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Capítulo 1




La prestigiosa escuela secundaria y primaria e inicial, U.A.
Garantizaba ser la mejor en infraestructura, académica y conductual. Siempre manteniendo su compostura y nunca mostrando debilidades o defectos.
Aunque dentro de esta, hubieran buenos estudiantes y dedicados, también había chicos tan problemáticos. Egocéntricos. Mimados.
Entre muchas cosas más.

Había muchos secretos, chismes y cosas que nadie debía oir. Como ahora en la biblioteca, sector A-5, donde estaba vació. Bueno, no tanto.

¿A que has venido otra vez? ─preguntó con una voz susurrante. No podían hacer mucho ruido.

¿No puedo venir a verte, Takami? ─preguntó con un tono burlón, rodeándola con sus brazos.

No, tu ahora estas en clase de Inglés con el profesor Hizashi ─le recordó en un tono severo. Frunciendo ligeramente el ceño.

El chico se rió mientras la abrazaba por la cintura, observando como la albina guardaba en las estanterías los libros que regresaban los estudiantes o que dejaron alumnos por ahi. La joven al terminar, volteó su cabeza a verle.

Todoroki, regresa a tu salón ─ordenó, frunciendo el ceño ligeramente.

Ambos eran totalmente diferentes, Takami era hija única y siempre seguía las normas, bueno, no todas. Estar con un chico, en secreto, quizás no era la mejor opción. Su padre siempre le dio la mejor educación pero sobre todo impuso reglas.

Touya, era alguien que no le importaban las normas. Era libertino y ni hablar su relación con su padre. Su padre fue alguien abusivo y obsesivo con sus apariencias, siempre queriendo demostrar que eran "perfectos", pero el pelinegro no se la iba a dejar fácil. Siempre buscaba problemas y su padre al final, terminaba pagando los daños causados. Era un vinculo de odio total.

Lo único que le gustaba de la escuela era, esa chica. La albina.
Por la que el estaba loco desde la primera vez que la vio.

Dabi entro a la biblioteca con una sonrisa de oreja a oreja, se había peleado con los de la clase 2-B y su rostro estaba con moretones, pero igualmente gano. Pero salió huyendo al ver a los profesores, amaba los problemas pero realmente quería estar bien con su madre para que esta le diera dinero e irse de fiesta por su cumpleaños.

Cerro la puerta con cuidado y se metió entre las estanterías, el jamás iba a ahí... Bueno quizás una vez pero para un recorrido cuando ingreso al colegio.

Nunca le gustaron los libros pero mientras se escondía porque no mirar la biblioteca y conocer mejor el lugar. Un escondite hasta que terminaran las clases. Fue a un rincón, ese lugar era como un laberinto.
Tomo unos libros e hizo un asiento con estos. Miro su reloj y noto que faltaban 4 horas encima, maldijo en su mente por ello.

El rato pasaba y se se aburría, miraba a todos lados y finalmente, su vista se fijo en un libro. Se levanto y tomo el libro, era uno con una portada muy bonita y llamativa.
Pero su rostro se deformo cuando vio que era algo romántico, no es que no creyera en el amor pero le parecía muy cursi lo que decían los libros. Abrió el libro y pasaba pagina por pagina con rapidez y desinterés, pero lo cerro abruptamente y lo tiro por ahí.

Empezó a hacer eso con los otros libros, supuestamente "calificándolos" si eran una BASURA los tiraba, si veía que tenían algo de potencial, los dejaba a un lado del y los que eran de comics y acción los ponía a un lado.

¿Es que aquí no hay nada que valga la pena realmente...? ─murmuró tirando un libro.

Esta vez se escucho un chillido de dolor.
Esto le llamo la atención y levanto su cabeza, enfocándose en la persona que estaba a unos metros de el. Sus ojos se abrieron como platos y su boca se abrió ligeramente tratando de formular una oración, sin éxito.

Le había lanzado un libro a la cabeza a una joven albina, de baja estatura. El no solía golpear a las mujeres, bueno, quizás un empujón o un grito si se lo merecían o buscaban pelea pero nada más.
La analizo con la mirada... Noto su larga cabellera albina suelta, ojos celeste pálido. Incluso su piel era pálida. Noto su expresión de dolor mientras se tocaba su cabeza. Este no sabía que hacer pero, se levanto y se puso en frente de ella.

Agarro su brazo y acaricio su cabello. ¿Porque?
Bueno, le parecía bastante atractiva incluso verla sufrir le resultaba bien. ¿Qué era extraño? Si, tenia ideas perversas.

Discúlpame, yo... ─fue interrumpido.

No, ─le golpeo su mano y se alejo─ ¡haz desordenado toda la biblioteca, me costo bastante!

La joven se acariciaba la cabeza por el dolor. Le parecía una falta de respeto que su trabajo de ordenar fuera arruinado por culpa del chico. Lo señalo con el dedo.

¡Vas a recoger y poner los libros en su sitio! ─ordenó con una voz gélida. Aunque trataba de hacerlo de forma discreta

Touya parecía estar procesando la "orden".
La miro de pies a cabeza, al terminar se tapo la boca y trato de esconder su risa pero fue en vano. Su risa resonaba en todo ese pasillo.
Eso hizo enojar más a la chica y sonrojarse de la vergüenza.

¿De que rayos te estas riendo? No grites, estamos en la biblioteca... ─le reprochó.

El pelinegro se tomo unos segundos en recobrar la compostura y mirarla con una sonrisa burlona. Se notaba que ella era menor que el.
¿Desde cuando los mas pequeños mandaban a los pre-promocionales?.

¿Y bien? ¿Qué esperas para empezar a..-

No pudo terminar de hablar.
Dabi la había acorralado contra un estante y le había tapado la boca.
El la miraba con esa sonrisa burlona y ella estaba nerviosa, manteniendo su ceño fruncido.

Saldrás conmigo, el 18 de enero. ─le "pidió", NO, le ordenó.

Los ojos de la chica se abrieron, expresaban confusión y sorpresa. ¿Este chico, que ni sabia su nombre y viceversa, la estaba INVITANDO A SALIR? O bueno, ordenando a salir con el.

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