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—Tae, en serio no debiste. Esto es... increíble, muchas gracias —expresó Jungkook con emoción, esbozando una amplia sonrisa.
—Me alegra saber que te gustó. Espero que te sirva para pintar tus obras.
—¡Por supuesto! Prometo enseñarte lo que pinte con ellas.
—Entonces es una promesa.
Ambos chicos se observaron por un momento, en el que el silencio se cernió entre ellos y el ambiente se volvió extraño de repente. Taehyung realmente deseaba que Jungkook no lo viera de esa manera que hacía latir con fuerza a su corazón.
—E-eh, bueno... me tengo que ir —dijo Taehyung de pronto, sintiendo la necesidad de alejarse del contrario—. Tengo algunas cosas pendientes que hacer.
El semblante de Jungkook se entristeció; no deseaba separarse del castaño aún. Estar con Taehyung se había convertido en una de las cosas que más disfrutaba. La conexión entre ambos era algo que nunca imaginó tener con nadie, especialmente porque compartían tantas cosas en común.
—¿Puedo acompañarte?
La propuesta sorprendió a Taehyung, pues realmente no esperaba que Jungkook se ofreciera a hacerle compañía. Ni siquiera era cierto que tuviera algo que hacer; solo estaba intentando huir de todo lo que Jungkook le hacía sentir. Sin embargo, sin saber por qué, terminó aceptando, como si una parte suya no deseara separarse aún de él.
—Gracias por acompañarme.
—Todo lo contrario —negó Jungkook de inmediato—. Gracias a ti, por permitirme venir contigo. La verdad es que no quería separarme de ti todavía.
Taehyung sabía que Jungkook podía ser bastante descarado. Durante sus conversaciones por mensajes, decía cosas que lo hacían sonrojar en extremo. Sin embargo, escucharlo directamente de él fue algo para lo que no estaba preparado, por lo que sus mejillas se tornaron inmediatamente rojizas.
—Deja de coquetear conmigo —dijo Taehyung con nerviosismo y un ligero tono de broma, desviando la mirada ligeramente al ver a Jungkook sonreír—. Debo volver a mi facultad; la hora del almuerzo está por terminar y tengo una clase importante.
—Está bien, yo también debo regresar a clases. ¿Te veré más tarde?
—Sí, iré a la cafetería al salir. Nos vemos allí.
—Te estaré esperando —respondió el azabache, dando un par de pasos hasta quedar frente al castaño—. Nos vemos, bonito. Gracias por el obsequio.
No tuvo tiempo para reaccionar cuando sintió un suave beso ser depositado en su mejilla. Todo su cuerpo se paralizó y un torrente de emociones invadió su corazón. Consciente del efecto que causó en el otro, Jungkook sonrió satisfecho antes de darse la vuelta y marcharse.
Taehyung se quedó ahí de pie, mientras procesaba lo que acababa de ocurrir. No se suponía que su corazón debería estar latiendo de esa manera, estaba completamente confundido.
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Primer paso: Negación.😌
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