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Único

Contiene 7mil palabras, si venís por el contenido sexual, chupame un huevo y seguí bajando hasta ver el separador de nuevo. Gracias.

— ¡Que se vaya al demonio! No quiero a mi hermana con ese tipo. — solté y Beomgyu solo negó con la cabeza.

— Ahora ve y dilo pero frente a ellos. — se burló después de ser arrastrado a mi habitación para que yo pueda liberar mi enojo sin soledad.

— No quiero arruinarle la cita a Ju. Pero ella no puede andar con él, creo que tiene una obsesión conmigo y no es bueno que se acerque a ella para nada. — dije seguro.

— Quizás te buscaba porque quería estar con Yoonju, no lo sé.

— ¿Por qué te pones de su lado? Ni lo conoces. — regañé casi ofendido por la actitud tan relajada de Beomgyu — Choi Soobin, pff, t-tiene nombre de..d-de tarado. — dije cruzándome de brazos.

— Relájate, ya estás tartamudeando del enojo. ¿Por qué te molesta tanto?

— Porque me incomoda demasiado, ¿qué tal si trama algo? ¡Sus padres practican brujería!

— ¿Eso no fue solo un rumor? — Beomgyu alzó una ceja y se recostó en el sillón de mi habitación.

— No me importa si lo es o no, además ya confirmamos la semana anterior que es un rarito virgen. Esto no va salir bien de ninguna manera, ¿comprendes?

Beomgyu echó un suspiro largo y luego se levantó para acercarse a mi.

— Yeonjun, nada va pasar, ¿bien? Tú solo dale tiempo, hasta el momento no ha hecho nada malo, técnicamente. No voy a dejar que te haga algo, ¿sí? Ya deja de preocuparte.

Asentí mientras Beomgyu me abrazaba, quizás sintiendo que mi preocupación era en serio.

Muchas cosas no le he contado a Beomgyu, quizás porque no sentí la necesidad, quizás suena estúpido pero algo no me agrada en ese muchacho.

— ¿Quieres bajar? Vayamos a almorzar afuera. — dijo y estuve de acuerdo.

Cuando bajamos y terminamos las escaleras en la sala, estaban Yoonju charlando con Soobin mientras hacían tarea, tal vez, no sé. Se supone que él la ayudaría en algo, no sé no le presto atención.

Mi mirada se fijó en él mientras seguía a Beomgyu, él al parecer se dio cuenta porque sus ojos subieron hacia mi sin mover su cabeza y fue paralizante, casi cortó mi respiración. Él sonrió como si lo supiera.

— Beomgyu. — Llamó mi mamá y Beom volteó hacia ella — Ven por favor, tu mamá me pidió un poco de la sopa que hicimos hoy, sabes como ella ama mi comida. — comentó riendo un poco.

— Espérame. — me susurró mientras se adentraba a la cocina.

Cuando mi mirada volvió a mi hermana él me seguía mirando, igual que en las clases y tragué duro bajando un poco la mirada.

— Oh, Yeonjun. — Yoonju volteó hacia mi. — ¿Sí saludaste a Soobin, no? — ella dijo casi entre dientes.

— Bueno, le abrí la puerta. — dije alzándome de hombros.

— Soobin, él es Yeonjun, mi...gemelo. — dijo casi como si le diera vergüenza, estúpida mocosa.

— Mm, un gusto. — murmuré y aclaré mi garganta.

— Pero ya nos conocemos. — soltó y no me la esperé.

— ¿Ah sí? — Yoonju alzó una ceja regresando su mirada hacia mi.

— B-bueno... él está en el segundo nivel de una clase que está junto a la mía, es todo. — aclaré sin comprender por qué mi nerviosismo.

— No tenía idea. — comentó Yoonju.

— No somos cercanos. — habló Soobin — Pero supongo que eso podría cambiar ahora.

— ¿Por qué lo haría? — solté sin pensar y quizás tal vez sonando a la defensiva.

Él solo sonrió un poco pero su mirada no dejaba de ser oscura, en cierto sentido.

— Yeonjun. — soltó Yoonju entre dientes y se levantó del sillón para acercarse a mi. — ¿Qué carajos te pasa? — murmuró enojada y no le respondí — Ahora vengo, Soobin, tengo unos apuntes que me gustaría que corrijamos juntos.

— Claro, tómate tu tiempo. — dijo él amablemente.

Ella subió rápidamente a su habitación, a saltos felices y bufé. Cuando volteé hacia el sillón tenía la mirada de Soobin clavada en mi una vez más, sentado con las piernas abiertas y sus manos entrelazadas entre ellas, mirándome de arriba abajo. Me sentí casi desnudo. Luego relamió sus labios y los abrió apunto de hablar aparentemente.

— ¿Proteges mucho a tu hermana? — preguntó viéndome a los ojos.

— No, excepto cuando siento que es necesario. ¿Por qué? ¿Hay algún motivo por el que deba protegerla?

Soltó una risa baja, grave, casi burlona.

— ¿Te parezco gracioso? — pregunté cruzándome de brazos y él se levantó con su rostro serio y su maldita altura que era superior a la mía.

— No, es tierno. — admitió acercándose y di dos pasos atrás. — Ella igual.

— Qué lástima, no te encariñes tanto. Mi hermanita no es de tener relaciones a largo plazo, ¿sabes? Te será difícil superarla, no hay otra persona como ella. — mentí, Yoonju siquiera había conseguido acercarse a un chico antes.

— ¿Tú crees que no hay otra persona como ella? — preguntó mientras colocaba sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

— Por supuesto que no.

— ¿Qué hay de ti?

— ¿Disculpa? — ahora sí me puse un poco a la defensiva.

De pronto retrocedió y su mirada se desvió detrás de mi, voltee y estaba Yoonju al pie de las escalera con unas hojas en su mano.

— Regresé. — dijo sonriendo hacia Soobin y luego se fijó en mi — ¿Sucede algo? ¿Qué le dijiste, Yeonjun? — me amenazó con el dedo.

— No te preocupes, Yoonju. Yeonjun y yo solo hablábamos de-...

— De nada. — interrumpí y luego fijé mis ojos en los de Soobin, una mirada amenazante. — Ya me largo. — cuando salí de la casa di media vuelta y entré nuevamente — ¡Beomgyu! ¡Deja de comer y vámonos!

— ¡Ya voy!

Definitivamente necesitaba ese respiro. Fuimos a almorzar y a los juegos del lugar, me olvidé completamente del problema. Siempre Beomgyu fue el causante de los mejores momentos de mi vida, por más desastroso que sea. Era él, era único y era suficiente para mi, y me apena que no todos puedan tener alguien como él en sus vidas. Si hubiese sido mujer probablemente nuestra relación sería diferente a lo que es hoy.

Gracias a Dios y todos los santos cuando Beomgyu y yo llegamos a casa Yoonju estaba sin el rarito.

— ¿Ya se fue? — pregunté y ella asintió con una sonrisa, al parecer las cosas habían salido bien. — ¿Y qué tal? — solté mientras me sentaba en el sillón.

— ¡Increible! Digo, mamá no dejaba de meterse a ofrecer postres pero luego de que ustedes se fueron él estaba muy sonriente y más cálido. — dijo con emoción y burla tal vez — ¿Qué le dijiste cuando abriste la puerta? — su tono se volvió amenazante ahora — Ah, da igual. Nada me amargará esta noche.

Ella subió a pasos rápidos hacia su habitación y Beomgyu tomó asiento en el sillón, dejando un espacio entre lo dos para dejar caer su cabeza en mis piernas.

— Algo te pasó. — me dijo — ¿Por qué no me cuentas?

— No confío en él, mucho menos desde hoy. — dije cruzándome de brazos y Beomgyu calló esperando que yo cuente. — Creo que...— me di un respiro — Creo que coqueteó conmigo hoy.

— ¿Ah? — él soltó levantándose para sentarse.

— Bueno, le mentí diciendo que Yoonju no suele conservar a sus parejas y le dije que no se encariñara. Cuando le dije que era difícil encontrar a otra como ella, él sugirió que esa otra persona puedo ser yo. ¿Estoy exagerando?

— Claro que no, para mi fue una indirecta muy directa.

— ¿Qué hago, entonces? — bufé recostando mi cabeza en el sillón.

— No lo sé, ¿qué quieres hacer?

— No quiero que Ju se enoje conmigo. — confesé tragando saliva y solo me abrazó.

•bd•

Dos semanas pasaron, bastante lento para mi gusto. Tal vez porque ya van dos sábados seguidos que encuentro al rarito en mi casa, desde ese día traté de estar lo más lejos de él posible.

Pero era imposible, parecía que Ju quería a toda costa que él y yo nos llevemos bien y hablemos. ¿Qué le pasa?

— Mira, Ju, no puedes obligarme a quedarme un sábado a la noche en casa solo por eso. ¿Estás loca? Aprovecha la noche con él.

— No puedes llevarte mal con él. Papá y tío se llevan espectacular y quiero una familia así.

— Papá es ¡esposo! de nuestra mamá. Soobin es uno que va gustarte unos días.

— Quédate, Beomgyu también estará.

— ¡¿Invitaste a Beomgyu?! — ella giró los ojos y suspiró — No, no, no puedes robar a mi amigo para tus cosas. Probablemente Soobin quiera que estén ustedes solos.

— Por favor, hazlo por mi. Contigo, Gyu y Soobin siento que al fin pertenezco a un grupo y tengo mi enamoramiento que no tuve en la secundaria. Solo será una película y pueden irse. — rogó y tomó mi brazo.

— ¿Por qué yo soy culpable de tus traumas adolescentes?

— Lavaré los platos por ti y por Beomgyu una semana. — propuso y entre cerré los ojos.

— Dos semanas. — dije cruzándome de brazos.

— Hecho.

— Bien.

Mis padres salieron a cenar y era algo que tenían planeado. ¿Dejar a Soobin y a Yoonju solos? Están locos, que yo la deje no importa, solo soy su hermano, no tendré que pagar pañales si algo sale como no esperan. ¿Pero ellos? Básicamente aún están a cargo.

— Soobin vendrá en un segundo, no le hagan bullying. — amenazó y Beomgyu carcajeó.

Fueron segundos después que sonó el timbre.

— Yo iré. — dijo ella en voz alta y con emoción.

— Qué lástima, Yeonjun y yo moríamos por ir. — dijo Beomgyu con sarcasmo, haciéndome reír mientras ambos comíamos de la misma bolsa de frituras con rapidez, una competencia rara de ambos.

— ¡Jaja! — dije tomando la última papita y estiré mi brazo para que no la alcance.

— ¡No! Tramposo. — me dijo estirando su cuerpo pero coloque mi mano en su cara, ensuciándolo con el polvo de las papitas.

— Ya sabes las reglas, el que tiene la última papita se vuelve el esclavo del otro. — le dije sacándole la lengua con burla y él lamió mi mano. — ¡Qué asco! — grité y él aprovechó para soltar y tomar mi mano que tenía la papita. Ambos caímos al suelo sin dejar de pelear.

— ¡Chicos! — ambos alzamos la mirada y vimos a mi hermana furiosa, junto a Soobin, quien tenía una mini sonrisa en sus labios.

Yoonju carraspeó y movió sus ojos, regañándonos con ellos. Yo me comí la papita y Beomgyu me empujó.

— Lamento esto, mi hermano es un salvaje, al igual que Beomgyu. Por esa razón no te lo presenté pero creo que ahora no tengo opción. — dijo ella mientras Beomgyu y yo nos levantábamos del piso — Soobin, él es Beomgyu, es-...

— Soy el novio de Yeonjun. — interrumpió Beomgyu y rodeó mis hombros con su brazo.

— No es cierto. — dijo Yoonju.

— Acéptalo, cuñadita. Tu hermano es mío ahora. — dijo y me abrazó, Yoonju me miró esperando una respuesta. Mi mirada se dirigió a Soobin por alguna razón.

— ¿Y bien? — ella habló impaciente —Obviamente es mentira, de Beomgyu no puedo creer nad-...

— E-estamos en algo. — murmuré, aún viendo a Soobin y cuando terminé de hablar dirigí mi mirada a Yoonju — No pensaba decirlo hoy, Beomgyu pensó las cosas sin mi. — dije entre dientes ahora volteando hacia Beomgyu y él solo sonrió.

— Como sea, hay que sentarnos a ver la película. — dijo Yoonju y tomó la mano de Soobin para guiarlo hacia el sillón.

— Beomgyu y yo traeremos más frituras. — dije y también tomé su mano para llevarlo a la cocina. — ¿Qué carajos planeas?

— No lo sé, tal vez si Soobin cree que tienes pareja se aleje. ¿No crees? Soy brillante.

— No, tarado, ahora cree que soy gay y puede aprovechar más. — dije entre dientes y sonando obvio, Beomgyu relajó el rostro, aparentemente no se le había ocurrido esa posibilidad... imbécil.

— Bueno, quise ayudar, ¿okey? Al menos sabe que estás con alguien, quizás eso le detenga.

— Sí, claro, así como lo detuvo el hecho de que básicamente está saliendo con mi hermana y aún así tuvo el descaro de coquetearme. — dije lo último entre dientes y Beomgyu bufó tomando las frituras de la alacena.

— Relájate, actúa natural, ¿sí?

— Bien, de acuerdo. — me rendí — Actuaré natural.

Ambos regresamos y nos encontramos con una escena cariñosa, ellos dos acurrucados en el sofá eligiendo una película.

— Descarado, está abrazándola. — murmuré.

— Shhh. — me dijo Beomgyu mientras me arrastraba hacia el sillón — Volvimos con las frituras. ¿Ya saben qué vamos a ver?

— Bueno, Soobin me estaba hablando de una película. — comenzó Yoonju — De 1998. — dijo ahora entre dientes, viéndome a mi y solté una risa nasal.

Soobin hizo se movió en el sillón, acorralando a Yoonju contra el reposabrazos del sillón y alzó la mirada hacia mi.

— ¿Ah sí? ¿Cuál? — preguntó Beomgyu sentándose a un lado de Soobin. Yo me senté junto a Beomgyu, acorralado contra el otro reposabrazos.

— Rush Hour. — dijo él, su tono de voz algo irritado.

— ¡Veámosla! — Beomgyu sonrió y le ofreció frituras a Soobin, este negó agradeciendo.

Carajo, sin Beomgyu aquí probablemente ya me hubiese vuelto loco.

— Solo si el resto está de acuerdo. — dijo Soobin.

— Por mi está bien. — dijo Yoonju — Y a Yeonjun también le gustan esas películas tontas que veía con papá.

— Te gusta el stand de los besos, yo que tú no hablaría de películas tontas aquí. — dijo Beomgyu y Yoonju casi se sube sobre Soobin para golpear a Beomgyu. — ¡Tú me dijiste que viniera!

— ¡Ya sé que la próxima vez solo estará Yeonjun! — ella dijo volviendo a sentarme.

No habrá próxima vez ni drogado.

Por suerte la película hizo olvidarme que estábamos con mi hermana y su casi algo.

Beomgyu y yo reíamos casi escandalosamente mientras que por alguna razón nos golpeábamos el uno al otro de la risa.

— No entiendo qué es tan gracioso. — susurró Yoonju hacia Beomgyu y pude oírla.

— Por favor, las escenas de las peleas son lo mejor. — dijo Beomgyu riendo.

— Es estúpido. — ella dijo.

— Ush, cállate ya. — murmuré y estiré un mechón de su pelo, ella volteó bruscamente y estiró el mio. — ¡Auch!

— Tú te lo ganaste. Ve y trae más frituras, tu novio y tú son un asco. — se quejó y bufé levantándome.

— Ti nivii y tí sin in isci.

— ¡Ve ya! — me golpeó en el trasero y pegué un brinco.

— ¡Ya! — regañé mientras caminaba a pasos rápidos hacia la cocina.

Mientras sacaba varias bolsas de la alacena escuché la voz de Soobin.

— Tranquila, iré yo por el agua.

Lo ignoré mientras comencé a abrir las bolsas de frituras y entonces decidí tomar un bowl para cargarlas todas ahí. Comencé a buscar los bowls grandes por toda la cocina y bufé al no conseguirlas.

— ¿Dónde carajo mamá las guarda? — di unos pasos hacia atrás y vi unos bowls enormes sobre las alacenas. — ¿Cómo carajos voy a alcanzar eso? — miré fijamente el bowl.

Puto si no puedo.

Me estiré lo más que pude y la punta de mis dedos tocaron el borde del bowl.

Entonces observé cómo el bowl era tomado por alguien más como si nada y volteé rápidamente para encontrarme a Soobin tan cerca de mí que podía sentir la calidez de su cuerpo.

— Yo podía solo. — dije tomando el bowl y escapando de él hacia la mesada, dándole la espalda.

— Mm, sí, ya lo creo. — se burló.

— No te creas un héroe galán, poste. — comenté mientras comía una fritura, sin voltearme hacia él.

De pronto mi mirada bajó hacia la mesada al notar cómo sus manos se colocaron en los bordes de esta, mi mano también reposando a su lado y tragué duro, no había notado el tamaño de sus manos. Ahora me había acorralado contra la mesada.

Mis ojos subieron y se desviaron hacia mi derecha, por el rabillo del ojo. Su rostro se asomó por ese lado.

— Lo soy, lindo. — dijo bajo y quise golpearlo tan mal.

Aclaré mi garganta antes de voltearme hacia él.

— No me digas así. — amenacé.

— ¿Por qué? ¿Tu novio se enoja?

— Sí, y mucho. — dije casi entre dientes.

— Wow, desde el momento en el que te vi supe que te gustaban los hombres. — comentó alejándose un poco.

— Te equivocas, no me gustan los hombres. Me gusta Beomgyu y solo él.

Él soltó una risa negando.

— Sorpresa, tu novio es un hombre y probablemente no el único que vas a probar.

Ahora reí yo.

— ¿Yo con otro hombre? Pff, eso pasará el día que me transforme en mujer, o sea jamás.

Él solo se alzó de hombros mientras yo tomaba el bowl y caminaba hacia la sala.

Por suerte todo corrió con normalidad luego hasta que fue la hora de que Soobin se vaya.

— ¿Te quedas a dormir? — le pregunté a Beomgyu y él me abrazó.

— Claro que sí, amorcito. — rió y yo reí igual empujándolo.

— Cierra la boca.

Él me empujó también y comenzamos a pelear hasta que nos interrumpió Yoonju.

— ¡Hey! — nos separó — Necesito una maldita explicación, ¿en serio están juntos?

— Claro que no. — dije.

— Obvio que sí. — él dijo al mismo tiempo.

— ¡¿Sí o no?! Porque papá tiene que saber esto, les hará bullying por el resto de sus vidas. Eso explicaría por qué Beomgyu es un espanta mujeres y por qué Yeonjun nunca se ha conformado con ninguna mujer.

— ¡No soy gay! — dije y alejé a Beomgyu — Y Beomgyu no es mi novio, solo quería espantar a Soobin e incomodarlo.

— En serio son un par de tarados. — ella bufó mientras tomaba el camino a su habitación.

Nosotros también subimos a la mía.

— ¿Tienes sueño? — me preguntó mientras se tiraba en mi cama.

— No. — dije y me senté a su lado, quitando mis zapatos y ropa.

— ¿Hacemos algo?

— Veamos algo. — Beomgyu asintió de acuerdo.

Y no sé en qué momento me dormí. Lo supe cuando abrí los ojos y la luz del alba golpeó mis ojos.

— Ah... — me quejé dando vueltas en la cama, buscando el contacto de Beomgyu pero no estaba, entonces abrí bien los ojos de golpe y efectivamente no estaba, me levanté igual de rápido. — ¿Beom? — pregunté volteando hacia el baño pero nadie estaba tampoco.

Sentí mi garganta seca así que me levanté por agua, pasando junto a mi escritorio pero entonces creí ver algo extraño en el espejo y me regresé.

Y no lo creí, así era.

— ¿Qué? — dije bajo viéndome en el espejo.

No, ese no era yo.

Toqué mi cuerpo, viéndome en el espejo y luego bajé la mirada hacia mis manos. Mi cuerpo era más... ¿pequeño? mi cintura más estrecha, mis caderas anchas y esos eran...

— ¡¿Tetas?! — toqué mi pecho descubierto y con prisa acomodé el espejo para poder ver mi rostro. — ¡¿Yoonju?!

No, no, no , no ¡Y no!

— Estoy seguro de que e-esto es solo un mal sueño, lo sé. Volveré a acostarme y todo r-regresará a la normalidad. — dije con los ojos cerrados mientras volvía a mi cama y me cubría con las sábanas, esperando quedarme dormido y luego despertar para contarle a Beomgyu el sueño loco que tuve.

Sentí que fueron unos cinco minutos antes de escuchar un escándalo.

— ¡Yeonjun!

Oí mi nombre pero no hice caso hasta que oí unas pisadas y de pronto me arrebataron las mantas.

— ¡¿Qué carajo?! — dijo la otra persona.

¡Y la otra persona era yo! ¡Pero no era yo! Porque yo soy yo y ese yo se ve distinto pero soy yo.

— ¡Esto no puede ser real! — soltó con mi voz.

— ¿No es un sueño entonces? — y esa no era mi voz pero salía de mi boca.

— ¡No, tarado!

Y mi visión se volvió casi negra.

Cuando regresó me encontraba en el sillón con Beomgyu abanicándome, gracias a Dios ya tenía ropa puesta. ¡Ropa de mi hermana! y entonces noté que no era un sueño porque ese clon mio seguía ahí.

— Yoonju, al fin despertaste. Dile a Yeonjun que está actuando como un lunático, me está asustando. — dijo Beomgyu.

— ¡No soy Yoonju, Beom! — solté exaltado tomando a Beomgyu por los hombros. — ¡¿Qué carajos pasó?!

— Creo que... ¡No quiero decirlo suena estúpido! — se quejó, mi voz se volvió chillona y la quise golpear. — Creo que cambiamos de cuerpo. ¡No lo sé!

— Pero no te ves como yo. — dije y me levanté — Eres más alto y tienes más músculos. — dije tomando su brazo y se soltó de mi agarre.

— ¡No me toques!

— ¡Es mi cuerpo!

— No me importa. — dijo ella — Y tú tampoco te ves como yo, tu cabello es más corto, naranja, Y... hijo de puta, tienes más cintura que yo. ¡Te odio!

— Voy a volverme loco, loco, loco, ¡Muy loco! — oímos a Beomgyu y ambos volteamos hacia él.

— ¡¿Crees que nosotros no?! — ella gritó con voz grave y luego se tapó la boca — Esa no soy yo, parezco un gymrat, me voy a morir. — miró hacia arriba abanicando sus ojos con su mano.

— A ver, cálmense. — dije y suspiré. — Tiene que haber una razón. No puedo creerlo.

Entonces fuimos interrumpidos por nuestros padres.

— ¿Qué sucede? — preguntó mamá acompañada de papá.

— ¿Qué es ese escándalo? — se unió papá rascando su nuca.

— Solo...— Beomgyu se paró frente a nosotros dos — Practicamos una obra de la que pensamos audicionar, es eso.

Mi mamá frunció el ceño y negó.

— Cómo sea, haré el desayuno. — dijo mi mamá y luego fijó su mirada en mi, se acercó lentamente, obligando a Beomgyu a hacerse un lado. — Yoonju, ¿qué le hiciste a tu cabello? — ella preguntó tocando un mecho de mi cabello que no es mio.

— Un nuevo look. — dije bajo y ella se alzó de hombros.

Mi mirada se dirigió a Yoonju y ella con señas apuntó hacia su habitación, Beomgyu y yo comprendimos así que la seguimos.

— Bien, al parecer no es un sueño. — comenzó ella — ¿Qué carajo hacemos?

— Debí hacerle caso al abuelo cuando dijo que me bautice. — me quejé.

— Esto es serio, Yeonjun. — dijo ella — ¡No pienso vivir como hombre toda mi vida!

— Por el momento traten de actuar con normalidad mientras buscamos una solución. — propuso Beomgyu.

— ¿Actuar con normalidad? — ella soltó una risa — ¿Cómo piensas que haremos eso? Ambos tenemos una vida separada, será imposible.

— ¿Por qué eres tan negativa? — volteé hacia ella — Solo intentemoslo, ¿qué tan difícil puede ser estar en los zapatos de una mujer?

Yoonju carcajeó fuerte y tomó de mi hombro.

— ¿Acaso saldrás con Soobin por mí? — se burló e hizo un puchero.

— ¡Oh, no, no y no! Tus citas se acabaron hasta que resolvamos este problema. — dije y ella negó.

— ¿Por qué tan negativo? Creí que era fácil. — siguió burlándose — No echarás todo a la basura, lo harás.

— ¿Y se puede saber qué consigo a cambio? Mínimo espero dos autos.

— Te conseguiré una cita. Soy mujer técnicamente y sé lo que hago, así que yo seduciré a una mujer y tú conseguirás a Soobin por mi. Tú sabes lo que le gusta.

— Trato, que sea una nalgona.

— Qué asco das. — me dijo desviando la mirada.

•bd•

Siquiera quiero mencionar lo asquerosamente tedioso y horrible que fue esa semana. Bien, lo lamento, tal vez me equivoqué y sí es una gran diferencia ser mujer. ¿Lo peor de todo? Es que ahora tengo que soportar al poste el sábado. De mal en peor.

— ¿Por qué llegaste tarde? — recibí a un yo enojado en la puerta de una habitación que no era mia.

— ¿Tarde? Son las cinco de la tarde. ¿Qué se supone que tengo que hacer?

— Arreglarte, ya preparé tu outfit. — me jaló hacia el interior de su habitación.

— ¿Arreglarme? ¡Son las cinco de la tarde!

— Pero ahora eres mujer, ¡y las cinco es tarde! — me acusó — Ve a bañarte, ya, ya. ¡Y depílate!

— ¿Disculpa? — fruncí el ceño volteando hacia ella — Si crees que estrenaré mi nueva... lo que sea, estás loca, mujer. ¡Mucho menos con Soobin!

— Cállate y depílate, no quiero que recibas a Soobin con las piernas peludas. Y depílate allí también, no seas puerco.

— Probablemente Soobin no se depile tampoco, ¿a quién llamas puerco?

— Me harás saber si se depila o no luego, entra al baño.

— ¡Qué asco Yeonju! — grité después de que ella cerrara la puerta.

Tomé el rasurador para mujer y luego observé dentro de mi ropa interior.

— ¿Cómo carajos se hace esto?

Salí del baño. Sangrando, sin animos, sin pelos y rojo como un tomate.

— Eres un desastre. — murmuró negando con la cabeza — Ven, voy a maquillarte.

— No necesito eso, soy hermosa. ¿Qué no ves?

Y carajo, era cierto. Mentiría si dijera que no me veo al menos 18 veces al espejo.

— Pues Yoonju usa maquillaje, así que ven. — bufé y me senté en su escritorio.

Yo solo me dediqué a cerrar y abrir los ojos, seguir sus órdenes y criticarla.

— Listo, puedes verlo. ¿Qué opinas?

— Que enviaría a casa a todas las miss universo que han existido. — comenté, ella bufó.

Luego siguió el peinado, eso fue tedioso, muy. Lloré dos veces. O casi, ella levantó mi rostro y disparó la secadora de pelo a mi rostro para que no se dañara el maquillaje.

Por último la ropa, ella lo extendió hacia mi.

— De ninguna manera, tú no usas este tipo de vestido. ¿Por qué tan elegante? Solo cenarán en casa y verán películas.

— Bueno... — dudó en hablar y yo entre cerré los ojos, teniendo una idea en mente.

— ¿Bueno qué? — dije entre dientes y ella soltó una risa.

— Soobin hoy planea llevarme a un restaurant y luego a su casa. — dijo como si nada.

— ¡¿Estás loca, mujer?! ¿Por qué no me lo dijiste?

— Porque te negarías.

— Pues te salió igual. No, no estaré a solas con él.

— Ya aceptaste el trato, no hay vuelta atrás. — soltó ella — Así que ponte este vestido ahora.

— Bien, pero estás advertida, si trata de besarme lo golpearé.

Me coloqué la estúpida prenda y sí, me veía genial. ¡Pero no quiero salir con Soobin!

— Estoy tan orgullosa, al fin te ves como una persona decente. — fingió limpiar sus lágrimas y yo bufé. — Ve abajo, Soobin llegará pronto.

— ¿De qué hablas? Han de ser como las seis de la tarde.

— Ja, son las nueve de la noche, Yeonjun. — dijo ella y mi mirada volteó rápidamente hacia las ventanas, el cielo era negro azulado — El tiempo de una mujer es corto, aprenderás con el tiempo. — me susurró.

Bajé por las escaleras y al final encontré a Beomgyu, quien parecía estar comiendo cereal.

— Beom...

— ¿Uhm? — él desvió la mirada hacia mi con la boca llena y cuando me vio, sus ojos se abrieron en demasía y casi escupe la comida en su boca.

— ¿Qué tienes? — lo regañé dándole palmadas en la espalda mientras él tosía escandalosamente — ¿No te gusta?

— No dije eso. — dijo terminando de masticar — Si no estuviera Yoonju de chismosa ya te habría hecho dos bebés.

— ¡Beomgyu! — se quejó Yoonju.

Yo reí negando con la cabeza mientras me sentaba en el sillón. Yoonju parecía nerviosa.

— Cierra tus piernas cuando te sientes y camina derecho. — me dijo y yo bufé.

— Que sea hombre no significa que no sé comportarme. — le dije arqueando una ceja.

— No es porque seas hombre, ¡es porque se trata de ti, Yeonjun!

Entonces el timbre sonó y le pedí 50 veces a Dios que me de un paro cardiaco o algo.

— Abre, abre. — me dijo ella y luego negó — Deja, abro yo.

Rodé los ojos mientras ella trataba de borrar su sonrisa para abrir la puerta.

— Uno, dos tres. — susurró antes de abrir la puerta — Hey, Soobin. ¿Qué onda? — dijo con una sonrisa y negué acariciando el puente de mi nariz.

¡Yo no hablo así! ¡Menos a Soobin!

— Hola. — escuché su voz — Vengo a buscar a tu hermana.

— Oh, si, Yoonju. Ella está aquí pero si no están apurados puedes pasar a-...

— Lo siento, hermano, pero estamos apurados. — me entrometí casi empujándola de la puerta.

Ahora tendré que humillarla en algo por esa estupidez que hizo.

— Perdona Soobin, estaba cagando en el baño, las alitas de pollo no me cayeron bien.

Sonreí al sentir la mirada asesina de Yoonju.

— No te preocupes. — pero Soobin soltó una leve risa.

— Ya vámonos. — tomé su brazo y nos alejamos de la puerta, yo volteé la mirada hacia Yoonju, que parecía buscar los ojos de Soobin pero él no volteo.

Me ignoró completamente, o sea ignoró a Yoonju y se enfocó en mí, o sea se enfocó en Yoonju.

Levanté la mirada hacia al frente y el loquito tenía auto. ¡Tenía auto! y uno lindo. Lo odio con todas mis fuerzas. Incluso me abrió la puerta, lo detesto.

¿Si es tan caballeroso con Yoonju por qué carajos coquetea conmigo?

Entró al auto y fue entonces que noté su refinado traje negro y el aroma varonil con un toque de frescura que desprendía de él.

— ¿Vestido blanco? — preguntó volteando hacia mi.

— Fue idea de Yoon-...de Yeonjun. — dije y mi mirada al frente se desvió hacia él.

¿Qué carajos diría Yoonju ahora?

— ¿Por qué? ¿No te gusta la idea de verme con un vestido blanco?

¡No! Creo que la cagué, te maldigo Yoonju.

— Te ves hermosa. — dijo con una sonrisa y arrancó el auto al fin.

El viaje transcurrió con normalidad, me hablaba de cosas comunes, sobre mi día y el suyo.

— Y... Soobin, ¿cómo te cae mi hermano? — me atreví a preguntar.

— Mm, no lo sé, no lo conozco del todo. — dijo con tranquilidad.

— Pero ¿qué opinas de él? — insistí.

— No lo sé, es infantil, creo y...tierno. — se alzó de hombros — Es un buen chico, ¿qué podría decirte?

— Mm, ¿solo eso?

— ¿Qué más debería decir? — soltó una risa leve.

— ¿Tú crees que nos parecemos físicamente él y yo?

— Son gemelos, supongo que así es.

— ¿Entonces crees que él es atractivo?

Podría malinterpretarse mis preguntas, pero quiero que le admita a Yoonju, que se sienta mal y de una vez por todas él termine con ella.

— ¿Por qué esa pregunta? — dijo y volteó un pequeño segundo hacia mi antes de devolver la mirada a la carretera.

— Curiosidad. ¿Sí o no?

— Bueno, lo es. — confesó.

— ¿Si fueras mujer andarías con él? — solté de pronto y él aprovechó el semáforo en rojo para voltear hacia mi.

— No es necesario que yo lo sea para estar con él. — dijo viéndome a los ojos y sentí la misma sensación que al verlo por primera vez en mi casa, ese escalofrío subiendo por mi espalda y el denso aire. — La mujer podría ser él. — comentó después de que su mirada se haya alivianado por completo

La luz verde iluminó su rostro y soltó una sonrisa antes de continuar el camino.

— Yeonjun mujer, suena ridículo. — susurré.

De pronto habíamos llegado y él bajó del auto para abrirme la puerta del copiloto.

— Gracias. — dije bajo mientras me paraba a su lado.

Mi mirada vagó por el lugar y frente a mi se encontraba un gran restaurante. Alguien que me diga que él va a pagar, por favor.

— Vamos. — dijo ofreciendo su brazo y yo lo tomé mientras nos acercábamos a la entrada.

Sentí muchas miradas clavarse en nosotros y solo quise irme a mi casa y ver películas con Beomgyu en mi cuerpo con pene.

Como extraño a mi pequeño gran amigo. Fui mínimo seis veces a mear medio dormido creyendo que aún lo tenía y mojé mis pantalones y boxers. Porque sí, los sigo usando.

Hoy fue la excepción, porque según Yoonju con el vestido se nota. Estoy controlando las ganas de acomodarme las putas bragas y me las quitaría si pudiera.

Un mesero nos guió hacia una mesa al parecer ya reservada y Soobin retiró mi silla. Maldito imbécil fingiendo ser un caballero. Eres igual al resto Choi Soobin, engañas a mi hermana pero no a mi.

Igual me senté.

— Bonito, ¿no? — dijo con una sonrisa.

— Para alguien que solo tuvo citas en puestos de hot dogs, lo es. — dije sin pensar y Soobin alzó las cejas.

— Dijiste que nunca tuviste citas antes. — ¿por qué carajos sonreía si se supone que le mentí?

— Bueno, con citas me refiero a las tres veces que salí con Yeonjun y sus amigos. Él quería buscarme pareja pero sus amigos eran unos imbéciles. Aunque debí aceptar la ayuda de mi hermano en lugar de tomar su hot dog y tirárselo en la cara. — dije con rencor recordando aquello.

Al momento trajeron una entrada, que para mi eso era una maldita cena. Era una canasta ¡Hecha de pan! con más pan adentro y como cuarenta salsitas y quesos para agregar.

Podría ser lo mejor que he probado y solo era la puta entrada.

Luego llegó la comida que sí, estuvo rica pero nada supera lo primero. Siquiera me importó que estaba en una cita fingiendo ser mi hermana.

— ¿Quieres postre? — preguntó de repente y yo negué.

— Ya no, iré rodando a casa. Pero si tú quieres está bien, te esperaré.

Soobin soltó una risa algo grave y se cruzó de hombros sobre la mesa.

— ¿A casa? — soltó otra pregunta y yo alcé mi mirada hacia él.

— Sí, ¿a dónde más? — dije algo nervioso.

— Bueno, habíamos quedado con que iríamos a mi casa. ¿No recuerdas?

— Oh, sí, tienes razón. — aclaré mi garganta mientras mis ojos temblaron un poco — Pero de verdad comí mucho y creo que-...

— Fuiste tú la que me regañó por no llevarte a mi casa, así que está hecho. — me interrumpió.

¡Yoonju eres una maldita!

El camino fue tan corto, maldita sea, ese estúpido restaurante estaba tan cerca de su casa que podría tirar una piedra desde ese lugar y atinarle a su ventana.

Dejó el auto en el estacionamiento del edificio y subimos a su apartamento.

— Lindo lugar. — dije con incomodidad — Soobin... yo no tengo una pijama, ni nada.

— No creo que la necesites. — soltó como si nada — Puedo prestarte ropa. — y fue como si mi alma regresase a mi cuerpo.

Entramos a su apartamento, muy atractivo, elegante, muy grande, alto, muy él.

¿Qué carajos estoy diciendo?

Di unos pasos lentos y luego volteé hacia él.

— Y... ¿qué quieres hacer? — pregunté tratando de ocultar mis nervios.

— Veamos una película. — dijo — Iré por ropa para ti y me cambiaré, espérame aquí.

Cuando se fue comencé a vagar por el lugar, observando los detalles en la decoración y el aroma fresco.

¿Qué clase de trabajo tenía para ser exitoso a tan corta edad? Según yo, sus padres no son ricos.

Me enderecé y solté un quejido por la maldita bragueta del vestido que me molestaba e hincaba en la espalda. Quise bajarlo pero mis brazos eran más cortos.

Entonces oí pasos y volteé con rapidez hacia la escalera. Soobin traía un conjunto casual y también una camisa en sus manos.

— Lo lamento, no tengo shorts que puedan quedarte sin que se te caigan. — dijo un poco apenado y yo me alcé de hombros — ¿Tienes algo?

— ¿Mh? No, nada. — dije y sonreí. Él relamió sus labios confundido y luego sonrió tiernamente.

— ¿No puedes quitarte el vestido? — dijo viendo mis manos tras mi espalda.

— Claro que puedo.

— Quítatelo entonces.

— ¡¿Qué?! N-no frente a ti. — él carcajeó negando y dejó caer la camisa en uno de los sillones.

— Entonces da la vuelta. — no dije nada pero tampoco hice caso.

Suspiró y me tomó de los hombros, volteándome. Soltó una risa al ver mis manos tratando de acercarse a la bragueta.

— Tranquila, te ayudaré.

— Que sea rápido. — dije entre dientes.

Jaló la bragueta pero no sentí que haya bajado, intentó dos veces.

— Te dije rápido. — apuré.

— Se atoró la porquería, lo haré fuerte así que quédate quieta. — esta vez sí hice caso, no sé qué tanto dolerá que la bragueta se lleve por delante tu espalda pero sé que duele en los testículos.

Hizo lo mismo pero con más fuerza, bajando de golpe toda la bragueta hasta el borde de mi trasero.

— Oh, dios. — solté sorprendido levantando el vestido. — Bueno, gracias.

Pero él no se alejó, ni me soltó, se quedó unos segundos sin decir ni hacer nada.

— Soobin. — lo llamé y no obtuve respuesta, cuando iba hacerlo una segunda vez, sentí sus cálidos y húmedos labios rozando mi nuca. Mi piel se erizó al instante por la sensación. — ¿Qué haces?

— Hueles muy bien. — comentó y besó mi hombro mientras sus manos rodeaban mi cintura.

— S-soobin. — tartamudee cuando mordió mi cuello y sus manos subían a mi pecho, comenzó a bajarme el vestido.

— ¿Qué tienes, bebé? — preguntó como si no me estuviese desnudando.

Bueno, no a mi, sino a Ju.

¡Yoonju!

— No, Soobin. — subí mi vestido y me alejé de él. — Yo... no estoy lista.

— Hey, no te preocupes. — se acercó lentamente a mi y acarició mi rostro — Claro que lo estás, es lo que me haz dicho.

— Pues... ¡cambié de opinión! — quise alejarme pero antes Soobin tomó mi brazo.

— Déjame besarte, si sigues sin cambiar de opinión lo aceptaré. ¿De acuerdo?

Me quedé inmóvil, sosteniendo el vestido para que no caiga.

Él al parecer lo tomó como un sí porque se acercó un poco más y devoró mis labios con ímpetu y deseo. Tomó mi cintura y me acercó a él, sin dejar de besarme. No tuve otra opción que tratar de seguirle el ritmo que poco a poco se volvía más salvaje. Finalmente me acostumbré y era una batalla de besos interminable, una mano cayó sobre su nuca y la otra en su hombro, el vestido terminó en el suelo, dejándome únicamente con mis bragas porque no traía sostén.

Solté un gemido agudo cuando bajó sus besos a mi cuello y mordió levemente la zona.

Entonces sentí como mi parte intima de alguna forma hormigueaba y mis bragas comenzaron a mojarse. Mi agarre en su hombro y su nuca se hizo más fuerte a medida que sus labios bajaban por mi cuerpo hasta mi pecho.

— S-soobin. — solté cerrando mis piernas cuando su lengua rodeó uno de mis pezones. — D-dijiste besos, solamente besos. — froté mis piernas buscando más de ese contacto que comenzaba a sentir.

— ¿Cambiaste de opinión? — preguntó y mis ojos se fijaron en los suyos.

No respondí y obtuve una sonrisa casi burlona de su parte.

— Eso creí. — dijo y su mano aterrizó sobre mi intimidad y comenzó a hacer movimientos circulares aún sobre la ropa interior.

— ¡Mpm! — traté de callar mis gemidos pero era imposible, aquello se sentía tan bien y diferente.

Pronto su mano se encontró completamente mojada, a pesar de no hacer contacto directo.

— Junnie, estás tan mojada. — soltó con una voz cargada de deseo.

Tomó mi rostro con su mano húmeda y volvió a besarme, con más brutalidad y mordiendo mis labios, los movimientos de su mano también seguían el mismo ritmo.

— ¡Ah! ¡Soobin! E-espera, siento que-... ¡ah!

Y él se detuvo.

— ¿Estás por correrte?

Al parecer sí, así que asentí.

— Hazlo en mi boca entonces.

— ¿Q-qué? — fue lo último que pude decir antes de que me arrojase sin mucha fuerza al sillón y se metiera entre mis piernas, siquiera puede renegar porque volvió a acariciarme haciéndome gemir y completamente a sus pies.

Comenzó a jugar con mi braga, estirándola, subiendo, bajando, acariciándome con la tela y el pequeño roce de sus dedos. Cuando subió lo suficiente, su dedo índice tocó una zona que hizo que todo mi cuerpo se estremeciera.

Él soltó una risa ante eso y corrió mi ropa interior hacia un lado, revelando mi intimidad. El aire frío rozando la humedad me estremeció igual, pero fue reemplazado por la lengua cálida de Soobin que absorbió con avidez lo que me había hecho estremecer antes.

— Oh. — jadee mientras su lengua recorría todos los lugares adecuados.

Mis dedos se hundieron en su cabello y eso pareció alentarlo para introducir su lengua en mi cavidad.

— ¡A-ah! Carajo. — mis dedos se hundieron más en su cabello y por inercia su lengua tocó lugares más profundos, haciéndome gemir como nunca creí que lo harían.

Maldito.

El hormigueo regresó y con fuerza, acariciando mi vientre también, me retorcí bajo su lengua y pronto sentí como el orgasmo golpeaba cada parte de mi cuerpo, haciéndome sentir como nunca, como si todos los orgasmos que tuve alguna vez se hubiesen acumulado de golpe y en los lugares precisos. Pude escuchar cómo se encargaba de limpiar con su lengua el desastre entre mis piernas y quise alejarlo.

—Mm, Soobin. — lo llamé y él alejó su rostro — Yo no sé si... oh, Dios. — un gemido salió de mis labios cuando Soobin dejó caer su cuerpo sobre el mío, su creciente y gran erección rozándose vulgarmente contra mi clítoris, moliéndolo a su gusto.

— ¿Qué pasa, bebé? ¿Vas a dejarme así? No seas cruel. — su voz era agitada, al igual que mi respiración.

— No me gusta el sillón. — murmuré y él fijó sus ojos en los míos.

Cuando menos lo noté, estaba en su cama, con su cuerpo sobre el mío, siquiera supe cómo era la habitación porque era lo que menos me interesaba en ese momento.

Comenzó a devorar mis pezones mientras seguía con el ritmo de sus movimientos de caderas, pronto sentí como comencé a humedecer los pantalones de Soobin y abrí más mis piernas para colar mi mano entre ellas y liberar su miembro, él soltó un gemido sin dejar de pellizcar y morder mis pezones.

Comencé un vaivén lento de arriba y abajo. La sensación era distinta a masturbarme a mi mismo, no solo por la evidente sensación, su miembro era grueso, grande y acariciarlo solo hizo que hormiguee más mi zona íntima. Solté un gemido algo bajo.

— Yo creo que estás lo suficientemente lista, — dijo él posicionándose.

— E-espera, Soobin. — lo detuve tomando sus hombros — Es mi primera vez.

Él soltó una pequeña risa y besó mi frente.

— Lo sé. Si es demasiado avísame. — pidió y yo asentí con rapidez.

Comenzó a introducirse entonces y miento si digo que no dolió. Sentí un ardor al principio pero una vez que la cabeza de su miembro estuvo dentro el dolor desapareció.

— Continúa, por favor. — pedí y poco a poco fue introduciéndose.

Torturosamente salía casi por completo de mi interior para volver a entrar, cada vez más profundo y de mi boca no podían parar de salir gemidos leves. Hasta que dio una estocada dura, directa. Mi espalda se arqueó, él rodeó mi cintura con sus manos y yo solté un fuerte gemido.

— Más, más así. — pedí casi inconscientemente.

Soobin tomó mis caderas y me alzó al nivel de su pelvis, pegándome a su cuerpo, su miembro completamente en mi interior. Se retiró hasta la mitad y volvió a ingresar de golpe y entonces no se detuvo, estocada tras estocada. Mi respiración se cortaba, era casi imposible respirar, mi cuerpo solo sentía calor y cosquilleos. El único ruido en la habitación eran nuestros gemidos y el sonido obsceno de nuestras pieles chocando con fuerza.

De pronto soltó mi cuerpo y yo caí en la cama agotado. No pude siquiera respirar cuando me volteó, alzó mi trasero e ingresó en mí sin piedad. Yo gemí contra las almohadas, arrugando las sábanas negras entre mis dedos. Sus embestidas eran casi salvajes, pude oír cómo la cama crujía, la pared era golpeada y su respiración agitada.

La sensación era sin duda diferente. Su miembro en mi interior atinaba puntos que jamás creí sentir, era como si cada golpe fuera preciso para hacerme delirar.

— ¡A-ahh! ¡Soobin!. — gemí cuando su mano se dirigió a mi clítoris, jugando con él mientras seguía embistiendo con fuerza.

— Quiero verte mientras te corres. — dijo, me volteó con rapidez una vez más y sin retirar su miembro de mi interior.

Sonrió al ver mi rostro, lloroso y babeando como si hubiese nacido para recibir lo que él quiera darme.

Levantó mis piernas, colocándolas en sus hombros y entonces regresaron las embestidas duras, juraba que podía sentir que aumentaban en caso de que sea posible. Ese hormigueo se hizo presente y en el momento en el que pellizcó y jugó con mi clítoris, fue entonces cuando tuve un segundo orgasmo.

— Ah, ah, ah. — me quejé por la sobreestimulación — Soobin, espera, s-siento algo distinto.

— Aguarda, bebé, estoy cerca también.

La sensación creció, no se sentía como los orgasmos anteriores y entonces la cama comenzó a mojarse brutalmente, pero Soobin no se detuvo. Chorros y chorros liberados de mi cuerpo, gemí y jadeé cuando Soobin dio una última embestida, liberándose en mi interior.

— Mhm.. — mi cuerpo se encontraba muy sensible así que se retiró con lentitud, un "pop" obsceno surgió de mi entrada antes de sentir cómo su descarga se deslizaba por mis muslos.

Él se acostó a mi lado, rodeándome con su brazo y acariciando mi cuerpo con el otro.

— Te dije que no necesitarías pijama. — dijo con la respiración agitada.

— Calla, estoy agotada.

— Ah, la agotada eres tú. — se burló y yo sonreí antes de acurrucarme en su pecho.

— No fuiste tú quien tuvo un pene perforándola como loco.

— No fuiste tú quien se puso a perforar como loco.

— Deja de discutirme, quiero dormir. — me quejé y él soltó una risa.

— Si me das un beso lo haré.

Lo observé unos segundos antes de besar sus labios, él sonrió victorioso.

— Buenas noches. — bostecé.

— Buenas noches, Yeonjun.

Y ahí termina jiji.

NO HAY EXTRA

A Soobin no se le escapó ese "Yeonjun" lo dijo apropósito. ¿Qué hizo Yeonjun? Lo sabrán ustedessss ¿Vuelven a la normalidad? Lo sabrán ustedes ¿Soobin termina con Yoonju? Tmb lo sabrán ustedes

Si tienen dudas mándenle, yo se las resuelvo, pero nada que hable sobre la trama a futuro.

4to libro concluido el miércoles 1 de mayo del 2024 a las 09:50am

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