TRAITOR
❝Brown guilty eyes and little white lies
Yeah, I played dumb but I always knew
(...) I kept quiet so I could keep you❞

El frío de diciembre abrazaba la ciudad con suaves vientos que hacían que las ramas de los árboles tambalearan, más sin embargo no se quebraban.

Los colores rojo y verde adornaban mayor parte de la escuela, por la ya esperada festividad que se acercaba. Unas cuantas semanas y ya todos los estudiantes serían libres hasta el próximo mes, donde volverían a retomar sus estudios y así concluir el año.

En el aula de inglés habían algunos estudiantes, los cuales esperaban a que llegaran sus amigos, y en otros casos pasaban el tiempo distrayéndose con libros o en sus celulares.

Seomin, por su parte, observaba por la ventana como los copos de nieve caían, y los niños de primaria salían a jugar. Diciembre sin duda era un mes alegre, de mucha prosperidad y entusiasmo. Aparte de eso, era importante para ella.

Y como no si su cumpleaños se acercaba.

Todos a su alrededor se lo recordaban. Todos excepto alguien.

—¡Seomin! —su tan amado novio le llamó al entrar al aula, acercándose a ella. —¿Qué haces, cariño?

La mencionada observaba profundamente en sus ojos: tan bonitos como el café, tan profundos como una caída en picada, y tan nerviosos como si algo fuera a salir mal al caer.

—Nada, solo observaba a los niños jugar. —negó con la cabeza. —¿Y tú? ¿Dónde estabas, Hoonie?

—Estaba con el entrenador. —se acercó a ella, abrazándola por la cintura. —La próxima semana tenemos el último juego de la temporada.

Pequeñas mentiras blancas.

Sí, lo había visto con el entrenador, y sí, también sabía sobre su próximo juego.

Pero no solo había hecho eso.

¿Cómo lo sabía?

Pues todo este tiempo había estado observando por la ventana como su novio jugueteaba con Ahrim; como libremente se demostraban cariño como si toda la escuela no los estuvieran viendo.

Por eso es que los estudiantes le miraban con pena. Sin embargo, no le importaba.

Porque si para mantener a Sunghoon a su lado debía callar todo lo que sabía, pues así lo haría.