veintisiete.
Los meses empezaban a pasar uno tras otro y las cosas se mantenían igual: yo trabajaba casi todo el día y Rodri iba a verme usando de pretexto "ser el nieto del tata"
—Tata, es hora del almuerzo.— avisé con una sonrisita
Habían sido meses largos donde el tata estaba sometido a bastantes estudios médicos, todos comprobaban que el desgaste mental era cada vez mayor y aún con medicación no lo podrían controlar
—A ver, le ayudaré un poco.— exclamé empezandole a dar de comer, él había dejado de comer solo —No se preocupe, aquí voy a estar siempre.—
Ahora era como hablar sola, él ya no hablaba, a veces simplemente balbuceaba pero la mayoría del tiempo simplemente estaba callado y con la mirada perdida
—Antes le gustaba mucho escucharme hablar de algunos chismes respecto a mi novio.— intenté recordar mientras le daba de comer —Le cuento que hoy Rodri y yo cumplimos 6 meses de novios, es increíble conmigo ¿sabe?, pero me gusta mucho la gran persona que es, siempre viene a visitarlo a usted también y es el que le trae sus gelatinas.—
Tomé un vaso con una pajilla para acercarsela y que pudiera tomar un poco de jugo
—No hemos podido celebrar bien estos meses que llevamos juntos pero tengo la intuición de que esta vez puede ser diferente.— seguí hablando —Después de todo hemos pasado medio año juntos.—
Sabía que todos estos meses se habían resumido en estar juntos solo durante las visitas que le hacía al tata y a cuando me acompañaba a la residencia, gracias a mi nuevo horario apenas teníamos tiempo para salir pero aun así nos habíamos acomodado
—Por otra parte, en pocos meses habré terminado con mis pasantías y viajaré pocos días a mi país para hacer todos los tramites de mi titulación.— conté ahora —Esos días me encargaré de que no le dejen a una enfermera mala, ya no cometeré el mismo error dos veces.—
Después de aquel día donde entendí que había perdido al tata, todo se había vuelto horrible a mi alrededor pero Rodri había sido un gran apoyo para salir de ese hoyo en el que me había sumergido
—Igual no debe preocuparse mucho, volveré lo más rápido que pueda.— murmuré volviendo a darle de comer —No tengo nada que me retenga en mi país, prefiero venir aquí donde está usted y Rodri.—
Pasé la siguiente hora acabando de darle de comer y de tomar su jugo, a veces era complicado por como se ponía inquieto
Vi que tomó su siesta así que aproveché para tomar sus signos de nuevo y después simplemente organizar un poco aquella habitación, cuando el tata despertara lo pondría a caminar un poco para que no se debilitaran tanto sus músculos y perdiera movilidad en esa área
Algunos minutos pasaron y vi a Rodrigo entrar por aquella puerta, tenía en sus manos algunas flores y una bolsa donde supe que traía la gelatina del tata
—Feliz aniversario.— sonrió acercándose a mí —¿O debería decir "medio aniversario"?.—
Me dio las flores y simplemente sonreí con bastante ternura para después besar su mejilla
—Yo no te preparé nada.— me sentí un tanto avergonzada —Lo siento.—
—No te preocupes, igual no vine solo por vos.— recordó —Vine a ver a mi abuelo.—
—Esta durmiendo ahora.— dije como si fuera obvio
—Pero en algún momento va a despertar y tendré con quien compartir esta gelatina.— dijo con una gran sonrisa
Vi como fue a sentarse en una silla que había junto a la camilla del tata. Sonreí un poco al verlo tan feliz cuidando al viejito, Rodri tenía un gran corazón que siempre me recordaba lo tan enamorada que estaba de él
—Iré rápido a la cafetería para comprar un agua.— avisé —Cuida al tata.—
Rodri asintió con una sonrisa.
Salí de ahí directo a la cafetería, me formé para comprar el agua hasta que vi a Andrés sentado solo así que cuando tuve mi agua caminé directamente hasta donde él estaba
—¡Andy!.— saludé y él se giró para verme
—Mira a quien tenemos por acá.— sonrió al verme —No nos hemos cruzado en bastante tiempo.—
—Tengo un horario complicado ahora.— conté —Ahora almuerzo incluso en la habitación de mi paciente, no me gusta dejarlo solo.—
—Escuché que tu paciente empeoró días después de tu altercado con el doctor.— dijo y asentí —Lo siento mucho.—
—Yo lo siento porque no pude avisarte que ya no almorzaría contigo.— exclamé
—Te entiendo.— sonrió un poco y vi como sacó su celular —¿Podrías darme tu número? Te enviaré mensaje para que me tengas registrado y quizás podamos planear alguna comida juntos.—
Asentí y tomé su celular para darle mi número, después simplemente me despedí para ir directamente a la habitación del tata
Entré y pude ver a Rodri dándole la gelatina al Tata, intenté ser discreta para que no me viera
—Hace tiempo quise llevarla a mi lugar favorito..— contó al Tata —Pero el autobús se averió y no pudimos ir.—
Recordé ese momento y simplemente reí un poco
—Creo que la llevaré hoy cuando termine su turno.— avisó y me lamenté porque por andar de chismosa ahora no sería una sorpresa
Decidí esperar unos segundos para después hacer notar mi presencia ahí, esperaría ansiosa hasta que terminara mi turno
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