Taehyung miró el chat de su mejor amigo sin atreverse a responder. Seguramente su entrometido hyung tenía mucho que ver con esto, ya que era raro que Jimin le hablara de la nada. A pesar de todo, se sintió profundamente agradecido. Sin embargo, también estaba terriblemente asustado.

Desde la última vez que se vieron, cuando ocurrió toda la catástrofe, Taehyung no había tenido el valor de enfrentar a su mejor amigo. Aunque creía conocerlo lo suficiente como para intuir cómo se sentiría, la magnitud de lo sucedido estaba más allá de su imaginación. Esto le hacía sentirse nervioso al no estar seguro de los sentimientos de su amigo en este momento.

De todo lo sucedido, distanciarse de él era, sin duda, lo más doloroso. Siempre habían sido inseparables, y sus peleas nunca duraban más de una hora antes de que alguno de los dos cediera y se disculpara. Por eso, estos tres días se estaban sintiendo como una tortura, especialmente en este momento cuando Taehyung lo necesitaba más que nunca. Si había alguien capaz de sostener su corazón mientras se caía a pedazos, ese era sin duda Jimin.

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