miran de reojo la escena.
—¡Vaya, qué intensidad! ¡Me quemo!
Sungwoo miró a todos lados y no pudo darse de cuenta nuevamente de quién había hecho el comentario, desde atrás, Heeseung fingía leer un libro mientras moría de la risa por el enfado de Jungwon y su profesor.
—Saquen su libro ahora.
Dos horas, dos horas largas en las que Jungwon y Sungwoo miraban celosos las interacciones de dos ciertos chicos, a pesar de que fueron callados varias veces, ninguna fue suficiente para evitar que siguieran hablándose.
—Es suficiente. Kim, le he pedido junto a su compañero que guarden silencio, me temo que omitiré su tiempo de descanso hoy.
—¡¿Qué?! ¿Por qué? Además ya le entregamos las actividades que puso.
—Un punto menos por responder, joven Kim.
—¡Oiga, eso no es justo! Debería regañar a los que no hacen nada por estar pintando un margen de dos horas, como cierto chico castrosito llamado Jungwon que no deja de vernos. —reclamó Sunoo con entado y Jungwon abrió la boca con indignación, Jay desde atrás se reía con ganas de la escena.
—¡Joven Kim! No voy a permitirle esa conducta, claramente les pedí que guardaran silencio. —aclara Sungwoo acomodándose sus gafas con nerviosismo, pero ahora estaba enfadado al notar las risitas de Niki hacia Sunoo. —¿Y a usted que le da gracia, Nishimura? ¿Quiere un reporte?
—¿Por qué va a reportarlo? ¡Ya hizo su aburrida actividad!
—¿Aburrida dice? No hubiera hecho nada si no fuera porque su noviecito se lo pasó.
—¡Eso es cierto! Yo me tardaré años en hacer un margen pero Sunoo se tarda más en entender. —Jungwon habla ganándose abucheos del resto del salón, Niki ni siquiera dice algo y sólo se limita a lanzarle una bola de papel
—¿Noviecito dijo? —repitió el pelinegro mientras se reía a grandes carcajadas de las ideas de su profesor, ¿acaso él realmente estaba celoso?
—Espero que le cause gracia ganarse un reporte también, Kim. —le dijo Sungwoo áspero sin dejar de mirarlo intensamente, ambos dedicándose miradas arrogantes.
—¿Y el reporte me sacará de su aburrida clase?
—¿Qué tal una detención? Así le pone atención a mis clases.
—¡Usted y la detención pueden irse al carajo! ¿Qué tal suena eso? —Sunoo se levantó con enfado de la butaca y tomó su mochila, sus ojos azules aniquilando al profesor enfadado de igual manera.
—Está reprobado, Kim. —suelta el profesor chasqueando la lengua con enojo, y no pudo evitar arder en celos al ver a Niki tomar la mano de Sunoo.
El pelinegro soltó la mano de Niki para acercarse a Sungwoo, a tan sólo escasos centímetros de su rostro que todo el salón creyó que lo golpearía. Sunoo se humedeció sus propios labios observando los de su profesor tuvo que darse una cachetada mental para evitarlo. ¡Gobiérnate, Sunoo! ¡Acaba de reprobarte!
—Váyase al carajo, profesor.
El timbre del receso sonó y todos salieron del salón con rapidez, Sunoo le sonrió con sarcasmo al maestro antes de abandonar el salón dejando a un Sungwoo malhumorado.
Sungwoo, el punto menos debería ser para ti.
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